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¿AMOR FRÍO?

La profecía del Monte de los Olivos contiene una grave advertencia acerca del enfriamiento del
corazón que se iba a propagar. Pero Jesús también nos anima para ayudarnos a neutralizar
esa letal amenaza espiritual.

La escalofriante advertencia de Jesús todavía retumba en el mundo vil y violento de


hoy: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo
24:12).

Sus discípulos le preguntaron: “¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo?” (v. 3). Él les había dicho que vendrían tiempos de
destrucción pero ellos querían saber cuándo vendrían y cuándo se acabarían.

¿Cuándo asumirá Jesús el papel de rey del supuesto Reino de Dios?

La profecía del Monte de los Olivos

Jesús les contestó sus preguntas con una serie de profecías y parábolas que a menudo se
conocen como la profecía del Monte de los Olivos porque fueron dadas en el Monte de
los Olivos con vista a la ciudad principal de Jerusalén.

El apóstol Juan escribió la profecía de los cuatro jinetes del Apocalipsis basado en las
condiciones que Jesús predijo (compare Mateo 24:5-7 con Apocalipsis 6:2-8). Esto
incluye engaño religioso, guerras, hambrunas y epidemias.

Tan horribles como estas cosas puedan ser, “todo esto será principio de dolores” —
literalmente, dolores de parto (Mateo 24:8). El mundo va a sufrir dolores de parto
terribles antes del nacimiento de un nuevo y pacifico mundo regido por Jesucristo.

Dentro de este contexto, Jesús puso al descubierto las terribles pruebas y persecuciones
que cristianos inocentes sufrirán —por parte de falsos líderes religiosos y de las manos
de los traidores que habrá entre ellos (vv. 9-11).

¿Por qué empeorará el mundo? ¿Por qué incluso habrá cristianos que se enfriarán de
corazón y traicionarán a los demás? La Biblia enseña una relación de causa y efecto
entre quebrantar las leyes de Dios y recibir los resultados destructivos y dolorosos. (Lea
más acerca de esto en nuestro artículo “¿Por qué nuestro mundo actual está bajo
maldiciones antiguas?”.)

Los resultados de la rebeldía

¡La rebeldía generalizada de los tiempos del fin tendrá una peligrosa influencia incluso
entre los seguidores de Cristo! ¿Cómo podrá minar la rebeldía el amor cristiano?

 Estar rodeado de maldad, odio e injusticia puede ofender, desanimar y


desilusionar a un cristiano. También puede empezar a distorsionar nuestra
perspectiva de lo normal y anormal, correcto e incorrecto.
 Las tentaciones atractivas pueden cegarnos con respecto a las consecuencias del
pecado.
 La rebeldía es motivada por el egoísmo —y el egoísmo es la antítesis del amor.
(Compare los 19 elementos destructivos del pensamiento egoísta del tiempo del
fin en 2 Timoteo 3:1-5 con el polo opuesto de las características del amor según
Dios en 1 Corintios 13).
 Quebrantar las leyes de Dios causa dolor y destruye las relaciones.
 El pecado es una trampa —muy fácilmente se convierte en un hábito y nuestros
sentimientos de culpa pueden crear brechas entre Dios y nosotros, así como
llevarnos a estar a la defensiva y ser difíciles en la convivencia. En lugar de
arrepentirnos, podemos ser tentados a sacar todo el dolor de nuestra culpa en
contra de nuestros seres más cercanos.

Estos y otros resultados negativos por ignorar las leyes de Dios pueden disipar el amor y
el compromiso de un cristiano. Pueden hacer que nuestro amor se enfríe.

Evitar la frialdad

La profecía del Monte de los Olivos de Jesús da algo más unas simples advertencias.
Enseña y exhorta a sus seguidores a que eviten perder el amor fervoroso y el
compromiso que deben caracterizar a un verdadero cristiano (Juan 13:35; Apocalipsis
3:19).

Inmediatamente después de la advertencia del enfriamiento, Jesús da dos antídotos:

 Perseverar: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13,
vea “Correr con paciencia”.
 La misión de compartir sus buenas noticias: “Y será predicado este evangelio
(buenas noticias) del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin” (v. 14, vea “¿Cuál es la misión de la
iglesia?”).

El resto de Mateo 24 y 25 contiene otras claves para mantener el amor según Dios y el
entusiasmo en estos tiempos de oscuridad espiritual justo antes del comienzo del
maravilloso Reino de Dios.

A través de la profecía, Jesús dio unas señales proféticas para que evitáramos el engaño
religioso que destruye el fervor y el amor. (Para más acerca de estas señales, vea
“Distinguir las señales de los tiempos”.)

