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Silvia Bleichmar

Violencia social -
SILVIA BLEICHMAR nació en Bahía
Blanca en 1944. Allí transcurrió su Violencia escolar
infancia entre la Escuela Normal
Mixta y la Biblioteca Rivadavia.
Estudió sociología y psicología en la
Universidad de Buenos Aires.
Completó su doctorado en
De la puesta de límites a
Psicoanálisis en la Universidad de la construcción de legalidades
París VII. Residió en México entre
1976 y 1986. Fue profesora de
diversas universidades nacionales y
del exterior. Dirigió los proyectos de
(Escritos, conferencias, interrogantes)
UNICEF de asistencia a las víctimas
del terremoto de México de 1985 y
el de ayuda psicológica a los
afectados por la bomba que
destruyó la AMIA en 1994.
En 2006, obtuvo el Diploma de
Honor y, posteriormente, el Premio
de Platino en Psicología de la
Fundación Konex.
En mayo de 2007, fue nombrada por
la Legislatura porteña Ciudadana
Ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
Silvia Bleichmar falleció el 15 de
agosto de 2007. Luchó durante
varios años contra un cáncer, con
N
dignidad y fortaleza, trabajando noveduc
hasta sus últimos días en su Buenos Aires • México
práctica clínica, dando clases en su
Seminario y escribiendo.
Bleichmar, Silvia
Violencia social, violencia escolar: de la puesta de límites a la
construcción de legalidades - 1a ed. 1a reimp. - Buenos Aires:
Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico, 2010.
192 p.; 22,5x15,5 cm. - (Conjunciones; 13 / Daniel H. Kaplan)

ISBN 978-987-538-228-2

1. Violencia Escolar. I. Título


C D D 371.782

Colección Conjunciones
Directora:
Edición:
Marcela Pereira
A n d r e a G . Kaplan
Prólogo de los editores
a la segunda edición
Diagramación: Patricia Leguizamón
Corrección de estilo: S u s a n a Pardo
Diseño de portada: Analía Kaplan

1" e d i c i ó n , o c t u b r e d e 2 0 0 8
1° r e i m p r e s i ó n , m a y o d e 2 0 1 0

E n o c t u b r e de 2 0 0 8 p u b l i c a m o s , c o n h o n o r y altas expectativas, la
© noveduc libros p r i m e r a edición de este l i b r o . Sabíamos (sabemos) que las palabras de
del Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico S.R.L. Silvia Bleichmar - c o m o tantas otras veces- habilitarían debates entre
Av. Corrientes 4345, Almagro (1195) Ciudad de Buenos Aires, Argentina
profesionales de distintas disciplinas; dispondrían a actores i n s t i t u c i o -
Tel.: (54 11) 4867-2020 - Fax: (54 11) 4867-0220
E-mail: contacto@noveduc.com / www.noveduc.com nales a i n t e r v e n i r en sus prácticas para i n t r o d u c i r modificaciones y
encomendarían a muchos a volver sobre sus p u n t o s de vista al calor de
Ediciones Novedades Educativas de México S.A. de C.V.
las perspectivas de Silvia, siempre expresadas c o n l u c i d e z , h u m i l d a d y
Instituto Técnico Industrial # 234 (Circuito Interior) Oficina # 2 - Planta Alta
(Ref: Metro Estación Normal) Colonia Agricultura. Deleg. Miguel Hidalgo p r o f u n d i d a d intelectual. E n fin, estábamos convencidos de que la
México, D. F. - C. P. 11360 - Tel/Fax: 53 96 59 96 / 53 96 60 20 publicación de esta obra sería una nueva posibilidad de dialogar c o n las
E-mail: info@novemex.com.mx / novemex@noveduc.com
reflexiones de una m u j e r que luchó incansablemente contra el pensa-
m i e n t o único, la linealidad y los estigmas. E n particular, los capítulos
I.S.B.N. N ° 978-987-538-228-2 que c o m p o n e n Violencia escolar - Violencia social. De la puesta de lími-
tes a la construcción de legalidades nos i n v i t a n a articular diferentes p r o -
Q u e d a h e c h o el d e p ó s i t o q u e e s t a b l e c e la L e y 1 1 . 7 2 3 .
blemas de m o d o de n o aislar a la escuela - n i a sus violencias- del c o n -
I m p r e s o e n A r g e n t i n a - Printed in A r g e n t i n a t e x t o en que se inserta. La autora p r o p o n e ampliar los h o r i z o n t e s y
No s e permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transforma- complejizar las miradas, para así buscar las causas sociales profundas
ción de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, s e a electrónico o mecánico, mediante fotoco-
pias, dlgltallzaclón u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. S u infracción está penada por
que nos atraviesan y hacen que la violencia i r r u m p a , de m o d o peculiar
las layas 11.723 y 25.446.
| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r

p e r o n o exclusivo, en la institución escolar. Por último nos c o n m i n a al


c o m p r o m i s o de buscar formas superadoras de transformación de la rea-
l i d a d y de resolución de los conflictos que n o siempre son las más fáci-
les n i las más obvias y q u e , seguramente, llevan más t i e m p o y más
esfuerzo. Pero son las que verdaderamente servirán si deseamos p r o -
yectar para las generaciones venideras una sociedad, una escuela y unos
m o d o s de relación c o n el semejante que se basen en aquellos principios
q u e , n o obstante - y aun habiéndolos r e p e t i d o hasta el cansancio-,
todavía n o hemos l o g r a d o i n c o r p o r a r del t o d o , n i c o m o sociedad n i
c o m o i n d i v i d u o s , para que guíen nuestras acciones.
Estamos m u y complacidos de presentar esta nueva edición de u n l i b r o
Palabras pronunciadas en la
que n o caducará mientras sigan existiendo tantas desigualdades y v i o -
lencias múltiples, especialmente en l o que se refiere a niños y jóvenes.
presentación de la primera edición
Para finalizar, desde noveduc libros estamos sumamente agradecidos
c o n la d o c t o r a Silvia Bleichmar p o r habernos p e r m i t i d o i n c o r p o r a r este
l i b r o en nuestro sello, y con su familia, c o n la cual hemos trabajado para
que este p r o y e c t o fuera posible.

Andrea Kaplan
Directora
Buenos Aires, abril de 2010 La idea de este l i b r o nace al m i s m o t i e m p o que la colección a la que
pertenece. L a colección pretende poner en caijundcn disciplinas, prácti-
cas, teorías de la salud y de la educación. Poner en conjunción es, muchas
veces, poner en tensión. Y para comenzar a poblar esta colección, pensé
en Silvia c o m o una autora privilegiada para poner en cuestión, en ten-
sión, temas que nos interesan y preocupan a quienes trabajamos c o n la
salud mental y la educación.

L u e g o de muchos intentos, postergaciones de Silvia que nunca f u e r o n


negativas, que siempre estuvo abierta a la posibilidad y al deseo de hacer-
lo, finalmente dimos f o r m a a esta idea, que ya hacía varios años nos pre-
ocupaba e interesaba escribir y publicar, respectivamente. Es inquietante
que u n tema c o m o la violencia sea de "permanente actualidad". ¿Es u n
tema instalado desde siempre? Van cambiando las lecturas, las circuns-
| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r

tandas que la detonan o la potencian, ¿pero n o cesa? ¿Va de suyo c o n la


condición humana?
Silvia c o m e n z ó a trabajar en este l i b r o , pero n o l o p u d o terminar.
Carlos Schenquerman, psicoanalista y compañero de Silvia, me brindó
los textos y, en interlocución c o n él, me encargué de editarlo, ordenarlo,
hacer que las ideas de Silvia llegaran de la mejor manera al lector. Fue
m u y conmovedor para mí dar f o r m a y, de algún m o d o , terminar la obra
p r o m e t i d a de u n maestro q u e r i d o .
Quisiera destacar dos cuestiones del l i b r o . La heterogeneidad de públi-
co al que va d i r i g i d o y, a su vez, la homogeneidad y coherencia en cuan-
t o a la asunción de u n posicionamiento ético. La facilidad de Silvia para Indice
convocar a públicos diversos, tanto psicoanalíticos c o m o n o " p s i " , está
m u y presente aquí. H a y capítulos más coloquiales y otros más académi-
cos; se dirige a docentes, a psicoanalistas, a personal carcelario. E n todos
los casos, convoca al pensamiento y a la puesta en cuestión del statu q u o
de las lecturas y de las prácticas sociales y políticas imperantes alrededor
de la violencia.
Prólogo por María del Carmen Feijoó 7
Es p o r eso que elegí dejar algunos desarrollos de Silvia que vuelven a
presentarse en más de u n capítulo, ya que son perlas teóricas que mere-
cen y requieren ser leídas más de una vez. Sobre la puesta de límites y la construcción de legalidades 12

Por último, y tal vez l o más i m p o r t a n t e , deseo rescatar que, al acom-


pañar y seguir el pensamiento de Silvia, éste se transforma en algo nove- La construcción de legalidades como principio educativo 23
doso en nosotros. Y esa sensación, tal vez fugaz, pero intensa, es la misma
que puede sentir cualquier profesional " p s i " que trabaja en transferencia, La recuperación de la justicia como base del pacto intersubjetivo 71
con el pensamiento. Esos m o m e n t o s fugaces en los que el pensamiento
del paciente (y el del terapeuta, en esa creación asimétrica pero compar- Carmen de Patagones: la patología singular en el marco de
tida) se i l u m i n a y algo se crea allí, algo que antes n o estaba. Eso p r o v o -
ca una sensación extraña, intensa, ¿de felicidad?, de placer del pensa- la violencia social y escolar gy
m i e n t o . Creo que Silvia lograba eso, casi a la manera de una interven-
ción. U n a intervención fecunda, también fuera de las paredes del con-
Subjetividad en riesgo: herramientas para su rescate 121
sultorio, en sus palabras, en su obra.

La protección de niños y jóvenes. Sexualidad y pautación 141


Marcela Pereira Poner palabras al horror. Ética y subjetividad
Buenos Aires, abril de 2009 en el ámbito carcelario
SILVIA BLEICHMAR nació en Bahía Blanca en 1944. Allí transcurrió su infancia entre la
Escuela Normal Mixta y la Biblioteca Rivadavia. Migración mediante a la Capital, estu-
dia sociología y luego psicología en la Universidad de Buenos Aires, donde participa acti-
vamente del movimiento estudiantil de los años 60. A causa de la dictadura militar, deci-
de emigrar y se radica en México en 1976. Completa el doctorado en Psicoanálisis en la
Universidad de París V I I , bajo la dirección de Jean Laplanche. Retorna a su país,
Argentina, en 1986. Profesora de diversas universidades nacionales y del exterior, entre
sus actividades extra-académicas se cuenta la dirección de los proyectos de U N I C E F de
asistencia a las víctimas del terremoto de México de 1985 y el proyecto de ayuda psico-
lógica a los afectados por la bomba que destruyó la A M I A en 1994. E n 2006, obtiene el Prólogo '
Diploma de Honor y, posteriormente, el Premio de Platino en Psicología de la
Fundación Konex. Poco después, en mayo de 2007, es nombrada, por unanimidad de la
Legislatura porteña, Ciudadana Ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
Ha colaborado con publicaciones nacionales y extranjeras mediante artículos científicos
y ensayos de actualidad. Sus libros más conocidos son: En los orígenes del sujeto psíquico,
La fundación de lo inconsciente, Clínica psicoanalítica y neogénesis, traducidos al portu-
gués y al francés, La subjetividad en riesgo y Dolor país, éste último calificado por la crí-
tica como "un profundo y comprometido ensayo sobre la realidad argentina y su impac-
to en la subjetividad". Esa misma crítica ha expresado: "tanto en su producción científi-
ca como en sus trabajos sobre la realidad social, hay, en Silvia Bleichmar, una inclaudica-
ble actitud de búsqueda y un profundo rechazo al irracionalismo, al pensamiento que se
sostiene en la pura creencia, y auna a esto una enorme libertad de espíritu que la hace Bajo el título " V i o l e n c i a Social - V i o l e n c i a Escolar", los textos que se
original". E n 2006 publicó dos libros que resultaron best seller; Paradojas de la presentan a continuación abren una ventana parar m i r a r n o sólo el espa-
Sexualidad masculina y No me hubiera gustado morir en los 90 y su obra postuma, Dolor cio de la escuela y sus problemas, sino el c o n j u n t o de la sociedad argen-

país y después..., en noviembre de 2007. tina. Sus contenidos surgen de u n m a r c o conceptual, de u n desarrollo
teórico y de una m e t o d o l o g í a de trabajo que estuvieron siempre o r i e n -
Silvia Bleichmar falleció el 15 de agosto de 2007. Luchó durante varios años contra un
tados p o r los p r i n c i p i o s p r o f u n d a m e n t e democráticos y democratizados
cáncer, con dignidad y fortaleza, trabajando hasta sus últimos días en su práctica clínica,
que c o n s t i t u y e r o n la marca de la escritura, la clínica y la práctica ciuda-
dando clases en su Seminario y escribiendo.
dana de Silvia Bleichmar. E n síntesis, llevan la i m p r o n t a de la f o r m a en
que ella se c o l o c ó ante el análisis y la construcción de la realidad argen-
tina y latinoamericana de los últimos cincuenta años. U n a vida que,
c o m o ella misma dice, se orientó p o r los principios que f o r m u l a b a en tér-
m i n o s de " m a n t e n e r la m e n t e abierta y, j u n t o c o n la m e n t e abierta, los
principios claros". Y n o hay d u d a de que cumplió tal c o m o l o había soña-
d o , sin apartarse nunca de esos preceptos. Y que nos d i o el placer de dis-

7|
| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r María del Carmen Feijoó | Prólogo

cutir y discrepar c o n ella, disfrutarla y tener o p o r t u n i d a d de atisbar la también fácil, la de que el mejoramiento de las condiciones de vida sería
p r o f u n d i d a d de su c o m p r o m i s o c o n la condición humana. Sin imposta- el camino de superación de la violencia. O t r a de las formas del facilismo
ciones, a veces sufriendo - d o l o r e s de país-, a veces irónica, siempre espe- es la de la explicación psicologista, particularizada en u n niño, en una
ranzada. niña, con determinadas características personales, en una institución, en
C o m o en toda su obra, la interrogación de ésta está dirigida a pensar un pueblo o b a r r i o , cuyas tramas se cruzarían de manera tal que t e r m i -
la sociedad desde la perspectiva de los procesos de constitución de sub- narían c o n v i r t i e n d o a la víctima de u n c o n j u n t o de determinaciones en
jetividades y la relación que ellos han t e n i d o con los procesos de devas- victimaría.
tación política y m o r a l que atravesó nuestro país en los últimos treinta C o m o siempre, Silvia nos dice que la realidad es m u c h o más compleja.
años, y sus efectos. E n este contexto, el tema de la violencia es u n eje f u n - Tan compleja que, desde el plano analítico, requiere dejar a u n lado el
damental, c o m o historia y c o m o presente, en t a n t o la violencia marcó practicismo pedestre, ese tercer rasgo contra el que combate y que con-
nuestras vidas hasta extremos que todavía h o y n o identificamos suficien- siste en búsqueda bienintencionada de soluciones sencillas, construidas
temente. L a herencia de la violencia se manifiesta en las relaciones inter- sobre la super-simplificación de los problemas y que sólo se puede supe-
personales, en los sistemas de dominación social, en los espacios e insti- rar con la reivindicación de la teoría.
tuciones en que interactuamos y, p o r supuesto, en el espacio de la escue-
Por eso, cuando estallan episodios de violencia, ella nos dirige una i n v i -
la y la familia. Y se retroalimenta en las nuevas formas de violencia que
tación a mirar p o r fuera del engañoso límite analítico del escenario insti-
van más allá de los esporádicos estallidos en las aulas y las instituciones
tucional (lo que pasa en la escuela) y / o las características personales de
escolares.
los protagonistas ( l o que les pasa a los sujetos), para entenderlos en tér-
Por t o d o ello, p o r la centralidad manifiesta y latente que ha t e n i d o en minos de su articulación con procesos más amplios, más distantes, pero
la configuración de nuestro presente, proceder a analizar las situaciones activamente operantes sobre esos sujetos.
de violencia requiere asumir algunas decisiones de crítica epistemológica
Sobre t o d o , en esas rupturas con el sentido común, nos invita a dejar
y teórica. E n el caso de Bleichmar, en primer término, se trata de la r u p -
a u n lado la patologización de la vida cotidiana, que es otra de las formas
tura del d e t e r m i n i s m o . U n determinismo que, c o m o resultado del dete-
que adopta el m o d e l o de las explicaciones "fáciles".
r i o r o de las condiciones de vida de las mayorías populares, es d e t e r m i -
nismo economicista y, a la vez, perspectiva naturalista y naturalizadora de Volvamos entonces el foco a la falta de perspectiva de f u t u r o y el resen-
las condiciones que p r o d u c e n la violencia. Presagiando en esas lecturas la t i m i e n t o p o r las promesas incumplidas. A l hablar del f u t u r o , i n t r o d u c e el
formulación de análisis biopolíticos, su posición es clara al respecto cuan- tiempo en el análisis, u n t i e m p o que n o es cualquier tiempo, sino el que
d o señala la necesidad de terminar c o n el m i t o de que la violencia es p r o - las ciencias sociales denominarían de "larga duración", el que ha dejado
d u c t o de la pobreza. Más p r o f u n d o que eso es su enfoque: " l a violencia u n sedimento de sucesos y procesos que, c o m o los de la violencia, siguen
es p r o d u c t o de dos cosas, p o r u n lado el resentimiento p o r las promesas operando aunque estén aparentemente replegados en el o l v i d o . E l tema
incumplidas y, p o r el o t r o , la falta de perspectiva de f u t u r o " . del t i e m p o histórico y su articulación con la construcción de subjetivida-
E n segundo lugar, postula la r u p t u r a del facilismo. E l abandono de la des ha sido una constante en la obra de Silvia. C o m o evidencia, recorde-
pobreza c o m o única o p r e d o m i n a n t e clave explicativa de los problemas mos simplemente el título: No me hubiera,gustado morir en los 90. Pero
sociales - d e los que, sin d u d a , los más impactantes son los ligados con la este t i e m p o del f u t u r o tiene impactos determinantes en dichas construc-
violencia o los abusos sexuales- implica la r u p t u r a de una lectura fácil de ciones. C o m o n o hay proyecto, se manifiesta c o m o u n t i e m p o eterna-
esos eventos. Fácil, p o r q u e el diagnóstico lleva implícita una solución mente presente y que se consume en la anécdota del día tras día -el t i e m -

la «I
| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r María del Carmen Felpó | Prólogo

