Buenos Aires, Argentina

Martes 2 de marzo de 2021

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Innovación & Derecho

AÑO LXXXV Nº 45 TOMO LA LEY 2021-B ISSN: 0024-1636 - RNPI: 5074180

Doctrina

Competencia originaria de la Corte Suprema:

novedades acerca de la aplicación de la doctrina
del caso “Córdoba”
Catalina Legarre Justa Roca
Fiscal de primera instancia en el fuero Contencioso Administrativo Abogada, especialista en Derecho Constitucional. Funcionaria del Poder Judicial
y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires y profesora de Derecho de la Ciudad de Buenos Aires.
Administrativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
y en el Instituto de Instituto Superior de Seguridad Publica de la Ciudad de
Buenos Aires.

De conformidad con la jurisprudencia de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación
anterior a abril de 2019, las causas que te-
nían como parte a la Ciudad de Buenos Ai-
res y a una provincia debían tramitar ante
los jueces del estado provincial correspon-
diente. Ello por cuanto se consideraba a la
Ciudad un ente distinto a las provincias ar-
gentinas y, por ende, ajena a la prerrogativa
que la Constitución Nacional reconoce en su
art. 117 a dichos estados locales de litigar en
forma originaria y exclusiva en la instancia
originaria de la Corte Suprema. Los funda-
mentos de tal conclusión eran, principal-
mente, dos: por un lado, que la competencia
originaria y exclusiva de la Corte no puede
ser ampliada, restringida o modificada sino
por un precepto constitucional expreso; y,
por el otro, que el régimen de gobierno autó-
nomo con facultades propias de jurisdicción
garantizado a la Ciudad de Buenos Aires a
partir de la reforma constitucional de 1994
no era un impedimento para que dicho esta-
do pudiera ser sometido a la jurisdicción de
los tribunales locales de alguna provincia (1).
La excepción a dicho principio se reconocía
únicamente en aquellos procesos en los que
se ventilase una causa civil o de manifiesto
contenido federal (2).
Igual criterio era aplicado en aquellos jui-
cos en los que eran parte el Gobierno de la
Ciudad y el Estado Nacional, los que debían
tramitar ante el fuero federal a fin de preser-
var la prerrogativa reconocida en el art. 116
del texto constitucional y en la ley Nº 48 (3).
Ello a diferencia de lo que ocurre, desde
siempre, cuando la contraparte del Estado
Nacional es una provincia, en cuyo caso la
causa tramita directamente ante la Corte Su-
prema (4).
Esta doctrina cambió el 4 de abril del año
pasado, cuando la Corte Suprema, en el
marco de la causa “Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires c/ Córdoba,
Provincia de s/ ejecución fiscal” (en ade-
lante, “Córdoba”) (5), dictó uno de los
fallos más trascendentes en su actual
composición. Se trataba de una ejecución
fiscal con el objeto de perseguir el cobro de
un certificado de deuda por la prestación
de servicios médicos en hospitales porte-
ños a beneficiarios derivados por la men-
cionada provincia.
En dicha oportunidad el máximo tribunal
expresamente dejó de lado la doctrina de
“Tierra del Fuego” y, enalteciendo el status
que la Ciudad de Buenos Aires ocupa den-
tro del federalismo argentino, se pronunció
a favor de su competencia originaria en un
caso en el que dicha Ciudad y una provin-
cia eran partes adversas (6). Para llegar a tal
conclusión tuvo en cuenta que la reforma
constitucional de 1994 transformó radical-
mente la naturaleza política y jurídica de
la Ciudad de Buenos Aires y, en una nueva
mirada de esta realidad, reconoció que tam-
bién se ve afectada en su autonomía —como
las provincias— cuando es forzada a litigar
ante tribunales de extraña jurisdicción. En
tal sentido, entendió que la Ciudad “... tiene
el mismo puesto de las provincias en el siste-
ma normativo que rige la jurisdicción de los
tribunales federales y, por lo tanto, el mismo
derecho a la competencia originaria de la
Corte Suprema...”.
Asimismo, señaló que no puede seguir
postulándose como un obstáculo para con-
ceder a la Ciudad de Buenos Aires el pri-
vilegio de litigar en instancia originaria el
carácter estricto con que el máximo tribu-
nal ha interpretado el art. 117 de la Consti-
tución, en el sentido de que la competencia
originaria y exclusiva de la Corte solo puede
ser modificada por un precepto constitu-
cional expreso. Destacó que la propia Corte
ya ha abierto su competencia originaria a
determinados supuestos no incluidos lite-
ralmente en el texto constitucional, en el
entendimiento de que al hacerlo mejoraba
el funcionamiento del federalismo argenti-
no. Así, recordó que desde antaño admite su
competencia originaria en aquellos casos en
los que la controversia se plantea entre una
provincia y el Estado Nacional, como único
modo de conciliar la prerrogativa constitu-
cional del Estado Nacional al fuero federal y
la de las provincias a no tener que someterse
a tribunales federales distintos a la Corte Su-
prema. En este caso, la norma constitucional
cuya vigencia, a criterio de la Corte Supre-
ma, no debe ser afectada es el art. 129, en
tanto reconoce autonomía a la Ciudad.
Por su parte, el tribunal expresamente
puso de manifiesto que el precedente de-
bía ser seguido por los tribunales inferio-
res en casos sustancialmente análogos, lo
que pone de resalto el particular interés de
la propia Corte en que lo allí decidido sea
acatado por los demás tribunales del país,
incluso so riesgo de que tal decisión impli-
que un aumento considerable del número
de expedientes que deba resolver.
El Dr. Rosenkrantz se pronunció por su
voto. Entre otras cuestiones, manifestó
que constitucionalmente no es admisible
equiparar a la Ciudad de Buenos Aires con
un vecino de provincia. La Dra. Highton
de Nolasco, por su parte, fue la única inte-
grante del tribunal que mantuvo el criterio
anterior y consideró que la causa resulta-
ba ajena a la competencia originaria de
la Corte. A su parecer, a diferencia de la
opinión mayoritaria, no ha habido ningún
cambio en la realidad constitucional ar-
gentina que justifique el apartamiento de
la doctrina consolidada hasta entonces.
Es momento de decir que “Córdoba” es el
resultado de una evolución jurisprudencial
en materia de competencia que tiene, entre
otros objetivos, impulsar el traspaso de dis-
tintas competencias nacionales a la órbita
judicial de la Ciudad de Buenos Aires, en
pos de su autonomía. La causa “Corrales” (7)
representa un hito en esta evolución, que
continúo con “Nisman” (8). En ambos casos
se presentaba un conflicto de competencia
en materia penal entre jueces federales y na-
cionales. El máximo tribunal entendió que, a
los efectos de dirimir cuestiones de tal natu-

Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) una persona de derecho público con domicilio en su terri- 327:5254 y 327:6063. (6) El voto de la mayoría fue suscripto por los Dres. Ma-
(1) Fallos 330:5279, comúnmente conocido como la torio en los términos previstos en el art. 24, inc. 1, aptdo. (4) Fallos 114:315, 114:339, 128:106, 308:2054, 313:825 queda, Lorenzetti y Rosatti.
doctrina “Tierra del Fuego”. b, del dec.-ley 1285/58. y 335:1521. (7) Fallos 338:1517.
(2) Ello es así tratándose la Ciudad de Buenos Aires de (3) Fallos 323:1199, 327:2357, 327:2536, 327:2857, (5) Fallos 342:533. (8) Fallos 339:1342.

Columna de opinión
El valor del epígrafe en los artículos de las leyes
Nicolás J. Negri 5
Nota a fallo JNFed. Crim. y Correc. Nro. 11, 30/11/2020. - O., G. A. s/ ave-
riguación de delito. 6
Sistemas informáticos bancarios
Persona que realizó múltiples operaciones de compraven- Ciberdelito: el hallazgo y la explotación de vulnerabili-
ta de dólares alterando el valor de cotización desde el ho- dades como conductas delictivas
mebanking de su cuenta. Sobreseimiento. Carla Paola Delle Donne 6

CORREO
FRANQUEO A PAGAR
ARGENTINO

CENTRAL B CUENTA N° 10269F1

2 | Martes 2 de marzo de 2021
raleza, los jueces nacionales con asiento en
la Ciudad de Buenos Aires no deben consi-
derarse equiparables a los jueces federales.
Se resaltó que el carácter nacional de los
tribunales ordinarios de la Capital Federal
es meramente transitorio en atención a la
autonomía que la Constitución Nacional le
reconoce a la Ciudad. Elena Highton de No-
lasco votó de modo individual, sin tener en
cuenta la mentada equiparación.
Las consecuencias del nuevo postulado
propuesto por el máximo tribunal se ad-
vierten en el caso “José Mármol 824” (9). En
esta oportunidad la Corte Suprema se de-
claró competente para resolver un conflicto
planteado entre un juzgado nacional en lo
criminal y correccional federal y un juzga-
do nacional en lo criminal de instrucción.
Al respecto, entendió que no correspondía
aplicar a la solución de la controversia lo
dispuesto en el art. 24, inc. 7, del dec.-ley.
1285/58 —que prevé que los conflictos de
competencia entre jueces nacionales de
primera instancia deben ser resueltos por la
Cámara de la que dependa el juez que hu-
biese intervenido primero— “... por cuanto
no corresponde equiparar a los tribunales
nacionales ordinarios con los tribunales fe-
derales que tuviesen asiento en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires...”. La Dra. Hi-
ghton votó en disidencia, en línea con su
posición sobre estas cuestiones. También
lo hizo el Dr. Rosenkrantz, quien si bien
acompañó a la mayoría en “Nisman”, sos-
tuvo que la no equiparación entre los tri-
bunales ordinarios de la capital y los fede-
rales importa que los primeros no pueden
conocer en materias reservadas a la justicia
federal, pero no les quita “... el carácter que
tienen por integrar el Poder Judicial de la
Nación ni que la Corte se haya arrogados
facultades derogatorias del art. 24, inc. 7º
del decreto-ley 1285/58”.
A su vez, es dable destacar que el mismo
día en que la Corte Suprema dictó sentencia
en la causa “Córdoba” también se pronun-
ció en la causa “Bazán” (10), fallo que avanza
sobre el cambio jurisprudencial aquí anali-
zado. En dicha oportunidad el conflicto de
competencia se encontraba planteado entre
un Juzgado Nacional de Menores ubicado en
la Capital Federal y un Juzgado en lo Penal,
Contravencional y de Faltas de la Ciudad de
Buenos Aires. La Corte Suprema dispuso
que en adelante sería el Tribunal Superior
de Justicia de CABA el órgano encargado de
conocer en los conflictos de competencia
que se susciten entre dos órganos jurisdic-
cionales con competencia no federal con
asiento en la Ciudad. Se partió de la premi-
sa mencionada: los jueces nacionales con
asiento en la Ciudad de Buenos Aires no son
equiparables a los jueces federales. Y se des-
tacó la existencia de “... un supuesto de ‘in-
movilismo’ en llevar a cabo la transferencia
de la justicia nacional ordinaria al Poder Ju-
dicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res, que también debe ser considerado como
un desajuste institucional grave de uno de
los mecanismos estructurales de funciona-
miento del federalismo, sin que la demora
(9) Fallos 341:611.
(10) Fallos 342:509.
(11) Análisis efectuado al 19/1/2021.
(12) CS, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Estado Nacional s/ ejecución fiscal”, CSJ 206/2018,
22/12/2020; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
c/ Estado Nacional s/ ejecución fiscal”, CSJ 294/2019,
8/10/2020; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
(GCBA) c/ Estado Nacional s/ ejecución fiscal”, CSJN
833/2017, 11/6/2020; “Gobierno de la Ciudad de Bue-
nos Aires c/ Programa de Servicios Agrícolas Provincia-
les (Estado Nacional) s/ ejecución fiscal”, CSJ 1859/2016,
12/12/2019; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
c/ Estado, Nacional Argentino s/ ejecución fiscal”, CSJ
1663/2017, 5/11/2019; “Gobierno de la Ciudad de Bue-
nos Aires c/ Estado Nacional s/ ejecución fiscal”, CSJ
2477/2017, 29/10/2019; y “Gobierno de la Ciudad de Bue-
nos Aires c/ Ferrocarriles Argentinos S.A. s/ ejecución
en la concreción del mandato constitucional
aparezca de manera alguna razonablemente
justificada”. En virtud de esta nueva jurispru-
dencia, un número importante de conflictos
de competencia dejan de ser dirimidos por
la Corte Suprema.
El objeto del presente trabajo será enton-
ces dar a conocer de qué manera, a más
de un año de su dictado, la propia Corte
Suprema, como así también otros órganos
judiciales, principalmente la Procuración
General de la Nación, han aplicado la no-
vedosa doctrina que surge del precedente
“Córdoba”, más allá de que, debe recono-
cerse, gran parte de ese tiempo se ha visto
afectado por la medida de aislamiento que
en los últimos meses ha impactado en el
normal desarrollo de las actividades de los
argentinos, incluso la judicial.
Si bien el fallo no presenta mayores com-
plejidades de entendimiento, cierto es que
muchas veces resolver cuestiones de com-
petencia exige conciliar diversos principios
que rigen la materia y cuya preminencia de
unos sobre otros no resulta del todo clara.
También lo es que la elaboración de la doc-
trina en torno a la nueva interpretación del
status que corresponde otorgarle a la Ciudad
de Buenos Aires dentro de nuestro sistema
federal resulta indispensable, en la medida
en que su aplicación lisa y llana podría com-
prometer el caudal y la entidad de los casos
a ser decididos por el máximo tribunal. Todo
ello desemboca en que los lineamientos
efectuados por el propio tribunal resultan
esenciales a fin de conocer el verdadero al-
cance de la doctrina. Veamos.
I. En primer lugar, cabe destacar que la
Corte Suprema ha mencionado el fallo en
cuestión en más de cien oportunidades (11).
La mayoría de ellas corresponden a ejecu-
ciones fiscales —causas donde el Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires demandó al
Estado Nacional o a una provincia a fin de
obtener el pago de sumas de dinero que se
adeudarían en concepto de tributos loca-
les—.
Dentro de las ejecuciones, en un número
importante de causas —todas ellas contra el
Estado Nacional o alguna de sus dependen-
cias—, la Corte no declaró su competencia
originaria, sino que, por el contrario, ordenó
la remisión de las causas al fuero Conten-
cioso Administrativo Federal (12). ¿Implica
este modo de resolver el regreso al criterio
anterior? No. Al momento de argumentar,
el tribunal expresamente reconoció el dic-
tado del fallo “Córdoba”, pero entendió que
la nueva jurisprudencia no afectaba la apli-
cación de la “constante y reiterada doctrina”
según la cual, cuando la competencia ori-
ginaria de la Corte Suprema nace rationae
personae, resulta válida la prórroga de la
persona aforada a favor de tribunales infe-
riores de la Nación, toda vez que se trata de
una prerrogativa de carácter personal que
como tal puede ser renunciada expresa o tá-
citamente (13).
fiscal (ABL)”, CSJ 2156/2017, 17/10/2019; entre muchos
otros. En “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/ Obra
Social del Personal de Entidades Deportivas y Civiles s/
ejecución fiscal”, CSJ 1815/2018, 3/9/2020, aplicando el
mismo criterio de prórroga de la competencia originaria,
la Corte ordenó la remisión de las actuaciones a la Cámara
Federal en lo Civil y Comercial a fin de que decida qué Juz-
gado de dicho fuero debía entender en la causa.
(13) La Corte Suprema se remitió a la causa “Víctor M.
Contreras y Cía. S.A. c/ Catamarca, Provincia de y otros
s/ cobro de pesos”, CSJ 413/1999, 16/9/2014, y sus nu-
merosas citas.
(14) CS, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Buenos Aires, Provincia de s/ ejecución fiscal (ABL)”,
CSJ 342/2018, 21/8/2020; “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ La Pampa, Provincia de s/ ejecutivo”,
CSJ 2027/2017, 17/12/2019; “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ Santa Cruz, Provincia de s/ ejecución
En los casos en concreto, se tuvo en
cuenta que el Gobierno de la Ciudad había
consentido —ante la excepción de incom-
petencia opuesta por la parte demanda-
da— que el proceso tramitase por ante los
tribunales federales, lo que debía ser en-
tendido como una renuncia al privilegio de
litigar en la competencia originaria y una
prórroga a favor del mencionado fuero. La
particularidad se da aquí en que la Corte
Suprema no reparó en la oportunidad en
que tal prórroga hubiese sido efectuada, la
que, en la mayoría de los casos, era anterior
al cambio de criterio. Parecería ser que para
la Corte la circunstancia de que el Gobierno
de la Ciudad hubiese consentido expresa o
tácitamente someterse al fuero federal al-
canza para que la causa resulte ajena a su
competencia originaria, incluso cuando al
hacerlo el propio Gobierno hubiese desco-
nocido su derecho a concurrir a dicha ins-
tancia en virtud de la doctrina “Córdoba”.
Esto hace que la solución dada en estos su-
puestos pueda resultar cuestionable, aun-
que la razón de ser podría encontrarse en
que de este modo el máximo tribunal logró
desprenderse de un importante número de
expedientes que, en principio, parecerían
de menor significancia y poco justificarían
su excepcional intervención.
Por el contrario, en otras ejecuciones
fiscales —todas ellas contra una provin-
cia— la Corte aplicó sin más la doctrina del
caso “Córdoba” y, en consecuencia, se pro-
nunció a favor de su competencia origina-
ria (14). Si bien la sentencia no dice nada al
respecto, en virtud de lo resuelto se deduce
que en ninguno de estos casos el Gobierno
de la Ciudad había prorrogado competen-
cia a favor de otro fuero, lo que resulta de
toda lógica si se tiene en cuenta que la op-
ción hubiera sido ser juzgado por un tribu-
nal provincial.
En las ejecuciones fiscales es posible ad-
vertir un tercer grupo: casos más recientes
donde también se demandaba a una pro-
vincia o al Estado nacional y el fuero local
se había declarado incompetente sin más
invocando la doctrina “Córdoba”, pero que a
criterio de la Corte Suprema tal declaración
de incompetencia resultaba prematura, toda
vez que no se había citado aún a la parte de-
mandada —y, se deduce también, todavía
no se le había dado la oportunidad de opo-
ner excepción—. En consecuencia, ordenó
la devolución de las actuaciones al juzgado
donde habían sido iniciadas (15).
Fuera de las ejecuciones fiscales, la Corte
Suprema se remitió al fallo referido con res-
pecto a cuestiones de competencia en otras
pocas oportunidades, para incluirlo entre
las causas sobre las que incidió la redefini-
ción realizada en los casos “Nisman” y “Co-
rrales” ya mencionados.
La primera es “Oil M&S” (16). Allí la Corte
debió revisar una controversia que se pre-
sentaba ante un supuesto de prórroga de la
competencia originaria a favor de un tribu-
nal nacional de primera instancia.
fiscal”, CSJ 456/2019, 5/11/2019; “Gobierno de la Ciu-
dad de Buenos Aires c/ Salta, Provincia de s/ ejecución
fiscal”, CSJ 1691/2017, 29/10/2019; “Gobierno de la Ciu-
dad de Buenos Aires c/ Chaco, Provincia del (Unidad de
Gestión Provincial) s/ ejecución fiscal”, CSJ 735/2018,
22/10/2019; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Chaco, Provincia del s/ ejecución fiscal”, CSJ 280/2018,
17/10/2019; entre otros.
(15) CS, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Santa Fe, Provincia de s/ ejecución fiscal”, CSJ 210/2018,
22/12/2020; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
c/ Santiago del Estero, Provincia de s/ ejecución fis-
cal”, CSJ 94/2017, 10/9/2020; “Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires c/ Estado Nacional s/ ejecución fiscal”,
CSJ 1311/2019, 27/8/2020; “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ Correo Oficial de República Argentina
Sociedad Anónima s/ ejecución fiscal”, CSJ 1337/2019,
27/8/2020; y “Gobierno de la Ciudad de Buenos Ai-
Por mayoría, el tribunal cimero destacó,
en primer término, la tradicional doctrina
según la cual resulta eficaz la voluntad de
una provincia de efectuar tal prorroga, in-
cluso en algunos supuestos en que el dere-
cho invocado en la demanda se encuentre
fundado en normas federales, siempre que
no se advierta la concurrencia de un interés
federal o de razones institucionales de tal
magnitud que hagan impostergable la in-
tervención de la Corte. A continuación, re-
cordó la doctrina según la cual, a los efectos
de dirimir cuestiones de competencia, no
corresponde equiparar los tribunales nacio-
nales ordinarios con los federales —en esta
oportunidad se menciona “Córdoba” como
uno de los casos decididos en forma conse-
cuente con las implicancias normativas de
esta nueva regla—. Luego, definió el alcance
de la regla “... de modo que la posibilidad de
prórroga de la competencia originaria allí re-
ferida sea entendida como predicada exclu-
sivamente respecto de los tribunales federa-
les de primera instancia”. De esta manera, se
aprovechó la oportunidad para “precisar los
postulados” sustentados en “Córdoba” y las
otra causa citadas. Hecha esta aclaración,
consideró prematura la incompetencia de-
cretada, ya que no se había citado a la pro-
vincia, por lo que la causa debía seguir su
trámite ante el Juzgado Federal de Primera
Instancia de Río Gallegos.
Los Dres. Highton de Nolasco y Ro-
senkrantz llegaron a la misma conclusión,
pero sin hacer referencia a “Córdoba”. La
Procuración General, por su parte, había
dictaminado que el caso correspondía a la
competencia originaria de la Corte Supre-
ma (17).
La segunda es “Galarza” (18), donde se de-
batía qué tribunal debía conocer en el caso,
si uno federal o uno ordinario, de acuerdo
con el delito que se había perpetuado (encu-
brimiento). La Procuración General —pre-
vio a la nueva jurisprudencia— había dic-
taminado que el caso debía ser resuelto por
la justicia federal (19). La Corte Suprema,
teniendo en cuenta la nueva pauta sentada
por el tribunal en “Nisman”, y luego de des-
tacar sus consecuencias en diversas causas,
entre las que nombró “Córdoba”, resolvió
que no cabía asignar competencia al fuero
federal para entender en delitos vinculados
con un ilícito investigado por la justicia na-
cional ordinaria, los que se encuentran suje-
tos a las normas de competencia pertinentes
a la naturaleza del delito en cuestión.
Las últimas dos son “Panaciuk” (20) y
“Benítez” (21), ambos casos de mala praxis
médica en los que se demandaba por res-
ponsabilidad civil a los profesionales y a las
clínicas involucradas y al Instituto Nacional
de Servicios Sociales para Jubilados y Pen-
sionados (PAMI), este último con derecho a
ser juzgado por la justicia federal. Los con-
flictos de competencia se planteaban entre
un Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil y un Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Civil y Comercial Federal.
res c/ Corrientes, Provincia de s/ ejecución fiscal”, CSJ
1360/2018, 21/8/2020; entre otros. En todos ellos la
Corte se remite a la doctrina de Fallos 331:793.
(16) CS, “Oil M&S S.A. c/ Agencia Santacruceña de In-
gresos Públicos (ASIP) s/ acción mere declarativa de de-
recho”, FCR 7439/2016/CS1, 5/11/2019.
(17) PGN, “OIL M&S” cit., 13/2/2017.
(18) CS, “Galarza, Leandro Gastón s/ encubrimiento
(art. 277, inc. 1º)”, Competencia CCC 65897/2015/1/CS1,
17/12/2019.
(19) PGN, “Galarza” cit., 27/12/2016.
(20) CS, “Panaciuk, Andrea Esther c/ Instituto Nacio-
nal de Serv. Soc. para Jubilados y Pensionados y otros s/
responsabilidad médica”, Competencia CIV 15222/2018/
CS1, 18/6/2020.
(21) CS, “Benítez, Nélida Alicia c/ Sanitario Nuestra
Sra. del Pilar y otros s/ responsabilidad médica”, Compe-
tencia CCF 730/2018/CA1-CS1, 18/6/2020.

