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CAUSA: 4C-15.

718-15
REF.: REVISION DE MEDIDA
CIUDADANO
JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL NRO. 04 DE
LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL PENAL DEL ESTADO MIRANDA.
SU DESPACHO.-

Quien suscribe MIGUEL ANGEL RAMOS ROJAS, abogado en ejercicio e inscrito


en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Nro. 221.598., con domicilio
procesal en la URBANIZACION MONTAÑA FRESCA EDIFICIO 189 PB 04
MARACAY ESTADO ARAGUA, actuando en mi carácter de abogado privado de
los Ciudadanos JOSE LUIS GIL Y LUIS ALFREDO RAMIREZ PALENCIA,
titulares de las cédulas de identidad Nros. V-25.716.022 y V-16.775.158
respectivamente, quienes actualmente se encuentran recluidos en las
Instalaciones del Centro de Coordinación Policial Municipal Los Salias de este
Estado, por estar presuntamente incursos en el Delito de Robo Agravado y Robo
Agravado de Vehículo Automotor, según consta en la Causa número : 4C-15.718-
15, nomenclatura de ese órgano jurisdiccional, CAUSA FISCAL MP-69.937-15.
Ocurro ante usted, con el debido respeto, en la oportunidad de proponer
formalmente, REVISION DE MEDIDA de conformidad con lo establecido en los
artículos 236 del Código Orgánico Procesal Penal y lo hago en los siguientes
términos:

DE LOS HECHOS

Siendo los hechos que según consta en fecha doce (12) de Febrero de 2015,
según se evidencia en el Expediente supra mencionado, en el cual se informa
sobre la aprehensión de los ciudadanos JOSE LUIS GIL y LUIS ALFREDO
RAMIREZ PALENCIA, titulares de las cédulas de identidad Nros. V-25.716.022 y
V-16.775.158 respectivamente, ahora bien lo que resulta de interés a esta defensa
hacer de su conocimiento es el hecho de que los mencionados ciudadanos, no
fueron participes del delito de Robo Agravado, ya que los mismos no desplegaron
la conducta enmarcada en lo que es este tipo penal, ya que los mismos según
consta en las actuaciones policiales fueron aprehendidos a una distancia bastante
alejada del lugar donde ocurrieron los hechos, al igual que a horas de haberse
cometido el hecho, además de ello estos ciudadanos al momento de su detención
no portaban arma de fuego, ni ningún tipo de elementos de interés criminalístico
que lo vincularan con el Robo, por el contrario lo que le fue incautado por parte de
los funcionarios aprehensores fue la mercancía sustraída por otros terceros que
huyeron en un vehículo Aveo, que no fueron capturados, según consta en las
actuaciones policiales y según declaración de la misma víctima, quedando claro
que la conducta desplegada por nuestros patrocinados encuadra perfectamente,
en la conducta del tipo penal de Aprovechamiento de las Cosas Provenientes del
Delito, observándose que los elementos que se presentaron en este hecho
pudieran describirse de la siguiente manera. Según la doctrina de Teoría del Delito
del Autor Grisanti Aveledo ”El delito de Aprovechamiento de Cosas Provenientes
de Delito, también llamado Receptación, requiere para su configuración la
perpetración de un delito principal, por lo general de un delito contra la propiedad,
que permita a un sujeto cualquiera “aprovecharse” de los efectos provenientes del
delito, el agente no debe ser señalado como autor o partícipe, ni encontrarse en
posición de encubridor en el tipo principal anteriormente cometido. Así, tenemos
que para que se tenga como consumado este delito es necesaria la adquisición, el
recibo o el ocultamiento de las cosas provenientes de delito o la intromisión para
que estos efectos sean adquiridos, recibidos o escondidos”. Por su parte, la
Doctrina ha señalado algunas condiciones propias en este tipo penal, a saber:
1. Es preciso que se haya cometido un delito principal (que suele ser otro delito
contra la propiedad: hurto, robo, etc, pero que puede ser de otra clase), del cual
provienen el dinero y otras cosas muebles. La receptación es un delito accesorio,
que supone, necesariamente, la previa consumación del delito principal (no una
falta). La receptación apoya su existencia en la del delito principal, que constituye
un presupuesto impretermitible.
2. Es menester que el receptador no haya participado en la perpetración del delito
principal.
3. Se requiere que no haya encubrimiento.
Por lo tanto esta defensa considera impertinente fundamentado en el Principio de
Legalidad no pudiendo atribuírsele la misma acción a nuestros patrocinados, por
lo que esta defensa considera pertinente la revisión de dicha causa así como las
medidas que actualmente recaen sobre mis defendidos, solicitando el cambio de
calificación de Robo Agravado, por la sola figura de Aprovechamiento de las
Cosas Provenientes del Delito, y no Robo Agravado este último no enmarca la
conducta desplegada para este tipo penal.
En este orden de ideas, Ciudadana Jueza, acudo ante usted a los fines de solicitar
la Revisión de dicha medida privativa de libertad, toda vez que la privación de
libertad que se realiza como Medida de Coerción, debe ser transitoria, en otras
palabras puede ser reversible y de considerar la Jueza que se ha desvanecido o
desaparecido la necesidad de mantener a una persona privada de su libertad, por
cuanto ya no existe el peligro de fuga o de obstaculización, quedando
desproporcionada la Medida Privativa Judicial Preventiva de Libertad dictada,
pudiéndose reemplazar legítimamente dicha Medida por una Medida Cautelar
Sustitutiva.
En tal sentido, el código orgánico procesal Penal en su artículo 237 establece las
condiciones a tener en cuenta para decidir respecto al peligro de fuga y mi caso en
particular, no encuentra en ninguno de esos casos como se determina infra. Es
por todo lo antes expuesto, que es de suma importancia aplicar los principios que
establece nuestro Código Orgánico Procesal Penal como lo dispuesto en los
artículos 8, 9, 10 y 12.

