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audiencia.

En este último caso podrá diferir la redacción de su fundamentación hasta


el día siguiente.

Comentario.
El precepto regula el trámite del recurso de reposición y las condiciones de
admisibilidad en la interposición del mismo, según el resolutorio atacado sea escrito u oral.
En el primer caso –resolución por escrito- el recurso deberá ser interpuesto también
por escrito, debidamente fundado y dentro de los tres días de notificado el decisorio que se
cuestiona. En caso de que el medio impugnativo se ubique en el curso de una audiencia
(oral), deberá ser introducido y fundado en el mismo acto.
El segundo párrafo alude al trámite a seguir por parte del tribunal, el que deberá
correrle vista al eventual contradictor, quien para evacuarlo contará con igual plazo de tres
días en el trámite escrito, mientras que en la instancia oral deberá cumplir con la carga
procesal acto seguido de la interposición recursiva.
Sustanciado el trámite, el órgano jurisdiccional en el primer caso dictará resolución
dentro de los tres días, mientras que en el marco de una audiencia deberá hacerlo en la
misma sin solución de continuidad, pudiendo postergar la redacción de su fundamentación
hasta el día siguiente. Esta última disposición indica que el resolutorio que resuelve el
recurso de reposición debe asumir forma de auto.

TITULO III
Apelación

Consideraciones Generales.
El recurso de apelación es el más clásico y difundido de los medios de
impugnación y tiene por objeto obtener una revisión, por parte de un tribunal superior,
respecto de aquellas resoluciones dictadas por un órgano jurisdiccional de menor grado
que le generaron algún tipo de agravio al recurrente.
Respecto a la necesidad de esta vía revisora se ha justificado su existencia “…en la
necesidad del debido contralor, en las posibilidades derivadas de un nuevo y más atento
examen de las cuestiones decididas y, sobre todo, en la corrección de errores por parte de
un cuerpo colegiado, por lo general compuesto por magistrados de mayor jerarquía dentro
de las particularidades de la carrera judicial”1203.
En orden a las particularidades y naturaleza de este medio impugnativo se ha
señalado que “el recurso de apelación… constituye el más utilizado de los recursos
ordinarios que comportan un doble grado de conocimiento judicial. Es el medio idóneo
tendiente a obtener que un tribunal jerárquicamente superior (generalmente colegiado)
revoque o modifique una resolución judicial que se estima errónea para el impugnante. Ese
afirmado error pudo haber recaído en la apreciación de los hechos, de la prueba o en la
interpretación o aplicación del derecho al caso resuelto. La actividad recursoria concedida
a la parte tiene sustento en la falibilidad del juzgador, connatural con nuestra condición
humana. Se trata de una herramienta procesal que busca el “reacertamiento” (en la

1203
VAZQUEZ ROSSI, “Derecho procesal…” cit., T II, pág. 481.
827
terminología del siempre recordado Humberto Briseño Sierra) de una decisión judicial que
se reputa equivocada por el impugnante”1204.
La composición del órgano jurisdiccional encargado de sustanciar y decidir este
recurso resulta plural, como en la mayoría de los ordenamientos, procurando mediante
dicha integración disminuir el margen de error humano merced a la participación de varios
jueces encargados del re examen. En tal sentido la doctrina destaca que “…una de las
notas distintivas del recurso de apelación es el desdoblamiento entre el tribunal de la
admisibilidad (que queda a cargo del propio juez que dictó la resolución) del órgano
jurisdiccional en donde se hace valer la fundabilidad. Este tribunal “de alzada” está
previsto -en casi todas las legislaciones procesales- como un órgano de composición
colegiado (la colegiación dispersa el riesgo de un nuevo error judicial)…(lo cual)
disminuye -teóricamente- el margen de equivocación y se garantiza mediante la
imposición de requisitos más severos -de orden intelectual, de edad y experiencia para
integrar ese órgano judicial y, fundamentalmente, por la mayor probabilidad de llegar a
una certeza judicial más ajustada producto de la deliberación que supone la existencia de
un cuerpo colegiado”1205.

Desde otra posición autores que consideran que el remedio más apropiado para
atacar una sentencia emergente de un debate oral resulta el recurso de casación, terminan
admitiendo el de apelación cuando el fallo provenga de un órgano jurisdiccional
unipersonal, tal como lo admite el nuevo ordenamiento santafesino. En tal sentido indican
que “Existe, empero, un límite, que coloca el sistema de la ‘instancia fáctica única’ en
extrema tensión. Se trata de la autorización para que el tribunal del debate y del fallo esté
representado por un sólo juez, es decir, integrado unipersonalmente. Ejemplos universales
demuestran que el caso resulta, en ocasiones, intolerable, y, por ello, se admite para él la
apelación ante un tribunal superior, integrado colegiadamente, aún a riesgo de subvertir el
sistema, incluso desde su propia racionalidad interna, ya que los casos más graves, que
juzgan colegios sentenciadores con un número de jueces elevado, no admiten el recurso de
apelación, sino, tan sólo, el de casación, mientras que los más leves, juzgados por un
tribunal unipersonal… permiten la apelación. Ello demuestra que el verdadero problema
no reside en la existencia o inexistencia del recurso de apelación… sino, antes bien, en la
integración plural del tribunal (¡cuantos más miembros, menor posibilidad de error!)”1206.
En el esquema de corte inquisitivo que caracterizaba al anterior ordenamiento la
apelación revestía suma importancia siendo el medio de impugnación por excelencia, lo
cual no ocurría en los denominados sistemas mixtos -previstos en el resto de los distritos
provinciales- en el que la instancia única prevista para el plenario desdibujaba la instancia
de apelación la que sólo perduraba para autos instructorios, mientras que existía una
impugnación limitada vía casación. Lo mismo sucedía en los esquemas acusatorios, como
el de Provincia de Buenos Aires, en los que la sentencia de los tribunales orales admitía la
misma y única vía de ataque. Sin embargo, todo cambio a partir del leading case Casal1207
en el que la Corte amplió el ámbito de conocimiento de la instancia casatoria, adecuando
de ese modo el ordenamiento interno a la doble instancia establecida por los tratados
internaciones.