Él nos asegura que al final regresará —sus promesas son seguras (Mateo 24:30, 34-35).
Pero no podemos saber el día y la hora para marcar nuestro calendario. En lugar de eso,
debemos permanecer alerta y preparados —sin ceder ante la tentación diciendo: “Mi
señor tarda en venir” (vv. 44, 48).

Jesús nos exhorta para que seamos siervos “fieles y prudentes”, cuidando de la casa,
“dándoles el alimento a tiempo” (v. 45). “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando
su señor venga, le halle haciendo así” (v. 46).

Ser sabios y fieles y estar motivados por las necesidades de los demás, son algo clave
para evitar que nuestros corazones se enfríen. Jesús profundizó en estos aspectos en el
siguiente capítulo.
Tres parábolas

Mateo 25 tiene tres parábolas que establecen un contraste entre la manera correcta e
incorrecta de mantener vivo su amor cristiano.

La parábola de las 10 vírgenes muestra la importancia de la sabiduría y la preparación


espiritual. Las cinco vírgenes sabias no sólo tenían aceite en sus lámparas, también
llevaban consigo una porción extra. El aceite se utiliza con frecuencia para representar
el Espíritu Santo de Dios, el cual es dado por Él a todos aquellos que se arrepienten y se
bautizan (Hechos 2:38). (Lea más en nuestro artículo “¿Cómo saber si tenemos el
Espíritu Santo?”.)

Entonces podemos utilizar esta parábola como ejemplo para no apagar ni descuidar el
Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19) y permanecer en comunicación con Dios por medio de
la oración, el estudio de la Biblia, la meditación y el ayuno ocasional. (Lea más en la
sección de “Oración, ayuno y meditación: relacionándonos con Dios” de Vida,
Esperanza y Verdad).

La parábola de los talentos muestra la importancia de ser diligentes y fieles. Los criados
que utilizaron lo que les fue dado para aumentar y ganar fueron felicitados, pero el
perezoso que fue y enterró temeroso lo que se le había dado, fue desterrado. ¡Dios
quiere que aprendamos a ser fieles en lo poco que se nos ha dado para que él pueda
saber que seremos fieles en lo mucho que nos quiere dar!

La parábola de las ovejas y los cabritos se enfoca en la motivación interna que nos
puede ayudar a demostrar el amor de Dios siempre. Veamos el reconocimiento para las
“ovejas”:

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me
disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí” (vv.
34-36).

La respuesta de las “ovejas” justas confirma que todo lo que hicieron fue sin la
intención de buscar reconocimiento ni ser vistos por los demás. Su motivación provenía
de un corazón amable de compasión y de amor. “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y
te sustentamos?” (v. 37)

La respuesta en el versículo 40 muestra el amor de Dios por todos y su aprecio por


aquellos que tienen su perspectiva y su amor: “De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

Debemos ver más allá de las acciones y de las actitudes de las personas en este mundo
malvado. Incluso personas que son consideradas como menos por los demás —incluso
personas que nos maltratan— tienen un potencial increíble ante los ojos de Dios.

Jesús nos dijo que: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su
sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:44-45)

Dios “quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:4), y Él quiere que
nosotros veamos ese potencial. Él quiere que aprendamos a amar a los demás como Él
lo hace.

Ejemplos de la vida real

Es interesante que justo después de la profecía del Monte de los Olivos, los Evangelios
registran dos ejemplos de la vida real totalmente opuestos.

Primero, el ejemplo bueno: “Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro,
de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se
llenó del olor del perfume” (Juan 12:3). Jesús entendió que este maravilloso regalo y
ferviente compromiso era una señal de su amor y aprecio por su próximo sacrificio. Ella
no permitió que su tristeza enfriara su amor, por el contrario, se acercó a Dios y buscó
complacerlo. Ella no cedió ante el egoísmo, sino que fue motivada por un amor
desinteresado.

Por otro lado tenemos a Judas Iscariote: “Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote
hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por
trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los
pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella”
(vv. 4-6)

Al principio seguramente Judas amaba y creía en Jesús. Pero cuando fue pasando el
tiempo, las cosas no salieron como Judas y otros esperaban. Y de pronto después Judas
comenzó a sacar dinero poco a poco, de alguna manera justificándose en su mente. Pero
mientras más pecaba, la culpa y la trampa del pecado le robaron su cercanía con Dios.

Al final, Judas permitió que su amor se enfriara. Con un corazón de hielo, incluso
vendió a su maestro y lo entregó a las manos de sus enemigos (Mateo 26:14-16)

Debemos tomar muy en serio la advertencia de Jesús. Nuestra cercanía con Dios,
nuestro carácter y nuestra vida eterna están en juego.

¡No permita que su amor se enfríe!

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