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[disjcapacidad
Discapacidad
e ideología de
la normalidad
Desnaturalizar el déficit
N
Los autores de este libro integran
un equipo de investigación
interdisciplinario de la Facultad
de Trabajo Social (UNER), que se
formó en 2003 con el objetivo de
diseñar un proyecto de
investigación que abordase la
relación entre discapacidad y
exclusión.
ISBN 978-987-538-248-0
CDD 371.9
Colección [dis]capacidad
Director: Fernando Stern
Corrección de estilo: Susana Pardo
Diagramación: Patricia Leguizamón
Diseño de tapa: Analía Kaplan
ISBN N° 978-987-538-248-0
LA DISCAPACIDAD DIAGNOSTICADA Y
LA CERTIFICACIÓN DEL RECONOCIMIENTO
Indiana Vallejos
Primer caso: JM
Segundo "caso": S.
Último "caso"planteado: T.
Para muchos de los alumnos, llegar a las escuelas implica tomar dos
colectivos, o un o y recorrer largas distancias por otro medio. En dos de
las instituciones educativas cuentan con transporte institucional, desti-
nado en especial a aquellos alumnos que tienen dificultades para trasla-
darse solos.
Respecto de la gestión de los pases libre, cada una de las escuelas toma
una modalidad particular: en alguna informan a los padres de los alum-
nos para que realicen la gestión individualmente; en otra acompañan a los
padres para la realización del trámite; en otra realizan el trámite institu-
cionalmente (desde la propia escuela se hacen cargo de la gestión del pase
para todos los alumnos que lo requieren).
La propuesta construida por los estudiantes fue la de realizar la gestión
de manera institucional. Al iniciar el año, se llevó a cabo una reunión de
los estudiantes de Trabajo Social con la funcionaría municipal de la
Dirección Municipal de Integración al Discapacitado ( D M I D ) , en la que
acordaron que el diagnóstico médico requerido podía ser reemplazado
por la constancia de alumno regular de una escuela especial, fundamen-
tando, por parte de los estudiantes, que nadie decide ser alumno/a de
una escuela especial como puente de acceso al pase libre, o por el mero pla-
cer de serlo y que, por otra parte, hay una evaluación de los equipos insti-
tucionales que determina la admisión como alumno de la escuela de la que
se trate.
Por otra parte, algunos de los alumnos de las instituciones tienen "diag-
nósticos" médicos que obran en los legajos escolares, presentados al
m om en t o del ingreso escolar, que han convalidado la decisión del equi-
po institucional en cuanto a la admisión del alumno en la matrícula del
establecimiento educativo.
Es decir, la evaluación de los equipos institucionales opera como diag-
nóstico, y el legajo como certificación de ese diagnóstico. Por eso, esta
alternativa n o prescinde del diagnóstico médico (que se exige para el
ingreso escolar) sino que lo deja como u n supuesto inicial. En apariencia
supera el planteo anterior, en el sentido de n o someter nuevamente a exa-
men, pero deja incuestionada la exigencia del diagnóstico médico.
Sin embargo, los acuerdos a los que se arribó en esta reunión n o fueron
respetados, y reiteradamente se volvió a requerir el diagnóstico médico.
Por ejemplo, desde una escuela se comenzaron los trámites de gestión
de pases libres en el mes de marzo, habiendo llevado los listados y demás
documentación requerida, que fueron rechazados por falta de diagnósti-
co médico. Las estudiantes reclamaron a la funcionaría municipal por el
incumplimiento del acuerdo, resaltando las dificultades de obtención del
diagnóstico médico en un trámite individual: obstáculos para la obtención
de los turnos, falta de especialistas en los centros de salud, solicitud de
certificados a médicos que no conocen a los jóvenes p orq ue no son pro-
fesionales con los que consultan habitualmente, etcétera. Al respecto,
una de las estudiantes de TS escribe en su registro:
"el obstáculo principal fue la ausencia de los c.diagnósticos3 que avalen la
',discapacidad3 de los alumnos, situación que se complica mucho más por-
que ningún médico 'diagnostica3 en forma gratuita y mucho menos sin
conocer a los pacientes.