1204
BENABENTOS, O. A.: ob. cit.
1205
Ídem.
1206
MAIER, J.: “Derecho Procesal Penal”cit., T.I., ed. 1995, pág. 802.
1207
CSJN, C. 1757. XL. Casal, Matías Eugenio y otro s/ robo simple en grado de tentativa, causa N°
1681. Véase in extenso en el comentario al art. 8. y art. 47.
828
Lo señalado precedentemente evidentemente influyó en el diseño organizacional
del nuevo ordenamiento, abandonándose la primigenia estructura contenida en el proyecto
del año 1992 que sólo preveía contra la sentencia emitida por los tribunales orales un
recurso casatorio el que ahora aparece insuficiente para abastecer el estándar internacional
de la doble instancia, conforme al nuevo orden recursivo emergente del fallo
precedentemente señalado. De este modo la instancia de apelación conserva el viejo sitial
que desde antaño poseyera.
No puede ocultarse que la cuestión ha permitido además resolver algunos
problemas operativos vinculados a la necesidad del mantenimiento de las cámaras de
apelaciones.
Como razón manifiesta se ha apelado al alcance del fallo Casal y a las exigencias
constitucionales de la garantía constitucional, en tanto a fuerza de ser sinceros sólo la
apelación ordinaria permite cumplir debidamente con la exigencia de doble instancia que
estamos analizando. Ese entendimiento amplio ponía en crisis todos los sistemas que
autorizaban exclusivamente la casación o los recursos constitucionales por resultar lesivos,
en el punto, a los tratados internacionales ya relacionados.
Antes de “Casal” la cuestión estaba así planteada y adquiría especial relevancia
cuando se asociaba el problema al movimiento latinoamericano encaminado al
establecimiento de juicios penales orales, los que tradicionalmente se realizaban ante un
tribunal colegiado de instancia única, los que dictan sentencias contra las que se admiten
sólo recursos de casación o constitucionales que ortodoxamente autorizaban a formular
exclusivamente agravios referidos a las cuestiones de derecho (común y/o constitucional)
pero impedían atacar la valoración de la prueba, es decir las cuestiones de hecho.
Como bien lo señaló Superti, se había llegado incluso a justificar la limitación
recursiva en los casos de juicios orales por la pluralidad de magistrados que intervenían
en el órgano colegiado, argumentando que, para condenar a un acusado, en el caso de
juicio escrito con apelación ordinaria ante una cámara de tres miembros bastaba que dos
de ellos votaran por revocar una absolución dictada por el juez de primera instancia y que
similar cantidad de votos concordantes se necesitaba para ello en el supuesto que
interviniera un tribunal de instancia única integrado con igual número de jueces. Así
sucedió como regla en Argentina, a partir de que comenzaran a incorporase los juicios
penales orales, siendo la primera provincia en adoptarlo la de Córdoba hacia mediados del
siglo pasado.
La idea era que el riesgo de los errores judiciales en la valoración de la prueba y la
correspondiente fijación de hechos, siempre latente por la propia falibilidad humana, se
neutralizaba por la pluralidad de jueces, desechándose por esa razón el recurso amplio de
apelación ordinaria, el que quedó previsto solamente para los juicios penales escritos
fallados por un juez unipersonal, sin perjuicio de la excepción prevista en algunos
ordenamientos que establecieron el juicio oral de instancia única ante un solo juez en los
supuestos de delitos menores, es decir que correspondan a la denominada competencia
correccional (por ejemplo en el sistema procesal nacional de Argentina).
Para los sistemas orales de “instancia única” solo se admitieron recursos de tipo
casatorio que permitían impugnar exclusivamente cuestiones de derecho (tanto procesal
como de fondo y constitucional, según los casos) en aras a garantizar los derechos
fundamentales, la regularidad del juicio y la mayor igualdad posible en la interpretación de
la ley.
Como se ha dicho, en una primera interpretación la Corte Suprema de Justicia de
Argentina (caso Jauregui del año 1998), entendió que la exigencia del Pacto referida a la
doble instancia se satisfacía debidamente ofreciendo al impugnante un recurso tan limitado
829
como lo es el extraordinario federal, acotado a los temas constitucionales, en lo que resulta
ser, en definitiva, una casación acotada a la aplicación de la ley suprema.
Otra posición entendió que con ese recurso tan limitado no se cumplía con la
Convención y que para ello era necesario un recurso de casación, que como se reseñó
precedentemente se limitara al control de cuestiones jurídicas, tanto de derecho procesal
como de derecho de fondo e incluso constitucional. Este fue el criterio que en una segunda
etapa adoptó la Corte nacional (causa Giroldi de 1995), cambiando su tesis inicial, y que
sería concordante con el de la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
porque entendía que, en la medida que la casación no se someta a excesos formales,
permitía controlar no sólo los temas de derecho sino también la razonabilidad de la
sentencia en la valoración de la prueba, el respeto al derecho de defensa y la legalidad del
juicio.
El problema es que ambas posturas terminaban por considerar que el Pacto se
cumplía con un recurso que, con mayor o menor amplitud, se limitara a las cuestiones de
derecho y, salvo los casos de arbitrariedad, reconocía en el tribunal del juicio una suerte de
exclusividad para juzgar los hechos.
Maier advirtió siempre sobre la necesidad de un doble conforme, en tanto la
falibilidad humana y la posibilidad de los errores judiciales, no se evitaba si el tribunal de
alzada solo podía resolver agravios de naturaleza exclusivamente jurídica sin que pudieran
incluirse por el impugnante críticas referidas a la valoración probatoria y la fijación de los
hechos, especialmente cuando es verificable que justamente allí pueden concretarse las
más graves equivocaciones del juzgador y que se refieren a decisiones que tiene que ver
directamente con el estado de inocencia del acusado.
Como se ha dicho, todo cambio a partir del leading case Casal en el que la Corte
amplió el ámbito de conocimiento de la instancia casatoria, superando las posiciones
relacionadas y deduciendo que Convención consagra una mayor exigencia en cuanto a la
amplitud del alcance impugnativo y que por ello sólo ven satisfecha la garantía del Pacto
con un recurso que permita sin limitación alguna los agravios sobre cuestiones de hechos
y derecho del fallo, a la manera de la apelación ordinaria.
Daría la impresión que atendiendo a la razón del derecho a recurrir (enervar errores
judiciales tanto en la interpretación de las normas como en la valoración de la prueba), la
adecuación normativa de los pactos internacionales supone garantizar verdadera doble
instancia, donde el tribunal de alzada tenga competencia para revisar los temas de hecho y
de derecho. Excluir los agravios referidos a la fijación de hechos es marginar del control a
las cuestiones donde con mayor frecuencia y gravedad puede operar la “falibilidad
humana” del juzgador, ubicándose en ese ámbito la máxima expresión de la equivocación
en una sentencia que es condenar a un inocente, aunque el fallo sea arbitrario.
Sin embargo, un nuevo interrogante se plantea: ¿cómo hará la Cámara de
Apelaciones para revisar con tamaña amplitud fallos y resoluciones dictadas en un proceso
oral? Téngase en cuenta que, en principio, la alzada no tiene acceso a la producción de
gran parte de la prueba (fundamentalmente la realizada oralmente y que se “agota” en la
audiencia como los relatos de testigos y peritos) y por ende le resultaría imposible analizar
como fue valorada.
He aquí otro problema, que se origina en la necesidad de verificar si juicio oral y
recurso amplio son compatibles. La cuestión es relevante si se advierte que junto al
derecho al recurso la oralidad (y con ello la inmediación, concentración e identidad física
del juzgador) es también una exigencia constitucional.

830
Una posibilidad sería imponer la grabación o filmación de las audiencias. Esto que
parece una excentricidad ya se encuentra previsto en el art. 395 del CPPN para causas
complejas y está vigente en otros países.
Al respecto, refiere Javier De Luca1208 que en Chile, desde la entrada en vigencia
del nuevo procedimiento penal, cuando termina una audiencia oral a las partes se les
entrega un disco compacto con la grabación de toda la audiencia oral y así todos ellos
pueden buscar en segundos las partes del juicio que les interesa con un simple programa
previsto al efecto. Y es que el estado no puede condicionar la revisión integral del fallo a la
no afectación del principio de inmediación y simultáneamente no exigir la registración de
todo aquello que permitiría la revisión integral del fallo. De esa manera el agraviado podrá
fundamentar ante el tribunal de la apelación sus críticas referidas a los aspectos probatorios
que se vinculan a esos relatos en base a la exhibición de esas registraciones, de la misma
manera que en el sistema escrito se utilizan las constancias de las actas pertinentes.
Lo contrario sería una forma velada de incumplir su compromiso de garantizar la
doble instancia al acusado. El código que se comenta prevé en su art. 143 que se filmará la
audiencia del debate si se hubiese negado a la defensa la integración pluripersonal del
tribunal de juicio, ante su pedido formulado en la audiencia preliminar, mas la posibilidad
debería extenderse a todos los casos pues, de otro modo, ningún juez ad quem podrá
cumplir con su tarea.
Cuando la impugnación se fundamente en pruebas que no se agotaron en la
audiencia, como la documental y los objetos (aunque se hayan ingresado por lectura y
exhibición) no existe inconveniente en que sean los propios elementos los que se utilicen
en la vía recursiva y que el tribunal de alzada podrá observar directamente.
De este modo, la previsión de un recurso amplio compatibiliza con la organización
de tribunales de juicio unipersonales ya que ello relativiza la exigencia de que tratándose
de jueces técnicos el órgano jurisdiccional de primera instancia sea colegiado, porque la
“pluralidad” de integrantes prevista para neutralizar errores se ve sustituida por el recurso
amplio que incluye cuestiones de hecho y derecho. Por ello, ha dicho Superti, la variante
de juicio oral de doble instancia con juez técnico unipersonal, a más de adecuarse a las
exigencias de la Convención tiene connotaciones económicas (que en nuestra región no
pueden ser consideradas como menores) dado que con cada actual tribunal colegiado se
pueden organizar tres juzgados, con la reducción de costos que ello significa, a más que se
simplifica necesariamente el trámite en la medida que sólo se requiere la presencia de un
juez durante el desarrollo del debate.

También postula esta solución al caso de juicio por jurados, permitiendo la revisión
de la valoración de la prueba que éste hubiere realizado además de las cuestiones de
derecho y procedimentales.
Finalmente, cabe admitir la crítica de Ivaldi Artacho y Ríos1209, en orden a que con
una nueva organización judicial, las actuales Cámaras de Apelación –o sus Salas- debían
repensarse, al igual que el resto de tribunales, como tribunales impersonales que se
integra para el caso según el criterio de distribución de trabajo a implementar, rotando
periódicamente en esta función, como ocurre con las demás competencias funcionales (de
la IPP, Juicio, Ejecución Penal, art. 42), con los jueces-personas que integran el pool de
magistrados de la jurisdicción que corresponda. Esto debía hacerse integrando el tribunal

1208
DE LUCA, JAVIER A: “Recurso de Casación Amplio”, publicado en Revista de Derecho Penal
y Procesal Penal de Lexis Nexis, febrero de 2006, pág. 283, cita a pié de página nº 8).
1209
Aristas e interrogantes sobre la reforma (más acerca del nuevo CPP de Santa Fe), artículo citado.
831
de apelación con aquellos jueces del colectivo que reunieran los recaudos que exige la
Constitución Provincial (art. 85) y sin afectar los estipendios.
Sostienen los autores que una de las ventajas de los modernos sistemas de
megadespachos es, justamente, que contribuyen a aplanar la tradicional estructura
piramidal del Poder Judicial. De este modo, abandonando el diseño y funcionamiento
feudal y toda actividad administrativa, los tribunales se fusionan y son apoyados por un
soporte de administrativo común y especializado, lo que se traduce en un tipo de gestión
más eficiente, flexible y menos costosa, ya que los servicios y ciertas funciones comunes
no se repiten en cada tribunal 1210.
La previsión de la ancestral Cámara de Apelación como tribunal de “segunda”
instancia y “superior” de los jueces de “inferior” grado tuvo su origen en los sistemas
autoritarios y con procedimientos escritos de la inquisición medieval, en los que el aparato
judicial se estructuraba de un modo vertical y corporativo1211. Esta organización, que
implementó un régimen de vigilancia de la cúpula jerárquica sobre la integridad de las
decisiones del inferior, según la Corte, “no tiene nada en común” con el sistema
norteamericano (horizontal, acusatorio, necesariamente oral y por ende público, con
jurados) que siguieron Alberdi y los constituyentes de 18531212 .
Como ya hemos dicho, la existencia de un tribunal que pueda revisar las decisiones
de otro se justifica, no por razones de control jerárquico –lo que implicaría ignorar la
“independencia” inherente de cada juez-, sino frente a la garantía que exige permitir al
acusado una segunda oportunidad de defenderse integralmente frente a ciertas decisiones
de envergadura que le son desfavorables.
Como acertadamente señalan Ivaldi Artacho y Ríos, en toda organización jerarquía
(verticalidad) e independencia (horizontalidad) son reglas que rivalizan, y mucho han
conspirado contra la autonomía de criterio y actuación de los magistrados de grado los
diseños judiciales argentinos a través de sus tribunales superiores, estructurados
inflexiblemente con jueces o grupos de jueces que los integran de un modo permanente
(cámaras de apelaciones, casación, etc.)1213. Juan Vargas ha desarrollado estas ideas

