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Predicas Cristianas.. Texto Biblico: 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es
la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”
Introducción
La gratitud es una de las actitudes del nuevo nacimiento en una persona que acaba ser
rescatada de la muerte eterna. Actitud que ya no se cultiva mucho en nuestros días. El
egoísmo y el orgullo han minado los corazones de la humanidad, por lo que para la gratitud ya
no hay cabida y menos para Dios, ya que el hombre aún piensa que lo que logra en la vida, lo
hace por sus propios medios (Proverbios 21:4).
La ingratitud es sinónimo de no ser agradecidos con lo que Dios hace en nosotros, nos provee y
nos salva de pecado a través de su misericordia. En la Biblia leemos la historia de los diez
leprosos, un ejemplo claro de lo que es la gratitud y la ingratitud (Lucas 17:11-19).
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En aquel tiempo, cuando una persona enfermaba de lepra, tenía que alejarse y aislarse por
completo de sus familiares y amigos para no contaminar a nadie; era muy difícil que alguien
pudiera ser curada, pero una vez que se confirmaba que estaba libre de lepra, se realizaba una
ceremonia de purificación y la persona después de haber pasado por tan terrible enfermedad,
se sentía agradecido de ser liberado de ella.
Ese fue el mismo caso que leemos en el libro de Lucas, cuando diez leprosos le pidieron a Jesús
que tuviera misericordia de ellos y mientras se dirigían a donde Jesús les había dicho, fueron
sanados.
Era claro que Jesús los envió a mostrarse a los sacerdotes para que diesen testimonio de Quién
los había sanado. Sin embargo, sólo uno de los leprosos al ver que había sanado, se regresó
glorificando a Dios en gran voz (Lucas 17:15) y Jesús al preguntarle dónde estaban los otros
nueve leprosos, le dice al samaritano que volvió “levántate y vete, tu fe te ha salvado”. ¡Qué
poderosas palabras escuchar después de una sencilla decisión de gratitud, hacia Quien tuvo
misericordia de la persona! (Colosenses 3:15).
En el libro de Romanos 1:18-23, leemos cómo el apóstol Pablo expresa el pecado de la
ingratitud de la humanidad, cuando Dios ha manifestado su eterno poder y deidad desde la
creación del mundo, aun así, habiendo conocido a Dios, no le glorifican como a Dios ni hay
agradecimiento.
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Pablo también exhortó a Timoteo en 2 Timoteo 3:1-2, sobre el carácter del hombre en los
postreros días. Es decir, a través de la Palabra, Dios nos habla de los tiempos actuales en siglo
XXI, donde la ingratitud y el amor de las personas se enfriará (Mateo 24:12) por la maldad que
vemos y escuchamos todos los días. Y esto se encrudecerá mucho más al final de los tiempos.
Tener una actitud de gratitud es un mandato por parte de Dios para los creyentes (1
Tesalonicenses 5:18) y debe de ser parte de nuestra vida juntamente con el gozo por haber
sido rescatados de las tinieblas y exclamar todas las maravillas que Jehová ha hecho (Salmos
26:7).
No importan las circunstancias, sean buenas o sean malas, siempre habrá muchas más razones
para dar gracias a Dios (Filipenses 4:6) ya que sabemos que Dios está obrando en nosotros
para cumplir con su propósito y plan eterno, por lo que confiamos en Él para que sea honrado
y glorificado (Romanos 8:28).
La gratitud para Cristo es la antesala a toda una eternidad con Dios (Salmos 73:26).
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