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UNIVERSIDAD DE CHILE DEPARTAMENTO DE INGENIERIA CIVIL

CI 5224 DISEÑO Y CONSTRUCCION EN MADERA Profesor : Mario Wagner M.

Comportamiento de creep de la madera y de los


materiales de madera.
Prof. Dr. P. Gressel , Fachhochschule Rosenheim
Traducción de la Revista Bauen mit Holz 4/1984 BRUDERVERLAG
8/2013
Introducción.
En todas las construcciones de madera sometidas a cargas de larga duración junto
con las deformaciones elásticas se producen usualmente deformaciones
adicionales de creep, cuya intensidad depende tanto del material considerado,
como también de la naturaleza, intensidad y persistencia de las solicitaciones
mecánicas y climáticas. Un factor de influencia adicional en la deformación total
que las construcciones de madera experimentan con el transcurso del tiempo
queda dado por la materialización y la flexibilidad de las uniones, aspectos ambos
que no se analizarán en el presente trabajo.

Bajo circunstancias desfavorables las deformaciones de creep pueden alcanzar un


múltiplo de las correspondientes deformaciones elásticas. En las verificaciones
prácticas del estado de deformaciones de una estructura no resulta posible ni
tampoco necesaria una estimación matemática exacta y fundamentada de las
deformaciones de creep, que considere los numerosos y a la vez extremadamente
variables parámetros de influencia, como tampoco que discrimine entre los
materiales y medios de unión utilizados y la estructuración de la construcción. Sin
embargo, y a la luz de los conocimientos disponibles en la actualidad del
fenómeno, resulta inexcusable la carencia de antecedentes concretos para la
consideración de las deformaciones por creep en muchas normas de cálculo de
estructuras de madera. Al menos en aquellas situaciones en las que la magnitud de
las deformaciones diferidas en el tiempo pueden comprometer la funcionalidad y
por ende la seguridad de la construcción y de las componentes constructivas,
debiera considerarse, en lo posible en una forma sencilla y referida al material y al
tipo de solicitación, el efecto de los principales factores de influencia sobre las
deformaciones de largo plazo de la madera y de los materiales de madera en las
estructuras. Cabe citar entre estos la naturaleza, intensidad y duración de las
solicitaciones mecánicas y climáticas.

En el marco de una extensa recopilación y un procesamiento sistemático de los


ensayos conocidos relativos al comportamiento de creep de la madera y de los
materiales de madera (aproximadamente 400 citas bibliográficas y numerosos
ensayos personales) el autor ha intentado establecer una estimación mejorada de
las deformaciones esperables, y con ello, una modelación matemática mejorada del
efecto del creep en la verificación de las deformaciones [1].

En lo siguiente se discutirán en forma resumida los conocimientos ganados en este


proceso, con el propósito de analizar las posibilidades y limitaciones de una
verificación racional del creep en el proceso de diseño de piezas estructurales de
madera.

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1. Consideración de la solicitación mecánica.


1.1 Naturaleza de la solicitación
Dependiendo de la naturaleza de la solicitación mecánica el creep relativo, esto es,
la deformación diferida en el tiempo total referida a la deformación elástica inicial,
puede presentar diferencias considerables.

En madera aserrada solicitada en flexión el creep relativo se ubica en el mismo


orden de magnitud del inducido por una solicitación de compresión paralela a la
fibra, al menos para los niveles de intensidad de carga habituales en la
construcción (intensidad de solicitación ≤ solicitación admisible, ver p.ej. Figura 1).
El creep de tracción paralela a la fibra resulta marcadamente menor, pero en
cambio el de tracción normal a la fibra, considerablemente mayor que el apreciable
en flexión y en compresión paralela. Condicionada por su propia estructuración
interna, ante solicitaciones de compresión normal la madera exhibe también un
creep superior al inducido por las solicitaciones de flexión y de compresión axial.

Figura 1. Efecto del tipo de solicitación sobre el factor de creep dt/do en madera de abeto;
clima 20/55; intensidad de solicitación 20…30 %;
1 = tracción, 2 = flexión, 3 = compresión; 4 = torsión

Bajo solicitaciones de torsión y de cizalle las deformaciones de creep de la madera


alcanzan un múltiplo de las correspondientes a la solicitación de flexión: por
ejemplo, para el abeto en clima interior el incremento relativo de deformación
inducido por la torsión asciende aproximadamente 2 a 3 veces el correspondiente
creep de flexión. En vigas de madera libre de defectos solicitadas por corte, el
incremento relativo de la flecha obtenido a partir de la deformación total resultó,
para una relación luz-altura l/h = 5 aproximadamente 4 veces que el
correspondiente a una relación l/h = 22, mientras que para l/h = 10 el incremento
relativo fue 2 veces mayor.

Los ensayos de creep con madera laminada encolada son a la fecha escasos y se
limitan al estudio de la solicitación de flexión. Ante un encolado correctamente

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ejecutado con adhesivos adecuados es dable de esperar un creep en el orden de


magnitud del medido en madera aserrada.

