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EXCESIVA ONEROSIDAD DE LA PRESTACIÓN

1. Introducción

Buenas noches profesor y compañeras, el día de hoy mi compañera


(nombre) y yo, expondremos sobre la excesiva onerosidad de la
prestación y brindaremos algunos alcances sobre el tema. Asimismo,
analizaremos el vínculo que tiene la excesiva onerosidad de la prestación
con el Análisis Económico del Derecho (en adelante “ADE”). Sin más que
agregar, comenzaremos con la exposición.

2. Nociones introductorias

Morales Hervias (2011) sostiene que una de las teorías que intenta
explicar la excesiva onerosidad de las prestaciones es la doctrina de la
cláusula “rebus sic stantibus”.

La cláusula “rebus sic stantibus” que significa <<estando así las cosas>>,
tuvo su origen en el Derecho Romano de manera primigenia, ya que
Cicerón y Séneca consideraban que para tener que cumplir lo prometido,
debe permanecer en el mismo estado de cosas que existía cuando se
formuló la promesa1; sin embargo fue en el Derecho Medieval o
Intermedio en el que su desarrollo se realizó de manera minuciosa.

Según dicha cláusula, en los contratos duraderos hay una cláusula


implícita según la cual las partes contratan y se vinculan en las
circunstancias vigentes al tiempo y en el presupuesto que esas
circunstancias se mantendrán.

Por otro lado, la excesiva onerosidad, es una excepción al “pacta sunt


servanda”, considerándose como necesariamente “post factum” y no “ad
initio”. Ello, debido a que, partiendo de un acto o negocio jurídico valido y
normal, en el transcurso del tiempo surgen hechos sobrevinientes “no
acordados por las partes” que lo transforman de un modo tal que hace
sumamente gravosa la satisfacción por el obligado.

1
(José Riviera Restrepo, 2014).
2. Concepto

El Código Civil en el artículo 1440 precisa que:

“En los contratos conmutativos de ejecución continuada, periódica o


diferida, si la prestación llega a ser excesivamente onerosa por
acontecimientos extraordinarios e imprevisibles, la parte perjudicada puede
solicitar al juez que la reduzca o que aumente la contraprestación, a fin de
que cese la excesiva onerosidad.

Si ello no fuera posible por la naturaleza de la prestación, por las


circunstancias o si lo solicitara el demandado, el juez decidirá la resolución
del contrato. La resolución no se extiende a las prestaciones ejecutadas”.

Por lo que se puede colegir que la excesiva onerosidad de la prestación se


presenta en los contratos de ejecución continuada, periódica o diferida,
cuando por extraordinarios e imprevisibles se rompe el equilibrio
contractual original y la ejecución de la prestación de una de las partes se
torna excesivamente onerosa frente a la contraprestación del otro
contratante.

En este caso, conforme a lo que dispone en el artículo 1440 del Código Civil
peruano, la parte perjudicada puede solicitar la revisión judicial del
contrato para que el juez reduzca su prestación o aumente la
contraprestación de la otra parte y con ello logre reestablecer nuevamente
el equilibrio contractual en dicho contrato. Empero, si no fuera posible
equilibrar las prestaciones por la naturaleza de la prestación, por las
circunstancias del caso o porque lo solicita el demandado, el juez ordenará
la resolución del contrato. (Soto Coáguila, 2008)

Es por lo mencionado, que la excesiva onerosidad causa un desequilibrio


contractual por acontecimientos extraordinarios e imprevisibles, cuya
solución arribará en que la parte perjudicada solicite al juez que la reduzca
o que aumente la contraprestación, a fin de que cese la excesiva onerosidad;
o en su defecto, el juez decidirá en resolver el contrato.
Y es que en este caso en particular, el desequilibrio contractual se
manifiesta, ya que se debe tener presente, que el contrato fue celebrado
aplicando la doctrina “rebus sic stantibus”; ya que las partes, contrataron
de acuerdo a las circunstancias vigentes en el tiempo y en el presupuesto
que se han previsto para la ejecución contractual; sin embargo, debido a
acontecimientos extraordinarios que generan la excesiva onerosidad, el
contrato no podrá ser ejecutado como fue pactado por las partes.