1210
Una variante que tampoco convence sería, manteniendo la integración hermética de este
tribunal, organizar sus salas impersonalmente, con abandono de su actual composición rígida de jueces por
Sala, e integrar a estas para cada apelación, queja, etc,. con un sistema de distribución de trabajo propio; así
los miembros de la Cámara rotarían sólo dentro de la misma.
1211
Enseña Binder que “...el recurso de apelación estuvo ligado al Derecho Romano tardío, en que
se consolidaron las estructuras imperiales y la jurisdicción comenzó a ser concebida como un poder
delegado del emperador, quien podía recuperarlo a través de una cadena sucesiva de funcionarios. De este
modo, se fortalecía no tanto ya la idea de control de las partes sobre el fallo, sino la idea de control del
Estado sobre la labor de sus jueces. Este esquema de control es retomado por el Derecho Canónico –y, en
general, por el Derecho Continental Europeo en lo que se llamó la “recepción del Derecho Romano”- y se
instala en los procesos inquisitivos en los que, en su versión canónica original, el juez también era un
“delegado” del Papa; en la versión secular, adoptada por los Estados monárquicos, el juez era un delegado
del rey absoluto”; “Introducción al Derecho Procesal Penal”, p. 268, Ad-Hoc, 1993.
1212
CSJN, en "Casal, Matías Eugenio y otro s/ robo simple en grado de tentativa”, 20/9/05; véase
sus consids. 9º y ss. del voto mayoritario (Petracchi, Maqueda, Zaffaroni y Lorenzetti) al criticar en paralelo
a la tradicional Casación europea.
1213
Retomando a Julio Maier, el mismo observa cómo en estos tipos de estructuras el juez
unipersonal “... resulta ser el eslabón más débil, controlado por el camarista y, en definitiva, por el
magistrado de la corte de casación, cúspide del sistema . Tal tipo de organización ha provocado no pocas
interpretaciones irregulares de las reglas de procedimiento, a la vez de constituirse en uno de los principales
motivos de la falta de independencia de los jueces frente a la misma organización del Poder Judicial, esto es,
frente a otros colegas de mayor jerarquía que les imponen sus criterios para proceder, absolver o condenar,
incluso mediantes mecanismos jurídicos operativos “ como los fallos plenarios obligatorios, “Derecho
Procesal Penal.....”, cit. sup., p. 513.
832
expresando que la excesiva jerarquización de los poderes judiciales latinoamericanos
afecta la independencia judicial: “el rol de los superiores en muchos países de la región
excede con mucho el de una segunda opinión jurídica en los casos de que conoce el
sistema. Por vía del control jurisdiccional, pero también por sus facultades sobre la carrera
judicial de los inferiores y sus potestades administrativas, las cúpulas de los Poderes
Judiciales ejercen el poder de moldear la conducta de todos los funcionarios judiciales,
premiando de diversos modos a quienes se someten a la cultura imperante y castigando a
quienes se apartan de ella”1214.
En cualquier caso y aún en un sistema de integración de mediante el llamado “pool
de magistrados”, como proponen Ivaldi Artacho y Ríos, debe señalarse que el derecho al
recurso demanda la existencia como órgano jurisdiccional del recurso sea un “juez o
tribunal superior” al que dictó el decisorio atacado quien, además, deberá ofrecer
suficientes garantías de imparcialidad.

Ya hemos fijado posición en orden a la cuestión de la “independencia interna” de


los magistrados y la adecuada función de los llamados tribunales “superiores” pero nos
permitimos destacar ahora que además para cumplir debidamente con el derecho a recurrir
debe asegurarse que en esa instancia revisora funcionen todos los mecanismos que tutelan
la neutralidad del juzgador (recusaciones y excusaciones) y, fundamentalmente, que no
existan actuaciones funcionales previas que hayan afectado su imparcialidad objetiva, por
haber conocido el caso y emitido opinión respecto de él.
Esto sucedía, por ejemplo, en el sistema procesal derogado donde los mismos
jueces que integraban la cámara de apelaciones que resuelve los recursos contra el auto de
procesamiento (donde se consigna un juicio de responsabilidad del sospechoso) eran los
mismos que luego debían intervenir en la apelación de la sentencia definitiva. Del mismo
modo, los supuestos donde intervenían en la segunda instancia del fallo final quienes
habían resuelto recursos promovidos contra decisiones interlocutorias relevantes de la
causa, como las vinculadas a las medidas cautelares o a la admisión o rechazo de pruebas.
Idéntica situación se planteaba con quién habiendo participado en la investigación luego
intervenía en la etapa de juzgamiento. Así el caso del juez de instrucción que luego actuaba
como juez unipersonal de sentencia, el instructor que luego integraba un tribunal colegiado
en el juicio referido a la misma causa e incluso el caso de quiénes habiendo intervenido
como alzada en etapas de investigación y juzgamiento respecto a cuestiones
interlocutorias, luego lo hacían (o pretenden hacerlo) en relación a la sentencia definitiva
de primera instancia.
El tema, harto conocido para Santa Fe, se convirtió –especialmente a partir de
“Llerena” y de “Dieser-Fratichelli”, en una de las razones institucionales que sacudió y
motivó la necesidad de reforma tantas veces postergada y criticada, desencadenando el
diseño del plan estratégico que culminó con la ordenanza procesal que comentamos. Las
decisiones de la Corte nacional en el punto (Llerena, Dieser-Fratichelli) no hicieron más
que poner en evidencian lo que muy pocos denunciamos hace años y que,
afortunadamente, generó recientemente, y casi mágicamente, el consenso sobre un nuevo
modelo.
Aún cuando el nuevo código no lo habilita, no está demás recordar que con o sin
sistema de rotación de jueces habrá que verificar en cada caso si de las resoluciones
previas dictadas por quienes han intervenido como tribunal de apelación surgen posiciones

1214
VARGAS, JUAN E.: “¿Jueces poco éticos o sistemas judiciales mal diseñados?”, en Realidad
Judicial de La Ley, 31/12/03.
833
respecto a las que deberían volver a expedirse en la apelación contra la sentencia de
primera instancia. Así lo establece además el art. 405 C.P.P.
La regulación de este recurso no ha quedado exenta de críticas. Los autores del
proyecto encargado por el Colegio de Abogados de Rosario, Víctor Corvalán y Néstor
Vico Gimena, han objetado el mantenimiento de esta instancia y alcance recursiva,
sosteniendo que implica un retroceso histórico y que es de la esencia del juicio oral que la
instancia de juzgamiento sea única. Por ello, en el proyecto comentado proponen la
supresión de las cámaras de apelaciones y reivindican la creación de la Cámara de
Casación Penal para salvaguardar las cuestiones constitucionales del juicio penal, como las
garantías del debido proceso aunque diseñado como recuso amplio para la procedencia a
los efectos de que la cámara agote la revisión de todo lo revisable del fallo impugnado, en
un intento por compatibilizar dicho diseño con las exigencias de “Casal”.
En realidad, la objeción histórica es relativa. También la “casación” no puede eludir
los reparos que derivan de un origen vinculado a una estructura judicial verticalizada y
disciplinada propia de la tradición francesa que, en lo sustancial, poco tiene que ver con un
diseño que consagra el control difuso de constitucionalidad. Y ello no puede desvincularse
de un origen histórico donde prácticamente no había desarrollo de derecho constitucional
sino, antes de bien, de derecho administrativo. Tanto en Francia como en Italia no había
control de constitucionalidad difuso, no había –en expresión extremista- estado
constitucional sino estado legal de derecho, basado en una fuerte presunción de
racionalidad y legalidad de las decisiones políticas (del legislador). Por ello en una
estructura verticalizada la casación –tal como se la concebía- se convertía en un recurso
propio de un sistema corporativo que fijara desde arriba el sentido de los fallos.

Aunque no venga a cuento, convengamos que la hiperactividad en la producción


legislativa penal y procesal penal y los resultados de esa productividad, permiten aseverar
probablemente una presunción diametralmente opuesta a la mencionada; de otra, el control
difuso de constitucionalidad y la horizontalidad de la estructura judicial derivada del
diseño constitucional son reparos considerables al recurso de casación. El poder judicial
argentino no debería reconocer jerarquías sino competencias.

Capítulo I
Procedencia

Artículo 394 - Procedencia.- Este recurso sólo podrá deducirse:


1) en los casos especialmente previstos por la ley;
2) contra resoluciones que causen un gravamen irreparable;
3) contra las sentencias definitivas;
4) contra los autos que resolvieran sobre la acción, la pena o una medida de
seguridad;
5) contra los autos que rechacen el acuerdo previsto para los procedimientos
abreviados o la suspensión del procedimiento a prueba.-
Este recurso también podrá ser deducido por el imputado cuando concurra
alguno de los supuestos que autorice el recurso de revisión.-

Comentario.