Para materiales de madera existen solo muy pocos antecedentes evaluables


relativo a la influencia de la naturaleza de la solicitación sobre el creep relativo. De
acuerdo con éstos, los tableros contrachapados sometidos a fuerzas de corte
experimentan un creep 3 a 3,5 veces superior al correspondiente a solicitaciones de
flexión pura. También para los tableros de partículas el creep de corte resulta
considerablemente superior al creep de flexión. Bajo solicitaciones de flexión los
tableros de partículas experimentan menor creep que ante solicitaciones de
compresión y tracción en el plano del tablero. Como consecuencia de la capa
central menos densa, el creep de tracción y compresión normal al plano del tablero
resulta considerablemente mayor que el creep paralelo al plano del tablero.

Hasta la fecha las normativas de cálculo de construcciones de madera que han


incorporado el efecto del creep en el control y verificación de las deformaciones, lo
han limitado exclusivamente al diseño de piezas solicitadas en flexión. Esto resulta
entendible, dado que en la construcción en madera la aparición de deformaciones
en los elementos flexionados son las que revisten la mayor importancia, situación
que explica a su vez el que los ensayos de creep bajo solicitación de flexión hayan
concentrado el foco de atención en los estudios, tanto teóricos como
experimentales.
En las correspondientes especificaciones de diseño para la verificación de
deformaciones de vigas se considera un mismo factor de reducción aplicable tanto
sobre el módulo de elasticidad como sobre el módulo de corte, si es que en la
norma se incorpora la expresión de la componente de deformación por corte. Dada
la considerablemente mayor intensidad del creep de cizalle esta práctica no resulta
correcta y puede, conducir a una fuerte subestimación de la deformación total
diferida en el tiempo , especialmente en el caso de vigas con una componente de
deformación por corte relativamente alta. Ante deformaciones debidas a
solicitaciones de cizalle y de torsión la reducción matemática de los módulos de
corte G para madera aserrada, madera laminada, tableros contrachapados y de
partículas debiera especificarse al menos como el doble de la considerada para el
módulo de elasticidad en flexión.

En relación al cuando y bajo que condiciones debieran considerarse las


deformaciones de creep inducidas por tensiones de intensidad normal en la
verificación de deformaciones por medio de la reducción de los módulos de
elasticidad de corta duración, la respuesta dependerá tanto del material y el tipo
de construcción utilizado (esto es, del efecto que el creep tenga sobre la geometría
de la correspondiente componente constructiva). Al menos en las especificaciones
normativas correspondiente debiera alertarse claramente respecto a las
deformaciones de creep dables de esperar como consecuencia de las solicitaciones
de tracción y compresión de larga duración.

1.2 Intensidad de la carga


El grado de intensidad de la carga, definido por medio de la razón entre la
magnitud de la tensión aplicada y la correspondiente resistencia de corta duración,

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influye decisivamente sobre el comportamiento deformativo en el largo plazo de la


madera y de los materiales de madera.

En la Figura 2 se presentan, bajo forma de ejemplos, los factores de creep de


madera aserrada (abeto), tableros contrachapados (haya), tableros prensados
( encolados con resina fenólica) y tableros de fibra de alta densidad, en función de
los factores de influencia: naturaleza de la solicitación, intensidad de carga y
condiciones de servicio.

Figura 2. Efecto de la intensidad de solicitación sobre el factor de creep para abeto, contrachapado de haya (BFU-
BU-100), partícula (FP-V 100, S PF), tablero de fibra (HFH) en función de la solicitación climática.

Si efectivamente existiera un “límite inferior de creep”, por debajo del que no se


producen incrementos de deformaciones dependientes del tiempo, éste debiera
ubicarse muy por debajo de las magnitudes que habitualmente se mencionan en la

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literatura técnica y que varían entre el 5% y el 15% de la resistencia de corta


duración. Los ensayos de flexión con madera aserrada y materiales derivados de
madera expuestos a condiciones de clima variable han evidenciado que basta la
mera acción del peso propio de las probetas ( grado de intensidad = 2... 4%) para
que se induzcan deformaciones relativas de creep en la misma magnitud de las
apreciables ante intensidades de carga de 20 a 30%, que corresponden a los niveles
de tensiones admisibles (aún cuando para el caso mencionado, las deformaciones
absolutas de creep resultan reducidas).

Por lo tanto una consideración realista de las deformaciones de creep exige la


aplicación de reducciones sobre los valores de cálculo de los módulos elásticos, ya
a partir de intensidades de carga relativamente pequeñas, del orden de
aproximadamente el 10%.

Al incrementarse la tensión el creep absoluto crece, inicialmente en forma


proporcional, pero al sobrepasarse un determinado “límite de linealidad” o “límite
de fluencia”, que depende de las condiciones físicas y del tiempo de carga, se
puede apreciar un crecimiento desproporcionado.

Por debajo de este límite tensional la tasa de creep se anula con el tiempo, esto es,
las deformaciones de largo plazo tienden a un “estado final”. El tiempo requerido
para alcanzar este “estado final” se puede estimar de la Tabla 1. Aquí se indican,
en función del tiempo transcurrido y para una solicitación de flexión constante, el
porcentaje de la deformación de creep de largo plazo (después de 105 h) para
madera aserrada libre de defectos, tableros contrachapados y tableros prensados
sometidos, ya sea a un clima constante 20/65, o bien, a un clima exterior natural,
pero en ambiente bajo techo.