p o de la inmediatez. N o se dispone del t i p o de tiempo cuya calidad per- recompone también la subjetividad de los padres, condición necesaria
m i t a proyectar u n f u t u r o , entre otras cosas, p o r q u e n o hay proyecto y por afuera de la escuela- para hacer posible el proceso educativo de los
paradójicamente se convierte en "ausencia de f u t u r o " . Chicos y chicas 11lieos. E n u n sentido, la expansión del brazo de la escuela debe construir
t o d o el día en la barra o la banda de la esquina, horarios trastocados, falta l.unbién legalidades para padres. Es en esta doble torsión, el trabajar
de rutinas, tiempo eterno delante de ellos, sin posibilidad de plasmarlo sobre el presente y el luchar p o r desarrollar el h o r i z o n t e temporal c o m o
en u n sentido u orientación. un f u t u r o posible, en que todos los sujetos nos encontramos en una
L a familia y la escuela son los dos espacios institucionales, ámbitos de lucha constante entre las necesidades inmediatas y las que plantea la cons-
interacción, en los que se plasman las vidas concretas de los sujetos. trucción de f u t u r o . Este desafío, hace falta decirlo, afecta directamente a
N i n g u n o de ellos ha escapado de los torbellinos de las últimas décadas y loilos los efectores de políticas públicas, maestros, profesores, integran-
t a n profundas han sido sus mutaciones que prácticamente n o se recono- tes del servicio penitenciario, enfermeros, todos "los aventureros del
cen entre sí. Esto es i m p o r t a n t e , en tanto la acción de la escuela debe c o t i d i a n o " cuyo desempeño laboral los pone en la línea de fuego del con-
dirigirse a trabajar c o n la realidad que hay, n o c o n la que imagina que llicto de tener que atender la destitución de los sujetos.
hay, especialmente en relación c o n la familia. Para Silvia, la familia se Kn fin, en sus palabras, " l a construcción de subjetividades n o se puede
redefine hoy, n o c o m o el sueño de la familia tipo de las propagandas o hacer sino sobre la base de proyectos futuros. Y los proyectos futuros n o
los libros de texto tradicionales, sino c o m o el espacio en que una gene- se establecen sobre la realidad existente, sino sobre la realidad que hay
ración cuida a la otra (proceso que a veces se produce d e n t r o del marco
que crear".
de la misma generación), dejando a u n lado las relaciones de parentesco
Kn estos múltiples escenarios, c o n estos actores, en el entrecruzamien-
que f u n d a n esas relaciones. Se trata de una nueva familia, cuya m o r f o l o -
to del t i e m p o largo y del tiempo del m i n u t o a m i n u t o , en el contexto del
gía n o responde a la que la escuela tiene internalizada y que ahonda el
cambio institucional de familia y escuela, p o r mencionar sólo los espacios
sentimiento de abandono y soledad que la escuela siente sobre sí misma.
de interacción más inmediatos, es necesario pensar el tema del ejercicio
Esos chicos, esas chicas, llegan a las escuelas. Escuelas que tienen que ilc la violencia i n d i v i d u a l c o m o explosión puramente destructiva. Así, los
desempeñar simultáneamente los tradicionales roles de transmisión de estallidos de violencia visibles, que tienen prensa, que tienen m i n u t o s de
conocimientos, preparación para la vida, atención de las demandas mate- televisión, hay que pensarlos coexistiendo c o n otras formas de violencia
riales de los chicos, pero sobre t o d o , y ésa es la novedad, que tienen que más sorda, más silenciosa, que ayudan a construir la de los estallidos.
enfrentar el desafío de colocar nuevamente la n o r m a legal y legítima en Pensemos h o y también en perspectiva de larga duración la singular v i o -
el corazón de la escuela. Sin esa reconstrucción de la legalidad, n o hay lencia que t u v o el eslogan del t e r r o r i s m o de Estado, " e l silencio es
contexto para procesar y redeíinir día tras día las subjetividades de chicos Nalud". La indiferencia, el desinterés ante la palabra del o t r o , son también
y maestros. Porque las normas son intrínsecas a la constitución psíquica. formas de crueldad y de violencia que se ejercen de manera menos visi-
O t r a vez la larga duración, que nos r e m o n t a al tiempo histórico en el que ble que la cachetada o la paliza. Este l i b r o nos p r o p o n e una tarea cicló-
la escuela, j u n t o con otras instituciones, abandonó la tarea de preservar pea, no la de ponerle u n límite exterior a la violencia, sino la de construir
y reproducir la construcción de legalidades. E l i n c u m p l i m i e n t o de las Kujctos capaces de definir los límites de la propia violencia. Esto, en el
promesas también f o r m a parte del abandono de ese papel. contexto de u n m o m e n t o histórico en que tenemos que reparar y supe-
L a escuela que necesitamos debe construir proyectos, "tiene que esta- rar las "formas degradadas de u n país que viene de años de i m p u n i d a d ,
blecer u n reordenamiento psíquico convirtiéndose en semillero de suje- de r o b o , de d e t e r i o r o , de pérdida de valores y creencias morales y de pér-
tos sociales". Esta acción se expande p o r afuera del h o r i z o n t e escolar y dida de referencia al semejante".

ho II I
V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r

•Hilo c o n d u c t o r en u n laberinto de la historia, c o m o en toda la obra de


Bleichmar, se c o m b i n a n mente abierta y principios claros, ausencia de
d o g m a t i s m o , confrontación c o n las dificultades, r u p t u r a del facilismo.
E n fin, u n llamado a una construcción colectiva que vaya p o c o a p o c o
desarmando el d o l o r y generando condiciones para la construcción de
proyectos, individuales y colectivos, en el marco de nuestro reconoci-
m i e n t o m u t u o c o m o sujetos capaces de transformar la historia.

María del Carmen Feijoó SOBRE LA PUESTA DE LÍMITES Y


Santiago de Chile
LA CONSTRUCCIÓN DE LEGALIDADES

Texto publicado en la revista Actualidad Psicológica N° 348, diciembre, 2006.

12
L a imagen del niño c o m o u n pequeño p e r v e r s o - p o l i m o r f o , acuñada
por el psicoanálisis a l o largo de u n siglo, nos i m p o n e hoy u n trabajo de
diferenciación y reconceptualización c o n el objeto de hacer frente n o
lólo al embate ideológico que retorna sobre la base de una recuperación
de una pedagogía negra de manera más o menos mistificada, sino t a m -
bién a las ataduras que imposibilitan nuestro avance clínico.
U n m i t o : el del niño librado a sus pulsiones hasta la instauración del
l l i p e r y o c o m o resolución del conflicto edípico. U n a conclusión e n t o n -
ces: antes de la resolución de éste, vale decir, hasta aproximadamente los
cinco años, ausencia de toda perspectiva ética en la infancia, a merced de
deseos mortíferos de los cuales el niño debe ser resguardado -ideología
de la puesta de límites- o que debe ser tolerada, contenida -ideología de
Crianza libertaria, en la cual sólo hay que aguardar que la génesis se des-
pliegue en sus mejores t é r m i n o s - .

15 |
| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar
J S o b r e la p u e s t a d e límites y la construcción d e legalidades

E n m e d i o de esto una falacia: la herencia estructuralista de funciones


padre e hija es estructurante, y esto es verdadero al menos en las c o n d i -
materna y paterna que deja al a d u l t o despojado de clivaje, mostrándolo
ciones de producción de subjetividad que conocemos d e n t r o del deter-
h o m o g é n e o en el ejercicio de narcisizaciones y pautaciones que aparecen
minado sector de la h u m a n i d a d en el cual nos ha tocado vivir.
diferenciadas en función de las consecuencias psíquicas de la diferencia
anatómica. Funcional a la demanda de "puesta de límites" que se p r o p o - Volvamos entonces a la teoría psicoanalítica para señalar que, si u n méri-

ne c o m o equivalente para la infancia de la " s e g u r i d a d " que se reclama lo enorme tienen la teoría de Lacan y la revulsión que instauró en u n psi-
para controlar el malestar vigente, es la construcción de legalidades la que coanálisis anquilosado y sin revisión, consiste entre otros en haber i n t r o -
debe ser rescatada c o m o cuestión central de la infancia, y la derrota de la ducido la función terciaria de la interceptación del goce y haber arranca-
impunidad l o que realmente brindará garantías de la construcción de u n do el proceso de edipización infantil de la condena endogenista a la cual
recontrato intersubjetivo en la sociedad actual. parecía destinado, p o n i e n d o el acento, mediante u n giro teórico fenome-
nal, en la prohibición de intercambio de goce entre el niño y el adulto.
L a agenda política n o define, de todos m o d o s , la agenda científica,
pero tiene su influencia en esta última, en v i r t u d de que el "sentido Sin embargo, queda abierta la cuestión de si esta interceptación puede
c o m ú n " -vale decir la apreciación ingenua de ciertas perspectivas- inva- ser sostenida bajo la denominación de Nombre del Padre, que es en últi-
de el pensamiento de quienes tenemos la obligación de sostenernos, aun- ma instancia el m o d o con el cual se definió, en términos generales, la
que sea u n p o q u i t o , p o r encima de las perspectivas aplanantes que se pre- implementación de la ley edípica en el interior de la familia patriarcal bur-
tenden i m p o n e r desde modelos vigentes cuya única racionalidad es prag- guesa de Occidente. Atreviéndome incluso, en una n o t a al pie, a afirmar:
mática y cuyo sostén se establece en razón de l o dado y n o de aquello p o r ¿cómo conciliar este afán universalista c o n tal nivel de subordinación sin
alcanzar, que es en última instancia la única función del pensamiento en dejar entrever el pensamiento -hegeliano desde el p u n t o de vista filosó-
su sentido más radical. fico, colonial desde la perspectiva política- que considera a la Francia de
las luces (con su región negra ensombreciéndola) c o m o la culminación
H e señalado en otra o p o r t u n i d a d que el concepto de función paterna
de la H i s t o r i a de la Humanidad? ¿Por qué n o llamar "metáfora del t í o "
parte de los descubrimientos de Lacan, que constituyen ya conceptuali-
o " d e l c u ñ a d o " , o del "jefe t r i b a l " o, incluso, de la "amazona p r i n c i p a l "
zaciones importantes de la teoría psicoanalítica en general, y que mere-
al significante c o n el cual se i n t r o d u c e la ley de cultura en el hiato que
cen ser revisados y despojados de los elementos de la subjetividad del
arranca al niño de su captura originaria y l o precipita a la circulación? 1

siglo X X que los atraviesan.


Vayamos haciendo una puntuación de problemáticas para señalar, en
N o se puede destituir u n enunciado teórico p o r razones ideológicas -
p o r m u y válidas que éstas fueran-, ya que l o verdadero n o puede ser primer lugar, que la cuestión del padre nos lleva, inevitablemente, a l o

subordinado a l o justo en el o r d e n de la ciencia, aunque sí puede serlo que hemos marcado antes c o m o construcción de legalidades. Si el m i t o
en el marco de las opciones éticas que se nos plantean. Por ello será nece- del parricidio en F r e u d parecería antropológicamente insostenible, tiene,
sario, siempre, someter a la prueba de racionalidad teórica el enunciado, por otra parte, la v i r t u d de poner en primer plano la cuestión de la cul-
y ver luego c ó m o se resuelve su modelización en el interior del sistema pabilidad c o m o inherente a los orígenes de las pautaciones de la cultura.
de ideas de q u i e n l o trabaja. L o verdadero, p o r otra parte, es verdadero N o se nace c o n "pecado o r i g i n a r i o " , pero sí con "culpa o r i g i n a r i a " , y es
en el interior de u n universo de posibilidades y n o eternamente verdade- esta culpa p o r el asesinato del o t r o la que opera c o m o ordenador y regu-
r o o umversalmente verdadero, más allá de las condiciones que l o p r o - la la circulación deseante en la cultura.
ducen. L a teoría de la gravedad es absolutamente verdadera, pero n o se
cumple en el espacio exterior, y la ley de prohibición del incesto entre
1. Ver: S. Bleichmar, Paradojas de la sexualidad masculina, Buenos Aires, Paidós, 2006.

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| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar S o b r e la p u e s t a d e límites y la construcción d e legalidades

. H a y acá, n o sólo en la supuesta historia que F r e u d rescata, sino en su E l complejo de E d i p o implica la posibilidad de reconocimiento del daño
teorización misma, u n acto fundacional de peso: la ética se constituye p o r producido a u n tercero - e n la teoría clásica, el padre al cual se pretende
la obligación al semejante, y el parricidio instituye u n daño necesario en arrebatar el objeto amado, vale decir la madre, con o d i o y b r u t a l i d a d - . Sin
su paradojal instalación, ya que u n o podría plantearse, c o m o se está embargo, m u c h o antes de eso, esta primera etapa de la que pretendo dar
haciendo en la actualidad, si habría pasión sin Judas, si habría pautación cuenta se sostiene en el deseo recíproco de protección ilimitada del obje-
en la cultura sin el crimen y su prohibición c o m o p u n t o de partida. C o m o to amado y en el sufrimiento que su d o l o r le implica. Se trata de u n c o m -
l o formuló Thomas M a n n en su novela histórica sobre Moisés, al referir- plejo juego de narcisismo y altruismo, en el cual la identificación al o t r o
se a la presunción de que toda su historia se constituye sobre la base del permite, al m i s m o tiempo, la instauración de las bases de toda legislación
asesinato de u n egipcio del cual sería responsable, dice: "Supo que si futura c o m o resguardo de reglas que i m p i d a n la destrucción m u t u a .
matar era hermoso, haber matado era terrible, y p o r eso matar debía estar Tercera cuestión en la cual necesariamente desembocamos, que remite a
p r o h i b i d o " . D e l m i s m o m o d o ha jugado Saramago c o n la Pasión, pero en la llamada Función del Padre y a su vigencia en la cultura. Varias aclaracio-
términos invertidos, al ponerla bajo las sombras de los Santos Inocentes, nes de inicio: es ya insostenible el furor estructuralista que termina super-
y la culpa que ello genera en Jesús p o r haber sido el único niño salvado. poniendo estructura edípica con constelación familiar, en razón de una
Culpa que, paradójicamente, n o l o lleva al agradecimiento, sino al h o r r o r diferenciación de funciones en la cual cada u n o de los miembros intervi-
al Padre p o r haberle evitado la m u e r t e , pero a costa de llevar siempre nientes se presenta sin clivaje. M e refiero a que el aporte de una estructu-
sobre sí m i s m o el peso de la acción altruista n o realizada p o r aquel. ra de cuatro términos tiene ventajas cuando es comprendida c o m o mode-
L a segunda cuestión que nos parece necesario abordar es si realmente lo, y desventajas cuando se pretende su traslado a la realidad encarnada p o r
la ética surge a partir de la inscripción de la renuncia edípica que da o r i - sujetos psíquicos. D i c h o aún más claramente: que el superyo sea patrimo-
gen al superyo o tiene antecedentes que van marcando la posibilidad de nio de la identificación al padre n o puede ya sostenerse en la idea de que
su instauración. L a práctica c o n niños y la observación de muchas situa- su proveniencia sea efecto ci^a-^Dresencia de u n " h o m b r e r e a l " - p a d r e ,
ciones de la vida cotidiana me han llevado a plantearme que los prerre- abuelo, tío o l o que fuera^fPadre,}» se conserva c o m o función, es una irrs^
quisitos del sujeto ético son más precoces de l o que se supone, y surgen 2 rancia en el interior de tocb>ÍQje6o psíquico, sea cual fuere la definición de
en la relación dual con el o t r o antes de que la terceridad se instaure. género que adopte y la elección sexual de objeto que l o convoque. ——•
Podríamos decir que la posibilidad del niño de entrar en una relación Esto trae dos consecuencias: p o r una parte, que hay que abandonar,
transitivista, que podemos llamar de carácter positivo, se caracteriza p o r definitivamente, el m o d e l o patriarcal de la familia de occidente para
la instalación temprana de m o d o s de identificación c o n el semejante c o n ceñirse a las condiciones racionales -vale decir reales- de producción de
respecto al sufrimiento que sus acciones puedan p r o d u c i r l e o a las que subjetividad. E n este sentido, seguimos atravesando el camino que nos
padezca sin su intervención directa. lleva a diferenciar entre producción de subjetividad y constitución psíquica,
para rescatar los paradigmas del psicoanálisis de su imbricación c o n una
subjetividad-desecho que los aprisiona. 3

2. H a sido Melanie Klein quien realizó el intento de reubicar la cuestión haciendo retro-
ceder para ello el complejo de Edipo a tiempos muy precoces de la vida. Su endoge- Rcformulé el concepto de E d i p o en términos del acotamiento que cada
nismo, sin embargo, plantea una traba irresoluble en razón de que la propuesta nau-
cultura ejerce sobre la apropiación del cuerpo del niño c o m o lugar de
fraga en el juego entre pulsiones y defensas de la cual el otro está excluido, salvo como
pantalla de proyección, remitiendo la fundación de la ética a las representaciones fan-
tasmáticas del sujeto y no a las condiciones exógenas de partida, de las cuales estas
representaciones se proponen dar cuenta. 3. Ver: S. Bleichmar, La subjetividad en riesgo, Buenos Aires, Topía, 2005.