Luego de afirmar que de acuerdo a lo dis-
puesto en el dec.-ley 1285/58 (22) la causa
debía ser conocida por los Juzgados Nacio-
nales en lo Civil, regla que la propia Corte
había aplicado aun cuando uno de los co-
demandados se encontraba sujeto al fuero
federal en razón de la persona, el máximo
tribunal admitió que “... la ruptura de la
equiparación entre jueces nacionales ordi-
narios y jueces federales con asiento en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires derivada
del precedente ‘Nisman’ también irradia en
el supuesto (...) examinado...”. Ello lo llevó
a desprenderse del criterio jurisprudencial
mencionado y a determinar que cuando se
encuentra demandado un sujeto que debe
litigar ante el fuero federal, ya no puede ser
juzgado por un tribunal nacional ordina-
rio. En lo relevante, concluyó que en ambos
casos resultaba competente el Juzgado Na-
cional de Primera Instancia en lo Civil y Co-
mercial Federal. En estas oportunidades, la
referencia al caso “Córdoba” se hizo, una vez
más, junto con otros casos, para ejemplificar
las consecuencias de la doctrina sentada en
“Nisman”.
Los Dres.  Highton de Nolasco y Ro-
senkrantz votaron en disidencia. Considera-
ron que el conflicto de competencia no de-
bía ser resuelto por la Corte Suprema, sino
por la CNCiv., la cual reviste, en línea con lo
decidido en “José Mármol 824”, la calidad
de tribunal de alzada del juez que prime-
ro conoció (cfr. art. 24, inc. 7, del dec.-ley.
1258/58).
Más recientemente se mencionó “Córdo-
ba” en el caso “Autocrédito” (23), donde se
demandaba a la Provincia de Santa Fe y la
Ciudad de Buenos Aires, en tanto, a criterio
de la parte actora, ambas jurisdicciones es-
tablecen un impuesto automotor con exac-
ta identidad de objeto y sujeto y ninguno
de ellos reconoce como pago a cuenta el
abonado en la otra. La Corte sostuvo que
más allá de lo resuelto en “Córdoba”, en
el caso no se presentaba un supuesto de
competencia originaria. Para ello dio dos
argumentos. El primero, en razón de la ma-
teria: el contenido federal del litigio no re-
sultaba manifiesto, toda vez que el planteo
efectuado exigía la revisión e interpreta-
ción de los códigos fiscales de la provincia
y de la Ciudad y de actos locales basados
en aquellas normas. El segundo, en razón
de las personas demandadas: no se daba
(22) Art. 43, inciso c, y 43 bis, inciso c, del decreto ley
Nº 1285/58, en tanto establecen que los Juzgados Na-
cionales de Primera Instancia en lo Civil conocerán en las
causas relativas a la responsabilidad civil de los profesio-
nales.
(23) CS, “Autocrédito S.A. de Capitalización c/ Santa
Fe, Provincia de y otra s/ acción declarativa de certeza”,
CSJ 1239/2016, 26/11/2020.
(24) CS, “Farina, Haydée Susana s/ homicidio culpo-
so”, CSJ 2148/2015/RH1, 26/12/2019 y Fallos 342:1061.
(25) Análisis efectuado al 24/11/2020.
(26) PGN, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Correo Oficial de la República Argentina S.A. s/ ejecución
fiscal”, CSJ 258/2020, 7/9/2020; “Gobierno de la Ciu-
dad de Buenos Aires c/ Estado Nacional (Ente Nacional
Regulador de la Electricidad - ENRE) s/ ejecución fiscal”,
CSJ 2475/2019, 18/12/2019; “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ Ente Nacional de Comunicaciones (ENA-
COM) s/ ejecución fiscal”, CSJ 2391/2019, 27/11/2019;
“Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/ Estado Nacio-
nal (Sociedad Operadora Ferroviaria) s/ ejecución fiscal”,
CSJ 2210/2019, 19/11/2019; “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ Estado Nacional (Gendarmería Nacio-
nal) s/ ejecución fiscal”, CSJ 2152/2019, 8/11/2019; “Go-
bierno de la Ciudad de Buenos Aires c/ Chubut, Provin-
cia del s/ ejecución fiscal”, CSJ 1942/2019, 10/10/2019;
y “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/ Prefectu-
ra Naval Argentina s/ ejecución fiscal”, CSJ 1417/2019,
17/7/2019; entre muchos otros.
(27) PGN, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Estado Nacional (Ferrocarriles Argentinos S.A.) s/ eje-
cución fiscal”, CSJ 2389/2019, 18/12/2019; “Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires c/ Estado Nacional (Admi-
nistración de Infraestructuras Ferroviarias S.E.) s/ ejecu-
un supuesto de acumulación subjetiva de
pretensiones, en tanto ni la provincia ni la
Ciudad resultaban aforadas en forma autó-
noma a la instancia originaria; y tampoco
existían razones que justifiquen concluir
en que dicho litisconsorcio pasivo fuese
necesario (cfr. el art. 89 del Cód. Proc. Civ.
y Com.), pues los referidos estados podían
ser demandados ante sus respectivos tri-
bunales locales.
Finalmente, el precedente “Córdoba”
fue mencionado por la Corte en otras dos
ocasiones, no ya vinculado a cuestiones de
competencia, sino a fin de esbozar princi-
pios generales del derecho que surgen de su
propia jurisprudencia (24).
II. De lo expuesto precedentemente se
desprende que la Corte Suprema no se ha
expedido respecto de la aplicación concreta
del fallo “Córdoba” y de las consecuencias
que de este se derivan en un número impor-
tante de casos o, al menos, cualitativamente
hablando. En este contexto, cobra también
relevancia lo dictaminado por la Procura-
ción General de la Nación, quien ha men-
cionado la doctrina “Córdoba” en diversas
contiendas que en su mayoría todavía están
a la espera de ser resueltas por el máximo
tribunal (25).
El mayor número de estas causas, tal
como ocurrió con la Corte Suprema, se
tratan de ejecuciones fiscales. Allí la Pro-
curación siguió el mismo criterio que el
tribunal cimero: pronunciarse a favor de la
competencia originaria de la Corte Supre-
ma en aquellos casos en los que, se deduce,
no hubo prórroga (26); y pronunciar que la
causa es ajena a la competencia originaria
en aquellos casos en los que el Gobierno
de la Ciudad habría prorrogado compe-
tencia —tácita o expresamente— a favor
de los tribunales federales (27). En estos úl-
timos casos, la Procuración dejó asentado
que no concurrían razones institucionales
o federales que impidiesen resolver en tal
sentido. Sin embargo, no siguió el mismo
criterio en aquellos casos donde el tribunal
local se había declarado incompetente sin
antes correr traslado de la demanda: allí
la Procuración, a diferencia de la Corte, se
pronunció a favor de la competencia origi-
naria del máximo tribunal, sin reparar en si
la declaración de incompetencia había sido
prematura (28).
ción fiscal”, CSJ 2111/2019, 13/11/2019; “Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires c/ ANSeS s/ ejecución fiscal”,
CSJ 1708/2019, 2/10/2019; y “Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires c/ Estado Nacional (Administración de In-
fraestructuras Ferroviarias S.E.) s/ ejecución fiscal”, CSJ
1267/2019, 18/7/2019. En todos ellos la Procuración se
remite a la doctrina de “Flores” (Fallos 315:2157) acerca
de la validez de la prórroga de la competencia origina-
ria cuando tal competencia corresponde en razón de las
personas.
(28) PGN, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
c/ Estado Nacional s/ ejecución fiscal”, CSJ 1311/2019,
5/7/2020; “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Correo Oficial de República Argentina Sociedad Anóni-
ma”, CSJ 1337/2019, 9/9/2019.
(29) PGN, “Noblex Argentina S.A. c/ Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires - AGIP s/ proceso
de conocimiento”, CAF 85786/2018/CS1, 13/11/2019;
“ZF Argentina S.A. c/ Gobierno de la Ciudad Autóno-
ma de Buenos Aires - AGIP - DGR s/ proceso de cono-
cimiento”, CAF 91691/2017/CS1, 8/11/2019; “Angiord
S.A.C.I. c/ Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires - AGIP - DGR s/ proceso de conocimiento”, CAF
72915/2017/CS1, 8/11/2019; “Dass Argentina S.R.L. c/
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/ proceso de
conocimiento”, CAF 18179/2018/C8, 8/11/2019; “Kentec
Argentina S.A. c/ Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires - AGIP s/ proceso de conocimiento”, CAF
89788/2018, 8/11/2019; “Cortestamp S.A. c/ Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires s/ Acción declarativa de incons-
titucionalidad y repetición”, CAF 1641/2019, 8/11/2019;
“Ferrum S.A. de Cerámica y Metalurgia c/ Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires s/ proceso de conocimiento”,
CAF 48946/2018/CS1-CS2, 2/10/2019; y “Incidente nº
Fuera de las ejecuciones fiscales, exis-
te además otro grupo de casos que cuen-
tan con dictamen de la Procuración y cuyo
análisis resulta interesante. Repasaremos
en primer lugar algunos casos en los que se
pronunció a favor de la competencia origi-
naria de la Corte.
El primer lote de ese grupo está compren-
dido por causas en las que diversas empre-
sas cuestionan la pretensión de la Adminis-
tración local de exigir el pago del tributo del
impuesto sobre los ingresos brutos a una
alícuota más gravosa cuando la actividad in-
dustrial no se desarrolla en establecimientos
ubicados en la Ciudad, de acuerdo con lo pre-
visto en el Código Fiscal de la Ciudad de Bue-
nos Aires (29). En virtud de la materia invo-
lucrada, estos expedientes, hasta lo resuelto
en “Córdoba”, tramitaban ante los tribunales
federales de primera instancia. Sin embargo,
de acuerdo con lo dictaminado por la Pro-
curación, a partir del fallo examinado deben
ser resueltos por el máximo tribunal en ins-
tancia originaria. Se sustenta tal solución en
jurisprudencia asentada con anterioridad en
casos en los que se demandaba a las provin-
cias a fin de impugnar leyes provinciales que
también exigían para tener una situación
preferencial en el pago del impuesto que el
establecimiento industrial de la empresa esté
ubicado en jurisdicción provincial. El funda-
mento de ello es que la impugnación de los
textos locales se basa en estos casos directa-
mente en la Constitución Nacional (30).
En los dictámenes emitidos más reciente-
mente en tal sentido la Procuración agre-
gó la siguiente aclaración con respecto a la
posibilidad de prorrogar dicha competen-
cia: “... se configura en autos un supuesto
de competencia originaria ratione materiae
que reviste carácter absoluto, es decir, que
no podría ser prorrogada por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires en favor de
los tribunales federales de baja instancia
(confr. Fallos: 315:2157 y dictamen de este
Ministerio Público en Fallos: 331:793)” (31).
En la misma línea se pronunció en el caso
“Bureau” (32), donde también se debatía
una cuestión en torno al pago del impuesto
sobre los ingresos brutos, esta vez respecto
de ciertos contratos firmados por la actora
como contratista de Nucleoeléctrica Argen-
tina SA para la terminación de la central
2 - Actor: Aguas Danone de Argentina S.A. Demandado:
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires s/ Inci-
dente de apelación”, CAF 62732/2017, 5/7/2019.
(30) La Procuración se remite, entre otros prece-
dentes, a Fallos 329:3890 y las sentencias de la CS in
re “ENOD S.A. c/ Buenos Aires, Provincia de s/ acción
declarativa de inconstitucionalidad”, E. 230, L. XLVII,
22/8/2012; “Aluar Aluminio Argentino S.A.I.C. c/ Bue-
nos Aires, Provincia de s/ acción declarativa de incons-
titucionalidad”, A. 47, L. XLVIII, 28/8/2012; “Industrias
Viauro S.A. c/ Córdoba, Provincia de s/ acción declarativa
(art. 322 del CPCCN)”, CSJ 2872/2015, 3/5/2016; “Torres
e Hijos S.A. c/ Córdoba, Provincia de s/ acción declarati-
va de certeza”, CSJ 4084/2015, 12/7/2016; y “Frigorífico
Morteros S.A. c/ Santa Fe, Provincia de s/ acción decla-
rativa de certeza”, CSJ 893/2017, 24/9/2019, y sus res-
pectivas citas.
(31) PGN, “Laring San Luis S.A. c/ G.C.B.A. - AGIP s/
proceso de conocimiento”, CAF 73884/2018/CA2-CA1,
8/9/2020, “COL-VEN SA c/ GCBA - AGIP s/ proceso de
conocimiento”, CAF 35134/2018/CS2, 7/9/2020 y “To-
yota Argentina SA c/ Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res s/ proceso de conocimiento”, CAF 17786/2018/CS1,
7/9/2020. Es necesarios destacar que mientras la Procu-
ración General confirmó la pacífica doctrina del tribunal
cimero en la materia que nos ocupa, en paralelo el Tri-
bunal Superior de la Ciudad de Buenos Aires efectuó una
lectura distinta y en casos similares a los mencionados
consideró que el fuero en lo Contencioso Administrativo
y Tributario resultaba competente para intervenir. Entre
otras cuestiones, fundó su decisión en que “[d]ado que la
pretensión ejercida en la causa tiende a la determinación
del alcance de ciertas disposiciones del ordenamiento
local previamente interpretadas por una autoridad ad-
Martes 2 de marzo de 2021 | 3
nuclear Atucha II. En primer lugar, la Procu-
radora llamó la atención sobre la existencia
de un incidente de inhibitoria ante el fuero
Contencioso Administrativo y Tributario de
la Ciudad y destacó la situación irregular
que ello genera, en virtud de lo dispuesto en
el art. 7 del Código Procesal Civil y Comer-
cial Nacional (33). Sin perjuicio de ello, por si
razones de economía procesal justificasen a
criterio del máximo tribunal dar pronta res-
puesta a la cuestión relativa tribunal compe-
tente, procedió a dictaminar: consideró que
el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
era parte sustancial de la demanda y, luego
de expresar que la causa tenía manifiesto
contenido federal, concluyó, de acuerdo con
la doctrina de “Córdoba”, que la demandada
tenía el mismo derecho a la competencia
originaria que una provincia.
El criterio mencionado, con sus matices,
fue sostenido en otras dos causas en las que
se cuestionaban también potestades tribu-
tarias del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires. Se destacó que más allá de que la ac-
ción iniciada tuviese su origen en normas
y actos de naturaleza local, lo medular del
planteo exigía principalmente determinar,
en forma previa, si la pretensión tributaria
de la Ciudad invadía un ámbito propio de la
Nación —en materia de regulación del ser-
vicio de distribución y comercialización de
energía eléctrica, en un caso; y en materia de
reglamentación de la navegación de los ríos
interiores de la Nación y de jurisdicción so-
bre el puerto de la Ciudad de Buenos Aires,
en el otro—, para lo cual resultaba funda-
mental desentrañar el sentido y los alcances
de diversas cláusulas constitucionales y de
normas federales. Tal circunstancia —conte-
nido federal predominante— determinaba
la competencia originaria de la Corte (34).
Es dable recordar también la acción de
amparo iniciada recientemente por el Go-
bierno de la Ciudad de Buenos Aires por
la que solicitó que se restablezca en forma
inmediata su derecho a percibir el porcen-
taje de participación equivalente al 3.5%
originado en el denominado “Consenso
Fiscal” (ratificado por la ley Nº 27429 y por
el dec.  257/18). Mediante esta acción, el
Gobierno porteño requirió que se ordene
el cese de los efectos del dec.  735/20 que
redujo tal porcentaje. Teniendo en cuenta
“Córdoba” y que en el caso se demandaba
al Estado Nacional, la Procuradora Fiscal
ministrativa de ese orden, a requerimiento de un contri-
buyente que invoca la aplicación a su respecto de ciertas
normas de derecho federal, se satisfacen las exigencias
que el CCAyT establece sobre la autoridad administrati-
va (art. 1º) y sobre las causas contencioso administrativas
(art. 2º) para consagrar la competencia de los juzgados
del fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires” (TSJ, “GCBA s/ in-
hibitoria s/ recurso de inconstitucionalidad concedido”,
Expte. Nº 16053/18, 4/3/2020, “General Motors”, entre
otros).
(32) PGN, “Bureau Veritas Argentina S.A. y otro c/
AGIP s/ proceso de conocimiento”, CAF 30503/2018/
CS2-CS1, 21/8/2020.
(33) Cabe recordar que de acuerdo con dicha norma
“[l]as cuestiones de competencia solo podrán promo-
verse por vía de declinatoria, con excepción de las que se
susciten entre jueces de distintas circunscripciones judi-
ciales, en las que también procederá la inhibitoria”.
(34) PGN, “Empresa Distribuidora y Comercializadora
Norte S.A. (Edenor) c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires s/ Acción declarativa de certeza”, CSJ 1304/2020,
13/11/2020; y “Puerto Norte S.A. c/ Gobierno de la Ciu-
dad Autónoma de Buenos Aires s/ Proceso de conoci-
miento”, CAF 13383/2015/CS1-CA5, 13/11/2020. Nótese
que, tal como se señala en el dictamen, “Puerto Norte”
contaba con sentencia del TSJ CABA, dictada en el mar-
co de una inhibitoria, donde el Tribunal consideró que el
fuero en lo Contencioso Administrativo y Tributario resul-
taba competente para intervenir (TSJ, “GCBA s/ inhibito-
ria s/ recurso de inconstitucionalidad concedido”, Expte.
Nº 14629/17, 14/8/2019).
4 | Martes 2 de marzo de 2021
expresó que la única forma de conciliar las
prerrogativas jurisdiccionales de ambas par-
tes era tramitando la acción ante los estrados
del máximo tribunal (35).
Además, existe otro grupo de casos donde
se menciona “Córdoba” que tienen en común
que en todos ellos la Procuración General
dictaminó que son ajenos a la competencia
originaria del Corte Suprema. Si bien la re-
levancia de la referencia que se efectúa de
“Córdoba” es relativa, presentan ciertas cues-
tiones procesales de interés. Tales casos son:
“LAER” (36), “Abrevaya” (37), “Asociación Civil
Patrimonio de Belgrano” (38), “Condis” (39),
“Moroni” (40) y “Giménez Zapiola” (41), estas
tres últimas causas relacionadas.
En “LAER” el Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires demandó ante el fuero local
a la empresa aeronáutica con el fin de ob-
tener el cobro del impuesto sobre ingresos
brutos. La demandada —una sociedad de
la provincia de Entre Ríos— se encontraba
intervenida por el Ministerio de Gobierno
de la Provincia y con fundamento en ello
había opuesto excepción de incompeten-
cia. La Procuración General entendió que
el Gobierno de la Ciudad había demandado
nominal y sustancialmente a LAER y no a la
provincia, quien tampoco había sido citada
en calidad de tercero interesado. El hecho
que la sociedad del Estado se encontrase in-
tervenida no obstaba tal conclusión, pues se
trataba de una sociedad del Estado con per-
sonería jurídica propia.
La referencia al caso “Córdoba” se realiza
al comienzo del dictamen, a los fines de afir-
mar que a partir de dicho precedente la Ciu-
dad de Buenos Aires “... tiene el mismo pues-
to que las provincias en el sistema normativo
que rige la jurisdicción de los tribunales fe-
derales (...) y el mismo derecho a la compe-
tencia originaria de la Corte Suprema...”. El
razonamiento sería el siguiente: correspon-
dería a la competencia originaria de la Cor-
te entender en la causa si una provincia y el
Gobierno de la Ciudad fuesen parte, pero en
este caso la provincia no lo es —no ha sido
demandada ni citada como tercero—. A ello
se suma que la materia involucrada —recau-
dación de rentas locales— es una función
que le compete al gobierno local.
Tampoco la causa “Abrevaya” incita, para la
Procuración General, la competencia origi-
naria del máximo tribunal, por cuanto el al-
cance de la pretensión no permite atribuirle a
la Ciudad de Buenos Aires el carácter de parte
en sentido sustancial. Repasemos el caso.
El señor Abrevaya interpuso un amparo
colectivo ambiental contra el Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires y el Estado Nacional
a fin de que se declare la inconstitucionalidad
de ciertas normas dictadas por el Gobierno
Nacional en relación con la licitación públi-
ca para la construcción, conservación y ex-
plotación de la terminal portuaria del Puerto
Nuevo de Buenos Aires. Este proyecto, según
entiende el actor, viola las leyes ambientales
vigentes en nuestro país. Entre otras normas,
cuestiona el veto del Poder Ejecutivo Nacio-
nal a la ley 24.093, en tanto impidió la transfe-
rencia del puerto de Buenos Aires a la Ciudad,
lo que importaría un atropello a la autonomía
de la Ciudad de Buenos Aires garantizada en
el art. 129 de la CN.
(35) PGN, “Gobierno de la Ciudad De Buenos Aires c/
Estado Nacional s/ amparo - Dec. 735 / PEN 2020”, CSJ
1141/2020, 25/9/2020.
(36) PGN, “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Líneas Aéreas Entre Ríos S.E. s/ ejecución fiscal”, CSJ
1702/2019, 20/11/2019.
(37) PGN, “Abrevaya, Sergio c/ Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y otro (Estado Nacional) s/
amparo ambiental”, CSJ 1998/2019, 8/11/2019.
(38) PGN, “Asociación Civil Patrimonio de Belgrano c/
GCBA y otro s/ amparo Ley 16.986”, CAF 69260/2019/
CS1, 13/10/2020.
Luego de admitir la posibilidad de que se
tramite una acción de amparo en la instan-
cia originaria, procede a examinar si se con-
figuran los requisitos necesarios para ello.
La referencia que se hace al caso “Córdoba”
es precisamente en tal contexto, a los fines
de recordar que para que una provincia o la
Ciudad de Buenos Aires —a partir del fallo
en cuestión— pueda ser tenida como parte y
se presente un caso de competencia origina-
ria “... es necesario que ella participe nomi-
nalmente en el pleito —ya sea como actora,
demandada o tercero— y sustancialmente...”.
Recuerda que la participación sustancial su-
pone que la parte tenga en el caso un interés
directo, de manera que la sentencia que se
dicte le resulte obligatoria, y concluye en que
en el litigio no se encontraba presente tal re-
quisito respecto del Gobierno de la Ciudad,
en tanto “... el objeto del litigio demuestra
que es el Estado Nacional el sujeto pasivo
legitimado que integra la relación jurídica
sustancial que da base a la pretensión...”.
En este caso, entonces, formalmente sí
eran parte tanto el Gobierno de la Ciudad
como una provincia, pero, a criterio de la
Procuración, la Ciudad solo había sido de-
mandada nominalmente, lo que impedía la
aplicación de la doctrina “Córdoba”. Como
suele ocurrir en estos casos, se resalta el ca-
rácter restrictivo de la competencia estable-
cida en el art. 117 de la Constitución Nacio-
nal y el criterio del máximo tribunal respecto
de la imposibilidad de ser extendida, por
persona o poder alguno.
Algo similar ocurrió en el caso “Asocia-
ción Civil Patrimonio de Belgrano”. En esta
contienda se demandaban a la Agencia de
Administración de Bienes del Estado (AABE)
y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
en relación con determinados actos y omi-
siones ocurridas en el contexto del proceso
de licitación de los terrenos ubicados en el
“Bajo Viaducto” de la línea de Ferrocarril Mi-
tre. Partiendo de las mismas premisas que en
“Abrevaya”, recién citado, luego de destacar
que el alcance de la pretensión no permitía
atribuirle a la Ciudad de Buenos Aires el ca-
rácter de parte adversa —por cuanto la actora
no lograba individualizar hechos u omisio-
nes en cabeza de las autoridades locales—,
concluyó en que tales autoridades no se en-
contraban sustancialmente demandadas en
la causa por lo que el proceso resultaba ajeno
a la competencia originaria de la Corte.
En la causa “Condis” se intenta presentar
un caso de posible acumulación subjetiva de
pretensiones. La causa se inició ante el fuero
Contencioso Administrativo y Tributario de
la Ciudad de Buenos Aires contra el Estado
Nacional y contra la Ciudad con el objeto de
reclamar daños y perjuicios por un acciden-
te ocurrido en la vereda del edificio donde se
ubica la Manzana de las Luces, en la Ciudad
de Buenos Aires. El Estado Nacional invocó
el art. 116 de la CN y requirió la jurisdicción
federal. La actora se allanó a la excepción
y solicitó la remisión de las actuaciones al
fuero Contencioso Administrativo Federal.
Sin embargo, la magistrada resolvió que, en
virtud de lo resuelto por el máximo tribunal
en “Córdoba” y teniendo en cuenta que en
el caso se presentaba un supuesto de acu-
mulación subjetiva de pretensiones, el único
modo de preservar la autonomía de la Ciu-
dad era si no se la sometía a extraña jurisdic-
(39) PGN, “Condis Durán, María Florencia c/ Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires y otro (Estado Nacional) s/
daños y perjuicios”, CSJ 1329/2019, 9/9/2019.
(40) PGN, “Moroni, Ignacio Luis c/ Gobierno de la Ciu-
dad de Buenos Aires y otro (Estado Nacional) s/ daños y
perjuicios”, CSJ 2511/2019, 9/3/2020.
(41) PGN, “Giménez Zapiola, Hernán c/ Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires s/ daños y perjuicios”, CSJ
2377/2019, 5/3/2020.
(42) JCont. Adm. y Trab. Nº 22, “Condis Durán, María
Florencia c/ GCBA y otros s/ daños y perjuicios (excepto
resp. médica)”, Expte. Nº 45551/2012-0, 26/4/2019.
ción —i.e. a la justicia Contencioso Adminis-
trativa Federal—. Admitió que la responsa-
bilidad del Estado resulta de carácter local,
pero que dada la naturaleza del vínculo de
las demandadas debía ser la Corte Suprema
de la Nación quien entendiese en el caso
por competencia originaria (42). A su modo
de ver, la presencia de un litisconsorcio pa-
sivo necesario entre el Estado Nacional y
el Gobierno local impedía la aplicación de
la doctrina de la Corte según la cual ciertas
pretensiones que persiguen reparación de
daños y perjuicios son ajenas a la competen-
cia originaria del tribunal cuando ninguna
de las partes es aforada en forma autónoma
a dicha instancia.
Ahora bien, sabido es que el derecho ad-
mite distintas interpretaciones y la Procu-
ración General llega precisamente a la con-
clusión contraria. Comienza su análisis a
partir de la cita de la doctrina “Córdoba” y,
en virtud de ello, toda vez que la demanda
se dirige tanto contra la Ciudad de Buenos
Aires como contra el Estado Nacional, se
propone examinar si la causa corresponde
a la competencia originaria de la Corte Su-
prema. Luego de afirmar la naturaleza local
de la materia en debate, concluyó que la
acumulación subjetiva de pretensiones in-
tentada por la actora contra la Ciudad y el
Estado Nacional resultaba inadmisible, toda
vez que ninguno de ellos es aforado en for-
ma autónoma a esa instancia; y que tampo-
co existían motivos suficientes para concluir
que dicho litisconsorcio pasivo resultara
necesario. En consecuencia, la actora po-
día demandar a cada una de las partes en el
fuero correspondiente: local o federal, según
sea el caso. Un detalle: nada dijo la Procura-
ción respecto de la prórroga a favor del fuero
federal que había oportunamente efectuado
el Gobierno de la Ciudad.
En “Moroni”, por su parte, el actor promo-
vió demanda contra el Gobierno de la Ciu-
dad de Buenos Aires ante el fuero Contencio-
so Administrativo y Tributario de la Ciudad
de Buenos Aires, por los daños y perjuicios
sufridos como consecuencia de los sucesos
ocurridos en el local “República Cromañón”.
Se citó al Estado Nacional en calidad de ter-
cero, quien opuso excepción de incompe-
tencia y solicitó el pase al fuero federal. La
magistrada a cargo del caso consideró que
el Juzgado resultaba incompetente y remitió
las actuaciones a la Corte Suprema. Tuvo en
cuenta el precedente “Córdoba”. Consideró
que tramitar dos expedientes separados en
distinto fuero —como dictaminó el fiscal in-
terviniente, en línea con el dictamen de la
Procuración General en la causa “Condis”—
atenta contra el principio de economía pro-
cesal y se traduciría en un dispendio juris-
diccional, además de provocar el riesgo de
que existan sentencias contradictorias. En
el fallo se advirtió que lo dictaminado por la
Procuración General en “Condis” no resulta-
ba vinculante para la Corte Suprema, quien
aún no se expidió al respecto (43).
Finalmente, en “Giménez Zapiola” el actor
promovió demanda contra el Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires con el objeto de
obtener el resarcimiento de los daños y per-
juicios sufridos a causa de un accidente que
habría padecido a la salida de los tribunales
ubicados en Avenida de los Inmigrantes.
También en este caso se citó al Estado Na-
(43) JCont. Adm. y Trab. Nº 9, “Moroni, Ignacio Luis c/
GCBA s/ daños y perjuicios (excepto responsabilidad me-
dica)”, Expte. Nº 51156/2014-0, 21/10/2019.
(44) JCont. Adm. y Trab. Nº 11, “Giménez Zapiola, Her-
nán c/ GCBA y otros s/ daños y perjuicios (excepto respon-
sabilidad medica)”, Expte. Nº 995/2018-0, 2/10/2019.
(45) JCont. Adm. y Trab. Nº 23, “Berazategui, Maria-
na Verónica c/ GCBA y otros s/ daños y perjuicios (ex-
cepto responsabilidad médica)”, Expte. Nº 5175/2017-0,
11/10/2019. A pesar del dictamen de la fiscal intervinien-
te en la misma línea de los anteriores, el magistrado no
escindió la pretensión y remitió el expediente al fuero
cional, quien opuso excepción; y también en
esta oportunidad el Ministerio Público Fis-
cal local consideró que no existe en princi-
pio un litisconsorcio pasivo necesario, por lo
que correspondía escindir la pretensión. La
magistrada a cargo de la solución del caso,
al igual que en “Moroni”, consideró que sí
existía un litisconsorcio pasivo necesario y,
en consecuencia, remitió el expediente a la
Corte Suprema (44).
En ambos casos, la Procuración siguió el
criterio que ya había dejado plasmado en
“Condis” y, en consecuencia, opinó —con-
trario a los jueces de la instancia de gra-
do— que los procesos eran ajenos a la com-
petencia originaria de la Corte y que las ac-
tuaciones debían ser devueltas al Juzgado de
Primera Instancia en lo Contencioso Admi-
nistrativo y Tributario de la Ciudad a fin de
que siga el trámite propuesto en el dictamen:
una parte de la pretensión se quedaría en el
fuero local y otra parte se iría al federal. Ha-
brá que ver que dice la Corte Suprema...
Debemos señalar en relación con “Condis”,
“Moroni” y “Giménez Zapiola” que existe otra
causa similar —accidente en una vereda de la
Ciudad de Buenos Aires, frente a un edificio
de la ANSeS— en la que, si bien el fuero local
también se declaró incompetente, a diferen-
cia de las anteriores se dispuso su remisión al
fuero Civil y Comercial Federal (45).
III. Del análisis efectuado en los acápites
anteriores se desprende que a partir del caso
“Córdoba” diversos asuntos en los que la Ciu-
dad de Buenos Aires era parte, que antes eran
resueltos por otros fueros, ahora correspon-
den a la competencia originaria de la Corte
Suprema. Ello trae importantes consecuen-
cias, tal como lo evidencia, p. ej., la relevante
causa donde el Gobierno de la Ciudad cues-
tiona el decreto nacional que ha reducido el
porcentaje de coparticipación que le corres-
ponde, la que antes hubiese debido tramitar
ante el fuero federal y recién después de ha-
ber atravesado por diversas instancias podría
haber sido juzgada por la Corte Suprema.
De todos modos, si bien la doctrina “Cór-
doba” resulta clara, no es absoluta. No
alcanza con que en un proceso sean parte
la Ciudad de Buenos Aires y una provincia
o el Estado Nacional para que aquel co-
rresponda a la competencia originaria de
la Corte Suprema. Por el contrario, deben
conciliarse también diversos principios
que rigen en cuestiones de competencia.
Así, p. ej., la competencia originaria del
máximo tribunal cedería ante la prórroga
del sujeto aforado, sin importar el mo-
mento en que ello suceda, siempre que la
competencia originaria sea en razón de la
persona; si alguno de los sujetos aforados
no es demandado sustancial en la causa;
o cuando no se da un supuesto de litiscon-
sorcio pasivo necesario y la materia discu-
tida es de carácter local.
También es cierto que la aplicación a ra-
jatabla de lo resuelto en “Córdoba” implica-
ría un aumento sustancial del caudal de los
casos en los que la Corte Suprema debe en-
tender e incluso su intervención en casos de
relevancia cuestionable, como ser ejecucio-
nes fiscales en los que se persigue el pago de
sumas poco cuantiosas en concepto de tri-
mencionado. Se tuvo en cuenta el precedente “Córdo-
ba” y se consideró que el caso podía tramitar ante la Cor-
te Suprema en virtud de lo allí decidido. Sin embargo,
se recordó que dicho tribunal admite la prórroga de ese
beneficio a favor de otros tribunales inferiores de la Na-
ción cuando dicha jurisdicción corresponde en razón de
la persona, incluso cuando tal renuncia ocurre en forma
tácita, como habría ocurrido en el caso en estudio (nóte-
se que el Gobierno de la Ciudad había guardado silencio
ante la excepción de incompetencia planteada por el AN-
SeS requiriendo la remisión de las actuaciones al fuero
Civil y Comercial Federal).

butos locales. Tal circunstancia podría jus-
tificar que, en la práctica, el tribunal —con
la complicidad de la Procuración Nacional,
por así decirlo— recurra a ciertas interpreta-
ciones de los principios que rigen las reglas
de la competencia que de alguna manera le
permitan desprenderse de aquellas causas
que poco justificarían su participación.
Lo que sí queda claro es que todavía no
está todo dicho. Un mismo supuesto puede
tener diversas interpretaciones, como que-
dó demostrado en aquellos casos en los que
se reclama al mismo tiempo a la Ciudad y al
Estado Nacional una indemnización en con-
Columna de opinión
El valor del
epígrafe en
los artículos
de las leyes
Nicolás J. Negri
Abogado (UNMdP). Dr. en
Ciencias Jurídicas (UNLP). Ma-
gíster en Derecho y Magistratura
Judicial (Universidad Austral).
Profesor adjunto de Derecho
Civil II, Obligaciones (UNLP).
Profesor adjunto de Derecho
Civil III, Contratos (UCALP). Profesor de posgrado en
la Diplomatura y Maestría en Derecho Privado y en la
Maestría en Magistratura y Derecho Judicial (Univer-
sidad Austral). Juez de primera instancia en lo Civil y
Comercial, La Plata.
En los últimos tiempos se han dictado im-
portantes leyes (como, por ej., el Cód. Civ. y
Com.; ley 26.994), e incluso se han elabora-
do destacados proyectos (como el flamante
“Código de Defensa del Consumidor”), que
han adoptado como técnica legislativa el uso
de “epígrafes” (1): se trata de una denomina-
ción y constituye un “resumen que se coloca
al comienzo de cada artículo y de otras parti-
ciones de la disposición normativa” (2).
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) UBERTONE, Fermín P., “Epigrafiado”, en GROSSO,
Beatriz M. y otros, Técnica legislativa, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 1998, p. 37 y ss. PÉREZ BOURDON, Héctor,
“Manual de Técnica Legislativa”, Educa, Buenos Aires,
2007, ps. 79 y 104.
(2) Cfr. Manual de Técnica Legislativa, elaborado por el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
con motivo de la ley 24.967 (Digesto Argentino Jurídico),
bajo la dirección Atilio A. Alterini, Daniel R. Altmark y Ra-
món G. Brenna. Svetaz, Maria A., “La estructura del texto
normativo”, en GROSSO, Beatriz M. y otros, Técnica legis-
lativa, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, p. 33.
(3) “Como técnica es buena pero no es nueva —dice
Leiva Fernández—, pues ya los traía el Liber Judiciorum;
el Fuero Juzgo; Las Leyes del Estilo; el Fuero Real de Es-
paña; el Ordenamiento de Alcalá; la Ley de Partidas; el
Espéculo (también del Rey D. Alfonso, el Sabio); las Or-
denanzas Reales de Castilla; la Novísima Recopilación
de 1805; la Nueva Recopilación (que no han sido com-
prendidas en la Novísima, con los Autos Acordados); las
Ordenanzas de Bilbao y para América, la Recopilación de
Leyes de Indias” (LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “La téc-
nica legislativa del proyecto de Código Civil de 1998”, LA
LEY, 1999-D, 1100).
(4) RIVERA, Julio César, “Instituciones de Derecho Ci-
vil. Parte General”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2020,
7ª ed, t. I, p. 465.
(5) Cfr. WRÓBLEWKI, Jérzy, “Sentido y hecho en el de-
recho”, trad. F. F. J. Ezquiaga Ganuzas y J. Igartúa Sala-
verría, Olejnik, Buenos Aires, 2018, p. 113 y ss. LARENZ,
Karl, “Metodología de la ciencia del derecho”, trad.
M. Rodríguez Molinero, Ariel, Barcelona, 2010 (1994),
cepto de daños. En supuestos así, resultará
de vital importancia lo que la Corte Suprema
disponga al respecto: si sigue el criterio se-
guido por la Procuración Nacional o si, por
el contrario, se manifiesta a favor del crite-
rio perseguido por los tribunales de primera
instancia.
En este contexto, el modo en que, tenien-
do en cuenta las particularidades de cada
caso, la Corte Suprema va resolviendo las
distintas situaciones que se presenten con-
forma un manual a seguir por los demás
tribunales de nuestro país, quienes, en prin-
cipio, no podrían desoír tales lineamientos.
En nuestra legislación nacional, esta
práctica tiene antecedentes en la LSeg. (ley
17.418); el Cód. Proc. Civ. y Com. (ley 17.454);
la LGS (ley 19.550); la LCQ (ley 24.522); etc.
En rigor de verdad, es una técnica tan mo-
derna como —a la vez— tan antigua (3), que
se ha transformado en una tendencia domi-
nante en la legística contemporánea.
La cuestión que suscita esta nota es el “va-
lor del epígrafe”, tal como lo ha puesto de
relieve recientemente el profesor Julio César
Rivera (4), en el contexto de la interpreta-
ción de las normas jurídicas contenidas en
los artículos de las leyes (5).
Ello es así, pues en el proceso de concre-
ción del derecho a un caso particular existe
un inevitable “momento interpretativo”, es
decir, de atribución o fijación del signifi-
cado de un texto jurídico-normativo (v.gr.,
el Código), dado que, si bien el derecho se
expresa por medio de normas “generales”,
solo alcanza su realización efectiva median-
te conductas y decisiones concretas (6). De
allí la necesidad de interpretar los epígrafes
de las normas contenidas en los artículos de
las leyes (7).
El asunto fue advertido por Francesco
Messineo, respecto a la legislación italiana,
al destacar su relevancia en la interpreta-
ción para los operadores jurídicos. Así se-
ñala, el destacado jurista, que “el texto de
p. 200 y ss. DÍEZ-PICAZO, Luis, “Experiencias jurídicas y
teoría del derecho”, Ariel, Barcelona, 1993, 3ª ed., p. 235
y ss. RABBI-BALDI, Renato, “Teoría del derecho”, Ábaco,
Buenos Aires, 2008, p. 241 y ss., § 29. TOBÍAS, José W.,
“Tratado de Derecho Civil. Parte General”, Thomson Reu-
ters - La Ley, Buenos Aires, 217, t. I, p. 288 y ss.
(6) GRAJALES, Amós A. - NEGRI, Nicolás J., “Interpre-
tación y aplicación del Código Civil y Comercial”, Astrea,
Buenos Aires, 2016, p. 36 y ss., § 11. Sobre el sentido y el
alcance de la interpretación en el derecho Emilio Betti
dice: “La interpretación que interesa al derecho es una
actividad dirigida a reconocer y a reconstruir el significa-
do que se debe atribuir, en la órbita de un orden jurídico,
a formas representativas, que son fuentes de valoracio-
nes jurídicas, o que constituyen el objeto de estas valora-
ciones. Fuentes de valoración jurídica son normas jurídi-
cas y preceptos que están subordinados a ellas, puestos
en vigor en virtud de una específica competencia nor-
mativa”. Y más adelante, yendo al meollo de la cuestión,
agrega: “...el problema que caracteriza este tipo de inter-
pretación es el problema del entender para obrar o, más
bien, para decidir, es decir para tomar posición respecto a
preceptos a observar, o en orden a dogmas, valoraciones
morales, o situaciones psicológicas que hay que tener en
cuenta. Al respecto, hay que subrayar que no solamente
se trata de representar, como actividad teórica, dirigida
a provocar una experiencia contemplativa (intelectual
o estética), sino que también de obrar, como actividad
práctica dirigida también de obrar, como actividad prác-
tica dirigida a decidir y a tomar posición en una situación
dada” (BETTI, Emilio, “Teoría de la interpretación jurídi-
ca”, trad. A. Vergara Blanco, Ediciones UC, Santiago de
Chile, 2019, p. 237 y ss.).
Cita on line: AR/DOC/2962/2020
Más información
Fonseca, Santiago, “Las relaciones fis-
cales federales y la vía de las audiencias
públicas ante la Corte Suprema de Jus-
ticia de la Nación como una herramienta
de solución de conflictos de copartici-
pación federal”, RDA 2021-133, 95, AR/
DOC/3568/2020
Palacio de Caeiro, Silvia B., “Competencia
originaria, provincias y CABA. Precisiones,
restricciones y aperturas de la jurisdicción
las normas singulares se hace preceder
por un breve ‘título’ (o ‘epígrafe’ o ‘rúbri-
ca’), que enuncia, resume y a veces aclara
su contenido, a imitación de lo que, en las
obras didácticas, son los llamados ‘títulos
marginales’ (8).
Estas funciones (enunciar, resumir o
aclarar el contenido de las normas) eviden-
cian —por sí mismas— la utilidad de los epí-
grafes. Piénsese, por ejemplo, en el art. 12
del Cód. Civ. y Com.:
Art. 12. Orden público. Fraude a la ley. Las
convenciones particulares no pueden dejar
sin efecto las leyes en cuya observancia está
interesado el orden público.
El acto respecto del cual se invoque el am-
paro de un texto legal, que persiga un resulta-
do sustancialmente análogo al prohibido por
una norma imperativa, se considera otorga-
do en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe
someterse a la norma imperativa que se trata
de eludir.
Puede advertirse, visiblemente, la actua-
ción del epígrafe: por un lado, anticipa el
contenido de las normas receptadas en el
artículo (un artículo puede tener más de una
norma o, al contrario, una norma se integra
con más de un artículo) y, por otro, resume
su significado “en función normativa o di-
rectiva de la conducta” (Betti).
(7) Los especialistas en técnica legislativa sostienen
que los artículos de las leyes no solo deben “epigrafiar-
se”, por cuanto facilitan la lectura y la ubicación de las
disposiciones en el texto de la ley, sino que además “for-
man parte de la ley”, por cuanto son sancionados con los
artículos. Además, consideran que “pueden ser tomados
en cuenta en el momento de la interpretación” (GROS-
SO, Beatriz M. y SVETAZ, María A., en AAVV, “La técnica
Legislativa en Centroamérica y República Dominicana”,
editado por Ronny Rodríguez Chang, Instituto Iberoame-
ricano de Derechos Humanos, San José de Costa Rica,
2001, ps. 53, 56 y 67. PÉREZ BOURDON, Héctor, “Ma-
nual de Técnica Legislativa”, Educa, Buenos Aires, 2007,
p. 79).
(8) MESSINEO, Francesco, “Manual de Derecho Civil y
Comercial”, trad. S. Sentís Melendo, EJEA, Buenos Aires,
1954, t. I, p. 98, nro. 5.
(9) Ibidem, p. 99 (la cursiva pertenece al original).
(10) ALTERINI, Jorge Horacio, “Fuentes, interpretación
y aplicación del Derecho en el Código Civil y Comercial”,
LA LEY, 2018-C, 869, AR/DOC/1184/2018. El autor se-
ñala que: «La lectura de las rúbricas de los arts. 1º y 2º
muestran que ellas no responden a una ordenación ló-
gica, pues la primera de las normas está encabezada por
la referencia a “fuentes y aplicación” y la segunda por el
vocablo “interpretación”, y un eslabonamiento expresivo
consistente hubiera indicado que luego de la identifica-
ción de las “fuentes” se pasara a la etapa de la “inter-
pretación” y recién con posterioridad a la “aplicación”».
En este sentido, Vigo apunta que: “¿El derecho no es lo
mismo que la ley?: Ya hemos señalado favorablemente
que los codificadores asumen esa distinción, sin embar-
go, en el articulado no aparece asumida la misma clara-
Martes 2 de marzo de 2021 | 5
originaria. Excepcionalidades en el tiempo
de pandemia”, LA LEY 11/02/2021, 1, AR/
DOC/3898/2020
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Constitución de la Nación Argentina
Comentada
Autor: Roberto Gargarella
Edición: 2019
Editorial: La Ley, Buenos Aires
Sin embargo, el epígrafe también presenta
sus “riesgos” interpretativos.
En efecto, el propio Messineo nos señala
que: “Reconocida la utilidad práctica de tal
experiencia, debe advertirse que ese epígra-
fe —en un cierto sentido— viene a formar
parte de la norma. A veces para integrarla,
como ocurre cuando la misma va más allá
de los que es el contenido efectivo del texto
que sigue al epígrafe (...), mientras que, con
más frecuencia, dice menos de lo que se con-
tiene en el texto (...); pero este último caso
(es obvio), no podría entenderse en el senti-
do de que el epígrafe limite el alcance de la
norma. Y no faltan casos en los cuales el epí-
grafe traiciona el sentido de la norma” (9).
En orden a este último peligro, ya se han
formulado algunas observaciones por parte
de grandes maestros. Así, Jorge H. Alterini
ha denunciado algunas “inconsistencias
parciales de las rúbricas” del Título Preli-
minar (10), u Osvaldo R. Gómez Leo en lo
atinente a los títulos valores [cfr. arts. 1826 y
1846 (11)], y en la parte especial de los con-
tratos (cfr. art. 1626, cuando reza “Cesiones
realizadas el mismo día”, cuando debió decir
“Cesiones notificadas el mismo día”; la rú-
brica no se corresponde con el contenido de
la norma, tal como lo interpreta la mayoría
de la doctrina) (12). Se pueden añadir otras
como la existente en el art. 459, pues en el
epígrafe alude al “mandato entre cónyuges”,
mente. Es que en los dos primeros artículos del capítulo
1 del Derecho se habla básicamente solo de la ley y de su
interpretación, y así las fuentes mencionadas en el art. 1
son con relación a la interpretación, incluso la admisión
de la costumbre remite a las leyes (...). En una palabra,
en el capítulo supuestamente dedicado al derecho termi-
na hablándose solo de la ley y su interpretación” (VIGO,
Rodolfo L., “Comentarios al Capítulo 1 del Título Prelimi-
nar”, en Análisis del proyecto de nuevo Código Civil y Co-
mercial, El Derecho, Buenos Aires, 2012, p. 65; cfr. NEGRI,
Nicolás J., “Análisis crítico de los arts. Análisis crítico de
los arts. 1º, 2º y 3º del Título Preliminar del Código Civil y
Comercial”, RCCyC 2016 (diciembre), 59 y ss.).
(11) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., comentario al art. 1826,
en ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.) - ALTERINI, Ignacio E.
(coord.), “Código Civil y Comercial. Tratado Exegético”,
Thomson Reuters-La Ley, Bs. As., 2016, 2ª ed, t. VIII,
p. 1024.
(12) Cfr. HERNÁNDEZ, Carlos A. y TRIVISONNO, Julie-
ta B., comentario al 1622, en Lorenzetti, Ricardo L. (dir.),
“Código Civil y Comercial Comentado”, Rubinzal-Culzo-
ni, Santa Fe, 2015, t. VIII, ps. 43-44. LEIVA FERNÁNDEZ,
Luis F. P., en ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.) - ALTERINI, Ig-
nacio E. (coord.), “Código Civil y Comercial. Tratado Exe-
gético”, Thomson Reuters-La Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª
ed., t. VII, p. 931; íd., “Tratado de los Contratos”, Thomson
Reuters-La Ley, Buenos Aires, 2017, t. V, nro. 1868. MU-
GUILLO, Roberto A., “Cesión de derechos y contratos
afines”, en BORDA, Alejandro (dir.), Derecho Civil. Con-
tratos, Thomson Reuters-La Ley, Bs. As., 2016, p. 905.
DI CHIAZZA, Iván G. - ABAD, G. O., en RIVERA, Julio C. y
otros, Contratos. Parte Especial, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 2017, p. 854; DI CHIAZZA, Iván G., comentario al
6 | Martes 2 de marzo de 2021
en tanto que el contenido del artículo al po-
der (13).
De singular interés, por el profundo y vas-
to análisis del Cód. Civ. y Com., resulta el
trabajo de Fermín Racimo, donde pone en
“evidencia algunos errores en la titulación
de los capítulos y epígrafes del Cód. Civ. y
Com.”, tales como:
“El uso indiscriminado de palabras como
‘concepto’, ‘definición’, ‘caracterización’ y
‘régimen’; el desorden de los títulos y los
epígrafes en las modalidades de los actos
art. 1626, en LORENZETTI, Ricardo L. (dir. gral.),, Códi-
go Civil y Comercial Explicado. Obligaciones y Contratos,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2020, ps. 804-805, CALDE-
RÓN, Maximiliano R., “Contrato de cesión”, en SÁNCHEZ
HERRERO, Andrés (dir.), y SÁNCHEZ HERRERO, Pedro,
Tratado de Derecho Civil y Comercial. Contratos. Parte Es-
pecial, Thomson Reuters- La Ley, Buenos Aires, 2016, t. V,
ps. 1045-1046. Osvaldo Gómez Leo propone o bien que
se establezca legalmente, respecto de las leyes que lo
utilicen o lo han utilizados, los alcances que tienen las rú-
bricas, títulos o denominaciones, determinando cómo se
resuelve las cuestiones planteadas, cuando —como en
el caso apuntado— existe contradicción entre el epígrafe
del artículo de que se trate y del texto dispositivo del mis-
mo; o, directamente, se determine como se ha efectuado
Nota a fallo
Sistemas informáticos
bancarios
Persona que realizó múltiples operaciones
de compraventa de dólares alterando el va-
lor de cotización desde el homebanking de
su cuenta. Sobreseimiento.
1. - Quien realizó múltiples operaciones de
compraventa de dólares alterando el va-
lor de cotización desde el homebanking
Ciberdelito: el hallazgo y la explotación de vulnerabilidades
como conductas delictivas
Carla Paola Delle Donne
LL.M in International Crime and Justice, Universidad de Turín-UNICRI. Profesora titular de la materia “Delitos informáticos”, CeTyS, Universidad de San Andrés.
SUMARIO: I. Introducción.— II. ¿Qué ocurrió técnicamente?.— III. Los delitos investigados.— IV. El consentimiento como causal de atipicidad.— V. ¿Una posible
excusa exculpatoria?.— VI. La alternativa: la estandarización de los informes de vulnerabilidades.— VII. La posibilidad de sobreseer por conciliación y los efectos
de la prevención general.— VIII. Conclusiones.
“He escuchado a los profesores explicar
por decimoquinta vez cómo reducir una
fracción. Yo lo entiendo. ‘No, Srta. Smith
no le voy a mostrar mi trabajo, lo hice en mi
mente’” (*).
I. Introducción (**)
El 30/11/2020 el Juez Federal a cargo del
Juzgado en lo Criminal y Correccional Fede-
ral Nº 11 resolvió dictar el sobreseimiento de
una persona a quien se lo investigó por haber
ingresado a la plataforma de home banking
del Banco de la Nación Argentina —operada
por Red Link— utilizando su usuario y con-
traseña de acceso y “mediante técnicas es-
pecíficas para detectar vulnerabilidades en
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(*) The Conscience of a Hacker, The Mentor, 1989: “I’ve
listened to teachers explain for the fifteenth time how to
reduce a fraction. I understand it. ‘No, Ms. Smith, I don’t
show my work. I did it in my head”.
jurídicos; la incoherencia entre epígrafes y
textos en los arts. 682, 804, 818 y 1804; la fal-
ta de precisión terminológica entre rúbrica y
cuerpo del art. 1766; la asimilación de expre-
siones con significado no coincidente como
ocurre entre epígrafe y texto del art. 1769, las
incongruencias entre títulos y artículos en la
parte correspondiente a las uniones convi-
venciales son defectos, entre otros, que reve-
lan cierta falta de cuidado en la elaboración
del texto final” (14).
En suma, la técnica legislativa del epígrafe
o rúbrica —consistente en la incorporación
en algunos países latinoamericanos que la rúbrica, titulo
o denominación de los artículos, no tienen efecto jurídico
alguno. Quizás, por la utilidad del epígrafe, sea más con-
veniente la primera alternativa (considero por mi parte).
(13) NEGRI, Nicolás J., “Contrato de mandato”, en
GÓMEZ LEO, Osvaldo R., Tratado de derecho comercial
y empresario. Contratos bancarios, comercial y de cambio
en el derecho privado, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, t. III,
p. 216.
(14) RACIMO, Fernando M., “Los títulos en el Código
Civil y Comercial de la Nación”, SJA 2015/07/01-3; JA-
2015-III.
(15) GROSSO, Beatriz M. - SVETAZ, María A., en AAVV,
“La técnica Legislativa en Centroamérica y República
Dominicana”, editado por Ronny Rodríguez Chang, Insti-
de su cuenta bancaria debe ser sobre-
seído por el delito previsto en el art. 173,
inc. 16 del Código Penal, pues el encarta-
do en ningún momento intentó ocultar su
responsabilidad, sino que, por el contra-
rio, siempre estuvo en su voluntad reali-
zar las operaciones y que luego se supiera
que había sido él quien las había llevado a
cabo, todo ello con la intención de demos-
trar la vulnerabilidad del sistema, máxi-
me cuando dio aviso por distintos medios
a representantes del banco y cuando el
sistemas informáticos” modificó el valor de
compra de dólares estadounidenses de ARS
56,95 a ARS 5,695 para luego venderlos al mis-
mo banco por un valor de ARS 530,50 cuando
el valor real era de 53,05. Las operaciones de
compra y venta de dólares le representaron a
la entidad bancaria un perjuicio económico
de USD 11.800 o ARS 667.243,80.
Las transacciones realizadas mediante el
home banking fueron detectadas por Red
Link el mismo día de comisión de los hechos:
el 03/09/2019. En esa misma fecha se resol-
vió bloquear el usuario del home banking
utilizado para realizar la operación cambia-
ria. Red Link informó acerca de las manipu-
laciones informáticas al banco el 17/09/2019
(**) Agradezco la colaboración y las conversaciones
extendidas con Santiago Vallés, Ingeniero electrónico y
especialista en seguridad informática, profesor titular de
la materia “Delitos informáticos”, CeTyS, Universidad de
San Andrés.
de un título en cada uno de los artículos
integrantes de una ley— es útil para facili-
tar la lectura y la ubicación de las disposi-
ciones en el texto de la ley, así como tam-
bién —tanto más importante— para inter-
pretar los artículos de la ley (15), pero —a la
vez— es una tarea difícil para el legislador,
dado que requiere de mucha dedicación:
las construcciones deben ser breves, claras
y tienen que expresar el objeto principal de
la norma (16).
Al respecto, y como cierre de esta nota,
vale la pena recordar las sabias palabras
tuto Iberoamericano de Derechos Humanos, San José de
Costa Rica, 2001, p. 56. STEVAZ, María A., “La estructura
del texto normativo”, en GROSSO, Beatriz M. y otros, Téc-
nica legislativa, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, p. 33.
Su valor normativo es innegable cuando los epígrafes
son sancionados por el legislador, para lo cual debe acu-
dirse al Boletín Oficial. Distinto es cuando son agregados
por alguna editorial privada para facilitar el conocimien-
to de la ley (UBERTONE, Fermín P., ob. cit., p. 41).
(16) UBERTONE, Fermín P., ob. cit., ps. 37-73. LEIVA
FERNÁNDEZ, Luis F. P., ob. cit., ps. 132-139. RACIMO,
Fernando M., ob. cit. GROSSO, Beatriz M. - SVETAZ, Ma-
ría A., en AAVV, ob. cit., ps. 56 y 67. PÉREZ BOURDON,
ob. cit., p. 79. El reglamento de la legislatura porteña de
la señala en este sentido una serie de principios (unifor-
monto fue recuperado en su totalidad por
la entidad damnificada.
2. - Quien realizó múltiples operaciones de
compraventa de dólares alterando el va-
lor de cotización desde el homebanking
de su cuenta debe ser sobreseído, pues
su conducta no causó ninguno de los re-
sultados lesivos previstos en el segundo
párrafo del art. 183 del Cód. Penal y tam-
poco se configura el delito previsto en su
art. 153 bis, al no haberse accedido inde-
y efectuó otros dos informes para el banco
el 25 y el 30 de septiembre. El 31/10/2019,
la representante legal de la entidad banca-
ria formuló la denuncia que dio origen a la
causa por la presunta comisión de los delitos
de acceso ilegítimo a un sistema informático
(art. 153 bis Cód. Penal), estafa informática
(art. 173 inc. 16 Cód. Penal) y daño informá-
tico (art. 183 segundo párrafo Cód. Penal).
El sobreseimiento se fundamentó en la
atipicidad de las conductas investigadas
(art. 336 inc. 3 Cód. Proc. Penal). Acerca de
la posible comisión del delito de daño infor-
mático previsto en el art. 183 CP se sostuvo
que los hechos investigados “no causaron
ningún daño a los sistemas informáticos” de
Red Link o Banco Nación, que la persona in-
vestigada no generó la deficiencia en el siste-
ma de seguridad, sino que “fue descubierta
y utilizada” por aquel, y que las modificacio-
nes en la operación con divisas extranjeras
solo afectaron a aquellas que se realizaron
desde su home banking. En consecuencia,
escritas por Alfredo Colmo respecto del
Código Civil de Vélez: “Un código es, en tal
sentido, una obra literaria, por lo mismo que
entraña un conjunto de ideas expresadas en
palabras. Por eso no tiene por qué diferir de
una novela o de un tratado científico cual-
quiera. Y por eso hay derecho de exigirle el
lleno de todas las condiciones de fondo que
se pide a una obra literaria, vale decir, uni-
dad, claridad, concisión, precisión, propie-
dad y hasta elegancia” (17).
Cita on line: AR/DOC/372/2021
midad, unicidad), y desataca la importancia de “identi-
ficar al tema central del artículo, intentando hallar las
palabras o la frase que abarque el contenido total del
mismo. Debe procurar captar la esencia, su objeto” (re-
gla 83; cfr. BRENNA, Ramón G. - ARAGONA, Liliana H.
- BICHACHI, Diana S., “Guía Técnica para la Redacción
de Disposiciones Normativas”, Buenos Aires, año 2011,
p. 25). Ubertone, en la obra citada, menciona las siguien-
tes exigencias: uniformidad en toda la ley autosuficiencia
del texto normativo, individualidad, brevedad, corres-
pondencia, palabras preferibles y ubicación.
(17) COLMO, Alfredo, “Técnica legislativa del Códi-
go Civil argentino”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1927
(1961), 2ª ed., ps. 291-292, nro. 112.
bidamente a ningún sistema informáti-
co.
JNFed. Crim. y Correc. Nro. 11, 30/11/2020. -
O., G. A. s/ averiguación de delito.
[Cita on line: AR/JUR/62195/2020]
Véase el texto completo en p. 10
concluyó que la conducta investigada no
causó ningún resultado lesivo.
En ese mismo orden de ideas, se pronun-
ció el magistrado a los fines de descartar la
comisión del delito de acceso ilegítimo pre-
visto en el art. 153 bis Cód. Penal en cuanto
indicó que la persona investigada era titu-
lar de una cuenta y de su respectivo home
banking del Banco Nación desde diciembre
2017 y que, por esa razón, no había accedido
indebidamente a un sistema informático.
Por último, sostuvo que el delito de estafa
informática reprimido en el art. 173 inc. 16
Cód. Penal no se consumó por no encontrar-
se acreditado el elemento subjetivo del tipo.
Para así decidir, consideró que la persona in-
vestigada “nunca ocultó su responsabilidad
por lo sucedido, sino que, por el contrario,
siempre estuvo en su voluntad realizar las
operaciones y que luego se supiera que ha-
bía sido él quien las había llevado a cabo,
todo ello con la intención de demostrar la