834
El precepto hace alusión a la impugnabilidad objetiva del recurso de apelación, es
decir a que resoluciones pueden ser puestas en crisis a través de dicha instancia.
La utilización de vocablo “sólo” permite afirmar que la regla de la taxatividad
también rige plenamente en esta especie impugnativa, la que procederá en los siguientes
casos:
Inc. 1) “en los casos especialmente previstos por la ley”: Las disposiciones que
literalmente señalan la apelabilidad de un resolutorio son las siguientes: a) Resolución de
excepciones: art.35; b) todo lo relativo a medidas coercitivas impuestas al imputado:
art.226; c) Extensión del procedimiento (art.346); d) Desestimación o Incompetencia de la
denuncia de hábeas corpus (art.376); e) Acogimiento o rechazo de la denuncia de hábeas
corpus (art.379); f) Resolución de incidentes en la etapa ejecutiva de la pena (art.433).

Inc. 2) “Contra resoluciones que causen un gravamen irreparable”: El vocablo


resoluciones1215, por descarte con el siguiente inciso, hace alusión a los autos y decretos o
providencias, las que para resultar apelables deben causar un gravamen1216 de difícil o nula
reparación futura. Tal aspecto deberá ser apreciado en cada caso en particular, bastando
decir que para ponderar dicha característica debe efectuarse una prognosis consistente en
determinar si la resolución cuestionada va a poder ser conjurada más adelante mediante
otro tipo de recurso, renovación de actos, etc. Si la conclusión es positiva no habrá la
mentada irreparabilidad, si es negativa el recurso -cumplidos los restantes requisitos-
resultará procedente.
Al respecto se ha dicho que “…aunque ‘el concepto, de gravamen irreparable no se
presta a una definición genérica y debe por lo tanto verificarse su concurrencia en cada
caso concreto, puede decirse que aquél se presenta, fundamentalmente, cuando no existe
otra oportunidad procesalmente útil para reparar el perjuicio que irroga la resolución’ (…)
El perjuicio, puede ser tanto procesal como sustancial.”1217

Inc. 3) “Contra las sentencias definitivas”: son las que ponen fin al proceso:
condena, absolución o sobreseimiento, éste último cuando es emitido por el Tribunal de
Juicio, ya que en caso contrario el mismo queda encuadrado en el siguiente inciso.
Tales pronunciamientos ocurren luego de sustanciada la totalidad del trámite
común o abreviado, aunque ello puede no ocurrir en el caso del sobreseimiento, el que
puede dictarse en cualquier grado e instancia procesal (art.306, última parte).
La firmeza de tales pronunciamientos -pasan en autoridad de cosa juzgada- genera
consecuencias constitucionales, tornándose operativo el principio del non bis in ídem, que
hace improcedente la reapertura de la investigación por los mismos hechos, contra la
misma persona y existiendo además identidad de causa.
Cabe destacar una vez más que la regla precedentemente expuesta juega siempre a
favor del imputado, ya que su condena siempre revelará una cosa juzgada relativa, por
cuanto puede ser objeto de revisión (art.409 y sigs.).
A propósito del supuesto normativo de procedencia del recurso de apelación, bajo
análisis, se ha señalado que “…por sentencia definitiva ‘corresponde entender a aquella
que, una vez agotado el debate, se pronuncia sobre el fondo del asunto (penal o civil o

1215
Ver comentario y notas al art. 137 en cuanto a su conceptualización.
1216
El vocablo no se refiere a impuestos o tributos, sino a cualquier tipo de cargas o afectaciones
personales o patrimoniales.
1217
BERTOLINO, “Código…”. cit., pág. 610, citando a PALACIO: “Los recursos…” cit., pág. 589)
835
ambos) y, con prescindencia de su contenido (condena, absolución o imposición de una
medida de seguridad), goza de eventual aptitud para adquirir eficacia de cosa juzgada’”1218

Inc. 4) “Contra los autos que resolvieran sobre la acción, la pena o una medida de
seguridad”: Estos supuestos abarcan las hipótesis en que se dispone el sobreseimiento por
extinción de la acción penal antes del juicio, es decir en el transcurso de la investigación
penal preparatoria o durante el procedimiento intermedio (arts. 303 y 306); o cuando luego
de un pronunciamiento de similar tenor y declarado inimputable el sometido a proceso se
le impone al mismo una medida de seguridad. También abarca todo aquello relacionado a
la sanción punitiva que le fuera impuesta al condenado y a la ejecución de la misma:
diferimiento en su ejecución (art.422), libertad condicional (art.423), cómputo de pena
(art.424), etc.

Inc. 5) “Contra los autos que rechacen el acuerdo previsto para los procedimientos
abreviados o la suspensión del procedimiento a prueba”: Este último inciso expresamente
establece dos supuestos de apelabilidad, incluyendo los casos de rechazo de acuerdos en
casos de probation y también la relativa a los pronunciamientos mediante los cuales se
rechace los acuerdos entre las partes respecto a la abreviación del procedimiento (art.339 y
sigs.).
En tal sentido cabe recordar que dicha instancia puede sustanciarse ante dos
órganos jurisdiccionales diferentes: en una primera etapa se presenta el acuerdo al juez de
la IPP para su admisión, disponiéndose la misma cuando se entienden cumplidos los
requisitos legales mediante simple decreto, mientras que cuando resulta desestimatorio
debe revestir forma de auto y éste es el pronunciamiento al que alude el quinto inciso bajo
comentario y que resulta apelable. Ello es así, a partir de la interpretación efectuada al
art.341 -se recomienda la parte final del comentario efectuado a dicha norma- ya que en el
segundo segmento del trámite el Tribunal de Juicio se limitará a acatar el acuerdo,
pudiendo sólo variar el mismo en beneficio del imputado, disminuyendo la pena o
directamente absolviéndolo, supuesto éste último apelable, no por el presente inciso, sino
por lo dispuesto en el inciso tercero.

El párrafo final del artículo prevé también el recurso de apelación para todos
aquellos supuestos contemplados para el de revisión1219. Claro está que ello puede ocurrir
mientras la sentencia no haya adquirido firmeza, ya que luego de ello sólo procedería
aquella vía impugnativa excepcional.

Crítica favorable de prestigiosa doctrina merece la ampliación de los supuestos


apelables. En tal sentido, aunque refiriéndose a otro tipo de recurso -el de Casación- Maier

1218
BERTOLINO, “Código…”. cit., pág. 628, citando a PALACIO: “Los recursos…” cit., pág. 80.
1219
Revisión: Artículo 409 - Procedencia.- El recurso de revisión procederá en todo tiempo y en
favor del condenado, contra la sentencia firme: 1) cuando los hechos establecidos como fundamento de la
condena fueran inconciliables con los fijados por otra sentencia penal irrevocable; 2) cuando la sentencia
impugnada se hubiera fundado en prueba documental o testifical, cuya falsedad hubiese sido declarada en
fallo posterior irrevocable; 3) cuando la sentencia condenatoria hubiese sido pronunciada a consecuencia de
prevaricato, cohecho, violencia o maquinación fraudulenta, cuya existencia hubiera sido declarada en fallo
posterior irrevocable o establecido en proceso, aunque no hubiese podido llegarse a dicho fallo por haber
mediado una causal extintiva o que imposibilitó proseguir el ejercicio de la acción; 4) cuando después de la
condena sobrevinieran nuevos hechos o elementos de prueba que, solos o unidos a los ya examinados en el
proceso, hicieran evidente que el hecho delictuoso no existió, que el condenado no lo cometió, o no se dieron
las circunstancias agravantes típicas que el Tribunal tuvo en cuenta al pronunciar aquélla.-
836
señala que “…estimo que agregar al recurso… los motivos que habilitan el recurso de
revisión, autorizado en forma atemporal contra la sentencia de condena, no sólo es
legítimo, sino, además, político-criminalmente conveniente, pues no hay necesidad de
esperar a que la sentencia quede firme para intentar su modificación o revocación por
motivos graves que la inhabilitan desde el punto de vista principal de la reconstrucción
fáctica. De tal manera, si el imputado puede demostrar que los hechos fijados son
inconciliables con otra sentencia penal, o que la sentencia se funda en testimonios o
documentos falsos, o que ella ha sido pronunciada mediando prevaricato o cohecho, o, en
fin, que ha sobrevenido un nuevo hecho o se conocen nuevos elementos de prueba que
tornan evidente el error de la decisión, puede aspirar a que la sentencia proveniente del
juicio público originario no obtenga la conformidad del tribunal de casación, y, por ende,
provoque un nuevo juicio”1220.

Autos que rechacen la suspensión del juicio a prueba: este supuesto debe
concordarse con lo dispuesto en el art.24, surgiendo del modo como se encuentra
estructurado el instituto -la solicitud la introduce el Fiscal que contara con el acuerdo del
imputado- en el que la apelación, ante el rechazo del acuerdo, generalmente será
introducida por la Defensa, aunque nada impide que sea el propio Fiscal quien recurra el
resolutorio, todo conforme a lo dispuesto en el art.85 y el último inciso del art.396.