En ese mismo sentido, aunado a lo anterior, dichos acontecimientos


extraordinarios, son una excepción al “pacta sunt servanda”, ya que lo que se
acordó, no podrá ser fielmente cumplido, es decir, necesariamente se
incurrirá en un incumplimiento forzoso no deseado.

Resultaría seriamente cuestionable que se obligue a cumplir el contrato


conforme a lo pactado en su oportunidad, si de manera posterior se
presentan situaciones que quiebran el equilibrio definido en su momento por
los propios interesados, ya que por causas ajenas a las partes, una de ellas
estaría obteniendo una mayor ventaja en exacta correspondencia y
consecuencia de la desventaja que estaría padeciendo la contraparte, que
estaría en una situación de extrema dificultad para honrar lo que
inicialmente era absolutamente posible de ejecutar.

En otras palabras, si las partes estructuraron el contrato sobre ciertas


premisas, estas deben estar adecuado a aquellas de manera permanente,
porque de lo contrario el contrato se desnaturaliaría. (Ortega Piana, 2007,
p. 174)

Como precisaba Messineo , la excesiva onerosidad provocada por la


imprevisión no ha de concebirse solamente como agravación de la onerosidad
de la prestación (lo que es obvio), sino también como "disminución de la
utilidad de la contraprestación".
3. Características

Para que se configure el supuesto de “excesiva onerosidad” y aplicar las


consecuencias jurídicas que dispone el artículo 1440 del Código Civil, se
debe tener presente lo siguiente:

3.1. Que se presente en los contratos de ejecución continuada,


periódica y diferida

Los contratos de duración son aquellos en los que “al menos una de las
prestaciones no se agota en una operación o en un efecto instantáneo.”
Siendo de dos tipos: de ejecución continuada o periódica. Los primeros, son
aquellos en los cuales la prestación se realiza de forma ininterrumpida. Así,
en la locación de servicios, los suministros de agua o energía eléctrica. Los
segundos, son aquellos en los cuales se efectúan cumplimientos parciales o
comportamientos repetitivos en el tiempo. Así, la merced conductiva en el
arrendamiento o la remuneración debida por el empleador. (Tamani Rafael,
2014)

Los contratos de duración son el género y los de ejecución continuada y


periódicos la especie. Teniendo como característica los primeros en que la
prestación se ejecute de manera ininterrumpida (contratos de suministro) y
los segundos la característica de que la prestación sea repetitiva a la largo
del tiempo (arrendamiento).

3.2. Que la prestación llegue a ser excesivamente onerosa por


acontecimientos posteriores de carácter extraordinario e imprevisible

Es necesario el acontecimiento de “algo” que se encuentra dentro del campo


de lo excepcional, de un acontecimiento que se produce por excepción, lejos
de lo que en forma normal o natural se espera que ocurra. Lo extraordinario
es lo que atenta o irrumpe en el curso natural y normal de los
acontecimientos, quebrándolos. Invade temporalmente el espacio de lo
común, de lo ordinario. Vemos que este concepto va seriamente ligado a la
impredictibilidad o imprevisibilidad tal y como lo menciona Osterling Parodi
y Castillo Freyre, 2008)
3.3. Que quien se perjudique con la alteración del equilibrio contractual
tenga el derecho de solicitar antes el juez que reduzca la prestación o
aumente la contraprestación, a fin de hacer cesar la excesiva
onerosidad

Esta característica es consecuencia de las dos previas, es decir, cuando en


un contrato de ejecución continuada, periódica y diferida la prestación
llegue a ser excesivamente onerosa por acontecimientos posteriores de
carácter extraordinario e imprevisible le estará permitido al juez ingresar a
tal contrato y nivelar las prestaciones a cargo de las partes de la relación
obligacional y en caso no pueda, o lo solicite el perjudicado, resolver el
contrato.

