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Los conflictos y los problemas forman parte de nuestro día a día, nos vemos en
situaciones que no sabemos cómo resolver, que hacer, las ocasiones en que
incluso con nosotros mismos entramos en contradicción, estamos confundidos, y
esto se hace más evidente todavía al estar en comunicación o en interacción con
otras personas, salen a la luz las diferentes miradas, opiniones, puntos de vista,
los roces, los malentendidos, las suposiciones, y muchas otras situaciones más,
es debido a esto, por lo que en esta sesión estaremos abordando los temas de la
resolución de conflictos o de problemas y la toma decisiones.
A veces esto no ocurre, pues nos dejamos llevar por la rabia y la desesperación,
terminando entonces irrespetando la integridad de los demás, al hacer esto es
mejor dejar todo en pausa y seguir en otro momento donde la ira no sea la
protagonista, sino la cordialidad, el respeto, el escuchar y entender las ideas del
otro así no esté de acuerdo con ellas.
TIPOS DE CONFLICTOS
Los conflictos de intereses: al igual que los dos anteriores, este también es
bastante común, aquí nos vamos a encontrar en principio con incompatibilidades o
así es percibido por las dos o más partes que están en contienda o disputa. Esto
se tensa todavía más si se parte de la idea o entre las premisas se encuentra que
solo se puede satisfacer lo mío que es lo más relevante, “los demás que se jodan”,
“que los demás se sacrifiquen nosotros porqué”, aquí también entra el tema de los
diversos recursos que son considerados necesarios y que podrían ser escasos, de
igual manera pueda que queramos lo mismo, tenemos una visión compartida pero
el problema es por la forma, el método o procedimiento para resolver las
problemáticas de interés común, y no es de extrañar que aparezcan además
elementos del conflicto por relación y de información.
Los conflictos estructurales: “es que ese sistema”, “es que allá en esa
empresa”, “es que el gobierno”, todo lo anterior podríamos verlo como un montón
de quejas, o espera que aquí se deja entrever algo más. Sin desconocer las
responsabilidades individuales, mal haríamos en ignorar aspectos situacionales o
institucionales externos que podrían facilitar la resolución de un conflicto, o por el
contrario son parte de sus causas o no facilitan su resolución (entiéndase como la
falta de voluntad política o que a ellos no les interesa), exceso de trámites, la
obtención de varios vistos buenos, o los tiempos demasiado cortos o laxos. Aquí
entra en juego también, las distancias, la topografía de un terreno, la situación
climática, entre otros factores geográficos y ambientales.
Pasemos a otra forma de manera de catalogar los conflictos, esta sería si nos
basamos en los implicados, es decir al considerar los actores, los grupos de
personas o comunidades. Según Lewicki, Litterer, Minton y Saunders (1994,
citados por Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, 2004), los
conflictos pueden ser intrapersonales, interpersonales, intergrupales e
intergrupales. Veamos en que consiste cada uno de estos:
Conflicto intergrupal: este otro tipo de conflicto es más complejo, debido a que el
número de personas implicadas es mucho mayor, ya tenemos dos o más grupos
que están en una situación conflictiva. Aquí, por ejemplo, tenemos las diferencias
entre una comunidad con la administración municipal, la pugna de intereses entre
dos o más países, el litigio comercial entre varias empresas, las diferencias entre
grupos ambientalistas y los representantes de empresas mineras, etc. Aquí
convergen diversas disciplinas para dar sus aportes al respecto como son el
derecho, la psicología, la sociología, la política, la economía.