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Bucaramanga, 21 Julio de 2021

Señor
MAGISTRADO DE LA SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO
JUDICIAL DE BUCARAMANGA
Palacio De Justicia Vicente Azuero Plata
Calle 35 # 11- 12
Bucaramanga
E.S.D

REF.: PROCESO: VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


RADICADO: 68001-6000-000-2019-00103
JUZGADO: SEGUNDO PENAL MUNICIPAL CON FUNCIONES DE CONOCIMIENTO DE
BUCARAMANGA
VÍCTIMA: SILVIA JULIANA GARCÍA CC.: 1.098.733.676
ALBARRACÍN
CONDENADO: WALFER ENRIQUE LEÓN PABÓN CC: 91.507.445

ASUNTO: SUSTENTACIÓN DE RECURSO DE APELACIÓN CONTRA


PROVIDENCIA PROFERIDA EL DÍA 15 DE JULIO DE 2021

LEYDY TATIANA URIBE FLÓREZ, miembro activo del CONSULTORIO JURÍDICO de la


Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo UNICIENCIA, seccional Bucaramanga,
identificada como aparece al pie de mi firma, obrando como apoderada del señor WALFER
ENRIQUE LEÓN PABÓN, dentro del proceso de la referencia; respetuosamente y dentro del
término de ley, me permito sustentar el recurso de apelación interpuesto contra la
sentencia proferida el día 15 de julio de 2021, en los siguientes términos a saber:

ANTECEDENTES PROCESALES

PRIMERO: La señora Silvia Juliana García Albarracín manifiesta que para el 30 de


septiembre de 2017 convivía con su menor hijo y con Walfer Enrique León Pabón, en el
inmueble ubicado en la calle 50 A No. 16-96 del barrio San Miguel, día en que fue
maltratada física y psicológicamente por León Pabón, siendo golpeada en su rostro,
cuello, brazos y piernas, situación que generó la intervención de una vecina la que la
auxilió y rescató de la agresión; mientras esto sucedía otro de los vecinos llaman a la
policía, autoridad que acudió al llamado y detuvo al agresor. Practicado reconocimiento
médico legal a Silvia Juliana, los anteriores hechos le generaron una incapacidad
definitiva de cinco (5) días, sin secuelas.

SEGUNDO: El 1 de octubre de 2017 se celebra audiencia preliminar, realizada por el


Juez Segundo Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías, en la cual la
Fiscalía Once URI de esta ciudad, solicitó la legalización de la captura de León Pabón y la
imposición de medida de protección en favor de Silvia Juliana García, peticiones a las que
accede el Señor Juez, impartiéndose legalidad a la captura e imponiéndose la medida de
protección invocada.

TERCERO: El 21 de noviembre de 2018 ante la Juez 16 Penal Municipal con funciones


de Control de Garantías de esta ciudad, la Fiscalía Cuarta Cavif formula imputación en
contra de Walfer Enrique León Pabón . La Fiscalía Cuarta Cavif radica escrito de

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acusación en contra de LEON PABÓN por el delito de violencia intrafamiliar agravada ,
correspondiendo por reparto según acta del 19 de diciembre de 2018, correspondiéndole
al Juzgado 02 penal municipal con función de conocimiento de Bucaramanga ,
realizándose las correspondientes audiencias de acusación y preparatoria, los días 26 de
febrero de 2019 y 23 de julio de 2019, respectivamente .

CUARTO: El juicio oral se desarrolló en las sesiones del 22 de octubre de 2019 , octubre
13 de 2020, abril 26 de 2021 y 28 de junio de 2021, fecha ultima en la que se anunció
sentido de fallo condenatorio.

CONSIDERACIONES

El derecho penal, al igual que las demás áreas, fundamenta sus bases en los principios
constitucionales y legales que no son otros que la aplicación de las leyes basadas en los
más estrictos sentidos de legalidad, equidad e igualdad. Al decir de la carta magna se
debe observar en todo proceso la plenitud de las formas propias del juicio, cuando se
menciona la expresión JUICIO PLENO, se indica al respecto de los elementos
pertenecientes a la naturaleza de las pruebas, su contradicción y critica regulada en el
artículo 29 de la carta superior.