vulnerabilidad del sistema operado por Red
Link” y que nunca entorpeció el recupero de
la suma total de ARS 667.243,80.
En las próximas páginas propongo un
posible análisis de la decisión reseñada. En
primer lugar, estableceré la diferencia entre
encontrar y explotar una vulnerabilidad en
un sistema informático para distinguir qué
consecuencias penales puede acarrear en
uno u otro caso.
Luego, examinaré cada uno de los delitos
denunciados a fin de afirmar que, de acuer-
do a los hechos del caso y contrariamente a
las conclusiones de la resolución anotada, el
delito de acceso ilegítimo excediendo el per-
miso que poseía el titular del home banking
previsto en el art. 153 bis del Cód. Penal se
consumó pero queda desplazado por con-
curso aparente de leyes por el delito de daño
informático agravado que castiga el art. 184
inc. 5 Cód. Penal en el que también se sub-
sumen los hechos.
En relación con el delito de estafa, desa-
rrollaré dos posibles hipótesis de análisis an-
tagónicas: la primera confirma la ausencia
de dolo; la segunda, sugiere que se acredi-
tan los elementos objetivos y subjetivos pero
que el perjuicio patrimonial no se consumó
porque, al bloquearse el home banking, el
delito quedó en grado de tentativa.
Además, abordaré los efectos del consen-
timiento del titular de un sistema informáti-
co como causal de atipicidad y haré una bre-
ve referencia al proyecto de ley que sugiere
que conductas como las investigadas no
sean punibles por aplicación de una excusa
exculpatoria que debería incorporarse en el
Código Penal. Por otro lado, propondré una
posible solución para evitar que la búsqueda
y explotación de vulnerabilidades resulten
en actividades delictivas: la estandarización
de los informes de vulnerabilidades que, ex-
presamente y de manera pública, autoricen
los titulares de los sistemas informáticos.
Por último, señalaré que el sobreseimien-
to se podría haber fundamentado en la con-
ciliación prevista en el art. 59 inc. 6 Cód. Pe-
nal y art. 34 Cód. Proc. Penal Federal en lu-
gar del supuesto previsto en el art. 336 inc. 3
Cód. Proc. Penal.
II. ¿Qué ocurrió técnicamente?
El caso comentado plantea distintos pun-
tos de análisis que requieren el desarrollo
de algunas consideraciones técnicas de los
hechos como punto de partida. La explica-
ción en términos de seguridad informática
es esencial a los fines de examinar los deli-
tos informáticos previstos en el art. 153 bis,
art. 184 inc. 5 en función del art. 183 y el
art. 173 inc. 16 Cód. Penal desde la dogmá-
tica penal.
Desde el punto de vista técnico la persona
investigada cambió los valores de un formu-
lario que entregaba el sitio del home ban-
king en el momento de la compra y/o venta
de moneda extranjera. Los formularios, en
términos de programación, sirven para que
un usuario ingrese datos que luego serán
procesados por el sistema informático. En
el caso que se comenta, el formulario se en-
contraba físicamente en la PC del imputado
al momento del cambio de datos. Desde allí
pudo determinar la ubicación de los campos
del valor de compra y venta de dólares es-
tadounidenses, alterarlos para luego enviar
el formulario de regreso al home banking.
El sistema informático del home banking,
aceptó el formulario enviado con los datos
modificados y llevó a cabo las transacciones
solicitadas.
(1) No me detengo en el estudio de los distintos su-
puestos que podrían quedar abarcados en la segunda
parte del primer párrafo del delito previsto en el art. 153
La técnica empleada por la persona in-
vestigada consiste en detener el envío del
formulario desde la PC del usuario al home
banking usando un “proxy local” —un inter-
mediario instalado en su propia computa-
dora—, modificar el valor de cotización en
el formulario en lenguaje HTML —uno de
los posibles lenguajes de programación— y
luego enviarlo al banco.
Como analogía imaginemos que el banco
nos entrega un formulario en papel con los
datos de cotización de la moneda extran-
jera precargados para que como usuarios
aceptemos esa cotización y devolvamos el
formulario, pero, en lugar de aceptar los da-
tos preimpresos, borramos el valor de la co-
tización o corremos el punto decimal —tal
como sucedió en el caso comentado— y lo
devolvemos al banco que, sin advertir esos
cambios, acepta la nueva cotización delibe-
radamente alterada y realiza la transacción
de ese modo.
Entonces, ¿qué hizo la persona investiga-
da en términos de seguridad informática?
La persona investigada encontró una vulne-
rabilidad en el sistema informático del home
banking de la Red Link del Banco Nación y
la explotó.
Las vulnerabilidades son, de manera sim-
plificada, debilidades de programación de
cualquier tipo que pueden constituir un
riesgo o una amenaza a la seguridad de un
sistema informático. En el ámbito de la se-
guridad informática, las vulnerabilidades se
comprueban mediante dos pasos: la detec-
ción y la explotación. La primera tiene como
objetivo descubrir posibles vulnerabilidades
en un sistema —algunas serán positivas y
otras negativas— y, la segunda, realizar las
pruebas necesarias para sacar provecho
de esa vulnerabilidad, es decir, explotarla.
En materia de seguridad informática, suele
ocurrir que, una vez detectadas, las vulnera-
bilidades toman estado de posible, pero solo
cuando se explotan, se puede demostrar que
realmente es un problema, riesgo o amena-
za y no un falso positivo.
Cuando los especialistas en seguridad
informática realizan esa tarea como conse-
cuencia de su trabajo diario, el salto de un
paso a otro —de la detección a la explota-
ción— está expresamente autorizado de for-
ma previa mediante el acuerdo de las partes
involucradas, generalmente vinculadas por
un contrato formal de trabajo. En esos casos,
el titular del sistema informático presta su
consentimiento expreso para que el espe-
cialista realice su labor que en otras condi-
ciones resultaría delictivo.
Desde la perspectiva de un especialista en
ciberseguridad, graduado o no en la materia,
la persona investigada debería haber informa-
do inmediatamente la posible vulnerabilidad
tras detectar que el formulario podía ser mo-
dificado en su propia PC sin comprobar si esa
vulnerabilidad era efectiva o no a fin de evitar
la comisión de delitos. En otras palabras, la
persona investigada, al modificar el valor de
la cotización del formulario, es decir, luego
de detectar la vulnerabilidad, podría haberse
conformado con ese accionar y desistido de
llevar adelante toda la prueba informática que
podía realizar legítimamente un experto de la
Red Link o del banco. Sin embargo, después
de modificar los valores de la cotización del
dólar estadounidense del formulario, explotó
la vulnerabilidad al realizar la operación cam-
biaria no una, sino varias veces.
III. Los delitos investigados
La decisión comentada concluyó que co-
rrespondía dictar el sobreseimiento por ati-
bis Cód. Penal, esto es, en el acceso ilegítimo excediendo
el permiso que se posee. Ver PALAZZI, Pablo, “Delitos in-
formáticos en el Código Penal. Análisis de la ley 26.388”,
picidad de las conductas investigadas. Sin
embargo, el análisis de los hechos a la luz de
las explicaciones del punto que antecede me
permite concluir que las conductas investi-
gadas, en la medida en que se ejecutaron sin
expreso consentimiento del titular del sis-
tema informático, se subsumen en el delito
de acceso ilegítimo a un sistema informático
que excedió el permiso de acceso que poseía
el usuario agravado por tratarse del sistema
informático de un organismo público esta-
tal pero que, por aplicación de las reglas del
concurso de leyes por especialidad expresa,
queda desplazado por el daño informático
agravado.
Consecuentemente, considero también
que los hechos pueden tipificarse en el de-
lito de daño informático agravado y en el
delito de estafa informática en grado de ten-
tativa.
III.1. El acceso ilegítimo a un sistema in-
formático excediendo el permiso que se posee
agravado (art. 153 bis Cód. Penal)
El delito previsto en el art. 153 bis Cód.
Penal es un delito de acción privada, toda
vez que todos los tipos penales que corres-
ponden al título violación de secretos y de la
privacidad, excepto los delitos previstos en
el art. 154 y art. 157 Cód. Penal, solo pueden
perseguirse penalmente por la parte que-
rellante debidamente constituida (art. 73
inc. 2 Cód. Penal). La decisión que se co-
menta no hace referencia al cumplimiento
de ese requisito a los fines de instar la acción
penal que era un obstáculo para continuar
la pesquisa.
Por otro lado, la decisión solo consideró el
delito de acceso ilegítimo a un sistema infor-
mático sin autorización como posible accio-
nar porque la persona investigada accedió
al sistema informático mediante el login de
dos campos: su propio usuario y contraseña
que le permitieron operar de manera legíti-
ma en su home banking del banco.
Sin embargo, omitió considerar la segun-
da conducta que también castiga el art. 153
bis Cód. Penal: el acceso ilegítimo a un siste-
ma informático por cualquier medio cuando
se excede el permiso de acceso que se posee.
La segunda parte del primer párrafo del pre-
cepto del delito responde a la necesidad que
consideró el legislador de castigar el uso in-
debido de los permisos de acceso —en este
caso usuario y contraseña y el destino espe-
cífico del home banking— a sistemas infor-
máticos que suponen el consentimiento del
usuario acerca de los usos socialmente ade-
cuados (1).
Es que, si bien es cierto que el usuario ac-
cedió válida y legítimamente al sistema in-
formático, no menos cierto es que, al trans-
gredir las políticas de uso que expresamente
lo autorizaban para realizar solamente ope-
raciones bancarias, le dio al home banking
un uso diferente al normal, habitual y so-
cialmente adecuado. De esa manera, el ac-
cionar investigado respondió a un propósito
distinto al de realizar las operaciones banca-
rias expresamente autorizadas en los térmi-
nos y condiciones del banco (2) —que todos
consentimos, aunque no todos leemos—,
porque la persona investigada, en realidad,
ingresó para buscar vulnerabilidades en el
sistema informático y explotarlas cuando no
contaba con una autorización o permiso ex-
preso que consintiera dicho accionar.
Ahora bien, aunque la persona investiga-
da cometió el delito previsto en el primer pá-
rrafo segunda parte del art. 153 bis Cód. Pe-
nal, la disposición establece que cualquiera
de las dos conductas ilícitas que castiga —el
Ed. Abeledo Perrot, 2ª ed., p. 100 y ss.
(2) https://hb.redlink.com.ar/bna/login.htm, consul-
tado el 30/12/20.
Martes 2 de marzo de 2021 | 7
acceso ilegítimo a un sistema informático
sin contar con la debida autorización o el
acceso ilegítimo a un sistema informático
excediendo la autorización que se posee—,
quedan desplazadas por aplicación del con-
curso aparente de leyes por especialidad
expresa cuando los hechos se adecuan tam-
bién en un delito más severamente penado.
En el caso, tal como se desarrollará a conti-
nuación, si bien es cierto que se consumó el
acceso ilegítimo mediante la utilización in-
debida de los permisos de acceso agravado,
porque se trató del home banking de un or-
ganismo público estatal (art. 153 bis segun-
do párr. Cód. Penal) (3), no menos cierto es
que el exceso en el uso de las credenciales de
acceso válidas sucedió como consecuencia
de la alteración de datos en los formularios
a través de los que la persona investigada
pudo determinar la ubicación de los cam-
pos del valor de compra y venta de dólares,
los modificó, para luego enviarlos al home
banking. Esos datos ilegítimamente altera-
dos por el usuario, al ser procesados, fue-
ron validados como los datos reales. De ese
modo, la persona investigada pudo llevar a
cabo las operaciones cambiarias —compra y
venta de divisas— de manera ilícita, porque
las transacciones se concretaron con valores
de cambio deliberadamente modificados o
distintos a los reales de ese día. Entonces, en
la medida en que la persona investigada solo
podía acceder al home banking a través de
la utilización de sus credenciales para luego
alterar dolosamente los datos a los efectos
de explotar la vulnerabilidad del sistema
informático que había encontrado, y que al
alterar un dato informático se configuró el
delito de daño informático en los términos
del art. 183 segundo párrafo, primera parte
Cód. Penal, el acceso ilegítimo al home ban-
king del banco queda desplazado por espe-
cialidad por el delito de daño informático
que en el caso es agravado (art. 184 inc. 5
Cód. Penal).
III.2. El daño informático agravado
(art. 184 inc. 5 Cód. Penal)
El art. 183 Cód. Penal reprime, entre otras
conductas, el daño informático que se ejecu-
te mediante la alteración de datos informáti-
cos. A su vez, el art. 184 inc. 5 segunda parte
Cód. Penal agrava esa conducta cuando se
ejecuta en “datos, documentos, programas
informáticos o sistemas informáticos públi-
cos”.
A los efectos de analizar el delito de daño
informático, resulta imprescindible modi-
ficar la concepción tradicional del daño a
una cosa corpórea para comprender que
el resultado lesivo de ese delito recae sobre
datos, documentos, programas o sistemas
informáticos. Así, pues, el alcance que el
legislador le otorgó al delito al incluir como
conductas típicas el alterar, destruir o inuti-
lizar datos, documentos, programas o siste-
mas informáticos, trasciende el resultado de
daño tal como se concebía antes de la refor-
ma al Código Penal. Lo graficamos con un
ejemplo: arrojar una computadora contra el
piso con el objetivo de causar un daño y con
el conocimiento que si deliberadamente se
la deja caer se ocasionará un daño al objeto
físico computadora, constituye, sin lugar a
dudas, un daño a un objeto. Pero si la deci-
sión de causar daño no recae sobre el objeto
computadora, sino sobre el sistema infor-
mático, y para alcanzar ese objetivo ingre-
so al sistema informático —que puede o no
estar protegido con un usuario y contrase-
ña— y cambio un dato que altera el normal
procesamiento de la información que me
permite realizar una operación distinta a la
esperada de acuerdo a la programación del
sistema, esa modificación, siempre que sea
dolosa, es suficiente para tener por acredita-
(3) RIGHI, Esteban, “Delito de estafa”, Ed. Hammura-
bi, 2016, recuerda que la carta orgánica del Banco Nación
establece que es una entidad autárquica del Estado.
8 | Martes 2 de marzo de 2021
da la conducta típica de alterar que castiga el
art. 183 segundo párr. Cód. Penal.
Alterar un dato informático significa mo-
dificarlo en su esencia total o parcialmente
para que, por ejemplo, el programa se com-
porte de una manera distinta a la esperada y
elegida por el programador. La conducta tí-
pica también alcanza a los supuestos de mo-
dificación de datos informáticos contenidos
en bases de datos informáticos.
En el caso comentado, la persona inves-
tigada, utilizando sus conocimientos infor-
máticos y reeditando conductas que había
llevado a cabo en el año 2018, accedió al
sistema informático con un usuario y con-
traseña legítimamente obtenido, y tras bus-
car y encontrar la vulnerabilidad del home
banking, alteró en el formulario los datos
informáticos de la cotización de la divisa
extranjera correspondiente a la fecha en la
que hizo las operaciones. Una vez hallada
la vulnerabilidad, decidió explotarla y esa
circunstancia le permitió adquirir divisas en
razón de un dólar estadounidenses por ARS
5,695 cuando su valor real era de ARS 56,95,
y las vendió, modificando nuevamente datos
informáticos, a ARS 530,50 cuando el valor
real era de ARS 53,05. Es así que la persona
investigada adquirió un monto total de USD
11.800 equivalente a ARS 667.243,80 al que
no pudo acceder porque, alertados de la si-
tuación, el personal de seguridad informáti-
ca de Red Link bloqueó inmediatamente el
usuario.
Esas conclusiones a la luz de la interpre-
tación literal de la conducta típica “alterar”,
permiten arribar a una conclusión distinta
a la desarrollada en la resolución comenta-
da. Es que, el hecho que los testigos hayan
declarado que no existió daño al sistema
informático, no justifica adecuadamente la
atipicidad de la conducta investigada, por-
que, si bien es cierto que la funcionalidad
del sistema informático no se afectó en su
totalidad, no menos cierto es que el análi-
sis objetivo de los hechos permite afirmar
que se alteró el normal funcionamiento y
la transmisión de datos informáticos desde
el home banking de la persona investigada
como consecuencia de las modificaciones
deliberadas de esos datos que le permitieron
realizar operaciones cambiarias con valores
lejanos a los valores reales.
Además, el hecho que la persona inves-
tigada hubiera descubierto una falla en el
sistema de seguridad informática no justifi-
ca su proceder posterior, esto es, la explota-
ción, tal como sucedió. Más aún si se consi-
dera que tenía conocimiento que no conta-
ba con el expreso consentimiento del titular
del sistema informático para corroborar si
la posible vulnerabilidad era efectivamente
una falla del sistema.
En razón de lo expuesto, entiendo que al
alterar el dato del formulario que le permi-
tió a la persona investigada modificar los
datos de la cotización de compra y venta de
dólares estadounidenses del home banking
del banco del Estado, Banco de la Nación
Argentina, sin contar con el expreso consen-
timiento de la entidad bancaria ni de la Red
Link, causó un riesgo jurídicamente desa-
probado que ocasionó el resultado lesivo
que afectó la integridad, confidencialidad y
disponibilidad del normal funcionamiento
del sistema informático. El accionar es obje-
tivamente imputable a la conducta de la per-
sona investigada y fue cometido de manera
dolosa, porque no existe otro camino para
el iter criminis recorrido que el accionar con
conocimiento de la ilicitud. La persona in-
vestigada intentó ingresar en tres oportuni-
(4) DELLE DONNE, Carla “Análisis de la jurispruden-
cia argentina sobre delitos informáticos 2010-2011”, RDP,
Ed. Abeledo Perrot, septiembre 2013 y vuelto a publi-
car en Dossier Prueba Informática en el Derecho Penal,
dades a su home banking después de llevar
a cabo las operaciones ilícitas y tras advertir
que su usuario estaba bloqueado, intentó in-
formar el hallazgo y la explotación de la vul-
nerabilidad a las autoridades del Banco o de
la Red Link. En otras palabras, una vez con-
sumado el delito con la primera transacción
ilegítima, la persona investigada repitió el
accionar, pero intentó demostrar la ausencia
de dolo con los mensajes enviados una vez
que ya había afectado el bien jurídico tute-
lado y que se había producido el resultado
típico.
III.3. La estafa informática (art. 173 inc. 16
Cód. Penal)
Descartada la atipicidad de las conduc-
tas investigadas y justificada la subsunción
de los hechos en el delito de acceso ilegíti-
mo a un sistema informático agravado que
queda desplazado por el daño informático
agravado, resta referirme a los argumentos
expresados en la decisión comentada con
relación a la ausencia de tipicidad subjetiva
para reprocharle al investigado el delito de
estafa informática.
La resolución concluye que la persona in-
vestigada no tuvo intención de cometer una
defraudación contra el banco porque, tras
descubrir y “demostrar la vulnerabilidad del
sistema operado por Red Link”, puso en co-
nocimiento a las autoridades del Banco Na-
ción y de la Red Link la falla de seguridad. En
consecuencia, afirma que no tuvo intención
de llevar a cabo una manipulación informá-
tica que causara un perjuicio patrimonial
“sino probar las debilidades del sistema in-
formático antes aludido.” Además, indicó
que la persona investigada realizó opera-
ciones cambiarias en detrimento de su pro-
pio patrimonio y que, en consecuencia, los
hechos calificados como estafa informática
son atípicos porque no se verifica “en el caso
de autos el elemento volitivo requerido”.
El análisis de la decisión se encuentra li-
mitado a la valoración de la prueba mencio-
nada en la resolución. No obstante esa cir-
cunstancia, el relato de los hechos efectuado
y el examen de las citas de las declaraciones
testimoniales y los extractos de la presen-
tación espontánea efectuada por la perso-
na investigada, me conduce a una solución
distinta a la que se propuso en el caso: la
conducta investigada puede subsumirse en
el delito de estafa informática en grado de
tentativa.
La estafa informática se aparta de la es-
tructura tradicional de la estafa (art. 172
Cód. Penal) que exige que el autor engañe
a la víctima, quien como consecuencia de
ese ardid es inducido al error para realizar
un acto de disposición patrimonial que le
ocasiona un perjuicio. Esa estructura que
requiere de una relación de causalidad en-
tre cada uno de esos actos se reemplazó en
el caso de la estafa informática. La nueva
modalidad de defraudación establece como
elemento objetivo del tipo la existencia de
una manipulación informática que sea sufi-
ciente para producir un resultado que alte-
re el normal funcionamiento de un sistema
informático o la transmisión de datos, y que
como consecuencia de ese accionar se pro-
duzca la disposición patrimonial que genera
el resultado lesivo.
Los hechos del caso me permiten arribar
a las siguientes conclusiones con relación a
los elementos objetivos del tipo penal pre-
visto en el art. 173 inc. 16 Cód. Penal: la per-
sona investigada alteró los datos electróni-
cos de un formulario en lenguaje HTML que
le permitió realizar diversas operaciones de
La Ley, Thomson Reuters, junio 2019, con citas del fallo
CFed. Cas. Penal, sala, II causa Nº 5008 “Coronel, Or-
lando Reinaldo s/recurso de casación”, reg. Nº 6994, rta.
5/10/04.
compra y ventas de dólares a cotizaciones
distintas a las reales. Eso fue posible me-
diante la utilización de un proxy local. Esa
alteración en el dato de cotización que ana-
lizamos a los fines de justificar la comisión
del delito de daño informático constituye, a
su vez, una manipulación informática que le
permitió alterar la transmisión de los datos
reales de cotización que lo habilitaron a ad-
quirir divisas y a capitalizar, de manera ile-
gal, USD 11.800 o ARS 667.243,80 en su caja
de ahorro.
En otras palabras, tras encontrar la vulne-
rabilidad del sistema que le permitió alterar
el dato informático en el formulario de com-
pra y de venta de dólares, la persona inves-
tigada no se conformó con la ejecución de
ese acto, sino que deliberadamente quiso
explotar la vulnerabilidad hallada porque
era la única forma de demostrar que no se
trataba de un falso positivo, tal como se ex-
plicó anteriormente. En consecuencia, la al-
teración de los datos informáticos que resul-
tó en la alteración de la transmisión de datos
a los efectos de calcular el valor de venta y
compra de los dólares por transacciones
que ascendieron a la suma de USD 11.800 o
ARS 667.243,80 que fueron directa e ilegíti-
mamente depositados en su caja de ahorro,
implica que con un solo accionar afectó dos
bienes jurídicos y, por lo tanto, consumó el
delito de daño informático agravado y la es-
tafa informática.
Resta determinar si el accionar causó un
perjuicio patrimonial y, en caso afirmativo,
si se acredita el dolo directo que también re-
quiere el delito de estafa informática para su
consumación.
Y aquí considero oportuno avanzar en el
análisis planteando dos posibles hipótesis a
los efectos de enriquecer el estudio del caso
que me facilitarán el examen sobre la verifi-
cación o la ausencia del elemento subjetivo
del tipo.
La primera hipótesis toma en considera-
ción la solución adoptada en la decisión que
se comenta en cuanto concluye que la con-
ducta es atípica por ausencia del resultado
común a todas las defraudaciones: el perjui-
cio patrimonial —aunque no lo sostiene ex-
presamente, pero se infiere— y que el accio-
nar de la persona investigada no fue doloso.
La segunda hipótesis tiene por acredita-
dos todos los elementos objetivos del tipo
penal y el dolo de la estafa informática, pero
concluye que el perjuicio patrimonial no se
produjo por circunstancias ajenas a su vo-
luntad de la persona investigada: el bloqueo
del home banking.
Empecemos, lógicamente, por la prime-
ra hipótesis que se adoptó en la resolución
anotada. Podría sugerirse que el razona-
miento efectuado fue el siguiente: el perjui-
cio patrimonial no se consumó porque en
el plan inicial del autor no estaba la posibi-
lidad de producir un beneficio indebido ni
apropiarse del dinero que sabía que genera-
ba con la alteración del dato informático y
la consecuente afectación en la transmisión
normal de los datos del sistema informático
de la Red Link. Ese presupuesto reconoce
que existió una disposición patrimonial ve-
rificable y concluye que el resultado típico
no se consumó porque el delito se integra
con el propósito de lograr un beneficio inde-
bido, circunstancia que, según entiende, no
se acredita en el caso. Así, pues, el dolo de la
conducta abarca la manipulación informáti-
ca o la explotación de la vulnerabilidad, mas
no se extiende al perjuicio patrimonial y el
consecuente provecho ilícito obtenido, toda
vez que ese resultado no era el querido por
el autor.
Esa hipótesis valora de manera favorable
la declaración espontánea e inclina la balan-
za hacia los argumentos de la persona inves-
tigada quien señaló que no tenía “intencio-
nes de usar ese dinero ni quiero tener pro-
blemas, decidí dejarlo en mi cuenta sin tocar
nada”; según su descargo reconoce que, a
pesar de haber ejecutado todos los actos ne-
cesarios para consumar el daño informático
y la estafa informática —en ningún momen-
to se advierte una instancia de desistimiento
del accionar delictivo, sino más bien todo lo
contrario—, no tenía intenciones de apro-
piarse del dinero generado con las operacio-
nes cambiarias que no se correspondían con
la cotización real y que le permitieron trans-
ferir la abultada suma de ARS 667.243,80 a
su caja de ahorro. Por lo tanto, si son ciertas
sus declaraciones, el hecho que no tenía
intenciones de apropiarse del dinero, aun-
que su accionar fue suficiente para generar
la disposición patrimonial, demuestra que,
aunque dolosamente, no actuó con ánimo
lucro como especial elemento subjetivo del
tipo distinto del dolo que también exige la
estafa informática para su consumación. Y
es sobre ese punto del análisis que encuen-
tro contradicciones entre los fundamentos
del sobreseimiento y los hechos y las prue-
bas del caso.
Las respuestas las encuentro en la segun-
da hipótesis.
La segunda hipótesis de análisis sugiere
que el accionar puede subsumirse en el deli-
to de estafa informática que quedó en grado
de tentativa porque la persona investigada
ejecutó todos actos objetivamente necesa-
rios para alcanzar la producción del resulta-
do típico con conocimiento de la realización
de la conducta punible, pero el delito no se
consumó toda vez que el personal de Segu-
ridad Informática y Prevención de Fraudes
de la Red Link le bloqueó el canal de home
banking luego de advertir las operaciones
ilícitas realizadas.
La persona investigada dispuso de los me-
dios tecnológicos necesarios para realizar
los actos ejecutivos de su plan: alterar los
datos de un formulario mediante un proxy
local que le permitió modificar los datos de
cotización de compra y venta de dólares de
los formularios para demostrar que la vul-
nerabilidad del sistema no era un falso po-
sitivo, que, a su vez, provocó la disposición
patrimonial de los fondos del banco a su
caja de ahorro que de no haberse bloquea-
do el usuario de home banking, podría ha-
ber ocasionado un perjuicio patrimonial al
banco. En términos de seguridad informá-
tica, encontró una posible vulnerabilidad
y la explotó; en materia de derecho penal
ejecutó todos los actos objetivos necesarios
para ocasionar una disposición patrimonial
mediante la manipulación informática, aun-
que no generó un perjuicio ni pudo obtener
el provecho de esa conducta por circuns-
tancias ajenas a su voluntad: el bloqueo del
home banking.
La estafa informática, tal como sucede con
la figura básica, exige un acto de disposición
patrimonial que ocasione un perjuicio. La
disposición patrimonial necesariamente
debe realizarse a través de un sistema infor-
mático que opera de acuerdo con el progra-
ma que la gobierna (4), pero cuya programa-
ción fue dolosamente alterada para transmi-
tir datos distintos a los introducidos por el
programador.
En el caso comentado, mal podría argüirse
que no existió una disposición patrimonial,
puesto que los fondos generados con las
transacciones cambiarias fueron efectiva-
mente depositados en la cuenta de la per-
sona investigada. Sin embargo, a pesar de
que el banco no tuvo la libre disponibilidad
de los fondos obtenidos con las operaciones
cambiarias llevadas a cabo por la persona
investigada hasta que fueron devueltos, los
tuvo bajo su esfera de custodia como conse-
cuencia del bloqueo de la caja de ahorro. De
ese modo, la fase ejecutiva del delito no llegó