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| S o b r e la p u e s t a d e límites y la construcción d e legalidades
| Violencia social - Violencia escolar • Silvia Bleichmar

miento que deja colar p o r sus intersticios estos fantasmas y deseos d e l


go'ce del a d u l t o , y la familia c o m o p r o d u c t o de las relaciones de filiación
o t r o . El Hombre de las ratas n o es sino u n ejemplo clásico de esta cues-
y n o de alianza. E n este sentido, es la asimetría de saber y poder entre el
tión. Vemos e n él realizado, en sus fallas y logros neuróticos, este m o d e -
n i ñ o y el a d u l t o y la responsabilidad que esta asimetría i m p o n e al adulto
lo excitante que i m p o n e el fantasma sádico de la renuncia del o t r o , de la
en función de la restricción de su p r o p i o goce l o que define los términos
hostilidad c o n la cual el niño es pautado si el a d u l t o n o tiene a suficien-
c o n los cuales la función de construcción de legalidades en el nivel de la
te distancia aquello que debe estar r e p r i m i d o .
subjetividad debe ser redefinida. ¿Cabe en el marco de estas condiciones
seguir sosteniendo el concepto de Nombre del Padrei Es indudable que Pregunta de r i g o r en nuestra práctica, entonces, ante el p e d i d o de
c ó m o se pone u n límite: " ¿ Y qué siente usted cuando él o ella hacen esto
hay una diferencia entre los conceptos de Función paterna, y Nombre del
o lo otro?"
Padre -mayúscula esta última n o destinada a acuñar el concepto, sino a
darle carácter mayestático-. Q u e u n padre consulte sobre c ó m o pautar la masturbación c o m p u l s i -
I n d u d a b l e m e n t e , el Nombre del padre es efecto de u n entrecruzamien- va de u n niño, que u n a madre n o sepa c ó m o limitar la agresividad de u n o
t o entre el i n t e n t o de establecer u n " i n t e r " , u n separador en el nivel sim- de sus hijos contra o t r o , n o p e r m i t e el o r d e n de una respuesta general
bólico que i m p o n g a la descaptura del niño de la madre, y la f o r m a que sobre los límites, sino, precisamente, una demanda de respuesta c o n res-
t o m a en la familia francesa del siglo X X esta función n o m i n a t i v a q u e , pre- pecto a c ó m o el o ella misma sienten estas acciones lesionantes hacia sí
tendiendo dar cuenta de la interdicción del deseo de la madre p o r el h i j o , mismo o hacia el o t r o p o r parte del niño.
regula, en definitiva, el deseo de la madre en el interior de las relaciones U n padre se mostraba asombrado de que la madre me contara, en una
matrimoniales sacrosantamente y civilmente pautadas. entrevista, que él se había reído cuando sus niñas, de tres y cinco años, se
E l segundo aspecto es de carácter político y sociológico y n o nos dieron u n "beso de lengua". M e preguntaba a mí c ó m o debía reaccionar,
detendremos a debatirlo. E l debate psicoanalítico debe quedar centrado, dado que pensaba que la madre exageraba. L a respuesta n o podía ser del
entonces, en esta formulación de que es el padre q u i e n ejerce la función orden del moralismo, pero sí del fantasma implicado: si a él le daba risa este
separadora, t r a n s m i t i e n d o una ley de_cjiltura. Señalemos al respecto, y hecho, ¿qué sentía si dos mujeres más grandes l o realizaban? ¿Asco, placer?
sólo con vistas a apuntar a u n debate posible, que n o se tiene en cuenta N o esperando una respuesta con esto, sino simplemente proponerlo c o m o
en esta mónada que constituyen los elementos estructurales que el padre, algo sobre l o cual él mismo tenía que explorarse para poder abrir u n inte-
legislador omnisciente, es al m i s m o tiempo parte implicada, y que la ley rrogante sobre su propia sexualidad y el lugar que ésta jugaba con respec-
n o se transmite, en su caso, sino bajo dos prerrequisitos: en p r i m e r lugar, to a sus niñas, sabiendo que toda pautación es resistente a la perversión del
la aceptación amorosa del h i j o - q u e la inscribe p o r amor a q u i e n la o t r o , cuando la discusión t o m a el carácter de oposición de racionalidades.
imparte y n o sólo p o r t e r r o r - y, en segundo lugar, la infiltración perma-
L a ley, en el campo de la intersubjetividad, n o se transmite de m o d o
nente de fantasmas y residuos sexuales del a d u l t o que la i m p a r t e .
despojado. E l legislador r o m a n o o ateniense c o n el cual se ha intentado
Es en este sentido que debemos decir que si los cuidados precoces del en psicoanálisis deificar la figura del padre, suerte de Moisés con las tablas
o t r o p r i m o r d i a l - l l a m a d o usualmente m a d r e - dejan filtrar lo que en la m a n o , siempre dispuesto a sancionar al niño que adora a ese bece-
Laplanche ha llamado del o r d e n de la implantación sexual, vale decir de rro de o r o que es la madre, n o es trasladable a la vida sexual cotidiana n i
la transmisión de u n o r d e n de excitación que tiende a r o m p e r el o r d e n a los límites en los cuales ésta se juega.
natural y a instaurar l o h u m a n o en términos de plus l i b i d i n a l , del m i s m o
Diferenciación entre la función de construcción de legalidades en la
m o d o la transmisión de la ley infiltra los fantasmas del a d u l t o , deja paso
infancia de la crueldad c o n la cual el adulto - y p o r qué n o el analista-
a representaciones que devienen excitantes, y regula en el m i s m o m o v i -

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V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar

puede ejercer acciones supuestamente tendientes a pautar, pero que en


realidad encubren u n goce sádico al cual el niño queda s o m e t i d o , en
razón de encontrar la racionalización en este caso teórica, si n o ideológi-
ca, c o n la cual se recubrió en otros tiempos.
Diferenciación también entre benevolencia hacia el p o l i m o r f i s m o infan-
t i l y complicidad perversa, recubierta esta última de u n discurso hedonis-
ta que avala h o y t o d o goce, y rehusa al f u t u r o su condición de tal en f u n -
ción de postergaciones y renuncias necesarias para el ejercicio del princi-
p i o de placer.
Pero, yendo más a f o n d o : la puesta de límites dando cuenta de los bor- L A CONSTRUCCIÓN DE LEGALIDADES
des fallidos, pero inevitables en la construcción de legalidades, ya que n o
hay incorporación perfecta de la ley -salvo en la psicosis desubjetivante-.
COMO PRINCIPIO EDUCATIVO
E l límite periférico, c o m o la muralla, dando cuenta de la necesidad de
cercar u n t e r r i t o r i o en los comienzos, pero de su fracaso en el proceso de
constitución del proceso psíquico o civilizador.
Construcción de legalidades c o m o cuestión central, la puesta de lími-
tes c o m o problemática fronteriza, ya que el psicoanálisis n o puede for-
mar parte, bajo n i n g u n a coartada, del brazo represivo que intenta sofo-
car el malestar sobrante mediante acciones constrictivas o medicaciones
aplacantes. Se trata, en última instancia, de rescatar nuestra práctica de la
captura a la cual nuestras propias aporías nos lanzan.

Transcripción y adaptación de una videoconferencia que tuvo lugar el 26 de


agosto de 2006. Fue organizada por el Observatorio Argentino de Violencia en
las Escudas, junto con U N E S C O , Brasil, la Universidad de San Martín y el
Ministerio de Educación de la Nación. Las licenciadas Mariana Moragues y
Mará Brawer -de la Subsecretaría de Educación de la Nación- tuvieron a su
cargo la presentación del encuentro, del que participaron directivos, maestros y
gabinetes de las distintas provincias del país, cuyo diálogo el lector puede seguir
a continuación de la exposición.

22
Deseo plantear u n c o n j u n t o de reflexiones, n o de respuestas. Creo que
respuestas nunca he t e n i d o , p o r q u e la realidad siempre circula más rápi-
d o de l o que u n o puede responder y se trata de construir j u n t o s , a par-
t i r de la reflexión en c o m ú n , las líneas directrices de las nuevas cuestio-
nes. O c u r r e que n o tenemos parámetros claros sobre cuáles son las nue-
vas condiciones de producción de subjetividad en el país. Y esto hace que
a veces las preguntas mismas presenten dificultades para explicar la c o m -
plejidad del proceso. D e manera que el diálogo es tan i m p o r t a n t e por-
que, más que la construcción de respuestas, comenzamos a poder p u n -
tuar las preguntas que nos tenemos que hacer y a pensar sobre qué pará-
metros hay que empezar a organizar algunas respuestas.
¿Por qué propusimos este tema? Este título, " L a construcción de lega-
lidades c o m o principio e d u c a t i v o " , de alguna manera se fue armando.

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I V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar 1 L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o

Todos estamos profundamente preocupados p o r las nuevas formas que D e esto se desprende que n o se puede educar para el presente, es nece-
t o m a la violencia en la Argentina: n o solamente hay una mayor cantidad, sario educar para el f u t u r o . Porque, si educamos para el presente, vamos
sino que también aparecen nuevas formas de violencia que n o existían a estar p r o f u n d a m e n t e desanimados, sobre t o d o si esta educación para el
anteriormente. Antes era inexplicable que, en u n país c o m o el nuestro, presente es la de los sectores más postergados. E n épocas m u y críticas de
ocurriera algo c o m o l o que pasó hace poco en C a r m e n de Patagones ; o 1 la h u m a n i d a d se ha manifestado el problema de c ó m o se educa en estas
que u n chico intentara golpear a una maestra, salvo que estuviera m u y condiciones, si se está preparando a u n sujeto para u n f u t u r o que toda-
p e r t u r b a d o ; o que una madre intentara golpear a u n docente. Era i m p o - vía n o se avizora. E n este sentido, la educación n o puede estar planteada
sible que alguien llevara u n destornillador para agredir a u n compañero. en términos de las condiciones actuales. Muchas veces he bromeado
Había formas de la violencia, pero eran formas infantiles. Y o j i o _ c o n - ^ diciendo: "Si u n o educara para las condiciones actuales, educaría psicó-
cuerdo c o n los_quej)lajU£aiL.qu^ patas". Recuerdo que hace muchos años m i hija, que ahora es adulta, me
actuales, de u n fenómeno cme_ ocurrtó^iempre. Esto n o es verdad, p o r - preguntó: " M a m á , ¿vos estás segura de que, si u n o se r o m p e m u c h o y
que l a s ü b r j m g f ^ ^ m u y severos d ^ ^ s u b j e - hace cosas c o n m u c h o esfuerzo, u n día le va a i r bien?" Y y o le dije, con
tivación en el país, y de procesos m u y p r o f u n d o s d e j m p j i n i d a d j j ^ e n - total desparpajo, sabiendo que n o era del t o d o cierto: " P o r supuesto,
thTÚejito acumulados. H o y m i preocupación consiste en una propuesta q u e r i d a " . Así c o m o en una época les decía a mis hijos que los niños n o
más general c o n respecto a la sociedad argentina. se morían, también les decía que, si u n o se rompía el alma, iba a estar
seguro de que le iba a ir bien en la vida.
U n o de los problemas más serios que afrontamos es, precisamente, la
MAYOR SEGURIDAD VS. MENOR IMPUNIDAD forma en que se inscribe la problemática educativa en el adulto c o m o
ausencia de f u t u r o y, en los chicos, c o m o inmediatez. ¿Qué quiero decir
E n primer lugar, les p r o p o n g o pensar c ó m o hacemos para cambiar la con esto? Sabemos que, a partir del proceso de reconstrucción que ha
agenda que pone el acento en la seguridad, para p o n e r l o en la i m p u n i - vivido la ética, en las escuelas privadas gran parte de los maestros son
dad. Porque l o que define el p r o b l e m a de la falta de coto a las distintas considerados asalariados de los padres p o r parte de los hijos y, en las
formas de violencia n o es la inseguridad, sino la i m p u n i d a d . Por ejemplo, escuelas del Estado, gran parte de los niños consideran a los maestros
los noticieros de la noche, retomados p o r los diarios del día siguiente, compañeros de pobreza. Esto, p o r supuesto, plantea una situación m u y
nos i n f o r m a n que dos policías atropellaron una casa en el conurbano, difícil: ¿cómo recomponer la confianza en el f u t u r o a partir del conoci-
entraron hasta el l i v i n g con el automóvil p o r q u e estaban totalmente miento? L a educación n o es la transmisión de conocimientos y m u c h o
borrachos... y h o y están ejerciendo de nuevo. Es absurdo plantear que el menos en una época en la cual la tecnología se encarga de producirlos y
problema del país se soluciona con u n mayor presupuesto para la policía. de impartirlos. Conocemos a una gran cantidad de chicos que fracasan
E l problema es ver c ó m o se detienen los bolsones de i m p u n i d a d que se en biología, pero saben u n m o n t ó n p o r ver Discovery Channel. Acá
arman en u n país totalmente desgastado, desde hace muchos años, p o r la tenemos u n p r o b l e m a de ajuste nuestro con respecto a la intersección
i m p u n i d a d de los estamentos de poder. Esta i m p u n i d a d infiltró al c o n - entre la tecnología o las nuevas tecnologías y la escuela. Sin embargo, la
j u n t o de la sociedad, determinó formas de violencia y arrasó con una cul- qseuela- tiene que cumplir una función que n o puede cumplir n i n g u n a
tura, n o solamente del trabajo, sino de la ética. tecnología, que es la p r a d j i r a ó n ^ í s ^ j e j w i ^ d . Y más todavía, en u n
m o m e n t o en que los medios en general están en manos de corporacio-
1. Ver: "Carmen de Patagones: la patología singular en el marco de la violencia social y nes, el único lugar que queda para p r o d u c i r una subjetividad realmente
escolar", pps. 89 a 121 de este libro.

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| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar
L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o

potable para el f u t u r o es la escuela. Y ahí es d o n d e se van a i r confor-


A partir de este p r o b l e m a se abre o t r o nuevo, que es el de la relación
m a n d o estas cuestiones que son las que y o quiero plantear con respecto
entre ley, derecho y autoridad. Muchas veces los maestros se plantean:
a las legalidades.
¿qué pasa c o n el respeto a la autoridad en u n país donde la autoridad
E n segundo lugar, me parece u n tema i m p o r t a n t e la diferencia entre estuvo al servicio de la corrupción y del asesinato durante tanto tiempo?
ética y m o r a l . Justamente, los maestros se preguntan c ó m o responder a D u r a n t e años se deconstruyó la confianza básica en quienes tienen la
cuestiones que n o saben n i siquiera de qué o r d e n son. Consideremos los simetría responsable de hacerse cargo de los más débiles: los descuidaron,
casos de embarazos adolescentes y las relaciones sexuales, vinculados c o n hicieron usufructo y hasta los a n i q u i l a r o n . E n realidad, ésta es la cues-
el debate que hay actualmente sobre i m p a r t i r o n o educación sexual. tión: la autoridad n o se puede ejercer sin derecho m o r a l ; con l o cual
C u a n d o y o f u i consultada, dije que el problema n o era impartirles la e d u - vemos que hay dos formas de autoridad, la que se pretende i m p o n e r
cación, sino procesar la información que los chicos ya traen, es decir, desde el p u n t o de vista de la puesta de límites y la que se plantea c ó m o
crear situaciones metabólicas. instalarse desde el p u n t o de vista de las identificaciones internas, c o n la
legislación que transmite aquel que tiene derecho ético a hacerlo.

Toda ética, es decir, l o que K a n t llamó el imperativo categórico, está


basada en l o siguiente: " A c t ú a j i e tal manera que t u conducta pueda.ser
MORAL VS. NATURALEZA
tomada c o m o n o r m a universal". Esto, d i c h o simplemente, es: " N o le
hagas al o t r o l o que n o quieres que te hagan". O sea que l o que y o hago
> Además, hay que salir del doble juego de creer que la sexualidad es del tiene que ser bueno para mí y para el o t r o : si y o n o r o b o , supongo que
orden de la religión o de la naturaleza. N o es n i de una n i de otra, sino el o t r o n o me va a robar; si y o n o m a t o , supongo que el o t r o n o me va
que pertenece al o r d e n de la cultura. Cuando se plantea, c o m o dilemáti- a matar. E n otras palabras, i n t e n t o que m i conducta pueda servir para la
ca, moral versus naturaleza, se abre una falsa disyuntiva, porque el p r o - relación c o n el o t r o . Pero hay una degradación de este principio que ha
blema está precisamente en que el respeto p o r sí m i s m o y p o r el o t r o es llevado en muchos casos al t e r r o r y a las formas perversas de los Estados:
definido p o r la ética. L a ética siempre está basada en el principio del seme- "Actúa de tal manera de complacer al legislador". Esto es l o que se ha
jante, es decir, en la f o r m a con la que y o enfrento mis responsabilidades planteado en la historia reciente respecto de la Obediencia D e b i d a .
hacia el o t r o . L a ética consiste en tener en cuenta la presencia, la existen- También en la Antigüedad encontramos casos c o m o el de Antígona,
cia del o t r o . Si ustedes piensan en los mandamientos, el primer manda- que representa el conflicto entre la ley del tirano y la ley humana del entie-
m i e n t o es " n o matarás", con l o cual l o que plantea es qué responsabilida- r r o a los muertos. Recordemos que Antígona era una joven griega que
des tengo hacia el semejante; mientras que la m o r a l es u n c o n j u n t o de for- quería enterrar al hermano y el tirano n o la dejaba porque, según él, el
mas históricas de las que se van t o m a n d o los principios con los cuales se muchacho había traicionado a la ciudad. Es verdad que el tirano tenía una
legisla. Y muchas veces la opinión pública interviene en la sexualidad p r i - ley del entierro, pero en realidad había dos leyes contrapuestas. U n a era de
vada. A nadie se le ocurriría hoy, en ciertos lugares, pensar que la h o m o - carácter universal: " A los muertos se los entierra" (como vemos, esta situa-
sexualidad es una inmoralidad. Sin embargo, sabemos que la violencia, ción tiene resonancias de la dictadura en nuestro país). L a otra ley era: " A
tanto en las parejas heterosexuales c o m o homosexuales, es una falta de los traidores n o se los entierra". Entonces... ¿los traidores han dejado de
ética en cuanto al respeto al semejante. Así, vuelvo a poner en el centro la ser seres humanos y n o les corresponde ser enterrados? Y acá viene la idea:
problemática de la ética. para que mis obligaciones éticas se constituyan c o n respecto al otrQj_yo_,
tengo que tener una noción del semejante que sea abarcativa.

