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Relevamiento y análisis del archivo de Carlos Aragón.

Morfología y Composición en la Facultad de Bellas Artes

Introducción

Este trabajo se inscribe dentro de las investigaciones que se llevan a cabo en el marco del

proyecto Las Artes y la ciudad: archivo, memoria y contemporaneidad bajo la dirección de la Mag.

María de los Ángeles de Rueda, directora del IHAAA y se incluye dentro del Programa de

Incentivos. En esta primera etapa del relevamiento de la obra y archivo documental del artista

Carlos Aragón se presenta una selección de textos donde se hallan ideas centrales para el artista,

su práctica a través de la producción pictórica y los disparadores de la estructura y didáctica de la

cátedra Morfología y Composición. Esta cátedra fue fundada en 1963 - cuando la Facultad de

Bellas Artes era aun Escuela Superior de Bellas Artes - por el Profesor Carlos Aragón quien fuera

también el primer profesor. Dicha investigación se ha realizado con la colaboración de Claudia

Aragón, hija menor del artista quien tiene a su cargo la conservación del archivo y la producción

pictórica.

La elección de este artista dentro del marco del proyecto citado se respalda en varios propósitos

planteados en el plan de trabajo: realizar una tarea de relevamiento y catalogación de la

producción en los archivos particulares de los artistas platenses; explorar la actuación de dichos

artistas en el ámbito de la Facultad de Bellas Artes y otros espacios académicos de enseñanza

artística e investigar la participación en campo artístico platense. Carlos Aragón fue uno de los

artistas – docentes, cuya tarea en la Escuela Superior de Bellas Artes – convertida en Facultad de

Bellas Artes en el año 1976 - fue dinámica e impulsora de la creación y sustentación de cátedras y

espacios necesarios para la expresión artística, referidos mas específicamente a dos áreas: el

mural como técnica y la morfología como metodología de aprendizaje de la imagen.

Trayectoria de Carlos Aragón

Carlos Aragón, nació en Ayacucho en 1915 y falleció en La Plata en 1990, platense por adopción

se graduó como profesor de Dibujo y Pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes, donde ejerció
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la docencia, fundador de las cátedras de Morfología y Composición y la carrera de Pintura Mural,

mientras que entre los años 1959 y 1962 fue director de esta institución. En el año 1966 participó

en la fundación de la Escuela Superior de Artes Visuales de Chivilcoy actuando como director

durante varios años; docente y director de la Escuela Martín Malharro de Mar del Plata; docente y

vicedirector de la Escuela de Artes de Magdalena. Su labor como artista se alternó entre la pintura

de caballete de pequeño y gran formato, el mural, el mosaico y la escultura. El mural y la

restauración fueron las actividades que relacionaron la imagen propia del artista con el medio

institucional de la ciudad de La Plata. La labor realizada durante cuatro décadas en la docencia y

toda su vida en la plástica exceden este trabajo, ya que como artista reconocido desarrolló su

actividad en diversos ámbitos y fue requerido en tareas tales como la restauración de la

Presidencia de la Universidad Nacional de La Plata; el Salón Dorado de la Municipalidad de La

Plata; Legislatura y Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata. En

los murales – realizados en el Colegio de Abogados, en el Ministerio de Obras Públicas y en la

Capilla de la Misericordia, de la ciudad de La Plata – las imágenes remiten a diferentes

evocaciones de la historia y las ciencias naturales, siempre englobadas en la aventura humana.

Entre sus numerosos escritos - que abarcan tanto la actividad docente como sus reflexiones sobre

el quehacer y la didáctica en el campo artístico - relacionados con los bocetos de murales se hallan

sus ideas sobre la actividad propia y sus ideas a desarrollar en los murales: “Micro y

macrocosmos, vertidos intuitivamente, como reminiscencia que instaura lo dado en la memoria o el

augurio, pueden explicar los murales en los que existe una dosis de subjetividad expresionista que

tiende a absorber en un solo haz la participación del hombre en la existencia y en el arte ”

Enseñanza artística y concepción idealista

Es necesario destacar que en toda su producción como en los conceptos planteados a través de la

producción plástica, sus conferencias, programas curriculares esta presente el idealismo de Carlos

Aragón, intrínseco y sostenido por las lecturas de Alois Riegl, como el desarrollo del concepto de

“libertad creadora” planteado por Alejandro Korn, con el cual tomara contacto en los años de

juventud. Esta tendencia también se encuentra en las obras más figurativas como los retratos,
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donde desde los recursos compositivos y matéricos instalan una lectura reflexiva por la constitución

del motivo y la modalidad de representación.