PRINCIPIO DE LIBERTAD
Ahora bien, una de las derivaciones más relevantes de la libertad, es el derecho a
la libertad personal o libertad ambulatoria - contenido en el Artículo 44 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual ha sido consagrado
y desarrollado como un derecho humano y fundamental inherente a la persona
humana y es reconocido, después del derecho a la vida, como el más preciado por
el ser humano (sentencia n° 899/2001, del 31 de mayo, de esta Sala). A mayor
abundamiento, cabe afirmar que el derecho a la libertad personal, en palabras del
Tribunal Constitucional Federa’ Alemán, tiene un alto rango entre los derechos
fundamentales garantizados una y otra vez que es la base de la situación jurídica
general y de la posibilidad de desarrollo de la persona, a saber, la condición para
la libre actuación del ser humano. Siguiendo esta línea de criterio, CASAL
HERNÁNDEZ señala lo siguiente: “..al igual que los demás derechos
fundamentales, el derecho a la libertad personal representa tanto un derecho
subjetivo de defensa contra las injerencias estatales como un principio
constitucional que, en cuanto decisión valorativa, repercute en todas las
esferas del ordenamiento jurídico y obliga a los poderes públicos a tomar
las medidas necesarias para asegurar su vigencia.” (Cfr CASAL
HERNÁNDEZ, Jesús María. Derecho a la libertad personal y diligencias policiales
de identificación. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid, 1998,
pp. 153, 154).
Si bien el derecho fundamental a la libertad personal es la regla general, es el
caso que el propio texto constitucional permite que el mismo pueda verse limitado
en ciertos supuestos excepcionales, como lo son los establecidos taxativamente
en el numeral 1º del Artículo 44 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Uno de dichos supuestos es la orden judicial, la cual constituye una
garantía inherente e ineludible al mencionado derecho fundamental. La
manifestación más importante de tal excepción dentro del proceso penal, se ve
materializada fundamentalmente en e) instituto de las medidas de coerción
personal, y específicamente, en la privación judicial preventiva de libertad o prisión
provisional- regulada en el Artículo 236 de la ley adjetiva penal, siendo ésta la
provisión cautelar más extrema a que hace referencia la legislación adjetiva penal,
tanto a nivel internacional, en los distintos pactos sobre Derechos humanos que
regulan la materia como a nivel interno, así como en el Código Orgánico Procesal
Penal (sentencia n° 2.42612001, del 27 de noviembre, de esta Sala), de ahí que
resulte válido afirmar que la institución de la privación judicial preventiva de
libertad, denota la existencia de una tensión entre el derecho a la libertad personal
y la necesidad irrenunciable de una persecución penal efectiva.
En este orden de ideas, y como lo ha afirmado el Tribunal Constitucional español,
la prisión provisional se sitúa entre el deber estatal de perseguir eficazmente el
delito y el deber estatal de asegurar el ámbito de libertad del ciudadano (STC
47/2000, del 17 de febrero). Ahora bien, debe afirmarse el hecho de que la medida
de coerción personal antes mencionada posea en principio un contenido material
que coincide con el de las penas privativas de libertad, no implica que ella persiga
el mismo fin de tales sanciones, es decir, no puede concebirse como una pena
anticipada, toda vez que la misma recae sobre ciudadanos que se ven amparados
por el principio de presunción de inocencia consagrado en el Artículo 49 numeral
2º Constitucional y en el Artículo 8 del Código Orgánico Procesal Penal,
cristalizándose así el principio indubio pro libértate.