Ello, tomando en cuenta que se considera que si en una situación de


imprevisión contractual, el acreedor pretende el cumplimiento de la
prestación, no obstante que ha devenido en excesivamente onerosa por
virtud de sucesos extraordinarios e imprevisibles, está ejerciendo
abusivamente su derecho de exigir el cumplimiento del contrato, no
obstante que la ley no lo ampara.

El ejercicio abusivo del derecho está regulado en el artículo II del Título


Preliminar del Código Civil.

4. La excesiva onerosidad puede darse cuando:

a) el valor de la prestación se incrementa excesivamente, manteniéndose


inalterable el valor de la contraprestación;

b) permanece idéntico el valor de la prestación, disminuyendo


considerablemente el de la contraprestación;

c) ambos valores, el de la prestación y el de la contraprestación, sufren


alteraciones en sentido inverso, desequilibrándose la economía del
contrato.
5. Análisis Económico del Derecho (AED)

Alfredo Bullard precisa que el AED lo que busca es establecer los costos y
los beneficios de determinadas conductas, y como el Derecho está plagado
de conductas —en sí mismo es una técnica de regular conductas—, el AED
puede ser aplicado para determinar los costos y beneficios de estas
conductas.

En realidad lo que se consigue a través del AED es predecir conductas de


seres humanos. Se parte del principio que los seres humanos actúan en base
a incentivos, y que en consecuencia buscan los que les favorecen y evitan lo
que les perjudica.

En otras palabras tratan de maximizar beneficios y minimizar costos. En


base a ello es posible encontrar fórmulas que permiten predecir (al menos
presumir) como los individuos actuaran ante tales incentivos. Dado que el
Derecho es un sistema de regulación de conductas, su relación con la
economía aparece como evidente. Si uno quiere regular conducta, aprender a
predecirla es de suma utilidad. Saber el impacto de una Ley, de una decisión
judicial o de un contrato en la conducta futura permite poner al Derecho en
contexto de realidad.

Asimismo, lo que se busca es, por tanto, un Derecho que, sin olvidar otros
aspectos o valores a los cuales se deba, sea un Derecho eficiente, es decir
un Derecho que evite el desperdicio creando incentivos de conducta
adecuados para lograr sus fines.

Al Derecho le compete ayudar a alcanzar una situación eficiente, maximizar


la utilidad social, consiguiendo un mejor aprovechamiento de los escasos
recursos existentes. Por lo que el AED estudia el por qué los contratos nos
conducen a la eficiencia, y por qué hay situaciones que no pueden ser
resueltas por los contratos, y por tanto necesitan de una intervención
estatal para llegar a mejoras.
El elemento principal es determinar qué es más eficiente a través de un
análisis costo-beneficio. Lo que se persigue con este análisis es identificar
por qué los Individuos actuamos de una manera, para saber si las reglas
legales van a ayudar a no alcanzar la eficiencia, y para ejemplificar ello,
propondremos el siguiente ejemplo:

En junio del 2019, la empresa A arrienda un Hotel de su propiedad a B,


celebrando un contrato cuya vigencia es hasta diciembre del 2020.

Se facultó al arrendatario para realizar todo tipo de actividades hoteleras


de alojamiento temporal, servicio de restaurante, comedor, exposición y
venta de productos, entre otros eventos realización de eventos de carácter
académico, profesional, empresarial o de negocios.

Todos los 20 de cada mes, se debía pagar la renta de S/20 mil y se estipuló
una cláusula penal, en la que se establecía que si el arrendatario demoraba
en el pago de la renta, a partir del día 21 de cada mes, éste tendría que
pagar intereses moratorios diarios del S/ 3 mil.

Solo una vez el arrendatario pagó el día 23, y tuvo que girar un cheque a
favor del arrendatario por la suma de S/ 26 mil.