Artículo 395 - Condición de admisibilidad.- Cuando el recurso atacara un


defecto del procedimiento, se requerirá como condición de admisibilidad que el
recurrente haya reclamado oportunamente su subsanación o hubiera hecho protesta
de recurrir en apelación, salvo en los casos de defectos absolutos motivantes de
invalidación.-

Comentario.
Se impone como requisito de admisibilidad para los casos en que la apelación
versara sobre violación o inobservancias procedimentales que el recurrente haya cumplido
algunos de los siguientes extremos:
1º) Protesta oportuna: el recurrente debe haber formulado la misma “mientras se
cumple el acto o inmediatamente después de cumplido cuando hubiese estado presente en
él, y antes de dictarse la decisión a impugnar cuando no hubiere estado presente. Si por las
circunstancias del caso, fue imposible advertir oportunamente el defecto, el interesado
deberá formular la protesta inmediatamente después de conocerlo. La protesta implicará el
reclamo de subsanación y deberá describir el defecto individualizando el acto viciado o el
requisito omitido proponiendo la solución que correspondiera” (art.247).
2º) Reserva de apelación: la misma puede ser introducida por escrito en los
trámites que se registren de ese modo o verbalmente, cuando se suscitan en el transcurso
de una audiencia oral, debiendo dejarse debida constancia en acta.
La parte final de la norma exime al recurrente del cumplimiento de tales recaudos,
cuando se invocaren inobservancias procedimentales emergentes de “defectos absolutos
motivantes de invalidación”, lo cual se compadece con lo establecido en el art.248, a cuyo
comentario nos remitimos.1221

1220
MAIER, J.: “Derecho Procesal Penal” cit., T.I., ed. 1995, pág. 722.
1221
Artículo 248 - Defectos absolutos.- Aunque pueda formularse, no será necesaria la protesta
previa y podrán ser invalidados aún de oficio, en cualquier estado y grado de la causa, los defectos
837
Artículo 396 - Recursos del Ministerio Público Fiscal.- El Fiscal podrá
impugnar:
1) los sobreseimientos;
2) las sentencias absolutorias;
3) las sentencias condenatorias;
4) los autos mencionados en el artículo precedente.-

Comentario.
Ya hemos aludido a la duda y cuestionamientos que en función de la exigencia de
unilateralidad recursiva derivadas de los pactos internacionales plantea la regulación de
facultades recursivas para el actor penal. También las argumentaciones vertidas en su
favor.
La previsión de la ordenanza procesal es clara y reconoce amplia facultad recursiva
al fiscal y al querellante.
La norma regula los límites objetivos de las impugnaciones que puede interponer el
acusador público, quedando incluidos tanto los pronunciamientos que puedan dictarse
concluido el trámite -absolución o condena- como los sobreseimientos dictados en
cualquier etapa y las resoluciones dictadas con forma de auto, contempladas en el último
inciso del art.394. Del contenido de la norma bajo examen merecen destacarse dos
cuestiones:
La primera de ellas se refiere a la posibilidad de que el Ministerio Público Fiscal
pueda recurrir aún a favor del imputado, lo cual demuestra nuevamente, más allá del rol
asignado a tal órgano, que el mismo debe actuar conforme a un criterio objetivo (art.85),
teniendo además a su cargo el control de la legalidad del proceso.
El otro tema que originó polémicas y comentarios encontrados (si bien dentro de un
esquema diferente y en el que la vía recursiva contra las sentencias emitidas por los
tribunales orales resulta la casatoria y no la de apelación), resultó el de la posibilidad
concedida al Ministerio Público Fiscal de recurrir la sentencia absolutoria y si dicha
facultad está obligatoriamente impuesta por los tratados internacionales que consagran el
derecho al recurso.

Artículo 397 - Legitimación del imputado.- El imputado podrá impugnar:


1) la sentencia condenatoria;
2) la sentencia de sobreseimiento o absolutoria que imponga una medida de
seguridad;
3) los autos que apliquen medidas cautelares, o que denieguen la extinción o
suspensión de la pena, la suspensión del juicio a prueba o el procedimiento
abreviado.-

Comentario.

concernientes a la intervención, asistencia y representación del imputado en los casos y formas que la ley
establece o los que implicaran inobservancia de derechos y garantías previstos por la Constitución Nacional,
por los Tratados Internacionales con idéntica jerarquía y por la Constitución Provincial.- En estos casos el
imputado podrá impugnar, aunque tuviera responsabilidad en la provocación del defecto.-
838
El artículo determina los límites objetivos de las impugnaciones que puede
introducir el imputado, de modo personal o a través de su defensor. Los supuestos de
apelación contemplados merecen el siguiente análisis:
Inc. 1) “La sentencia condenatoria”: Parece una obviedad que el imputado pueda
siempre apelar la condena, sin embargo ello no siempre ocurrirá de ese modo, puesto que
la pena impuesta fruto de un acuerdo en el procedimiento abreviado no podrá ser
recurrida en virtud de la base consensual que motivó la misma. Para el caso que fuera
alegado un vicio de la voluntad u otra cuestión análoga la vía recursiva idónea será la de la
revisión, conforme a la tipificación contenida en el art.409 del presente ordenamiento.

Inc. 2) “La sentencia de sobreseimiento o absolutoria que imponga una medida de


seguridad”: el precepto concuerda con lo normado en el primer artículo del Código del que
surge que el debido proceso, en toda su desarrollo y etapas, rige tanto para quien sea
sancionado con una pena como a quien se le imponga una medida de seguridad, pudiendo
controvertirse en la instancia recursiva la necesidad e intensidad de la medida de seguridad
aplicada, dado el interés directo inherente a todo recurso válido.

Inc. 3) “Los autos que apliquen medidas cautelares, o que denieguen la extinción o
suspensión de la pena, la suspensión del juicio a prueba o el procedimiento abreviado”:
los supuestos apelables citados en la norma presentan, en relación a normas que
expresamente establecen la vía recursiva, la siguiente concordancia:
a) Imposición de medidas cautelares: art.226.
b) Denegatoria de suspensión o extinción de la pena: art.35 cuando la instancia se
introdujera vía excepción.
c) Denegatoria de la suspensión del juicio a prueba o del procedimiento abreviado:
art.394 inc. 5º.

Capítulo II
Procedimiento

Artículo 398 - Interposición.- El recurso de apelación se interpondrá ante el


Tribunal que dictó la resolución, debidamente fundado, por escrito y con firma de
letrado, dentro del plazo de diez (10) días si se trata de una sentencia, de tres (3) días
si se trata de la aplicación de una medida cautelar, y de cinco (5) días en los demás
casos.-
En esta oportunidad se citarán concretamente los errores de juicio en que se
considere que se ha incurrido, las disposiciones legales que se consideren violadas o
erróneamente aplicadas, y se expresará cual es la aplicación que se pretende,
debiendo indicarse separadamente cada motivo con sus fundamentos. El impugnante
podrá requerir la producción de prueba cuando se alegare algún hecho nuevo que
pueda tener incidencia para la resolución de la causa o cuando no se hubiere
practicado la prueba ofrecida por el solicitante por motivos ajenos a su voluntad.-

Comentario.
Los requisitos de interposición del recurso de apelación pueden ser agrupados del
siguiente modo:

839
a) espaciales: el recurso debe ser interpuesto ante el mismo órgano jurisdiccional
que dictó la resolución que se impugna;
b) temporales: el plazo de interposición será de diez días para la impugnación de
una sentencia derivada de un juicio común o abreviado, de tres días cuando se trata de la
aplicación de una medida cautelar -o de la agravación de la que ya había sido impuesta- y
de cinco días en los restantes casos en que resulte procedente la apelación. Dichos
términos siempre se contabilizarán a partir del día hábil siguiente a la última notificación
(art.152);
c) formales: el escrito de apelación debe ser presentado por escrito y con firma de
letrado;
d) sustanciales: refiere a la motivación y consistencia de la apelación, la que debe
estar debidamente fundada. Para el caso deberán indicarse con precisión los errores de
mérito que se verifican en el resolutorio cuestionado, las disposiciones legales
erróneamente citadas o no aplicadas, precisándose cual es la aplicación que se pretende y
deberán señalarse particularizadamente cada agravio invocado con su respectivo
fundamento.
El debido cumplimiento de este recaudo resulta muy importante para la parte que
introdujo el recurso ya que de las postulaciones de las partes derivará el ámbito
cognoscitivo del Tribunal de Alzada, el que quedará limitado en su competencia “en
cuanto a los puntos de la resolución a que se refieren los agravios” (art.404),
exceptuándose lo señalado cuando pudiere mejorar la situación del imputado, tal como
expresamente lo consagra el segundo párrafo de la norma de anterior mención.

La última parte de la norma bajo estudio establece de modo excepcional los dos
supuestos que habilitan la producción de prueba en la instancia de Alzada:
a) hecho nuevo: cuando se alegue algún hecho acontecido luego de la emisión de la
resolución impugnada o conocido con posterioridad y que pueda tener relevancia para la
resolución a dictarse en dicha instancia. Al respecto se ha señalado que “El hecho es nuevo
cuando aconteció o recién pudo conocerse con posterioridad a la clausura del período
probatorio de la primera instancia”1222;
b ) cuando la prueba ofrecida oportunamente no pudo ser producida por razones
ajenas a la voluntad de la parte recurrente o de quien representaba a la misma, tratándose
“…de elementos probatorios destinados a confirmar o destruir hechos introducidos en la
causa, pero cuyas pruebas no fueron producidas en primera instancia por inconvenientes
no imputables a quien ahora pretende probar”1223.

Artículo 399 - Remisión. Constitución del Tribunal.- Cumplidos los plazos


anteriores, de inmediato se remitirán los autos al Tribunal de apelación, debiendo las
partes fijar domicilio y el modo de recibir comunicaciones.-
Si el número de jueces lo permitiere, se integrará el Tribunal por sorteo o
sistema similar que se llevará a cabo ante la Oficina de Gestión Judicial y según
reglamentación a dictar. La integración será notificada a las partes y a los designados
a los efectos de las recusaciones o excusaciones a las que hubiere lugar.-

Comentario.