El proceso penal, administrador de justicia es un coloquio civilizado por ello debemos


acatar los dictados constitucionales que reglamentan el debido proceso y las normas
procesales que imperan en nuestra república bajos las cuales ha de levantarse el proceso
objetivo e imparcial de acuerdo al derecho.

El motivo de la alzada es el total desacuerdo con la sentencia condenatoria proferida en


contra mi prohijado por el delito de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, por cuanto no existe
prueba que demuestre plenamente la responsabilidad del señor WALFER ENRIQUE
LEON PABÓN.

Podría decirse que cada país cuenta con su paradigma de investigaciones falladas
injustamente con base en declaraciones de testigos arrimados a juicio e indebidamente
analizados como es el caso de los tres únicos testigos traídos por la agencia fiscal que no
son testigos presenciales de la presunta materialidad del delito sino posteriores a los
hechos, es decir son testigos de referencia. Así lo afirma el art 381 del código de
procedimiento Penal que cita :

” Conocimiento para condenar. Para condenar se requiere el conocimiento


más allá de toda duda, acerca del delito y de la responsabilidad penal del
acusado, fundado en las pruebas debatidas en el juicio. La sentencia
condenatoria no podrá fundamentarse exclusivamente en pruebas de
referencia.”

Una de las finalidades del proceso penal, junto a las de preservar garantías
fundamentales y aplicar el derecho sustancial es la aproximación racional a la verdad. Al
respecto, se admite que la verdad del proceso penal acusatorio, como conocimiento para
condenar, se produce en el juicio oral, con inmediación y confrontación, y no por fuera de
él (artículos 372, 377, 378 y 379 de la ley 906 de 2004). Eso explica la prohibición de
condenar exclusiva y únicamente con fundamento en pruebas de referencia (artículo 381
ibidem)

Frente a los testimonios practicados en el debate probatorio, hemos de notar que la


FISCALÍA sostiene que en el desarrollo del juicio se logró demostrar a través de los
medios de prueba, concretamente la testimonial, la agresión física y verbal que sufrió la

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señora Silvia Juliana García Albarracín, por parte de su compañero Walfer Enrique León
Pabón, pese a que Silvia Juliana se negó a declarar amparada en la excepción
constitucional, la victima dejo en claro que no quería continuar con el proceso, pues si
bien es cierto es un hecho que aconteció, este no volvió a repetirse a lo largo del tiempo,
y que se demuestra en la declaración juramentada hecha por la misma víctima,
relacionando su convivencia sana y pacífica, además de que es el señor Walfer Enrique
León Pabón es quien consigue y sustenta económicamente a su núcleo familiar y con el
que actualmente se encuentra conviviendo.

Es así que de manera sugestiva con el testimonio de la señora Yolanda Gutiérrez


Baquero, testigo supuestamente presencial de los hechos, era la arrendadora, la cual NO
CONVIVIA CON LA VICTIMA NI CON EL SENTENCIADO, y que si revisamos de fondo
el video del juicio, en los minutos 17:21, 22:01, 25:07, las preguntas de la agencia fiscal
las cuales eran insidiosas y sugestivas, obteniendo de igual manera respuestas de la
testigo de forma; confusas, negativas y desconocidas, tales como; NO SÉ, NO VI NADA ,
NO RECUERDO, estas mismas que fueron encaminadas y prácticamente forzadas a
responder lo que se necesitaba escuchar, la agencia fiscal en todo momento, ayudo al
testigo a contestar las mismas preguntas que este le realizaba, contrario a lo que
ciertamente pudiera ver o afirmar dicha testigo.

Esta conclusión, al menos en el estado actual del arte, es similar a la expresada por la
Corte Constitucional en la sentencia C-144 de 2010, en la cual explicó:

“… aunque la prueba de referencia sea admitida excepcionalmente, “su valor y aporte


para esclarecer los hechos y definir la responsabilidad penal del acusado, siempre
dependerá del soporte que encuentre en otros medios de prueba”, como quiera que
ninguna condena puede fundamentarse exclusivamente en pruebas de referencia (art.
381 L. 906/04).

