Está en la página 1de 6

Análisis del Discurso - Ficha Nro.

3
5to. año – Lengua – 2021
Prof. Nicolás P. Lagreca
ANÁLISIS DEL DISCURSO
Subjetivemas - Modalización
Para elaborar o para comprender un texto es indispensable conocer mucho más que las
reglas que rigen para el uso adecuado de un idioma. En toda construcción o interpretación de un
texto, además de reglas lingüísticas, se pone en juego todo el aparato psíquico y social de una
persona, es decir, las emociones, los deseos, la ideología, la cultura en general de un individuo.
Cuando construimos un texto usamos todos los recursos que la lengua nos ofrece. Pero es
necesario destacar que todos esos recursos lingüísticos son atravesados por la ideología del sujeto
que produce el texto. Por esta razón, lo que se transmite en un acto de comunicación no es sólo
información, sino, además, la manera en que el enunciador evalúa el universo referido.
En este sentido, la ideología del sujeto enunciador desempeña un rol fundamental. Y es
esta ideología la que lleva a que cada persona realice una u otra elección de palabras para referir
informaciones. Esta elección representa una HUELLA que el sujeto deja de sí mismo en el
enunciado, la cual es portadora de sentidos. Se trata de una marca que significa y que puede ser
interpretada por los receptores. De esta manera, podemos afirmar que existen modos de decir que
son indicativos de lo que piensa y siente el hablante.
Por ejemplo:
• Los intendentes del norte santafesino dijeron que la crisis es severa.
• Los intendentes del norte santafesino admitieron que la crisis es severa.
En estos casos, la elección de los verbos no es inocente. Cada uno de ellos encierra un
sentido que tiene que ver con el grado de compromiso en relación a la información. El verbo
[dijeron] parece ser mucho más neutral que [admitieron], dado que "admitir" implica reconocer
algo como cierto, y, en profundidad, reconocer como cierto algo que en primera instancia se
ignoraba o se había negado.
La teoría de la Enunciación y el análisis del discurso han categorizado las huellas del
enunciador según diversos aspectos, entre los cuales se encuentran algunos que ya hemos visto
(deícticos personales y témporo-espaciales, elementos polifónicos). Aquí trabajaremos con las
cargas valorativas a partir del léxico seleccionado.

LAS CARGAS VALORATIVAS


En un acto de comunicación se transmiten, además de información, intenciones y
valoraciones acerca del mundo. Esto se relaciona estrechamente con las competencias ideológicas
y culturales del enunciador, como así también con los factores psicosociales que intervienen en la
comunicación.
Se debe concluir, por lo tanto, que el lenguaje no es un instrumento lógico sino
ideológico. Significa que es portador de la subjetividad del usuario más allá de las
pretensiones de comunicar objetivamente.
Todo sujeto discursivo puede optar por enunciar un discurso lo más objetivo posible,
intentando borrar toda huella del enunciador. En cambio, si opta por enunciar un discurso
subjetivo, el enunciador tendrá la posibilidad de asumir explícitamente su opinión (“me parece
espantoso”) o de reconocerse implícitamente como el “evaluador” de la información (“es
horrible”). Por otro lado, la actitud objetiva o subjetiva del enunciador se relaciona con el tipo de
texto que seleccione: según sea el género discursivo adoptado, el consenso social lo obligará a ser
más o menos objetivo, le permitirá más objetividad, o dosis más tolerables de subjetividad1.

