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Bibliografía:
UNIDAD VI ACTITUDES DEL HUMANO ANTE LA SALUD, LA
ENFERMEDAD Y LA MUERTE
Se sabe que las personas que gozan de buena salud emocional son conscientes
de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, ya que son capaces de
reconocer los que sienten y la causa que lo provoca. Ellas han aprendido maneras
saludables de lidiar con el estrés y los problemas que son una parte normal de la
vida. Se sienten bien consigo mismos y tienen relaciones saludables, es
importante mantener una buena salud emocional debido a que como hemos visto
en otras unidades las emociones difieren de la salud física de las personas.
Ahí radica la profunda raíz biológica de la salud. Pero estos procesos no ocurren
en el vacío, sino que suceden en una matriz social, económica, política y cultural.
Desde los albores de la humanidad, el ser humano ha hecho esfuerzos de diversa
naturaleza por mantener su salud, y desde la antigüedad se ha considerado que
existen personas con capacidades para restablecerla, para quienes la mayoría de
las explicaciones acerca de la salud y la enfermedad, se fundamentaban en la
existencia de dioses que curaban y en las virtudes mágicas de encantamientos y
hechizos.
En las culturas primitivas, el brujo era curandero por dos virtudes: por su
conocimiento de plantas y preparación de brebajes y por su cercanía con los
dioses.
Las emociones negativas influencian más y durante más tiempo que las positivas
el bienestar emocional y la satisfacción vital, aunque las emociones positivas
refuerzan más el bienestar psicológico y social visón positivo del mundo y del yo,
refuerzo de fines en la vida.
Mientras que las experiencias con los grupos y personas que se tienen relaciones
estables a largo plazo son menos satisfactorias. Las experiencias y emociones
positivas refuerzan más el bienestar psicológico, en particular el sentido o
propósito en la vida.
Anteriormente, la muerte era aceptada como parte natural del ciclo vital. En la
sociedad actual, el morir es visto como una disfunción, o un problema todavía sin
resolver que los avances de la ciencia y las nuevas tecnologías intentan corregir.
Deseamos negar nuestra mortalidad, debido a que la perspectiva que nos presenta
la muerte es aterradora. Nos conduce a la angustia definitiva, nos obliga a hacer
frente al hecho de que sólo estamos aquí un periodo de tiempo corto, y que cuando
nos vamos, lo hacemos para siempre.