Está en la página 1de 4

Que no roben tu Palabra

Lo único estable es la Palabra de Dios que permanece para siempre. Todo lo demás sufre
inestabilidad continua, constante

2ª. Reyes 4:16

Hemos hablado que Dios ha abierto un tiempo en que las cosas que hagamos las vamos a hacer por
su Palabra. “El cielo y la tierra pasarán, más mi Palabra no pasará.” Usted podría hacer cosas
basadas en los cielos y en la tierra, que no son seguras. La tierra no es segura, hay tsunami,
terremotos, etc. Los cielos no son seguros. Lo único verdadero y seguro es la Palabra de Dios.

Cuando comprenda que todo es inestable, entonces se sentirá estable. El trabajo no es estable. La
economía no es estable. Las mejores economías del mundo de pronto se vuelven inestables. Usted
dice ahora “ya tengo mi propia empresa”. Y resulta inestable. ¿Qué es estable?

Lo único estable es la Palabra de Dios que permanece para siempre. Todo lo demás sufre
inestabilidad continua, constante. Cuando uno sabe que todo es inestable, uno se siente estable.

¿Cuál es el problema que hayan cambios? Si todo cambia.

En esta Escritura, el profeta quiso bendecir a la mujer que le hizo un aposento en el que puso una
cama, una mesa, una silla y un candelabro. La mujer le proveyó espacio a la Palabra, al profeta. Y
el profeta sin que ella pidiera algo, decidió que tenía que bendecirla. -¿Quieres que te presente al
rey o al general (profeta con cuello)” -le dijo-. -No, no, yo vivo aquí en la ciudad, estoy bien-.

Que no roben tu Palabra

Lucas 8:12
¿Cuál es la diferencia entre diablo y Satanás? La palabra “diablo” no aparece en el antiguo
testamento. Satanás en el hebreo quiere decir “adversario, enemigo”. ¿Cómo se concibe a Satanás
en el antiguo testamento? Como el adversario del ser humano, de la creación de Dios, el enemigo de
tu alma, de tu vida, de tu cuerpo.

Hasta cuando Jesús vino le llamaron “diablo”, antes no. Quiere decir que Jesús les da la revelación
de la esencia de Satanás. Sabían que era su adversario, su enemigo, pero de qué está formado, Jesús
lo revela.

La palabra griega “diavolos” quiere decir “diablo, acusador, el que levanta falso testimonio de
alguien, murmurador, chismoso, mentiroso”.

¿Quiere conocer al diablo? Conozca a un chismoso, murmurador, y uno que habla falsas cosas de
los demás.

Cuando usted cree la versión de alguien, tenga cuidado, puede ser colaborador del diablo. Cuando
se siente a hablar mal de alguien sin ni siquiera tener una autoridad o conocimiento, usted está
siendo usado por el diablo. Muchos de ustedes dicen “Dios mío, úsame,” pero todo el día son
usados por el diablo porque él es un falso acusador, es acusador de los hermanos.

Cuando habla de alguien, cuando murmura, cuando supone, cuando habla mal de alguien sin ni
siquiera conocerlo, cuando se hace partícipe de los rumores, lo hace más grande, le pone salsa a los
tacos… Uy, no sienta la unción del diablo.
Cuando la Palabra ha sido sembrada junto al camino, son los que oyen, viene el diablo mentiroso y
quita la Palabra de su corazón para que no se salven.

¿Cómo logra el diablo quitar de tu corazón una Palabra que Dios te dio? Con una mentira.

Ej. “Por su llaga fuiste curado,” él te dice: “te vas a morir, ya llegó tu hora…”

Esa Palabra se está robando la otra. El diablo no mete la mano y se roba lo que tienes en la cabeza.

La Palabra que oye, que lee, todos los días en otros lugares, que está en contra de las promesas de
Dios, te están robando la Palabra de Dios.

Antes de Jesús, se hablaba de Satanás. Cuando vino Jesús, se empezó a hablar del diablo. Esta
Palabra tiene apenas 2,000 años de existir, y Jesús trajo la revelación para decirles que al que han
llamado su adversario, en esencia lo que lo hace su enemigo son las mentiras, las palabras que él
utiliza.

Mateo 4:1
¿Quién llevó a Jesús al desierto? El Espíritu.

¿Quién te ha llevado a ti al desierto? El Espíritu.

¿Cuál es el problema de estar en el desierto? ¿Miedo? El problema no es el desierto, son tus ojos.
¿Qué no ves que Dios está contigo?

¿Quiénes son casados? ¿Quienes empezaron su vida en la clásica casa pequeña, luego hicieron otra,
luego la vendieron… con la estufita, la camita…? El problema es ¿la casa o lo que está adentro?

Dice la Palabra que es mejor vivir en el tejado solo, que en una casa espaciosa con una mujer
rencillosa.

Es mejor comer legumbres donde hay amor, que ganado engordado donde hay pleito continuo.