Los alumnos no disponían del 'diagnóstico3por diversas razones: sus con-
diciones económicas no les permiten asistir a un médico particular, en el
centro de salud se niegan a realizarlo, las escuelas de las que provienen
[escuelas primarias especiales] no entregan los legajos en los que puede
haber algún certificado que reconozca la 'discapacidad3 del alumno.
En un primer momento insistimos en que el ',diagnóstico3 no sea necesario
como requisito para la tramitación del pase libre, para lo que fueron ele-
vadas distintas notas solicitando esta excepción, dado que los alumnos jus-
tificaban su 'discapacidad3 por la concurrencia a las escuelas especiales a
las que no asisten por decisión propia, sino que fueron transferidos por
problemas de aprendizaje o de condticta (lo que en primera instancia se
presenta como cuestionamiento del requerimiento del "diagnóstico33, for-
talece la idea de la Educación Especial como circuito institucional espe-
cífico de control social de aquellos "casos33 que se desvían de la normali-
dad).
La respuesta de la DMID fue negativa, no aceptaron que reemplacemos
el 'diagnóstico3 médico por los 'diagnósticos3 presentes en los legajos de los
alumnos [que pueden ser "diagnósticos" médicos obtenidos en años
anteriores o 'diagnósticos' elaborados por los profesionales de las
escuelas en las evaluaciones de admisión].
Los reclamos a esa Dirección derivaron en la coordinación de la
Directora con la Patrulla de Salud [dependiente del municipio] para
que realizara los "diagnósticos33 en la escuela.
Se plantea una tensión entre dos posiciones: una que da por sentado
que existe una evidencia corporal de la discapacidad, una marca visible e
incuestionable y otra que requiere de u n aval profesional, experto, diga-
mos científico, de la discapacidad de los alumnos; en síntesis, de una pala-
bra autorizada para la interpretación de esa evidencia corporal. Sin embar-
go, ambas posiciones suponen que "el cuerpo habla por sí mismo", y que
la discapacidad está dada en ese cuerpo. De algún m o d o , el médico nom -
bra la discapacidad y la constituye en el m om e n t o de nombrarla.
La discapacidad n o existe como tal antes de su enunciación en un
diagnóstico médico. Sólo existen algunas características del sujeto que
pueden corresponderse - b a j o la observación de una mirada experta y si
existe u n conocimiento que permita interpretarlo- con los signos y sín-
tomas de un déficit. La identificación de esos signos y síntomas 7 y el esta-
blecimiento de las correspondencias con una categoría nosográfica los
materializa como discapacidad. Es decir: existe una estrecha relación
entre lo visto y lo enunciable/enunciado que, una vez que es dicho, es
producido como discapacidad. En la perspectiva foucaultiana el discurso
es pensado como
"{...) el acto de habla inmerso en relaciones sociales que son relaciones de
fuerza. Es un dispositivo que atraviesa a otros dispositivos [entre los que
puede pensarse a la discapacidad] y de los cuales es la parte enunciable
donde los sujetos son constituidos" (Murillo, 1997, 99).
Ante la alarma y la sorpresa que esto generó, acordamos con las estu-
diantes que hablarían con el médico para aclarar la situación.
Lue g o, las estudiantes concurri eron al Ins ti tu to Provincial de
Integración al Discapacitado (IPID) para intentar que un profesional de
esa institución hiciera los certificados de diagnóstico requeridos. Allí, una
de las trabajadoras sociales les dijo que era imposible; que no contaban con
neurólogo. Desde aquí, el psiquiatra dejó de ser una opción y el diagnós-
tico sólo podía ser neurològico, pero tampoco en esta oportunidad se
explicitaron las razones. Y agrega: "pero ¿de qué madre estaban hablando ?
¿Cómo no los había llevado al médico durante todos estos años?, ¿cómo iban
a estar sin 'diagnóstico' tanto tiempo?"
Las estudiantes relatan en sus registros que el peregrinaje continuó, y
la madre y los mellizos concurrieron al IPI D, en busca del diagnóstico.
Haciendo trámites, las estudiantes se encontraron con Julio, Juan y su
mamá en el Instituto. Uno de los mellizos estaba inquieto, muy enoja-
do. La madre dice que está enojado porque lo tienen de acá para allá,
y no les dan el 'diagnóstico'. El joven se dirige a las estudiantes y les dice:
"claro que estoy enojado, ¿por qué todos pueden tener su 'diagnóstico' y
nosotros no?"