Por otra parte, los señores Agentes de la Policía Nacional Diego Alexander Arias Báez,
quien, entre otras palabras, manifestó que de lo poco que recordaba era, que había
recibido una alarma radial sobre una presunta riña en el sitio de los hechos, y que en el
momento del hecho no recuerda haber visto signos de agresión a la víctima, es decir que
NO fue testigo presencial de los hechos. Y Brayan Alexander López Rivera, declara en
juicio que acudieron a la residencia ubicada en la Calle 50 A No. 16-96 del barrio San
Miguel de esta ciudad, una vez allí una señora les dice que fue objeto de agresión por
parte de su pareja y que irá a formular la respectiva denuncia penal, por lo que proceden
a la aprehensión del señalado agresor. Esto, su señoría, no puede afirmarse como testigo
presencial, sencillamente porque los agentes de policía, no reafirman los hechos
ocurridos, pues estos llegaron después de lo ocurrido y por lo tanto no vieron, ni
presenciaron nada.

Recordemos que el testimonio de oídas utilizado como prueba carece de eficacia


suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia, ya que este testimonio llamado
también de referencia acredita el relato, pero no su veracidad, por lo cual debió ser
analizados particularmente, pues por ende al no ser testigo presencial de los hechos, no
existe un real acercamiento al hecho que se pretendió comprobar.

Con relación a lo mencionado por la señora juez, “ No cabe duda que había una
cohabitación entre el acusado y Silvia Juliana, la que se veía frecuentemente
quebrantada por los episodios violentos del acusado, tornándose esa convivencia
disfuncional, que además el acusado no se desvinculaba del entorno doméstico,
continuaba en ese núcleo familiar, ejerciendo actos de dominación, acoso y control”. En
referente a esta afirmación ¿cómo sabia la señora juez que eran frecuentes los

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episodios? Si la víctima desistió de su testimonio, no quiso declarar en contra de su
pareja, no se pudo conocer las razones humanas por las que sucedió el evento, y más
aún, la victima continúa conviviendo bajo el mismo techo, compartiendo con su núcleo
familiar, de manera ininterrumpida, pacifica, alegre y estable como lo demuestra la
declaración juramentada que se aportara al presente. No obstante, la testigo Yolanda
Gutiérrez Baquero, manifestó que eran discusiones, que tenían sus diferencias, pero que
solo esa vez fue el hecho violento.

Se convierten entonces en testigos de oídas que no pueden tener el suficiente valor


probatorio pues hizo manifestaciones como; NO SE, NO VI NADA, NO RECUERDO, por
lo que no hay certeza si, las agresiones fueron todas ocasionadas por el señor WALFER
ENRIQUE LEON PABÓN, ni las razones por las que este actuó y reacciono en contra de
su pareja. Es decir que ni vieron ni observaron que fuera el señor León Pabón quien
ocasionó esas lesiones que desde ya se debe decir no existe prueba de las mismas.

Su señoría, el principio del IN DUBIO PRO REO, no solamente opera la interpretación de


las disposiciones de naturaleza procesal, sino que también opera para la interpretación de
las disposiciones de naturaleza sustancial. La DUDA es un estado mental del
conocimiento de un hecho de donde la proposición contraria no se puede desvirtuar, en
otras palabras, la duda es lo que pudo y no pudo ser, sin tener certeza de lo que
realmente fue.

La duda debe demostrarse y ello, se consigue al constatar que no existen los elementos
de convicción que conduzcan a establecer con certeza el presupuesto probatorio de la
decisión respectiva.

Ahora bien, Con relación a la petición incoada por la suscrita , es necesario traer a
colación la definición del concepto de madre cabeza de familia, tal como lo regula el
artículo 2º de la Ley 82 de 1993, modificado por el artículo 1º de la Ley 1232 de 2008, así:

“Jefatura Femenina de Hogar. Para los efectos de la presente ley, la


Jefatura Femenina de Hogar, es una categoría social de los hogares,
derivada de los cambios sociodemográficos, económicos, culturales y de las
relaciones de género que se han producido en la estructura familiar, en las
subjetividades, representaciones e identidades de las mujeres que
redefinen su posición y condición en los procesos de reproducción y
producción social, que es objeto de políticas públicas en las que participan
instituciones estatales, privadas y sectores de la sociedad civil.