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| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar | L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o

• D e las formas perversas que t o m a la ley hay ejemplos terribles en la his- dad argentina. H a y u n cambio de discurso: hoy la madre le dice a los chi-
toria. Es así c ó m o el jefe de u n campo de concentración podía sentir cos " n o robes que te echan de la escuela". M i madre hubiera d i c h o : " n o
culpa p o r n o pasar la Navidad con los hijos, pero n o la sentía p o r man- robes, que me m u e r o de vergüenza". A l decir " n o robes que te echan de
dar a matar a doscientos niños. D e esa manera él definía el concepto de la escuela", la moral se degrada en moral pragmática, o sea que l o que n o
semejante c o n respecto a los propios y n o a los ajenos. Así, una de las for- hago es porque n o me conviene, n o porque n o se debe hacer. Acá viene
mas primeras de ejercer la i m p u n i d a d es la invisibilización de la víctima, la cuestión del imperativo categórico: el " n o se hace" es l o que hace a la
es decir, que la víctima deja de ser visible. condición humana. E n este sentido, u n paciente mío le preguntó a su
padre: " ¿ P o r qué n o me puedo casar con mamá?". Y el padre le respon-
Esto es l o que ha pasado con los excluidos. Por eso se enoja tanto la clase
dió: " P o r q u e y o llegué antes". Esta respuesta causa mucha gracia, pero n o
media cuando aparecen en las calles. Porque en realidad el deseo es:
responde a la pregunta. E n realidad, la respuesta es: "Porque n o se debe".
"Metamos la basura debajo de la alfombra". Mientras están en la villa, n o
importa; el problema es cuando aparecen en el medio de la ciudad. Aquí hay u n p u n t o que tiene que ver con la creencia en la palabra del
Entonces, invisibilicemos a las víctimas. A tal p u n t o esto es i n m o r a l , que l o o t r o , y esto tiene que ver c o n la educación. ¿Por qué u n niño acepta que
que corresponde a una tarea del Estado -que es asistir a aquellos que están dos más dos son cuatro? Porque cree en q u i e n se l o dice, si n o , n o podría
en situaciones precarias- es vivido c o m o una tarea de caridad a costa de los aceptarlo. Esto es m u y interesante en los niños que n o aceptan los lími-
bolsillos de los pudientes. Por l o tanto, a la infamia de tener que asistir a tes de la ley. Por ejemplo, los que se quejan de tener que aprender cier-
seres humanos que están reducidos a su bio-supervivencia, se agrega la tas cuestiones: ¿por qué se escribe c o n "h"? Y si se escribe con " h " , ¿qué
infamia de considerar que eso es u n acto de caridad y n o una responsabili- vamos a hacer? Yo tengo u n n i e t o que estaba aprendiendo a leer y escri-
dad colectiva que nos compete. E n esta situación, la diferencia entre ley, bir y decía: " P e r o . . . ¿por qué esta palabra se escribe c o n 'h'? ¿Por qué
moral y ética es m u y clara: la moral se mantiene dentro de las pautas de la ésta va c o n 'c' y n o con V ? " Él se iba enojando a medida que leía. Pero
ley, la ética a veces tiene que transgredir las pautas que da la misma ley. la cuestión es así: n o se puede cambiar la lengua p o r q u e está asentada en
ciertas reglas. Por el contrario, se pueden cambiar cosas en la sociedad
cuando u n o se pregunta: " B u e n o , p e r o . . . ¿por qué tiene que ser así?",
siempre y cuando se diferencie entre las leyes y la ética.
L A MORAL PRAGMÁTICA DEGRADA AL SUJETO Y AL OBJETO Por otra parte, desde que nacemos, si tuviéramos que aprender a vivir
por ensayo y error, nos moriríamos al primer error. N o se puede aprender
a vivir p o r ensayo y error: n o les metemos a los nenes los dedos en el
D e las consideraciones anteriores surge entonces este interrogante de
enchufe para que sepan que la gente se muere p o r la descarga de corrien-
base: ¿en qué legalidades vamos a educar? ¿Vamos a educar en legalida-
te eléctrica. E n cambio, les decimos: " N o toques, porque te m o r í s " . Y el
des que tienen que ver c o n la ética universal respecto de la función del
niño nos cree. N o sabe bien qué es morirse, pero sabe que es perder el
semejante, o vamos a educar en legalidades que tienen que ver c o n for-
cariño del adulto. Yo he escuchado a u n niño una vez decir: "Si me
mas acomodaticias? M e refiero a formas c o m o las de María Julia, cuan- 2

muero, m i mamá me mata". Esto es absolutamente maravilloso. También


d o le dijo una vez al M i n i s t r o de E c o n o m í a : "Firma, que es excarcela-
vi una mañana a u n chico que, arrastrando su mochilita en u n carrito, se
b l e " . Esta desviación a la moral pragmática está m u y presente en la socie-
arriesgaba cruzando descuidadamente una calle p o r t e m o r a llegar tarde a
la escuela. E l mayor temor era transgredir la regla escolar y n o había
2. María Julia Alsogaray fue funcionaría durante el gobierno del ex-presidente Carlos
noción de preservación de la vida.
Saúl Menem, en el que ocupó diversos e importantes cargos.

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Por l o t a n t o , n o se aprende p o r ensayo y error, sino p o r confianza en blema n o está en cuánto límite exterior ponemos, sino en c ó m o cons-
el o t r o . Se aprende p o r q u e j i n o cree en la palabra del o t r o . truimos una nueva cultura en la seguridad interior sobre la base de la
confianza en el semejante, es evidente que el p r o b l e m a principal en la
A h o r a b i e n , nosotros vivimos en u n país d o n d e la palabra ha p e r d i d o
escuela n o está en la puesta de límites, sino en la construcción de legali-
sentido. U n a característica de los argentinos es que nos hemos hecho
dades. Porque el límite es exterior, n o educa. A u n q u e a veces haya que
todos semiólogos: en lugar de preguntarnos qué quiere decir l o que
ponerlo en la base de la instauración de ciertas leyes.
escuchamos, nos preguntamos p o r qué l o dijo el o t r o . Si alguien dice que
fulano roba, u n o n o se pregunta si es verdad que fulano roba, sino que Por supuesto que a veces, cuando las palabras n o alcanzan, es necesa-
da p o r sentado que es m u y posible. L a pregunta que se hace es: ¿por qué ria una mayor contundencia discursiva. Cuando los padres les dicen a los
lo dice ahora este otro? ¿A qué responde este enunciado? Esto muestra chicos que n o p o n g a n los dedos en el enchufe, l o dicen c o n u n fuerte
una degradación de la palabra, pero n o es que nosotros degrademos la t o n o . N o les dicen: " A y , q u e r i d o , n o pongas el d e d i t o en el enchufe...
palabra, es que la palabra se degradó en la A r g e n t i n a . Se utilizó para ¿sabes que te podes m o r i r ? " . Nadie l o dice así, generalmente ingresa la
encubrir: las metáforas que se usaron en la dictadura y en los noventa palabra y, p o r supuesto, gritamos. Esta es una suerte de violencia.necesa-
eran una degradación del lenguaje. T o m e m o s c o m o ejemplo el famoso ria, i m p r e j K i r i d ^ k ^ J a de r^útacTón e instalación de normas. La cuestión
concepto de ingeniería empresarial: es l o que fue la ingeniería de sanidad se plantea en términosjdejsij^sjajDaute arbitrarie-
de los nazis. Se llamaba ingeniería de sanidad a la limpieza étnica; acá se dad d^Jaautqricíad que la instala o d£jina^jnorrnajojpauta.que l o i n c l u -
llama reingeniería empresaria al despido y la reacomodación, a los fines ye. Es decir que, si la n o r m a es arbitraria, está definida p o r la autoridad.
de aumentar las ganancias de las empresas, así que estamos usando per- En cambio, si la n o r m a es necesaria, está definida p o r una legislación que
manentemente u n eufemismo que borra la calidad de la acción. D e esta pone el centro en el derecho o en la obligación, colectivos, " t e obliga a
manera, las palabras n o r e m i t e n a acciones, sino que pretenden encubrir ti tanto c o m o a m í " . Y éste es el gran debate escolar de hoy.
acciones. A f o r t u n a d a m e n t e , l o d i g o c o n tristeza, c o m o nos fue m a l c o n Pero claro, una enorme cantidad de niños son asistidos en t o d o senti-
t o d o eso, hemos empezado a preguntarnos c ó m o recuperamos otra do p o r la escuela, de tal f o r m a que el aprendizaje pasa a ocupar u n lugar
f o r m a de vivir. Esto ha llevado a una reubicación c o n respecto a la iden- secundario. A tal p u n t o , que en numerosas escuelas h u b o que mantener
t i d a d nacional y a la cultura del trabajo. E n los noventa, hablar de cier- los comedores abiertos durante las vacaciones p o r q u e si n o , los niños n o
tos principios éticos era f o r m a r parte de la " g i l a d a " , para decirlo simple- comían. Esto pone en evidencia una situación terrible en el país. C u a n d o
mente. Éramos los t o n t o s , y había cosas impronunciables. Oponerse a yo era chica, todos los de m i generación, salvo sectores m u y reducidos,
una privatización era una locura, u n anacronismo. H o y sabemos que n o fuimos a escuelas del Estado. U n día, en segundo grado, las maestras nos
es así, que la privatización ha sido una f o r m a de estafa b r u t a l , c o r r u p t a hicieron llevar comida y también cubiertos para enseñarnos a usarlos
n o sólo p o r el resultado, sino p o r la f o r m a en que se realizó. bien, era u n país proyectado a f u t u r o . Suponían que íbamos a vivir m e j o r
que nuestros padres, con l o cual nos tenían que enseñar a vivir en u n
m u n d o mejor. N o se trataba solamente de comer, de llenarse la panza,
lino de incorporar formas de comer en la mesa, l o cual tiene que ver c o n
É T I C A Y CONSTRUCCIÓN DE LEGALIDADES
la cultura. Indudablemente, en los últimos tiempos, la escuela ha abierto
Un enorme debate, sobre t o d o en los años 2 0 0 1 - 2 0 0 2 : si la función de
Volviendo a la cuestión central sobre la ética y la construcción de lega-
U escuela es alimentar o educar. Esta discusión explícita una tensión per-
lidades, si el p r o b l e m a de nuestro país es pasar del concepto de mayor
manente, m u y grave, entre necesidades actuales y necesidades futuras.
seguridad al concepto de menor i m p u n i d a d , si cuesta plantear que el p r o -

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E n este sentido, el tema de las papeleras constituye una tensión per-


3
que preguntar es qué capacidad de enlace tiene, n o con las normas del
manente y es u n o los grandes conflictos que tenemos en Latinoamérica. o t r o , sino c o n las normas del p r o p i o g r u p o .
Por u n lado, es u n daño a la ecología y, desde el p u n t o de vista estraté-
gico, n o hay duda de que está mal que se instalen papeleras que p r o d u -
cen la degradación del m e d i o ambiente. Por o t r a , n o se puede descono-
E L AMOR AL PROPIO GRUPO Y LA CAPACIDAD DE TRANSFERIRLO
cer la necesidad de crear trabajo, de m o d o tal que los mismos sectores
que quieren el trabajo son los que después se quejan de la degradación
del m e d i o ambiente. Por l o t a n t o , estamos en una lucha constante entre Es el amor, la lealtad al p r o p i o g r u p o , l o que determina la posibilidad de
las necesidades inmediatas y la construcción de f u t u r o . transferir ese amor al resto de la h u m a n i d a d ; y, p o r supuesto, algo insal-
f Según estadísticas en la actualidad hay m u y pocos adultos que hayan vable se produce con los jóvenes que odian a todos, c o m o es el caso de
sido niños de la calle. Y esto n o tiene que ver solamente c o n que ahora Júnior en C a r m e n de Patagones. Vemos en este caso u n paradigma ter-
5

hay más niños de la calle, tiene que ver también c o n que hay una p r o - rible de la violencia h o m i c i d a , banal, porque Júnior n o era u n chico c o n
porción m u y alta de niños de la calle que n o sobreviven. problemas en la escuela: aprendía bien y n o hacía r u i d o , n o era u n v i o -
E n relación c o n esta problemática, hay u n l i b r o realmente apasionan- 4 lento ruidoso de esos que pegan o maltratan a sus compañeros. U n día
te que se llama Cuando me muera quiero que me toquen cambia, que llegó, liquidó a todos los que p u d o con el revólver, pero hasta ese día
cuenta la historia de " E l Frente V i t a l " . Es extraordinario ese n o m b r e : en estaba t r a n q u i l i t o , aislado y n o molestaba a nadie, p o r eso n o había lla-
u n país d o n d e h u b o tantos Frentes, es paradojal que u n chico de la calle mado demasiado la atención. H u b o varios casos c o m o esos, en los que la
asesinado se llame así, " E l Frente V i t a l " ( V i t a l era su apellido, l o cual ya violencia emerge de golpe p o r q u e ha estado silenciada m u c h o tiempo; en
n o es pequeña cosa, y " F r e n t e " , su apodo p o r el aspecto de su cara). Era ellos es difícil descubrir las pautas.
u n niño -más b i e n u n adolescente- que robaba, pero distribuía el botín C o n referencia a las pautas que debemos considerar, trabajé en u n p r o -
en la villa: una especie de " R o b i n H o o d " u r b a n o , y que además mante- yecto hace varios años para menores infractores en M é x i c o , y propuse,
nía ciertas legalidades sobre las formas en que se podía ejercer el delito. para el diagnóstico, medir qué capacidad de lealtades tenía el sujeto con
Y cuando l o matan, l o impresionante es que los más pequeños, que n o i u g r u p o , con aquellos otros que l o excentran de sí m i s m o . E n otras pala-
se educaron al lado de " E l Frente V i t a l " , tienen formas degradadas, des- bras, qué capacidad tenía de n o delatar a otros, de cuidar a otros, de socia-
preciables de ejercer el delito. lizar sus propias transgresiones, de reconocerse en esas transgresiones.
C u a n d o vemos a u n adolescente, u n n i ñ o ^ n r i e s g o , para saber cuan Insisto: hay que terminar c o n el m i t o de que la violencia es p r o d u c t o de )
rescatable puede ser para una vida social plena, l o p r i m e r o que se tiene la pobreza. La violencia es p r o d u c t o de dos cosas: p o r u n lado, el resentí- \
miento p o r las promesas incumplidas y, p o r el o t r o , la falta de perspectiva /
3. E l conflicto se desató por la instalación en Fray Bentos (Uruguay) de dos plantas pro- de f u t u r o . /
ductoras de papel. Los ciudadanos de la vecina localidad de Gualeguaychú (Entre
Ríos, Argentina) se manifestaron en contra de la instalación de las pasteras por la
I , Júnior (Rafael S., 15 años en aquel momento) era alumno de la Escuela Media N ° 2
importante contaminación que producirían en la zona.
ij Islas Malvinas, en Carmen de Patagones, provincia de Buenos Aires. E l 28 de sep-
4. Alarcón, Cristian, Cuando me muera, quiero que me toquen cumbia. Vida de pibes cho- tiembre de 2004 irrumpió en el aula armado con un arma de su padre, un miembro
rros, Buenos Aires, Norma, 2004. Ver además Bauman, Zygmunt, Vidas desperdicia- de Prefectura Naval. Disparó un cargador completo y recargó la pistola con otro, del
das. La modernidad y sus parias, Paidós, 2005. Una visión interesante sobre cómo se que salió una sola bala. Mató a tres chicos y malhirió a otros cinco. E l lector puede
puede parir, en la sociedad, la concepción de vidas útiles y vidas desperdiciadas. i encontrar, más adelante en este mismo volumen, textos que remiten al tema.

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LA RENUNCIA AL G O C E INMEDIATO ESTÁ GUIADA normativa, eran formas que tenían que ver c o n u n país autoritario en el
POR LA PERSPECTIVA DE FUTURO cual siempre estuvieron impresas las formas de normas que n o tenían que
ver con la convivencia y c o n el aprendizaje. Pero al m i s m o tiempo, en esa
escuela h u b o una enorme vocación de aprender y de superar el presente
¿Por qué cumplimos la ley? ¿Por qué aceptamos las normas? Porque
para construir u n f u t u r o , y esta es una idea que quiero transmitir.
sabemos que siempre perdemos algo a cambio de ganar algo. Se renuncia
a u n goce inmediato para cuidar la salud, p o r ejemplo. Supongamos que,
ahora que sabemos que existe el colesterol, miramos u n huevo f r i t o y l o
vemos c o m o u n misil. A partir de esa mirada, ¿por qué dejamos de comer- LAS NORMAS SON INTRÍNSECAS A LA CONSTITUCIÓN PSÍQUICA
lo? Porque queremos vivir más. U n o n o se alcoholiza t o d o el tiempo por-
que quiere estar lúcido para poder estar con otros o para poder hacer cosas. U n a última cuestión a la que me quiero referir es la siguiente: las n o r -
Por l o tanto, conservar o cuidar la vida implica una permanente renuncia a masjson intrínsecas a la constitución psíquica.
goces inmediatos, siempre y cuando se puedan proyectar en el f u t u r o .
Empecemos p o r la primera n o r m a que u n sujeto acata, que es el c o n -
Sin embargo, en nuestro país una enorme cantidad de chicos n o tienen t r o l de esfínteres. E l déficit de c o n t r o l de esfínter vesical, luego de cierta
claro cuál es su f u t u r o o directamente n o anhelan u n f u t u r o y viven en la edad y n o habiendo causas orgánicas, se relaciona c o n cierta i m p o s i b i l i -
inmediatez t o t a l . Y esto es l o que vemos reflejado en su i m p o s i b i l i d a d de dad de renunciar a cierta inmediatez para poder tener en cuenta la pre-
aprender. N o está dado p o r q u e n o sean inteligentes, está dado p o r q u e n o sencia de los otros.
creen que los conocimientos que reciban puedan servirles para enfrentar
Cuando los niños pequeños aceptan el c o n t r o l de esfínteres, en realidad
la vida. Se ven reducidos a la inmediatez de la vida que les ha tocado y
lo aceptan c o m o una f o r m a de demostrar el amor hacia el o t r o . Yo n o creo
nadie les propone soñar un país distinto desde una palabra autorizada. en la vieja idea freudiana de que el niño le regala las heces a la madre. L o
f > L a escuela, c o m o conformadora de subjetividad, debe tener en cuenta que le regala el niño a la madre es la renuncia a las heces, que es m u y dife-
estas dos variables: p o r u n lado, la producción de legalidades, n o la pues- rente, porque el niño n o dice "ay, se las regalo a m a m i y m a m i me hace
ta de límites; p o r otra parte, la capacidad de recuperar las preguntas que una tortita con eso", n o . Es patética esa idea. E n cambio, a m i entender,
inclusive n o pueden f o r m u l a r los niños o los jóvenes mismos, y e n p r i n - el niño regala su deseo de evacuar en cualquier lado, en cualquier m o m e n -
c i p i o , antes de responderlas, poder transcribirlas y repensarlas. Creo que to, p o r amor a la madre. Esta inscripción de la n o r m a va marcando ya una
esto es una función central: nosotros mismos vamos armando nuestros renuncia en el interior de la cultura.
propios interrogantes cuando escuchamos a los chicos y cuando vamos
Es m u y interesante que en el l i b r o de la Biblia titulado el D e u t e r o n o m i o ^
estableciendo c o n ellos estos interrogantes.
haya leyes sanitarias que son extraordinarias. Por ejemplo, y o pasé m u c h o l
Es evidente que tenemos m u y pocas respuestas hoy. L a primera tarea tiempo tratando de entender qué quería decir "hacer cosas indebidas d e n - !
es reconocer que estamos frente a formas de subjetividad que n o se ajus- tro del campamento", y era simplemente evacuar. También dice que hay/
tan a las del pasado, y que hay que rescatar algunas cosas del pasado y que llevar siempre una vara para hacer u n h o y i t o y tapar. Entonces en la/
otras n o . P o r ejemplo, y o n o rescataría de la escuela de m i infancia el Biblia, los guerreros que j u n t o c o n su lanza llevan siempre una vara, y
carácter militarizado con el cual había que ponerse el pañuelo sobre la todos esos supuestos viejitos que andan con su cayado, n o son sabios con
m a n o extendida, o la forma en que teníamos que tomar distancia para bastones, sino que l o hacen para n o dejar al aire sus excrementos. Estarnos^
entrar al aula. Esas n o eran formas que tenían que ver c o n la pautación hablando del respeto al o t r o , al semejante.