Tabla 1: Incremento en el tiempo de las deformaciones de creep ante una solicitación constante de
flexión con intensidad de carga del 20% (valores promedio de numerosos ensayos)
Material Clima 103 h 104 h 2*104 h 3*104 h 105 h

(6 semanas) (1,1 años) (2,2 años) (3,3 años) (11 años)

Madera aserrada 20/65 46 % 67 % 73 % 79 % 100 %


(Abeto, pino) exterior 49 % 70 % 74 % 79 % 100 %
Tableros contrachapados 20/65 22 % 47 % 59 % 68 % 100 %
(Haya fenólico) exterior 21 % 47 % 58 % 66 % 100 %
Tableros 20/65 35% 61 % 71 % 79 % 100 %
de partículas exterior 20% 43 % 54 % 64 % 100 %
NOTA: Para el caso de madera aserrada en clima 20/65 la expresión del desarrollo del creep en
el tiempo corresponde a la función exponencial : % = 14,504*t0,166 con t expresado en horas

De acuerdo con esta información, por ejemplo, habiendo transcurrido 1 año y


dependiendo del material y de las condiciones climáticas de servicio se habrá
alcanzado recién aproximadamente 2/5 a 2/3 del estado final de deformaciones,
llegándose después de 3 años los 2/3 a 4/5 del mismo.

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Sobre el límite de linealidad o de fluencia y a partir de un determinado tiempo, la


tasa de creep se vuelve a incrementar, conduciendo el proceso finalmente a la
rotura de la madera. En el diseño, en consecuencia, nunca deberá sobrepasarse el
limite de proporcionalidad del creep.

Dependiendo del material y de las solicitaciones de clima este límite varía entre
50% (madera de abeto libre de defectos en clima interior seco) y aproximadamente
20% ( tablero de partículas fuertemente higroscópico en un clima con marcadas
variaciones higrométricas). Para una definición mas concreta de estos límites
experimentales referenciales se requiere, en todo caso, de mayores investigaciones.

Las tensiones admisibles para la madera y los materiales de madera establecidas


para efectos de diseño en las principales normas de cálculo quedan en la práctica
por debajo de esta “tensión límite” y, por lo tanto, por el lado seguro.

En todo caso, de las interpretaciones anteriores se puede concluir que una


resistencia a carga permanente asociada aproximadamente al 50% a 60% de la
resistencia de corta duración, a la que se hace referencia en la literatura
especializada, podría resultar válida solo para condiciones de servicio en un clima
interior seco. Ante una simultaneidad de las solicitaciones mecánicas y climáticas,
y dependiendo del tipo de material y de la intensidad de las variaciones climáticas,
deberá contarse con una reducción más o menos fuerte de estos valores.

1.3 Duración de la aplicación de las cargas / alternación de cargas


En la práctica, las estructuras de madera nunca quedan solicitadas
permanentemente por la carga de diseño máxima. La solicitación total se compone
las mas veces de cargas permanentes (pesos propio, cargas de servicio de larga
aplicación) y de cargas de servicio con efectos de acción breves (p.ej, cargas de
nieve y de viento), y cuya preponderancia y duración con relación a la solicitación
total puede presentar grandes fluctuaciones, dependiendo esto del tipo de
construcción y de la ubicación geográfica. Como consecuencia de esto, en la
práctica se sucederán alternadamente períodos de alta solicitación y períodos de
solicitación atenuada. Durante los períodos de carga reducida se podrán recuperar
parcialmente las deformaciones inducidas en los períodos de alta solicitación.

En los diagramas de la Figura 3 se compara el orden de magnitud de las


recuperaciones apreciadas en estos períodos para el caso del comportamiento de
creep de madera aserrada y tableros de partículas sometidos a una solicitación
cíclica alternada de flexión, con las correspondientes deformaciones de creep ante
cargas de intensidad constante. En las probetas de abeto sometidas a un clima
20/55 el grado de intensidad de la solicitación varió semanalmente entre 14% y
28%, a la vez que para los tableros de partículas V100 (adhesivo de resina fenólica),
que se sometieron tanto a un clima exterior bajo techo como a un clima con fuertes
variaciones (20/95 - 20/30), la duración de los períodos de cambio ascendió a 3
semanas variándose entre 20% y 10%, y entre 33% y 10%, respectivamente.

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Figura 3: Efecto de variación cíclica de la intensidad en la solicitación de flexión sobre las deformaciones de creep
en abeto y tableros de partículas (FP).

De acuerdo con esto, para la madera aserrada en clima interior seco, al final del
período de carga reducida(ap. 0,5 Fad) se apreció una recuperación completa de las
deformaciones alcanzadas durante el período de carga máxima (ap. Fad).

Para los tableros de partículas en clima exterior normal y en clima de fuertes


fluctuaciones los periodos de tres semanas de reducción de cargas se muestran
claramente positivos (en los dos últimos diagramas se presentan únicamente las
deformaciones medidas al término de los correspondientes períodos de alta
solicitación). Por otra parte las deformaciones durante los períodos de carga
reducida no alcanzan a recuperarse completamente hasta el nivel de las
deformaciones apreciadas en las probetas de carga reducida constante (10%, no se
presenta gráfico).