1
La delimitación de los subjetivemas, afirma Kerbrat-Orecchioni, es en parte intuitiva y de ningún modo es tajante. La
autora propone una escala que va de los términos menos subjetivos a los más subjetivos a partir del mayor o menor
consenso que logre un determinado lexema al referirse a la realidad; así, habrá un consenso casi total al afirmar de una
persona que es "soltera" o "casada"; menos consenso si se dice de ella que es "baja" o "alta", "gorda" o "flaca"; y menos
1
Los SUBJETIVEMAS son las palabras (sustantivos, adjetivos o verbos) que conllevan cargas
valorativas. Los subjetivemas pueden vincularse a lo afectivo o a lo valorativo.
Si bien toda selección y combinación realizada por un enunciador es subjetiva, se
denominará SUBJETIVEMAS específicamente a las unidades léxicas que tienen un mayor grado de
subjetividad y que funcionan como connotadores léxicos de la valoración del objeto que hace el
enunciador, es decir, como índices de su competencia ideológica.
En este sentido, se debe entender la diferencia entre la subjetividad deíctica enunciativa y
la subjetividad de los subjetivemas. Todo el mundo, en determinada situación, está de acuerdo
acerca de lo que significa [yo] o [ahora]. Sin embargo, no sucede lo mismo respecto de si algo (o
alguien) es [maravilloso] o [feo].
Esto sucede porque el significado de los deícticos personales, espaciales y temporales
reposa en la identificación material, concreta, de elementos externos al enunciado: enunciador,
enunciatario, tiempo y espacio (referente) de la enunciación. En cambio, el empleo de los
subjetivemas depende de las valoraciones del sujeto de la enunciación, de sus competencias
culturales e ideológicas, e incluso del contexto de uso.
Así, la decodificación de los subjetivemas requiere del enunciatario una cooperación
interpretativa mayor que en el caso de la denotación llana (significados más literales, básicos,
usados).
También es importante saber que un término puede funcionar como subjetivema en
determinado contexto y en otro no.
Por ejemplo, si analizamos la frase “Rebuznaba todo el tiempo” podremos observar que en
caso de que este verbo sea empleado para referirse a un burro (animal) no nos brinda mayor
carga de subjetividad. Pero si lo expresa un maestro respecto de un alumno, entonces estaremos
ante la presencia de un subjetivema, ya que este verbo connotará una valoración que el docente
hace de la exposición oral que ha escuchado del estudiante.
En casos como el último, donde el subjetivema aparece reflejado metafóricamente en un
verbo u otra palabra, es necesario realizar un proceso mental más complejo para decodificar el
significado.

Subjetivemas adjetivos - Rasgos semánticos


• Afectivos, los cuales se encuentran ligados a la consideración personal del enunciador
respecto de algo. Más allá de una propiedad del objeto, de la persona o la situación,
enuncian una REACCIÓN EMOCIONAL DEL HABLANTE: “Fue una escena terrible”.
• Evaluativos2 no axiológicos, los cuales implican una EVALUACIÓN DEL ENUNCIADOR frente a
una persona, un objeto, un hecho o situación. Esa evaluación puede transmitirse a
través de un juicio de valor positivo o negativo, o referirse a aspectos cualitativos
(calidad) o cuantitativos (cantidad). Por ejemplo, “Estás hermosa” o “Tomaste mucho”.
• Evaluativos axiológicos, es decir, aquellos que transmiten un JUICIO DE VALOR del tipo
[bueno / malo] o [verdadero/falso] que afecta al objeto denotado y/o a un elemento
asociado contextualmente. El emisor y sus sistemas de evaluación aplican al objeto un
juicio de valor: “Se dirigió a mí un hombre ambicioso”.

todavía si se la quiere juzgar como "linda" o "fea", "buena" o "mala".