1222
CLARIÁ OLMEDO, “Derecho procesal penal” cit., T. III, ed. Lerner, pág. 283.
1223
Ídem, págs. 283/284.
840
Se determina en esta norma todo lo relacionado a la remisión de las actuaciones al
Tribunal de Alzada y la constitución del mismo. La primera condición prevista para que
proceda la remisión, resulta la del cumplimiento de los plazos de interposición del recurso
contemplados en el artículo anterior. Es decir que si la impugnación fue presentada
extemporáneamente el Tribunal que dictó la resolución recurrida y receptor del escrito de
apelación deberá verificar el cumplimiento del recaudo temporal pudiendo no conceder el
recurso en caso de considerar que el mismo no se introdujo en término. En tal caso el
interponente sólo contará con la queja directa ante la instancia de Alzada, conforme lo
establecido en el art.390.
Superado dicho test el tribunal receptor deberá remitir las actuaciones al de
apelación, cabiéndole a las partes la constitución de domicilio dentro del radio urbano de la
ciudad donde se asiente el órgano jurisdiccional de alzada, en caso de que coincida con el
del remitente. En caso de que no se cumplimentara con la constitución operará la
notificación ficta ante la Oficina de Gestión Judicial, conforme lo establecido en el art.148.

La última parte del primer párrafo de la norma bajo comentario establece que
también las partes deberán indicar el modo como van a recibir las comunicaciones que
efectúe el Tribunal, con lo cual la legislación procesal se aggiorna y se introduce de lleno
en la tecnología electrónica y digital, lo cual resulta compatible con las últimas
recomendaciones en materia de gestión administrativa que pregonan la mayor
“despapelización” posible en el trámite.

En lo que se refiere a la integración del órgano jurisdiccional que va a intervenir en


las instancia de apelación la norma establece que cuando el número de jueces lo permita -
ello ocurrirá especialmente en Rosario y Santa Fe- se procederá a su conformación, previo
sorteo o sistema análogo a realizar ante la Oficina de Gestión Judicial y de acuerdo a lo
que establezca la reglamentación a dictar.
Ocurrido lo expuesto precedentemente la mencionada Oficina procederá a notificar
a las partes y a los magistrados designados, a los efectos de que se sustancien los pedidos
de separación que pudieren presentarse. El trámite es análogo al dispuesto para el juicio
común, regulado en el primer párrafo del art.307.

Artículo 400 - Inadmisibilidad y rechazo.- Cuando se adviertan defectos


formales en el escrito de interposición del recurso, el Tribunal deberá intimar al
impugnante para que en el plazo de cinco días sean subsanados, bajo sanción de
inadmisibilidad.-

Comentario.
Se dispone que el control de admisibilidad formal del recurso de apelación se
encuentre a cargo del órgano jurisdiccional de Segunda Instancia, el que en caso de
detectar defectos de tal tipo -como por ejemplo ausencia de firma, mención errónea de la
carátula de las actuaciones, no constitución domiciliaria, etc.- tendrá la obligación de
conceder al impugnante un plazo perentorio de cinco días, a los fines de que subsane los
mismos, bajo apercibimiento de ser declarado inadmisible la instancia recursiva.
El parámetro funcional contenido en la norma resulta una excepción al principio
dispositivo, en cuanto impone al Tribunal de Alzada -cuya jurisdicción resulta de orden
público- una labor subsanatoria respecto a los errores formales en que pudieron haber
incurrido cualquiera de las partes recurrentes, surgiendo además que el mencionado control
841
fue asignado a la segunda instancia, mientras que en la primera sólo corresponderá
verificar el cumplimiento del requisito temporal, tal como surge de lo regulado en el
anterior artículo.
Respecto a la consecuencia derivada de la omisión de corregir los defectos no
obstante la intimación efectuada considero que la inadmisibilidad no rige para todos los
casos, ya que estando en juego el derecho de defensa en juicio, como parte integral e
inconmovible del debido proceso en todas sus instancias, cuando se tratara de una
apelación formulada a favor del imputado, el comportamiento omisivo de su defensor no
podrá perjudicarlo, rigiendo en tal caso lo dispuesto en el art.118, en cuanto habilita la
separación del mismo por abandono del cargo o cuando incurriera en notorias omisiones o
negligencia, tras lo cual debe proveerse oficiosamente otro defensor, sin perjuicio del
nuevo nombramiento que pueda efectuar directamente el mismo imputado. Ocurrido ello
deberá intimarse de igual modo al nuevo letrado, a los fines de que adecue el escrito de
apelación, teniendo siempre su representado la posibilidad de desistir del recurso, para lo
cual es aplicable lo dispuesto en la primer parte del art.388.

Artículo 401 - Trámite.- Abierto el recurso se pondrán las actuaciones a


disposición de las partes por el plazo común de diez días para su examen. Vencido el
plazo, el Presidente convocará a una audiencia con un intervalo no menor de tres días
ni mayor de quince según la urgencia o complejidad del caso, en la que se producirá
la prueba y se oirá a las partes, las que podrán ampliar la fundamentación o desistir
de algunos motivos, pero no podrán introducir otros nuevos, salvo los previstos para
el recurso de revisión.-

Comentario.
El precepto establece cómo continúa el trámite luego de verificado el cumplimiento
de los requisitos formales y temporales, tras lo cual se declara formalmente abierto el
recurso mediante el proveído pertinente, en el cual el Presidente del Tribunal de Alzada
coloca las actuaciones para que puedan ser examinadas, a disposición de todas las partes
constituidas en el proceso y por un plazo común de diez días.
En el mismo acto, u otro posterior, se fijará una audiencia en la que se producirá la
prueba que hubiere sido requerida en el escrito de interposición (art.398, última parte)
siempre y cuando se entienda procedente la misma, debiendo recordarse el carácter
excepcional de la incorporación probatoria en la instancia de alzada - sólo procede por
hecho nuevo o no conocido y relevante para el recurso, o cuando la prueba no se produjo
anteriormente por razones ajenas al recurrente- y se escucharán las partes, las que emitirán
un alegato oral, pudiendo orientarse dicha actuación a las siguientes pautas:
a) Efectuarán un mérito de la prueba eventualmente producida;
b) tendrán facultades de desistir del recurso. En caso del defensor deberá
acompañar mandato expreso del imputado, a tales efectos;
c) podrán ampliar la fundamentación recursiva, pudiendo desistir de algunos
motivos, sea por mera estrategia procesal o como consecuencia de la prueba que pudiere
haberse producido luego de la interposición de la impugnación;
d) podrán ampliar los motivos en que se basa la apelación sólo en el caso que se
introdujeran algunas de las hipótesis que habilitan la vía recursiva de revisión (art.409).
Esta limitación obedece a que la competencia funcional del Tribunal de Alzada quedó
fijada al momento de interposición del recurso (art.391), pudiendo extenderse el ámbito de

842
conocimiento de dicho Tribunal, sólo cuando ello pudiera mejorar la situación del
imputado, tal como expresamente lo establece la norma de anterior mención.

Finalmente cabe señalar que la audiencia de anterior referencia deberá ser fijada
por el órgano jurisdiccional interviniente en la apelación, luego de la expiración del plazo
común dispuesto para todas las partes para examen de las actuaciones, dentro de un lapso
no menor a los tres días ni mayor de quince, que se establecerá atendiendo a la urgencia o
dificultad que pueda presumirse de la instancia. Lógicamente que en casos en que
existieran personas privadas de libertad los tiempos se acortarán, mientras que el término
mínimo de tres días apunta a permitir a las partes la correcta preparación del alegato oral
que deben brindar.
En orden al cómputo de todos los plazos contenidos en la norma cabe señalar que
rige lo dispuesto en el art.129, en cuanto a que serán contabilizados en días hábiles, salvo
que se tratara de recursos que se suscitaran respecto a resoluciones dictas durante el
transcurso de la investigación penal preparatoria.

Artículo 402 - Deliberación.- Concluido el trámite fijado en el artículo


anterior, los Jueces se reunirán a deliberar de conformidad a las normas que regulan
el juicio común en cuanto fueran aplicables.-
Si la importancia de las cuestiones a resolver o lo avanzado de la hora lo
justificara, la deliberación podrá ser diferida para otra fecha.-
El presidente deberá señalar el tiempo de estudio para cada miembro del
Tribunal.-
La resolución se dictará dentro de los veinte, seis o diez días de concluida la
audiencia de trámite y según los casos del artículo 398, respetándose en lo pertinente
lo dispuesto para la que se dicte en juicio común.-

Comentario.
Se regula la etapa posterior a la celebración de la audiencia establecida en el
artículo precedente y en el que las partes alegaron oralmente, tras lo cual los magistrados
se reunirán a deliberar, resultando aplicables las disposiciones contempladas para el juicio
común (art.331). Atento ello es que impera la regla de continuidad entre la audiencia y la
deliberación, previendo la ley dos posibilidades en que dicha deliberación puede ser
diferida:
1º) Por la importancia de las cuestiones a resolver. En tal caso tal carácter quedará
librado al criterio que adopte el Tribunal.
2º) Cuando por lo avanzado de la hora, lo cual puede suceder cuando fueren varias
las partes que debieron alegar oralmente, se disponga el comienzo de la deliberación para
otra fecha.