En concordancia con lo anterior, es Mujer Cabeza de Familia, quien, siendo


soltera o casada, ejerce la jefatura femenina de hogar y tiene bajo su cargo,
afectiva, económica o socialmente, en forma permanente, hijos menores
propios u otras personas incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea
por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial, psíquica o moral
del cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de ayuda de
los demás miembros del núcleo familiar.” (Subrayas fuera de texto)

Con fundamento en ello la Ley 750 de 2002 vino a regular los requisitos que a la postre
deben tenerse en cuenta cuando se trata de acreditar la definida calidad de madre o
padre cabeza de familia, a fin de obtener la sustitución de la prisión domiciliaria; dentro de
estos presupuestos se incluye garantizar la calidad prevalente y fundamental de los
menores, así como la aquiescencia de los elementos contemplados para su solvencia,
sumado a una consagración taxativa de los delitos en los que no procede la señalada
concesión; tal como lo refiere el artículo 1° que a la letra reza:

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“La ejecución de la pena privativa de la libertad se cumplirá, cuando la
infractora sea mujer cabeza de familia, en el lugar de su residencia o en su
defecto en el lugar señalado por el juez en caso de que la víctima de la
Sentencia de Segunda Instancia resida en aquel lugar, siempre que se
cumplan los siguientes requisitos:

Que el desempeño personal, laboral, familiar o social de la infractora


permita a la autoridad judicial competente determinar que no colocará en
peligro a la comunidad o a las personas a su cargo, hijos menores de edad
o hijos con incapacidad mental permanente.

La presente ley no se aplicará a las autoras o partícipes de los delitos de


genocidio, homicidio, delitos contra las cosas o personas y bienes
protegidos por el Derecho Internacional Humanitario, extorsión, secuestro
o desaparición forzada o quienes registren antecedentes penales, salvo
por delitos culposos o delitos políticos.”(Negrillas de la Sala)

Al margen de lo dicho, conviene así mismo precisar que el beneficio a quien siendo
hombre tenga el rol de jefe de hogar no fue en principio previsto por el legislador, no
obstante, la Corte Constitucional en sentencia C-184 de 2003 resolvió considerar tal
reconocimiento al varón, bajo el entendido de que

“el legislador no puede proteger exclusivamente los derechos al cuidado y


amor de los niños y niñas, dada su estrecha relación con sus derechos a la
salud y con su desarrollo integral, cuando éstos se ven expuestos a
riesgos y cargas desproporcionadas por la ausencia de la madre, puesto
que dependen de ella por ser la cabeza de la familia, y desentenderse
completamente de los derechos de los menores cuando dependen del
padre.”

En cuanto a los requisitos indispensables para reconocer la prisión domiciliaria por la


referida causa, existe un amplio desarrollo jurisprudencial que con suma precisión ha
determinado que la condición mencionada no implica una aprobación inmediata y
automática del beneficio, por cuanto su otorgamiento está inexcusablemente supeditado
al imperioso cumplimiento integral de unos presupuestos, los que en concreto fueron
advertidos por la Corte Suprema de Justicia, así:

“(…) en CSJ SP, 22 jun. 2011, rad. 35943, pronunciamiento en el cual sostuvo
que el otorgamiento de la figura sólo procede ante la satisfacción concurrente
de todas las condiciones previstas en la Ley 750 de 2002, a saber: i) que el
condenado, hombre o mujer, tenga la condición de padre o madre
cabeza de familia; ii) que su desempeño personal, laboral, familiar y
social permita inferir que no pondrá en peligro a la comunidad o a las
personas a su cargo; iii) que la condena no haya sido proferida por
alguno de los delitos allí referidos y; iv) que la persona no tenga
antecedentes penales”.(Resaltado de la Sala)

Contando en consecuencia con ese panorama legal y jurisprudencial expuesto líneas


atrás, pasemos a examinar los aspectos individuales que rodean al penado de este caso,
a fin de determinar si se compadecen estos con los criterios legales para el otorgamiento
del anhelado sustituto de prisión domiciliaria, así:

i) que el condenado, hombre o mujer, tenga la condición de padre o madre


cabeza de familia;

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El señor WALFER ENRIQUE LEÓN tiene actualmente una familia conformada por su
compañera permanente SILVIA JULIANA GARCÍA ALBARRACIN y su menor hijo ELIAN
JOEL LEON GARCIA en la dirección de residencia CALLE 50 # 14-18 APTO 204 DEL
BARRIO SAN MIGUEL, y que hasta el momento conviven de manera ininterrumpida, y
pacíficamente.