2
El término evaluativo es relativo a la idea que el hablante se hace de la norma de evaluación para una categoría dada
de objeto. Por ejemplo: “Esta casa es grande” debe comprenderse como “esta casa es más grande que la norma de
tamaño para una casa según la idea que tengo de ella (fundada en mi experiencia sobre distintas casas)”.
2
Subjetivemas sustantivos
Nos interesan aquí sobre todo las denominaciones referidas a personas o a situaciones que
pertenecen a un mismo campo semántico y difieren entre sí por la carga valorativa del sustantivo
(misma referencia, distinta valorización). Por ejemplo, podemos observar estas diferencias en los
siguientes términos, referidos todos a los participantes de una marcha de protesta:
[manifestante], [activista], [trabajador], [obrero], [provocador], [opositor], [agitador], etc.
La mayoría de los sustantivos subjetivos son derivados de adjetivos y verbos. Cabe aquí
aclarar que cualquier palabra, no importa cuál, puede resultar investida de una connotación
(des)valorizadora, dependiendo siempre su contexto de uso. Así, existe un cierto número de
sustantivos que pueden clasificarse como axiológicos peyorativos (desvalorizadores) o axiológicos
elogiosos (valorizadores).
a) El rasgo puede estar presente mediante un sufijo del tipo:
▪ -acho: "riacho".
▪ -ete: "vejete".
▪ -ucho: "pueblucho".
▪ -azo: "autazo".
b) El rasgo axiológico puede también estar, como dijimos anteriormente, en el significado
de la palabra; en este caso, esos rasgos no son fijos, sino que dependen de la fuerza
ilocutiva, el tono y el contexto. Por ejemplo:
 “La casa de José es una tapera”.
“Tapera” tiene casi siempre el rasgo peyorativo, lo cual no impide que alguien muestre
su casa y diga:
 “¿Te gustó la tapera?”
En este caso, el rasgo puede ser elogioso mediante la ironía (depende de la situación
contextual).

Subjetivemas adverbiales - Modalizadores3


Los adverbios subjetivos se relacionan fuertemente con el problema de la modalidad o
modalización del discurso, dado que indican el grado de adhesión (fuerte o mitigada /
incertidumbre / rechazo) a los contenidos referidos por parte del sujeto de la enunciación.
Este grado de adhesión varía dada la presencia de los modalizadores, los cuales revelan la
implicación personal del enunciador para con su discurso. A partir ejemplos como "Quizá llegó
tarde", "Sin duda llegó tarde", "Ciertamente llegó tarde", "De hecho, llegó tarde" u "Obviamente
llegó tarde" podemos verificar cómo un mismo enunciado puede transmitir diferentes cargas
valorativas según el modalizador que lo introduzca.
Relacionados con esta categoría se encuentran los conectores proposicionales que
inciden en la construcción del discurso por parte del enunciador: [ahora bien], [pues], [puesto
que], [ya que], [sin embargo], [no obstante], [por otra parte], [empero], [en efecto], etc.
Los modalizadores pueden clasificarse en los siguientes términos:
a) Modalizadores de la enunciación o del enunciado:
1) de la ENUNCIACIÓN: remiten a una actitud del hablante con respecto a su enunciado,
es decir, el modo —incluso el tono— en que expresa la idea. Así, un enunciado