Ante la pandemia del COVID 19, se suspendieron todas las actividades


económicas, salvo aquellas consideradas como esenciales. Por ello, el
arrendatario al no poder llevar a cabo sus actividades, decide vender
artículos de primera necesidad en el hotel, sin embargo al hacer cálculos, se
percata que el ingreso no es el mismo y que mensualmente solo obtendrá una
liquidez de S/. 2 mil mensual se da cuenta que no podrá pagar los s/ 20 mil
mensuales.

Asimismo el arrendador le comunica que aún tienen un contrato vigente y


que ahora más que nunca necesita el dinero de la renta de manera puntual.

El presente caso, es un ejemplo de excesiva onerosidad, ya que al ser un


contrato de ejecución periódica que, ante la presencia de un hecho
extraordinario e imprevisible, permanece idéntico el valor de la prestación,
pero disminuye considerablemente el de la contraprestación, haciendo
imposible lo que con anterioridad se ejecutaba sin complicaciones (el pago
de la renta)

Como se precisó con anterioridad, el AED estudia el por qué los contratos
nos conducen a la eficiencia, y por qué hay situaciones que no pueden ser
resueltas por los contratos, y por tanto necesitan de una intervención
estatal para llegar a mejoras.

En principio, al tener un contrato vigente, el arrendador puede exigirle el


pago de la renta hasta la vigencia del contrato, así como exigirle el pago de
los intereses moratorios en caso exista retraso en el pago, hasta podría
intimarlo de ser necesario; sin embargo debido a la pandemia, el
arrendatario ya no tiene la misma liquidez para poder cumplir con el pago de
la renta, ya que por mandato presidencial, se han suspendido todo tipo de
actividades que concierna agrupación o reunión de personas, con el fin de
contrarrestar el contagio del virus.

Se evidencia que, tal como manifiesta Alfredo Bullard, el AED permite que
los contratos nos conduzcan a la eficiencia, ya es conforme al acuerdo entre
las partes, que ellos estipulan sus reglas con capacidad de ser exigidas (pago
de la renta y el arrendador se anticipa a una posible mora, por lo que
incluye una cláusula penal); SIN EMBARGO, habrán situaciones que no
pueden ser resueltas por los contratos, y por tanto, necesitan de una
intervención estatal para llegar a mejoras, por lo que el artículo 1440
establece una óptima salida y como solución, la parte perjudicada solicite al
juez que la reduzca o que aumente la contraprestación, a fin de que cese la
excesiva onerosidad; o en su defecto, el juez decidirá en resolver el
contrato.

La intervención estatal genera eficiencia, ya que el costo-beneficio es más


óptima es la decisión del juez, así las partes evitan pugnas entre ellos,
pérdida de tiempo y hasta costos notariales, de ser el caso.

Además, la aplicación de este artículo, constituye una barrera para el abuso


de derecho por parte del arrendador y su posible enriquecimiento
desproporcionado, ya que si bien es cierto tiene un crédito que cobrar por
tener un contrato vigente; sin embargo, dicha obligación se ve en la
necesidad de ser <<forzosamente incumplida>> no por causas imputables al
arrendatario, sino por un acontecimiento extraordinario e irresistible <<caso
fortuito>>
6. Referencias:

https://lpderecho.pe/excesiva-onerosidad-prestacion-codigo-
civil/#:~:text=Conclusiones-

file:///C:/Users/PC/Downloads/Dialnet-
HistoriaYFundamentosDeLaClausulaRebusSicStantibusT-5853809.pdf

http://www.etorresvasquez.com.pe/excesiva-onerosidad-de-la-
prestacion.html

http://www.osterlingfirm.com/Documentos/articulos/La%20revision%20de
%20los%20contratos.pdf (no cita, para lectura)

http://www.osterlingfirm.com/Documentos/articulos/La%20revision%20de
%20los%20contratos.pdf (no cita, para lectura)

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