En esta concepción que llevó a la práctica desde la docencia, se fundamenta una serie de obras

que abandonan la figuración plena para insertar ritmo, color y síntesis en imágenes abstractas. En

la fundamentación realizada en abril de 1966 por Carlos Aragón – que en parte se transcribe a

continuación - al realizar una muestra de la producción de los alumnos de la cátedra Morfología y

Composición, se encuentra una explicación de ciertas elecciones de las formas constitutivas de la

imagen cuando la obra transita entre la abstracción y la figuración sugerida.

““ La forma en sí misma, su fundamento y contenido, como su trascendencia en el campo de las artes


visuales, es la razón que sostiene y el espíritu que remonta, por vía de la imagen plástica, al hombre a
mundos de su invención más auténtica que aquel de su vivir cotidiano. La forma así entendida no puede ser
entonces definida y menos clasificada por segmentos de función y aplicación convencionales. Sólo
imposiciones de orden didáctico y metodológico justifican la disección de un cuerpo único y por tanto
verdadero por su sola presencia universal. De acuerdo a los contenidos, los propósitos de la materia
Morfología atienden a dos aspectos básicos: aquel universal que lo relaciona con la totalidad del quehacer
plástico y ese otro que le confina dentro de los límites de la materia.””

Para exponer parte de la tarea que se desarrollaba en esta cátedra taller se anexan dos

fotografías: Figura 1 Trabajos de Alumnos, 1963, 2 y Figura 2 Alumnos y Carlos Aragón en el taller,

1963, que ilustran algunos de los trabajos realizados por los alumnos y exhibidos a fines del año

1963. Si bien ambas imágenes presentan figuras abstractas, estas se utilizan como “estructuras

espaciales elementales” para un posterior desarrollo figurativo.

El catálogo de esta muestra presenta una síntesis de los programas que se desarrollaban en tres

años consecutivos de taller. Mientras que es importante destacar una síntesis de los Fundamentos:

““Para el arte actual la transfiguración de las formas en su multiplicidad, constituye la esencia de la invención
en su posibilidad de alcanzar lo imponderable del mismo hacer creador. Morfología es disciplina conceptual
pero de desarrollo concreto en los talleres. La naturaleza como vivencia operante facilita los materiales de
estudios estáticos o dinámicos; en los organismos que van de la tierra al hombre, la tríada “espacio-tiempo-
materia” conduce plásticamente a la idea de la forma como una condensación de movimientos. Su estudio
abarca tres cursos en los que se trata sucesivamente los problemas de la forma en sí misma y en sus vastas
relaciones con otras dimensiones su integración y su desintegración en ellas””

Esta cita remite a las ideas del profesor Carlos Aragón sobre el arte y la función de la enseñanza

artística en particular, ideas que puso en acción en la formación de las cátedras citadas. Su

formación se basaba en el estudio de la naturaleza y el cuerpo humano, - en sus años de

estudiante colaboraba con la cátedra Anatomía en la Facultad de Medicina de la UNLP - ambos en


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sus estructuras y posibilidades que aporta el camino hacia la abstracción. En los archivos

particulares del artista se encuentran numerosas citas de los artistas que nutrieron sus

investigaciones sobre la práctica de la enseñanza y el estudio de la naturaleza, entre los cuales se

halla Leonardo Da Vinci, Durero, Klee, Kandinsky, Moholy Nagi y Tobey.

Entre los escritos revisados se encuentran algunas consideraciones sobre el estudio del cuerpo

humano que dan cuenta del pensamiento integrador entre macro y microcosmos y sobre la

importancia de la actividad de taller como comprobación de los conceptos:

““ La forma corporal humana está potencialmente contenida en el esquema pentagonal de una vértebra. Estas
fuerzas concentradas pueden ser liberadas mediante la agudeza sensorial e imaginativa, revelándose luego
por su expansión en la totalidad del cuerpo. Pero el hallazgo y comprobación de este desarrollo de unidad y
totalidad vertebral es una conclusión a través de hechos verificados en el taller mediante los contactos
háptico-visuales que se inician en el hueso y concluyen en la piel. De otra manera la veracidad cede ante la
improvisación, factor negativo que desvirtúa y confunde toda intención plástica y más en el campo
educacional de la misma””

En un reportaje realizado en el año 1962, Carlos Aragón explica el camino que ha recorrido su obra

en cuanto a las diferente tendencias adoptadas, que dan cuenta de un aprendizaje de las formas

por el dibujo seguido de un proceso de abstracción de esas formas donde incorpora el tratamiento

de la luz. El recorrido de su práctica como artista se expresan del siguiente modo:

