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Escuela de Borgoña

Mario Lo Russo. Ficha: 1699 Historia de la Música I

Los dominios de la casa de Borgoña, desde la actuación del duque Felipe el Atrevido (1384-
1404), tío del rey Carlos VI,  pasando por sus sucesores Juan sin Miedo (1404-1419), Felipe el
Bueno (1419-1467) y finalmente, Carlos el Temerario (1467-1477), se caracterizan por la
intención clara de los duques, de lograr un proyecto de integración política de territorios y estados
heterogéneos; por ello, convirtieron su ducado en escenario de una diversidad cultural y política
muy dispar y relacionada con otros ámbitos como el inglés, el alemán y el flamenco, además del
francés.
 
Este hecho, es un importante factor para que en dicho territorio dominado por los duques de
Borgoña e integrado para entonces por lo que es hoy, Bélgica, Holanda y el norte de Francia, surjan
las llamadas Escuelas Franco-Flamencas ó Franco-Belgas, las cuales contaron con la presencia de
numerosos maestros compositores, cantores e instrumentistas, que fueron llamados y pudieron
ejercer sus funciones en una región que contaba con una economía y comercio muy prósperos,
grandes riquezas y ciudades desarrolladas que acostumbraban celebrar todas las festividades
religiosas y mundanas con mucha pompa y solemnidad.
 
Una escuela de transición para esto será la Escuela Borgoñona, o Escuela de Borgoña como
también se le conoce. La ubicamos en la  Primera Mitad del Siglo XV, y coincide con el inicio del
gobierno del tercer duque de Borgoña, Felipe El Bueno (1419-67), luego del asesinato de su padre,
Juan sin Miedo (1419). Casado con Isabel de Portugal, para Felipe, como señalamos antes, los
colores tienen gran significación en su corte, combina el negro de su vestuario con azules y verdes
que representan los colores del amor, y el rojo representa la solemnidad.
 
Surge así,  como consecuencia, una música llena de colorido y simbolismo para dar realce a
los soberbios espectáculos y ceremonias cortesanas. Se trata de una música refinada y muy ligada a
los gustos de una sociedad próspera y poderosa que considera la vida como un fastuoso y policromo
espectáculo. El duque además, mantenía en su corte dos grandes laudistas españoles y ciegos
ambos: Juan Fernández y Juan de Córdoba, quienes causaban gran admiración y cautivaban a
todos los invitados a la corte.
 
Debemos resaltar en esta Escuela, la importancia del compositor:
 
Guillaume Dufay (1400-1474), considerado como uno de los más grandes compositores de
ese siglo XV; nació en la población de Chimay (Hainaut), en la Champagna, frontera entre Francia
y los Países Bajos, pronto hacia 1410 fue a Cambrai, ciudad en la cual se desempeña como niño del
Coro de la Catedral. Hacia 1420 se traslada a Italia y presta servicios a los Condotieros Malatesta,
en Rímini y Pesaro; más tarde pasa a Roma, Bolonia, Florencia y luego, a la Corte de Ludovico de
Saboya.
 
En 1436 compone su Motete Nuper rosarum flores para la consagración de la Catedral de
Sta. María del Fiore en Florencia. En 1445 regresa a Cambrai, donde establecerá su residencia. Es
el primero y más genuino representante de la Escuela Borgoñona, la cual reconoció el aporte del

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gótico a la reorganización de la música y retoma la antigua veneración por la forma artística pulcra,
sobre patrones sancionados por el tiempo.  Es autor de muchas obras que nos han llegado, tales
como: Flos Florum para Contralto, Tenor, dos Recorders, órgano portátil y Fiddle; Resvelons nous
resvelons amoureux*, para Contralto, Tenor, Recorder, Viola y órgano portátil.
 
Dufay, considerado el Machaut del Siglo XV, cultiva el canto que da la forma perfecta y el
contenido del poema así como una límpida estructura a su polifonía. Con él, este arte alcanza
definitivamente la dimensión Armónico Vertical, ya insinuada por John Dunstable y por algunos 
otros compositores del Ars Nova.  Hacia 1464 se conoce su última misa Ave Regina Cœlorum. En
sus obras tiende cada vez más, a independizarse de la sensibilización de la quinta, tan característica
de las fórmulas cadenciales del siglo XIV. Se inicia pues, la gestación del Concepto de Tonalidad
en el más amplio sentido del término.
 