Frente al modo de vivir, es un ciudadano, trabajador escasos recursos económicos, que


se gana la vida como OPERARIO DE SERVICIOS GENERALES Y OFICIOS VARIOS, y
con lo que provee y da el sustento a su familia ya que de él depende económicamente su
núcleo familiar. Por lo que su represión en centro carcelaria afectaría gravemente la
subsistencia de su familia, especialmente la de su menor hijo ELIAN JOEL LEON
GARCIA.

Sin echar de menos la valoración constitucional de los derechos fundamentales invocados


y de los principios de razonabilidad, proporcionalidad y necesidad de la pena
considerando la carcelaria como una pena desmedida y lesiva para el núcleo familiar de
mí representado, y que es garantía de la no repetición del hecho incoado.

ii) que su desempeño personal, laboral, familiar y social permita inferir que
no pondrá en peligro a la comunidad o a las personas a su cargo

Tal y como lo demuestra, su señoría, los certificados de referencia de la Parroquia


XXXXXX, aludiendo, ser un fiel servidor de la comunidad parroquial, comprometido con el
bienestar de su núcleo familiar., así como la manifestación de su señora esposa SILVIA
JULIANA GARCÍA ALBARRACIN, en la que reitera, su convivencia pacífica, alegre,
ininterrumpida, y con dependencia económica hacia él, y que desde la época de los
hechos a la fecha, no volvió a ocurrir un hecho penoso como el que hoy se debate. Es de
decir se garantiza la no repetición del hecho condenado.

iii) que la condena no haya sido proferida por alguno de los delitos allí
referidos y iv) que la persona no tenga antecedentes penales

Cabe resaltar, que el delito de violencia intrafamiliar no está contemplado dentro de la


norma, así como reafirmar que mi defendido no es una persona proclive a delito, pues no
presenta antecedentes penales por ninguna otra conducta, posterior o diferente a la
acusada del día de hoy, condición que debe prevalecer frente a la decisión adoptada por
su señoría.

PETICIÓN

De acuerdo con todas las razones esgrimidas en precedencia, solicito al Honorable


Magistrado, revoque la sentencia proferida el día 15 de julio de 2021, por el Juzgado
Segundo Penal Municipal con Funciones de Conocimiento de Bucaramanga, y genere
Sentencia ABSOLUTORIA al señor WALFER ENRIQUE LEÓN PABÓN, por las razones
anteriormente expuestas.

No obstante a que mi petición no sea concedida o mis fundamentos no sean tenidos en


cuenta solicito muy respetuosamente se revoque parcialmente la sentencia condenatoria,
en su numeral 3, la cual le niega a mi representado la suspensión condicional en la
ejecución de la pena, así como la prisión domiciliaria como sustitutiva de la prisión, y en
su defecto se conceda la prisión domiciliaria como sustitutiva de la prisión en la residencia
Calle 50 # 14-18 Apto 204 Del Barrio San Miguel, teniendo en cuenta el arraigo del cual
se hizo mención, siendo necesario autorizar los desplazamientos de mi representado a su
lugar de trabajo, centros médicos, clínicas, hospitales y consultorio médicos, en atención
a su menor hijo, por las razones ya expuestas.

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Adjunto elementos materiales probatorios que sustentan mi petición:

1. declaración juramentada de la señora SILVIA JULIANA GARCÍA ALBARRACIN.


2. Certificación de la Parroquia XXXXXXX.

Respetuosamente,

LEIDY TATIANA URIBE FLOREZ


C.C. 1.098.720.245 de Bucaramanga
Miembro activo del consultorio jurídico de la Corporación Universitaria de Ciencia y
Desarrollo -UNICIENCIA

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