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L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o
V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar

Sobre estos principios son sobre los que tenemos que educar, si quere-
L A CONSTRUCCIÓN DE LEGALIDADES
mos recomponer u n país en el cual podamos reconocer l o p r o f u n d a -
Y EL UNIVERSO DEL SEMEJANTE
mente afectados que están nuestros jóvenes. Y tenemos que hacerlo de
una manera que n o sea una propuesta idealista de hacer todos u n pacto
Precisamente, el problema de la construcción de legalidades pasa p o r esto, de llevarnos bien y entendernos, sino de entender los nexos p r o f u n d o s
por la posibilidad de construir respeto y reconocimiento hacia el o t r o y por que hay entre una cultura que durante años propuso el " n o te metas"
la forma en c ó m o se define el universo del semejante. Ustedes vieron la can- mientras se asesinaba al semejante, que se continuó después en u n i n d i -
tidad de barbaridades que propician en este m o m e n t o los juegos infantiles, vidualismo de "salvarse solo, a costa de l o que sea" c o n v e r t i d o en u n
desde el " M o c o de K i n g K o n g " , famoso en una época y realmente asque- principio de vida y una cultura c o m o f o r m a de picardía que se convirtió
roso, hasta comerse gusanos de gomita y t o d o lo que estamos viendo, que en m o d e l o de ejercicio social.
son formas de degradación autoerótica. O como el caso de Suiza, donde se Tenemos que partir de reconocer el país que construimos o que
han construido baños en los que u n o ve desde adentro t o d o l o que pasa deconstruimos para poder educar a los jóvenes en el país que queremos
afuera, pero de afuera n o l o ven. Refiriéndose a esto, una paciente adoles- construir.
cente m u y graciosa me dijo: "Yo creo que esos tipos n o aguantan n i siquie-
ra estar solos en el b a ñ o " . M e pareció extraordinaria su observación, porque
yo pensé: " Q u é h o r r o r de cumplimiento de una fantasía exhibicionista: estar
Intervención de los asistentes
mostrándose, pero al mismo tiempo guardar el p u d o r " , l o cual demuestra
que acá la n o r m a es límite exterior y n o n o r m a internalizada. E n otras pala-
bras, el sujeto goza de estar viendo para afuera, con l o cual siente la sensa-
a
Soy director de una escuela primaria de la Ciudad de Buenos Aires y me

ción de que es visto, pero al mismo tiempo n o es visto. E l p u d o r como cui- preocupan problemas que yo veo sobre todo en relación a los chicos más

dado del p r o p i o cuerpo, el c o n t r o l de esfínteres, todas estas cuestiones tie- pequeños. Mi escuela no tiene jardín de infantes, por lo que recibo a los

nen que ver con los primeros modos de reconocimiento del o t r o , y aque- que vienen de otras escuelas.

llo a l o que se renuncia por reconocimiento hacia el o t r o . Entonces, cuan- Con respecto a la preocupación por construir legalidades, a mí me preocu-
do-el niño renuncia a ciertas cosas, l o hace porque n o quiere perdej^d^amor, pa justamente cómo podemos hacer desde la educación para ir dándoles a
rjero también_porque n o quiere producir sufrimiento en el o t r o . los chicos los límites que no traen de la casa. Porque a pesar de que algunos
cursaron el nivel inicial, no tienen incorporado el respeto que solíamos tener
Veamos o t r o caso. Hace u n t i e m p o pasó algo que me conmovió m u c h o :
nosotros de chicos. En aquella época, por el solo hecho de entrar a una insti-
una nena se había olvidado la muñeca más querida en la casa de su mejor
tución como la escuela y ver el guardapolvo blanco, sabíamos que de deter-
amiga, una niña de tres años, y esa amiga n o p u d o d o r m i r en toda la
minados límites no se podía pasar. Los chicos de hoy no tienen esos límites, no
noche pensando que la otra iba a extrañar a la muñeca. Yo dije: acá tengo
tienen incorporado el principio de autoridad, o el principio del adulto que
u n sujeto ético, acá tengo a alguien capaz de sentir que el o t r o está
es el que tiene que poner alguna pauta. Tal vez el dato que voy a dar tenga
sufriendo, empatizar con el sufrimiento de o t r o , sentirlo c o m o una res-
que ver con lo que está pasando en estos últimos tiempos: en mi escuela, un
ponsabilidad propia. Entonces, la_crueldad n o es solamente el ejercicio
80 o un 90% de chicos viven con sus familias en hoteles de los distintos pla-
malvado sobre el o t r o , sino que es también la indiferencia ante el sufri-
nes que dan las autoridades del gobierno de la ciudad o nacionales. Los
m i e n t o del o t r o . Es una f o r m a de inmoralidad y de crueldad la indiferen-
alumnos que están en primero o en segundo grado, jamás vieron levantar-
cia ante el sufrimiento.

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se a sus padres a la hora en que lo hacemos todos para ir a trabajar, es decir tarea bien remunerada. N o es necesario hablarles a los docentes de la
que no tienen incorporada la cultura de los padres que trabajan, que se degradación del precio del trabajo y de su precio simbólico en nuestro
sacrifican para ir a buscar el sustento, y desde ahí son muy demandantes, país. E n este sentido parece que nos hemos convertido en los maquila-
junto con sus padres, de la institución-escuela. Le piden, le exigen todo a la dores simbólicos del m u n d o , p o r q u e en A r g e n t i n a se hacen y se filman
escuela. T así como exigen, usan una libertad que avasalla las libertades y películas que n o p r o d u j i m o s , se hacen planos para construcciones que
los derechos, no solamente de sus pares, sino también de los propios maestros nunca veremos, se atienden teléfonos de empresas del exterior p o r sala-
que en este momento veo muy indefensos respecto de toda la protección que rios absurdos. C o n su capital simbólico, este país sigue participando del
tienen los chicos. Es bienvenido que la tengan, pero no como contrapartida m u n d o . Pero los niños han quedado excluidos de la adquisición de ese
los adultos, los maestros en este caso, deben quedar muy desprotegidos". capital simbólico. Los padres los mandan a la escuela con m u y poca con-
fianza en el f u t u r o .

Es m u y i m p o r t a n t e l o que este director plantea: el problema de los Yo también recuerdo el o r g u l l o del guardapolvo blanco, m i madre sen-
niños que ingresan a primer grado, provenientes en general de familias tía que era u n símbolo del progreso para el que y o estaba convocada. Los
carenciadas y que viven en hoteles asistidos p o r el Estado o p o r el gobier- niños de hoy, cuando ven u n guardapolvo blanco, ven u n u n i f o r m e de
n o de la ciudad, que n o respetan pautas, que tienen una enorme exigen- pobre, ésta es la realidad. U n niño rico me d i j o u n día: " Y si n o estudio
cia c o n respecto a l o que esperan que la escuela les dé. Pero, al m i s m o y soy tachero, ¿voy a tener que mandar a mis hijos a una de esas escuelas
t i e m p o , parece que ellos n o pueden aceptar las pautas de integración pobres de guardapolvo blanco?". Así, ese guardapolvo blanco ha dejado
necesarias y los límites que se les p r o p o n e n y creo que en esta situación de ser u n símbolo de pertenencia para ser u n símbolo de exclusión en la
aparece una cultura de desrespeto c o m o cuestión de base. Argentina. Y esto es gravísimo, p o r q u e atenta contra la identidad de los

I Pero el desrespeto n o surge de los más carenciados, es el m o d o con el niños que l o p o r t a n y hacia su perspectiva de f u t u r o .
1
cual se expresa en sus relaciones mutuas la falta de respeto que el sistema Es imposible mantener la oposición escuela-padre, pero al m i s m o t i e m -
\ en general tiene hacia ellos. po hay que tener en claro qué les vamos a plantear a los padres. Es absur-
E n primer lugar, es indudable que la cultura del trabajo n o ha operado, d o pensar que los maestros tienen que incrementar las tareas escolares y
porque n o hay posibilidad. E n u n panel que compartí con u n filósofo, él los padres, ayudar con eso. M i padre a duras penas escribía el castellano.
se refirió al cuento de la cigarra y la h o r m i g a , de Jean de L a Fontaine. Y En su vida se le hubiera o c u r r i d o saber cuáles son las reglas de acentua-
y o le respondí: " E l problema en la Argentina n o es que n o trabajamos ción. Yo n o tuve padres que se sentaran a hacer la tarea c o n m i g o , creo
durante años c o m o hormigas, es que u n día v i n o alguien y se llevó t o d o que n i entendían la tarea que hacía; sin embargo, y o llegué a la universi-
lo que habíamos ahorrado a otra cueva, nos despojó de t o d o l o que habí- dad y al d o c t o r a d o p o r q u e había una p r o f u n d a confianza en ellos c o n
amos sacrificado y guardado. Por l o t a n t o , n o es que nosotros n o traba- respecto al estudio y al f u t u r o que me esperaba.
jamos y cantamos t o d o el t i e m p o c o m o una cigarra haragana. Es que tra- N o podemos plantearles a los padres que su función es ayudar en la
bajamos durante años y de todas maneras eso n o f u n c i o n ó " . transmisión de los conocimientos.
Para ilustrar esta situación podemos referirnos a la maestra que t u v o a
los Kirchner en la escuela, una mujer m u y mayor. Ella c o m e n t ó que
cuando era j o v e n , u n maestro ganaba l o m i s m o que u n comisario. Q u é
comparación extraordinaria. I r a la escuela a trabajar era, además, una

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L A ESCUELA C O M O LUGAR DE RECOMPOSICIÓN SUBJETIVA pasado m u y atroz p o r detrás. E n u n siglo hemos hecho una colección de
infamias, y eso está inscripto en los argentinos de una manera p r o f u n d a .
Q u i e r o pasarme el próximo siglo sin tener que buscar a los desapareci-
La función de la escuela consiste h o y en recomponer también la subje-
dos, n i las manos de Perón, n i el cuerpo de Lavalle, n i t o d o eso que ha
tividad de los padres. N o se va a poder educar a estos niños, si n o se hace
marcado m i historia y, además, retribuir a los chicos del presente esa posi-
algo c o n esos padres. Creo que, p o r una parte, hay que r o m p e r la anti-
bilidad que nos d i e r o n a nosotros. N o es sencillo, pero es la única vía que
n o m i a . Por otra parte, la escuela tiene que ser u n lugar de recomposi-
veo. Entonces hay que establecer u n reordenamiento psíquico en los
ción. E n este sentido, l o que dice el director con respecto a los chiquitos
niños de primaria, y ubicar el nivel inicial en los términos en que tiene
es m u y impresionante: es indudable que el ingreso a la escolaridad n o es
que estar: c o m o semillero de sujetos sociales. Frente a esto, me i m p o r t a
hoy u n símbolo de o r g u l l o para ellos, a diferencia de l o que era en mis
muy poco la acomodación p s i c o m o t r i z .
tiempos, cuando soñábamos c o n el jardín de infantes. Yo l o veo todavía
C o n respecto a esta cuestión, v o y a referirles u n caso. C u a n d o me t o c ó
hoy en algunos chicos, o en mis nietos, que, en el p r i m e r día de escola-
dirigir, en c o n j u n t o c o n Carlos Schenquerman -que además de ser m i
rización, salir del jardín es u n acto solemne, y sigo llorando en la entre-
marido compartió c o n m i g o la dirección del proyecto de recomposición
ga de diplomas, c o m o muchos en los casamientos y en los nacimientos.
para las víctimas del t e r r e m o t o de M é x i c o y del atentado a la A M I A - , la
Entonces, eso hace que mis nietos tengan esa concepción transmitida del
asesoría de u n proyecto para menores infractores en el estado de
valor del c o n o c i m i e n t o . E n cambio, en esta escuela tenemos padres que
Tabasco, M é x i c o , nos encontramos ante u n chico que había l i q u i d a d o a
han quedado totalmente deportados de la vida. C u a n d o decimos que n o
un taxista de una puñalada directa al corazón. Entonces le h i c i e r o n todos
se levantan para trabajar... ¿a dónde, en qué, de qué? Si l o que reciben
los test, y el i n f o r m e decía: "se nota una excelente acomodación percep-
del Estado es más de l o que cobrarían en negro y, además, a veces n i
t i v o - m o t r i z " . ¡ C ó m o n o la iba a tener, si le d i o justo en el corazón pasan-
siquiera consiguen u n trabajo. Entonces, tenemos que rescatar al sujeto
do la hoja entre las costillas! N o hacía falta hacer u n test para darse cuen-
social y la escuela tiene que ser u n lugar de contención de la subjetividad
ta de eso. A quién le i m p o r t a la acomodación perceptivo-motriz, l o que
y de recomposición.
tiene que interesar es otra cosa. Olvidémonos de la acomodación per-
Es evidente que los medios n o l o van a hacer, p o r q u e son corporativos ceptivo-motriz, salvo cuando es u n p r o b l e m a que indica n o descentra-
y tenemos m u y pocas fuerzas contra esas corporaciones. Es evidente que miento c o n respecto al semejante. Preocupémonos cuando el chico n o
venimos de u n país que ha destruido la salud, la educación y el trabajo, tiene descentrado el espacio c o n respecto al o t r o .
y tenemos que recomponerlos. Pero l o p r i m e r o que tenemos que recom-
poner es el proyecto educativo. Y decidir qué proyecto queremos: ¿el En nuestras escuelas de la infancia, pese a todas sus virtudes, estaban
proyecto es transmitir conocimientos que van a ser perimidos en cinco más preocupados p o r la caligrafía que p o r enseñarnos el valor y la c o n t i -
años, o el proyecto es transmitir capacidad de pensar o capacidad de nuidad de la historia argentina. N o s aburría el acartonamiento de los
inserción c o n el o t r o para u n país que queremos construir? proceres, que sentíamos tan ajenos...

También hay que convocar a los padres para esto, sacarlos de la pasivi- En definitiva, es m o m e n t o de repensar qué vamos a enseñar y a trans-

dad. Es una tarea hercúlea, pero n o es mayor que la que se planteó mitir. Y en los niños de nivel inicial, esta cuestión es fundamental.
Sarmiento para alfabetizar, n o es mayor que la que se propusieron muchos Tengo una preocupación m u y grande respecto del pasaje a la escolari-
de los que construyeron este país. Fue una tarea enorme y ellos n o estaban dad, inclusive p o r q u e toda la preparación previa pasa p o r la organización
desgastados porque tenían u n f u t u r o p o r delante y nosotros tenemos u n de normas de c o n o c i m i e n t o y n o solamente de aprendizaje.

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Llega a la primaria el niño que puede entender que hay una secuencia ES NECESARIO REDEFINIR EL C O N C E P T O DE FAMILIA
numeral, que hay espacio y que hay t i e m p o . Y el espacio y el t i e m p o son
construcciones del sujeto. Si u n o ve a una persona adulta desubicada en Además, y o n o limitaría las escuelas para las madres únicamente.
t i e m p o y espacio, piensa que tiene una desorganización psíquica. Por el Empecemos p o r cambiar el concepto de familia. ¿Qué es una familia? N o
contrario, hay una tendencia a pensar que, si u n niño de seis años está es el papá, la mamá y los hijos. Si seguimos con esa idea, n o va a quedar
desubicado en t i e m p o y espacio, tiene u n retraso. ¡ N o ! U n niño de seis nadie; n i nosotros mismos quedaremos. U n paciente mío decía de u n
años que está desubicado en el t i e m p o n o tiene u n retraso, tiene una n o - a m i g u i t o : "Pobre, ¿sabes que sólo tiene cuatro abuelos?" Esto es extra-
construcción de la organización subjetiva y n o puede ubicarse en u n con- ordinario: la mayoría de los chicos de clase media tienen seis, ocho abue-
texto que l o determine. los. C o m o vemos, hay que redefinir la familia. Yo la redefino en térmi-
nos de una asimetría que determina la responsabilidad del adulto c o n res-
pecto al niño. E n la medida en que haya dos generaciones, hay una f a m i -
"Soy vice-directora de una escuela del departamento de Las Heras, pro-
lia; con la asimetría correspondiente que orienta a la obligatoriedad de la
vincia de Mendoza.
transmisión y de la producción de sujetos en el interior de algún t i p o de
¿ Usted cree que recuperar la palabra y el rol que tiene la palabra dentro c o m u n i d a d humana, que básicamente se estructura c o n dos personas
de la familia le compete básicamente a la mujer, que ha perdido mucho c o m o base. Para mí, donde hay una madre y u n niño, u n padre y u n
espacio en el gobierno del hogar . El establecimiento
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de una escuela para niño, u n abuelo y u n n i e t o , u n tío y u n sobrino al que cría, hay una fami-
madres... ¿permitiría recuperar la confianza y la autoestima de la mujer lia, y c o n esa familia tenemos que contar. A partir de esa familia tenemos
como guía de sus hijos?" que construir, y dejar de lamentarnos si sólo hay madre, padre o tío.
Partamos de eso para construir, de l o que tenemos que p r o d u c i r c o m o
adultos responsables, sin moralismos idiotas.
C o n respecto a este interrogante, la primera cuestión es preguntarse
qué ha pasado realmente con el acomodamiento de roles respecto de las Para que los adultos sean responsables, tienen que ser ellos en primera
madres y de los padres, y si la mujer ha p e r d i d o autoridad o n o en la instancia reinstituidos en su capacidad de sentirse en condiciones de res-
familia; ello depende de ciertas condiciones. E n algunos lugares, sabemos ponsabilizarse. C u a n d o el a d u l t o pierde la capacidad de responsabilidad
que las mujeres ejercen la función de madre y padre. E n otros casos, ante el niño, el sentimiento de la destitución es b r u t a l . A l d i r i g i r en
sabemos que las mujeres se han insertado en la producción. Esto ha México los proyectos de asistencia a la infancia después del t e r r e m o t o , 6

generado una enorme diferencia con los hombres desocupados: en los para U N I C E F , pude ver el sufrimiento, la angustia de los hombres que
sectores pauperizados son ellas las que pueden "parar la o l l a " . Esto p r o - eran destituidos de su función paterna porque n o podían tener ya u n
duce en general una alteración de las relaciones de pareja y c o n los hijos. hogar, una casa, p o r q u e vivían asilados en los albergues. Entonces, tene-
Pero esto n o significa que se haya perdido autoridad. E n realidad, si la mos que reanalizar las categorías.
madre trabaja, el padre n o pierde autoridad ante los hijos. L a madre que
6. Terremoto acaecido el jueves 19 de septiembre de 1985 (conocido como Terremoto
trabaja puede perder espacio, puede tener que renunciar a muchas cosas,
de México de 1985). Su epicentro estuvo en la zona centro de México, siendo el
tiene que hacer el doble de trabajo. D e todas maneras, la idea de escue- Distrito Federal, la capital del país, la más afectada. Este sismo se registró a las 7.19
las para madres me parece interesante. hs con una intensidad máxima de 8,1 grados en la escala de Richter, y con una dura-
ción aproximada de poco más de dos minutos. Al siguiente día (20 de septiembre) a
las 19.38 hs, una réplica de menor intensidad con una magnitud de 7,9 grados en la
escala de Richter volvió a estremecer a la ciudad.