a la etapa de la consumación y tampoco al
agotamiento material de la lesión del bien
jurídico protegido, toda vez que el perjuicio
patrimonial no se consumó por circunstan-
cias ajenas a su voluntad que le impidieron
apoderarse del dinero.
Retomando el problema relacionado con
el dolo que plantea la primera hipótesis, la
respuesta se encuentra en la explicación de
la segunda hipótesis. De acuerdo con la pla-
taforma fáctica del caso, no caben dudas que
la persona investigada realizó operaciones
cambiarias por valores alejados de la coti-
zación real al 3 de septiembre de 2019. Para
realizar esas transacciones fue necesario
que, mediante un proxy local modificara el
punto decimal de la cotización que el home
banking le mostraba al cliente. Recibido el
formulario con el dato informático alterado,
el sistema transmitió datos errados de modo
que se alteró el normal funcionamiento del
canal de compra y venta de divisas única-
mente en el home banking de la persona in-
vestigada. Los fondos obtenidos alcanzaron
la suma de ARS 667.243,80 o USD 11.800 que
fue depositada y congelada como conse-
cuencia del bloqueo de la caja de ahorro de
la persona investigada hasta su devolución
al banco. De esa manera, los fondos gene-
rados con las transacciones bancarias me-
diante la explotación de la vulnerabilidad
del sistema informático del home banking
no salieron de la esfera de custodia del ban-
co como consecuencia del bloqueo que se
llevó a cabo el mismo día en el que la perso-
na investigada encontró la posible vulnera-
bilidad y la explotó.
Los hechos objetivamente analizados,
permiten afirmar que la persona investiga-
da encontró las vulnerabilidades y en lugar
de dar inmediatamente aviso a la Red Link
o al banco, decidió deliberadamente explo-
tarlas y no solo lo hizo en una ocasión, sino
que probó reiteradas veces hasta alcanzar
la suma de ARS 667.243,80 o USD 11.800.
Además, solo informó al banco recién a las
20:32 cuando envió el primer correo elec-
trónico al personal de la Red Link, es decir,
luego de advertir que se había bloqueado
su home banking e intentar acceder al sis-
tema con sus credenciales en tres oportu-
nidades entre las 17.57 y las 17.58 horas del
03/09/2019.
En definitiva, la persona investigada en-
contró una vulnerabilidad en el sistema
informático de la Red Link para la compra
y venta de divisas. A los efectos de probar
si esa era una posible vulnerabilidad, la ex-
plotó y, tal como sostuve anteriormente,
al buscar una vulnerabilidad en el sistema
informático el usuario, a través de sus cre-
denciales, violó las políticas de uso del home
banking que solo lo autorizaba a realizar las
transacciones específicamente allí enume-
radas. En consecuencia, para demostrar la
vulnerabilidad del sistema, necesariamente,
cometió conductas delictivas no consenti-
das expresamente ni por Red Link ni por el
Banco Nación.
En razón de lo expuesto, difícilmente
puede descartarse el elemento subjetivo
del tipo penal, porque la persona investi-
gada, aún con un fin altruista, cometió de-
liberadamente una conducta delictiva sin
contar con el expreso consentimiento del
titular del sistema informático. Es decir, la
persona investigada tenía intención de cau-
sar una disposición patrimonial porque esa
era la única forma que tenía de demostrar
la vulnerabilidad. Consecuentemente, en
todo momento tuvo conocimiento que en
(5) RIGHI, Esteban, ob. cit., ps. 150/151.
(6) https://dle.rae.es/altruismo, consultado el
05/01/2021.
(7) SOLER, Sebastián, “Derecho penal argentina”, Ed.
Tea, t. IV, p. 375
(8) Ibidem, p. 376. RIGHI, Esteban, ob. cit., y sus ci-
virtud de la modificación en el dato infor-
mático que le permitía acceder al mercado
de cambios a cotizaciones distintas a las
reales causaba, al mismo tiempo, una ma-
nipulación informática.
La conducta fue dolosa. La pregunta que
cabe plantear es si además del dolo se veri-
fica el especial elemento subjetivo del tipo
distinto del dolo que requieren todas las
estafas para su consumación (5): el ánimo
de lucro, esto es la intención de obtener un
provecho patrimonial o un beneficio inde-
bido.
La resolución comentada señala para
descartar el dolo que la persona investigada
realizó las conductas investigadas “en pos
del interés público y con fines altruistas”. Ese
argumento me conduce a nuevos interro-
gantes ¿pueden los fines altruistas justificar
la comisión de delitos? ¿Puede el hecho de
procurar el bien ajeno aún a costa del pro-
pio (6) motivar válidamente una conducta
disvaliosa? ¿Pueden los Robin Hood de la
informática salvar al mundo de las inevita-
bles vulnerabilidades de los sistemas infor-
máticos y disponer de los bienes jurídicos
tutelados en nombre sus titulares y evitar
una condena por la comisión de delitos que
necesariamente se consuman al llevar ade-
lante tan noble empresa? ¿La conducta pos-
terior al hecho delictivo justifica la ausencia
de tipicidad subjetiva?
La persona investigada manifestó en su
presentación espontánea que su propósito
era el de identificar una vulnerabilidad positi-
va y no quería apoderarse del dinero transfe-
rido a su cuenta bancaria como consecuencia
de la manipulación informática. Es decir, no
quería obtener un beneficio patrimonial des-
pués de haber dispuesto de todos los medios
necesarios que ocasionaron la disposición
patrimonial que podría haber causado un
perjuicio patrimonial al banco de no haberse
bloqueado el home banking. Es que no puede
dejar de considerarse que la persona inves-
tigada quiso explotar la vulnerabilidad todo
el tiempo sin estar expresamente autorizado
a realizar la explotación. De esa manera, la
búsqueda de una vulnerabilidad y su explo-
tación deliberada a través de la realización de
varias operaciones que le permitió acumu-
lar la suma de USD 11.800, denotan que, en
todo momento, la persona investigada tuvo
voluntad de realizar la conducta y conoci-
miento de las circunstancias de hecho de la
manipulación informática, de la disposición
patrimonial y perjuicio causado. Además, las
operaciones no se realizaron por montos in-
significantes que permitieran, simplemente,
dar cuenta de la falla.
La conducta de la persona investigada
posterior al hecho delictivo, esto es, la co-
municación efectuada a Red Link o al banco
acerca de la explotación de las vulnerabili-
dades encontradas y, en consecuencia, de
las transacciones realizadas —o lo que es lo
mismo, de la comisión de las conductas de-
lictivas—, no es suficiente para eliminar la
tipicidad de la conducta en su faz subjetiva.
Esos informes no tienen efecto alguno por-
que no fueron consentidos expresamente de
manera previa al hecho y tampoco eviden-
cian ningún tipo de desistimiento del accio-
nar por parte del autor.
Así como no hay estafa de buena fe (7),
tampoco hay estafa cuando el fin persegui-
do no constituye un beneficio ilícito, y, en
el caso comentado, el fin perseguido era
demostrar la existencia de la vulnerabilidad
cuya verificación necesariamente reque-
tas p. 167.
(9) ROXIN, Claus, “Derecho Penal Parte General”, Ed.
Civitas, Madrid, t. I, p. 517 y ss.
(10) OTTO, Haro, “Manual de Derecho Penal” Teoría
General del Derecho Penal, Ed. Atelier, 2017, p. 206 y ss.
(11) Por ejemplo: https://www.change.org/p/legisla-
ría causar un daño al sistema informático y
manipular la transmisión de los datos que le
permitió generar una disposición patrimo-
nial y obtener, aunque de manera temporal,
un beneficio indebido.
Sentado cuanto precede, reitero cuanto
expresara anteriormente con relación a la
consumación de la estafa informática, o su
tentativa.
El hecho que el banco no pudo disponer
de los fondos mientras duró el trámite admi-
nistrativo que le permitió reingresarlo a sus
arcas —que necesariamente incluyeron el
consentimiento del titular de la cuenta para
el retiro de los fondos mal habidos—, podría
considerarse a los efectos de tener por con-
sumada la conducta delictiva en tanto que
la estafa informática al igual que la figura
básica de estafa se consuma con el perjuicio
patrimonial y no cuando se obtiene el bene-
ficio (8). Sin embargo, en la medida en que
la manipulación informática fue suficiente
para causar el engaño que causó la dispo-
sición patrimonial y que fondos indebida-
mente transferidos a la cuenta bancaria de la
persona investigada estuvieron siempre bajo
la esfera de custodia del banco como conse-
cuencia del bloqueo del home banking, el
hecho delictivo quedó en grado de tentativa.
IV. El consentimiento como causal de atipi-
cidad
Desde la perspectiva de la seguridad in-
formática, el procedimiento de presunta in-
vestigación de motu proprio llevado a cabo
por la persona investigada solo es atípico si
hubiese contado con el expreso consenti-
miento del titular del sistema.
En el análisis de la faz negativa del delito,
el consentimiento eficaz del titular del bien
jurídico que puede resultar lesionado por la
creación del riesgo jurídicamente desapro-
bado opera como causal de atipicidad (9).
En esos casos, en la medida en que “el dere-
cho penal protege la libertad de disposición
del particular” (10) no habrá lesión al bien
jurídico “si la injerencia se ha producido con
la aprobación del afectado”. En consecuen-
cia, toda conducta que afecte la integridad,
disponibilidad y confidencialidad del siste-
ma informático requiere necesariamente del
expreso consentimiento del titular o dueño
del sistema informático para que toda prue-
ba de seguridad informática sea legítima y
válidamente realizada.
De ese modo, quienes buscan vulnera-
bilidades en los sistemas informáticos y las
explotan con fines altruistas y en pos del in-
terés público, no se encuentran legitimados
por poseer conocimientos especiales para
navegar los sistemas informáticos libremen-
te cometiendo delitos para luego, una vez ex-
plotadas, informar a los titulares de los siste-
mas informáticos acerca de la existencia real
o positiva de la vulnerabilidad. Piénsese, por
ejemplo y por analogía, si con fines altruis-
tas caminamos las calles abriendo puertas
de distintas casas para alertar a sus dueños
que podrían ser víctimas de robos porque
existen fallas en la seguridad de la casa: la
puerta de entrada se encuentra sin girar la
llave que la cierra. Y, además, no solo no nos
conformamos con abrir la puerta para verifi-
car si está sin llave y con tocar el timbre para
que salgan los propietarios para así dar aviso
del problema de seguridad, sino que ingre-
samos ilegítimamente al domicilio en donde
nos encontrarnos a sus habitantes en la paz
del hogar ¡para informarles acerca de su pro-
blema de seguridad!
dores-los-investigadores-de-seguridad-no-somos-de-
lincuentes?redirect=false que sugiere la incorporación de
una carta blanca para delinquir con el fundamento de per-
seguir fines relacionados con el interés público por el que
deben velar aquellas personas especialmente contratadas
y que cuentan con el consentimiento para buscar vulnera-
Martes 2 de marzo de 2021 | 9
En otras palabras, en la medida en que no
se consienta expresamente la explotación
de una vulnerabilidad, por cualquier me-
dio —ya sea un contrato laboral o una auto-
rización previa y expresa formal mediante,
por ejemplo, políticas de detección de vul-
nerabilidades tales como las que se descri-
ben a continuación— que sea suficiente
para acreditar que el titular del bien jurídico
ofreció su consentimiento libremente, toda
explotación de una vulnerabilidad de un
sistema informático será ilícita. Aún en el
supuesto en que se encuentre una vulnera-
bilidad sin explotarla, habría que considerar
de qué manera se obtuvo conocimiento de
aquella, puesto que, el aviso posterior no eli-
minaría la tipicidad del delito de acceso ile-
gítimo al sistema informático en cualquiera
de sus dos modalidades.
En consecuencia, los casos en los que los
que una persona utiliza sus conocimientos
especiales para explotar deliberadamente
una vulnerabilidad que encontró en un sis-
tema informático fuera del marco de una
relación laboral o de una autorización a
través de políticas de detección de vulne-
rabilidades que consienta expresamente su
búsqueda y explotación, aun cuando el con-
sentimiento se efectúe ex post facto, no pue-
de descartarse la tipicidad de las conductas,
tal como se expuso anteriormente.
V. ¿Una posible excusa exculpatoria?
La decisión plantea, sin dudas, cuestiona-
mientos que solo pueden resolverse a través
de la dogmática penal. El análisis en casos
como el presente que revisten notable gra-
vedad por el nivel de digitalización de la so-
ciedad actual no debería subestimar el posi-
ble impacto de la decisión en la comunidad
de especialistas. Es que la motivación que
genera la posibilidad de hacerse conocido
entre los expertos en seguridad informática
tras encontrar una vulnerabilidad frente a la
posibilidad de legitimar conductas que no
son inocuas, sino que son delictivas, debe
necesariamente distinguir el perfil del pro-
fesional del criminal.
En el mundo en el que vivimos de hiper-
conectividad que se aceleró durante todo el
año 2020 transformándose de manera ace-
lerada el proceso de digitalización de todas
las actividades en el sentido más amplio y
masivo que podamos imaginarnos, exige
que este tipo de conductas no se analicen
livianamente sin considerar sus consecuen-
cias en términos de prevención general. Este
caso es solo la punta del ovillo de los cientos
y miles de ciberataques que sufren los siste-
mas informáticos a diario —no puede per-
derse de vista que es casi imposible que un
programa o un sistema no tenga vulnerabi-
lidades—, en tanto que existen miles de per-
sonas que poseen conocimientos informáti-
cos suficientes para investigar y detectar la
existencia de vulnerabilidades para luego,
decidir si explotarlas o no.
El uso de conocimientos especiales como
fundamento para navegar en el ciberespa-
cio buscando posibles vulnerabilidades que
impliquen, por ejemplo, el acceso ilegítimo
o el exceso en el uso del permiso de acceso
a un sistema informático, y la posterior ex-
plotación de la posible vulnerabilidad para
determinar que no se trata de un falso posi-
tivo, no es fundamento suficiente para que el
legislador cree una excusa absolutoria en el
ordenamiento sustantivo.
Es por esas razones, que con el mismo al-
cance antes señalado, cualquier propuesta
de proyecto de ley para la despenalización
de la investigación en seguridad de la infor-
mación (11) que sugiera que todo accionar
típico, antijurídico y culpable no sea punible
por aplicación de una excusa absolutoria
que podría incorporase como tal al Código
Penal, resulta apartada de toda legitimidad
porque ofrece una carta blanca para come-
10 | Martes 2 de marzo de 2021
ter delitos informáticos justificados en fines
altruista o de interés público que debe ve-
rificarse ex post, es decir, una vez cometido
el delito. Porque, para los otros casos no
delictivos, el titular del sistema informático
presta voluntariamente su consentimiento
para la ejecución de la prueba de seguridad
informática.
VI. La alternativa: la estandarización de los
informes de vulnerabilidades
El consentimiento expreso del titular para
acceder de cualquier modo a un sistema in-
formático es necesario para evitar la comi-
sión de conductas delictivas informáticas.
Pero, ¿qué sucede en los casos en los que
se encuentra una posible vulnerabilidad sin
cometer ninguna conducta delictiva o cuan-
do existe un consentimiento expreso general
para buscarla? ¿Cuáles son los canales para
comunicar la posible vulnerabilidad?
En nuestro país aún no se han desarrollado
los programas de divulgación de vulnerabi-
lidades como un medio para que, quienes
aplicando sus conocimientos especiales y
sin acceder ilegítimamente a un sistema
electrónico encuentren vulnerabilidades y,
sin explotarlas para verificar si se trata de una
posible vulnerabilidad o de una verdadera,
las denuncien. No es frecuente encontrar
canales para informar porque, bien no están
identificados, o bien no existen puntos de
contacto para remitir información que pue-
de resultar beneficiosa para el bien común y
el interés general de quienes administran sis-
temas informáticos sea públicos o privados.
Sin embargo, existen antecedentes interna-
cionales que vale aquí citar para ejemplificar
un posible camino para resolver los casos que,
insisto, sin ser conductas delictivas, pueden
servir de guía para encauzar búsquedas al-
truistas que tienen como fin real y fácilmente
acreditable el de colaborar con la identifica-
ción de vulnerabilidades para reducir las in-
evitables fallas en los sistemas informáticos.
Uno de esos antecedentes es el desarro-
llado por la Agencia de Infraestructura y Ci-
berseguridad de EE.UU, CISA por sus siglas
en inglés, que publicó una primera versión
de la directiva sobre cómo “Desarrollar y
publicar una política de divulgación de vul-
nerabilidades” (12) el 02/09/2020. Las direc-
tivas son obligatorias para el poder ejecutivo
nacional únicamente y su objetivo es prote-
ger la información nacional y los sistemas
informáticos en cuanto reconocen que la
ciberseguridad es un bien público que pue-
de ser protegido por distintos actores de la
sociedad. En particular, establece que las
autoridades deben determinar, claramente,
un canal de contacto por medio de un correo
bilidades de los sistemas informáticos y explotarlas.
(12) https://cyber.dhs.gov/bod/20-01/, consultado el
04/01/2021.
(13) No es objeto del presente artículo establecer las
diferencias que existen entre la conciliación y la repara-
ción integral del daño ocasionado a la víctima, aunque se
trata de dos supuestos distintos que permiten extinguir
la acción penal por sobreseimiento. El primero en razón
Texto completo de fallo de p. 6
1ª Instancia.- Buenos Aires, noviembre 30
de 2020.
Visto:
Que las presentes actuaciones se iniciaron
el 31 de octubre de 2019 con la denuncia que
L. M. I. B., representante legal del Banco de
la Nación Argentina, efectuara ante la Exce-
lentísima Cámara de Apelaciones del fuero
(ver fs. 1/16).
electrónico, por ejemplo, así como también
deben dictar reglamentos que dispongan
el ámbito de aplicación de las directivas de
informes de vulnerabilidades, es decir, so-
bre los sistemas que podrán investigarse, los
medios y pruebas habilitados y cuáles no se
encuentran expresamente habilitados, y los
mecanismos de denuncia que incluyen las
posibilidad de hacer denuncias anónimas,
entre otras exigencias.
Esas directivas no ofrecen una carta blan-
ca para investigaciones de buena fe y poste-
rior detección de vulnerabilidades. Al igual
que sucede con las normas ISO 29147/2018
sobre Tecnología de la Información, técnicas
de seguridad y divulgaciones de vulnerabili-
dades, la divulgación de las vulnerabilida-
des tiene como propósito la reducción de los
riesgos asociados con las vulnerabilidades
que, por lo general, tienen todos los siste-
mas. Es por ese motivo que tanto las normas
ISO como la directiva de la CISA no conce-
den permisos amplios e ilimitados para las
posibles pruebas.
La armonización de los mecanismos de
informes de posibles vulnerabilidades se
vislumbra como un buen camino para que
quienes posean conocimientos especiales
y deseen ponerlos a disposición del bien
común los canalicen con las limitaciones y
mediante los medios adecuados.
VII. La posibilidad de sobreseer por concilia-
ción y los efectos de la prevención general
En consideración de los argumentos desa-
rrollados que concluyen en la tipicidad de las
conductas investigadas, resta señalar que, en
términos de prevención general positiva, en
el caso anotado la acción penal podría haber-
se extinguido por sobreseimiento por conci-
liación o reparación integral del perjuicio
establecido el art. 59 inc. 6 Cód. Penal (13) y
regulado por el art. 34 Cód. Proc. Penal Fede-
ral —vigente para la justicia federal en virtud
de la res. 2/2019 de la Comisión Bicameral
de Monitoreo e Implementación del Códi-
go Procesal Penal Federal (BO. 13/11/19)—,
que en el supuesto previsto en el art. 336
inc. 3 Cód. Proc. Penal, por las consecuen-
cias y el impacto que la decisión puede tener
en la comunidad de especialistas (14).
Es que en la medida en que el art. 34 Cód.
Proc. Penal Federal autoriza a las partes a
“realizar acuerdos conciliatorios en los ca-
sos de delitos de contenido patrimonial”, y
que tanto el delito de daño informático agra-
vado como la estafa informática son delitos
patrimoniales, y que el banco pudo recupe-
rar todos los fondos transferidos a la cuen-
ta de la persona investigada, podría haber
dictado el sobreseimiento en los términos
del acuerdo entre las partes que puede no disponer de un
acuerdo económico o el ofrecimiento de reparación eco-
nómica que sí exige el segundo.
(14) De manera deliberada no ingresé a analizar el de-
nominado “hacking ético” porque el estudio requiere ha-
cer diferenciaciones en las distintas categorías y definicio-
nes que no hacen al objeto del caso anotado. La motiva-
ción que genera la posibilidad de hacerse conocido en la
Concretamente la denunciante expuso
que el 3 de septiembre de 2019, G. A. O.,
titular del DNI ..., ingresó a la plataforma
de Homebanking del Banco de la Nación
Argentina desarrollada y operada por la
firma Red Link SA, se autenticó con sus
credenciales y mediante técnicas espe-
cíficas para detectar vulnerabilidades en
sistemas informáticos modificó a su favor
la cotización del dólar dentro de su nave-
gador.
En este sentido, la denunciante explicó
que una vez modificada la cotización, O.
previstos en el art. art. 59 inc. 6 Cód. Penal y
la decisión de la Comisión Bicameral de no-
viembre de 2019.
Me refiero expresamente a la prevención
general positiva, porque, en el mundo de
quienes tienen conocimientos de tecnolo-
gía que les permiten llevar a cabo pruebas
de seguridad informática como la que fuera
investigada en el caso comentado, encontrar
esas fallas forma parte de los desafíos que se
proponen y que forman parte de una cultu-
ra informática que busca cierta popularidad
por los hallazgos y explotaciones realizadas.
La resolución que dicta el sobreseimiento
descartando por atipicidad objetiva y subje-
tiva todas las conductas investigadas —que
son ilícitas— desatiende especialmente esa
circunstancia y abre la puerta a que hechos
que se realicen sin el expreso consentimien-
to del titular del sistema informático no re-
sulten delictivos cuando, en realidad, lo son.
Entonces si fuera el caso, como sucede de
manera frecuente y los especialistas en se-
guridad informática pueden dar cuenta de
cuanto aquí se afirma, que los miles de cibe-
rataques que sufren los sistemas informáti-
cos a diario intentando dar con una falla del
sistema solo tienen fines altruistas y, por lo
tanto, no se realizan con el conocimiento y
la voluntad de la realización de los elemen-
tos objetivos de los delitos como los aquí
analizados, todas las conductas de los ci-
beratacantes podrían resultar inocuas o so-
cialmente adecuadas con las graves conse-
cuencias que en materia de persecución de
la creciente delincuencia informática puede
acarrear. En una sociedad en la que la rela-
ción con la tecnología es umbilical (15) y la
información es una de las fuentes primarias
de poder (16), es necesario repensar el efec-
to que puede ocasionar decisiones como la
aquí comentada.
VIII. Conclusiones
1. En términos de seguridad informática,
existe una diferencia sustancial entre encon-
trar una vulnerabilidad de un sistema infor-
mático y explotarla. Así como también existe
una distinción entre contar con la expresa
autorización del titular del sistema informá-
tico y no tenerla.
2. Esa distinción tiene efectos en el análi-
sis de la tipicidad de las conductas delicti-
vas que fueron materia de investigación en
el caso anotado. El sobreseimiento dictado
por falta de tipicidad objetiva y subjetiva
se aparta de las diferencias señaladas. Las
conductas investigadas pueden subsumirse
en el delito de acceso ilegítimo a un sistema
informático excediendo el permiso que se
posee agravado porque el afectado es un or-
ganismo público, que queda desplazado por
comunidad de expertos por haber encontrado una vulne-
rabilidad y el hecho de tomar por cierto que se tratan siem-
pre de conductas legítimas cuando, en realidad, no son
conductas inocuas, sino que son delictivas, forma parte de
un perfil criminal o de un posible perfil que, argumentando
objetivos de interés público, cometen delitos.
(15) CHIESA RAOUL, et al, “Profiling Hackers, The
Science of Criminal Profiling as Applied to the World of
realizó múltiples operaciones de compra-
venta de dólares adquiriendo los mismos a
una cotización de $5,695 (cuando la real era
de $56,95), y luego vendiéndolos a $530,50
(cuando la real era de $53,05), todo ello por
un monto total de U$S 11.800, lo que impli-
caría un perjuicio económico aproximado
de $667.243,80 (ver detalle de operaciones
aportado a fs. 22/24).
En este sentido, B. explicó que las manio-
bras fueron detectadas por Red Link e infor-
madas al Banco el 17 de septiembre de 2019,
mediante un llamado telefónico al área de
concurso aparente de leyes por especialidad
expresa por el delito de daño informático
agravado que concurre de manera ideal con
el delito de estafa informática en grado de
tentativa.
3. Aun en el supuesto en el que se encuen-
tre una vulnerabilidad sin explotarla, habría
que considerar de qué manera se obtuvo co-
nocimiento de aquella, puesto que, el aviso
posterior del sujeto activo no elimina la tipi-
cidad de la conducta que podría subsumirse
en el delito de acceso ilegítimo al sistema
informático, en cualquiera de sus dos moda-
lidades.
4. Existe también una distinción entre la
realización de conductas delictivas median-
te el uso conocimientos especiales en segu-
ridad informática y la ausencia de tipicidad
porque cuando el titular del sistema infor-
mático presta el consentimiento y, en conse-
cuencia, dispone del bien jurídico tutelado
por el art. 153 bis Cód. Penal (la integridad,
disponibilidad y confidencialidad del siste-
ma informático) (17), el accionar se puede
analizar desde la faz negativa de la tipicidad.
5. La incorporación de una excusa excul-
patoria al Cód. Penal a los efectos de elimi-
nar la punibilidad de quienes utilicen sus
conocimientos para buscar y explotar vul-
nerabilidades en sistemas informáticos sin
contar con el expreso consentimiento del
titular, entregaría una carta blanca para la
comisión de conductas delictivas que exigi-
ría su revisión luego de consumado el hecho
delictivo sin fundamento legítimo alguno
que justifique la eliminación del castigo por
la comisión de conductas delictivas.
6. Un camino posible para resolver el pro-
blema que plantea la búsqueda de vulnera-
bilidades y su posterior explotación cuando
se realizan, efectivamente, en pos del bien
común, es la estandarización de los infor-
mes de vulnerabilidades. A tales efectos, se
sugiere la redacción y difusión de reglas cla-
ras, precisas y públicas que regulen cuáles
son los sistemas informáticos sobre los que
se pueden realizar pruebas de seguridad,
qué medios pueden ser empleados y cuáles
son los canales de comunicación para infor-
mar el hallazgo.
7. En el caso de comisión de delitos pa-
trimoniales, el sobreseimiento podía fun-
damentarse en la conciliación prevista en
el art. 59 inc. 6 Cód. Penal y art. 34 Cód.
Proc. Penal Federal vigente para la justicia
nacional y federal de todo el país desde el
13/11/2019.
Cita on line: AR/DOC/374/2021
Hacking”, UNICRI & Hackers HPP Profiling Project, CRC
Press, 2009, p.19.
(16) Ibidem, p. 17.
(17) Por el momento considero que es un bien jurídico
disponible, aunque creo que en un futuro no muy lejano
y como consecuencia del proceso de digitalización masi-
vo que atravesamos desde el 2020, bien podría modificar
ese temperamento.
Seguridad de la Información de dicha enti-
dad bancaria, y que a pedido de esta última,
Red Link efectuó un informe el día 25 de
septiembre de 2019, y una ampliación del
mismo el día 30 de ese mismo mes y año, en
donde se indicó que no habían existido otros
casos en los que se hubiera manipulado la
cotización.
En función de ello, una vez radicada la
denuncia, y ratificada que fue la misma (ver
fs. 18) se corrió vista al Agente Fiscal quien a
fs. 20/21 formuló requerimiento de instruc-
ción.

Considerando:
I. Trámite del sumario
a) Declaraciones testimoniales
Que se recibió declaración testimonial a
distintos profesionales técnicos del Banco
de la Nación Argentina y de la firma Red Link
SA, quienes, en base a su conocimiento en la
materia, relataron los pormenores vincula-
dos a las maniobras desplegadas por G. A. O.
en el marco de los hechos denunciados.
En este sentido, P. S., Gerente Departa-
mental de Seguridad Bancaria del Banco de
la Nación Argentina, refirió que el banco po-
see tercerizados los servicios que brinda por
canales electrónicos (cajeros automáticos,
banca telefónica, homebanking, etc.) y que
los mismos son operados por la firma Red
Link SA.
Al respecto, indicó que el 17 de septiem-
bre de 2019, C. P., responsable de Preven-
ción de Fraudes de Red Link se comunicó
telefónicamente con la Unidad de Seguridad
de Información del banco con el objeto de
ponerlos en conocimiento que el día 3 de
ese mismo mes y año, el cliente G. A. O., a
través de la plataforma de homebanking ha-
bía efectuado diversas operaciones de com-
praventa de dólares estadounidenses, en las
cuales había modificado los valores de la co-
tización, producto de lo cual había accedido
a la compra de dicha moneda extranjera a
una cotización que estaba muy por debajo
de la real en esa fecha, para luego efectuar
su venta a una cotización superior a la de re-
ferencia (ver fs. 27).
En cuanto a ello, P. V., Subgerente de Se-
guridad de la Información del Banco de
la Nación Argentina, coincidió al soste-
ner que tomó conocimiento de los hechos
el 17 de septiembre de 2019, mediante el
llamado telefónico de C. P., e indicó que
las maniobras denunciadas habían sido
realizadas desde la sesión personal de ho-
mebanking de O. por lo que únicamente
se habían visto afectadas las operaciones
realizadas desde dicho usuario, y no el sis-
tema en general.
V. agregó tener conocimiento que O. se
habría contactado con Red Link para avisar
las transacciones realizadas, solicitando
que se procediera a la devolución del dine-
ro, refiriendo que su intención había sido
demostrar la vulnerabilidad del sistema, es
decir que no era su voluntad quedarse con
el dinero obtenido mediante dichas manio-
bras.
En ese orden, V. expresó que se llevó a
cabo una reunión con personal de legales,
de desarrollo de sistemas y de gestión de
riesgos del banco, en la que personal de la
firma Red Link informó el detalle técnico de
lo ocurrido, manifestando que habían revi-
sado la totalidad de las operaciones y que
se había constatado que no existían otros
casos en los que se hubiera manipulado el
valor de cotización para la compraventa de
dólares.
En lo que respecta a los detalles técnicos
de lo sucedido V. expresó que “...Es impor-
tante destacar que Red Link nos informó
que ese mismo día se resolvió la vulnerabi-
lidad. Técnicamente lo que ocurrió fue que
el cliente modificó en su sesión del navega-
dor de su computadora personal el valor de
cotización dólar, y el servidor de Red Link
no validó dicho valor. Validar significa, que
se chequea que el valor que te dio al prin-
cipio el servidor se corresponda con el que
devuelve el cliente desde su computadora
en esa interacción. Cabe mencionar que
desde mi equipo se ejecutaron pruebas téc-
nicas para revisar si se había solucionado la
vulnerabilidad mencionada, y se comprobó
que sí...” (ver fs. 28/29).
Por su parte, C. P., Gerente de Seguridad
Informática y Prevención de Fraudes de la
firma Red Link SA, indicó que el 3 de sep-
tiembre de 2019, el departamento de pre-
vención de fraudes de la empresa detectó
operaciones atípicas de compraventa de
dólares efectuadas desde la plataforma de
homebanking del Banco de la Nación Ar-
gentina, las cuales habían sido efectuadas
mediante las cuentas pertenecientes a G.
A. O. DNI ..., por lo que se procedió a blo-
quearle preventivamente el canal de home-
banking.
P., explicó que a raíz de lo sucedido se ini-
ció un proceso de análisis a fin de arribar a
un diagnóstico de la situación, mediante el
cual se logró identificar que existía un incon-
veniente con uno de los controles que debía
ser efectuado por el servidor con relación al
manejo de la operación de compraventa de
dólares.
En dicho diagnostico se concluyó que O.
había utilizado una herramienta del lado del
cliente que permite interceptar las transac-
ciones antes de que salgan desde la PC del
usuario (cliente) manipulando el punto de-
cimal de la cotización del dólar, y luego de
manipular el punto decimal de la cotización,
envío desde su PC las transacciones mani-
puladas al servidor de Red Link en donde
fueron procesadas.
Consultado respecto a si O. habría utili-
zado algún programa especial para llevar a
cabo las maniobras mencionadas, P. sostu-
vo que “...Del análisis efectuado se concluyó
que sí. Pero es importante señalar que ese
programa fue instalado en su computadora
personal y no en el servidor de la Red Link.
Este programa le habría permitido modificar
el punto decimal de la cotización que se le
mostraba al cliente al momento de efectuar
la operación de compraventa de dólares. Es-
tos programas suelen denominarse “Proxy
intermedio” o “Proxy locales”. Mediante es-
tos programas se logra modificar cualquier
información de una página web previo a en-
viarla a un servidor. Por este motivo, se esta-
blecen controles del lado del servidor a fin
de que eventuales modificaciones de datos
efectuadas del lado del cliente no impacten
en las operaciones de los sistemas...”.
En cuanto a la posibilidad de que las ma-
niobras mencionadas pudieran haber cau-
sado algún daño al sistema informático de
Red Link, P. indicó que “...Las maniobras de
O. no ocasionaron ningún tipo de daño en
los sistemas de la Red Link, no obstante, si se
alteraron los valores con los que se procesa-
ron las transacciones particulares realizadas
por O. Es decir que a partir de lo que realizó
esta persona, no es que el sistema comenzó
a funcionar distinto. Únicamente en forma
particular las operaciones que realizó O.
vieron modificada el valor de cotización. Es
decir que el sistema tenía un inconvenien-
te con un control implementado del lado
del Servidor, el cual fue utilizado por O. No
obstante, el mismo no fue generado por esta
persona, sino aprovechado para las manio-
bras explicadas ut supra...”.
Asimismo, P. sostuvo que más allá del con-
trol técnico del servidor que tuvo el inconve-
niente, existen otros múltiples controles que
permitieron detectar la situación anómala y
bloquear prontamente el canal del usuario,
y que si bien O. había comunicado a la em-
presa lo sucedido, dicha notificación había
tenido lugar luego de que la situación ya ha-
bía sido detectada por el departamento de
prevención de fraudes (ver fs. 31/32).
Posteriormente P. presentó un detalle
de las operaciones cuestionadas en donde
obran la fecha y hora en que tuvieron lu-
gar, los montos y cotizaciones utilizadas,
así como también las direcciones de IP
desde donde habrían sido realizadas (ver
fs. 57/58).
El último en prestar declaración testimo-
nial en la presente pesquisa fue Cesar Elpi-
dio Orellano, Sugerente Departamental en el
Área de Operaciones del Banco de la Nación
Argentina, quien refirió que las operaciones
cuestionadas fueron realizadas mediante la
cuenta de caja de ahorro en pesos Nº ... y la
cuenta de caja de ahorro en dólares estadou-
nidenses Nº ... ambas abiertas con fecha 13
de diciembre de 2017 a nombre de G. A. O.
En cuanto a las transacciones investigadas
Orellano explicó que la mayoría fueron reali-
zadas en detrimento patrimonial del Banco,
pero que también se había verificado que al-
gunas de ellas habían sido realizadas en de-
trimento patrimonial del propio cliente, sin
perjuicio de lo cual, el consolidado final de
las operaciones había generado un perjuicio
patrimonial para el banco de $667.243,80.
En este sentido, refirió que desde el banco
siempre se monitoreo el saldo obrante en la
cuenta, y que el mismo siempre estuvo dis-
ponible para absorber el monto del perjui-
cio, y que la recuperación del monto no se
realizó en forma inmediata ya que restaba
por realizar el proceso legal correspondiente
a fin de salvaguardar los intereses del Banco
y del cliente.
Al respecto, Orellano explico que si bien
las cuentas de O. registraron durante todo
ese tiempo movimientos, tanto ingresos
como egresos de sumas de dinero, esto se
debe a que las mismas son cuentas median-
te las cuales el nombrado cobra haberes de
su empleador, es decir que se trata de una
cuenta sueldo, pero que lo fundamental
es que el saldo en ambas siempre alcanzó
a cubrir lo que se había percibido por las
operaciones cuestionadas Finalmente, ex-
plicó que tras recibir la conformidad de O.,
el 31 de enero de 2020 se procedió a debi-
tar de la cuenta del nombrado la suma de
$667.243,80, por lo que la demora en la de-
volución del dinero estuvo motivada en el
proceso legal y administrativo que el banco
estrictamente debe cumplir a la hora de rea-
lizar un debito de la cuenta de un cliente (ver
33/34 e informe de fs. 35/56).
Al respecto, el Gerente de la Sucursal Car-
los Calvo del Banco de la Nación Argenti-
na, remitió un informe en el que obran las
distintas instancias cumplidas durante el
procedimiento de recupero de las sumas
de dinero mencionadas, en donde se indica
que G. A. O. se mostró colaborativo durante
dicho proceso (ver informe incorporado el
expediente digital el 13/08/2020).
b) Descargo de O.
En uso de las facultades previstas en los
arts. 73 y 279 del CPPN, con la asistencia le-
trada de los Dres. María Soledad Marinaro y
Rodrigo Sebastián Iglesias, G. A. O. realizó
una presentación espontánea por escrito en
la que expuso las consideraciones fácticas y
jurídicas que, a su criterio, refutaban la im-
putación dirigida en su contra en las presen-
tes actuaciones.
En primer lugar, negó haber cometido de-
lito alguno, y haber resultado beneficiado
económicamente por los hechos investiga-
dos, e indicó ser especialista en seguridad
informática y desarrollo de software, y que
su finalidad era poner en conocimiento pro-
blemas de seguridad informática y brindar-
les solución.
Concretamente, respecto a los sucesos
que se investigan, sostuvo que desde detec-
tó el problema de seguridad informática en
el sistema de Red Link, intentó comunicarse
con los responsables de los sectores corres-
pondientes mediante todas las formas que
se encontraban a su alcance (Redes Sociales,
teléfonos, WhastApp, correos electrónicos),
y que al no tener respuesta, el 23 de octubre
de 2019 presentó físicamente una nota ante
Martes 2 de marzo de 2021 | 11
el Banco Nación de la República Argenti-
na (ver copia sellada y firmada obrante en
“Anexo I” incorporado al LEX-100).
En dicha nota fechada el mismo 23 de oc-
tubre de 2019, O. informó al Banco de la Na-
ción Argentina “...encontré un error técnico
en el Home Banking del Banco Nación, que
me permitió cambiar el valor de compra/
venta de dólares. Estaba haciendo una prue-
ba, ya que trabajo en tecnología y me gustan
los temas que tienen que ver con seguridad
informática. Cuando encontré el error, le es-
cribí inmediatamente al gerente general de
Red Link por diferentes medios (mail em-
presarial, mail personal y WhatsApp) pero
nunca recibí una respuesta. Como no tengo
intenciones de usar ese dinero ni quiero te-
ner problemas, decidí dejarlo en mi cuenta
sin tocar nada...”.
Asimismo, expuso que “...Lo más curioso
es que esto mismo había pasado el año pa-
sado en el mes de octubre. En esa ocasión
encontré un error muy similar en la misma
plataforma y lo reporté a C. P. y G. C. de Red
Link por mail, y a J. J. F., gerente general del
Banco Nación por Linkedin. En esa oportu-
nidad, C. P. me llamó por teléfono y me pidió
detalles de cómo reproducirlo. Días más tar-
de, me volvió a contactar diciendo que no le
cuente a nadie y que no publique nada. Yo
respondí solicitando que revierta las tran-
sacciones porque no quería tener proble-
mas. Nunca lo hizo....”.
O. finalizó la nota haciendo saber
que “...detecté los errores desde el HTML, es
decir, que no se requiere demasiado cono-
cimiento técnico, ni el uso de herramientas
externas para reproducirlo...”, y agregó que
en cada oportunidad había grabado un vi-
deo que servía de evidencia para corroborar
lo expuesto.
Al respecto, como elementos adjuntos a
dicha nota, O. presentó copia de los correos
electrónicos que enviara el 3 de septiembre
de 2019, a las 20:32 horas y 20:46 horas res-
pectivamente, a las casillas de correo ... y
..., ambas correspondientes a G. V., Geren-
te General de Red Link SA, en el que pone
en conocimiento del nombrado los hechos
mencionados.
Asimismo, aportó captura de pantalla de
dos mensajes de texto realizados por la apli-
cación “WhatsApp” el miércoles 4 de sep-
tiembre de 2019, entre las 10:17 y las 10:18
horas al abonado ... presuntamente utiliza-
do por el Gerente General de Red Link, que
rezan “Buen día, G.?; Soy A., te mande un
mail anoche”.
En ese mismo sentido, respecto a los su-
cesos anteriores de similares características
al aquí investigado, O. adjuntó copias de los
correos electrónicos que enviara a C. P. y G.
C. (...; ...), el 8 de octubre de 2018, a las 13:13
horas y el 9 de octubre de 2018, a las 10:09
horas respectivamente, en los que les expli-
ca la operatoria que realizara, les envía un
link de un video en el que muestra la manio-
bra, y les brinda sus datos personales a fin
que pudieran observar los movimientos en
sus cuentas bancarias y revertir lo realizado
en todo lo que se considerare pertinente.
En cuanto a dichos eventos previos, tam-
bién aportó constancia de un mensaje en-
viado el 5 de octubre de 2018 por la red so-
cial Linkedin a J. J. F., Gerente General del
Banco Nación de la Argentina, en el cual le
refiere “...J. ¿cómo estás? Encontré un error
muy grave en el homebanking del BNA, ne-
cesito hablar con alguien para reportarlo,
¿sos la persona correcta?...”.
Al respecto aportó los links de acceso a los
videos (no listados) que grabará en la prime-
ra y segunda ocasión y en donde se visuali-
zan las maniobras que realizara para modifi-
car el valor de cotización en la compraventa
12 | Martes 2 de marzo de 2021
de moneda extranjera en la plataforma de
homebanking del Banco de la Nación Argen-
tina (https://...).
A modo de conclusión, O. sostuvo que ha-
bía obrado en pos del interés público y con
fines altruistas, y que por sus conocimien-
tos técnicos obró con la máxima diligencia
posible documentando los problemas de
seguridad informática detectados y dando
solución a los mismos.
En función de lo expuesto, el encausado
solicitó que se dicte su sobreseimiento en
los términos de lo previsto en los artículos
334, 336 del CPPN.
c) Informes recibidos con posterioridad
A los efectos de constatar los extremos que
G. A. O. expusiera en la presentación anali-
zada en el anterior apartado, se solicitó al
Banco de la Nación Argentina y a Red Link
SA que informaran si los hechos detallados
en la nota del 23 de octubre de 2019 habían
tenido lugar de la forma allí relatada.
De esta forma, se agregó el informe ele-
vado por C. A. P., Gerente de Seguridad In-
formática y Prevención de Fraude Red Link
SA, quien por un lado ratificó que O. envió
comunicaciones indicando haber detectado
un error técnico en la plataforma de home-
banking, y por el otro validó la veracidad de
los correos electrónicos que lucen a fojas 2
de la documentación aportada por el nom-
brado.
Sin perjuicio de ello, consideró pertinente
dejar asentado que si bien es cierto que O.
dio aviso al Gerente General de Red Link, en
rigor eso ocurrió después de que el Depar-
tamento de Prevención de Fraude de la Em-
presa detectara la situación y le bloqueara su
canal de homebanking.
Con el objeto de demostrar la secuencia
de los hechos, acompañó un cuadro en el
que obran tres intentos de acceso al home-
banking de O. que fueron rechazados entre
las 17.57 y las 17.58 horas del 3 de septiem-
bre de 2019, es decir en forma previa al aviso
que este efectuara a G. V., el cual como bien
se señaló tuvo lugar a las 20.32 horas del
mismo día.
En cuanto a los eventos de similares ca-
racterísticas que tuvieron lugar en octubre
de 2018, se indicó que en esa oportunidad
se informó a O. que, aun cuando lo actuado
por su parte hubiera sido con buenas inten-
ciones, lo realizado configuraría un delito
federal (por tratarse del Banco de la Nación
Argentina), y que para que dichas pruebas
técnicas no conformen un delito, debían ser
efectuadas con autorización.
En este sentido, se indicó que el accionar
del nombrado en el año 2018 fue, por sus
características (reporte temprano, montos
bajos compatibles con una prueba técnica
de estas características, solicitud de que se
revierta lo actuado), considerado como un
aviso bien intencionado por lo que no fue
reportado a las autoridades.
Finalmente, se indicó que era correcto
que O. solicitó revertir lo actuado, por lo que,
desde el Departamento de Prevención de
Fraude de Red Link, se sugirió al Banco que
efectuara el reverso de las operaciones (ver
informe agregado al LEX-100 el 29/10/2020).
Por su parte, la Subgerencia Departamen-
tal de Gestión de Asuntos Penales, Gerencia
de Asuntos Legales del Banco de la Nación
PROPIEDAD DE LA LEY S.A.E. e I.
Administración, Comercialización y Redacción:
Tucumán 1471 (C. P. 1050 AAC) Bs. As. República Argentina
Impreso en La Ley, Rivadavia 130, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.
Argentina ratificó la veracidad de la nota pre-
sentada por O. el 23 de octubre de 2019 (ver
informe agregado al LEX-100 el 09/11/2020).
II. Del criterio del tribunal
Ahora bien, llegado el momento de valo-
rar la situación procesal del imputado y de
acuerdo con las constancias que obran en
el expediente, corresponde adelantar que se
procederá a dictar el sobreseimiento de G.
A. O., conforme los argumentos que a con-
tinuación serán expuestos.
En primer lugar, debe destacarse que las
declaraciones brindadas por los responsa-
bles de las áreas técnicas del Banco de la
Nación Argentina y de Red Link SA han per-
mitido constatar que los hechos que cons-
tituyen el objeto procesal de la presente in-
vestigación no causaron ningún daño a los
sistemas informáticos de dichas entidades.
Al respecto, la totalidad de los expertos
consultados fueron contestes en manifestar
que las modificaciones que permitieron al-
terar el valor de cotización de la compraven-
ta de dólares fueron realizadas únicamente
en la computadora desde la cual se accedió
a la sesión personal de homebanking corres-
pondiente a O., por lo que estrictamente se
vieron afectadas las operaciones realizadas
desde dicho usuario, y no el sistema en ge-
neral.
Es decir, el sistema operado por Red Link,
presentaba previamente, por sí mismo, una
deficiencia en materia de seguridad que fue
descubierta y utilizada por O., por lo que la
misma no fue generada por el nombrado.
De esta forma, los representantes técni-
cos coincidieron en referir que no habían
existido otros casos en los que se hubiera
manipulado el valor de cotización para la
compraventa de dólares y que las operacio-
nes realizadas por O. fueron las únicas que
presentaron una modificación irregular para
ese tipo de operaciones, todo lo cual permite
descartar que dichas conductas hayan podi-
do causar alguno de los resultados lesivos
previstos en el segundo párrafo del art. 183
del CP.
Por otro lado, los informes elevados por el
Banco de la Nación Argentina han permitido
determinar que tanto la sesión de homeban-
king como las cuentas bancarias pertenecen
a G. A. O., quien es cliente de dicha entidad
al menos desde diciembre de 2017, circuns-
tancias que evidencian que el accionar des-
plegado por el nombrado tampoco configu-
ra el delito previsto en el art. 153 bis del CP,
al no haberse accedido indebidamente a
ningún sistema informático.
Resta entonces por evaluar si los eventos
investigados configuran el tipo penal previs-
to en el art. 173 inciso 16 del CP, el cual prevé
un tipo de defraudación especial mediante
la utilización de cualquier técnica de mani-
pulación informática que altere el normal
funcionamiento de un sistema informático o
la transmisión de datos.
Sobre este punto, debe destacarse que
los representantes del Banco de la Nación
Argentina y de Red Link SA manifestaron
que G. A. O. les notificó por distintos me-
dios (Redes Sociales, teléfonos, WhastApp,
correos electrónicos) que había realizado
las operaciones que posteriormente fueron
denunciadas.
Dichas circunstancias también se des-
prenden de las constancias aportadas por el
Thomsonreuterslaley
TRLaLey
propio encausado en la presentación espon- sino que, por el contrario, siempre estuvo en
tánea que realizara en el marco del presente su voluntad realizar las operaciones y que
sumario. luego se supiera que había sido él quien las
había llevado a cabo, todo ello con la inten-
Al respecto, se ha podido establecer que, ción de demostrar la vulnerabilidad del sis-
si bien el primer mensaje de aviso fue envia- tema operado por Red Link.
do luego de que se le bloqueara el acceso a
homebanking, lo cierto es que O. remitió el Al respecto, debe señalarse que en el año
mensaje al Gerente General de Red Link SA, 2018 fue el propio O. quien puso en conoci-
el 3 de septiembre de 2019, a las 20:32 horas, miento del Banco Nación y de Red Link su-
es decir el mismo día que llevó a cabo las cesos de características idénticas a las aquí
operaciones investigadas. investigadas, eventos que fortalecen la tesi-
tura de que el verdadero objetivo perseguido
Asimismo, se ha podido determinar que por el nombrado era demostrar deficiencias
al no tener respuesta a los diferentes avisos de seguridad y no la comisión de una de-
que realizara, O. presentó el 23 de octubre fraudación mediante la utilización de técni-
de 2019 una nota ante el Banco de la Nación cas de manipulación informática.
Argentina en la que acompañó los distintos
mensajes de notificación que enviara a tra- A ello, debe agregarse que incluso algunas
vés de diferentes plataformas. de las operaciones de compraventa de dóla-
res cuestionadas fueron realizadas en detri-
Por otro lado, es de suma relevancia mento patrimonial del propio encausado, lo
analizar el destino otorgado a la suma de que también evidencia que la intención del
$667.243,80 que el nombrado obtuviera me- nombrado no estaba dirigida a causar un
diante las operaciones cuestionadas en au- perjuicio patrimonial a las arcas del Banco
tos, monto que como se ha visto fue recupe- de la Nación Argentina, sino a probar las
rado en su totalidad por la entidad bancaria debilidades del sistema informático antes
damnificada. aludido.
Al respecto, si bien las cuentas de O. re- Así las cosas, debe mencionarse que el
gistraron movimientos, tanto ingresos como delito previsto en el art. 173, inciso 16 del
egresos (por tratarse de su cuenta sueldo), CP admite solo el dolo directo para su con-
las mismas siempre tuvieron saldo suficien- figuración, requiriendo el conocimiento y la
te para hacer frente a la devolución del mon- voluntad de utilizar el fraude para perjudicar
to total del perjuicio causado, suceso que un patrimonio.
finalmente se concretó luego del proceso
legal correspondiente, el cual, según lo in- En cuanto a esto, el profesor Esteban Ri-
formado, también contó con la colaboración ghi ha sostenido que “...se debe imputar un
del encausado. comportamiento doloso a quien ha querido
la realización del hecho (...) conocimiento
En este sentido, al hecho de que el nom- y voluntad de realización del tipo objetivo,
brado realizara las maniobras desde su por lo que tendría además de un elemento
usuario personal y mediante la utilización intelectual (el conocimiento) otro volitivo
de cuentas bancarias registradas a su nom- (la voluntad)...” (Righi, E., Derecho Penal.
bre, debe añadirse que no fueron detectadas Parte General, Abeledo-Perrot, 2ª ed., p. 264,
transferencias de dinero u otro tipo de ope- Bs. As., 2016).
raciones tendientes a impedir el recupero de
los fondos, así como tampoco la adopción En función de ello, en base al análisis ex-
de ningún otro tipo de maniobra que tuviera puesto y al plexo probatorio reunido, entien-
por objeto encubrir, enmascarar y/o dificul- de el suscripto que la conducta desplegada
tar el rastreo de la procedencia y origen de por O. resulta atípica al no verificarse en el
dichas operaciones. caso de autos la presencia del elemento voli-
tivo requerido por el tipo subjetivo, y en con-
Sobre este punto, debe destacarse que secuencia se decretará el sobreseimiento del
más allá del error técnico descubierto y uti- nombrado en los términos de lo previsto en
lizado por O., Red Link cuenta con múltiples los arts. 334 y 336 inciso 3 del CPPN.
controles que le permiten detectar este tipo
de operaciones anómalas, por lo que las ma- Por lo que, siendo ajustado a derecho se
niobras investigadas en ningún momento resuelve: I. Decretar el sobreseimiento de G.
tuvieron posibilidad de ser concretadas sin A. O., de las demás condiciones personales
ser descubiertas por los distintos sistemas obrantes en autos, dejando debida constan-
de seguridad de dicha empresa, circunstan- cia que la formación del presente sumario
cias que difícilmente pudo haber desconoci- en nada afecta el buen nombre y honor que
do O. dada su expertise en la materia. gozare, sin costas (Conf. arts. 336, inc. 3º, 530
y 531 del CPPN). II. Notifíquese a la defensa
Lo expuesto hasta aquí, demuestra que y al Agente Fiscal mediante cédulas electró-
el encartado en ningún momento intentó nicas. Firme que se encuentre, comuníquese
ocultar su responsabilidad por lo sucedido, y archívese. — Marcelo Martínez De Giorgi.
Edictos
El Juzgado Nacional de Primera saber a este Juzgado. Publíquese pasaporte Nº G57392267 según
Instancia en lo Civil y Comercial Fe- por dos días. Exp. Nº 7198/2017 “WANG BENWEI
deral Nº 8, secretaría Nº 15, sito en Buenos Aires, 6 de marzo de 2020 s/solicitud de Carta de Ciudadanía”.
Libertad 731, 7º piso de esta ciudad, Felipe Cortes Funes, sec. Por ello cualquier persona que tu-
informa que MARÍA ELENA FER- LA LEY: I. 02/03/21 V. 03/03/21 viere conocimiento de algún aconte-
NÁNDEZ LAURA de nacionalidad cimiento que estimara podría obstar
boliviana con DNI Nº 94.798.915 Ante el Juzgado Nacional de Prime- a dicha concesión, deberá hacerlo
ha iniciado los trámites tendientes ra Instancia en lo Civil y Comercial saber a este Juzgado. Publíquese por
a obtener la ciudadanía argentina. Federal Nº 10, secretaría Nº 19, sito dos días.
Por ello cualquier persona que tu- en Libertad 731, 9º piso de esta ciu- Buenos Aires, 17 de diciembre de
viere conocimiento de algún aconte- dad, tramita el pedido de ciudadanía 2020
cimiento que estimara podría obstar argentina de el/la Sr./Sra. BENWEI María Lucila Koon, sec. int.
a dicha concesión, deberá hacerlo WANG de nacionalidad china con LA LEY: I. 01/03/21 V. 02/03/21
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al cliente:
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0810-266-4444
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INNOVACIÓN & DERECHO
MARZO DE 2021 - Nº 01 DIRECTOR: DEMETRIO ALEJANDRO CHAMATROPULOS ISSN: EN TRÁMITE - RNPI: EN TRÁMITE