No se conoce de estudios con madera aserrada sometida a ensayos de carga


variable expuesta a condiciones climáticas con fuertes fluctuaciones. Igualmente se
carece de estudios comparativos que permitan evaluar el comportamiento de

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tableros contrachapados y de fibra solicitados por intensidades de carga constantes


y variables.

Por ello en la verificación de deformaciones, las componentes de creep se deberán


considerar únicamente para las carga de naturaleza permanente y las cargas de
larga duración que integran la carga total. Las deformaciones provenientes de las
cargas de servicio de corta duración se pueden calcular considerando los módulos
elásticos de corta duración, sin necesidad de aplicar reducciones inherentes a la
duración del efecto solicitante.

En muchas normativas las distintas duraciones de acción de las diferentes


componentes de carga se incorporan definiendo las llamadas Clases de Duración
de Carga, que se relacionan a su vez con coeficientes de reducción escalonados
para los módulos elásticos E y G. Otra forma simplificada, pero suficientemente
precisa de considerar el efecto de las cargas de larga duración en la verificación de
deformaciones, consiste en una definición directa del factor de reducción como
una función continua de la relación efectiva entre la componente de carga de larga
duración y la carga de diseño total; esto es, para determinar las deformaciones
dables de esperar por concepto de creep que se deben adicionar a la deformación
de corta duración inducida por la carga total, se consideran exclusivamente la
componente de carga permanente y las componentes de cargas de larga duración.
La deformación total en el largo plazo δt se calcula por ello como
q
δt = δo (1+ ϕ q ) (1)
con δo = deformación inicial bajo carga total, determinada con los valores
normativos para E o G, según corresponda.
ϕ = coeficiente de creep dependiente del contenido de humedad (ver Sección 2)
g = carga permanente y cargas de larga duración
q = carga total

A guisa de ejemplo, en el procedimiento de determinación de deformaciones de


creep de la norma francesa para el cálculo de estructuras de madera se consideran
como cargas de larga duración aquellas, cuyo efecto se prolonga
ininterrumpidamente por un lapso de al menos 3 meses o que actúan durante al
menos el 50% de la vida útil prevista para la construcción. En su quinta redacción
el anteproyecto de norma del CIB [5] establece que la reducción de los valores de E
y G, en función de la duración de aplicación de la carga en condiciones de servicio
secas, se hacen efectivas recién después de transcurridas 105 horas, mientras que
para condiciones de servicio de alta humedad estas reducciones deben aplicarse
apenas transcurridas 10 horas. En los países nórdicos [4] se clasifican como cargas
permanentes todas las cargas con una duración superior a 250 días.

No ha sido posible establecer un límite de validez general entre efectos


permanentes y de corta duración, que permita determinar que cargas pueden
obviarse en la determinación de la componente de deformación por creep. De
acuerdo con los antecedentes anteriormente analizados y las experiencias
disponibles, para una verificación suficientemente precisa de las deformaciones
bastará establecer algunas hipótesis simplificatorias. Para el cálculo de las

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deformaciones totales de los techos, por ejemplo, en algunas normativas se agrega


a la componente de cargas permanentes, g, un determinado porcentaje de la carga
de nieve.

Dado que tanto la intensidad como la duración efectiva de la carga de nieve


dependen de la altura sobre el nivel del mar, en la verificación de deformaciones se
considera como “carga permanente” el 50% de la fracción de carga de nieve que
excede el valor promedio de la carga básica de nieve no = 0,75 kN/m2. Cabe
agregar que la norma alemana que define las sobrecargas en edificios, DIN 1055,
acepta reducir la carga de nieve básica no por medio de un factor ks a un valor s =
ks*no, para inclinaciones de techo superiores a 30°. De esta forma la fracción de la
carga de nieve que se debe agregar a la carga permanente de techos se puede
calcular como 0,5*(so-0,75)*s/so. En la norma Suiza para el cálculo de estructuras de
madera SIA 164 se procede en forma similar.

Otras proposiciones para la incorporación realista de las solicitaciones variables


tienden en general a la definición de una carga constante representativa de los
efectos de creep, que induce una deformación equivalente a la deformación de
creep estimada mediante procedimientos estadísticos, al término de la vida útil de
la pieza, como resultado de la acción de las cargas efectivas esperadas [5]. Bajo el
supuesto de un comportamiento lineal-visco elástico, que permite validar el
principio de superposición, es posible representar por medio de expresiones
matemáticas mas o menos complejas las distintas componentes de carga, cada una
con diferentes duraciones efectivas de aplicación, llegándose de esta forma a
expresiones de una deformación idealizada bajo la acción de una intensidad de
carga promedio.
Las solicitaciones reales sobre las componentes de madera y de materiales de
madera en las construcciones pueden experimentar fuertes variaciones de caso en
caso y pueden quedar afectas a superposiciones de efectos de creep adicionales en
una forma compleja, de manera que a la luz del estado actual del conocimiento no
tiene sentido complicar la modelación más allá de lo propuesto anteriormente. Por
una parte el trabajo matemático resulta extremadamente laborioso, mientras que
por otra, el beneficio en precisión es las mas veces solo aparente.