3
Los modalizadores que atribuyen un rasgo del tipo [verdadero / falso] son también —en cierta forma— axiológicos
(ver subjetivemas adjetivos), ya que no sería incorrecto sobreentender que “lo verdadero implica lo bueno”.
3
puede transmitir una idea asertiva, exclamativa, interrogativa, dubitativa,
imperativa, etc. Por ejemplo, “Francamente, no sé si vendré mañana” / “Por favor,
venga mañana” / “Quizá venga mañana”.
2) del ENUNCIADO: remiten a un juicio del sujeto sobre aquello que expresa (el
enunciado). El locutor puede modalizar el contenido proposicional de su
enunciado:
• de forma asertiva o afirmativa: aquello que se enuncia puede ser más o menos
incierto, verdadero o falso, sabido o no, deseable o indeseable, obligatorio o no.
Por ejemplo: “Juan fuma” es forma neutra (afirmación). “Creo que Juan fuma”
revela cierto grado de duda por parte del enunciador, al igual que en
“Posiblemente, Juan fume”. En cambio, “Estoy seguro de que Juan fuma” reduce
ese margen de duda.
• De forma afectiva: transmiten un juicio en términos de las preferencias, anhelos,
o sentimientos del locutor hacia el contenido de su enunciado. Como si el
enunciado lo afectara, positiva o negativamente. Se sigue diciendo lo mismo y se
muestra en mayor o menor grado lo que afecta. Por ejemplo: “Qué pena que Juan
fuma”, “Qué suerte que Juan fuma”.
• De forma deóntica (normativa): asume la autoridad desde la que pauta un curso
de acción (más o menos determinado) para un agente (más o menos
determinado, pero diferente de la segunda persona). Por ejemplo: “Juan debe
fumar” – “Es necesario que Juan fume” donde Juan es el agente y [fume] es la
acción. Debe verse que Juan esta en 3º persona.
b) Modalizadores que implican un juicio:
1) de verdad: aquí hallamos todo un vocabulario que permite que los hablantes
formulen juicios valorativos sobre sus discursos; concretamente, términos
como [verdaderamente], [sin duda], [precisamente]. “Sin duda, así son las
cosas”. Así, estas expresiones revelan la posición del enunciador ante lo que
dice, y enmarcan las expectativas intersubjetivas de validez sobre lo referido.
2) sobre la realidad: aquí la evaluación se realiza en relación con los hechos
propiamente dichos referidos en el enunciado. Por ejemplo, “En efecto, Juan no
vino ayer” /“De hecho, estuve totalmente equivocado”.
c) Finalmente se pueden mencionar los adverbios restrictivos y apreciativos.
▪ Los adverbios restrictivos "limitan" (restringen) el grado de valor de verdad de la
aserción: expresan las nociones de apariencia o suposición: "Aparentemente, no está
en casa" / "Esta es la chica que, presuntamente, robó en la carnicería" / “Apenas me
alcanzó para hacer la torta”.
▪ Los adverbios apreciativos se presentan en situaciones mediante las cuales el
enunciador elabora un suerte de juicios apreciativos dejando de manifiesto qué se
entiende por [lo feliz], [lo triste], [lo útil], etc. Así, por ejemplo, "Es una suerte que Pablo
esté allí" y "Afortunadamente Pablo está allí", “Resultó casi perfecto”.

Subjetivemas verbales
Existen, finalmente, algunos subjetivemas verbales (verbos muy marcados
subjetivamente). Se trata de verbos con "valor de decir" llamados declarativos o introductorios
de la voz de otro enunciador. Su carga valorativa es muy fuerte, a excepción del verbo [decir] al
cual lo interpretamos comúnmente como neutro. Así, podemos observar que la carga subjetiva
que supone un ejemplo como 1) “El ingeniero manifestó que...” no implicará lo mismo que 2) “El
ingeniero aseguró que...” (expresión que remarcaría el compromiso fehaciente del ingeniero para

4
con su declaraciones) ni lo mismo que 3) “El Ingeniero garantizó que ...” (donde el compromiso
revelado es aún más fuerte que en el segundo ejemplo).
La subjetividad del hablante también se evidencia en los verbos como gustar (desear,
querer). Los verbos de opinión (opinar, pensar, imaginar) también encierran una gran marca de
subjetividad.
En síntesis, los verbos pueden implicar:
▪ Una toma de posición del hablante respecto del valor de verdad que hay en las
palabras o actitud de otra persona.
▪ Juicio acerca de la fuerza con que se dice algo ([afirmó], [aconsejó], [pidió], [rogó]).
▪ Descripción del modo en que se dice algo ([explicar], [aclarar], [contar], [repetir],
[argumentar]).
▪ Una explicación de la realización fonética ([dijo], [gritó], [susurró], [profirió]).

ACTIVIDAD - Leer y analizar:


• los deícticos personales, espaciales y temporales presentes en el texto analizado, de
manera tal que pueda restituirse la situación de enunciación;
• la valoración que hacen del mundo referenciado los autores del texto a partir de los
subjetivemas y modalizadores que aparecen a lo largo del escrito;
• qué elaboración hace la instancia enunciadora (emisora) de la instancia enunciataria
(receptora) y de sí misma, teniendo en cuenta las relaciones de poder existentes entre los
participantes del intercambio comunicativo.