““Mi trayectoria individual para un observador superficial es aparentemente contradictoria. Comencé


en el 38 con un realismo auténtico y en el 52 viré a una disciplina de tipo formativo, muy severa con
fundamentos de orden matemático. Es más, mi tarea pictórica ha sido constantemente el enfrentamiento de
dos actitudes: una de orden intelectual formativa, la otra de orden sensible. Estas dos instancias aspiro a
equilibrarlas espiritualmente. En cuanto al movimiento plástico en general, considero que el momento por el
que está atravesando, a pesar de carecer de representaciones objetivas, tiene un contenido humano mayor
frente a la actualidad. Y lo considero así porque estimo que el hombre, en estos momentos, está en una
búsqueda esencial por sobre toda otra posibilidad objetiva. Sintetizando y a riesgo de quedar mal digo que no
creo en la pintura figurativa ni en la abstracta: creo en el pintor.””

Cuando se analizan las obras pictóricas uno se encuentra con ideas que se manifiestan en

formas sensibles, ideas relacionadas con la deducción, con la interpretación de la realidad desde el

desarrollo de las estructuras subyacentes de la formas.

La recreación entre figuración y abstracción, el juego entre estructura y forma, presentes

en la pintura tanto mural como de caballete, responden a la resolución del dilema planteado en uno

de sus escritos: ““Quizás pueda yo hacer cualquier cosa, la dificultad está en concretar, en

expresar en imágenes el conflicto permanente de mi condición humana entre la razón y la intuición,

la vigilia y el sueño””
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Producción pictórica: entre la figuración y la abstracción

Ciertos aspectos de la obra de Aragón, convenientemente enunciados son muy

reveladores, aunque fue un eximio dibujante, lo que parece convenir a una obra de predominio

intelectual, en su pintura no demuestra el recorrido realista pero si el dominio del dibujo, por esto la

línea se convierte en el ritmo; las calidades de la materia en la textura que denuncia el soporte y el

color en el componente que relaciona estructura y luz. En las diferentes etapas de su obra es

destacable el pasaje del óleo al acrílico y el sintético, mientras que sus carbonillas tienen una

cualidad abstracta que remite a la construcción de la forma, a la estructura de las mismas que se

ve reflejada en sus tallas en madera.

Si bien en este trabajo no se realiza una catalogación de las esculturas realizadas por el

artista es importante destacar que a partir del año 1962 las esculturas en madera, tallas, empiezan

a formar parte de sus exposiciones, desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se

podría inscribirse en la escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como

principio formativo de la realidad.

De acuerdo a las posibilidades del presente trabajo se presentan solo dos obras Figura 3: El Mar

del año 1954 que da cuenta del proceso de síntesis en el cual trabajaba hasta llegar a la

abstracción, mientras que la Figura 4 perteneciente a la Serie de la Luz: Luz en el abismo del año

1977 cuando ya había desarrollado su proceso de abstracción. Es importante destacar que su

producción abarca alrededor de cuatrocientas obras, la mayoría de gran tamaño, acordes a su

impronta muralista, y en el caso de sus obras de menor tamaño se han organizado en series donde

se reunen sobre un bastidor entre cuatro y seis obras, este es el caso de la Figura 4.

Dado el avance de esta investigación y considerando los diferentes aspectos de la obra de

Carlos Aragón es necesario destacar que tanto la atmósfera como la naturaleza fueron los puntos

de confluencia de sus temáticas, ya sea que tuvieran una tendencia realista, cubista, abstracta o

semifigurativa. Esta característica en cuanto a los climas creados tanto a través del color, los

contrastes y posteriormente con el dripping, es una constante en la obra pictórica, mientras que la

síntesis en el tratamiento de los cuerpos y figuras se puso de manifiesto en el período que se inicia

alrededor de la década del setenta. Por otra parte la necesidad de trabajar los climas, los ritmos y
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la luz se complementan con un interés por la forma en sus aspectos mas esenciales que a su vez

el artista relaciona como una manifestación de la energía que se transforma en materia y en luz. Al

mismo tiempo otra de las constantes de su obra son las miradas diferentes sobre la humanidad

que siempre tienen un componente esperanzador sobre el destino del hombre, esto se hace mas

evidente en el momento que el hombre llega a la luna, cuando realiza una serie cuya temática es el

espacio exterior, las órbitas, los soles y los cielos nocturnos. De este modo la mirada del artista se

centra en el poder del hombre como observador de la naturaleza pero también como un partícipe

de un universo ampliado, vinculado al desarrollo de una personalidad mística e idealista.

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