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SEDE DE CHIRIQUÍ
ESPECIALIZACIÓN EN DOCENCIA SUPERIOR
CURSO
Principios del aprendizaje del adulto en programas de educación
continúa
Estudiante
LIC. YULIETH Y. RIVERA CASTRO
Facilitadora
Mgt. Maria Bonilla
David, 2019
Principios del aprendizaje del adulto en programas de educación continúa
Las diferencias entre ambos grupos son muchas veces obvias, especialmente si se
examinan aquellas de orden físico. Las diferencias psicológicas son las más sutiles
y demandan un enfoque diferente del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es más frecuente que el adulto posea una personalidad más definida y rígida que
la del niño o el joven; en consecuencia, es más difícil para él ajustarse a ambientes
socialmente diferentes.
Para el joven el tiempo no resulta limitado y progresivamente más corto, como para
el adulto, el cual tiene un temor constante a perder el tiempo que considera
irrecuperable y finito.
El adulto desea conocer algo que pueda utilizar en alguna forma, ha aprendido la
necesidad de ser paciente, es constante y como consecuencia tiene un margen de
atención más extenso que el niño o el joven.
El estudiante adulto con frecuencia cree saber más de lo que en realidad sabe y se
siente amenazado en la situación de aprendizaje. Por otro lado, no considera al
profesor como autoridad en el sentido que lo hace el niño.
La motivación, para ser efectiva, debe ser intrínseca, ya que los problemas no
pueden imponerse desde afuera; de esta manera el estudiante participa en el diseño
de su propia experiencia de aprendizaje, determinando sus necesidades y la
posibilidad de satisfacerlas.
Los adultos tienen mayor motivación para aprender que los jóvenes; ellos vienen
porque quieren aprender, es una decisión personal. Raymond J. Wlodkowski
escribió que la actitud antes que todo lo demás hace que un adulto decida aprender.
Actitud, dice, es la combinación de conceptos, información y emociones que
resultan en la predisposición para responder favorablemente o desfavorable hacia
un particular grupo, ideas, eventos u objetos.
En el caso de los estudiantes adultos, su situación les hace darse cuenta que
quieren o necesitan algo y que el medio para lograrlo es aprendiendo. Por eso
vemos personas inscritas en tantos cursos de computación, de mecánica, de
belleza, etc. La educación de adultos no está presente solamente en entornos
oficiales aprobados por el Ministerio de Educación. Alguien dijo una vez, que todos
los domingos, se educa más gente en cada iglesia cristiana, evangélica o católica,
mucho más de la que asiste a las escuelas y universidades juntas.
Para Víctor García Hoz, la educación puede ser entendida como un proceso de
asimilación cultural y moral, y al mismo tiempo como un proceso de separación
individual. “De esta forma el educando se va haciendo paulatinamente semejante a
los que le educan, los padres quieren que sus hijos reaccionen y piensen como
ellos.”
García Hoz establece que la educación personalizada responde a la capacidad de
un sujeto para perfeccionar y dirigir su propia vida. Esta definición es mucho más
acorde a la Educación de Adultos aunque probablemente no era esa la intención de
García Hoz.
Para Malcolm Knowles, “la educación es una actividad emprendida o iniciada por
uno o más agentes con el objeto de producir cambios en el conocimiento, las
habilidades o actitudes de los individuos.” Se desprende de estas definiciones que
para García Hoz, el punto de vista de la educación es más humanista, mientras
Knowles se decanta por el conductismo.
El adulto deja de tener una personalidad orientada por otros y busca ser él mismo.
Cuando una persona alcanza su madurez toma conciencia de sus deberes,
derechos y responsabilidades, entre ellas la responsabilidad de su propio
crecimiento y desarrollo.
Conclusiones
El adulto deja de tener una personalidad orientada por otros y busca ser él
mismo. Cuando una persona alcanza su madurez toma conciencia de sus
deberes, derechos y responsabilidades, entre ellas la responsabilidad de su
propio crecimiento y desarrollo.
Cualquier adulto lleva consigo una gran cantidad de vivencias y
experiencias. El aprendizaje es mucho más efectivo cuando la persona es
capaz de conectar esas experiencias con los conocimientos, habilidades y
actitudes que está desarrollando.
el adulto que aprende tiene una actitud dinámica ante la vida. Acepta que
tanto él como su entorno evoluciona constantemente, y por tanto,
también asume que debe estar preparado para adaptarse a los cambios y
aprender.
El adulto, conforme madura, se orienta cada vez más al desarrollo de
habilidades que le permitan desenvolverse en los entornos sociales (familia,
trabajo y amigos).
Los adultos necesitan encontrar la aplicación práctica en lo que aprenden.
La vida de un adulto puede llegar a ser compleja. Debe desenvolverse y
resolver problemas en distintos entornos y situaciones: personal, familiar,
amistades y profesional. Esto hace que el tiempo para el aprendizaje se
reduzca considerablemente y que, por tanto, deba seleccionar aquellas
experiencias de aprendizaje que más útiles puedan resultarle.
Los adultos pueden querer aprender por motivaciones externas. Puede por
ejemplo, que la empresa haya asignado una nueva función a un trabajador y
este deba adquirir nuevas habilidades. Sin embargo, el adulto aprende mejor
cuando tiene una motivación interna. Esta es la motivación que nace del
deseo de querer mejorar, crecer profesionalmente, mejorar su calidad de vida
o actualizar sus conocimientos.