Antes frijolitos, en una casa pequeña, pero feliz. Ahora come camarones y trompudos.

Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto. Una cosa es el desierto y otra un gran problema
en el cual usted se metió.

“Después de haber ayunado… si eres hijo de Dios…” El diablo no tiene fe, necesitaba una prueba
para saber si era hijo de Dios.

Los que no tienen identidad sufren mucho de tentaciones. Jesús tenía identidad. No debemos
demostrarle nada a nadie. Es y se acabó.

“El respondió y le dijo….” Lo más peligroso que tiene el diablo es la boca. Lo más peligroso del
reino de las tinieblas no son los demonios que te pueden oprimir o que te pueden acosar o que te
pueden enfermar, las fuerzas más poderosa se llama palabras. Las palabras que siempre están
destinadas a robarse la Palabra que Dios te dio. Si Dios lo dijo, así va a ser, y el que tiene que cerrar
la boca es el diablo y si no va a cerrar la boca, tú vas a cerrar tus oídos.

“Yo no voy a ser colaborador de mentiras, falsos testimonios, murmuraciones o chismes.”

No me mientas… le dijo la mujer al profeta.

Lo que al oído de la mujer llegó cuando el hombre de Dios le dijo “de aquí a un año abrazarás un
hijo”, el diablo, que entonces era Satanás, pero su esencia era la mentira, le dijo, “estás mintiendo,
no es posible, eres estéril, tu esposo es viejo, nunca han podido, ya probaron por años”. De dónde
sacó ella “no me mientas”. A que con un oído escuchó la voz del profeta y con el otro prestaba
atención a Satanás.

Tú no puedes escuchar la Palabra de Dios con un oído y al salir poner oídos a una voz contraria que
va en contra de sus promesas.

Ayúdanos, Señor.

La lucha más grande que tenemos es contra la mente. Esa formación que se tiene allá adentro que
no nos deja creer por más.

Juan 8:31
“Si permanecéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.”

“Yo soy un discípulo de Jesús porque no sólo oigo su Palabra, sino que permanezco con ella.”

Permanecer en la Palabra es estar renovado por la ésta, es tornarse a ella, es estar sobre la Palabra.
El discípulo es el que camina sobre la Palabra. No sus sentimientos, lo que piensa, lo que dicen, lo
que hablan, es estar sobre la PALABRA. No es el que oye palabra, el que dice, sino el que
PERMANECE en ella.

“Linaje de Abraham somos… y jamás hemos sido esclavos de nadie.”

Jesús estaba hablando una verdad y ellos creían una mentira, que nunca habían sido esclavos.
Fueron cautivos en Egipto, en Babilonia.

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre…”

Cómo va a ser libre alguien que se miente a sí mismo diciendo que nunca ha sido esclavo. Hay
quienes dicen que hacen lo que se les da la gana, pero un papelito blanco con un filtro los domina y
hace lo que se le da la gana de ellos.

Un vasito con licor hace lo que quiere con algunos.

Si mentimos con respecto a nuestra esclavitud, no podremos ser libres.


La verdad me hace libre

Antes de conocer a Jesús, me fumaba un paquete y medio de cigarros. Y yo era de los que decía
que yo hacía lo que a mí se me daba la gana. Y me di cuenta que ese pedacito de papel con tabaco
adentro hacía de mí lo que él quería. Si yo no cargaba cigarros, aunque no conocía a la gente, le
pedía. Me decían de apodo “Cigarrito”. Cuando tenía, ofrecía y cuando no tenía pedía. “Cigarrito
Luna”, imagínese cómo estaba yo de esclavo. Cuando me hablaban de Jesús, yo decía: “Nadie me
manda…” y con el cigarro.

Habiendo conocido a Jesús, estaba en un restaurante con un mi amigo que no era cristiano viendo
unos partidos de baloncesto, y pedí una cajetilla de cigarros, y encendí el primer cigarro y me dice
-“¿vos sos cristiano?”-. -Por supuesto -le dije-. -¿Y vos le hablás de Jesús a la gente?-. -Claro que
sí -le dije-. -¿Y cómo podés hacerlo con un cigarro en la boca? Por orgullo me fume el siguiente.

Cuando salí de allí, tiré el paquete, allí se quedó. Cuando empecé a querer un cigarro, empecé a oír
la voz: “No lo necesitas, eres libre.”

El sábado llegaba al grupo de jóvenes y cantaba “Amarte sólo a ti, Señor.” y luego me fui a una
discoteca cantando “I love Rock’n’roll”. Cuando iba entrando, me dice el Espíritu Santo, decide a
quién vas a amar….y me salí de allí. Le parecerá chistoso, pero no me quedé ni media canción, y le
dije: “Te acabo de decir que sólo a ti te voy a amar y sólo a ti te voy a amar”.

Conocemos la verdad y la verdad nos hace libres.

También podría gustarte