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El guión de vida

José Luis Martorell


UNED

CURSO Eric Berne, 35 años después. Sus aportaciones a la Comunicación.


17 de Noviembre de 2005

La libertad es lo que hacemos con lo que nos hacen


Jean Paul Sartre

Un guión es un plan de vida basado en decisiones tomadas en la infancia como


respuesta a los mensajes y actitudes parentales, justificado y reforzado selectivamente
por acontecimientos simultáneos y posteriores a las decisiones, y que culmina en una
alternativa elegida, la cual determina un concreto curso de vida. Como se ve, el
concepto subyacente a los guiones es el de programación. Berne señala que esta
programación afecta a los aspectos relevantes de la vida (tales como vida o muerte,
felicidad o infelicidad, éxito o fracaso, amor o desamor) pero puede dejar sin programar
acontecimientos de otro orden siempre que no entren en colisión con los elementos
básicos del guión (por ejemplo, un guión con una programación autodestructiva puede
dejar al sujeto la elección entre el suicidio, la drogadicción, la conducción temeraria, la
alimentación compulsiva...).
Esquemáticamente, un guión se conforma de acuerdo a los siguientes elementos: 1)
mensajes parentales, entendiendo por tales toda conducta que transmita al niño lo que se
espera o no se espera de él, así como las consecuencias de aceptar o rechazar el
mensaje; 2) la decisión del niño con respecto a los mensajes (sobre el carácter
consciente o inconsciente de estas decisiones se hablará más adelante); 3) las decisiones
se viven como creencias sobre uno mismo, los demás y la vida; 4) estas creencias dan
lugar a determinados comportamientos; comportamientos y creencias se refuerzan
mutuamente; 5) con el paso del tiempo, comportamientos y creencias dan lugar a un
cierto curso de vida en el que determinadas opciones se han seguido y otras se han
descartado; 6) un determinado curso de vida abocará a un determinado final excluyendo
otros. No parece necesario insistir en que el guión de vida, como todo plan, no es todo
poderoso y fuerzas exteriores pueden desbaratarlo. Una persona puede tener un guión
que permita la felicidad y el éxito, pero si esa persona es, por ejemplo, un judío en la
Alemania nazi no será previsible que lo lleve adelante [aunque relatos como el de Victor
Frankl parecen indicar que incluso en esa situación extrema de iniquidad y opresión
había distintos modos de estar].

La incorporación de un guión según el tipo de respuesta (permisos o prohibiciones) que


encuentre en el entorno familiar puede quedar resumido en los siguientes esquemas:

In c o rp o ra c ió n d e l g u ió n (I)

A C C IÓ N E S P O N T Á N E A

E N T O R N O F A M IL IA R

P E R M IS O

A D A P T A C IÓ N

In c o rp o ra c ió n d e l g u ió n (II)

A C C IÓ N E S P O N T Á N E A

E N T O R N O F A M IL IA R

P R O H IB IC IÓ N

IN A D A P T A C IÓ N

I n c o r p o r a c ió n d e l g u ió n ( I I I )

IN A D A P T A C IÓ N

B Ú S Q U E D A D E A L T E R N A T IV A S

A C C IÓ N S U S T IT U T IV A

P E R M IS O D E L E N T O R N O

A D A P T A C IÓ N

La cuestión de si todo el mundo tiene un guión no tiene una respuesta definitiva y


consensuada dentro del AT. La postura más generalizada es la pensar que todos los
seres humanos reciben algún tipo de programación en la infancia y que la cuestión
estriba en diferenciar permisos de mandatos y en la diferente presión con se haya tratado
de transmitir dicha programación (Martorell, 2000a).
Los autortes han tratado de definir diferentes tipos de guiones, desde diferentes puntos
de vista. Algunos tipos de guiones son los guiones de triunfador y de perdedor
(entendiendo el concepto desde un punto de vista subjetivo), guiones banales
(generalmente con una fuerte programación desde alguna de las variantes socialmente
implantadas de los roles masculino o femenino) y guiones hamárticos (guiones
autodestructivos o de final trágico). Existen otras tipologías a partir de los elementos
que el guión prohíbe, del tipo de final o de los prototipos míticos.
Los guiones que capacitan para una vida creativa y sana suelen haberse formado en un
entorno familiar que proporciona los siguientes permisos:

M e n s a je s p o s itiv o s (p e rm is o s )
• E s tá s b ie n
• P uedes pensar
• P u e d e s e q u iv o c a rte
• P u e d e s a p re n d e r
• T e q u ie ro y m e g u s ta s
• P u e d e s c o n fia r e n m í
• E s tá b ie n q u e te n g a s tu e d a d

Los guiones negativos o, dicho con mayor precisión, los que dan lugar a vidas infelices,
estériles o trágicas vienen de un entorno familiar cuyas características, en términos de
comunicación, se resumen en el siguiente esquema:

G u io n e s n e g a tiv o s y e n to rn o
fa m ilia r
• A trib u c io n e s ríg id a s
-d e m o d o s d e ser
-d e la c a u s a d e la s c o s a s
• A lie n a c ió n , n e g a c ió n o m is tific a c ió n d e la
e x p e rie n c ia
-c o n tr o l, m ie d o a l c o n flic to

El miedo al conflicto nombrado en el esquema anterior o los temas personales no


resueltos de los progenitores suelen dar lugar a un tipo de comunicación con el hijo que
toma la forma de hipercontrol (Martorell 2000b). Cualquier mensaje puede ser
analizado en sus componentes: emisor, receptor, contenido y contexto, de tal modo que
puede ser expresado del siguiente modo: yo te estoy diciendo a ti esto en este contexto.
En el caso del hipercontrol los mensajes tomarían la siguiente forma:

Yo (que soy como yo te digo) te estoy diciendo a ti (que eres como yo te digo) esto
(que es lo que yo te digo) en este contexto (que yo te digo como se define)

Si a la situación de hipercontrol se une la de déficit de poder, como es el caso del niño


pequeño, la posibilidad de definirse a sí mismo, a los demás o a los otros de modo
diferente a lo que manda este tipo de mensaje, es muy pequeña.
El carácter consciente o inconsciente de los guiones es uno de los puntos de más
controversia dentro de las filas del AT, dado que el propio Berne se pronunció
contradictoriamente sobre el tema. Quizá una de las razones de esta circunstancia
estriba en que la obra que dedicó monográficamente a los guiones (Berne, 1972) es una
obra de aparición póstuma y, al parecer, no completada en el momento de su muerte.
Steiner (1974), tal vez el más reputado defensor del carácter consciente de los guiones,
señala que, a diferencia de lo que ocurría con otros puntos de su obra, Berne utilizaba el
lenguaje psicoanalítico para hablar de los guiones. De hecho, en el primer libro Berne,
en el que presenta de un modo formalizado la teoría del AT, define los guiones del
siguiente modo: “Los guiones pertenecen al marco de los fenómenos de transferencia,
esto es, son derivados, o más precisamente, adaptaciones, de experiencias y reacciones
infantiles. Pero un guión no es una mera reacción de transferencia o situación de
transferencia; es un intento de repetir en una forma derivada un completo drama
transferencial, a menudo dividido en actos...” (Berne, 1961: 122). Berne reconocer
abiertamente este marco psicoanalítico cuando cita los siguientes autores como
influyentes en “los orígenes históricos del concepto de guión” (Berne, 1972: 77): Freud,
Adler, Campbell, Erikson, Glover, Jung y Rank. En otros capítulos de la misma obra
cita también a Klein y a Fairbairn como autores, en su opinión, coincidentes con
algunos puntos de su teoría. Sin embargo, de un modo que no deja de ser algo críptico,
define al análisis de guiones como “freudiano, pero no psicoanalítico” (Berne, 1972:
73), probablemente queriendo conciliar el reconocimiento a la teoría freudiana con la
introducción de una terapeútica diferente a la propugnada por el psicoanálisis ortodoxo.
En este marco, la posición de Berne sobre el carácter consciente o inconsciente del
guión queda confusa, quizá por causa, como ya hemos señalado, de la condición
póstuma de su última obra. Berne señala: “generalmente el guión de vida no es
inconsciente” (Berne, 1972: 74) precisando que una gran parte de lo que se tiene por
inconsciente es sólo preconsciente y que “el analista de guiones que trata con material
consciente se ocupa de una esfera de la psique mucho mayor de lo que supone mucha
gente”, pero parece terminar inclinando la balanza al otro lado: “ no hay nada que
prohíba al analista de guiones tratar con material inconsciente (esto es, algunos de los
principales derivados del miedo original a la castración y de la rabia original del Edipo)
si está preparado para hacerlo. Y lo hará porque, naturalmente, son precisamente estas
experiencias las que forman el protocolo básico del guión” (Berne, 1972: 440-441).
Finalmente, es interesante señalar que el concepto de guión de vida es un concepto que
utilizan terapeutas que trabajan desde marcos teóricos distintos del Análisis
Transaccional, lo que permite afirmar la adecuación de esta teoría para participar en el
movimiento de integración de las psicoterapias.

Bibliografía
Berne, E.: Análisis transaccional en psicoterapia. Psique, Buenos aires, 1976 (original 1961)
Berne, E.: ¿Qué dice Vd. después de decir “hola”?. Grijalbo. Barcelona, 1974 (original 1972)
Berne, E.: Introducción al tratamiento de grupo. Grijalbo. Barcelona, 1983.
Martorell, J.L. El guión de vida. Desclée de Brouwer, Bilbao, 2000a.
Martorell, J.L. El análisis de juegos transaccionales. Un estudio empírico. UNED, Madrid, 2000b.
Revista de Psicoterapia (1998). Monográfico: Análisis Transaccional, Vol. 9, 33
Steiner, C.: Guiones que vivimos. Kairós, Barcelona, 1995 (original 1974).

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