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L o que me preocupa son las relaciones de poder y las relaciones de L A RELACIÓN ADULTO/NIÑO ES ASIMÉTRICA
género: el problema de la maternidad o de la parentalidad n o está en si se EN SABER Y EN RESPONSABILIDAD
es h o m b r e o si se es mujer, sino en c ó m o se asumen los roles. T a m p o c o
creo que la autoridad sea paterna; me parece lamentable seguir penando
por la falta del padre en u n país c o m o el nuestro, que ha tenido tantos L a relación entre el a d u l t o y el niño es una relación de asimetría sim-
padres perversos. E l problema del padre n o es el padre en sí m i s m o , sino bólica y de capacidad de d o m i n i o del m u n d o . E n ese sentido, el adulto
la ley del adulto que se tiene que transmitir a los niños, y esto l o pueden tiene responsabilidades y en la escuela n o somos todos iguales. Si fuéra-
hacer los hombres o las mujeres. D e manera que, aquí vuelvo a plantear mos todos iguales, entonces sería imposible n o solamente la instauración
la diferencia entre la ética y l o m o r a l , el problema es c ó m o diferenciarlas de las normas, sino también el aprendizaje: ¿por qué alguien tendría que
a partir de las condiciones que tenemos y n o quedar entrampados p o r los aprender del o t r o que es u n par?, el c o n o c i m i e n t o se transformaría sólo
aspectos de la realidad que n o podemos controlar. ¿Cómo mantener la en opinión. E l pensamiento entre pares es u n pensamiento de opinión,
mente abierta y, j u n t o c o n la mente abierta, los principios claros? L a n o es u n pensamiento de producción de c o n o c i m i e n t o , salvo cuando se
mente abierta sin los principios claros se va a cualquier lado. Y los p r i n - tienen las herramientas para p r o d u c i r l o , cuando ya se tiene formación y
cipios claros sin una mente abierta se convierten en autoritarismo. D e se puede hacer intercambio. L o m i s m o ocurre con las normas. Por eso,
manera que la única f o r m a es esta combinatoria entre principios claros y se puede llevar a debate el c u m p l i m i e n t o de las normas, pero n o la insta-
mente abierta. Es m u y interesante la idea de incorporar a las madres y lación de la n o r m a misma: n o se discute con u n niño si va a "hacer p o p ó "
ayudarlas en t o d o ese proceso de maternidad y de crianza. Pero creo que en el aula o en el baño. N o se le dice " n o , p o r q u e si n o , el aula se ensu-
habría que abrir esta posibilidad a todos los adultos en general y n o sólo cia", se le dice " n o , p o r q u e esto n o se hace a c á " .
a las madres. Sin dudas, puede ser abierta al adulto que se hace cargo. H a y una mentira cuando el igualitarismo n o está dado p o r la posibili-
dad del uso de recursos, instrumentado p o r todos del m i s m o m o d o . Y
también se plantea la relación entre la ley y el derecho. L a ley n o cubre
"Soy docente de escuelas de nivel medio. Más que pregunta, la mía es una
t o d o el derecho de los seres humanos. Hace una suerte de transacción de
reflexión respecto del discurso bastante frecuente sobre la ausencia de asi-
los derechos, y hay derechos que quedan afuera. Por ejemplo, ¿cómo se
metría en la escuela y la ilusión de que todos somos iguales. Esto me ha hecho
entiende el derecho a la p r o p i e d a d privada en el marco del hambre? Este
sentir que la responsabilidad no está, si se me permite el término, reparti-
es u n tema que siempre se discute. Yo nací en Bahía Blanca y recuerdo
da, en el sentido de que todos somos responsables en el ejercicio de la respon-
que en el campo argentino había una vieja ley: n o era cuatrerismo cuan-
sabilidad, por aquello de que, en última instancia, todos somos iguales. T
d o u n o se comía al animal y se dejaba el cuero en el alambrado. E l cua-
en esta dirección, ¿cómo influye la ausencia de asimetría en la escuela?"
trerismo era el r o b o del animal para su venta y n o para la supervivencia.
Esta ley regulaba el derecho en el interior de leyes más generales. E n rela-
E l igualitarismo, sin la posibilidad de instrumentación, es u n engaño. ción con esto está m u y claro que u n o de los problemas es que n o se
E l igualitarismo sólo se puede establecer entre pares, vale decir, sobre puede ejercer la ley si n o es en el marco del derecho. Y el p r i m e r dere-
seres que tienen la misma posibilidad. cho que tiene el niño es a una asimetría protectora, n o es la simetría c o n
el adulto. Los hijos n o somos amigos de los padres y los padres n o somos
amigos de los hijos, sino padres. Esto n o contradice la idea de que u n
padre pueda tener u n b u e n diálogo con sus hijos, la refuerza.

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E L DESAFÍO ES RECOMPONER LA ESPERANZA de los noventa este país n o tiene solución si n o l o pensamos compartida-
mente. H a y que r o m p e r en los padres y en los hijos la idea de que la solu-
ción va a venir de otros y n o de nosotros, que somos los que la tenemos
"Soy psicólogo., de Jujuy, y me pregunto qué tipo de abordaje podría pen-
que construir. Y n o pasa p o r apoyar o n o apoyar a u n g o b i e r n o , n i p o r
sarse a partir de esta posición del adulto que está desorientado, que sien-
participar, o n o , en u n p a r t i d o político, sino p o r empezar a pensar l o que
te una ausencia de futuro"
le está pasando al país y ayudar a recomponer la noción de f u t u r o desde
u n p r o t a g o n i s m o . Q u e se siga esperando t o d o de arriba desde la pasivi-
Es m u y difícil recomponer la esperanza en nuestro país. Son varias
zación es el germen de las tragedias argentinas. Sabemos que la búsque-
generaciones las que están decepcionadas, tenemos una tarea m u y dura
da de u n paternalismo ha sido terrible en la provincia, que muchas p r o -
p o r delante. Por supuesto que hay jóvenes que viven en la inmediatez;
vincias siguen en la corrupción más escandalosa. A veces n o se puede
más de u n millón de jóvenes de dieciocho a veintitrés años n o estudian
gobernar sin hacer alianza c o n todos esos sectores paternalistas que
n i trabajan. Arrastramos todavía u n bolsón terrible de la depredación de
muestran la f o r m a del padre perverso. E n los caudillajes provinciales se
los noventa y n o nos va a ser fácil reincorporarlos. Pero, al m i s m o tiem-
ve claramente c ó m o la autoridad del padre es la autoridad del padre per-
p o , n o se les puede plantear a los padres que sigan esperando la solución
verso, del padre de la h o r d a y n o del padre legalista que propicia el bie-
de u n país. Hace u n tiempo, en 2 0 0 2 , u n periodista me d i j o : " D o c t o r a ,
nestar de los hijos.
¿usted piensa que vamos a tardar m u c h o en salir?". Y le contesté: " N o sé,
pensémoslo j u n t o s . " D i g o esto p o r q u e a veces l o planteamos c o m o si la
respuesta tuviera que venir de afuera. Yo d i g o : n o sé si vamos a tardar "Soy psicopedagoga, de Misiones. ¿ Cómo colaboramos con nuestra subjeti-
m u c h o , depende de l o que todos hagamos. L a única manera de reubicar vidad en la construcción de subjetividades, teniendo en cuenta la exten-
a los padres en u n plano que i m p l i q u e abrir la posibilidad a f u t u r o es cre- sión de la familia, o las nuevas construcciones de familia? ¿Cómo unimos
ándoles la conciencia a ellos y a los hijos de que son parte de este país, la construcción de subjetividad en la escuela con el aspecto familiar?"
que n o pueden seguir esperando. C u a n d o el maestro comentaba que
esperan t o d o de la escuela, y o creo que éstos son los efectos de u n m o d o
E n realidad la pregunta es la siguiente: ¿cómo aceptamos nosotros estas
de deconstrucción ciudadana que se fue p r o d u c i e n d o en el país: nadie se
deconstrucciones de la familia y nos ubicamos frente a eso? N o es una
siente partícipe de la construcción y todos esperan l o que caiga de los res-
tarea sencilla. H a y siempre una ilusión de encontrar una sustitución de las
tos del banquete.
funciones en personajes y de verlo c o m o se ve a veces a u n discapacitado,
Esto es l o más grave que ha pasado en la A r g e n t i n a , u n país d o n d e se a u n sujeto que n o cumple la expectativa completa del tipo de familia
ha p e r d i d o la noción de ciudadanía en el sentido de que t o d o el m u n d o supuesta. Ya sabemos que es una falacia pensar que familia integrada es la
puede discutir algunas cosas que le competen directamente, pero nadie que vive j u n t a . Pocas veces he visto mayor nivel de desintegración que en
discute los grandes problemas nacionales, p o r q u e se ha p e r d i d o la espe- familias supuestamente integradas, en las que viven todos juntos. Cuartos
ranza de que la palabra sea escuchada. D e l m i s m o m o d o , entonces, me separados cuando hay d i n e r o ; cuando n o hay recursos, convivencia c o n u n
parece que es hora de que desde la escuela ayudemos a los padres y a los odio espantoso p o r n o poder mudarse. H i j o s que asisten durante años al
hijos a reconstruir una noción de f u t u r o que u n o participe en construir maltrato entre los padres y, para c o l m o , los padres garantizan que n o se
y n o que venga de afuera. Esta noción de f u t u r o n o tiene salida i n d i v i - separan p o r los hijos, p o r l o cual los llenan de culpa, además de tener que
dual, sino colectiva. Es la primera vez que nos planteamos que después presenciar u n maltrato que los vuelve locos. Quejas de la madre respecto

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del padre, quejas del padre respecto de la madre, quejas acerca la privaci- la sea solamente u n lugar de transmisión de conocimientos. A veces b r o -
dad de la relación sexual entre ellos. L a mamá de una paciente mía, una meo y d i g o : los niños supuestamente incluidos, los que n o están exclui-
señora chilena, me contaba que su padre todas las mañanas se levantaba, dos, tienen jornadas laborales que n o hubieran soportado los obreros de
le daba u n beso a cada h i j o , y le decía: "Vos sos u n m i l a g r o de haber naci- principio de siglo X X . Van a la escuela diez horas c o n el transporte i n c l u i -
d o , con la madre que tenes". ¿Se imaginan l o que le estaba transmitiendo d o , tienen tareas para hacer, tienen vedado jugar durante la semana, y en
el buen señor?: " N o es que t u madre n o quería tener hijos, sino que n o algunos casos el fin de semana es u n tiempo para seguir trabajando en los
quería saber nada c o n m i g o " . U n a situación terrible. deportes y en los equipos grupales. D e esta manera estamos frente a
situaciones en las que el t e m o r de los padres a que los hijos queden fuera
Entonces, p r i m e r o hay que salir de la idea de la familia ideal, p o r q u e se
de la cadena productiva los lleva a perder de vista toda posibilidad de
acabó. Segundo, hay que ver si se c u m p l e n los roles esperados para poder
construcción de u n sujeto, para centrarse en cambio en la administración
pensar: el de protección y el de asimetría. Asimetría n o quiere decir auto-
de conocimientos, c o m o si u n o instruyera una computadora. L a escuela
r i d a d , quiere decir responsabilidad. Entonces me v o y a p e r m i t i r una
tiene que r o m p e r ese m o l d e . Tiene que ayudar a p r o d u c i r subjetividades
licencia que es la siguiente: es absurdo seguir pensando que el complejo
que n o solamente sirvan para la aplicación del c o n o c i m i e n t o , sino para la
de E d i p o es el o d i o al padre del m i s m o sexo y el deseo p o r el del sexo
creación de conocimientos y de conocimientos c o n sentido, n o solamen-
contrario. A veces bromeando d i g o : ¿de quién tiene celos u n niño, del
te c o n el único sentido de ganarse la vida, sino c o n sentido.
padre que l o engendró o del h o m b r e que duerme c o n la madre?
Entonces, he propuesto una redefinición: que el E d i p o es la f o r m a con C u a n d o y o era chiquita, todos los padres querían que nos ganáramos
la cual cada cultura pauta el exceso de apropiación del cuerpo del niño el p r e m i o N o b e l : era o t r o país. H e contado l o siguiente en u n l i b r o : hasta
c o m o lugar del goce del a d u l t o . L o que i m p o r t a es que el cuerpo del hace veinte años, en una frutería de San Juan y B o e d o , había u n cartel
niño n o sea el lugar de goce del a d u l t o , que el cuerpo del niño sea res- que decía: " S e ñ o r a , ¿quiere que su h i j o gane el p r e m i o Nobel? Cómprele
petado en la subjetividad que implica. Esto tiene que ver también c o n la nuestros duraznos Prisco. ¿Quiere que su m a r i d o cante c o m o Plácido
perversión en nuestra sociedad, en el sentido de que perversión n o tiene Domingo? Llévele u n melón R o c í o de M i e l . Señora, ¿quiere que su h i j o
que ver c o n la m o r a l , sino c o n la desubjetivación del o t r o . C o n la ins- aprenda la matemática para poder manejar la computadora? Lleve u n
trumentación del o t r o c o m o m e d i o , c o m o herramienta o c o m o obstácu- extra de manzana c o n fósforo". Estamos hablando de una pérdida de los
l o : n o c o m o alguien, sino c o m o algo. Esto tiene que ver con las formas sueños. Por eso, la construcción de subjetividades n o se puede hacer sino
perversas en la producción, en la socialización, también con las formas sobre la base de proyectos futuros. Y los proyectos futuros n o se estable-
perversas entre nuestros alumnos y entre nuestros pacientes, y c o n las cen sobre la realidad existente, sino sobre la realidad que hay que crear.
L o que caracteriza al ser h u m a n o n o es la instrumentación: en una famo-
formas perversas de la sexualidad.
sa experiencia, los monos pueden agarrar la banana ensartando dos pali-
tos. L o que n o pueden los monos es plantearse n o solamente el uso del
instrumento, sino la creación de realidades inexistentes. Toda la cultura
L A ESCUELA DEBE SER N O SÓLO U N LUGAR DE TRANSMISIÓN humana es la creación de realidades inexistentes. Yo b r o m e o algunas
DE CONOCIMIENTOS, SINO DE RESUBJETIVACIÓN veces diciendo que, al niño que n o se molesta p o r q u e le cambian la t e t i -
na al biberón, algo raro le pasa. Los caprichos son parte de la humaniza-
ción, p o r q u e quiere decir que nos regimos p o r cosas que n o son pura-
Tenemos que empezar a desanudar esta cuestión para p e r m i t i r herra-
mente autoconservativas, sino p o r signos que tienen que ver c o n otras
mientas para la resubjetivación. Yo me o p o n g o totalmente a que la escue-

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variables. Por eso les d i g o a las chicas que, a veces, los caprichos de los cosificada, p o r l o tanto hay que enseñarles a los niños que ellos son los
maridos c o n la comida son también l o que hace que las puedan amar, futuros Sarmiento, San Martín y M o r e n o de este país.
p o r q u e , si n o , se hubieran enamorado del p r i m e r o l o r que pasa, c o m o los
perros.
"Quiero hacer una reflexión sobre el tema de cómo construir la subjetivi-
Entonces, volviendo a la p r e g u n t a sobre la subjetividad: tenemos que dad cuando el chico deja la escuela. Porque la comunidad no brinda los
recomponer de alguna manera la idea de que los niños n o son c o m p u t a - espacios que el niño y el joven necesitan para continuar viviendo esos valo-
doras. Y hay que ayudar a los padres a plantearse la diferencia entre res, esas normas que se trata de darles en la escuela. También falta la
m i e d o y t e r r o r que y o acuñé hace años y que es la siguiente: cuando u n o comunidad reflejada en el apoyo a los jóvenes, para brindarles todas las
tiene m i e d o , n o solamente sabe a qué le teme, sino también sabe, o oportunidades. Hay chicos que dejan la escuela por unos días y, al volver,
puede aprender, c ó m o defenderse. Por eso, el m i e d o tiene u n carácter la retoman como una lucha nueva" (docente de Salta).
operatorio. E l t e r r o r es saber a qué se teme, pero sin tener manera de
defenderse. Nosotros vivimos en u n presente, pero nadie sabe c ó m o va a
sobrevivir en el f u t u r o . N i siquiera los que están incluidos hoy. E n c o n - Estamos hablando de la escuela c o m o núcleo de recomposición de ciu-

secuencia, nuestro gran p r o b l e m a es restituir la idea de que al f u t u r o l o dadanía, y a partir de eso, c ó m o , desde la escuela, tendemos redes dife-

tenemos que construir. Si nosotros pretendemos amoldarnos a esta rea- rentes para el c o n j u n t o de la c o m u n i d a d . Es i n d u d a b l e que en la escuela

l i d a d , n o vamos a poder sobrevivir. O construimos esta realidad de o t r o contenemos al n i ñ o , pero después es lanzado al vacío: se produce u n

m o d o , o nos va a i r aniquilando, p o r q u e este siglo va a ser m u y difícil si corte p o r el cual n o puede procesar l o que recibió. Por supuesto, el

n o modificamos ciertas premisas. Desde esta perspectiva, creo que la Estado tiene una enorme responsabilidad que n o puede delegar. Es m u y

solución es la reciudadanización de los padres, además de la contención, impresionante ver c ó m o la sociedad civil salió durante años a reempla-

para que puedan creer en legalidades aplicables y n o se siga destituyendo zarlo frente a su r e t i r o , y esto fue l o que d i o nacimiento a las O N G s que

el valor de la palabra. son la muestra del fracaso del Estado argentino, las formas en que la
sociedad civil salió a reemplazar las funciones que el Estado n o cumplía.
Por supuesto n o estoy dando técnica p o r q u e n o me corresponde, estoy
Así c o m o hablamos de la asimetría entre el niño y el a d u l t o , también hay
dando ideas para que cada u n o construya técnicas de l o que creo que
una asimetría de poder que debe ser absolutamente reclamada desde el
serían los principios desde los que habría que empezar a operar. Así c o m o
p u n t o de vista ciudadano en cuanto a que n o todos tenemos la misma
la escuela n o se puede reducir a alimentar a los niños, tampoco se puede
responsabilidad. N i todos los argentinos somos culpables, n i todos tene-
reducir a la transmisión de conocimientos. L a escuela tiene que partir de
mos la misma responsabilidad. H a habido víctimas y verdugos, gente que
la idea de que cada ser h u m a n o que tiene ahí es u n sujeto. U n a vez, ante
robó y gente que n o r o b ó . Q u i e n decía " y o n o robé n a d a " era visto
docentes de C ó r d o b a , una maestra me preguntó c ó m o hacíamos para
c o m o u n pretencioso, c o m o una suerte de petulancia, p o r q u e circulaba
sacar a los proceres del bronce, mientras que ahora hay nuevas lecturas
de la historia argentina en las que aparecen más humanizados. M i nieta el discurso de que todos éramos ladrones.

