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Deseo y rechazo; vías distintas pero ambas dan cuenta de Otro.

Es compliado afirmar, pero no imposible de pensar que ambos caminos, el del


deseo y del rechazo, son con el fin de dar cuenta con Otro, y más allá de eso, la
posición del sujeto.
Por un lado, el deseo vendría siendo lo primero que se nos presenta
inconscientemente como un modo de relación con otro, que se puede ejemplificar
con la relación primordial del sujeto; la de madre e hijo. Como lo explica Lacan
(2010) en el Seminario V Las formaciones del inconsciente, que el niño depende
del deseo de la madre. El deseo en el sujeto es como la sangre en un cuerpo, es
algo necesario, es algo que debe estar para que sea sujeto; y como lo plantea el
psicoanálisis; puesto que no somos sujeto de necesidades básicas sino que
somos sujetos deseantes, sujetos de deseo.
El deseo se puede articular desde una arista que también es relevante en los
trabajos del Lacan y de Freud. Lo es en la identificación del sujeto, y que según
las influencias hegelianas que Lacan delucida para poder trabajar este concepto,
se puede argumentar que: el deseo es algo que permite un reconocimiento de otro
y un autoreconocimiento.
La característica del deseo no es la intimidad, tampoco la exteriorización, más bien
tiene un carácter éxtimo, bien ¡ puesto que el deseo no es ni colectivo, ni
solamente individual, es un dentro y afuera, algo que recorre por las dimensiones
inconsciente de cada sujeto, y no quiere decir colectivo, quiere decir que esto
permite ser sujeto y perimite que haya otro, como lo argumenta Lacan (2007) en
El seminario X La angustia, el deseo del hombre siempre es el deseo del Otro.
Con esta afirmación da entender que ya el deseo nos permite tener una posición
respecto a un Otro, una posición como sujeto deseante del deseo de Otro. bien!
Por el lado del rechazo, francamente se pensaría que; ¿cómo se puede rechazar
algo sin conocer primeramente, cómo poder distanciarnos de algo sin primero el
poder acercanos? Pero es que de cierta hay un recorrido en tanto en las
dimensiones de la necesidad, demanda y deseo; en cómo fueron arituclandose en
la infancia y en su relación primordial. ¿Qué es lo que se rechaza? ¿Un deseo, el
deseo del Otro, una relación, la ley?.
Lo primero que se viene al momento de tratar anorexia nerviosa es el hecho del
rechazo del alimento y la distorsion de la imagen corporal. Por el momento, el
interés está en el rechazo, rechazo que tiene una relación con lo que tiene que ver
con el deseo, hay algo oculto, hay algo que se quiere decir, hay algo que quizás
quiere desear. Rechazar para conseguir otra cosa, o desear Otra cosa como lo
menciona Lacan (2008) en El Seminario IV La relación de objeto. Entonces, puede
desar también Otra cosa, como también desear nada, o, mejor dicho, si
escudriñamos desde el registro de la demanda; desde el rechazo del alimento hay
un intento por permitir esa demanda de vacío, a esa demanda de nada (López,
1999).
Recalcati (2011) en La última cena: anorexia y bulimia hace mención del deseo
anorérixo en comparación a una larva; ya que, la larva significaria un inicio de
vida, pero la larva representa algo totalmente contradictorio, pues esta no tiene
movimiento, no presenta vitalidad, es un inicio de vida que todavía no es vida. En
tanto que la condición de larva es de no-deseo, la condición de deseo es de anti-
larva. Por lo tanto, el rechazo del alimento por parte de la anoréxica es para
permanecer en este estado de no-deseo, es lo mismo que desear nada de la
demanda de un vacío. Pero, ¿la demanda de vacío ya no es mas que un intento
de registrarse en el deseo, como deseo de Otra cosa? qué es demanda de vacío?
es que no le demanda nada al Otro? es que rechaza la demanda del Otro?
Una duda entonces se pone en el camino, cómo sería posible no desear nada, si
al desear nada ya es deseo de algo, de Otra cosa –quizás-, cómo no hay una
capacidad ¿’’de forcluir el deseo así como en psicósis de forcluye el Significante
Padre.
La maniobra de separación del Otro quizás no es algo más que alejarse del deseo
que no es suyo, alejarse de la demanda del Otro, del deseo del Otro, se confuden
los registros de demanda y deseo como un acto revolucionario tratando de barrar
al Otro no dejándose imponer por los significantes que son presentados y que el
sujeto por ninguno logra ser identificado pero, ¿Qué hay con la muerte? De ese
deseo de nada, a las intenciones de no impartir: deseo eso que el otro desea.
¿Qué desea el deseo la larva? Pues quizás hay algo más que solo ocultarse de
Otro, más bien, ocultarse de la posición que el Otro le entrega para ser sujeto,
algo que se vuelve consciente, ese sujeto que es divido por las normas y las leyes
del Otro; del lenguaje, del registro de la demanda. (…)

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