En la literatura encontramos a menudo para la consideración de las deformaciones


por creep expresiones de la forma
Eo
Et = (2)
q
1+ ϕ
g
donde Et corresponde al módulo de elasticidad de largo plazo y Eo al módulo de
elasticidad de corta duración (valor normal). El valor de cálculo Eo se divide por
un factor ≥ 1.

Las igualdades (1) y (2) son equivalentes, dado que el módulo de elasticidad
resulta inversamente proporcional a las deformaciones.

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De la misma forma, a menudo los módulos de elasticidad de corta duración Eo y Go


se multiplican por un factor de reducción ≤ 1
Et = η*Eo (3)
donde en la mayoría de las normas de diseño vigentes el factor η se define en
forma discontinua, esto es, escalonadamente para las correspondientes Clases de
Duración de Carga. Hasta donde es sabido sólo en la norma francesa y en el nuevo
proyecto de norma alemana DIN 1052 se establece una reducción gradual y
creciente del módulo de elasticidad de corta duración, proporcional al incremento
de la fracción de carga permanente (g/q).

Mientras que en el método “discontinuo” las componentes de deformación


correspondientes a las diferentes Clases de Duración de Carga se estiman por
separado y se suman para determinar la deformación total, en el caso del método de la
reducción “continua” la deformación total se obtiene en forma bastante mas simple, a
partir del valor Eo y de la razón (carga permanente)/(carga total), donde el factor de
reducción η de la igualdad (3) se determina como:
g
η = 1− α ∗ (4)
q
donde α corresponde a un coeficiente de creep dependiente del contenido de
humedad de la madera.
Si se elige un factor de reducción para E o bien G en forma de multiplicador, esto
es, inversamente proporcional a la correspondiente deformación, entonces la
reducción del módulo será lineal, mientras que el incremento de la deformación
resultará dependiente hiperbólicamente de la razón de carga permanente g/q
(caso de la nueva redacción de la norma DIN 1052). Si por el contrario, el factor de
reducción se define como divisor de E o bien G, esto es, directamente proporcional
a la deformación, los módulos disminuirán en forma hiperbólica y las
deformaciones crecerán en forma lineal con g/q (p.ej. en Francia). En el primer
caso (reducción como multiplicador), en un comienzo, para valores reducidos de la
razón de carga permanente g/q la deformación total que condiciona la verificación
de deformaciones crecerá en forma lenta, incrementándose marcadamente para
valores mayores de g/q. En el segundo caso (divisor) la deformación total crecerá
en forma lineal con la razón g/q.

Como una forma adicional de simplificación de la verificación de deformaciones se


ha propuesto que la reducción de los módulos elásticos, o bien, que la
consideración de deformaciones de creep adicionales se lleve a cabo recién a partir
de un determinado valor de la razón de carga permanente g/q. Así por ejemplo,
en la norma francesa se establece el límite g/q = 0,2, en el anteproyecto de norma
suiza se propone g/q = 0,4, mientras que en el anteproyecto de DIN 1052 se
plantea el límite g/q = 0,5. Teniendo presente el hecho de que en piezas de madera
o de materiales de madera las deformaciones de creep se pueden manifestar ya
bajo la acción exclusiva del peso propio , para una estimación realista de las
deformaciones esperadas de creep debieran aplicarse reducciones en los valores de
cálculo de E y G ante la mera existencia de componentes de cargas de naturaleza
permanente, y en todo caso, a mas tardar para g/q = 0,3.

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2. Consideración de las solicitaciones climáticas.


Además del efecto de las solicitaciones mecánicas el comportamiento de creep de
la madera y de los materiales de madera queda influenciado bajo distintas formas
por el contenido de humedad del material y del ambiente, jugando aquí la
intensidad, naturaleza y duración de la solicitación de humedad un rol relevante.

En climas interiores secos los materiales de madera fluyen muy poco mas que la
madera aserrada. En un clima normal constante 20/65, por ejemplo, en madera
aserrada los factores de creep δt/δo alcanzan en promedio después de
aproximadamente 105 h bajo solicitación de flexión constante un valor 1,5, mientras
que para tableros contrachapados y tableros de partículas los correspondientes
valores promedio ascienden a 2 y 2,5, respectivamente, con dispersiones
relativamente pequeñas entre los distintos productos dentro de cada grupo de
materiales. Para tableros de fibras no se dispone aún de antecedentes de validez
general.
Para el uso de madera aserrada, tableros contrachapados y tableros de partículas
pre acondicionados a los contenidos medios de humedad de servicio en recintos
cerrados ( calefaccionados y no calefaccionados ) se propone por esto un
coeficiente de creep único de ϕ = 1,0 para las igualdades (1) y (2) o bien de α = 0,5
para las igualdades (3) y (4). Con ello, en el caso mas desfavorable (g/q = 1) las
deformaciones de largo plazo resultan tan grandes como las deformaciones
iniciales, esto es, los valores normativo de E se reducen a la mitad.