de cuatro años canta una canción m u y divertida sobre San Martín que A h o r a b i e n , cuando hablo de reciudadanización n o hablo de abstener-
dice "...ese niño c o r r e n t i n o llamado J o s é . . . " . Es preciosa p o r q u e en m i se de la presión que hay que ejercer sobre el Estado, sino de c ó m o noso-
época era impensable u n San Martín niño llamado José en u n b u r r i t o tros, desde u n p r o t a g o n i s m o diferente, vamos marcando las necesidades
blanco. C u a n d o esta maestra me preguntó c ó m o sacar a los proceres del que tiene la población. N o l o reducimos a reclamar al Estado, n i t a m p o -
mármol o del bronce, le dije: el p r o b l e m a es que nuestra historia quedó co nos planteamos reemplazar al Estado en su construcción. Pero la

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escuela es u n ente del Estado, entonces la escuela puede c u m p l i r esa f u n - mutuamente variando nuestra concepción, gracias al sentido que ellos le
ción de asimetría y de ayuda para la resubjetivación, y al m i s m o t i e m p o iban dando a la ambulancia c o m o lugar de salvación de las víctimas.
tiene que pedir al Estado los recursos para ampliarla. Así c o m o en una Entonces, pese a t o d o , la ambulancia se transformó en u n signo de vida
época desde los hospitales fuimos a construir salud en las villas, p o r ejem- y n o de m u e r t e , en cambio el silencio era señal de m u e r t e .
p l o con programas de prevención antialcohólicos, h o y la escuela tiene
Este ejemplo está v i n c u l a d o respecto a que es i m p o s i b l e r e c o m p o n e r
que ser u n núcleo de la colectividad. N o puede ser solamente el lugar
la subjetividad del o t r o sin hacerlo c o n la p r o p i a . E n este sentido, los
d o n d e se imparte la enseñanza. Porque nosotros tenemos que reciuda-
maestros t i e n e n derechos que deben reclamar, posiciones que tienen
danizar este país. Y cuando d i g o esto me refiero a dar i d e n t i d a d , perte-
que levantar y enfrentamientos que inevitablemente v a n a tener, p o r -
nencia y p r o t a g o n i s m o a todos los que hemos quedado afuera de la his-
que l o que pasa en el país pasa d e n t r o de la institución educativa: la
toria durante t a n t o tiempo.
desidia, el desinterés, la identificación c o n los marginados en su falta de
f u t u r o ; la sensación de que se les enseña a niños que n o van a i r a n i n -
gún l a d o , que se está c u m p l i e n d o una función también sin f u t u r o .
T o d o eso está en nosotros y es m u y difícil sustraerse, p e r o n o p o d e m o s
L A CONSTRUCCIÓN DE U N SER HUMANO N O PUEDE SÓLO
dejar de enseñarles.
LIMITARSE AL PRESENTE, DEBE ESTAR TENDIDA HACIA EL FUTURO
Esto me recuerda c ó m o durante la Segunda Guerra se armaban centros
de enseñanza, sabiendo que eran niños condenados a m u e r t e . A pesar de
"Quisiera que me orientara respecto de herramientas o estrategias con las
eso, se esperaba que los que se salvaran pudieran seguir aprendiendo, y
que reconstruimos la subjetividad de los adultos, si también nosotros nos
t o d o esto se implementaba, muchas veces, en el marco de escuelas clan-
tenemos que reconstruir, cuando a veces desde la verticalidad se tienen
destinas durante la ocupación alemana. Por suerte nosotros n o tenemos
otras concepciones de lo que se debe aprender en la escuela."
escuelas clandestinas, así que tenemos que apostar, aunque sólo algunos
encuentren u n f u t u r o y se salven, sintiendo todos que l o podemos cons-
Esas son las contradicciones de la sociedad argentina que la escuela truir c o n ellos. Creo que n o hay otra manera de pensar esto. Yo sé que
refleja. Por supuesto que en nuestras escuelas hay bolsones terribles de es difícil l o que estoy planteando, pero si y o n o l o creyera n o l o plantea-
autoritarismo, de inoperancia, de burocracia. E n t i e n d o que a veces es ría c o n toda la seguridad y convicción c o n que l o hago. H a g o todas estas
m u y difícil luchar contra eso que está asentado. Yo n o p u e d o plantear cosas p o r q u e creo en eso. Los españoles tienen una frase: " t o d a piedra
políticas para poder transformar esto, sino ideas sobre las cuales pienso hace p a r e d " . Yo he acuñado esta: " t o d a astilla hace balsa". H a y que sal-
que hay que plantear la transformación. var l o que quede del naufragio y empezar a construir balsas para el resto.

Si n o recomponemos nuestra propia subjetividad, n o podemos recom-


poner la del o t r o , pero también es verdad que la recomposición del o t r o "Soy psicólogo de Tucumán y con mi equipo estamos trabajando con la
implica nuestra propia recomposición. Este es u n juego de ida y vuelta. problemática de la convivencia en escuelas marginales desde una cátedra
Recuerdo, en el t e r r e m o t o de M é x i c o , la angustia que teníamos los tera- de la Facultad de Psicología. Nuestro interés en empezar a pensar estas
peutas y los organizadores de los proyectos cada vez que escuchábamos cuestiones tiene que ver con lo que usted ha planteado: la violencia está
una ambulancia, porque sabíamos que estaba trasladando víctimas. relacionada con una ausencia de confianza y la falta de futuro. Y cómo
Durante varios días en que íbamos trabajando con los niños, fuimos empezar a reconstruirlo, a modificar fuertes representaciones sobre la

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desilusión, es decir lo que ya no importa, lo que no interesa, que no está lo restituye a la vida. Y tuve, frente al hecho, una sensación brutal de impo-
sólo en los alumnos, sino también en los maestros, en los directores, sobre tencia. Así c o m o me pasó con una paciente que atendí en el exilio y que des-
todo cuando se trata de poblaciones totalmente violentadas por el contex- pués en Chile fue detenida antes de la caída de Pinochet. Y yo recordé al
to, por la misma institución. ' 3 doctor Spock, el médico americano que se opuso a la guerra de V i e t n a m
porque n o podía soportar que sus ex pacientes fueran a la guerra. D e algu- 7

na manera, a nosotros nos produce u n dolor enorme ver que estamos invir-
L o que usted comenta es m u y complejo p o r l o siguiente: p o r una
tiendo esfuerzos en chicos que n o sabemos todavía bien si van a poder sal-
parte, todos venimos desgastados de tantos años de esfuerzos y de frus-
varse. Y en ese sentido, nuestra tarea n o puede ser solamente mesiánica, de
traciones. M i madre tenía una frase que yo recupero siempre: "Las v i u -
salvataje de los chicos, sino también de reclamos permanentes, pero n o sola-
das que f u e r o n felices se casan de n u e v o " . Y y o estoy dispuesta a resca-
mente por nuestros derechos, sino p o r los derechos que implica trabajar.
tarla. H a y que enamorarse de proyectos aunque a u n o le hayan i m p e d i -
d o durante años llevarlos a cabo, p o r q u e si n o l o podemos hacer, esta- Y trabajar significa hacer una labor fecunda. Significa que nuestro tra-
mos liquidados. Por eso estoy dispuesta a enamorarme otra vez. Pero n o bajo n o sea simplemente una r u t i n a . Significa que n o vamos simplemen-
enamorarme de una propuesta en particular, sino de esperanza y proyec- te a c u m p l i r u n h o r a r i o , sino que creemos en la posibilidad de mejorar l o
tos compartidos. que hay o de p r o d u c i r algo nuevo. Y me parece que, para poder ganar-
Vuelvo a l o mismo: acá se va planteando desde distintos ángulos c ó m o nos ese sentimiento, tenemos que tener también la confianza de que
operamos nosotros cuando la contribución del Estado es insuficiente. Y vamos a p r o d u c i r ciertas transformaciones.
entiendo que el Estado n o es sólo el Estado nacional, son los Estados p r o - A h o r a b i e n , esto n o es simple y sé que es m u y d u r o para todos l o que
vinciales, son los ministerios particulares, son t o d o l o que hace a una cade- estoy planteando. Pero n o veo o t r a salida. L o s argentinos somos cró-
na m u y compleja. Ustedes saben que una de las tácticas que se reemplea- nicos de muchas cosas. Somos crónicos de la desconfianza, p e r o t a m -
r o n en la ingeniería de exterminio - t a n t o racial c o m o empresarial- es que bién de la esperanza. Es impresionante c o m o c o n m u y p o q u i t o volve-
la cadena de mandos aparece siempre disociada. U n o nunca sabe con quién mos a rearmar cosas. Yo estoy impresionada de la capacidad creativa de
se tiene que enfrentar, porque siempre u n o responde a o t r o y ese responde la sociedad argentina: c ó m o a p a r t i r del 2 0 0 1 poníamos poemas en las
a otro. Así que el señor que l o despide a u n o n o es el que decidió el despi- plazas, se hacían talleres de arte en cualquier lado. Hace p o c o y o esta-
d o y le dice: " M i r a , yo l o lamento m u c h o , pero te tengo que despedir". Y ba en M é x i c o y entré a una gran tienda; en el sector de las b o u t i q u e s
entonces... ¿quién decidió que me despidieran? U n a computadora l o deci- había tres firmas argentinas. M e quedé helada: la ropa costaba cuatro
dió. Esto es l o que H a n n a h A r e n d t llamaba " l a banalidad del m a l " , la tec- veces más que acá y además me impresionó ver u n señor mexicano c o n
nología al servicio de la destrucción: nuestro sistema está m u y embargado una camiseta de la A F A que había c o m p r a d o , y o t r o que andaba c o n
8

de esto. H a y una cadena de responsabilidades y creo que es correcto plan- una banderita argentina. Entonces y o pensé: es increíble, nos h u n d i m o s
tear que en esa cadena cada u n o ocupe el lugar que tiene que ocupar. E l y nos salvamos permanentemente, t o d o el tiempo. Pero en cada h u n d i -
Estado en cada instancia, los mandos superiores en cada lugar, y hacernos
cargo nosotros mismos de nuestra propia responsabilidad. Entonces, me 7. Benjamín Spock: pediatra norteamericano, cuyas teorías sobre la crianza y cuidados
parece que esta es la respuesta con respecto al planteo de que la realidad a infantiles fueron seguidas y luego discutidas durante medio siglo. Pacifista, coheren-
te con la defensa de la vida a la que protegió desde el nacimiento, se opuso firme-
veces es frustrante y que la padecemos todos de distintas maneras.
mente a la intervención norteamericana en Vietnam. Murió en 1998, a los 94 años.
Hace poco violaron a una joven que yo atendí de chica. Para mí fue u n 8. Asociación del Fútbol Argentino, organización que rige el fútbol profesional en la
impacto brutal, porque cuando u n terapeuta atiende a u n niño, siente que Argentina.

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m i e n t o queda una parte que n o se levanta, y esa es la que tenemos en E n síntesis, j u n t a n d o la idea de la prevención primaria y de la subjeti-
gran parte a cargo en las escuelas del Estado: la que n o se p u d o levantar. vidad, nosotros tenemos que convertirnos en u n resguardo de subjeti-
Entonces la pregunta es c ó m o la vamos a levantar. Yo estoy de acuerdo v i d a d , n o en u n desarticulador. N o podemos considerar al sujeto p o r sus
c o n que n o la vamos a levantar sólo a través de la escuela, pero la escue- capacidades, p o r su performance. Sin embargo, esto es l o que pasó con
la puede c u m p l i r una función m u y i m p o r t a n t e c o m o lugar desde el cual Júnior en C a r m e n de Patagones. A Júnior se l o consideró potable p o r -
se irradian estas preocupaciones hacia el resto de la sociedad. que n o tenía problemas escolares, n o presentaba problemas de aprendi-
zaje, tampoco se peleaba c o n nadie. T a m p o c o se trataba c o n nadie hasta
que liquidó a varios compañeros: odiaba a t o d o el m u n d o . L a preven-
ción primaria tiene que ver c o n eso. Los maestros tienen que tener
L A "PATOLOGIZACIÓN" DE LA SOCIEDAD CIVIL ES UNA FORMA herramientas para saber c ó m o hacer diagnóstico temprano y prevención
DE OCULTAMIENTO DE LOS CONFLICTOS Q U E PADECE primaria.
Por ejemplo, en México escribí u n proyecto para maestros de preesco-
"Soy educadora de La Plata y desde mi rol en un equipo de orientación
lar, que allí se llama Kindergarden, c o n la idea de que tuvieran nociones
escolar, quería pensar elfuturo en las intervenciones de niveles primarios."
básicas para pensar los problemas que se les planteaban, c ó m o detectar
ciertas cuestiones. L a prevención primaria está en el incremento de cono-
Quisiera aprovechar para vincular esta preocupación con la que me cimientos y, además, en la posibilidad de detectar precozmente las líneas
quedó de la intervención anterior, de la colega psicóloga que habló c o n que pueden llevar a u n agravamiento. Esto l o hago y o en la práctica. A
respecto a la subjetivación. mí me traen u n niño y, si encuentro algo que siento que n o encaja, hago
Es m u y claro que nuestra sociedad se ha hecho eco, p o r suerte n o de biopsia. Hacer biopsia es preguntarse qué destino va a tener aquello que
una manera tan masiva c o m o ocurre en otros países, de una suerte de hoy parece pequeñito, una tontería. E n conclusión, el p r o b l e m a es la
patologización de la vida cotidiana. Q u i e r o decir c o n esto que si alguien detección primaria que es parte de la prevención primaria, para evitar jus-
se queda sin trabajo y está d e p r i m i d o , "es u n depresivo", o cambió la tamente las evoluciones más serias.
genética, o algo pasó. Si alguien tiene m i e d o a perder el trabajo, tiene
C o n respecto a la prevención, hay algo que constituye " e l círculo de la
"ataques de p á n i c o " , panic attack, le dicen. Los niños que se mueven
pobreza": c o m o n o se invierten recursos en prevención primaria, se ter-
m u c h o " s o n hiperkinéticos". Sin embargo, y o quiero ver quién aguanta
mina teniendo que gastar excesivamente en atención terciaria, cuando ya
esas jornadas de trabajo a las que me referí antes. Entonces se tiende a
la enfermedad se desencadenó. E n el Observatorio justamente estamos
medicarlos. Y l o más grave n o es que se medica a niños sanos, es que hay
tratando de hacer detección primaria. N o para determinar patologías,
niños gravemente perturbados a quienes se les indican sustancias que son
sino para reducir posibilidades de destrucción de la subjetividad. Esa es
inocuas para resolver en el f u t u r o una perturbación.
m i mayor preocupación y el gran desafío.
Ocurrió en Estados U n i d o s el caso de unos niños que m a t a r o n gente
en u n parque; u n o de ellos estaba medicado desde pequeño c o m o hiper-
kinético y el más grande c o n u n antidepresivo. C o m o vemos, estas psi-
quiatrización y medicalización son también formas de des-subjetivación.
N o hay u n sujeto que padece sin que se instale en él u n síntoma orgáni-
co; sobre ese síntoma se pretende operar inmediatamente.

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J L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o

LAS FORMAS DE LA VIOLENCIA no es solamente el que paga cualquier ser h u m a n o p o r ingresar a la cultu-
ra, sino u n exceso de malestar producido p o r la frustración en la cultura. Y
esto n o se da solamente en los excluidos, se da también en los incluidos.
M i mayor preocupación con respecto a la violencia n o está en la vio-
lencia en sí misma, p o r q u e es parte de la vida y parte de la historia. E l A l g o impactante es la renuncia que hace la sociedad de brindar felici-
problema es qué t i p o de violencia. Desde m i p u n t o de vista, la condena, dad incluso a los incluidos. Si ustedes van a Estados U n i d o s , van a ver

en general, de la violencia me parece una tilinguería. Sin ella n o se podría gente con cara de nada c o m i e n d o galletas inmensas sin ningún placer,
que es una f o r m a de resolución de goce en seres humanos que n o tienen
haber hecho la Revolución de M a y o , o la liberación de Perú y de Chile.
acceso a la felicidad. Sin embargo, están incluidos. E l problema del costo
Pensemos en San Martín: u n pacifista que tenía claro cuál era el univer-
de la inclusión es m u y alto. Acá nos ha i d o pasando l o m i s m o . E l incre-
so de combate, p o r eso se n e g ó a luchar entre hermanos. Era m u y claro
m e n t o de la drogadicción está relacionado con la renuncia a la felicidad.
para él eso, había principios m u y fuertes; p o r eso sabía cuándo ejercer la
N o solamente con el goce i n m e d i a t o . U n a paciente adolescente me con-
violencia y cuándo n o .
taba que había pasado u n fin de semana m u y m o v i d o y, sin embargo,
L a cuestión es esa, qué sentido tiene el ejercicio de la violencia. E l ejer-
estaba m u y deprimida. Había consumido éxtasis, después había i d o a bai-
cicio de la violencia individual, y c o m o explosión, es puramente destruc-
lar, se había porreado. Entonces, en lugar de interpretarle la culpa p o r l o
t i v o . L a posibilidad de u n sujeto de resistir a la violencia del o t r o puede
que había hecho, le dije que había t e n i d o u n proceso de deshidratación
ser m u y constructiva. Pero nosotros tenemos que hacer una detección, n o
psíquica, así c o m o cuando u n o t o m a éxtasis, si n o t o m a agua mineral se
de la violencia infantil, sino de qué potencialidad destructiva o autodes-
deshidrata y puede hacer u n cuadro agudo p o r pérdida de sales. 10

tructiva tiene u n niño. Por ejemplo, debemos ser conscientes de que cier-
tas formas silenciosas de violencia pueden ser las más explosivas. Nosotros ¿Qué le quise decir con que había t e n i d o u n proceso de deshidratación
sabemos también la f o r m a en la cual se puede i r produciendo una pérdi- psíquica? Q u e había i n g e r i d o n o sólo cosas que n o la llenaban, sino que
da de la potencialidad simbólica en los niños. Esto tiene que ser adquiri-
d o y trabajado p o r todos. Entonces reitero: nuestra tarea n o es ponerle u n cias pulsionales que posibilitan nuestra convivencia con otros seres humanos, sino
límite a la violencia, sino construir sujetos capaces de definir los límites de que lleva a la resignación de aspectos sustanciales del ser mismo como efecto de cir-
la propia violencia y capaces de articular su individualidad c o n el c o n j u n - cunstancias sobreagregadas. Y desde la perspectiva que nos compete, deberemos
t o . Este es nuestro desafío mayor, n o solamente en la escuela argentina, señalar que el "malestar sobrante" no está dado, en nuestra sociedad actual, sólo por
la dificultad de algunos a acceder a bienes de consumo, ni tampoco por el dolor que
sino en el m u n d o . Es la pregunta que todos nos hacemos: ¿qué es l o que
pueden sentir otros, más afortunados materialmente, pero en tanto sujetos ética-
va a hacer la h u m a n i d a d con las nuevas formas desorganizadas de v i o - mente comprometidos y provistos de un superyo atravesado por ciertos valores que
lencia a partir de la r u p t u r a del equilibrio m u n d i a l , c o n t o d o l o que está aluden a la categoría general de "semejante", ante el hecho de disfrutar beneficios
ocurriendo? Estamos todos preocupados. que se convierten en privilegios ante la carencia del entorno.
10. Los que trabajan con adolescentes, tienen que saber esto: si uno no puede parar sus
Entonces, volviendo a la prevención, más que la estrategia tradicional de excesos, uno de los consejos que hay que darles es que tomen agua mineral. Si toman
dar charlas y cosas similares, hay que acompañar formas de simbolización agua de la canilla, se produce un proceso de sudoración, igual que ocurre con los
shocks de calor: el agua incrementa la sudoración, lo que lleva a la ingesta de agua sin
del malestar. Yo he llamado a este malestar, "malestar sobrante", porque 9

sales y luego a los cuadros de deshidratación. La solución es tomar agua mineral. Esta
información puede servir para esclarecer la forma en que se producen los procesos de
9. Bleichmar, Silvia, "Acerca del 'malestar sobrante' (ver: Dolor País, Buenos Aires, deshidratación infantil cuando, sin conocimiento de las consecuencias, se les da agua
Zorzal, Buenos Aires, marzo de 20002). Podríamos definir como "sobremalestar", o común a los niños que pertenecen a sectores pauperizados afectados con diarreas y
"malestar sobrante" la cuota que nos toca pagar, la cual no remite sólo a las renun- vómitos y que no tienen medios para obtener agua mineral.