¿Por qué lo publicamos? Página 1

Presentación de la edición Autorregulación: aspecto central

Demetrio Alejandro Chamatropulos
Director del suplemento periódico Innovación & Derecho de la Revista Jurídica Argentina La
Ley. Profesor (Universidad Nacional de Tucumán). Director de la Diplomatura en Derecho &
Innovación (Universidad Nacional de Tucumán). Director de la Diplomatura Anual en De-
recho del Consumidor y Defensa de la Competencia (UCEMA). Relator de la Corte Suprema
de Justicia de la Provincia de Tucumán.
Les damos la bienvenida a esta segunda edi-
ción (y primera del año 2021) del suplemento pe-
riódico “Innovación & Derecho” que acompaña
al Diario La Ley.
En primer lugar, queremos expresar lo com-
placidos (y sorprendidos) que estamos por la
recepción que tuvo esta “arriesgada” propuesta
que Thomson Reuters lanzó en noviembre de
2020 y que ha tenido un alto impacto en Argen-
tina y en otros países, fundamentalmente los de
habla hispana. Así que queremos aprovechar
este espacio para manifestar un agradecimiento
especial por las buenas y generosas críticas que
ha recibido esta publicación y que nos genera “la
linda presión” de seguir por el camino marcado
inicialmente.
En esa línea, paso a presentar los contenidos
de la segunda edición.
En la sección “Página 1”, Lucía Prats pone el
foco en un tema de tremendo impacto para el
derecho pero que no suele ser atendido desde
la perspectiva marcada por la autora: la auto-
rregulación personal de la conducta humana y
todo lo que en ella incide. Dice Lucía: “La auto-
rregulación debe ser entendida como un pro-
ceso dinámico, en tanto implica un desarrollo
en el tiempo desde el nacimiento hasta la vida
adulta (procesos más simples a más comple-
jos), así como un intercambio con los distintos
contextos de desarrollo transformándose mu-
tuamente (por ejemplo: familia, barrio, institu-
ciones educativas)”.
Las últimas noticias sobre los hitos logrados
por la compañía SpaceX de Elon Musk eviden-
cian las implicancias legales de la carrera es-
pacial y las distintas iniciativas del mundo pri-
vado en dicha área que son tratadas por Juan
Cruz González Allonca, lo cual debe ser par-
ticularmente atendido porque es un tema que
genera inquietudes crecientes abriendo venta-
nas hacia lo desconocido. Juan Cruz manifiesta
allí que el nuevo escenario exhibe un “amplio
abanico de oportunidades, como nuevos mo-
delos de negocios, nuevos puestos de trabajo
y el incremento de oportunidades económicas,
pero, a su vez, presenta una serie de desafíos,
respecto de qué hacer con los desechos espa-
ciales, la privatización de las actividades espa-
ciales, la militarización del Espacio, la minería
de asteroides y la colonización de Marte, entre
algunos de ellos”.
Un tema de suma relevancia práctica está
constituido por el reanálisis del valor que co-
rresponde a las pruebas testimoniales a partir
de lo que proponen las ciencias del comporta-
miento. Carolina Abdelnabe Vila sostiene que
“existe una tendencia a otorgarle a la prueba
testimonial algo de misticismo, considerándo-
la eco ineludible de lo que ocurrió. Tenemos
una inclinación natural a confiar en nuestros
sentidos, a otorgarle el más alto valor a la for-
ma más elemental y directa de conocimiento:
lo que percibimos [...] Pero todo ello presupo-
ne algo: la fidelidad de una certera memoria.
Así, el ser humano sobrestima su memoria”.
Durgan Nallar nos trae el primer aporte rea-
lizado en una revista jurídica argentina sobre la
ludificación y sus potencialidades, para incidir
en el comportamiento de las personas y por lo
tanto, su carácter basal para el derecho. Expre-
sa Durgan que “gamification es la incorporación
de una estructura lúdica en actividades que
no son juego, como el trabajo, la mercadotec-
nia, el deporte, la educación y la salud, con el
objetivo de motivar, fidelizar e inducir cambios
de comportamiento, en general positivos. Para
conseguirlo, se utilizan técnicas de game design
(diseño de juegos)”.
Desde la filosofía, quienes componen el Gru-
po GIFT (Grupo de Inteligencia Artificial, Filo-
sofía y Tecnología) trabajan los posibilidades
planteadas por la inteligencia artificial (y sus
obstáculos), al decir que “el problema que de-
seamos iluminar desde una reflexión filosófica
es más profundo aún y apuntan al hecho de
que hacer uso de una tecnología que por cómo
está intrínsecamente diseñada reproduce ses-
gos racistas de una sociedad, depende de la
CONTINÚA EN PÁGINA 2
del desarrollo humano y constructo
teórico fuente de debate
Lucía M. Prats (*)
Licenciada (Universidad de Buenos Aires) y Doctora en Psicología (Universidad Nacional
de Córdoba). Becaria Postdoctoral CONICET. Diez años de experiencia en el ámbito de
la investigación estudiando el desarrollo infantil, prácticas de crianza y los efectos de la
pobreza en el desarrollo.
Cuando una niña o niño tiene problemas de
conducta, es decir, se comporta de manera no
esperada en función al contexto —expectativas,
creencias, valores, normas—: ¿a qué lo atribui-
mos?; ¿Cómo actuamos en consecuencia?; ¿Con-
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(*) Bibliografía consultada: Ayoub, C.; Vallotton, C.
& Mastergeorge, A. (2011). Developmental Pathways
to Integrated Social Skills: The Roles of Parenting and
Early Intervention. Child Development, 2 (82): 583- 00.
Badanes, L. S., Barker, R. G., & Wright, H. F. (1949).
Psychological ecology and the problem of psychosocial
development. Child development, 131-143. Bell, M. A., &
Deater-Deckard, K. (2007). Biological systems and the
development of self-regulation: Integrating behavior,
genetics, and psychophysiology. Journal of Developmen-
tal & Behavioral Pediatrics, 28(5), 409-420. Bronfen-
brenner, U., & Evans, G. W. (2000). Developmental sci-
ence in the 21st century: Emerging questions, theoretical
models, research designs and empirical findings. Social
development, 9(1), 115-125. Bronfenbrenner, U., & Mor-
ris, P. A. (1998). The ecology of developmental processes.
In W. Damon & R. M. Lerner (Eds.), Handbook of child
psychology: Theoretical models of human development
(p. 993-1028). John Wiley & Sons Inc. Cadima, J., Bar-
ros, S., Ferreira, T., Serra-Lemos, M., Leal, T., & Ver-
schueren, K. (2019). Bidirectional associations between
vocabulary and self —regulation in preschool and their
interplay with teacher— child closeness and autonomy
support. Early Childhood Research Quarterly, 46, 75-86.
Callaghan, B. L., & Tottenham, N. (2016). The neuro-en-
vironmental loop of plasticity: A cross-species analysis
of parental effects on emotion circuitry development
following typical and adverse caregiving. Neuropsycho-
pharmacology, 41(1), 163-176. Eisenberg, N., Fabes, R.
A., Nyman, M., Bernzweig, J., & Pinuelas, A. (1994). The
relations of emotionality and regulation to children’s
anger-related reactions. Child development, 65(1), 109-
128. Feldman, R. (2015). Mutual influences between child
emotion regulation and parent—child reciprocity sup-
port development across the first 10 years of life: Implica-
tions for developmental psychopathology. Development
sideramos que el “mal comportamiento” es una
característica que lo define o, por el contrario,
es modificable?
CONTINÚA EN PÁGINA 2
and psychopathology, 27(4pt1), 1007-1023. Ferrier, D. E.,
Bassett, H. H., & Denham, S. A. (2014). Relations between
executive function and emotionality in preschoolers: Ex-
ploring a transitive cognitive-emotion linkage. Frontiers
in Psychology, 5, Article 487. Garon, N., Bryson, S. E., &
Smith, I. M. (2008). Executive function in preschoolers:
a review using an integrative framework. Psychological
bulletin, 134(1), 31. Lin, B., Liew, J., & Perez, M. (2019).
Measurement of self-regulation in early childhood: Rela-
tions between laboratory and performance-based mea-
sures of effortful control and executive functioning. Early
Childhood Research Quarterly, 47, 1-8. doi:10.1016/j.
ecresq.2018.10.004. Lipina, S. J., & Colombo, J. A. (2009).
Poverty and brain development during childhood: An
approach from cognitive psychology and neuroscience.
American Psychological Association. Lipina, S. J., & Seg-
retin, M. S. (2015a). 6000 días más: evidencia neurocientí-
fica acerca del impacto de la pobreza infantil. Psicología
Educativa, 21(2), 107-116. Lipina, S. J. (2016). Pobre cere-
bro: Los efectos de la pobreza sobre el desarrollo cogniti-
vo y emocional, y lo que la neurociencia puede hacer para
prevenirlos. Siglo Veintiuno, Buenos Aires, Argentina.
Lonigan, C. J., & Vasey, M. W. (2009). Negative affec-
tivity, effortful control, and attention to threatrelevant
stimuli. Journal of abnormal child psychology, 37(3), 387-
399. McCoy, D.C. (2019). Measuring Young Children’s Ex-
ecutive Function and Self-Regulation in Classrooms and
Other Real-World Settings. Clinical child and family psy-
chology review, 22(1), 63-74. doi: https://doi.org/10.1007/
s10567-019-00285-1. Montroy, J.J., Bowles, R.P., Skibbe,
L.E., McClelland, M.M., & Morrison, F.J. (2016). The de-
velopment of self-regulation across early childhood. De-
velopmental Psychology, 52, 1744-1762. Obradovic, J., &
Boyce, W. T. (2009). Individual differences in behavioral,
physiological, and genetic sensitivities to contexts: Impli-
cations for development and adaptation. Developmental
neuroscience, 31(4), 300-308. Obradovic, J., Bush, N. R.,