Ante una relación de solicitación de g/q = 0,5 ( que en la práctica muy rara vez se
excede) el módulo de elasticidad de corta duración E se reduce al usar las
igualdades (1) y (2) en solo 1/3, mientras que para la igualdad (3) en solo 1/4.
Por supuesto, si la madera se construye semiseca o verde y se la somete a carga
durante el período de secado hasta alcanzarse las condiciones de humedad de
servicio, se deberá contar con deformaciones de creep efectivas considerablemente
mayores. Del mismo modo, ante fluctuaciones fuertes en el contenido de humedad
de la madera las deformaciones de creep se incrementarán marcadamente por
sobre sus magnitudes promedio.

En un clima exterior normal bajo techo, esto es, bajo solicitaciones de humedad
incrementadas, dependiendo del material la magnitud del creep relativo se
incrementará considerablemente. En madera aserrada se midieron, después de
varios años de solicitación de flexión, factores de creep variables entre 2,5 y 5,0.
Para tableros contrachapados las fluctuaciones variaron entre 2,5 y 7,5, mientras
que para tableros de madera prensada los extremos resultaron 2,5 y 10.

De acuerdo con esto y dependiendo de la estructura y la capacidad de absorción


de humedad de los distintos materiales, deberá contemplarse diferencias marcadas
en los incrementos de creep condicionados por la humedad, no solo para los
distintos tipos de material (madera aserrada, tableros contrachapados, tableros de
partículas, tableros de fibra), sino que también al interior de cada uno los distintos
grupos de materiales. Por un lado existen tableros contrachapados y de partículas
que, al igual que la madera aserrada, ante condiciones de alta solicitación de
humedad exhiben un comportamiento de creep relativamente atenuado, mientras

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que por otra parte es posible encontrar en los mismos grupos de materiales,
productos que dependiendo de la especie forestal, grado de disociación interna,
encolado, proceso de elaboración etc., para la misma solicitación de humedad
experimentan deformaciones de creep que pueden alcanzar varios múltiplos de las
deformaciones de creep de los materiales estables. Por esto es que, ante
solicitaciones de humedad intensas, no resulta posible definir coeficientes de creep
universalmente válidos y adecuados en igual medida para todos los materiales. La
multiplicidad de productos en un mismo grupo de materiales y la correspondiente
amplitud de dispersiones en el creep condicionado por la humedad que es posible
apreciar de producto en producto, deja actualmente como única salida la
definición muy simplificada de un coeficiente de creep promedio, que se aplica a
partir de una determinada solicitación de humedad esperada para la componente
constructiva, y que se puede incorporar (en lugar del moderado coeficiente de
creep definido para climas interiores que se explicara anteriormente) en la
estimación matemática de la deformación por creep de acuerdo con las expresiones
(1), (2) o (3).

La tarea de establecer el coeficiente de creep correcto ante una elevada solicitación


de humedad se ve dificultada por dos factores adicionales:
a) El incremento de creep condicionado por la humedad resulta, al menos en
promedio, mayor en los materiales de madera que en la madera aserrada,
y nuevamente, en los tableros de fibra mayor que en los tableros
contrachapados y de partículas. Para una consideración realista de las
deformaciones de creep debiera poder entregarse factores de creep
condicionados por humedad diferenciados para cada uno de los grupos
de materiales.
b) La naturaleza de la solicitación de humedad (intensidad relativamente
constante o contenido de humedad con fuertes variaciones) se manifiesta
en forma muy diferenciada sobre el comportamiento de creep en los
distintos grupos de materiales: bajo condiciones de humedad alta pero
constante la madera aserrada y los tableros contrachapados experimentan
un creep considerablemente menor que ante un clima cambiante con el
mismo máximo de absorción. En el caso de los tableros de partículas (y
presumiblemente de los tableros de fibra) sucede exactamente lo
contrario; aquí los periodos de humedecimiento prolongados ocasionan
un creep marcadamente mas intenso que el correspondiente clima
alternante. En un método “exacto” debieran definirse coeficientes de creep
distintos, aplicables para solicitaciones de humedad elevadas y
relativamente constantes y para solicitaciones de humedad igualmente
elevadas pero variables, los que debieran diferenciarse adicionalmente
para los distintos tipos de materiales (ver p.ej. Figuras 4a, 4b y 4c).

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Figura 4. Efecto de la solicitación climática sobre el factor de creep δt /δo en haya, tablero contrachapado de
construcción fenólico de haya (BFU-BU-100) y tablero de partículas (FP-V100, 3PF), intensidad de solicitación 33%.
1 = clima exterior normal bajo techo
2 = clima alternado 20/95 – 20/25
3 = clima húmedo constante 20/95’
1.1, 2.1, 3.1 = espesor de placa 19 mm
1.2, 2.2, 3.2 = espesor de placa 36 mm

En la norma francesa (CB-71), por ejemplo, los factores de creep se establecen


para la madera aserrada (y también para la madera laminada encolada) en forma
escalonada en función de las fluctuaciones esperadas para el contenido de
humedad en condiciones de servicio (amplitudes Δ H = 0%, 5 %, 10 % y 15 %); se
considera igualmente el contenido de humedad de la madera durante la