Los siguientes párrafos de la norma bajo comentario establecen que por Presidencia
deberán señalarse el tiempo de estudio asignado a cada integrante del Tribunal, debiendo
dictarse la resolución respectiva dentro de los siguientes plazos, los que se computarán en
días hábiles, salvo que hubiere sido recurrido una resolución dictada en el transcurso de la
investigación penal preparatoria (art.129).
a) Cuando se hubiere recurrido una sentencia: dentro de los veinte días de
finalizada la audiencia de trámite;

843
b) Cuando el recurso hubiere versado sobre la aplicación o agravamiento de una
medida cautelar: dentro de los seis días;
c) En los restantes casos: dentro de los diez días.

Finalmente el último tramo de la norma establece que deberá respetarse, en lo


pertinente, las disposiciones contempladas para el juicio común, vinculándose la remisión
tanto en lo que se refiere al orden de tratamiento de las diferentes cuestiones sobre las
cuales debe expedirse el Tribunal de Alzada, como asimismo al cumplimiento de los
requisitos inherentes a toda sentencia judicial (arts. 332 a 334).

Artículo 403 - Decisión.- La sentencia o auto se dictará por mayoría de votos y


en las condiciones previstas en el artículo 138; en su caso, si ésta no se obtuviere para
la escala o monto de la sanción, deberá aplicarse el término medio de todos lo votos.-
El recurso permitirá, dentro de los límites fijados en el artículo 391, el examen
y corrección de las cuestiones impugnadas.-

Comentario.
El precepto comienza señalando la regla de la mayoría para resolver las cuestiones
objeto del recurso, efectuando una remisión a lo normado en el art.138 en cuanto dispone
que los tribunales colegiados primeramente establecerán los puntos que necesariamente
deben ser resueltos y luego acordarán un orden lógico de tratamiento de los mismos
otorgándole prioridad a aquellas cuestiones que resulten presupuesto de otras; adquiriendo
carácter definitivo lo que se resuelva a los efectos de la apreciación de los demás temas.
Asimismo el artículo de anterior referencia impone a los jueces el deber de
pronunciarse sobre todos los tópicos, no obstante la opinión que hubieren vertido con
anterioridad.
En lo que se refiere a la cuantificación de la sanción punitiva eventualmente
aplicable la norma establece una regla subsidiaria en caso de que no se hubiere arribado a
la mayoría señalada en el párrafo anterior. En tal caso se aplicará la del término medio de
los votos, regulación que ha generado más de una interpretación; al respecto se ha dicho
que “cuando se superponen tres opiniones distintas o sea de falta de mayoría,
corresponderá aplicar el término medio: tercera parte de la suma, criterio éste que parece
ser el de más justa interpretación de la norma; la interpretación del voto intermedio no
responde exactamente al texto de la ley. Una tercera interpretación sería la de obtener el
monto de pena intermedio entre la más alta y la más baja de las votadas…”1224
Por otra parte también se indica que cuando no se hubiere logrado la mayoría “la
solución es que corresponde la sanción que no sea ni la más grave ni la más benigna de las
votadas”1225
Desde el punto de vista terminológico, el Diccionario de la Real Academia
Española establece que la voz “medio” significa, como adjetivo, “igual a la mitad de algo”,
“que está entre dos extremos, en el centro de algo o entre dos cosas”; por consiguiente,
supone la unidad dividida también en dos partes iguales. Asimismo, al definir la voz
“término medio”, como acepción de la voz “promedio” -que es aquello a lo que
consideramos alude la norma en análisis-, el mencionado Diccionario señala que significa

1224
CLARIÁ OLMEDO, JORGE: “Derecho Procesal Penal”, T. III. Rubinzal-Culzoni Editores.
Actualizada por Jorge E. Vázquez Rossi, Carlos Chiara Díaz y Jorge Montero, Bs. As., 1998, pág. 470
1225
NÚÑEZ, RICARDO: “Código Procesal…”, cit., pág. 591
844
“cantidad igual o más próxima a la media aritmética”, mientras que promedio significa
“punto en que algo se divide por la mitad o casi por la mitad”.

En caso de que no se arribase a la mayoría legalmente señalada el Tribunal deberá


ampliarse subjetivamente -quedará integrado- conforme lo pertinentemente dispuesto en la
Ley Orgánica del Poder Judicial, hasta que se logre alcanzar la mentada supremacía
numérica.

Artículo 404 - Revocación o anulación total o parcial.- El Tribunal que hiciera


lugar al recurso, según corresponda, revocará o anulará total o parcialmente la
resolución impugnada y ordenará el reenvío para la renovación de la actividad que se
trate, indicándose en su caso el objeto concreto del nuevo juicio, procedimiento o
resolución.-
Cuando de la decisión resulte la absolución del procesado, la extinción de la
acción o la pena, el cese de una medida de seguridad, o sea evidente que para dictar
una nueva sentencia o resolución no es necesaria la realización de un nuevo juicio o
procedimiento, el Tribunal resolverá directamente sin reenvío, siempre que se
preserve el derecho del imputado a la doble instancia recursiva.-

Comentario.
Ya hemos dicho que en relación a la fijación de la competencia del tribunal de
alzada (ver comentario art. 391), se ha planteado que una cosa es la revisión de un fallo en
una apelación (doble instancia) y otra distinta que el juicio se reedite ante otro tribunal
(doble juzgamiento), motivo por el cual, como regla, no se pueden “reeditar” las pruebas
en la instancia recursiva (por ej. que los testigos declaren nuevamente) porque de esa
forma se desnaturalizaría la instancia impugnativa y se convertiría en un “nuevo juicio”. Y
por ello, la competencia del tribunal de alzada, ha de variar según se haya recurrido una
sentencia condenatoria o absolutoria y se acojan los agravios del apelante respecto a los
hechos.
Hemos sostenido, mencionando la posición contraria de Cafferata Nores y, en cierta
medida, la práctica de algunos tribunales, que si la sentencia es condenatoria y apela la
defensa impugnando con éxito la valoración probatoria del tribunal de mérito, el ad quem
debe revocar el fallo y dictar la absolución mediante un decisorio que será definitivo, sin
perjuicio de los eventuales recursos extraordinarios que puedan interponerse por otros
motivos ajenos a la fijación de los hechos. Si por el contrario la sentencia apelada es
absolutoria y fue recurrida por el actor (más allá de la discusión respecto a su derecho a
recurrir) de manera exitosa, la alzada sólo podrá dejar sin efecto la absolución y enviar la
causa a un nuevo juicio.
Precisamente, el artículo establece las consecuencias emergentes de lo resuelto por
el Tribunal de Alzada. En tal sentido y habiéndose hecho lugar al recurso pueden
presentarse las siguientes hipótesis:
a) Revocación: La resolución impugnada puede ser revocada1226 es decir dejada sin
efecto de modo total o parcial, debiendo especificar el Tribunal de Alzada cuales son las
partes del decisorio que se mantienen por haber sido confirmados y cuales perdieron su
efecto;

1226
Véase concepto en comentario y nota al art. 380.
845
b) Anulación: se trata de una consecuencia más gravosa para el proceso, toda vez
que “La declaración de nulidad sobre la resolución impugnada implica la privación de los
efectos jurídicos del acto o resolución de que se trate y de todos aquellos que aparezcan
como consecuencia de lo anulado. Ello lleva a que, por lo general, corresponda retrotraer
la causa hasta el último acto válido anterior al anulado; para el dictado de la resolución
que, conforme a derecho, sustituya la anulada…”1227. Igualmente tal declaración puede
resultar total o parcial.

La parte final del primer párrafo de la norma bajo comentario establece que en éste
último caso el Tribunal de Alzada deberá ordenar el reenvío precisando en qué debe
consistir el objeto concreto del nuevo juicio, procedimiento o resolución, en el que -por
supuesto- deberán intervenir otros magistrados (art.405).

En la segunda parte y con proyección al inicio de este comentario se establece la


prohibición de retrotraer el procedimiento y los casos en que no se aplicará la regla del
reenvío, por considerarse afectado el derecho de defensa en juicio y especialmente el
derecho del imputado a la doble instancia recursiva, debiendo destacarse que suele
obviarse tal alternativa cuando por el tiempo transcurrido se entienda que un nuevo juicio
o proceso resulte violatorio del derecho a una rápida definición, lo cual también
compatibiliza con la regla de garantía consagrada en el art.2 del presente ordenamiento en
cuanto prohíbe retrotraer el procedimiento a etapas anteriores cuando se hubiere
inobservado una regla de garantía establecida en favor del imputado.
Los supuestos son los siguientes:
a) Cuando de la decisión surja la absolución del sometido a enjuiciamiento;
b) Cuando haya operado la extinción de la acción penal o de la pena que
oportunamente había sido impuesta (en tales casos el tribunal de Alzada deberá requerir
los pertinentes informes a los fines de verificar tales extremos);
c) Cuando de la decisión surge la extinción de la medida de seguridad que hubiere
sido oportunamente impuesta al imputado;
d) Cuando surja con claridad la innecesariedad de realizar un nuevo juicio o
procedimiento para dictar una nueva sentencia.

En todos estos casos el tribunal resolverá directamente sin reenvío, absolviendo al


imputado, declarando la extinción de la acción o la pena o el cese de la medida de
seguridad sin necesidad de devolver el expediente para que ello ocurra en primera
instancia. También podrá hacerlo cuando considere que para el dictado de una nueva
sentencia no es necesaria la realización de un nuevo juicio o procedimiento.

Artículo 405 - Reenvío.- Si se reenvía a un nuevo juicio o procedimiento, no


podrán intervenir los jueces que hubieran conocido en el anterior.-
Si el reenvío procede como consecuencia de un recurso del imputado, en el
nuevo juicio no podrá aplicarse una pena superior a la impuesta en el primero.-
Si en el nuevo juicio se obtiene una segunda absolución, esta decisión no será
susceptible de impugnación alguna.-

Comentario.