¿POR QUÉ LO PUBLICAMOS? ¿Nulidad absoluta para la prueba testimonial? MANO A MANO
Presentación de la edición María Carolina Abdelnabe Vila.................................................. 4 Neurociencias y pobreza
Demetrio Alejandro Chamatropulos........................................... 1 Entrevista a Sebastián Lipina..................................................... 9
Gamification: El uso de técnicas de diseño de juegos para in-
PÁGINA 1
centivar el comportamiento FICCIÓN & DERECHO
Autorregulación: aspecto central del desarrollo humano y Durgan A. Nallar.......................................................................... 5 Storytelling para abogados
constructo teórico fuente de debate Inteligencia artificial, filosofía y derecho Francisco Javier Ferrer Arroyo................................................ 10
Lucía M. Prats................................................................................ 1 Grupo GIFT................................................................................... 7
LAS DIEZ PREGUNTAS
PUNTOS DE VISTA Implementación de un anonimizador inteligente en un Juzgado Entrevista a Armando S. Andruet (h.)...................................... 11
Elon Musk y la disrupción en el Espacio Penal, Contravencional y de Faltas
Juan Cruz González Allonca....................................................... 3 Noelia V. Mitelli............................................................................ 8
2 | marzo DE 2021 - Nº 01
Demetrio Alejandro Chamatropulos
VIENE DE PÁGINA 1
adopción de los valores relacionados con cómo
se quiere vivir”.
Noelia Mitelli acerca una interesante ex-
periencia práctica llevada adelante por un
Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas
de la Ciudad de Buenos Aires mediante la
cual se concibió “un algoritmo de inteligen-
cia artificial open source que fue entrenado
para asignar seudónimos a las variables de
identificación directa de los individuos invo-
lucrados en las decisiones judiciales”. Esto
con la idea de conciliar la publicidad de los
Lucía M. Prats
VIENE DE PÁGINA 1
Cuando un bebé tiene hambre, ¿por qué
llora?; y ¿por qué una niña o niño (sin tras-
tornos del desarrollo) es capaz de comunicar
a un adulto que tiene hambre recurriendo al
lenguaje y esperar a que le sirvan la comida?
¿Qué es lo que permite a un estudiante uni-
versitario enfocar su atención en la clase que
dicta el profesor haciendo caso omiso a los
mensajes que recibe en su celular?
Conocer las características autorregulato-
rias de cada individuo es una forma posible de
responder a dichas preguntas. Pero ¿qué es
la autorregulación? En primer lugar, se tra-
ta de un constructo teórico cuya definición,
componentes y procesos que lo subyacen aún
no están del todo claros —o no hay un com-
pleto acuerdo—. Es un fenómeno complejo
en tanto involucra aspectos relacionados a la
cognición, así como también a las emociones,
motivación, creencias, valores, costumbres,
temperamento. Es decir, la autorregulación
involucra aspectos conductuales, así como
procesos internos que, muchas veces, inferi-
mos a partir de lo que observamos, y muchas
otras no tenemos posibilidades de dar cuenta
de ellos.
En la literatura podemos identificarlo,
mencionado como funciones ejecutivas, es-
fuerzo de control, regulación emocional,
autocontrol, entre otros términos, según la
disciplina que aborde al constructo. Esto es,
algunos autores la definen por su componen-
te cognitivo (funciones ejecutivas); otros por
su componente emocional [por ejemplo, es-
fuerzo de control (1)]; otros la conceptualizan
como un constructo teórico complejo confor-
mado por ambos componentes entendiendo
que se trata de procesos que interactúan y
que no son excluyentes. De esta manera, los
investigadores en los diferentes campos de
estudio se han acercado al concepto generan-
do una subdivisión del término en variables
o unidades de análisis para abordarlo desde
diferentes perspectivas. Por lo tanto, su teo-
rización capturará, en el mejor de los casos,
solo una parte del fenómeno. Si bien teóricos
como Baldwin (efecto Baldwin); Piaget (teo-
ría constructivista del aprendizaje); y Vygots-
ky (zona de desarrollo próximo) han descrito
el fenómeno de regulación hace más de cien
años atrás, el uso de medidas formales cuan-
titativas sobre la autorregulación en niñas y
Stamperdahl, J., Adler, N. E., & Boyce, W. T. (2010). Bi-
ological sensitivity to context: The interactive effects of
stress reactivity and family adversity on socioemotional
behavior and school readiness. Child development, 81(1),
270-289. Posner, M. I., & Rothbart, M. K. (2007). Educat-
ing the human brain. American Psychological Associa-
tion. Rochette, É., & Bernier, A. (2014). Parenting, family
socioeconomic status, and child executive functioning: A
longitudinal study. Merrill-Palmer Quarterly, 60(4), 431-
procesos penales y ciertos aspectos que ha-
cen a la intimidad de las personas involucra-
das en ellos.
En la sección “Mano a mano”, Sebastián
Lipina trabaja sobre las neurociencias y la
pobreza a través de valiosas respuestas que
nos entrega en la entrevista que se le realizó.
Sebastián afirma que “las ciencias de la educa-
ción y los estudios sociales de la infancia vienen
aportando sus perspectivas desde hace mucho
más tiempo que las neurociencias, por lo que
sus consideraciones de los factores involucra-
dos en la enseñanza y el aprendizaje de niños y
niñas que viven en pobreza tienden a ser sisté-
micas, relacionales, basadas en la concepción
de diversidades de infancias”. También que
“las neurociencias han iniciado su indagación
niños es relativamente reciente. La importan-
cia de comprender que existen múltiples ma-
neras de abordar el constructo, y por tanto de
nombrarlo, radica en no perder de vista que,
en muchos casos, se está analizando una par-
te y que en ello no radica la comprensión del
fenómeno en su totalidad.
En medio de un panorama no del todo claro,
es posible afirmar que se trata de un aspecto
central del desarrollo del ser humano en tan-
to está asociado a: (a) características de salud
mental como de trastornos (por ejemplo: psi-
copatologías, adicciones, depresión; así como
también la ausencia de ellos); (b) a las carac-
terísticas del desempeño académico (alto,
promedio o bajo desempeño); (c) a la posibi-
lidad que tiene la niña y el niño de adaptarse
a la escuela formal (es decir, la transición en-
tre jardín de infantes y la escuela primaria y
secundaria); (d) a la adquisición de logros en
la vida adulta (por ejemplo: metas profesiona-
les); (e) al comportamiento que caracteriza a
las personas en los distintos contextos; (f) a
atributos sociales. Entonces, la autorregula-
ción está involucrada en toda tarea orienta-
da a un fin desde el primer año de vida, para
lo cual es necesario que el individuo pueda
guiar, monitorear, y dirigir las acciones en
paz del logro de objetivos propuestos a corto
y largo plazo.
En 1960, el psicólogo W. Mitchell diseñó la
prueba del malvavisco, convirtiéndose en una
clásica prueba de laboratorio que evalúa el
constructo. ¿En qué consiste la prueba? Se le
pide a una niña o niño de entre tres y cinco
años que ingrese a una habitación en la que se
coloca un plato de malvaviscos (golosina que
debe agradar al participante) y una campana.
El adulto experimentador le pregunta si pre-
fiere uno o dos malvaviscos, la mayoría de las
niñas y niños responden: “¡dos!”. Entonces,
el experimentador le dice: “vamos a jugar de
esta manera, yo voy a irme de la habitación
(por 10 minutos). Mientras estoy ausente, si
podéis esperar a que regrese, entonces recibi-
rás dos malvaviscos (gratificación demorada:
recompensa mayor pero tardía). Si no deseas
esperar, me podrás hacer volver de inmedia-
to haciendo sonar la campana, pero enton-
ces sólo recibirás un malvavisco en lugar de
dos (gratificación inmediata pero menor)”.
Para que la prueba tenga sentido, en primer
lugar, tiene que existir interés, deseo, moti-
vación por parte de la niña y niño en la golo-
sina (componente emocional). Luego, para el
logro del objetivo (obtener dos malvaviscos)
son necesarias una serie de habilidades cog-
nitivas (inhibir la conducta de agarrar la golo-
460. Rothbart, M.K., Ahadi, S.A., Hershey, K.L., & Fisher,
P. (2001). Investigations of temperament at three to sev-
en years: The Children Behavior Questionnaire. Child de-
velopment, 72, 1394-1408. DOI: 10.1111/1467-8624.00355.
Shonkoff, J. P. (2010). Building a new biodevelopmental
framework to guide the future of early childhood policy.
Child development, 81(1), 357-367. Singer, B. D., & Bashir,
A. S. (1999). What are executive functions and self-regu-
lation and what do they have to do with language-learn-
de tales aspectos solo recientemente, y en mu-
chos casos reduciendo procesos complejos al
nivel de análisis neural y en base a una noción
de infancia universal”.
En esta edición se presenta por primera vez
la sección “Ficción & Derecho”, en la cual se
intenta enriquecer al mundo de las leyes con
contenidos y enseñanzas no tradicionales pro-
venientes de la ficción, lo cual hace muchos
años atrás hubiese sido rechazado de plano
como una excentricidad. Francisco Ferrer
Arroyo la inaugura con su aporte titulado
“Storytelling para abogados”, en el cual desta-
ca que “hay ciertas formas que actúan como
llaves maestras que permiten ingresar en la
mente del otro, apagar su juicio crítico y em-
barcarlo emocionalmente en la historia que se
sina —control inhibitorio—; recordar la con-
signa teniendo en mente que transcurrido el
tiempo el beneficio será mayor —memoria de
trabajo—; utilizar estrategias de evitación del
estímulo y distracción —cambiar el foco de
atención—) que interactúan con las variables
emocionales anteriormente mencionadas y
con otras como el temperamento y las expe-
riencias previas vivenciadas. ¿Para un adulto
o un adolescente la gratificación demorada
implica lo mismo que para una niña o niño?
En el ejemplo de la prueba mencionada, es
posible observar, en primer lugar, si la niña
o niño alcanzó el objetivo de la prueba (ob-
tener dos malvaviscos), pero también pode-
mos observar las estrategias implementadas
como correlatos de procesos internos: algu-
nas niñas y niños se tapan la boca, o corren
la mirada de la golosina, o se repiten para sí
mismos que deben esperar. Existen, también,
otros fenómenos más complejos que no son
observables o medibles de manera directa,
por ejemplo, desconocemos qué le ocurre a
la niña o niño a nivel fisiológico (salivación,
sudoración, sentimientos de ansiedad, o si,
por el contrario, se siente tranquilo). Men-
cionamos una prueba de laboratorio, ahora
busquemos ejemplos de la vida cotidiana:
cuando una persona escucha a un amigo al
mismo tiempo que no quita la mirada de su
hija, supervisando sus comportamientos,
está regulando la atención. Otro ejemplo: una
persona hipertensa se percibe muy enojada
y abrumada por sus pensamientos, sabe que
si continúa en esa línea su presión sanguínea
aumentará corriendo el riesgo de padecer
complicaciones de salud, por tanto, comienza
a registrar su ritmo cardíaco y respiratorio,
decide inhalar y exhalar de manera más pau-
sada, al tiempo que toma la decisión de salir a
caminar para distraerse y restar importancia
a sus pensamientos obsesivos. De esta mane-
ra está regulando el contenido de la memoria
de trabajo, la afectividad, así como poniendo
en marcha conductas saludables que la bene-
ficiarán a corto y largo plazo. En ambos casos
se trata de procesos internos deliberados (es
decir, relacionados con procesos ejecutivos).
Pero también existen procesos de regula-
ción que involucran estructuras y funciones
fisiológicas como, en el segundo ejemplo, los
niveles de cortisol, la temperatura corporal,
ciertos atributos temperamentales (como el
umbral de respuesta frente a determinadas
situaciones) que están bajo control limitado
o nulo de la persona, y no implican esfuerzos
intencionales para regular los intercambios
con el contexto de desarrollo. La autorregula-
ción involucra procesos a distintos niveles de
ing disorders? Language, Speech, and Hearing Services
in Schools, 30(3), 265-273. Slagt, M., Dubas, J. S., Dekovic,
M., & van Aken, M. A. (2016). Differences in sensitivity
to parenting depending on child temperament: A meta-
analysis. Spencer, J. P., Perone, S., & Buss, A. T. (2011).
Twenty years and going strong: A dynamic systems revo-
lution in motor and cognitive development. Child Devel-
opment Perspectives, 5(4), 260-266. Yoshikawa, H., Aber,
J. L., & Beardslee, W. R. (2012). The effects of poverty on
Innovación & Derecho
le está contando [...] no sólo las historias tienen
poder, las palabras también”.
Por último, en “Las diez preguntas” Arman-
do Andruet con sus respuestas nos permite
conocer aspectos del pensamiento de grandes
referentes del derecho que no suelen ser acce-
sibles, salvo cuando se logra cierta cercanía
personal con estas personas.
Ojalá esta segunda edición siga los pasos de
la primera y tenga una recepción similar. Si es
así estaremos muy orgullosos de lo logrado.
¡Hasta la próxima edición!
Cita on line: AR/DOC/321/2021
organización (molecular, neural, conductual
y de los contextos de desarrollo) lo que lo con-
vierte en un fenómeno complejo.
Otra característica que puede mencionarse
es que la autorregulación debe ser entendida
como un proceso dinámico, en tanto implica
un desarrollo en el tiempo desde el nacimien-
to hasta la vida adulta (procesos más simples
a más complejos), así como un intercambio
con los distintos contextos de desarrollo
transformándose mutuamente (por ejemplo:
familia, barrio, instituciones educativas). Si
una niña o niño en el jardín maternal reaccio-
na mordiendo a un compañero porque aquel
lo molestaba, la conducta no sorprende a la
docente, por el contrario, comprende que aún
no se ha desarrollado el lenguaje, y, por ende,
la niña o niño expresa sus emociones de esa
manera. Es decir, el proceso de autorregu-
lación se construye sobre las bases de otros
mecanismos que se desarrollan de manera
más temprana y que permiten la creación de
comportamientos más sofisticados a medida
que se avanza en las distintas etapas del desa-
rrollo. En tal ejemplo, la docente puede inter-
venir utilizando recursos lingüísticos, juegos
y cuentos para enseñar o mostrar modos de
interacción o resolución de conflictos alterna-
tivos, los que, poco a poco, la niña o niño co-
menzará a internalizar y utilizarlos como op-
ciones de respuesta (mecanismos externos de
regulación que comienzan a internalizarse).
Sin embargo, dicha conducta sí sorprendería
a una docente de séptimo grado en tanto es
esperable que, a esa edad la niña o niño pueda
expresar sus emociones de una manera dis-
tinta, por ejemplo, mediante el lenguaje. Ese
“esperable” implica tener en cuenta, entre
otras cosas, pautas evolutivas, conductas que
se amolden —o no— a consignas o a las reglas
que rigen el escenario en el cual se está inte-
ractuando, así como la presencia —o no— de
patologías o trastornos.
Cada individuo se caracteriza por un modo
particular de autorregularse y ello se debe
a la multiplicidad de factores que caracteri-
zan a los distintos sistemas en los cuales se
desarrolla y con los cuales interactúa un in-
dividuo desde la concepción y a lo largo del
ciclo vital (ver figura 1). Asimismo, es impor-
tante tener en cuenta que se trata de proce-
sos susceptibles de ser modificados a partir
de las vivencias (por ejemplo: las prácticas de
crianza) así como mediante intervenciones
(diseño e implementación de dispositivos de
intervención). Lo anterior implica que aún se
desconoce si los procesos involucrados en la
autorregulación son modificables en su tota-
the mental, emotional, and behavioral health of children
and youth: implications for prevention. American Psy-
chologist, 67(4), 272.
(1) El esfuerzo de control describe una constelación de
estrategias cognitivas y atencionales que funcionan para
regular el comportamiento y las emociones a través de la
inhibición voluntaria, modulación de las respuestas, y au-
tomonitoreo.
Innovación & Derecho
lidad en tanto algunos de sus componentes
poseen características más estables (ejemplo
el temperamento). Pero sí hay aspectos que,
mediante determinadas intervenciones, po-
drían modificarse. De esta manera existe un
período extenso durante el cual las experien-
cias tempranas vivenciadas en los distintos
contextos de desarrollo constituyen variables
de influencia significativa. En tal sentido, las
familias, las escuelas y las comunidades cum-
plen un rol fundamental en la provisión de
oportunidades de desarrollo para las niñas
y niños. Existe evidencia que sostiene que
aquellos cuidadores directos que responden
con sensibilidad (2) a las demandas de sus hi-
jas e hijos suelen poner a disposición, a través
de dichas prácticas, diferentes herramientas
(por ejemplo: anticipación y redirecciona-
miento de la atención, herramientas lingüís-
ticas) para que la niña o niño pueda afrontar
eficientemente situaciones de ansiedad aso-
ciadas con estados emocionales negativos.
Por el contrario, prácticas parentales que se
caracterizan, entre otras cosas, por niveles
bajos de sensibilidad y andamiaje (3), se aso-
cian con un impacto negativo en el desarrollo
autorregulatorio.
Otro ejemplo que ilustra las nociones de
interacción, transformación mutua e inter-
venciones puede observarse en el vínculo
docente-alumna/o. Hay estudios que mues-
tran que el temperamento del docente y sus
acciones dentro del aula, en interacción con
el temperamento de sus alumnas y alumnos,
se asocia al nivel o estilo de participación en
la clase; al desempeño académico; y al desa-
rrollo socioemocional en el aula. Un docente
cuya práctica se caracteriza por bajos nive-
(2) Tipo de práctica de crianza que se caracteriza por
la generación por parte de los cuidadores primarios de
respuestas apropiadas y consistentes a las demandas de
la niña y niño desde una perspectiva emocional. Ejemplo:
contacto físico positivo; comentarios positivos; reconoci-
miento; evitar gritos y comentarios negativos.
(3) Tipo de práctica de crianza mediante la cual los cui-
Puntos de vista
Elon Musk y la disrupción
en el Espacio
Juan Cruz González Allonca
Abogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) especializado en derecho espacial y
magíster en Ingeniería de Sistemas de Información por la Universidad Tecnológica Nacio-
nal (UTN). Forma parte del Consejo de Coordinación de NETmundial Initiative y de la Aso-
ciación Latino Americana de Derecho Aeronáutico y Espacial (ALADA). Docente e investi-
gador de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y de la diplomatura de derecho
4.0 en la Universidad Austral. Ex Director Nacional de Protección de Datos Personales de
la Argentina. Orador TEDx y colaborador en distintas publicaciones nacionales e internacionales con artículos de
divulgación relacionados al derecho y la política espacial.
SUMARIO: I. Introducción.— II. New Space.— III. Innovación vs. Sustentabilidad.— IV. Nuevos
actores, nuevas tecnologías, nuevo contexto histórico: ¿nuevas leyes?— V. Conclusión.
I. Introducción
Elon Musk continúa haciendo historia. Los
“saltos” de sus Starships, su mega constelación
de satélites Starlink, los servicios de puesta en
órbita de satélites y el lanzamiento de la nave
Crew Dragon son algunos de los logros de la
empresa de acceso al Espacio SpaceX, funda-
da por Musk en el año 2002. Desde su creación,
SpaceX supo incorporar procesos innovado-
res, nueva tecnología y métodos, que dieron
como resultado algunos de los productos que
cambiaron la forma en la que tradicionalmente
se accede al Espacio, agregando valor al sector
y democratizando el acceso al Espacio.
marzo DE 2021 - Nº 01 | 3
les de sensibilidad y de respuesta a las nece- Para concluir, la autorregulación no es un atributo estático, debe ser entendido como
sidades de las y los alumnos; que se muestra un proceso secuencial (perspectiva de desarrollo de procesos más básicos a más comple-
conflictivo y distante se asocia a: ausencia de jos. Cambios internos a diferentes niveles de organización) que atraviesa etapas impor-
incorporación de hábitos escolares por parte tantes para el desarrollo emocional, cognitivo y social desde el inicio de la vida hasta la
de sus alumnas y alumnos; a bajos niveles de adultez, y que, además, se desarrolla de manera no lineal (las trayectorias de desarrollo
participación en clase; niveles bajos de ren- no son iguales para todos los individuos. Cada individuo muestra niveles de autorregu-
dimiento académico; así como contribuye a lación particulares que son posibles, en algunos casos, de ser modificados a partir de la
un clima emocional hostil. Sin embargo, no experiencia).
ocurre esto en todos los casos (no es una re-
Analizar los fenómenos
gla universal), existen variables propias al implementación de acuerdo
de dispositivos con las características
de intervención más adecuadosde los (que
contextos de desarrollo
contemplen más
individuo como lo es el temperamento que (perspectiva ecológica), y teniendo en cuenta que son múltiples las variables que pueden ex-
tiene el potencial de modular el impacto de de una dimensión),
plicar un fenómenooptimizando
(complejidad)los recursos
permite destinados
comprender las aproblemáticas
ello. de interés de una
los factores contextuales convirtiéndolos en manera más precisa y completa, posibilitando el diseño e implementación de dispositivos de
factores protectivos; de riesgo; o inocuos. intervención más adecuados (que contemplen más de una dimensión), optimizando los recur-
Por ejemplo, niñas y niños con emocionali- sos destinados a ello.
dad positiva o altos niveles de esfuerzo de
control tienden a tener un vínculo más cer-
cano, y menos conflictivo con el docente. Por
el contrario, niñas y niños que se caracte-
rizan por ser más retraídos, que presentan
reactividad negativa, o muestras bajos ni-
veles de esfuerzo de control, tienen a tener
un vínculo más distante; demasiado depen-
diente; o conflictivo. Por tanto, una vía de in-
tervención posible es que el docente adecúe
sus prácticas dentro del aula en función a las
características del temperamento de la niña
o niño convirtiéndose así en un potencial fac-
tor de protección. Si un docente interviene
mediante prácticas socioemocionales posi-
tivas, mostrando y brindando herramientas
en el aula para la resolución de conflictos de
una manera positiva, se verán más beneficia-
dos aquellos niños y niñas cuyas caracterís-
ticas temperamentales se asocian con reac-
tividad negativa, bajos niveles de esfuerzo de
control en comparación con aquellos niños y
niñas cuyas acciones se caracterizan por ser
más reflexivas, empáticas, y positivas.
dadores directos ayudan a planificar y organizar la acti-
vidad de la niña y niño de manera que estos puedan ejecu-
tar una tarea que está más allá de su actual nivel de com-
petencia. Ejemplo: transmitir consigna de manera clara Figura
Figura 1. Esquemade
1.Esquema de los
los contextos
contextosde desarrollo y los factores
de desarrollo o determinantes
y los factores que lo influyenque
o determinantes tantoloeninfluyen
el sentidotanto
del riesgo
en
y completa; demostración/descripción de la actividad o elcomo de protección.
sentido Desde
del riesgo esta perspectiva
como ecológica,
de protección. el desarrollo
Desde esta humano en general,
perspectiva y es de loselprocesos
ecológica, autorregulatorios
desarrollo humano en en
juego; preguntas reflexivas que guían; evitar la intrusión particular,yeses
general, modulado
de losporprocesos
la susceptibilidad individual al ambiente,
autorregulatorios las personas,
en particular, eslasmodulado
instituciones pory los sistemas de creencias y
la susceptibilidad
(resolver por la niña o niño). valores presentes
individual en los distintos
al ambiente, contextos las
las personas, de desarrollo.
instituciones y los sistemas de creencias y valores presentes en
los distintos contextos de desarrollo.
La posibilidad de reutilizar cohetes lanza-
dores generó una revolución en la forma de
concebir las actividades espaciales, modificó
marcado por la combinación de tres factores:
nuevas tecnologías, un nuevo contexto histó-
rico y nuevos actores. El desarrollo de nuevas
sus alcances y permitió bajar sus costos de
forma significativa. Si bien Musk es el ícono
de esta nueva etapa en las actividades espa-
tecnologías permitió el acceso a nuevos acto-
res al ecosistema de la industria espacial, lo
que dio lugar a lo que se conoce como New
8
ciales, no es el único. Son cada vez más los Space.
empresarios que vieron en las estrellas nue-
vos y tentadores modelos de negocios. En este nuevo paradigma, el denominador
común es la fuerte participación del sector
Provenientes principalmente del mun- privado. El Espacio deja de ser algo lejano e
do tecnológico, cada uno tiene sus propias inaccesible, permitido solo a las grandes po-
ideas y aspiraciones. Tenemos al fundador tencias, para dar paso a otros jugadores. Así
de Amazon, Jeff Bezos, quien dirige Blue Ori- como Internet fue alguna vez incubadora para
gin, empresa estadounidense de transporte cientos de nuevas empresas, las actividades
aeroespacial; Larry Page y Eric Schmidt, de espaciales proporcionan un terreno fértil
Google, inversores de Planetary Resources, para innumerables ideas emprendedoras.
empresa que planea realizar minería en aste- Gigantes tecnológicos como SpaceX, Google
roides. Por otro lado, está Richard Branson, o Amazon, tanto como universidades, peque-
el magnate británico que ya cuenta con la li- ñas y medianas empresas o países en desa-
cencia del gobierno de EE.UU., para probar rrollo, tienen la capacidad de construir sus
Si bien el lanzamiento de Crew Dragon fue su vehículo suborbital, con el que aspira a propios satélites, democratizando el acceso
un evento histórico al ser la primera compañía llevar turistas al Espacio. Y, por último, John al espacio. Estos nuevos actores no ejecutan
privada en poner astronautas en órbita, que Carmack, el creador de videojuegos, es uno el papel de simples contratistas de Estados o
contó con un alto grado de difusión mediática, de los propietarios de Armadillo Aerospace, agencias espaciales, sino que se constituyen
otro gran logro de SpaceX, quizá más impor- startup dedicada a la construcción de naves como protagonistas de la Nueva Era Espacial.
tante aún, fue el desarrollo de un cohete reu- suborbitales.
tilizable Falcon 9, en el año 2017. La particula- III. Innovación vs. Sustentabilidad
ridad de este cohete lanzador de clase orbital II. New Space
es la capacidad de que su primera etapa, luego Ahora bien, la Nueva Era Espacial ofre-
de cumplida su función, regrese y aterrice para Durante mucho tiempo, la actividad espa- ce múltiples y motivadoras alternativas,
ser reutilizada en otro lanzamiento. ¿Qué sig- cial se concentró exclusivamente en la explo- pero también genera algunos riesgos, que
nifica esto? Hasta ese momento, cuando era ración del Espacio por parte de los Estados nos invitan a reflexionar sobre qué normas
necesario colocar algún objeto en el Espacio, se (principalmente, de países desarrollados). En y políticas son necesarias para garantizar
utilizaba un cohete que luego se destruía al in- la actualidad, la utilización y exploración del un uso sustentable del Espacio en beneficio
gresar a la atmósfera o al chocar con el océano. Espacio presenta un cambio de paradigma, de toda la humanidad. Esta nueva etapa nos
4 | marzo DE 2021 - Nº 01
enfrenta a una serie de desafíos, como la
enorme cantidad de basura espacial (hoy,
el 94% de los objetos en órbita son basura);
¿cómo vamos a regular la minería de aste-
roides?, ¿cómo vamos a evitar la militariza-
ción del espacio? y ¿cuál va a ser el impacto
de la privatización de determinadas activi-
dades espaciales? Y, para eso, se requiere
de la mirada no solo de las ciencias duras,
que hasta hoy se encargaban del Espacio,
sino también de las ciencias sociales, es de-
cir, el Espacio también se abre a un nuevo
abanico de vocaciones.
El desarrollo y la aplicación de soluciones
innovadoras en el campo espacial como la
reutilización de cohetes o la construcción de
la nave Crew Dragon, implican enormes be-
neficios y un salto cualitativo para la indus-
tria, pero la implementación de determinados
modelos de negocio puede también poner en
riesgo la sustentabilidad del Espacio. Es el
caso de la megaconstelación de satélites de
comunicaciones Starlink, también de la em-
presa SpaceX.
El objetivo de Elon Musk es brindar un
servicio de Internet satelital de banda an-
cha y baja latencia para todo el planeta.
Para ello, planea colocar 12.000 satélites en
la órbita baja de la Tierra (1). Sumado a esto,
Amazon está planeando lanzar más de 3000
satélites de su Proyecto Kuiper. Otras com-
pañías y naciones, incluida China, también
tienen en mente desarrollar mega constela-
ciones similares, con estimaciones aproxi-
madas que sugieren que podría haber más
de 50.000 satélites en total, en las próximas
décadas (2).
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) MCDOWELL, Jonathan C. “The Low Earth Orbit
Satellite Population and Impacts of the SpaceX Starlink
Constellation”, The Astrophysical Journal 892.2, 2020:
L36. Crossref. Web.
¿Nulidad absoluta para la prueba
testimonial?
María Carolina Abdelnabe Vila
Abogada. Consejera en Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen (PAGBAM). Especialista
en Defensa de la Competencia, Derecho del Consumidor, Lealtad Comercial, Tecnología y
Datos Personales. Graduada de la Universidad Católica Argentina en el año 2008 (Medalla
de Oro). Magister de la Université Catholique de Lyon, Francia en el año 2013.
SUMARIO: I. Introducción.— II. Errónea percepción de la realidad.— III. Imperfecta atención de lo
que ocurre a nuestro alrededor.— IV. Imposibilidad de que todo lo que captan nuestros sentidos
se transforme en memoria.— V. La memoria es una mentira piadosa.— VI. No es verdad que la
memoria no se pierda.— VII. La memoria puede implantarse.— VIII. Otros aspectos que hacen
poco (nada) fiable a la memoria del testigo.— IX. Conclusión.
I. Introducción
Existe una tendencia a otorgarle a la prueba
testimonial algo de misticismo, considerándo-
la eco ineludible de lo que ocurrió. Tenemos
una inclinación natural a confiar en nuestros
sentidos, a otorgarle el más alto valor a la for-
ma más elemental y directa de conocimiento:
lo que percibimos. Creemos lo que vemos y
exigimos ver para creer. ¿Cómo, entonces,
existiría una prueba más perfecta que otro
ser humano dando testimonio de lo que viven-
ció? ¿Qué puede ser más reflejo de la realidad
pretérita, que un testigo reconociendo al cul-
pable?
Pero todo ello presupone algo: la fidelidad
de una certera memoria. Así, el ser humano
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
A modo de referencia, en la actualidad,
existen aproximadamente 3400 satélites
activos y, desde que comenzó la Era Espa-
cial, en el año 1957, la humanidad lanzó al-
rededor de 10.800 satélites al Espacio  (3). El
aumento masivo en el número de satélites
en órbita genera dos grandes problemas.
Por un lado, aumenta exponencialmente el
riesgo de colisiones entre satélites. Por el
otro, se multiplica la cantidad de basura en
el Espacio.
En cuanto a la colisión entre satélites, el
Proyecto Starlink ya tuvo un incidente en el
año 2019 con la Agencia Espacial Europea
(ESA), la que tuvo que realizar maniobras
para evitar que su satélite Aeolus chocara
con un Starlink de SpaceX (4).
Que sea tecnológicamente posible, econó-
micamente rentable y esté permitido, no sig-
nifica que sea necesariamente sustentable.
En definitiva, debemos evaluar si el incre-
mento y la diversificación de las actividades
espaciales no conducirá a un escenario como
el de la Tragedia de los Comunes.
La Tragedia de los Comunes plantea un
dilema económico sobre el uso óptimo de
bienes de carácter público (en este caso,
los recursos naturales en el Espacio, como
las órbitas y frecuencias) en condiciones de
indefinición de derechos de propiedad, gra-
tuidad y libre explotación de los bienes. El
dilema planteado por Garret Hardin en el
año 1968, parte de la premisa de que, si los
individuos buscan maximizar su beneficio
de forma individual, usarán constantemen-
te ciertos bienes o recursos naturales hasta
(2) O’CALLAGHAN, J. “The Risky Rush for Mega
Constellations” Scientific American, 2019. Recuperado
de: https://www.scientificamerican.com/article/the-ris-
ky-rush-for-mega-constellations/
(3) European Space Agency, Space Debris Office,
sobrestima su memoria. Es que, tal como lo
dijo Emilio García García “somos nuestra
memoria” y necesitamos tener certeza de
quiénes somos. Parafraseando a Platón en su
Banquete, a veces elegimos —en cierta ma-
nera— la ignorancia; renunciamos incons-
cientemente a la verdad para creer que nues- Un
tra memoria, que lamentablemente no es ni
bella, ni buena, ni inteligente lo es en grado
suficiente.
Sin embargo, ¿puede soslayarse en una
prueba testimonial la auténtica fidelidad que
tiene la memoria para con los hechos? me pro-
pongo a dar elementos que permiten pensar
que no.
Un testigo es una persona que esencialmen-
te relata el conocimiento que adquirió en el
pasado por medio de alguno de sus sentidos
y para ello se basa en su memoria. En el pre-
Si bien ambas líneas poseen el mismo tamaño, el cerebro nos indica que no lo
tienen. Esto es así dado que el cerebro supone -asume- que una de las líneas
está más lejos y esa suposición se basa en la señal errónea que le otorga el
Innovación & Derecho
que estos se agoten. Este comportamiento el desarrollo del Derecho en ese ámbito y es
no considera el bienestar colectivo, y menos considerado la Carta Magna del Espacio.
la conservación del ambiente en el largo pla-
zo (5). A medida que las innovaciones tecnológicas
implementadas por empresas como SpaceX
IV. Nuevos actores, nuevas tecnologías, nuevo se multiplican, surge la necesidad de estable-
contexto histórico: ¿nuevas leyes? cer marcos legales y regulatorios apropiados
para acompañar el desarrollo de una indus-
La transformación acelerada y disruptiva tria espacial y garantizar el equilibrio entre
del sector espacial, de una política pública a intereses muchas veces contrapuestos. A su
una industria comercial, plantea preguntas vez, nos invita a reflexionar si en el Espacio
sobre cómo regular las actividades de las debemos competir o cooperar.
entidades privadas en el Espacio. Es el dere-
cho espacial el encargado de proponer nue- V. Conclusión
vos marcos normativos y regulatorios. Pero
¿qué entendemos por derecho espacial? El La humanidad está en el inicio de una Nue-
derecho espacial es una rama autónoma del va Era Espacial, marcada por la combinación
derecho, que regula las actividades realiza- de tres factores: nuevas tecnologías, un nuevo
das en el Espacio y suele asociarse con las contexto histórico y nuevos actores.
normas, principios y estándares de dere-
cho internacional que aparecen en los cinco Esto implica un amplio abanico de oportu-
tratados internacionales que gobiernan el nidades, como nuevos modelos de negocios,
Espacio ultraterrestre y que han sido de- nuevos puestos de trabajo y el incremento de
sarrollados bajo el auspicio de las Naciones oportunidades económicas, pero, a su vez, pre-
Unidas. Además de estos instrumentos in- senta una serie de desafíos, respecto de qué
ternacionales, una veintena de países cuen- hacer con los desechos espaciales, la privatiza-
ta con legislación propia sobre las activida- ción de las actividades espaciales, la militariza-
des relacionadas con el Espacio, entre ellos, ción del Espacio, la minería de asteroides y la
la Argentina. colonización de Marte, entre algunos de estos.
La regulación del Espacio es esencialmente En ese contexto, el derecho espacial debe
de orden internacional, donde existen princi- desempeñar un rol central: asegurar que las
pios que rigen la actividad de los Estados en actividades en el Espacio se lleven a cabo de
el uso y la exploración del Espacio ultrate- manera adecuada, garantizando un uso pací-
rrestre, incluidas las de entidades privadas. fico, responsable y sustentable para el benefi-
El Tratado de 1967, conocido como Tratado cio de toda la humanidad.
del Espacio, es la base jurídica general para
la utilización del Espacio ultraterrestre con Cita on line: AR/DOC/324/2021
fines pacíficos. Proporcionó un marco para
“Space debris by the numbers” (2021) https://www.esa. www.esa.int/Safety_Security/ESA_spacecraft_dodges_
int/Safety_Security/Space_Debris/Space_debris_by_ large_constellation
the_numbers Un conocido
(5) HARDIN, ejemploofde
G. “The tragedy theesto lo constituye
commons” (1968) la ilusi
(4) European Space Agency “ESA spacecraft dodg- Science, 162, 1243-1248.
es large constellation” (2019). Recuperado de: https://
sente se analizará sucintamente (tocando so-
lamente la punta del iceberg) que la memoria
Si bien ambas líneas poseen el mismo tama-
ño, el cerebro nos indica que no lo tienen. Esto
no es tan perfecta como pensamos y siendo así
reviste relativo valor como prueba.
es así dado que el cerebro supone —asume—
que una de las líneas está más lejos y esa supo-
sición se Si bienenambas
basa líneas
la señal poseen
errónea queellemismo
otorgatamaño, e
En efecto, veamos por qué usualmente esta- tienen.
el resto de Esto esalasí
la imagen dado que
hacerse máselpequeña.
cerebro supone
mos equivocados de nuestra experiencia ya sea está más lejos y esa suposición se basa en la s
Esa suposición es errónea.
resto de la imagen al hacerse más pequeña. Esa
la del pasado como la que estamos teniendo aho-
ra. Otro conocido ejemplo
Otro conocido consiste
ejemplo en laenIlusión
consiste la Ilusión de M
de Müller-Lyer.
II. Errónea percepción de la realidad
Nuestro entendimiento de la realidad se basa
en la percepción de esa realidad. Percepción que
se forma a partir de suposiciones que crea el ce-
rebro con las señales que obtiene de nuestros
sentidos. Basta con pensar en la vista, nuestra
visión es 2D sin embargo vivimos en un mundo
3D. El cerebro “completa” lo que la vista no lle-
ga a captar y para ello utiliza las “suposiciones”
otorgadas por las “señales” (colores, profundi-
dad, etc.).
Esas suposiciones, sin embargo, no siempre Nuevamente,
Nuevamente, las “señales”,
las “señales”, en este
en este casocaso
la la form
son correctas, nuestro cerebro puede verse en- forma enmedio, hacen asumir
que termina erróneamente
la línea al cerebro qu
del medio, hace
gañado al “suponer” erróneamente las “señales” resto, cuando ello
asumir erróneamente al no es así. que esa lí-
cerebro
que nuestra visión 2D le otorgan. nea es más larga que el resto, cuando ello no
Así, la primera coyuntura que surge es ¿puede c
conocido ejemplo de esto lo constituye laesilusión así. basa
de Ponzo.
en la memoria, la cual está formada por sup
Un conocido ejemplo de esto lo constituye la con las señales que obtiene de nuestros sentidos
ilusión de Ponzo. Así, la primera coyuntura que surge es
¿puede confiarse
Imperfectaen una prueba
atención que
de lo que se basa
ocurre a nuestro al
en la memoria, la cual está formada por supo-
siciones La atención
que crea elescerebro
un procesoconcognitivo que nos perm
las señales
en estímulos
que obtiene relevantes.
de nuestros Esto Parecería
sentidos? es, desechamos co
que no. lo “importante”. Eso importante pasará a nuestra m
todo el resto (desde lo poco importante hasta
simplemente se perderá.
III. Imperfecta atención de lo que ocurre a nues-
tro alrededor
2
La atención es un proceso cognitivo que nos
permite seleccionar y concentrarnos en estí-
mulos relevantes. Esto es, desechamos cosas
Innovación & Derecho
para poder focalizarnos en lo “importante”.
Eso importante pasará a nuestra memoria de
corto o largo plazo, todo el resto (desde lo poco
importante hasta lo puramente insignificante)
simplemente se perderá.
Nuevamente existen ya varios conocidos
ejemplos que dan cuenta de la imperfecta
atención que tiene el ser humano. Es que el
hombre, salvo que esté prestando atención
específicamente a ese detalle, cree que cuando
cierra los ojos o mira para otro lado, el mundo
permanece igual que como estaba antes de que
cierre los ojos o mire para otro lado. La ma-
yoría de las veces eso es así, pero no siempre.
Así, basta con mencionar el experimento
del “gorila invisible”, efectuado por dos psi-
cólogos de la Universidad de Harvard. En di-
cho experimento se le muestra a la audiencia
dos equipos, uno con jugadores vestidos con
remera negra y el otro con remera blanca, en
una cancha de básquet y se les solicita que
cuenten los pases que realizan los del equi-
po de remera blanca. La audiencia casi por
completo soslaya, ignora, no presta atención,
simplemente no se da cuenta que en el video
ocurre algo extraño: un hombre disfrazado de
gorila pasa caminando lentamente, se pone
a bailar en el medio, permanece un rato y se
retira. Este experimento entonces muestra
las limitaciones, incluso grotescas, que tiene
la percepción humana, y señala también la in-
capacidad de los hombres para admitir esas
limitaciones.
Existen varios experimentos que dan cuen-
tas de la ceguera que tenemos debido a la
falta de atención a ciertos detalles y no tan
detalles. Así, puede mencionarse aquel ex-
perimento en el cual una persona detrás de
un mostrador solicitada a otra que llene un
formulario y se agacha (saliendo de la visión)
para buscar el formulario. Cuando vuelve a
subir es otra persona distinta, vestida distin-
ta; sin embargo, la persona llena el formula-
rio y no nota dicho cambio (salvo que cambie
de sexo o raza).
Así, dado que cuando se atiende algo el resto
queda simplemente blanco, ¿puede entonces
confiarse ciegamente en la prueba testimo-
nial? Nuevamente, me inclino por una respues-
ta negativa.
IV. Imposibilidad de que todo lo que captan
nuestros sentidos se transforme en memoria
¿Quién decide qué se recuerda y qué no?
No se sabe a ciencia cierta y existen muchas
explicaciones. Sí, se sabe, dado que es una ob-
viedad, que no todo lo que uno experimenta
durante su vida puede recordarse. No somos
Funes el memorioso, el memorable protago-
nista del cuento homónimo de Borges.
Para entender este punto debe explicarse
que existe la memoria de corto y de largo
plazo. Mientras la memoria de largo plazo
(aquella memoria de duración mayor a seis
meses) no reconoce límite de espacio, la de
corto plazo (menor a seis meses) posee un es-
pacio muy corto (aproximadamente de 7 uni-
Gamification: El uso de técnicas
de diseño de juegos para incentivar
el comportamiento
Durgan A. Nallar
Vicepresidente IEEE Computational Intelligence Society — Argentina Games Technical Com-
mittee. Cofundador de Escuela de Game Design Latin America. Diseñador y consultor trans-
media. Autor de los libros de la serie Diseño de juegos en América latina.
dades dependiendo de cuán entrenada esté la
persona).
Así, ¿podemos estar seguros de que el tes-
tigo recordará efectivamente el episodio? ¿pa-
sará el evento a la memoria de corto plazo (re-
cordando solamente 7 unidades) o largo plazo?
Ciertamente, no todos los testigos realmente
recordarán el episodio del que están atesti-
guando y, tal como se verá a continuación, “re-
llenarán” entonces los vacíos con “mentiras”.
V. La memoria es una mentira piadosa
Asumamos de que el testigo recuerda el
episodio, dicho recuerdo no sería más que una
fantasía, término definido por la Real Acade-
mia Española como: “Facultad que tiene el áni-
mo de reproducir por medio de imágenes las
cosas pasadas o lejanas”. Es que, por la forma
en que el ser humano recuerda resulta imposi-
ble fiarse de la verdad del recuerdo.
En efecto, para recordar el hombre puede
recurrir al entrenamiento. Así, por ejemplo,
para acordarse del número de teléfono de
alguien, lo repite (entrena). Pero no basta
con el entrenamiento, para recordar hace
falta estructura y organización. Se demos-
tró que la gente recuerda mucho más si lo
que se le muestra tiene algún tipo de sentido
(estructura y organización). Basta con pen-
sar en que para recordar alguna lección del
colegio uno recurrió a hacer una canción o
un poema.
Ponerle “contexto” ayuda a la memoria. Así,
por ejemplo, veo a una persona y me acuerdo
de que su cumpleaños se encuentra próximo.
La mejor manera entonces de recordar es
hacer conexiones. Pero al hacer conexiones
se empieza a viciar al recuerdo. Parecería
que la función de la memoria es justamente
recordar el pasado, pero esto no es así. Se
recuerda el núcleo de la experiencia, pero
no la periferia por lo que nuevamente el ce-
rebro “completa” el resto con una memoria
preexistente o incluso incluye los prejuicios
de la persona.
Asimismo, a fin de que un recuerdo perma-
nezca tiene que ser utilizado. La forma de re-
cordar algo es pensarlo y repensarlo y, al mis-
mo tiempo e irónicamente, cada vez que una
persona “piensa” un recuerdo, ese recuerdo es
borrado y reemplazado por uno nuevo. Cierta-
mente, cada vez que se borra y se rearma más
viciado se encuentra. Todos los recuerdos son
eventos reconstruidos. Son el producto de la
experiencia original y todo lo que pasó des-
pués. El recuerdo entonces es dinámico, ma-
niobrable y volátil.
Así, y tal como se analizó, incluso en las
mejores condiciones de observación lo que el
cerebro capta de un hecho es limitado y esca-
so y lo guarda en diferentes compartimentos.
Luego llena los vacíos con otros datos (ya sea
lo que cuentan otras personas, especulaciones,
prejuicios, nuevas observaciones que el testigo
hace luego del evento, etc.). Y lo peor es que el
ser humano no es consciente de esto.
Parecería entonces que una prueba con es-
tas características mal puede ser válida.
VI. No es verdad que la memoria no se pierda
Con el tiempo todas las personas olvidan. La
memoria depende de un órgano (el cerebro) y,
como todo órgano, con el tiempo decae.
La mayoría de los recuerdos mueren cuando
aparecen otros recuerdos porque se confun-
den. En ese proceso de pensarlo y repensarlo
se van mezclando.
Asimismo, muchas veces un recuerdo viejo
tiende a olvidarse porque al cambiar el mundo
exterior, las señales que recibe el cerebro des-
aparecen y con ellas la posibilidad de acceder
a ese recuerdo.
Y todo ello sin pensar en el daño que puede
sufrir el cerebro debido por ejemplo a un acci-
dente o una enfermedad.
Así, ¿puede confiarse en una prueba tan en-
deble, que puede perderse con tanta facilidad?
Ciertamente no.
VII. La memoria puede implantarse
La seguridad en un testigo no es garantía de
la veracidad en su testimonio. Es que, muchos
testigos mienten sin saberlo y es por lo que los
expertos hallan verdadero su testimonio.
Por más que parezca de película, “implan-
tar” un recuerdo en una persona no es tan
complicado. Siguiendo la línea de análisis de
este trabajo, sabemos que con “indicios”, “se-
ñales” el cerebro “completa” (con experiencias
pasadas, con lo que otros dijeron o nos conta-
ron, con el conocimiento anterior que se tiene,
etc.) el resto para darle un contexto.
Así, por ejemplo, si una persona vio a otra
tomándose un café en un bar y luego ve que se
levanta, pero no la ve pagar, el cerebro asume
que pagó (porque es lo que usualmente ocu-
rre). Si a eso se le suma que luego se le pregun-
ta “si vio que saludó cuando pagó”, al asumir
la pregunta que la persona pagó, el cerebro
también asume ese hecho aseverado. Luego
entonces, y a pesar de que en ningún momento
la persona vio que pagó, el testigo seguramen-
te (y con total seguridad) contará que luego de
tomar el café lo pagó. Así, se le habrá implan-
tado un recuerdo.
La formulación de preguntas en estos ca-
sos es esencial y no basta la limitación que
tienen la mayoría de las legislaciones en
cuanto a que las preguntas no tienen que
ser capciosas. El cerebro humano va más
allá y puede existir una pregunta legalmente
perfecta y sin reproche que “implante” un
recuerdo. Los estudios realizados por Eli-
zabeth Loftus confirmaron que los términos
utilizados por el entrevistador podían influir
en la respuesta del testigo. Así, por ejemplo,
si el entrevistador utiliza la palabra smash
(aplastar) en relación con un choque de au-
tos, los testigos serán más propensos a pen-
sar que los vidrios del auto se rompieron y
SUMARIO: I. Introducción.— II. La estructura lúdica.— III. La gamificación o ludificación.—
IV. El perfil gamificado del usuario.— V. ¿Para qué podemos usar un sistema gamifica-
do?— VI. ¿Cuándo la gamificación es inútil?— VII. Tipos de gamification.— VIII. La es-
tructura lúdica del sistema gamificado.— IX. El sistema gamificado, el azar y la ludopatía.
I. Introducción
¿Qué ocurre cuando se utiliza un mecanismo
lúdico en actividades rutinarias que nada tienen
que ver con jugar o divertirse? La industria del
videojuego tiene medio siglo de vida, y en ese
lapso ha perfeccionado sistemas capaces de
marzo DE 2021 - Nº 01 | 5
asumirán que esto ocurrió por más que no lo
vieron realmente.
¿Cuánto puede entonces confiarse en una
prueba que puede ser implantada sin darnos
cuenta?
VIII. Otros aspectos que hacen poco (nada) fia-
ble a la memoria del testigo
La necesidad de síntesis, dejan sin mencio-
nar más elementos que podrían derribar el
valor de la prueba testimonial. Así, solamen-
te a modo de ejemplo puede mencionarse que
la persona no tenga bien sus sentidos (buena
vista, olfato, etc.) por alguna patología o que
se encuentre estresada en el momento de su
declaración o simplemente que no haya dormi-
do bien la noche anterior. Todos son elementos
que impactan en la memoria del testigo.
Asimismo, tampoco se contemplan aspectos
que son reprochados por nuestro ordenamien-
to jurídico como es la formulación de pregun-
tas capciosas para engañar al testigo, la prepa-
ración del testigo, que el testigo se “junte” con
otros testigos y se vea influenciado por lo que
aquellos dicen o simplemente que incurra en el
delito de falso testimonio.
También cumplirá un papel importa el
tiempo transcurrido entre el hecho y la decla-
ración, lamentablemente, en nuestro país ese
tiempo suele ser largo.
IX. Conclusión
Cuanto más nos adentramos en estos temas
nos damos cuenta de la necesidad de que, a pe-
sar de su larga historia de antipatía, la ciencia
sea parte del derecho. Es que, resulta simple-
mente imposible pensar en la prueba testimo-
nial y en la memoria del testigo aislándolas de
las habilidades y falencias cognitivas del ser
humano.
La memoria, y por ende la declaración del
testigo, lamentablemente no funciona como un
grabador que uno lo puede escuchar cuando
quiere sin intervención. Tal como lo dijo Eli-
zabeth Loftus funciona más bien, como la Wi-
kipedia, puede ser cambiada por uno mismo y
por otros. Es por eso por lo que la precisión
de un recuerdo no depende ni de cuán vivo lo
sienta el testigo ni de cuán seguro esté de su
veracidad.
La memoria es fantasía, recordar es “re-
crear” lo vivido, y en esa reformulación de lo
ocurrido hay realidad entremezclada con olvi-
do, con sesgos y prejuicios, con huecos comple-
tados con licencias del narrador: porque eso es
lo que hacemos tanto si se lo contamos a otros
como si nos lo contamos a nosotros mismos, a
nuestra conciencia: narramos una historia, y
si la contamos muchas veces a lo mejor nunca
sea exactamente igual.
¿Será acaso que tenía razón Nietzsche y no
hay hechos solo interpretaciones?
Cita on line: AR/DOC/325/2021
retener a los jugadores todo el tiempo posible.
Esto con el obvio objetivo de obtener mayores
ingresos: un usuario o jugador que pasa más
tiempo en contacto con un juego es proclive a
pagar más, a recomendar el producto y a volver
a comprar. La técnica de retención que usan
los videojuegos se inspira en buena parte de la
6 | marzo DE 2021 - Nº 01
psicología conductista (1); es decir, aquella que
explica una parte del comportamiento humano
y animal de acuerdo con una combinación deter-
minada de estímulos y de recompensas, que in-
ducen o dirigen cierta actividad en las personas.
II. La estructura lúdica
De esa manera, un videojuego dispara al que
juega una serie de estímulos, en busca de una
determinada reacción. Este mecanismo, al que
llamo estructura lúdica (2), tiene cinco elemen-
tos cruciales: el primero orientado a conseguir
la satisfacción de deseos y necesidades. Ya que
el juego es una simulación, conseguir el éxito
al jugar proporciona grandes dosis de placer
[en donde un neurotransmisor en particular,
la dopamina, suele asociarse a la sensación de
bienestar y también con la memoria, la atención
y las adicciones, entre otras (3)]. Un segundo
elemento es el sistema de progresión, median-
te el cual el jugador siente que por su actividad
va dominando los obstáculos que se le presen-
tan. Así, es premiado con puntos, sube de ni-
vel y accede a estímulos de mayor variedad y
cantidad, lo que refuerza esa percepción. El
tercer elemento, el desafío, procura exponer
a quien juega a obstáculos que debe resolver y
van escalando a medida que el jugador perma-
nece jugando; es decir, aumenta la dificultad
del sistema (también aumenta la recompensa).
El cuarto elemento se compone de objetivos de
corto, mediano y largo plazo: cosas para hacer
ahora, cosas para acumular con vistas al final, y
el final propiamente dicho. Por fin, el quinto ele-
mento es el sistema de recompensas, que oficia
a modo de reforzamiento conductual, aunque
no es en esencia el motivo por el que se juega.
Lo que induce a jugar, en general, es el desafío
y la diversión, el acto de superar obstáculos y de
ganar. La presencia de estos cinco elementos en
el mecanismo lúdico aumenta la probabilidad de
que los jugadores deseen jugar. Si alguno de es-
tos elementos no está presente, se pierde parte
del poder de atracción del juego.
Existe un sexto elemento que puede formar
parte del mecanismo lúdico, la narrativa. Muchos
juegos ofrecen una historia donde se busca crear
una conexión emocional. Una narración es, en sí
misma, otro tipo de estructura lúdica, que a veces
llamamos estructura dramática (4). Puede no es-
tar en un juego pero, cuando está presente, pro-
duce la mayor probabilidad de retención.
El éxito de este mecanismo se evidencia en
que la industria global de consumo de video-
juegos alcanzó en el año 2020 ingresos por 159
mil millones de dólares (5), superando por lejos
al cine, la televisión, la literatura y la música. Es
la forma de entretenimiento favorita de más de
dos mil millones de personas.
Dos generaciones de personas han crecido ro-
deadas de videojuegos y de los estímulos que es-
tos presentan de manera permanente, al punto
que se han vuelto costumbre. Diversas técnicas
lúdicas se han enraizado en producciones cultu-
rales y comerciales, excediendo el territorio del
entretenimiento. En Argentina ya lo vemos en
servicios como Mercado Libre y las aplicaciones
de delivery.
III. La gamificación o ludificación
Gamification es la incorporación de una es-
tructura lúdica en actividades que no son juego,
como el trabajo, la mercadotecnia, el deporte, la
educación y la salud, con el objetivo de motivar,
fidelizar e inducir cambios de comportamiento,
en general positivos. Para conseguirlo, se utili-
zan técnicas de game design (diseño de juegos).
Es muy importante dejar en claro que un siste-
ma gamificado no es un juego de video, ni tampo-
co un juego en el sentido que las personas suelen
darle. Podemos incluir el diseño de estos sistemas
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) SKINNER, B.F, “Sobre el conductismo”, Fontanella,
Barcelona, 1977.
(2) NALLAR, Durgan A., “Diseño de juegos en América
dentro de los juegos serios, aunque no en todos los
casos, ya que el objetivo esencial es diferente: no
se trata de entrenar habilidades, enseñar o con-
cientizar, objetivos propios de los serious games (6),
sino de mejorar la calidad de vida, de aprendizaje
y de consumo. En palabras simples: volver una ac-
tividad aburrida en algo estimulante.
Muy pocas veces un sistema gamificado suele
tener un videojuego dentro de su mecanismo.
Si lo hay, puede tratarse de lo que llamamos un
minijuego, pero no de un juego estándar. No hay
personajes ni héroes, porque los héroes son las
personas que utilizan el sistema. No hay otro
enemigo que la rutina. Pero el resto está: deseos
y motivaciones, objetivos, niveles, curva de difi-
cultad, recompensas.
Para que se comprenda cómo diseñar un sis-
tema gamificado, es necesario entender cómo
funciona la estructura lúdica, pues bastará con
aplicarla a la actividad que queremos gamificar.
Un sistema gamificado no es un videojuego,
por un lado, y por otro, para que lo considere-
mos gamificado, debe apoyarse en la tecnología
de comunicaciones moderna. Aplicaciones para
web y para dispositivos electrónicos —teléfonos,
anteojos, pulseras, relojes y vestimenta inteli-
gentes, o máquinas y señalizadores digitales, en-
tre otros— son elementos inseparables del siste-
ma gamificado: estos proveen el feedback instan-
táneo o realimentación que los participantes del
sistema necesitan para conocer su progreso y
mantenerlos motivados. La realimentación per-
mite que se tomen medidas de corrección con
base en la información realimentada.
Por último, cuando hablamos de un sistema
que no es juego, ni se apoya en el uso de las webs
y de los dispositivos electrónicos, pero posee una
estructura lúdica, lo llamo sistema ludificado. El
mecanismo de la estructura lúdica puede repli-
carse en forma análoga, como en un juego de
mesa o en el pizarrón de un aula.
IV. El perfil gamificado del usuario
En el diseño de un sistema gamificado, es
crucial que el usuario (que se comporta en for-
ma similar a un jugador de videojuego) tenga
visible —siempre en forma opcional— su perfil,
donde este pueda comprobar los puntos de ex-
periencia ganados, nivel de progreso, insignias
obtenidas, y todo aquello que se haya incluido
como sistema de recompensa. En este perfil se
concentra todo el progreso del usuario. Cada
vez que realice una actividad en el sistema, ga-
nará puntos, subirá de nivel, obtendrá insignias
para completar en un ”medallero” (al estilo de
un álbum de figuritas) y más. Lo importante es
que ese perfil concentre la información y ofrezca
feedback instantáneo.
V. ¿Para qué podemos usar un sistema gamifi-
cado?
La idea es aprovechar la predisposición psico-
lógica a jugar que tenemos todas las personas.
Mediante un sistema de gamificación correcta-
mente diseñado, podemos:
- Animar a cumplir tareas aburridas
- Aumentar el rendimiento laboral
- Modificar el comportamiento
- Optimizar los negocios
- Motivar
- Mejorar el cuidado de la salud
- Estudiar más y mejor
- Concebir una tecnología más atractiva
latina I: Estructura lúdica”, Buenos Aires, ed. ind., 2015, p. 20.
(3) ANANYA, Mandal, “Las funciones de la dopamina”,
news-medical.net/health/Dopamine-Functions-(Spanish).
aspx. Consultado el 21/07/2020.
Es decir, volver estimulante la vida laboral en
una oficina, fidelizar a un cliente, aumentar la
motivación para estudiar o practicar un depor-
te, entre tantas otras cosas. En general, gamifi-
cation puede mejorar todas aquellas actividades
de la rutina diaria que son vistas como tediosas.
Como además produce una mejora de rendi-
miento notable, cada vez más empresas están
gamificando sus servicios.
VI. ¿Cuándo la gamificación es inútil?
Existen tres condiciones que hacen imposible
la gamificación de un sistema. La principal es
que solo funciona con millennials (y futuras gene-
raciones). Las personas que han nacido rodea-
das de tecnología electrónica, que juegan con
ellas desde pequeñas o que tienen naturalizado
el uso de dispositivos, Internet y los medios más
modernos de comunicación, aceptan de buen
grado los sistemas gamificados. En las personas
mayores, no suelen producir efecto.
Las empresas pueden incorporar un sistema
gamificado para mejorar las ventas de un pro-
ducto. Sin embargo, la gamificación no servirá
de nada si el producto ofrecido es de mala cali-
dad. Gamification no hace magia, es un sistema
de refuerzo del comportamiento. De manera
que antes de gamificar será imprescindible co-
rregir los defectos del producto. Con un servicio
o el ambiente laboral pasa lo mismo.
Por fin, será imposible obtener resultados
positivos del sistema gamificado si contiene
elementos de carácter obligatorio. Los usuarios
del sistema deben tener la libertad de elegir. Es
siempre optativo. Lo utilizarán por su propia
voluntad, porque les sirve hacerlo y porque les
parece estimulante.
VII. Tipos de gamification
Gamificación externa: Se orienta a la mercado-
tecnia. El objetivo es incrementar las ventas de
un producto, un bien o un servicio, al tiempo que
se fideliza a los consumidores. En este sentido de-
cimos que gamification es una evolución del loyal-
ty marketing (mercadotecnia de la fidelización).
Gamification interna: Orientada a los recursos
humanos. Aquí el objetivo es aumentar la pro-
ductividad de los empleados de una empresa.
Para conseguirlo, el sistema torna más estimu-
lante la vida laboral. Al sumar calidad de vida en
la oficina, las personas trabajan más relajadas,
cumplen horarios, se enferman menos y sociali-
zan más, todo lo cual conduce a una mejora del
rendimiento y al ahorro de la empresa. También
se puede utilizar gamification interna para au-
mentar la calidad del aprendizaje en escuelas,
colegios secundarios y universidades, y para
incentivar a que las personas realicen tareas en
grupo o en forma solidaria.
Gamification para el cambio del comportamien-
to: Orientada para mejorar la salud y el bienes-
tar, el aprendizaje y las finanzas personales. El
sistema sirve de acompañamiento y guía de las
actividades, al tiempo que ofrece reconocimien-
to por el esfuerzo y la dedicación.
En ciertas circunstancias, podría hacer fal-
ta un sistema doble. Por ejemplo, cuando se
requiere que el sistema aumente las ventas y
también el rendimiento de los recursos huma-
nos. Este tipo de sistemas mellizos puede estar
interconectado.
VIII. La estructura lúdica del sistema gamificado
Imaginemos que un complejo de salas de cine
quiere gamificarse. Hasta el momento, cuenta
con un sistema de promoción y venta de entra-
das —tickets— en la web, donde los espectadores
pueden consultar cuáles películas se exhiben y
(4) FIELD, S. “The Screenwriter’s Workbook”, Bantam
Doubleday Dell Publishing Group, 1987.
(5) Newzoo Digital Trends. newzoo.com/insights/trend-
reports/newzoo-global-games-market-report-2020-light-
Innovación & Derecho
reservar para una fecha y horario determina-
dos.
El complejo quiere aumentar la cantidad de
espectadores que asisten cada semana. En ese
caso, se hará gamificación externa. Deberá reem-
plazarse la web tradicional por una que disponga
de una estructura lúdica. La nueva web estará
orientada a crear un perfil de espectador. Este
ganará puntos por ver películas, ir a los estrenos
o en días de baja concurrencia. Al sumar puntos,
obtendrá beneficios como prioridad para ingre-
sar a las salas, asistir a los preestrenos junto con
la prensa y ser recibido con una bebida sin cargo.
Hasta allí, de todos modos, no hay mayor dife-
rencia con un sistema de fidelización estándar.
Gamification irá más lejos: como si fuese un jue-
go donde los personajes son los espectadores, los
unirá por afinidad, asignándoles puntos de expe-
riencia, desafíos y tareas: misiones individuales
y misiones grupales, recompensándolos con un
sistema de rewards. Además, les proporcionará
un espacio donde comentar para que se forme
una comunidad. Así, habrá mayores chances de
que los espectadores se fidelicen. Como es lógi-
co, si el complejo donde el espectador acude a
ver cine lo premia con puntos, le otorga benefi-
cios, reconoce sus gustos, lo desafía y lo conecta
con otros espectadores afines, se sentirá enla-
zado a la marca. Ya no tendrá inclinación a ver
cine en otros complejos, querrá sumar puntos y
saber qué ventajas obtiene.
Por ejemplo, un espectador podría recibir una
badge (insignia virtual) al ver cierta película, y
otra rara de diseño especial por haber asisti-
do al estreno. Si viera más películas del mismo
género, podría obtener un título honorífico (ej.:
“Señor de las tinieblas”) que, a su vez, le obse-
quiará algo adicional. Mientras las personas se
divierten y progresan, el complejo se beneficia
con más ventas. Todo esto deberá reflejarse en
el perfil de usuario, y hacerse visible en la web
del complejo (y en su aplicación móvil). Cada
vez que el espectador hace una reserva, su perfil
suma puntos, gana insignias, títulos y estatus en
la comunidad que se forma alrededor del siste-
ma gamificado.
Si en cambio el objetivo del cliente es optimi-
zar el rendimiento del personal del complejo, se
hará un sistema de gamificación interna. En este
caso, la estructura lúdica será introducida en la
Intranet del complejo —no estará disponible a
los espectadores— y sus misiones, desafíos y re-
compensas se orientarán a mejorar la actividad
laboral, haciéndola más agradable. Por ejemplo,
el sistema otorgará puntos por cumplir horario,
incentivar las ventas de alimentos y accesorios,
tener buenas recomendaciones de sus compa-
ñeros y colaborar con las tareas grupales. Tam-
bién habrá insignias, logros y títulos honoríficos,
específicos para su actividad laboral, que deriva-
rán en beneficios concretos.
En una tercera variante, el sistema gamifi-
cado será doble: el cliente requiere que el sis-
tema gamifique tanto a los espectadores para
mejorar la taquilla, como a los empleados para
reducir costos y aumentar el nivel de satisfac-
ción general. En este caso, será necesario un
sistema doble, externo e interno. Claro que am-
bos tendrán sus propios desafíos, objetivos, mi-
siones y recompensas. Lo ideal sería que estén
conectados entre sí, por ejemplo, compartiendo
rewards de alguna manera. Podría hacerse, por
ejemplo, que los espectadores condecoren a los
empleados por su atención en el momento en
que ingresan a la sala. El espectador recibirá así
una mejor atención, y el empleado obtendrá la
satisfacción de que se reconozca la calidad de
su trabajo (además de algún otro beneficio que
pueda ofrecer el empleador).
En todos los casos, reitero, el uso del sistema
gamificado, externo o interno, deberá ser opta-
version. Consultado el 21/07/2020.
(6) Tecnológico de Monterrey. ¿Qué son los Serious Ga-
mes? observatorio.tec.mx/edu-news/que-son-los-serious-
games. Consultado el 21/07/2020.
Innovación & Derecho
tivo. Y útil. Gamification solo funciona cuando
todas las partes se sienten beneficiadas: espec-
tador y cine, cine y empleados, empleados y es-
pectadores. De cualquier otro modo, falla. Esto
significa que el espectador, en este caso, no está
obligado a utilizar el sistema gamificado, puede
seguir consultando y reservando en la web del
complejo sin prestar atención a los progresos
de su perfil de usuario; aunque es probable que
termine adoptando el sistema lúdico por imita-
ción y cuando comprende que lo beneficia. Por el
otro lado, los empleados del complejo no estarán
obligados a utilizar el sistema gamificado, po-
drán hacer su trabajo del mismo modo y sin pre-
ocuparse porque su empleador observe su con-
ducta; pero es probable que termine sumándose
por sí mismo al sistema gamificado porque sus
compañeros lo hacen, se entretienen y ganan
premios. Fundamental es que el empleador no
presione a sus empleados en el uso del sistema
gamificado. Este último no tiene el propósito de
obligar a un cambio conductual, sino que ofrece
una posibilidad de acción que redunda en el bien
del conjunto. Las personas somos proclives a
adoptar aquello que nos hace la vida mejor.
IX. El sistema gamificado, el azar y la ludopatía
Desde hace tiempo, se discute en el mundo
del videojuego si debería regularse su uso, más
allá de las recomendaciones médicas (ej.: no ex-
ponerse al juego por más de dos horas diarias).
(7) Casino Alto. Apuestas en eSports. casinoalto.com/ar/
esports. Consultado el 21/07/2020.
(8) Organización Mundial de la Salud. Clasificación In-
Inteligencia artificial, filosofía
y derecho
Grupo GIFT (*)
SUMARIO: I. Introducción.— II. ¿Pueden pensar las máquinas?— III. El diseño
tecnológico visto desde la filosofía.— IV. Tecnología, justicia y discriminación: neutralidad imposible.
I. Introducción
Nunca en la historia de la humanidad una tec-
nología reciente tuvo la capacidad de afectar a
tantas personas y de manera tan profunda: los
algoritmos de “Inteligencia Artificial” (IA) se
encuentran presentes en muchos ámbitos de
nuestra vida cotidiana y, sin embargo, no siem-
pre son objeto de una reflexión interdisciplina-
ria. En este trabajo, intentaremos presentar las
líneas generales de un posible marco filosófico
para pensar acerca del diseño de artefactos y de
sistemas tecnológicos, que puede ser el puntapié
inicial para evaluar las diversas acciones y prác-
ticas humanas que están en juego, así como los
diferentes niveles de implicaciones valorativas
anidadas en estos desarrollos. Sin la reflexión
filosófica, muchos aspectos relevantes perma-
necen ocultos en la “caja negra” del sistema tec-
nológico, dificultando el tratamiento que otras
disciplinas (por ej. el derecho) puedan ofrecer
sobre estos desarrollos tecnológicos. Por con-
siguiente, es importante promover un trabajo
interdisciplinario cooperativo e interactivo.
En el primer apartado vamos a hacer un bre-
ve repaso del origen de la IA, mencionando la
naturaleza de los desarrollos que hoy forman
parte de los diseños tecnológicos más utilizados.
Luego, nos concentraremos en cuáles son las
posibles aristas de la reflexión sobre las dimen-
siones valorativas involucradas en los sistemas
tecnológicos a través del análisis de las respues-
tas a las preguntas ¿quién diseña?, ¿cómo se di-
seña? y ¿qué es un objeto o un sistema diseñado?
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(*) Grupo de Investigación de Inteligencia Artificial, Fi-
losofía y Tecnología (www.grupo.gift). El grupo está con-
Ciertos videojuegos, que a veces suman más
de doscientos millones de jugadores (algunos
son considerados deportes electrónicos) pue-
den tener mecanismos que los asemejan a una
máquina tragamonedas. Esto ocurre cuando el
jugador se siente incentivado a hacer algo en
espera de una recompensa que saldrá en forma
aleatoria. Puede ser un objeto —como un cofre o
un sobre de naipes— que se abre para revelar un
elemento que tiene una muy pequeña probabili-
dad de aparecer. Para que esto suceda se debe
pagar con la moneda virtual propia del juego,
que a su vez puede comprarse con moneda real
mediante una tarjeta de crédito. En cuanto que
un cofre, por ejemplo, puede no entregar lo que
el jugador busca, este vuelve a pagar para abrir
más. Es muy parecido a una slot machine.
Estas monedas virtuales también se pueden
ganar lentamente pasando muchas horas frente
al juego. Es necesario comprender que los jue-
gos venden tiempo. Muchos, como los títulos
mencionados, son gratuitos. Los jugadores los
pueden instalar sin pagar pero, gracias al meca-
nismo que hemos explicado, es probable que se
sienten motivados a comprar dentro del propio
juego. De ahí la necesidad de que pasen mucho
tiempo jugando.
El porcentaje de quienes pagan es muy bajo,
en torno al 0,3%, a veces un 5%. Pero esta peque-
ña cantidad, en millones de jugadores, propor-
ternacional de Enfermedades (CIE-11 para estadísticas de
mortalidad y morbilidad, 6C51 - Trastorno por uso de vi-
deojuegos). icd.who.int/browse11/l-m/es. Consultada el
Por último, una vez establecido este marco de
discusión, analizaremos un ejemplo concreto: un
sistema de tecnología, que evalúa mediante un
algoritmo de aprendizaje automatizado el ries-
go de reincidencia de los condenados con vistas
a tomar decisiones relativas a las sentencias a
aplicar, en el seno de un caso que sentó un prece-
dente muy controvertido en la jurisprudencia de
Estados Unidos de América. Así resultará claro
que los desarrollos tecnológicos requieren de
una reflexión filosófica profunda, ya que desde
el diseño mismo resulta imposible una neutrali-
dad valorativa, por lo que hacer explícitos estos
compromisos valorativos será imprescindible
para su aplicación en el ámbito del derecho.
I. ¿Pueden pensar las máquinas?
Durante siglos, hombres y mujeres pensamos
en nosotros mismos como los únicos animales
con logos, es decir, con la capacidad para razo-
nar y comunicarnos con palabras. Esta cualidad
de ser “animales racionales” nos otorgó una
suerte de estatus privilegiado frente al resto de
los habitantes de este planeta, tanto animales
como el resto de los objetos. Nuestra inteligen-
cia, nuestra racionalidad y nuestras palabras
nos hacían únicos y especiales. Así, tanto nues-
tra inteligencia teórica (nuestra capacidad para
entender el mundo y acumular conocimiento),
como nuestra inteligencia práctica (nuestra ca-
pacidad para resolver los desafíos que el mundo
y la sociedad humana nos plantean, tomando las
decisiones y actuando de manera apropiada) se
entendían como el resultado de nuestra capa-
formado por Tomás Balmaceda (UBA/IIF-SADAF-CO-
NICET), Diego Lawler (IIF-SADAF-CONICET), Karina
Pedace (UBA/IIF-SADAF-CONICET), Diana Pérez (UBA/
ciona suntuosos ingresos a las empresas creado-
ras de esos juegos. Un jugador que se fideliza,
además, suele gastar un promedio de 15 dólares
por mes.
Lo que se intenta regular es el tipo de recom-
pensa que ofrecen los juegos, y el sistema por el
cual los jugadores obtienen lo que buscan. En
general, se acepta como buena práctica que los
jugadores sepan de antemano cuál será la re-
compensa que obtendrán a cambio de su dinero,
virtual o real. En otro caso, se podría hablar de
azar, y quizá de emparentar la actividad —con-
siderada entonces una suerte de gambling— a
una regulación similar a la de los casinos. Estos,
tema aparte, han comenzado a recibir apuestas
por equipos de deportes electrónicos (7).
Otra pregunta es: ¿los juegos pueden produ-
cir ludopatía? Sabemos que es probable. Se han
reportado numerosos casos de jugadores que no
pueden dejar de jugar sin atención psicológica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
incluido a los videojuegos en el espectro de los
trastornos debido a comportamientos adicti-
vos (8). Esto no llama la atención si pensamos que
los juegos son máquinas de estímulos perfeccio-
nadas por décadas. Sin embargo, a una empresa
que hace esta clase de juegos súper estimulantes
no le conviene que se la acuse de generar distor-
siones del comportamiento ni quiere perder a
sus clientes, los jugadores, que eventualmente
21/07/2020.
(9) ZICHERMANN, G. y CUNNINGHAM, C. “Gamifica-
tion by Design: Implementing Game Mechanics in Web and
cidad de resolver problemas guiándonos por la
razón.
Sin embargo, a mediados del siglo XX el ma-
temático y criptógrafo británico Alan Turing
rompió esta imagen en mil pedazos con un bre-
ve pero poderoso artículo “¿Pueden pensar las
máquinas?” (1) (1950), en el que responde afir-
mativamente a esta pregunta, en tanto consi-
dera posible construir un dispositivo capaz de
ejecutar conductas inteligentes indistinguibles
de los patrones de conducta humana. Desde ese
momento, la idea de la existencia de una “inteli-
gencia no humana” dejó de ser una idea ficticia
para volverse una posibilidad.
Siete décadas más tarde, la frase “inteligen-
cia artificial” no solo no nos ofende, sino que su
uso es cada vez más frecuente. Esta populari-
dad también trajo algunos inconvenientes: en
sus diversos y múltiples usos no siempre quiere
decir lo mismo. Intentar definir “inteligencia ar-
tificial” excede el objetivo que tenemos en este
artículo, pero nos gustaría mencionar las dos
maneras en las que se ha encarado el proyecto
de la IA desde sus inicios. Las teorizaciones y
las realizaciones concretas de IA pueden clasi-
ficarse en dos categorías: la IA estrecha y la IA
general. En el caso de la primera, es el proyecto
que busca crear sistemas que realicen una tarea
particular de forma inteligente, mientras que la
segunda aspira a crear un artefacto que actúe
y piense integralmente de una manera humana.
Hoy solo conocemos proyectos de IA estrecha,
que es hacia donde apuntan la inmensa mayoría
de los esfuerzos de compañías privadas y esta-
tales, mientras que la IA general se mantiene,
incluso para los más optimistas, como un sueño
o un objetivo ideal cuya realización aún falta por
varias décadas. Es por lo que, en lo que sigue,
cuando en este trabajo hablemos de IA nos re-
feriremos a una IA estrecha. La distinción sirve,
también, para enmarcar correctamente algunas
discusiones y tópicos presentes en el discurso
público cuando se suele hablar de los inminen-
tes peligros de este tipo de tecnología, citando
ejemplos de la ficción como la saga cinematográ-
IIF-SADAF-CONICET) y Maximiliano Zeller (UBA).
(1) TURING, Alan M., “Computing Machinery and Intelli-
gence, Mind”, Volume LIX, Issue 236, October 1950, ps 433-460.
marzo DE 2021 - Nº 01 | 7
tenderán a abandonar el juego que los perjudi-
ca. La mayoría de las empresas desarrolladoras
de videojuegos coloca barreras que desaniman a
continuar jugando por demasiadas horas segui-
das, al tiempo que los invitan a retornar al día
siguiente para recibir un premio.
Esto nos lleva a trasladar la pregunta a los sis-
temas gamificados. ¿Pueden generar algún tipo
de ludopatía? Creemos que no, o al menos no
hemos visto ningún caso. Sí es cierto que se po-
dría conseguir efectos negativos con un sistema
gamificado, porque en definitiva es una máquina
de estímulos. Se han conocido casos puntuales,
como cuando los empleados de una empresa se
sienten vigilados porque el sistema gamificado
expone sus horarios de ingreso o su falta de
rendimiento. Es crucial que el sistema gamifi-
cado no deje en evidencia información pública
y mantenga los datos sensibles —aquellos que
el usuario no quiere revelar sin autorización—
en la esfera privada. En otro caso, lo llaman
electronic whip (9) (látigo electrónico). Sistemas
mal gamificados producen el efecto opuesto al
perseguido.
Todos estos temas están aún en sus primeros
pasos. Hace falta más investigación y el aporte
de profesionales de distintas disciplinas.
Cita on line: AR/DOC/326/2021
Mobile Apps”, O’Reilly Media; 2011.
fica “Terminator” o algunos cuentos de Philip K.
Dick. No: aún no tenemos ningún proyecto con-
creto que se acerque al tipo de IA que imaginan
estas narraciones, aunque esto no quiere decir
que no debamos estar atentos a las derivas de
carácter éticas, sociales y políticas de los desa-
rrollos actuales de la IA.
Uno de los factores que volvió más exitosa y
popular a la IA, en las últimas dos décadas, fue la
introducción y consolidación de un nuevo para-
digma de programación, conocido como “apren-
dizaje automatizado” (machine learning). Los pri-
meros proyectos de IA de la segunda mitad del
siglo XX estaban basados en la idea de “máquina
de Turing”, es decir en un algoritmo capaz de
ejecutar una multiplicidad de tareas solo ape-
lando a una serie prediseñada de órdenes y de
datos, codificadas en una tabla donde se especi-
fican todas las funciones del sistema, o las reglas
de transición. Hoy, en cambio, se popularizaron
otro tipo de algoritmos, que permiten extraer
patrones a partir de grandes cantidades de da-
tos. Parten de una serie más o menos grande,
y más o menos estructurada de datos, y se los
“entrena” para que descubran patrones preexis-
tentes en ellos, lo que les permite predecir qué
va a ocurrir ante la aparición de un nuevo dato,
así como realizar tareas varias en función de la
“experiencia” pasada acumulada, del “aprendi-
zaje” realizado. Si bien estos algoritmos pueden
ser variados (2), en todos los casos, se trata de
“educar” un programa para generar un modelo
de un cierto dominio de la realidad, que le permi-
tirá al sistema realizar las acciones apropiadas.
Los desarrollos de algoritmos de aprendizaje
automatizado se han multiplicado en los últimos
años y hoy están presentes en muchos ámbitos,
desde la ingeniería y la ciencia de datos hasta
áreas sensibles y tradicionalmente desligadas
de la tecnología, como la salud y el derecho. Es
por lo que se impone establecer espacios de diá-
logos no solo entre aquellos involucrados en su
desarrollo, sino también entre todos los actores
de la sociedad para poder fomentar el pensa-
miento crítico sobre la IA.
(2) SHALEV-SHWARTZ, S. y BEN-DAVID, S., “Un-
derstanding Machine Learning: From Theory to Algo-
rithms”, Cambridge University Press, Nueva York, 2014.
8 | marzo DE 2021 - Nº 01
II. El diseño tecnológico visto desde la filosofía
A la hora de sistematizar las posibles derivas
de la reflexión sobre el diseño tecnológico, pro-
ponemos pensar en tres posibles dimensiones:
la agencialidad, el método y la naturaleza de lo
diseñado. Un rápido recorrido por estos ámbi-
tos nos permitirá pensar con mayor claridad los
compromisos y las decisiones involucradas. En
cuanto a la primera dimensión, el agente de dise-
ño es un diseñador humano, racional, deliberati-
vo y previsor. Con respecto al método de diseño,
hay que señalar que se basa en procedimientos
de toma de decisiones que incluyen la previsión
de los usos prácticos de la entidad diseñada y
sus consecuencias, tanto aquellas intencionales
como las no intencionales. Por su parte, el re-
sultado del proceso de diseño es un artefacto o
un sistema artificial que cumple la función de
mediación entre el ser humano y su entorno (3).
Una vez que se decide qué diseño será realizado,
se produce el artefacto o sistema tecnológico y
estos pasan a formar parte de nuestro entorno,
modelando nuestra vida cotidiana.
Comprender que en la práctica humana de
diseñar y de producir un artefacto conviven
distintas dimensiones abre la posibilidad de
pensar en diferentes cuestiones técnicas y va-
lorativas relevantes (4). La primera es entender
de qué hablamos cuando hablamos de diseñar
un artefacto o un sistema tecnológico. Se trata
de una actividad humana en la que realizamos
una operación cognitivo-conceptual por la cual
se crean modelos de estructuras materiales y
mecanismos que realicen funciones propuestas
por los diseñadores para resolver una situación
que está planteada como un problema real vis-
to desde una trayectoria tecnológica dada. Esta
operación cognitivo-conceptual comprende re-
presentaciones de opciones de estructuras ma-
teriales y de mecanismos, de propósitos busca-
dos, así como de cursos de acción, deliberación
sobre esos cursos de acción, establecimiento de
ponderaciones y elección de unos en desmedro
de otros, de acuerdo con un conjunto de valores
y de objetivos previamente formulados.
Pero en el proceso de diseño, el diseñador (y
quienes le encargan el diseño, sea un privado,
una ONG o el Estado, por ejemplo) realiza inde-
fectiblemente decisiones, dado que, frente a la
representación de cualquier artefacto o sistema
tecnológico futuro, siempre existe al menos un
diseño alternativo posible. En ese sentido, queda
claro que el diseño se vuelve un ámbito delibera-
tivo que se cierra con una decisión sobre cuál de
las opciones presentes en el abanico de posibili-
dades habrá de adoptarse para realizarse efec-
tiva y materialmente. Por consiguiente, cuando
voluntariamente se elige realizar un diseño y no
otro, los diseñadores son responsables de esa
elección. Hay una capacidad, la de crear arte-
factos y sistemas tecnológicos, y una obligación
asociada a esa capacidad, la de hacerse cargo de
la elección del diseño y de las consecuencias de
su introducción en el entorno humano.
La elección del diseño de un artefacto o de
un proceso tecnológico para su producción e
(3) SIMON, Herbert A, “The sciences of the artificial”,
MIT Press, 2019.
(4) PEDACE, Karina; BALMACEDA, Tomás; LAWLER,
Diego; PÉREZ, Diana; ZELLER, Maximiliano; “Caja de he-
Implementación de un anonimizador inteligente en un Juzgado Penal,
Contravencional y de Faltas
Noelia V. Mitelli
Abogada por la Universidad de Buenos Aires (Diploma de honor). Oficial en el Juzgado Penal Contravencional y de Faltas Nº 13 del Poder Judicial de la CABA. Maestranda en derecho penal por la Universidad de
San Andrés. Magister en Administración (UBA — FCE). Profesora en docencia superior (UTN). Docente UBA de “Inteligencia artificial y derecho” - “Teoría del delito y sistemas de la pena” - “Criminalidad informática”.
SUMARIO: I. Introducción.— II. Inteligencia artificial y derecho en el un nuevo paradigma de la post privacidad.— III. Anonimizador inteligente: del testeo manual al uso de IA para
la protección de datos sensibles en el Juzgado PCyF Nº 13.— IV. Palabras finales.
introducción en el mundo real es una respuesta
a la pregunta por cuál es la solución adecuada
al problema determinado. Pero ¿cómo se es-
tablece cuál es el problema, y cuál de todas las
respuestas posibles es la “solución adecuada”?
Esta pregunta es importante porque conduce
a interrogantes acerca de ¿cómo se toman las
decisiones tecnológicas?, esto es, ¿cómo se les
da forma a los problemas (que no vienen natu-
ralmente definidos)?, ¿qué dimensiones inter-
vienen en la creación de un artefacto o sistema?,
¿qué conjuntos de valores guían los procesos de
decisión?, y ¿cómo se valora la decisión final-
mente tomada en relación con el problema que
aspiran a resolver y con las modificaciones que
se introducen en el mundo y sus consecuencias?
En el contexto deliberativo del diseño inter-
vienen valoraciones intrínsecas y extrínsecas.
Las valoraciones intrínsecas son propiamente
tecnológicas y las valoraciones extrínsecas con-
ciernen a los propósitos humanos incorporados
en los artefactos y en los sistemas tecnológicos.
Las valoraciones intrínsecas están vinculadas
a la eficacia y a la eficiencia de los artefactos y
de los sistemas tecnológicos; a que funcionen
y a que lo hagan con el menor coste posible de
recursos (materiales, económicos, etc.) y de
consecuencias no queridas (matar moscas a ca-
ñonazos es efectivo, pero tiene una multitud de
consecuencias no queridas).
Las valoraciones extrínsecas, por su parte,
están relacionadas con lo que significa que el
artefacto o el sistema tecnológico sea una solu-
ción adecuada a un problema planteado. Esto no
depende solamente de que el artefacto o sistema
sea eficaz y eficiente; por el contrario, depende
de cómo se inserta en el entorno de las personas
y de una sociedad determinada, y de la valora-
ción que hacen los distintos actores sociales (di-
señadores, productores, usuarios, etc.); una va-
loración que es contextualizada, donde cuentan
más los valores relacionados con cómo se quiere
vivir, que los aspectos estrictamente tecnológi-
cos. Esta valoración está fuertemente asociada
a las particularidades de los grupos sociales, así
como a sus identidades prácticas y, por tanto,
a sus fines, intereses y puntos de vista sobre el
mundo. Por ejemplo, un grupo social impulsado
por una fuerte conciencia y compromiso ecológi-
co puede rechazar la instalación de una central
nuclear en su región, a pesar de que esta sea la
opción tecnológicamente más adecuada para
resolver el suministro de energía en esas condi-
ciones socioeconómicas y ambientales.
Deslindados estos dos tipos de valoraciones
en juego, se torna evidente que la solución téc-
nica, relativa a las valoraciones intrínsecas, no
es el único factor que atender cuando se trata
de hacer la evaluación de un artefacto. Pensar
esto sería volver al viejo sueño positivista de la
neutralidad, que supone que es posible deslindar
tajantemente valores epistémicos, como la efica-
cia, la verdad, etc., de valores éticos profundos,
tales como los relacionados con qué vamos a
entender, por ejemplo, por el ideal de un “flore-
cimiento humano”. En efecto, lo meramente in-
trínseco no resuelve las cuestiones extrínsecas
rramientas humanísticas” (https://guia.ai/wp-content/
uploads/2020/05/Caja-de-herramientas-Humanistas.pdf:
30/08/20)
(5) SKEEM, Jennifer L. y LOWENKAMP, Christopher.
vinculadas con cómo queremos vivir. Así, resul-
ta evidente que la tecnología requiere de una re-
flexión filosófica profunda.
III. Tecnología, justicia y discriminación: neutra-
lidad imposible
Queda claro, entonces, que existe mucho para
pensar y reflexionar acerca del diseño de siste-
mas tecnológicos desde la filosofía y que es nece-
sario sumar voces de diferentes disciplinas para
evaluar correctamente las distintas dimensiones
que conviven en la práctica humana de diseñar y
de producir un artefacto, lo que implica un abani-
co de cuestiones valorativas relevantes. Veámos-
lo a partir de un ejemplo concreto que impacta de
forma directa en el ámbito del derecho.
En el año 2013, Eric Loomis fue condenado
por su participación en delitos conexos con un
tiroteo en el Estado norteamericano de Wis-
consin. Lo relevante para nuestra reflexión es
que Loomis fue sometido a una evaluación algo-
rítmica del riesgo de reincidencia, mediante el
Software Compas, desarrollado por la compañía
Northpointe (que, al poco tiempo, pasó a llamar-
se —sugestivamente— Equivant). El algoritmo
estimó un alto riesgo de reincidencia y, en fun-
ción de ello, se le impuso una condena de 6 años
de prisión, más 5 de libertad vigilada. Loomis
impugnó la sentencia, argumentando que no ha-
bía tenido ocasión de conocer el funcionamiento
del algoritmo que, en virtud de que constituye
un secreto comercial, no es público.
El tribunal, la corte de apelaciones y la Corte
Suprema rechazaron su apelación. No obstante,
advirtieron que podía ser complejo para los/las
jueces tomar decisiones a partir de una tecno-
logía cuyo funcionamiento era desconocido. El
caso sentó un precedente relevante en la juris-
prudencia de Estados Unidos.
Ahora bien, cabe señalar que Compas es solo
uno de los numerosos programas que emplean
el aprendizaje automatizado con el propósito de
predecir delitos. De manera genérica se deno-
minan Crime Predicting Software y se ocupan de
recopilar y de analizar datos para arrojar pre-
dicciones de diverso tipo. Dentro de esta indus-
tria, en veloz crecimiento, podemos deslindar
dos grandes vertientes. Por un lado, están los
programas que procuran predecir las tenden-
cias criminales de las personas, como Compas,
y por otro, los que intentan elaborar mapas de
potenciales zonas de tensión urbana, donde las
chances de que ocurra un delito serían estadísti-
camente mayores.
Ahora bien, lo que nos interesa señalar a la
luz del caso considerado, es que los datos de en-
trenamiento en los que se basa esta tecnología
predictiva nunca son valorativamente neutros.
Como en todas las aplicaciones del aprendizaje
automatizado, un “prejuicio” inicial en los datos
de entrenamiento, genera predicciones inexo-
rablemente sesgadas, que tienden a exacerbar
la discriminación de los sujetos y de los grupos
más vulnerables. En efecto, el Software Compas
parece tener prejuicios contra las minorías al
“Risk, Race, & Recidivism: Predictive Bias and Dispara-
te Impact”, Annual Review of Clinical Psychology, Vol. 12,
ps. 489-513, 2016.
(6) Agradecemos a Tobías Schleider por la lectura atenta
Innovación & Derecho
haber etiquetado, de hecho, a las personas afro-
descendientes como posibles delincuentes rein-
cidentes en un número estadísticamente más
alto de casos que las blancas (5).
Tal como señalamos desde nuestro marco
teórico, cuando se decide realizar un diseño de
una cierta forma, los diseñadores son respon-
sables de esa elección. El problema concierne,
entonces, no solo al uso que se haga de esta
tecnología, sino que parece anidar ya en la gé-
nesis misma del diseño en cuestión, esto es, en
los pasos previos consistentes en la delimitación
del problema al que se pretende dar respuesta,
la elección del tipo de algoritmo y en la natu-
raleza de los datos a través de los cuales se lo
entrena. Así, si los datos disponibles recogen
una realidad que ya es sesgada (incluyendo las
sentencias previas en casos similares realizadas
por el sistema judicial americano, que ha sido
sistemáticamente denunciado como racista), al
entrenarse el algoritmo no hará más que repetir
esos mismos prejuicios, consolidándolos en vez
de rectificarlos.
Más arriba nos referimos a que en el contexto
deliberativo del diseño intervienen valoraciones
intrínsecas y extrínsecas. Recordemos que las
valoraciones intrínsecas son propiamente tec-
nológicas y las valoraciones extrínsecas concier-
nen a los propósitos humanos incorporados en
los artefactos y en los sistemas tecnológicos, que
se revelan en toda su desnudez en el ejemplo que
acabamos de considerar.
En efecto, no se trata meramente de que el al-
goritmo de predicción de reincidencia delictiva
pueda hacer predicciones que sobreestimen el
riesgo de reincidencia en un caso particular (en
la mayoría de los casos, miembros de la pobla-
ción afroamericana) y lo subestimen en otros (en
el caso de la población blanca). El problema que
deseamos iluminar desde una reflexión filosófica
es más profundo aún y apuntan al hecho de que
hacer uso de una tecnología que por cómo está
intrínsecamente diseñada reproduce sesgos ra-
cistas de una sociedad, depende de la adopción de
los valores relacionados con cómo se quiere vivir.
Hemos explicitado diferentes problemas y
preguntas que surgen a cada paso del diseño tec-
nológico, e intentamos mostrar que la responsa-
bilidad para que los desarrollos en IA resulten
beneficiosos para la humanidad está repartida
entre todos los actores involucrados: diseña-
dores, desarrolladores, empresarios, juristas,
abogados, jueces, entidades gubernamentales,
académicos y ciudadanos de a pie. Todos estos
problemas están presentes en el diseño, el de-
sarrollo y en el uso de los sistemas de IA, con
preguntas que surgen y se complejizan con cada
avance de las innovaciones tecnológicas que in-
troducen en la vida humana estos sistemas. La
información compartida, la reflexión crítica y la
educación son fundamentales para que todos es-
tos actores ejerzan sus derechos y obligaciones
en el desarrollo de la IA (6).
Cita on line: AR/DOC/327/2021
de una primera versión de este artículo y por sus acertadas
observaciones.
Innovación & Derecho
I. Introducción
En Argentina, existe una desconexión entre el
Poder Judicial y la Ciudadanía debido a las prác-
ticas y lógicas propias que adopta la Justicia y
que generan dificultades en el acceso al servicio.
Por ello, en el Juzgado Penal Contravencio-
nal y de Faltas Nº 13 de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, venimos trabajando hace cinco
años, para implementar los principios de Justi-
cia Abierta en nuestro trabajo diario.
Uno de los principios que adoptamos para
cumplir tal fin, es el de la publicidad del proce-
so penal. Ponemos a disposición de la sociedad
todas las resoluciones del Juzgado en formato
abierto mediante nuestro dataset.
Sin embargo, esto, encuentra un límite en la
necesidad de garantizar el derecho a la intimi-
dad de las partes involucradas.
El presente artículo propone analizar la incor-
poración de una herramienta de “Inteligencia
Artificial” (IA) para anonimizar sentencias y
resoluciones.
II. Inteligencia artificial y derecho en el un nuevo
paradigma de la post privacidad
La inteligencia artificial es la rama de las cien-
cias de la computación que estudia el software y
el hardware, necesarios para simular el compor-
tamiento humano.
Concretamente, es la disciplina científica que
se ocupa de crear programas informáticos que
ejecutan operaciones comparables con las que
realiza la mente humana, como el aprendizaje y
el razonamiento lógico (1).
El concepto de inteligencia artificial se aplica
a los sistemas que manifiestan un comporta-
miento inteligente, pues son capaces de analizar
su entorno y pasar a la acción con el fin de alcan-
zar objetivos específicos (2).
Los pilares básicos de la IA son los algoritmos,
las redes neuronales artificiales y los patrones
de razonamiento similares a los humanos. Un
sistema de IA necesita de una secuencia de ins-
trucciones que especifique las diferentes accio-
nes a ejecutar por el Sistema Informático (3).
Tres características centrales de la IA son:
1. El autoaprendizaje automático.
2. La naturaleza de la “caja negra”.
3. Procesos con resultados rápidos y automá-
ticos (4).
Por otra parte, se asocia también a este tipo
de sistemas con el aprendizaje profundo o deep
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Diccionario de la Real Academia Española, disponible
al 23/11/2020 en https://dle.rae.es/inteligencia.
(2) Comisión Europea. (2018). IA para Europa. Comu-
nicación de la Comisión al Parlamento europeo, al Consejo
Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo
y al Comité de las Regiones. COM (2018) 237 final {SWD
(2018) 137 final} Bruselas, 25.4.2018, p. 1.
Mano a mano
Neurociencias y pobreza
Entrevista a Sebastián Lipina
Director Unidad de Neurobiología Aplicada (UNA, CEMIC-CONICET). PhD, Investigador
CONICET. Profesor UNSAM.
learning el cual está inspirado en el funciona-
miento de redes neuronales de nuestro cere-
bro.
Estos sistemas funcionan mediante la articu-
lación de diversos algoritmos: secuencias de co-
mandos cuyo fin es que una computadora trans-
forme un input en output. Se trata de un código
software que procesa un conjunto limitado de
instrucciones (5).
Harari los define como un conjunto metódi-
co de pasos que pueden emplearse para hacer
cálculos, resolver problemas y alcanzar decisio-
nes. Un algoritmo no es un cálculo concreto, sino
el método que se sigue cuando se hace el cálcu-
lo (6).
Ahora bien, ¿qué relación tiene todo esto con
el derecho?
La IA se constituye como una herramienta
fundamental para los organismos de justicia ya
que brinda la posibilidad de automatizar proce-
sos manuales reduciendo el riesgo de errores
materiales y aumentando la eficacia de los tiem-
pos de trabajo.
Actualmente, existe mucho debate en torno a
si la IA ha llegado para reemplazar a los opera-
dores de justicia.
Sin embargo, la “inteligencia artificial” no es
ni será el medio para la sustitución de los ope-
radores jurídicos, sino solo el instrumento para
auxiliar a los responsables de la impartición de
justicia en aquellos actos mecánicos dentro de
los procedimientos jurisdiccionales donde estos
sistemas puedan usarse de manera predictiva o
como una herramienta que proponga soluciones
a un caso (7).
En nuestro juzgado hace tiempo que pensa-
mos que uno de los desafíos a los cuales debe-
ríamos enfrentarnos a futuro, sería la incorpora-
ción de IA al proceso de trabajo diario.
Estamos convencidos de que, el uso de IA
contribuye al avance de los modelos de gestión
judicial incorporando medidas de seguridad in-
formática adecuadas para la protección de los
datos personales.
A su vez, un juzgado es un epicentro de big
data. La IA suele conectarse con el big data debi-
do a que ambas refieren al análisis y recolección
de gran cantidad de datos con el objeto de hacer
predicciones. El manejo de datos masivos y su
apertura conlleva el cuidadoso trabajo de anoni-
mización de la información sensible.
El anonimato es el derecho por excelencia en
una sociedad inmersa en un paradigma de post
privacidad en el que se utilizan técnicas moder-
nas de tratamiento automatizado de datos. El
individuo titular del dato post privado merece
(3) COTINO HUESO, Lorenzo, “Riesgos e impactos del
Big Data, la inteligencia artificial y la robótica: enfoques, mo-
delos y principios de la respuesta del derecho”. Revista Gene-
ral de Derecho administrativo, 2019, no 50.
(4) Ibídem.
(5) MONASTERIO ASTOBIZA, Aníbal, “Ética algorít-
mica: Implicaciones éticas de una sociedad cada vez más go-
bernada por algoritmos”, Dilemata, Núm. 24 (2017): Ética de
ser anónimo para preservar sus derechos hu-
manos (8).
Entonces, el ideal de Justicia Abierta encuen-
tra un límite en la necesidad de garantizar el
derecho a la intimidad de las partes involucra-
das. Por eso, el Juzgado dedica un importante
esfuerzo en balancear estos dos valores y pro-
mover el acceso a la información pública, sin
menoscabar la privacidad de los individuos.
Apoyados en los lineamientos que otorgan
las Reglas de Heredia, la ley nacional 25.326 y
la disposición 12/2010 del Ministerio de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos, desarrollamos
nuestro propio procedimiento para darle pleno
efecto a ambos ideales: confeccionamos un data-
set (9) en formato abierto que posibilita evaluar y
mejorar los procesos de gestión interna, visua-
lizar el trabajo diario y reutilizar sus datos los
cuales están anonimizados mediante un proceso
de testeo manual.
Ahora bien, esta era una tarea que podía ser
realizada por un programa de IA. En el marco
de las iniciativas de Justicia Abierta y de los
proyectos de colaboración en los que trabaja el
juzgado, desarrollamos junto con la Oficina de
Estadísticas de la Secretaría de Políticas Ins-
titucionales del Consejo de la Magistratura de
CABA una aplicación para la anonimización de
los datos sensibles presentes en las decisiones
judiciales.
III. Anonimizador inteligente: del testeo manual
al uso de IA para la protección de datos sensibles
en el Juzgado PCyF Nº 13
Esta herramienta se creó mediante un algo-
ritmo de inteligencia artificial open source que
fue entrenado para asignar seudónimos a las
variables de identificación directa de los indivi-
duos involucrados en las decisiones judiciales.
El código del algoritmo fue escrito en Python,
empleando un modelo BERT preentrenado y
asistido por expresiones regulares para patro-
nes más simples y específicos del dominio. Asi-
mismo, fue montado dentro de un contenedor
Docker, que permite su migración a cualquier
infraestructura moderna sin ajustes de código.
La aplicación permite:
Identificar y eliminar la información sensible
presente en las decisiones judiciales en forma
automática.
Mitigar los riesgos que presenta el tratamien-
to masivo de los datos de carácter personal, en
cuanto a la posibilidad de cometer errores invo-
luntarios.
Reducir el tiempo de trabajo dedicado al tra-
tamiento masivo de los datos de carácter perso-
nal.
datos, sociedad y ciudadanía, 185-217, p. 186.
(6) HARARI, Yuval Noah, “Homo Deus Breve Historia
del Mañana”, Ed. Debate, 2015, Buenos Aires, p. 100.
(7) CABEZA DE VACA HERNANDEZ, Daniel, “Inteli-
gencia artificial aplicada a la justicia”. Disponible en: Inte-
ligencia artificial aplicada a la justicia (eluniversal.com.mx)
(8) FALIERO, Johana Caterina, “Los desafíos jurídicos
del Big Data. Tensiones de derechos entre la parametriza-
I. Cuáles son las relaciones que las neurocien-
cias han podido establecer entre el sistema ner-
vioso central y la pobreza?
Desde principios del Siglo XX diferentes dis-
ciplinas de la salud y sociales, como la antropo-
logía, la educación, la epidemiología pediátrica,
la psicología del desarrollo y la sociología, han
generado evidencia que indica que vivir en algu-
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
marzo DE 2021 - Nº 01 | 9
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información sobre los contenidos de los do-
cumentos con datos sensibles, ni de los do-
cumentos que al convertirlos se encuentran
anonimizados. Este servidor trabaja sobre
una conexión segura encriptada y se ejecuta
sobre un entorno aislado, imposible de leer
aún para el proveedor de la infraestructura
de hardware, los operadores de Internet o
cualquier otro tercero que pueda acceder al
flujo de bytes.
Sin bien el Programa es libre, gratuito y se en-
cuentra disponible, fue realizado a medida; para
detectar y anonimizar los patrones de redacción
y formato que utilizamos en nuestro Juzgado.
Por la cual, si los documentos a anonimizar no
respetaran las reglas establecidas en el algorit-
mo, no serán reconocidos como un dato a ser
reemplazado.
De todas maneras, la herramienta puede ser
integrada a cualquier sistema o utilizada por
cualquier interesado que así lo desee.
IV. Palabras finales
Es innegable que la inteligencia artificial ha
llegado para quedarse, así como también, es
innegable que dentro del paradigma de la post
privacidad la protección de datos personales es
prioridad en un mundo que avanza hacia el rei-
nado del big data.
Asimismo, las instituciones de justicia deben
garantizar el acceso a sus datos no solo para
cumplir con los ideales que propone la justicia
abierta sino para garantizar la transparencia y
la participación a su principal núcleo de actua-
ción: la ciudadanía.
En esta lógica, los órganos de justicia deben
hacer uso de todas las herramientas tecnoló-
gicas que se encuentren a su alcance generan-
do los caminos que posibiliten la interacción
entre sus procesos tradicionales y las nuevas
propuestas innovadoras que la tecnología
trae.
El equipo de Lorena Tula del Moral es pionero
no solo en la implementación de justicia abierta
como política central de trabajo sino en la bús-
queda de todos los recursos tecnológicos que
posibiliten mejorar el trabajo del tribunal a fin
de garantizar una justicia más eficiente, rápida,
clara y cercana al ciudadano.
Solo mediante la realización de acciones con-
cretas como el desarrollo de esta herramienta es
que realmente podemos decir no solo que cons-
truimos una justicia abierta, sino que realmente
estamos haciendo justicia.
Cita on line: AR/DOC/328/2021
ción analítica, la toma automatizada de decisiones, el target-
ting y el perfilamiento”. Consultado en: #LegalTech II. El
derecho ante la tecnología”, Thomson Reuters, Suplemento
especial, octubre 2019.
(9) https://juzgado13pcyf.webnode.com/datos-abiertos/
(10) https://judiciadisticas.web.app/proyectos/anonimi-
zacion
na condición de privación por pobreza se puede
asociar con efectos negativos en la salud y con la
disminución en los puntajes de diferentes prue-
bas estandarizadas que evalúan el desarrollo mo-
tor, el cognitivo y la adquisición de aprendizajes,
durante al menos las primeras dos décadas de
vida. Hacia fines de la década del noventa, la neu-
rociencia cognitiva agrega a tal evidencia aquella
que indica que vivir en condiciones de pobreza
puede asociarse con cambios en la superficie, el
volumen y el grosor de diferentes regiones cere-
10 | marzo DE 2021 - Nº 01
brales, así como de su activación durante tareas
que demandan procesos de regulación emocional
y cognitiva como por ejemplo la atención, el con-
trol de impulsos, la manipulación de información
durante períodos breves de tiempo para alcanzar
objetivos o resolver problemas, el monitoreo de la
propia conducta para lograr un objetivo, la posi-
bilidad de generar planes para resolver diferen-
tes situaciones cotidianas, así como también el
aprendizaje de la lectura y la aritmética.
II. ¿Hay daños cerebrales irreversibles en con-
textos de altos niveles de pobreza? ¿Cuáles?
No todo niño o niña que vive en condiciones de
pobreza necesariamente tendrá estos impactos
neurales y psicológicos; ni en todos los casos en
que ellos ocurran tales efectos serán necesaria-
mente permanentes. El impacto de la pobreza so-
bre el desarrollo neural, emocional y cognitivo de-
pende de al menos cuatro factores: la susceptibi-
lidad individual a las privaciones, el momento del
desarrollo en que estas ocurren, durante cuánto
tiempo se las padece y su coocurrencia. No todos
los niños comparten estos factores en igual me-
dida, por lo que sus trayectorias de desarrollo y
necesidades de intervención son muy variables.
Por otra parte, las ciencias del desarrollo han ge-
nerado múltiples evidencias que indican que dife-
rentes tipos de intervenciones pueden modificar
tales impactos y trayectorias en distintas medi-
das. Las oportunidades de cambio también de-
penden de esos mismos cuatro factores. En sín-
tesis, lo que las ciencias del desarrollo permiten
afirmar hoy es que cuanta mayor susceptibilidad
al ambiente tiene una persona, mayor exposición
a múltiples privaciones, durante más cantidad de
años desde el inicio de la vida, menores tenderán
Ficción & Derecho
Storytelling para abogados
Francisco Javier Ferrer Arroyo
Magister en Sociología. Abogado. Especialista en Administración de Justicia. Profesor de
Psicología Jurídica (UBA-Derecho). Sociología Jurídica (UP-Derecho). Director del curso de
Neurociencias y Derecho de Fundación INECO.
SUMARIO: I. El secreto de sus formas.— II. Teoría del caso y Storytelling.
El vínculo entre el cine y el derecho es bas-
tante claro, en ambos casos se cuentan historias
que pretenden conmover a la audiencia. En el
caso de los cineastas, será por medio de una tra-
ma que permita a los espectadores identificarse
con el protagonista, y acompañarlo a enfrentar
y vencer los desafíos a los que lo someterá el
guión, en tanto que los abogados, como los do-
cumentalistas, deberán hacer lo mismo, pero
encontrando en los hechos probados de la cau-
sa una historia que resulte convincente para los
decidores.
A partir de estos puntos en común, entre di-
rectores de cine y abogados, no es ilógico que
entre ambas disciplinas se presten herramien-
tas. Las pantallas están abarrotadas de series y
películas donde hay juicios, y las salas de audien-
cias de los tribunales, cada vez cuentan con más
abogados que presentan sus casos de manera
dinámica y convincente.
Para hacer esto último, las técnicas del
storytelling suelen ser de gran ayuda. No son
recetas mágicas, pero cuando se las conoce, no-
tará que la mayoría de las historias que escuchó
y le resultaron atrapantes, fue porque el narra-
dor, de manera intuitiva o consciente, las estaba
empleando.
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) SHAPIRO, Jonathan, “Lawyers, Liars, and the Art of
Storytelling: Using Stories to Advocate, Influence, and Per-
suade”, American Bar Association, Illinois, 2016.
a ser sus oportunidades de cambio en el desarro-
llo neural y psicológico. Es decir que, en ningún
caso, la evidencia permite apoyar la noción de
que hay un período temprano que funciona como
determinante único de la productividad adulta;
o dicho, en otros términos, que la pobreza tem-
prana genera cambios irreversibles a nivel neural
y psicológico para todo el ciclo vital. Una vez su-
perada esta falsa concepción, lo que importa es
contribuir con esfuerzos que permitan identificar
diferentes grupos de niños y niñas con distintas
necesidades, y en concordancia con ello diseñar,
implementar, evaluar y ajustar intervenciones
específicas.
III. ¿Qué trabajos o líneas de acción se pueden
llevar adelante desde las ciencias del compor-
tamiento para afrontar este tipo de problemas?
Desde hace varias décadas diferentes grupos
de investigación del campo de las ciencias del
desarrollo —a las que pertenecen las del com-
portamiento— diseñan, implementan y evalúan
distintos tipos de intervenciones orientadas a
analizar las posibilidades de cambio de dife-
rentes aspectos del funcionamiento neural, de
la conducta y del aprendizaje de niños y niñas
que viven en condiciones de pobreza. Estas in-
tervenciones pueden consistir, por ejemplo, en
actividades de entrenamiento individual de la
regulación emocional y cognitiva, de adapta-
ciones curriculares, de trabajo con familiares y
responsables para conversar sobre pautas de
comunicación que contribuyan con reducir pa-
trones de interacción que aumentan el estrés en
contextos familiares y comunitarios, entre otros.
Los resultados de estos esfuerzos indican que no
todas las intervenciones favorecen a todos los
I. El secreto de sus formas
Existen libros especializados de storytelling
para abogados (1) (2), por lo que lo que veremos
aquí será solo un botón. Para ello, hemos prefe-
rido ir a las fuentes, y bucear en las idas de Jo-
seph Campbell (3), un mitólogo americano que,
hacia mediados del siglo pasado, descubrió que,
en la inmensa mayoría de los mitos, cuentos y le-
yendas de la humanidad, existen elementos que
se repiten, con independencia de la cultura o la
época en que hayan sido escritos.
La razón de este patrón es que resulta efi-
ciente para contar historias, y luego veremos
que lo hallamos desde los relatos de la Odisea de
Homero hasta la saga de Star Wars. Hay ciertas
formas que actúan como llaves maestras que
permiten ingresar en la mente del otro, apagar
su juicio crítico y embarcarlo emocionalmente
en la historia que se le está contando.
La estructura básica son Tres Actos. En el
primer acto se presenta al protagonista en su
vida cotidiana hasta que algo irrumpe para cam-
biarla. El segundo acto, son todos los obstácu-
los que supera el protagonista hasta enfrentar
su gran desafío. El tercer acto es la vuelta a su
cotidianeidad, pero cambiado; ve lo mismo de
(2) MEYER, Phillip, “Storytelling for lawyers”, Oxford
University Press, Oxford, 2014.
(3) CAMPBELL, Joseph, “El héroe de las mil caras”, Mé-
xico, 2014.
niños y niñas, y cuando lo hacen tampoco ocurre
de manera similar. Como el impacto de la pobre-
za sobre el funcionamiento neural y autorregu-
latorio depende al menos de la susceptibilidad
individual a las privaciones, el momento y la du-
ración de las privaciones y su coocurrencia, las
posibilidades de cambio por intervención tam-
bién dependen de incorporar a su diseño la con-
sideración de diferentes factores individuales y
contextuales. Toda esta complejidad aumenta la
necesidad de que investigadores de diferentes
disciplinas diseñen, implementen y evalúen este
tipo de propuestas de manera conjunta —lo cual
representa un gran desafío interdisciplinario
que dista de ser sencillo de generar y mucho me-
nos de resolver—. Por último, estas intervencio-
nes suelen realizarse en contextos controlados
con pocos casos, por lo que su contribución al
diseño de políticas que puedan incorporar tales
conocimientos depende de los condicionantes
del diseño, implementación y evaluación de po-
líticas —las cuales tienen lógicas y condicionan-
tes diferentes a las científicas—.
IV. ¿Qué desafíos trae consigo la educación y el
aprendizaje cuando se aborda el tema desde las
neurociencias?
Existen diferentes tipos de desafíos: con-
ceptuales, metodológicos, epistemológicos, e
incluso ideológico-políticos. Las ciencias de la
educación y los estudios sociales de la infancia
vienen aportando sus perspectivas desde hace
mucho más tiempo que las neurociencias, por lo
que sus consideraciones de los factores involu-
crados en la enseñanza y el aprendizaje de niños
y niñas que viven en pobreza tienden a ser sis-
témicas, relacionales, basadas en la concepción
siempre, pero con otros ojos. Veámoslo con más
detalles y personajes:
Mundo cotidiano: Desde que los seres huma-
nos se cuentan historias ante el fogón, todo re-
lato comienza de manera apacible, con frases
del tipo, había una vez, o, hace mucho tiempo...
Esto se logra empezando a contar la vida coti-
diana del protagonista y sus rutinas. Puede ser
la miserable vida de Harry Potter con los Durs-
ley; la vida plagada de estafas de Ricardo Darín
en Nueve Reinas; o la vida de Nemo con su padre
sobreprotector en el arrecife. El personaje en su
mundo tiene que generar cierta empatía con el
público, ya sea que el público le tenga cierta lás-
tima (p.ej. Joker, apaleado en la calle), lo admi-
ren (p.ej. Aquiles, el mejor guerrero), etc.
Ruptura de la vida cotidiana: Un día ocurre
algo que lleva al personaje a cambiar o a salir de
sus rutinas. Puede ser un hecho inesperado, un
mensaje o algo que lo impulse a modificar, vo-
luntaria o involuntariamente, su vida cotidiana.
En Nemo, es la pérdida del hijo lo que impulsa a
Marlin —su padre— a vencer su miedo al océa-
no y embarcarse en su búsqueda. En Star Wars,
es el mensaje de la Princesa Leia, lo que lleva a
Luke Skywalker a emprender su viaje.
Resistencia: Por lo general, el protagonista
presenta resistencia al cambio; ya sea que se
niegue a salir de su zona de confort (como Bilbo
Bolsón en El Señor de los Anillos), no quiera ha-
cerlo (Clint Eastwood negándose a entrenar a la
chica de Million Dollar Baby) o no se crea con la
fuerza suficiente (Luke Skywalker frustrado en
su entrenamiento con Yoda).
Guía: Suele aparecer un maestro u objeto que
ayudan al protagonista, ya sea para resolver su re-
sistencia o en su camino. No siempre los maestros
son ancianos sabios. Puede ser Meryl Streep en
Thelma y Louis, proponiéndole a la hogareña Thel-
ma vivir dos días en la vida; Brad Pitt en el Club de
la Pelea; o la tortuga Peach en Buscando a Nemo.
Otros personajes: Acompañando al protagonis-
ta, aparecerán diversos personajes estereotípi-
Innovación & Derecho
de diversidades de infancias. Las neurociencias
han iniciado su indagación de tales aspectos solo
recientemente, y en muchos casos reduciendo
procesos complejos al nivel de análisis neural
y en base a una noción de infancia universal. A
ello se suma la gran dificultad de generar cono-
cimientos con base en el uso de tecnologías neu-
rocientíficas en contextos ecológicos que den
cuenta de fenómenos neurales en términos rela-
cionales, comunicacionales; ya que la evidencia
disponible se basa en datos individuales —más
allá de que los estudios consideren grupos de
niños y niñas—. Este tipo de experimentos de
última generación tienen aún menos tiempo de
ensayo y todavía generan múltiples desafíos de
implementación y análisis; pero son los que per-
mitirán que las neurociencias superen la etapa
preliminar más limitada en cuanto a sus poten-
ciales contribuciones al estudio de los procesos
de enseñanza y aprendizaje. En tal contexto, un
desafío importante es la posibilidad de generar
esfuerzos interdisciplinarios genuinos con base
en la consideración de la multiplicidad de expe-
riencias que caracterizan a diferentes poblacio-
nes de niños y niñas y sus diversas trayectorias
de desarrollo y aprendizaje. Si el conocimiento
neurocientífico tiene valor para los procesos de
aprendizaje y enseñanza, lo que se precisa es
generar las condiciones adecuadas de una cons-
trucción interdisciplinaria genuina que cons-
truya conocimiento básico y aplicado sobre su
implementación en el aula, para luego eventual-
mente diseñar, implementar y evaluar acciones
escalables, y finalmente considerar su pertinen-
cia para su incorporación en políticas públicas.
Cita on line: AR/DOC/329/2021
cos que ponen obstáculos, ayudar a superarlos
y/o crean tensiones para hacer interesante la
trama. Estos son:
a) Los “aliados” que apoyan moral y física-
mente al personaje. Dentro de estos podemos
distinguir al Gran Aliado y aliados secundarios.
(p.ej. en Matrix, Trinity es la GA de Neo; Han
Solo de Luke; Peeta de Katniss en Los Juegos del
Hambre; etc.).
b) El “bufón” es otro imprescindible que ac-
túa como válvula de escape emocional del relato,
aunque a veces lo suele representar colateral-
mente algún aliado. (p.ej. en Shrek será el Burro;
en El Señor de los Anillos será el enano Gimli, o el
Maestro Yoda en Star Wars, reuniendo así en un
mismo personaje el de Guía y Bufón).
c) El “camaleón”, suele ser alguien que cambia
sorpresivamente durante la historia. Puede ser
un amigo que traiciona (Judas, es un clásico; o
Edward Norton en la escena final de La Verdad
Desnuda insinuándole a su abogado (Richard
Gere) su culpabilidad). También puede ser un
enemigo que se alía (Meryl Streep en la última
escena de Kramer vs Kramer permitiendo que su
hijo continúe viviendo con el padre; Lord Vader
matando al Emperador antes de morir; o la reina
malvada con la que nos sorprenden en Maléfica).
d) Los “enemigos”: Son el contrapunto nece-
sario que van permitiendo crear tensiones que
capten el interés durante la trama mediante
desafíos que le presentan al protagonista. Como
en los aliados, habrá un Gran Enemigo, y los se-
cundarios. Por ejemplo, en Harry Potter el Gran
Enemigo es Voldemort y los mortífagos los ene-
migos secundarios, o en el Señor de los Anillos es
Sauron, y orcos ocupan el papel secundario.
Obstáculos: En general las historias no suelen
comenzar por el conflicto central, sino que nos
van llevando hacia él. Durante la trama, al salir
de la vida cotidiana, el protagonista irá teniendo
que enfrentar obstáculos. Ello le permitirá al es-
pectador ver cómo el héroe reacciona ante ellos,
y lo que va aprendiendo. Son una suerte de entre-
Innovación & Derecho
namiento que lo prepara para enfrentar el desafío
final de la historia. Por ejemplo, Luke Skywalker
y Harry Potter van aprendiendo a usar sus pode-
res, comenten errores y se frustran, pero tam-
bién aprenden controlarlos. Menos ficticio es el
caso de El Lobo de Wall Street, quien también
debe aprender a manejar sus capacidades de ven-
ta; o Tootsie, donde Dustin Hoffman triunfa como
actor cambiando su género.
El gran obstáculo: Toda la trama suele ser
como una pista de obstáculos para llegar al con-
flicto central que le permitirá al protagonista
alcanzar su meta. En este punto, enfrenta el obs-
táculo más difícil, el Gran Obstáculo. Aquí puede
ocurrir que triunfe, y se producirá en él un cam-
bio, y en los espectadores una sensación de bien-
estar con ese final feliz; o bien, puede fracasar.
Pero a pesar de la derrota, en estos casos, lo que
triunfa es el mensaje que portaba el protagonis-
ta, y la sensación de los espectadores es agridul-
ce pero positiva. Thelma y Louise mueren en su
lucha contra los patrones culturales de su tiem-
po, pero su mensaje queda, lo mismo aplica para
cualquier mártir, desde Gladiador hasta Jesús.
Final: Las historias no suelen terminar con la
victoria o la derrota del protagonista, sino con
un regreso de la cámara al mundo de la vida
cotidiana. Pero veremos que algo ha cambiado.
Nuestro protagonista mira el mismo mundo de
antes de su aventura, pero con distintos ojos.
Por ejemplo, en Buscando a Nemo, Marlin —el
padre— aprende a confiar en su hijo y darle li-
bertad, y Nemo aprende a ser menos rebelde. Fi-
nalmente, en los casos en los que el protagonista
fracasa, los que ven el mundo con otros ojos son
los demás personajes de la historia.
Pero en todos los casos, el guionista lo que ha
hecho es encontrar una historia que, siguiendo
alguna idea moral fuerte, le permita ir llevando
a sus protagonistas de una forma de estar en el
mundo a otra, y el vivir toda esa metamorfosis
es lo que engancha a los espectadores para ir si-
guiendo la historia como cuando vemos la caída
secuencial de las piezas de un dominó.
II. Teoría del caso y Storytelling
Como dijimos al comienzo, en los juicios el
abogado está condicionado como un documen-
talista a narrar su historia a partir de hechos
reales y probados. Pero eso no impide que se
apliquen los pasos y personajes del storytelling.
Las diez preguntas
Entrevista a Armando S.
Andruet (h.)
I. ¿A qué figura actual del derecho admirás o
respetás de manera singular y por qué?
Al iusfilósofo Miguel A. Ciuro Caldani (Rosa-
rio, 1942). A lo extenso de su carrera académica
ha demostrado la coherencia del pensamiento
con la acción, como también capacidad de ade-
cuación sin renunciamientos esenciales. Hombre
de diálogo constante, que desde sus criterios
de máxima razonabilidad ha podido establecer
diálogos fluidos con corrientes iusfilosóficas di-
ferentes a la propia. Es hombre de la cultura y
no solo del derecho, y ello lo coloca en un sitial
superior a otros iusfilósofos contemporáneos,
que ignorando la tradición jurídica occidental
estiman ser de vanguardia.
II. ¿Qué persona histórica del derecho te parece
especial para destacar y por qué?
Atenas fue cuna de la civilización occidental
y tuvo un impulso central en el siglo VI a.c. con
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
A continuación, les dejamos algunas ideas y re-
comendaciones de cómo hacerlo y qué evitar.
- Paso 1. Encontrar el corazón moral del caso.
Como siempre repite Martín Sabelli, todo
juicio es un dilema moral, y eso es algo que hay
que tenerlo muy presente, porque es el nervio
profundo de toda la teoría del caso y de nuestra
historia. A partir de allí es que todo lo que con-
temos tendrá una coherencia interna y nos per-
mitirá no perdernos. Un trabajo muy útil para
descubrirlo es tratar de escribirlo en no más de
doce palabras. Por ejemplo, en el caso de un jubi-
lado estafado o asaltado, el corazón moral sería
“el aprovechamiento del débil”.
- Paso 2. Generar identificación con el prota-
gonista.
A le gente solo le preocupará la suerte de los de-
más si está identificada con ellos. Por ello es que, en
la construcción del mundo cotidiano con el que co-
mencemos a narrar nuestro caso, hay que exponer
las debilidades del protagonista (o sus fortalezas).
Está mal decirlo, pero, la lástima, es el recurso em-
pático más usado por los seres humanos, aunque
hay que tener cuidado de no poner demasiado de
este condimento para no generar reactancia. El
protagonista debe ser algo débil, como para poder
tener algún grado de resistencia, no absolutamente
débil. Maneje las dosis, por favor.
- Paso 3. Buenos y malos.
Aunque parezca infantil, las buenas historias
siempre tienen héroes y villanos. En los juicios,
los malos, no solo deben ser incumplidores de
la ley que dañan a la víctima. Deben quedar
expuestos como personas que, al lesionar a la
víctima, lesionan los valores que todos compar-
timos. En tanto que los buenos tampoco deben
ser ángeles, sino personas reales, con virtudes,
pero también con algunos defectos, pues será
esta combinatoria la que provoque la empatía
con quienes escuchan el caso.
- Paso 4. El neuromito de los 15 minutos de
atención.
Olvídese de eso de que la atención solo pue-
de sostenerse 15 minutos. Es un neuromito sin
contrastación empírica. La atención puede du-
rar mucho más que eso, si no, no existiría el cine
ni los partidos de fútbol. Lo que ocurre es que
las leyes que dictara Solón en el 594 a.c. Él, de-
bería ser apreciado como maestro de juristas,
políticos, legisladores y buenos ciudadanos.
Sin embargo, es una figura poco explorada.
Basta conocer el juicio que de él hace Plutarco,
Heródoto o el mismo Aristóteles. Bien se ha di-
cho, que “no fue un revolucionario, sino un re-
formador: sólo que sus reformas se inspiraban
en una concepción revolucionaria”. Recuerdo
solo tres normas: i) No se podía garantizar un
préstamo con la libertad personal; ii) Se podía
reclamar siempre que se hubiera generado un
perjuicio; iii) Libre acceso del pueblo a los tri-
bunales.
III. ¿Qué le falta a las/os profesionales del Dere-
cho hoy para desempeñar mejor su actividad y
que lo puedan adquirir a partir de los aportes de
otras disciplinas?
Saber un poco más de otras ciencias y no
solo de la jurídica. Es decir que los profesiona-
les del derecho se han convertido en auténticos
epistemólogos de la ciencia del derecho, con
olvido, que el derecho es una ciencia práctica y
cuando algo no nos atrapa en los primeros minu-
tos o se hace monótono, ahí es donde la atención
se dispersará, y se focalizará en otras fuentes de
información externas o internas.
El storytelling nos ayuda a plantear el caso de
manera de ir introduciendo cambios y persona-
jes en la narración que lo harán atrapante, o al
menos más interesan que simplemente exponer
hechos. La ruptura del mundo cotidiano suele
ser el primer anzuelo, pero asegúrese de intro-
ducir la resistencia, algún personaje camaleóni-
co, contar como superó y fracasó el cliente ante
pequeños obstáculos, y deje preparado al tribu-
nal o jurado para que sean ellos quienes decidan
la suerte de su historia, el final.
Si bien la atención sostenida puede durar, tra-
te de no superar los 25 minutos, pues a diferen-
cia de una película, usted no tiene efectos espe-
ciales ni estrellas de Hollywood para mantener
una hora y media de atención.
Paso 5. Muéstrelo, no lo diga.
Algunos abogados tienden a iniciar sus alega-
tos diciéndole al jurado que les contarán un caso
“macabro”, “espantoso”. Eso a veces funciona,
pero muchas veces, nuestros grandes titulares
catástrofe se convierten en un boomerang mor-
tal, por dos razones: la primera es que arruinan
el efecto sorpresa, y la segunda, es que tal vez
el relato no cubra las expectativas macabras del
público. Para evitar esto, lo mejor es contar la
historia y que el jurado llegue a la conclusión de
haber escuchado un caso terrible. No se lo diga
usted, muéstreselos.
- Paso 6. Ud., no es el protagonista.
En los documentales, el director suele presen-
tar el tema e ir teniendo algunas participaciones
durante la trama y al final. Es una pieza clave,
pero la estrella debe ser la historia, no él. Lo mis-
mo aplica para el abogado. Debe transmitir credi-
bilidad por medio de su profesionalidad, y desde
ese personaje contar la historia. Recuerde que es
un cuento lo que narra, no un stand up, aunque
asumir el rol de bufón, cuando no se busca un ex-
cesivo protagonismo, también puede ayudar.
- Paso 7. El poder de las palabras.
No solo las historias tienen poder, las palabras
también. Nunca olvido el caso de una abogada
que ella se integra con un conjunto de saberes
diversos que hacen convergencia en este. Al fin
de cuentas, han olvidado que las leyes son ins-
trumentos jurídicos con los cuales se resuelven
problemas morales y estos, están atravesados
permanentemente por componentes emocio-
nales, psicológicos, sociales y trascendentes.
Además de los históricos, filosóficos, políticos
y naturales.
IV. ¿De no ser abogado a qué te hubieses dedi-
cado?
Posiblemente hubiera culminado mi carrera
de filosofía y haberme dedicado completamen-
te a la actividad académica. Acción esta última,
que luego de casi cuarenta años ejerciendo la ju-
dicatura en las posiciones más estimadas de ella,
habiendo alcanzado el estado jubilatorio previs-
to, he retomado con todo entusiasmo y mayor
dedicación tal campo.
V. ¿Cuál es el mayor desafío que enfrentas per-
sonalmente como profesional del derecho hoy?
Mi única vinculación no académica con el de-
recho, es la de presidir el Tribunal de Ética Ju-
dicial del Poder Judicial de Córdoba y allí visua-
lizo, que aun para una magistratura madura y
formada como es la de la provincia de Córdoba,
los temas éticos en general, especialmente aque-
llos que se refieren a comportamientos impro-
marzo DE 2021 - Nº 01 | 11
defensora que el día de su alegato final dijo “No
pido la libertad..., pido justicia”. La letrada y su
cliente querían la libertad, pero ella sabía que,
en el campo de la persuasión, para ir hacia la de-
recha, a veces se debe tomar hacia la izquierda.
Esto algo que explica la psicología inversa, pero
eso ya es cosa de otro artículo.
Lo dicho en este escrito de divulgación del
storytelling para abogados no es más que un acer-
camiento a la técnica. No son reglas fijas ni fórmu-
la mágicas —aunque las encontrará en la mayo-
ría de las películas que le hayan gustado—, son
simples líneas guías que permiten comprender la
importancia de:
a) Encontrar el dilema moral del caso;
b) Contar la historia en tres actos;
Primer acto: Presentar el mundo cotidiano de
nuestro personaje y sus debilidades, y algo que lo
rompe.
Segundo acto: Los obstáculos que recorre el
protagonista con los demás personajes.
Tercer acto: El enfrentamiento con el desafío
final, ante el cual triunfa o perece; y una suerte
de secuela, que expone el impacto que ello ha te-
nido en su identidad y/o en su comunidad.
Como hemos sugerido antes, en un juicio, a
diferencia de un guión de cine, los abogados
van con la historia a medio terminar a los
tribunales. Llevan a conocimiento del jurado
un caso con protagonistas a los que les han
ocurrido cosas que impiden que se arribe a
un final feliz de la historia. Por ende, siguien-
do esta lógica del storytelling mezclado con el
derecho, lo que se busca ante los tribunales es
este final feliz que en términos legales se llama
Justicia.
Para practicar con el armado de historias
pueden consultar un Google forms que hemos
armado para esta tarea. Allí brindan guías y
como ejercicio puede intentar completarlo
a partir de su caso o de alguna película que
haya visto y tenga ganas de analizar desde el
storytelling https://forms.gle/kmLqWarmqD-
hXGYqAA.
Cita on line: AR/DOC/330/2021
pios de los jueces, deben ser profundizados en
su análisis. Advierto, que el ideal de los jueces
todavía no ha sido alcanzado.
VI. ¿Qué es aquello que “no tiene que cambiar”
en el Derecho?
No puede perderse de vista en ocasión alguna
que la idea de derecho está vinculada en todo
momento con resolver problemas o evitar que
ellos se produzcan, para lo cual, la perspectiva
de la equidad, justicia y razonabilidad deberán
ser siempre estrellas polares en tal realización.
Junto a dicho realizar del derecho, existen prin-
cipios que no se podrán despreciar por los jue-
ces (independencia, imparcialidad, integridad)
ni por los abogados (competencia, secreto pro-
fesional y honestidad).
VII. ¿Qué aspecto, habilidad o conocimien-
to “clásico” crees que sería innovador aun hoy
para el Derecho y que no se observa muy a me-
nudo?
Sin duda que la retórica (aristotélica-cice-
roniana), sigue siendo un eje central dentro de
la práctica judicial y ella ha sido naturalmente
abandonada, toda vez, que la formación profe-
sional del abogado/juez hoy, es de tendencia
normativista antes que académicamente plural
o interdisciplinaria. La argumentación jurídi-
ca, no reemplaza la retórica, sino que en todo
12 | marzo DE 2021 - Nº 01 Innovación & Derecho