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construcción, H; procediéndose al cálculo del coeficiente ϕ, que en Francia se usa


en forma análoga a lo establecido en la igualdad (2), como
% H − ΔH ( %' ΔH + 15 (
ϕ=' ∗ (5)
& 12 ) & 20 )
con H = contenido de humedad durante la construcción, en %.
ΔH = diferencia entre los contenidos de humedad extremos en servicio.
Si se incorporan valores numéricos en la igualdad (5) (p.ej. usando los valores
que resultan de la interpretación de los ensayos de creep descritos) y se
comparan los resultados de los ensayos con las predicciones de cálculo, se
obtienen correspondencias, en parte coincidentes y en parte erráticas. La
aparente exactitud de esta igualdad debe necesariamente adecuarse solo a
determinados productos y bajo condiciones de borde muy específicas.
Adicionalmente la adopción por parte de una norma de diseño de una fórmula
detallada de esta manera exige incorporar al mismo tiempo información relativa
a las gradientes máximas (ΔH) esperadas en servicio para el contenido de
humedad de la madera y de los materiales de madera. En la Tabla 2 se puede
apreciar cuán distintas pueden resultar estas gradientes para las condiciones de
servicio mas relevantes, considerando únicamente el caso de una exposición bajo
techo a un clima exterior normal.

Tabla 2. Fluctuaciones de humedad promedio en el año de madera aserrada, tableros


contrachapados y tableros prensados en una exposición bajo techo a clima exterior normal (lugar
Karlsruhe; ancho de probeta 300 mm)
Material Duración exposición a la Fluctuaciones Gradiente de
intemperie de humedad humedad
Años % %
Abeto (32*190 mm2) 7 12…..19 7
BFU-BU-100 7 10…..17 7
BFU-LIM-100 7 9…….16 7
FP-V20 (1 HF) 2 10…..14 4
FP-V100 (3 PF) 2 10…..16 6
FP-V100G (3PF/G) 3 9,5….14 4,5
FP-V100 (PF) 7 10…..16 6
FP-V100 (4 PF) 2 11…..22 11
FP-V100 (8 HMF) 2 9…..12,5 3,5
FP-V100 (11 HMF) 3 9,5…13,5 4
FP-cemento 12 mm 1,5 18…..22 4
FP-cemento 24 mm 1,5 14…..17 3

De acuerdo con esta información, para tableros de partículas aglomerados con


distintos adhesivos y dependiendo del tipo de producto son dables de esperar
gradientes de humedad variables entre aproximadamente 3 % y 11 %, incluso
para un mismo lugar, esto es, bajo condiciones climáticas prácticamente
coincidentes. Para madera aserrada y tableros contrachapados la amplitud de
fluctuaciones anuales resulta ( en los ejemplos evaluados) considerablemente
mas uniforme. Sin embargo, dependiendo de las dimensiones transversales de
los elementos y del comportamiento de absorción de la especie maderera,

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también para madera aserrada y madera laminada encolada, al igual que para
tableros contrachapados, habrá que contar con diferencias considerables en las
correspondientes gradientes de humedad [6]. De la tabla 2 se colige además que,
dependiendo del material, el contenido de humedad medio en torno al que se
manifiestan las fluctuaciones puede resultar también marcadamente distinto.

3. Factores de reducción.
3.1 Factores de reducción independientes del material.
Ante la multiplicidad de efectos de influencia, inherentes tanto a los materiales
como al tipo de solicitación, que pueden condicionar el comportamiento efectivo
de creep, resulta inútil intentar desarrollar una determinación excesivamente
refinada y detallada del coeficiente de creep para cada caso particular, aún
cuando se trate solamente de obtener una estimación numérica aproximada.

En general resulta mucho mas práctica y a la vez suficiente una solución


esencialmente simplificada como la del método francés, por ejemplo, de acuerdo
con las igualdades (1), (2) y (3), donde en una primera instancia podrían
tabularse factores de creep ϕ o bien α para los diferentes ambientes de
solicitación condicionados por la humedad, independientemente del material.

La norma suiza SIA 164 (1981) en lo relativo a los factores de creep ϕ discrimina
entre dos casos de solicitación de humedad:
a) elementos constructivos protegidos de una exposición directa a la
intemperie (recintos interiores ventilados, calefaccionados o no
calefaccionados; construcciones techadas abiertas) con un contenido de
humedad de la madera de (9±3) % hasta (17±5) %;
b) elementos constructivos protegidos parcialmente de la intemperie (en
recintos húmedos insuficientemente ventilados) como también elementos
constructivos sumergidos en agua, con contenidos de humedad de
madera de (13±4) % hasta el punto de saturación de la fibra.
Para el caso a) se establece un factor de creep ϕ = 0,5 ( o bien ϕ = 1,0 cuando la
madera se construye en condición verde), mientras que para el caso b) rige el
coeficiente ϕ = 2,0 para todas las situaciones. Las deformaciones adicionales de
creep ascienden consecuentemente en el caso a) al 50% (o bien 100%) y en el caso
b) al 200 % de las deformaciones iniciales determinadas con los valores de cálculo
Eo o bien Go, respectivamente.