1227
VAZQUEZ ROSSI, “Derecho procesal…” cit., T II, pág. 484.
846
El artículo dispone tres reglas que deben ser respetadas en el nuevo juicio generado
a partir del reenvío dispuesto por el Tribunal de Alzada y que se asientan en el irrestricto
respeto del derecho de defensa en particular y del debido proceso en general. Las pautas a
considerar en la nueva instancia son las siguientes:
1) Nueva conformación del Tribunal: El primer párrafo establece que no podrán
actuar en el nuevo juicio los mismos magistrados que intervinieron en el anterior, lo cual
resulta lógico a los fines de evitar la contaminación en la valoración de la prueba por parte
de quienes se encuentran encargados de impartir justicia, lo cual no ocurriría si se
permitiera que sean las mismas personas cargadas de preconceptos y de un particular
estado emocional e intelectual los que tengan que conocer nuevamente los mismos hechos.
Los precedentes “Llerena”1228, “Fraticcelli”1229 (etc.) despejaron totalmente la
cuestión en lo que se refiere a la improcedencia de que puedan intervenir magistrados que
lo hicieron en etapas anteriores.
Se proyecta sobre la primera parte de la norma todo lo expuesto en la parte final del
comentario al art. 393 CPP en orden a la imparcialidad del tribunal.

2) Extensión de la reformatio in pejus: Quedaría desvirtuada la garantía de la doble


instancia si el recurrente afrontara, en caso de suscitarse un reenvío, la posibilidad de ver
agravada su situación en virtud de generarse dicha alternativa.
En tal sentido cabe traer a colación las esclarecedoras enseñanzas de nuestro
máximo tribunal en el leading case “Olmos”1230, al que hemos referido en más de una
oportunidad y que estableció que la prohibición de la reformatio in pejus cuando no media
recurso acusatorio tiene jerarquía constitucional, por lo cual toda sentencia que ignore este
principio resulta inválida en tanto importa que ha sido dictada sin jurisdicción, afectando
de manera ilegítima la situación obtenida por el encausado merced al pronunciamiento
consentido por el Ministerio Público en la instancia inferior, lo que lesiona la garantía
contemplada en el art.18 de la Constitución Nacional.

3) Inimpugnabilidad de la segunda absolución: El tercer y último párrafo de la


norma comentario establece un límite recursivo al actor penal -Ministerio Público Fiscal o
querellante- en el caso de absoluciones en juicios consecutivos. Se trataría del caso en que
una absolución dictada por el tribunal de juicio es recurrida por el actor penal,
originándose a raíz de dicha instancia una anulación del fallo y ordenándose a su vez el
reenvío para que se dicte una nueva sentencia -conforme a la regla de irretroactividad a
etapas anteriores ya no cabría la renovación del debate en razón del reenvío- en la que
nuevamente se dicte una absolución del sometido a proceso.
En tal caso esta resolución no resulta impugnable, básicamente por tres razones:
1) La primera de ellas se encuentra vinculada con la violación del derecho del
imputado a una rápida definición de su situación procesal, lo cual lógicamente no se
verificaría ante la cadena de nulidades y reenvíos. Para el caso resulta aplicable el
precedente Mattei1231 y siguientes de nuestro máximo tribunal.

1228
Véanse comentario y nota al art. 43.
1229
Ídem nota anterior.
1230
CSJN – 09/05/2006- Expte. 131, Libro XXXVII –O 136. XXXVII “Olmos, José Horacio; De
Guernica, Guillermo Augusto s/ estafa” Véase este fallo en comentario y nota al art. 250. Los destacados son
nuestros.
1231
Caso “MATTEI, A. s/ contrabando de importación en Abasto” 29/11/68, CSJN. Fallos: 194:40.
Véase comentario y nota al art. 227.
847
2) El segundo motivo es evitar un recurso ad infinitum que se generaría si se
admitiera la vía recursiva, ya que hipotéticamente dicho reenvío podría reeditarse
indefinidamente.
3) La última de las razones se sustenta a partir de la consideración que se tenga de
la doble instancia y el derecho al recurso, porque dicha garantía constituye una
herramienta fundamentalmente en manos del imputado y no del Estado. Al respecto
pueden traerse a colación las ideas de Maier volcadas en la última parte del comentario
efectuado al art.396 al que nos remitimos.

Artículo 406 - Omisiones de la sentencia de primera instancia.- El Tribunal


decidirá sobre los puntos omitidos en la sentencia de primera instancia, aunque no se
hubiese pedido aclaratoria, siempre que no implique agravación de la situación del
imputado y se solicitare el respectivo pronunciamiento.-

Comentario.
Antecedente de la norma resulta el art.438 del CPP anterior.
Aquí se alude exclusivamente a las omisiones en que hubiere incurrido el tribunal
de primera instancia en la sentencia recurrida y pudieren haber sido objeto de aclaratoria
(art.337), pudiendo decidir respecto a las mismas el de Alzada.
Para que ello ocurra deben verificarse los siguientes recaudos:
a) Solicitud de parte: Algunas de las partes debió solicitar tal decisión en algunos
de los momentos procesales oportunos: en el caso del recurrente al momento de interponer
el recurso o en el alegato oral ante la Alzada, lo cual también rige para cualquiera de las
partes procesales. Dicho pedido igual procede aunque el interesado no hubiere solicitado la
aclaratoria dentro del plazo de tres días establecido en la norma de última referencia;
b) No agravación de la situación del imputado: en este punto corresponde recordar
nuevamente que las atribuciones del Tribunal de Alzada reguladas en la norma se
encuentran vinculadas con las cuestiones susceptibles de aclaración contenidas en el
art.337, ya que en lo restante la competencia funcional de tal órgano se encuentra regida
por lo dispuesto en el art.391. Expuesto lo precedente, de la norma surge que cuando se
pudiere ver agravada la situación del imputado en una cuestión eventualmente objeto de
aclaratoria, la omisión en primera instancia de la parte interesada ya no puede ser
subsanada mediante la formulación del pedido en segunda instancia. Por ello es que en tal
supuesto el Tribunal de Alzada carece de posibilidades de expedirse sobre los puntos
omitidos en la sentencia de Primera Instancia.

Artículo 407 - Libertad del imputado.- El Tribunal ordenará inmediatamente la


libertad del imputado, cuando por efecto de su decisión debiera cesar su
encarcelamiento.-

Comentario.
Concuerda con lo establecido en el art.387 en cuanto establece que no rige el efecto
suspensivo generado por la interposición de un recurso cuando se hubiere dispuesto la
libertad del imputado. En tales casos la soltura del sometido a proceso se producirá
inmediatamente, salvo el caso de que se encontrare a disposición de otra Autoridad
competente.

848
Los supuestos en que puede suceder ello son los siguientes: sobreseimiento o
absolución del imputado, aplicación de una pena en suspenso o aplicación de una pena
efectiva menor al encarcelamiento que acumulara el condenado o cuando se diere por
compurgado la sanción impuesta con dicha cautelar de encierro.

Artículo 408 - Comunicaciones.- Todas las sentencias que dictara el Tribunal


de Apelación deberán ser comunicadas al Registro Único de Antecedentes Penales.-

Comentario.
Se trata de una de las obligaciones impuestas a los órganos jurisdiccionales, que
deben efectuar las comunicaciones pertinentes a los diferentes registros nacionales -
Registro de Reincidencias- y provinciales -Registro Único de Antecedentes Penales- lo
cual lógicamente sucederá una vez que adquieran firmeza los pronunciamientos.
Como se ha dicho la norma debe compatibilizare con las exigencias del art. 51 del
código penal.

TITULO IV
Revisión

Consideraciones Generales.
El artículo 9 de la Constitución Provincial, en su sexto párrafo dispone que “No se
puede reabrir procesos fenecidos, sin perjuicio de la revisión favorable de sentencias
penales en los casos previstos por la ley procesal. Cuando prospere el recurso de revisión
por verificarse la inocencia del condenado, la Provincia indemniza los daños que se le
hubieren causado”.
Reglamentando dicha norma superior el esquema realizativo regula en el presente
título IV del Libro V (arts. 409 a 418) el instituto de la revisión al que denomina “recurso”,
aunque en realidad resulta una pretensión impugnativa autónoma de carácter extraordinario
y excepcional cuyo objeto no genera la reapertura del debate, sobre errores
procedimentales o sustanciales, sino que se encuentra enfocada en procurar el re examen
de una condena pasada en autoridad de cosa juzgada por no haber sido recurrida o por
haberse agotado las impugnativas cuando se presenten supuestos legalmente establecidos y
de los que se puede inferir la injusticia del pronunciamiento, el que no obstante su aparente
firmeza puede ser dejado sin efecto y sustituido por el mismo Tribunal que lo acogió o
directamente reenviado a nuevo juicio cuando ello fuera procedente.

En lo que atañe al carácter del instituto en cuestión se visualiza el mismo como


“…un remedio excepcional -en realidad una pretensión impugnativa autónoma- que sin
observancia del plazo tiende al examen de la sentencia condenatoria firme cuando se
producen circunstancias nuevas para el proceso por haberse ignorado antes o porque
acaecieron luego de su dictado, con la finalidad de obtener la absolución del penado, una
condena más favorable o la rehabilitación de su memoria”1232.

1232
BERTOLINO, “Código…”. cit., pág. 648, citando a D’ALBORA: “Curso…” cit., T.II, pág.
180.)
849

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