Los otros maestros que destacan en esta primera Escuela Franco-Flamenca son: el organista
y compositor Antonio Squarcialupi (m.1475), organista de Lorenzo de Médicis, autor del hermoso
Códice Squarcialupi hacia 1440, el cual recopila gran parte de la producción del Ars Nova
Florentino; contiene más de un centenar de Madrigales, Baladas y Caccias.
 
El franco-flamenco natural de Lieja, Johannes de Limburgia (c.1408-1430), autor de una
Misa Ordinaria según las normas del Concilio de Trento, y otras obras como: Surge propera,
amica mea, Salve virgo regia;
 
Wilhelmus Legrant (1418-1456), autor de numerosas obras, varias de ellas instrumentales,
contenidas en el Buxheimer Orgelbuch y en el Oxford Canon; entre ellas, Or avant, gentiltz
fillettes;  y finalmente, el compositor:
 
Gilles Binchois (1400?-1460) llamado también Egidius, nacido en Mons; fue capellán de
Felipe El Bueno hasta 1437. Fue luego canónigo en Mons hasta 1452, cuando regresó a la corte
borgoñona. En su música emplea los temas gregorianos pero los parafrasea libremente; utiliza series
de acordes de Sextas y los alterna periódicamente con acordes de Quintas. Compuso misas, salmos
e himnos pero su mayor producción son hermosas Canciones francesas y otras obras; además se
hizo famoso por sus trabajos teóricos y como docente que formó a muchos músicos.

John Dunstable (hacia 1390 - 24 de diciembre de 1453), fue un compositor inglés de música
polifónica de la Baja Edad Media - inicios del Renacimiento. Fue uno de los compositores más
activos de la primera mitad del siglo XV, casi contemporáneo de Leonel Power, y tuvo una gran
influencia no sólo en Inglaterra sino también en el continente, contribuyendo en particular como
músico de la Escuela de Borgoña.

El estilo armónico de Dunstable ejerció una notable influencia en el desarrollo musical del
primer periodo renacentista. La información biográfica sobre él es escasa, pero se cree que antes de
1427 estuvo al servicio del duque de Bedford; viajó con él mientras fue regente de Francia (1422-
1429) y más tarde trabajó para la reina Juana de Navarra (1427-1436) y Henry, duque de Gloucester
(1438). En su epitafio se le describe como el príncipe de la música, matemático y astrónomo. Su
obra musical conocida es sobre todo religiosa, para tres o cuatro voces; entre ellas se encuentran
motetes, partes de misas y posiblemente dos de las primeras misas cíclicas (en las que cada
movimiento está basado en el mismo material temático): Rex seculorum y Da gaudiorum premia.

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La técnica medieval del isorritmo (que consiste en disimular la repetición de estructuras rítmicas y
melódicas) y el uso del canto llano son sus recursos básicos. Su música resume el estilo eufónico,
definido por Martin le Franc como el contenance angloise y alabado por el teórico Tinctoris. Tal
estilo se caracteriza por la suavidad del sonido, dulzura armónica de los tercios y sextas siempre
presentes, gracias al contorno melódico desarrollado. Este tipo de sonoridad fue utilizada por
Guillaume Dufay y Gilles Binchois en la formación del estilo borgoñón.

El contenido de gran parte de la música del manuscrito Old Hall (fuente principal de su
obra), y que incluye la de su contemporáneo Leonel Power, muestra el énfasis, derivado del órgano,
sobre el movimiento paralelo de terceras y sextas, las melodías triádicas y las armonías
consonantes. Las obras de Dunstable fueron elogiadas en todo el mundo y tuvieron gran influencia
sobre los primeros compositores renacentistas, como los borgoñones Guillaume Dufay y Gilles
Binchois.

Se le atribuyen un total de unas cincuenta y dos obras aproximadamente. Se conservan


muchas de sus obras vocales, incluidos movimientos para misa, arreglos sacros en latín, motetes y
villancicos ingleses.

Fuentes Consultadas

http://www.histomusica.com/libros/hitos.php?capitulo=15

http://es.wikipedia.org/wiki/John_Dunstable

http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=4304

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