PETITORIO
Por todo lo expuesto, es por lo que RATIFICO la solicitud de que le sea otorgada a
mi patrocinado una medida de coerción personal menos gravosa como lo es una
medida CAUTELAR SUSTITUTIVA DE LA PRIVATIVA DE LIBERTAD de las
contempladas en el artículo 242 del Código Orgánico Procesal Penal. Tal
pedimento lo hago de conformidad con lo expuesto en los artículos 2, 7, 26, 23,
51, 257, 344, 44 ordinal 1, 49 ordinal 1 y 2 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y los artículos 229 y 242 del Código Orgánico Procesal
Penal.
En mérito de razones expuestas en lo precedente y por cuanto la solicitud
formulada ante este digno Tribunal no es contraria a derecho, ruego a usted,
Ciudadana Jueza con todo respeto, se sirva declarar CON LUGAR lo solicitado y
decidiéndose mi solicitud en atención a lo previsto en el artículo 161 del Código
Orgánico Procesal Penal y el artículo 51 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
En caso de no considerar procedente la medida cautelar, pido expresamente UN
CAMBIO DE SITIO DE RECLUSIÓN de conformidad con el num 1 del artículo
242, del Código Orgánico Procesal Penal, en virtud de que mi representado es un
hombre joven, de buena familia, trabajador, decisión esta en la cual debe ser
considerado y tomadas en cuenta las razones ut supra expuestas como
instrumento operacional cuya utilización es de señalamiento básico, lo cual debe
tener incidencia en el juez, quien procurara el desarrollo integral de la
personalidad, así como el disfrute adecuado de sus derechos en el entorno de una
familia y la comunidad. Así como deberes correlativos y las obligaciones dentro de
la sociedad compleja y cambiante que requiere contar con verdaderos hombre y
mujeres dispuestos a ser parte funcional de nuestro sistema democrático y
participativo, esto sin duda alguna, dependerá de un estado de derechos donde se
respete al ciudadano.
Se hace imperante indicar que por cuanto se trata del otorgamiento de un cambio
de sitio de reclusión, se sigue estando en presencia de una medida privativa de
libertad, conforme al criterio sostenido por el Tribunal Supremo de Justicia en su
Sala Constitucional, al establecer que la medida sustitutiva de detención
domiciliaria es privativa de libertad, pues dolo supone el cambio de reclusión del
imputado y no la libertad del mismo. Siendo que la medida cautelar solicitada es la
prevista en el numeral 1 del artículo 242 del Código Orgánico Procesal Penal, es
decir, arresto domiciliario, es por lo que, no hay agravio alguno a las partes
involucradas en el presente proceso. Es de señalar que tanto el máximo tribunal
así como de la Corte de Apelaciones de este Estado, comparten el criterio de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y cuyo tenor es el siguiente:
“…. La medida sustitutiva de detención domiciliaria concedida
a los solicitantes por el Tribunal de Control es privativa de
libertad, pues solo supone el cambio de sitio de reclusión del
imputado y no la libertad del mismo….! (Sentencia Nº 453 de
fecha 4 de abril de 2001, Expediente Nº 01-0236).
Siendo que tanto la privación judicial preventiva de libertad como el arresto
domiciliario como medidas cautelares con llevan a evitar la libertad ambulatoria del
imputado y con ello a impedir la posibilidad de que éste evada el proceso, sin lugar
a dudas que ambas tienen idéntico fin y presuponen garantía para el debido
proceso, en armonía con los principios de necesidad, proporcionalidad y demás
informadores que justifican la medida coercitiva de carácter personal más drástica.
Por todo ello no podría deducirse otra cosa que no sea, que en el caso de autos
se mantiene la medida de privación de libertad, cambiando únicamente el sitio de
reclusión.
En mérito de razones expuestas en lo precedente, y por cuanto la solicitud
formulada ante este digno Tribunal no es contraria a derecho, ni a ninguna
disposición expresa por la ley que rige la materia, ruego a usted, Ciudadana Jueza
con todo respeto, se sirva declarar CON LUGAR lo solicitado. Juro la urgencia del
caso y prioridad del mismo por tratarse de un asunto relativo a la libertad personal.
Es Justicia que solicito y espero a la fecha cierta de su presentación por ante de la
oficina del alguacilazgo.

ABG. MIGUEL ANGEL RAMOS ROJAS.

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