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Europa experimentó un rápido crecimiento demográfico en el siglo XV que llevó a la superpoblación y la emigración. Las ciudades crecieron a medida que más personas se mudaron a centros urbanos nuevos y existentes. Aunque las condiciones seguían siendo deficientes, hubo mejoras en la economía y la planificación familiar. Las ciudades se beneficiaron de construcciones como catedrales que atrajeron más población, mientras que también surgieron pequeñas ciudades con importancia política, económica y cultural.
Europa experimentó un rápido crecimiento demográfico en el siglo XV que llevó a la superpoblación y la emigración. Las ciudades crecieron a medida que más personas se mudaron a centros urbanos nuevos y existentes. Aunque las condiciones seguían siendo deficientes, hubo mejoras en la economía y la planificación familiar. Las ciudades se beneficiaron de construcciones como catedrales que atrajeron más población, mientras que también surgieron pequeñas ciudades con importancia política, económica y cultural.
Europa experimentó un rápido crecimiento demográfico en el siglo XV que llevó a la superpoblación y la emigración. Las ciudades crecieron a medida que más personas se mudaron a centros urbanos nuevos y existentes. Aunque las condiciones seguían siendo deficientes, hubo mejoras en la economía y la planificación familiar. Las ciudades se beneficiaron de construcciones como catedrales que atrajeron más población, mientras que también surgieron pequeñas ciudades con importancia política, económica y cultural.
El siglo XV empezó reconstruyéndose a partir de lo que XIV le dejó; es así como
comenzaron a aparecer nuevos conjuntos poblacionales; nuevos centros de cultivos y tierras donde cultivar; esto ocasionó una superpoblación que produjo una emigración, distribuyéndose gran parte de la gente por el resto de Europa. Aunque se ignora el origen del notable creciente demográfico, no es lo único que se desconoce, también está la causa del cambio abrupto en el comportamiento social y en la mentalidad, detalle que, en vez de ser negativo, fue positivo en cuanto a la economía y la planificación familiar se refiere. A pesar de todo esto, hubo cosas que no cambiaron, como la tasa de mortalidad en infantes y la natalidad que siguió siendo elevada. No se tomaron las medidas necesarias frente a un crecimiento poblacional tan elevado, las condiciones y el contexto en el que se fueron desarrollando siguieron siendo muy deficientes. Cada país se la arregló a su modo para concentrar un puñado de su población en un punto determinado de sus ciudades por razones distintas. Muchas de estas ciudades se beneficiaron de las construcciones de catedrales para su crecimiento poblacional, ejemplo de esto es Roma, quien se aprovechó de la restauración del pontificado, llegando a más de 50.000 a principios del siglo XVI. Surgieron asimismo pequeñas ciudades las cuales tuvieron una gran importancia política, económica y cultural teniendo un gran peso en la continuidad histórica. En cuanto al mundo rural, Marc Bloch (1980) dijo: “la revuelta agraria es tan inseparable del régimen señorial como la huelga de la empresa capitalista” (p.173). Esto refiriéndose a las escasas, pero todavía existentes alteraciones campesinas. Debido a un milagro climático durante el siglo XV y primera mitad del siglo XVI, las temperaturas comenzaron a aumentar, beneficiando así a las tierras europeas ubicadas al norte, encima beneficiadas por el incremento demográfico y el auge de las ciudades, ya no solo tenían más hombres sino también mas capacidad adquisitiva, el campesino era mas valorado e incluso más demandado. La estabilidad del campesinado era subjetiva, así como en Cataluña se llegaba a una estabilidad, en Galicia el campesino estaba sumido en una miseria. La producción era mas intensa en cuanto a lana se refiere, irónicamente funcionando mejor con menos mano de obra. Benassar, B. (2004) dijo que: “El Renacimiento surgió y se desarrolló en una nueva coyuntura demográfica marcada por la explosión de la vida” (p.85), esta dicha explosión causó un refinamiento en la sociedad. Deportes como el futbol en Italia, hacían llenar de júbilo las calles de Florencia; caso contrario el de Inglaterra, donde se intentó prohibir varias veces, aunque sin éxito. La disposición que se tuvo del dinero, hizo que se comenzaran a despilfarrar en lujos, por ejemplo, en vestidos caros, los cuales eran tejidos con hilo de oro; libros