caso —en el mejor— se debería integrar a ella;
lo cual solo sería exitoso cuando existe una for-
mación interdisciplinar para emplazar premisas
no normativas en el discurso. Sin ello, no hay en
el derecho metanormatividad alguna.
VIII. ¿Qué consideras que hacen muy bien en ge-
neral hoy la/os profesionales del derecho en los
distintos ámbitos donde actúan?
No estoy seguro de que abogados/jueces ha-
gan algo “muy bien”. En realidad, bastaría con
que lo hagan bien; y ello a veces falla. En térmi-
nos generales son buenos conocedores del siste-
ma normativo y, por lo tanto, son poseedores de
la tabla para flotar en los procelosos mares de
la vida judicial, ello está asegurado. Sin embar-
go, el estándar no es la altura del zócalo sino del
marco de la puerta. Dicha “tabla normativa” no
asegura que todo lo que flota por ella, sea verda-
deramente lo justo y de ello, no siempre existe
una auténtica preocupación.
IX. ¿Cuáles son los principales cambios que ex-
perimentará el ámbito del derecho en los próxi-
mos cinco años?
Naturalmente que estarán situados en los avan-
ces tecnológicos que instrumentarán una nueva
forma de hacer valer los derechos y de alcanzar
sus resultados. No dudo que ellos harán de un
sistema de justicia, más eficiente y eficaz. Quizá
también, con una menor injusticia epistémica,
pero posiblemente con bastante menos equidad.
El desafío como siempre ha sido en esta materia,
asegurar los derechos de los ciudadanos por igual,
para ello es valioso contar con instrumentos —tec-
nológicos o no— pero especialmente con buenos
hombres que digan el derecho de cada uno.
X. ¿Qué consejo “innovador” le darías a quienes
se dediquen al derecho en los próximos años?
No creo poder dar un consejo, solo una
recomendación. Saber que las nuevas tecno-
logías habrán de transformar el modo de ha-
cer valer los derechos y por ello, harán más
eficiente la litigación en todos los ámbitos:
inteligencia artificial, prueba científica, se-
cuenciación de comportamientos, neurobio-
logía judicial. Todo ello habrá de deslumbrar
y los jueces estarán proclives de quedar en-
candilados; frente a dicho riesgo vale recor-
dar, que los asuntos judiciales son en su ma-
yoría, problemas morales que se resuelven
con instrumentos (técnicos y normativos)
jurídicos.
Cita on line: AR/DOC/331/2021