5
EL CORTE DE RUTA, UN RECURSO INTOLERABLE

Las personas que anteayer intentaron No debe olvidarse que en un tumulto


ingresar en la ciudad de Buenos Aires desde de esta clase se produjo recientemente un
la zona sur tropezaron con una barrera hecho trágico: el conductor de un automóvil
insalvable. Más de siete mil piqueteros al que se le impedía circular disparó un arma
habían cortado las rutas de acceso en cinco de fuego y un piquetero quedó herido de
puntos estratégicos y habían clausurado el muerte. Como lo dijimos en esta misma
tránsito, mientras reclamaban de las columna editorial a raíz de ese desdichado
autoridades la creación inmediata de 50.000 episodio, en los tumultos y en los forcejeos
puestos de trabajo. que se generan cuando un grupo de activistas
La zona se convirtió en una verdadera corta una ruta está contenida la probabilidad
pesadilla para los ocupantes de los de un estallido de violencia por el que tal vez
automóviles que intentaban avanzar hacia la haya que pagar un alto precio.
Capital Federal. Familias enteras que regre- Es hora de que los cortes de ruta sean
saban de sus vacaciones debieron soportar erradicados de la vida argentina, no sólo por
esperas intolerablemente prolongadas. el perjuicio que ocasionan a quienes se ven
Distribuidos en los puentes Pueyrre- privados de un derecho esencial, como es el
dón, Avellaneda, Alsina y la Noria y en la de transitar por el territorio nacional, sino
Autopista a la Plata, los activistas se habían también porque constituyen una deprimente
adueñado prepotentemente como en tantas señal del desorden social en que vivimos y del
otras oportunidades, del espacio público. El desprecio que algunos sectores suelen tener
corte se extendió también al Acceso Oeste y a por los derechos ajenos.
otras vías de llegada a la Capital Federal, con Impedir que el espacio público sea
lo cual el problema se agravó significativa- utilizado desaprensivamente como prenda de
mente. negociación será la mejor manera de
Resulta inconcebible que se siga contribuir a restablecer el respeto hacia la ley
vulnerando con tanta impunidad el derecho y hacia las instituciones, que tan grave nivel
constitucional de los habitantes de la Nación de deterioro exhibe en estos tiempos.
de transitar libremente por las rutas de la La Argentina tiene que dejar de ser el
República. Que un grupo de agitadores —por país en el que encuentran ocasión de
atendibles que sean sus argumentos y sus manifestarse todas las variantes imaginables
reclamos— se arrogue la facultad de privar a de la prepotencia y el desorden. Cuando la
otras personas de un derecho que la ley libertad de expresión y el derecho de
suprema les reconoce de manera expresa peticionar a las autoridades se ejerzan sin
resulta una aberración y conforma un violencia y sin vulnerar la Constitución y sin
inaceptable atropello. causar perjuicio a otros ciudadanos, los
¿Cómo es posible que en nombre de argentinos habremos dado un paso
una reivindicación social se ocupe tumultuo- fundamental hacia el pleno restablecimiento
samente una ruta y se ocasione un orden del orden institucional hoy vulnerado.
descomunal en la vida de una comunidad?
¿Cómo es posible que se siga incurriendo en La Nación, miércoles 13 de febrero de 2002
el abuso de hacer recaer las consecuencias de
un conflicto sectorial sobre ciudadanos
completamente ajenos a él?
Al eludir su responsabilidad de
preservar el orden público y de garantizar el
ejercicio de los derechos individuales, las
autoridades cometen una gravísima falta. Su
deber es impedir estas usurpaciones arbitra-
rias de los espacios de uso común, que tanto
conspiran contra la convivencia social y la
seguridad general.

También podría gustarte