miniados; objetos que estaban decorados de oro y marfil; entre otros. Esto plasmado en las palabras de Hauser, A (1951): “la introducción de los jornales en dinero en lugar de los antiguos pagos en especie trajo consigo nuevas libertades… Ahora el trabajador puede gastar su jornal a su capricho, procurarse tiempo libre y dedicar sus ocios a lo que le plazca. Las consecuencias fueron incalculables en el plano cultural” (p. 432). Se sumaron al conjunto de inventos, instrumentales que ayudaron con la productividad, incrementando así la riqueza. También aparecieron nuevas técnicas minero-metalúrgicas, causantes de los primeros hornos, tornos e hilatura y un montón de bombas, fuelles, etc. Algo tenía que frenar toda esta productividad, en este caso fue la falta de una fuente de energía abundante. Es en el siglo XVI e incluso inicios del XVII es cuando comienzan a darse ciertas sombras de oscuridad; hubo indicios de sobrepoblación, baja de salarios reales, restricciones de libertad de expresión. Por este tiempo comenzaron a surgir las ansias de racionalidad y con esto muchas aficiones, empleos y estudios que alimentaban esto; técnicas contables, trabajos estadísticos, planificación, la habitual mentalidad burguesa. La mejora de instrumentos como el reloj, que ya existían en el siglo XIV, hizo que se normalizara el uso privado de este, utilizado por el personal de las audiencias para su entrada y salida. Estas ansias de situarse en el tiempo, logró despertar el interés por la exactitud en el espacio, perfeccionándose así la cartografía, minimizando la geografía del mundo a un número y a una medida. En este contexto, la muerte era idealizada como una compañera, tomado como un complemento más que como una finalización, estas ideas enraizadas especialmente por el cristianismo, sumadas a otras como el paganismo; el renacentismo de la fama y la gloria; el apego familiar; todo esto abarcado por la fundación religiosa. La inmortalidad era muy ansiada en esta época, quedar plasmado tanto en la mente como en el subconsciente de la gente como una persona reconocible era anhelado, así que la gente se ingenió medios para alcanzar esto, como; la pompa funeraria y las construcciones de palacios. El arte en Europa fue como la gangrena, se expandía cuanto más tiempo pasara; la moda en Italia, el retrato con vínculos religiosos; en general lo religioso estaba vinculado con lo artístico, cuyo vinculo fue desapareciendo cuando la iglesia comenzó a separarse del “nuevo mundo”, triunfando así la razón, marcando un antes y un después en la historia. Esto no quiere decir que no existieran ciencias como la astrología y la alquimia que permanecían vigentes y con mucha influencia en la población, a este conjunto irracional le seguía la brujería, mas especialmente en los comienzos de la edad moderna, donde se sacrificaron a muchas mujeres acusadas de herejía. Mousnier,R(1980) hace mención a esta confusión de realidades: “La vida parece rodeada de peligros, pues en todos los países la fuera pública es rara, los caminos estrechos y tortuosos, los bosques abundantes y espesos. Ello obliga a estar siempre dispuesto a la defensa o a tomarse la justicia por su mano, y a ser apto para las iniciativas enérgicas y las resoluciones repentinas” (p.34) abriéndonos la puerta a un boom en ese entonces, como lo es, el bandolerismo, siendo la pobreza lo que impulsaba esta actividad. Todos querían escalar jerarquías, sin importar el modo de conseguirlo, viviendo en la sociedad estamental sin tener que integrarse a ella. Para ese entonces, la esclavitud había desaparecido casi por completo en Europa, el estado era uy blando, muchos crímenes quedaban impunes, y la gente optaba por hacer justicia con sus propias manos, la discriminación era habitual y la homofobia aún más, aunque actividades como la prostitución si estaban reglamentadas, cosa que no impidió la propagación de enfermedades como el sífilis; fue a finales del siglo XVI cuando en España se comenzaron a prohibir y cerrar prostíbulos, imponiendo incluso la pena capital para quienes la practicaran. Esta sociedad occidental tenia una estrecha conciencia de su peculiaridad, de su personalidad, de su excelencia. La disconformidad interna no aflojaba su sentimiento de solidaridad frente al exterior, conocidos en términos religiosos como: el pagano, el musulmán. El primero no incitaba la valentía, más bien el interés en la acumulación de conocimiento.
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