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le incrementaban la deshidratación simbólica. C u a n t o más ingería ella E n p r i m e r lugar, p o r supuesto que si la escuela opera c o m o lugar de
t o d o eso, más perdía sustancia simbólica, más se sentía c o m o si n o hubie- subsistencia reduce al sujeto a la inmediatez. Más todavía: actúa bajo la
se adquirido nada: había transcurrido ese fin de semana vacío, sin ali- forma de la compasión, de la caridad y n o bajo la f o r m a de la solidaridad
m e n t o psíquico. L o que la ponía m a l era el proceso de deshidratación y la responsabilidad. Estoy absolutamente convencida de que la escuela
psíquica y n o la culpa p o r l o que había hecho, p o r q u e n o había la m e n o r n o puede operar resolviendo solamente la subsistencia, p o r q u e es conde-
culpa en t o d o esto. N o se sentía culpable, sino deprimida. nar a toda una generación a la biopolítica, vale decir, a la sola permanen-
C o n respecto a la atención primaria, en nuestro caso trabajamos con cia del cuerpo sin f u t u r o . Esta ha sido m i posición en el enorme debate
poblaciones m u y afectadas, n o hablo solamente de los excluidos, sino t a m - de los años 2 0 0 1 y 2 0 0 2 , frente a mucha gente que planteaba que p r i -
bién de los incluidos, porque este país ha sido afectado de arriba a abajo. mero hay que dar de comer. Yo les decía: p r i m e r o hay que dar de comer,
Entonces, nuestra prevención primaria tiene que operar a partir de l o exis- pero n o hay que dejar de enseñar.
tente para evitar que se deteriore y llevarlo a su máxima potencialidad de
vida. Nuestra prevención primaria n o puede partir del ideal que tenemos
en la cabeza, el ideal es c o m o la utopía, tiene que estar en el horizonte y
n o en el centro. N o hay que renunciar, pero tampoco tenemos que poner- LA N O RESPUESTA C O M O FORMA
l o c o m o meta inmediata. Debemos partir de l o que tenemos, de l o posi- DE LA CRUELDAD Y DE VIOLENCIA
ble. Si tenemos adolescentes que se drogan, hay que ver c ó m o disminui-
mos el riesgo, de qué manera evitamos que n o pasen a drogas mayores, E n segundo lugar, creo que la indiferencia es una f o r m a de la c r u e l -
cuáles son los que están en mayor riesgo y cuáles n o . Si trabajamos con dad. Por algo ahora se ha i n s t i t u i d o en la categoría de violencia silen-
niños que n o pueden socializarse, que presentan los mismos rasgos de vio- ciosa, una nueva f o r m a de violencia que a veces se da en la pareja o en
lencia, tenemos que i r partiendo de l o que tenemos para articular con el la familia: el hecho de que el o t r o n o responda largamente p r o d u c e una
horizonte de l o que queremos, para llegar a l o menos grave posible. Desde permanente sensación de inexistencia que es una de las formas más
m i p u n t o de vista, en eso consiste hoy la prevención primaria. desubjetivantes. P r i m o L e v i , en u n l i b r o m u y c o n m o v e d o r que se llama
Si esto es un hombre, cuenta que u n día v i o rabia en los ojos de u n guar-
dia del campo de concentración y se sintió re-humanizado. Porque la
indiferencia c o n que l o m i r a b a n c o m o si fuera u n animal, l o transfor-
E L SUJETO N O PUEDE SER REDUCIDO
maba en alguien que n o existía. Esto tiene que ver también c o n l o que
A LA SUPERVIVENCIA BIOLÓGICA
pasa en la crianza de los niños, la f o r m a c o n la que opera el a d u l t o .
Ustedes van a decir: claro, en el vínculo de la madre c o n el niño hay u n
"Soy directora de una escuela primaria en Corrientes que está cerca de un juego entre legalidad y trasgresión. Por u n l a d o , n o le puede dar de
contexto de pobreza. Las siguientes cuestiones nacieron del consenso de comer t o d o el t i e m p o y trata de ajustarse a ciertas normas de alimenta-
todos los colegas en diferentes niveles de la enseñanza: la primera es si lo ción primaria. Por otra parte, cuando el chico llora, se siente afectada y
que ofrece la escuela en función sólo de paliar en la inmediatez la subsis- tiene que darle algo y le da l o que puede. E n esta f o r m a de respuesta
tencia alcanza para llegar a un crecimiento. 7] lo segundo, si tenemos la está el m o d e l o m i s m o de la relación i n t e r h u m a n a . Sabemos que el o t r o
posibilidad de reconstruir un marco normativo, ¿cuánta relación confor- es h u m a n o p o r q u e responde. U n o se siente frente a algo que es también
ma la crueldad?" del o r d e n de la subjetivación.

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| V i o l e n c i a social - V i o l e n c i a e s c o l a r • Silvia Bleichmar

bastecimiento puramente biológico. H a y experiencias terribles hechas en


JVIe detengo en esto p o r q u e me parece i m p o r t a n t e . Hace años, u n
t o d o el m u n d o c o n bebés que han quedado en guarderías asilados, que
nieto m í o que tenía diez meses andaba t o d o el tiempo gateando atrás de
n o hicieron ningún desarrollo intelectual.
nuestro p e r r o . Entonces le regalamos u n p e r r i t o de juguete que saltaba
y ladraba y cuando u n o le decía "cállate", se callaba y después, saltaba de L a función del docente es posiblemente la p r i m e r a mirada h u m a n i -
nuevo. E l chico estuvo enloquecido durante media hora y luego n o le zante que se establece c o n el niño que n o es p u r a m e n t e familiar. Yo
prestó más atención. ¿Cómo se d i o cuenta de que n o era de verdad, de siempre d i g o que el p r i m e r o b j e t o exogámico de u n niño es la maestra.
que n o estaba ante u n ser vivo? Porque n o había respuesta a la acción de N o es c i e r t o que sea una repetición de la m a d r e , es o t r a cosa. Es la p r i -
él, n i rehusamiento, n i acuerdo, simplemente mecánica. L a respuesta mera vez que el niño ama a alguien que n o es u n o b j e t o p r i m a r i o . Ahí
mecánica es una respuesta desubjetivante y es tan grave c o m o el silencio. hay u n proceso de humanización en la medida en que l o que circula es
E l silencio también es una f o r m a de la crueldad. Por eso las no-respues- el amor. N o se puede instaurar la ley, si q u i e n la instaura n o es respeta-
tas a las necesidades del prójimo son formas de ejercicio de la crueldad y d o y amado. Esto es imposible. Se acepta la ley p o r amor y respeto a
de violencia silenciosa. U n o de los grandes problemas que hemos t e n i d o quien la instaura.
ha sido la dictadura. Pero después tuvimos otros. Por ejemplo, cuando se Segunda cuestión con respecto a la función de la escuela: fíjense la dis-
puede decir t o d o , pero nadie l o escucha. Además, el neoliberalismo ha cusión que se generó con el M u n d i a l de Fútbol, si los chicos teman que
sido t a n t o o más deconstructivo que la dictadura. D u r a n t e la dictadura verlo o n o en T V en la escuela. Había una vieja canción de Las Primas
teníamos la esperanza de que, el día en que cayera, se iba a poder decir que decía: " N o d i g o todos los días/ tampoco todas las noches/ aunque
t o d o y todos i b a n a escuchar. H o y muchas veces tenemos la sensación de sea de vez en c u a n d o / pero dame una alegría". L a A r g e n t i n a nos da t a n
que nadie escucha nada. pocas alegrías, que perdernos el M u n d i a l de fútbol o el de básquet sería
H a y una relación m u y directa entre la crueldad, la falta de respuesta y patético. Yo estaba a favor de que se viera el M u n d i a l en las escuelas, pero
la indiferencia hacia el o t r o . Y ahí reside para mí la falta más grave de la me parecía ridículo que el objetivo haya sido discutir, p o r ejemplo, el
ética. p r o d u c t o b r u t o de Alemania, ¿a quién le importa? L o que sí me parecía
importante era que se discutieran legalidades respecto del j u e g o ; p o r
ejemplo, c ó m o entienden los chicos ciertas particularidades que tiene el
juego, c ó m o entienden los enfrentamientos, de qué manera entienden las
L A HUMANIZACIÓN DEL NIÑO DEPENDE faltas, qué o p i n a n de " l a m a n o de D i o s " y qué o p i n a n del cabezazo de
DE LA MIRADA DEL ADULTO Zidane y de l o que l o provocó. E n este sentido me parecía que el
M u n d i a l era para discutir justamente el problema de las normas y del res-
peto al o t r o , y n o para discutir el p r o d u c t o b r u t o de Malasia, para decir-
"Soy profesora de La Rio ja. ¿Cuál sería el principio fundamental para
lo así de simple. Esas cuestiones vinculadas con el M u n d i a l eran centra-
trabajar sobre la base de la confianza en el otro?"
les, l o o t r o se l o van a olvidar.

Los principios fundamentales que permiten dar ingreso al o t r o se p r o -


ducen precozmente. A medida que el adulto considera al niño u n ser
h u m a n o , el niño se va humanizando. Justamente u n o de los problemas de
la deshumanización es la reducción de los bebés a su condición de autoa-

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Entonces y o creo que sí, hay que recuperar la m e m o r i a histórica, pero


RECUPERAR LA MEMORIA HISTÓRICA C O M O PROYECTO
c o m o proyecto, c o m o el lugar desde dónde tenemos que pensar a f u t u -
r o y n o sólo c o n la mente en el pasado.
cc
Me pareció muy provocativa esta cuestión de la escuela que tiene que cen-
trarse en educar para el futuro más que en educar para el presente. A
"Junto con compañeros docentes de Rosario nos estamos preparando como
partir de lo que usted dijo del lugar de la escuela que, al igual que nues-
mediadores, porque nos preocupa el tema de la violencia. Quería hacer
tro país, tiene esa mirada de esperanza, nos acordábamos de la experien-
una pregunta relacionada con aquellos alumnos que no aceptan los lími-
cia en Santa Fe en la época de la inundación. En esa circunstancia fue
tes de la ley porque no creen en quién se lo dice, ¿qué podemos hacer los
muy importante que los alumnos y la familia recuperaran la esperanza
docentes para reconstruir la credibilidad de nuestra voz?"
frente a la herida, frente a las cosas que sucedieron. La pregunta que nos
surge es si ese trabajo de recuperación del sentido para el futuro, de poder
valorizar el futuro, acaso tiene también valores en relación con mirar el Cuando hablo de los pactos de llevarse bien me refiero a ciertos idealis-
pasado, recuperar el pasado y mirar el presente, transmitir a los alumnos mos que circulan: "ahora somos todos amigos y la paz y el amor nos van a
el sentido de qué valor tiene la vida en relación con el presente. También reunir". Esto es una pavada terrible y todos l o sabemos. A esta altura, ya n i
nos provoca pensar que para los propios docentes es un trabajo poder mirar el rock refleja eso. Yo estoy profundamente preocupada p o r la violencia.
primero qué sentido tiene lo que enseñamos, qué sentido tiene la educa- Pero la violencia justamente c o m o forma de deconstrucción de la relación
ción, la escuela en la que estamos trabajando." con el o t r o . Es verdad que n o hay palabras autorizadas en el país, pero hay
algunas palabras más autorizadas que otras. H o y , una de las cosas que ha
Es necesario hacer algunas aclaraciones c o n respecto a la cuestión de la ocurrido es que n o se cree en el estamento de pertenencia de la persona a
historia. Por supuesto que historizar es fundamental, t a n t o en el ser la que u n o le cree, sino en la persona misma. Por ejemplo, n o se cree en
humano individual como en los procesos compartidos. N o tengo d u d a los jueces, se cree en u n juez; n o se cree en los abogados, se cree en u n
de que nuestro país ha perdido muchas veces la m e m o r i a . Pero a veces la abogado; n o se cree en los médicos, se cree en algún médico. Se ha decons-
recupera mal, porque lo que se recupera de víctimas de la dictadura es t r u i d o la idea de transferencia sobre los frutos sociales. Por supuesto, n o se
sólo su carácter de víctimas, y no el proyecto histórico que levantaron y cree en los políticos, se puede confiar en algún político. Esto constituye u n
defendieron. N o solamente se mató gente, sino que nos r o b a r o n veinte sistema y el problema es c ó m o se recupera la confiabüidad. Cada u n o va a
o treinta años de historia. Entonces me parece que hay que discutir el tener que ir luchando, justamente, por recuperarla, porque este es u n p r o -
pasado, no en tanto las víctimas de ese pasado, sino en tanto recupera- blema m u y serio que tenemos todos. A veces tenemos que hacer más de l o
ción de los grandes proyectos. Por eso me parece hoy tan i m p o r t a n t e el habitual para recuperar la confiabüidad del o t r o .
debate real sobre la A r g e n t i n a que fundamos. ¿Qué pasó con la verdade-
ra m u e r t e de M o r e n o , qué pasó c o n Saavedra, p o r qué a la mujer de
M o r e n o le m a n d a r o n la corona y el velo de duelo antes de que él se
CONSTRUIR LA INFANCIA SOBRE EL TRASFONDO DE LO SUEÑOS
muriera, tal c o m o l o hace la mafia? Es escandaloso. O la f o r m a en la que
murió M o n t e a g u d o , las formas c o n las cuales se f u e r o n p r o d u c i e n d o
estas cosas que marcan n o sólo la h u m a n i d a d de los proceres, sino la f u n - Por otra parte, hay una enorme necesidad de creer, hay una enorme
damentación de u n proyecto. necesidad de instancias protectoras, pero hay también una enorme des-

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L a construcción d e legalidades c o m o principio e d u c a t i v o

confianza en esto. E n ese sentido, los maestros están j u g a n d o en u n


borde filoso: p o r u n l a d o , son apreciados y queridos p o r sus alumnos y, nuestra tarea. Y esta es una f o r m a de humanización m u y fuerte. Esto

p o r el o t r o , ellos n o t e r m i n a n de estar convencidos. Ustedes saben que tiene que ver con la p r o f u n d a creencia en la potencialidad del o t r o h u m a -
esto pasa también en la práctica psicoanalítica. E n general soy una per- n o . Y sí, vamos a tener muchas frustraciones y nos van a pasar muchas
sona b i e n vista en m i m e d i o : la gente cree que soy una persona honesta. cosas, pero con una que nos salga m a l , o diez que nos salgan m a l , va a
Sin embargo, tengo u n paciente que sabe que l o atiendo n o p o r motivos haber cinco o quince que nos salgan bien, y eso nos va a compensar.
económicos, y él n o cree que en la vida u n o pueda estar c o n el o t r o sólo C o m o decía m i mamá: "Las viudas que f u e r o n felices se casan de
p o r tener ganas. Entonces llegó a otra conclusión: l o atiendo p o r interés
psicopatológico. Es divino el h o m b r e , pero tiene una enorme dificultad
para poder sentirse apreciado y estimado, p o r l o cual si y o n o l o atiendo
p o r plata y n o comercio con él, cosa sobre la que él está convencido,
entonces y o l o atiendo p o r interés psicopatológico. Estamos en una
sociedad en la cual es m u y difícil creer en que el o t r o realmente l o res-
peta y estima, p o r l o t a n t o a veces hay que bancarse la desilusión de n o
ser creído. Y saber que venimos soportando sobre nosotros transferencias
terribles. N o es a nosotros a quienes n o nos creen, sino a t o d o los que
representamos c o m o herederos de una tradición de descreencias y de
frustraciones. H a y que considerar esto y tener mucha paciencia.

T a m b i é n hay o t r a p r e g u n t a que u n sujeto se hace: ¿por qué a l g u i e n


me quiere o m e aprecia, p o r q u é a l g u i e n espera algo de mí? L o s c h i -
cos se d e b e n p r e g u n t a r eso en la escuela: ¿por qué la maestra espera
que y o aprenda? Esta es una cuestión que hay que hablar c o n los c h i -
cos: q u é espera u n o de ellos. H a c e r el discurso que los padres n o p u e -
d e n hacer sobre l o que nosotros esperamos de las próximas genera-
ciones. C o m o nuestra única trascendencia es histórica, n o sabemos si
la próxima vez nos vamos a i r al cielo o nos vamos a c o n v e r t i r en cuca-
rachas. U n a vez u n taxista me c o n m o v i ó . L e c o m e n t é : " ¿ S e i m a g i n a
reencarnarse en cucaracha? ¡ Q u é h o r r i b l e ! " . Y me d i j o algo dramáti-
co: " S e ñ o r a , n o hay nada peor que reencarnarse en ser h u m a n o , pasar
o t r a vez p o r este s u f r i m i e n t o " . C u a n d o m e d i j o eso, me p r o d u j o u n a
enorme conmoción.

Tenemos que transmitirles a los niños nuestra expectativa de que en


ellos estamos n o s o t r o s , nuestros sueños de u n m u n d o m e j o r y que son
nuestra p r o p i a contigüidad. Q u e n o son u n i n s t r u m e n t o de trabajo,
sino a l g u i e n m u y representativo respecto de la función que c u m p l e en

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