Comité consultivo
Hugo A. Acciarri Luz González Gadea Walter Sosa Escudero
Director del Programa de Derecho, Doctora en Neurociencias de la Doctor en Economía (University of Illinois
Economía y Comportamiento, UNS, Bahía Universidad Nacional de Córdoba, at Urbana-Champaign). Profesor Plenario y
Blanca. profesora a cargo del seminario Director del Departamento de Economía de
“Neurociencias y Derecho” y miembro del la Universidad de San Andrés. Investigador
laboratorio en Neurociencias, ambos de principal del Conicet. Miembro Titular
la Univ. Torcuato Di Tella. de la Academia Nacional de Ciencias
Económicas.

Armando Andruet (h.) Andrés Hatum

Miembro de la Academia Nacional de Doctor en Management and Organization,
Gonzalo Sozzo
Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba University of Warwick (Inglaterra). Profesor Profesor de Derecho Privado de la
y de la Academia Argentina de Ética en de Management & Organization, Univ. Universidad Nacional del Litoral. Director
Medicina. Torcuato Di Tella e IAE. del Instituto de Estudios Avanzados del
Litoral.

Juan G. Corvalán Agustín Ibáñez

Doctor en Ciencias Jurídicas (USAL). Silvia Stang
Director del Centro de Neurociencias
Director del Laboratorio de Innovación e Cognitivas de la Universidad de San Licenciada en Periodismo, a cargo de la
Inteligencia Artificial y del Programa de Andrés, Investigador de Conicet y Senior sección dominical “Economía y Negocios”
Actualización en Inteligencia Artificial y Atlantic Fellow del Global Brain Health del Diario La Nación. Primer premio Adepa
Derecho, Facultad de Derecho, UBA. Institute UCSF. en las categorías Judicial (2010 y 2019),
Economía (2014, 2017 y 2019) y Solidaridad
Social (2016 y 2018).
Graciela Frigerio
Eleonora Lamm
Doctora en Ciencias de la Educación
(Universidad de Paris V). Presidenta Doctora en Derecho y Bioética. Pamela Tolosa
de la Fundación Centro de Estudios Subdirectora de Derechos Humanos de la
Suprema Corte Abogada. Magíster en Economía. Decana
Multidisciplinarios (CEM). Directora del del Departamento de Derecho de la
Doctorado en Educación de la UNER. de Mendoza.
Universidad Nacional del Sur (UNS).
Investigadora del Programa de Derecho,
Joaquín Navajas Economía y Comportamiento de la UNS.
Melina Furman
Doctora en Educación por Columbia Director del Laboratorio de Neurociencia
de la Universidad Torcuato Di Tella
University. Profesora Asociada de la Escuela Teresa Torralva
de Educación de la Universidad de San (UTDT). Profesor e investigador en
la Escuela de Negocios de UTDT e Doctora en Neurociencias. Directora e
Andrés e Investigadora del Conicet.
investigador de Conicet. Doctor de Investigadora de Fundación INECO.
Neurociencia de la Universidad de
Leicester (Reino Unido) y Licenciado
Diego Golombek en Física por la Universidad de Buenos
Aires.
Doctor en Ciencias Biológicas (UBA),
Profesor Titular (UNQ), Investigador
Superior (Conicet), Director Ejecutivo Daniel Pastor Sandra M. Wierzba
del Instituto Nacional de Educación Doctora en Derecho (UBA). Profesora
Tecnológica (INET), Premio Konex de Doctor en Derecho UBA. Catedrático de
Titular de Derecho Civil e Investigadora de
Platino 2017: Divulgación científica. Premio Derecho Penal UBA. Codirector del Instituto
la Facultad de Derecho de la Universidad
Kalinga/Unesco 2015 (máxima distinción de Neurociencias y Derecho INECO.
de Buenos Aires.
mundial en divulgación científica). Secretario de investigación UBA. Director
del Laboratorio de Innovación e Inteligencia
Artificial UBA.

Galo Soler Illia

Doctor en Química (Universidad de
Buenos Aires). Director del Instituto de
Nanosistemas (Universidad Nacional
de San Martín). Investigador del
Conicet. Premio Konex de Platino 2013
(Nanotecnología).

PROPIEDAD DE LA LEY S.A.E. e I. - Administración, Comercialización y Redacción: Tucumán 1471 (CP 1050 AAC) Teléfono: 0810-266-4444 - Bs. As., Rep. Arg.
Impreso en La Ley, Rivadavia 130, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.