En la nueva redacción de DIN 1052 Parte 1 se diferencia igualmente entre dos


condiciones de humedad: a) Humedad en condiciones de servicio de hasta un
18%, con un factor de creep ϕ = 1,0; b) contenido de humedad en servicio
superior a 18% con ϕ = 2,0. Si bajo “contenido de humedad en servicio”
entendemos la humedad de equilibrio higroscópica promedio durante la vida
útil, la condición de humedad a) englobaría construcciones cubiertas abiertas y
cerradas con contenidos de humedad entre (9±3) % y (15±3) %, pero también
construcciones expuestas totalmente a la intemperie con (18±6) % ( de acuerdo
con la definición de humedades de equilibrio higroscópico incorporada en el
anteproyecto normativo). Esto equivale a que también las piezas constructivas

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expuestas directamente a la intemperie sometidas a cargas permanentes en la


condición mas desfavorable (g/q = 1), en su deformación de largo plazo
experimentarían solamente una duplicación matemática de la deformación
inicial. En la realidad habrá que contar aquí, no solo en los materiales de madera,
sino que también en componentes de madera aserrada, con deformaciones de
creep considerablemente mayores.

Por ello es que, en forma análoga a lo establecido en la norma suiza SIA 164 para
el caso de construcciones techadas abiertas, se propone rebajar el límite para el
uso del menor coeficiente de creep (ϕ = 1,0 o bien α = 0,5) a un contenido de
humedad en servicio de 15%. Incluso entonces , tal como se ha podido apreciar
en las experiencias en clima normal bajo techo, las deformaciones efectivas de
creep resultarán en la mayoría de los casos superiores a las calculadas.

3.2 Factores de reducción dependientes de los materiales.


Resulta nuevamente posible considerar en forma muy simplificada las
diferencias en los incrementos de creep que condicionan las solicitaciones de
humedad intensas para la madera aserrada y los materiales de madera,
aplicando reducciones diferenciadas sobre los valores de cálculo de Eo y Go.

Los materiales de madera, de hecho, no deben exponerse directamente a la


intemperie sin haber sido tratadas previamente por medio de la aplicación de
una protección superficial. Según DIN 68 800 Parte 2 resulta lícito, sin embargo,
una exposición durante períodos de tiempo prolongados de los materiales de
madera de la Clase 100G a condiciones de servicio (bajo techo) que determinan
contenidos de humedad bastante superiores a 18%. Este límite de 18% se
estableció en relación a la exigencia de protección química contra el ataque de
hongos. Sin embargo, y como se ha señalado, ya para contenidos de humedad
inferiores a 18% es posible apreciar deformaciones de creep intensas. Por ello las
reducciones en los valores de cálculo Eo y Go debieran aplicarse incluso por
debajo de H = 18%. En el caso de los tableros prensados resulta necesaria una
reducción superior a la correspondiente a tableros contrachapados, dado que
ante una condición de humedad elevada prolongada experimentan un creep mas
intenso que el correspondiente a un clima alternado (con igual contenido
máximo de humedad). Bajo consideración de estas circunstancias y de las
reducciones que experimentan los módulos elásticos de corta duración debido a
la humedad, conocidas de la literatura especializada y de investigaciones
propias, se proponen adicionalmente las siguientes reducciones inherentes al
material para los valores de cálculo Eo y Go:
a) Madera aserrada y madera laminada encolada: ante una exposición directa a la
intemperie o ante un humedecimiento prolongado, reducción en 1/6; para piezas
sumergidas en agua reducción en 1/4;
b) tableros contrachapados estructurales (BFU 100, BFU 100G): cuando se espere
un contenido de humedad superior a 16 % durante un período prolongado (1
mes o mas), reducción en 1/4;
c) tableros prensados (FP-V100, FP-V100G): cuando se espere un contenido de
humedad superior a 16 % durante un período prolongado (1 mes o mas),
reducción en 1/3.

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Si comparamos estos límites de humedad con las fluctuaciones de humedad de la


Tabla 2, resulta claro que ante el uso de madera aserrada y materiales de madera
en construcciones abiertas cubiertas, en la práctica aún no se contemplan
reducciones adicionales inherentes al contenido de humedad propio en los
valores de E y G. En materiales de madera fuertemente higroscópicos y como
consecuencia de las intensas deformaciones de creep deberá, en todo caso,
contarse con deformaciones totales considerablemente mayores que las
estimadas numéricamente. Al menos en los Comentarios de la norma debiera
alertarse con respecto a esta posibilidad de un creep mas intenso en materiales
especialmente higroscópicos (como p.ej. los tableros de partículas con encolado
fenólico fuertemente alcalino).

3.3 Límites de una modelación matemática de las deformaciones de creep.


En este punto debe destacarse nuevamente que aún la consideración matemática
mas realista de la relación entre las deformaciones de creep y las solicitaciones y
el contenido de humedad, de acuerdo con las proposiciones que aquí se
plantean, puede reproducir el comportamiento efectivo de largo plazo de la
madera y de los materiales de madera solo en forma muy simplificada.
Dependiendo del material (estructura, capacidad de absorción, etc.) y de las
solicitaciones mecánica y de humedad efectivas, en cada caso particular se
podrán apreciar desviaciones mayores o menores con respecto a las
deformaciones calculadas. Básicamente habrá que reducir tanto mas los módulos
elásticos de corta duración (o incrementar las deformaciones calculadas), cuanto
mas sensible a las deformaciones resulte la construcción, cuanto mayor sea la
razón (g/q), cuanto mayor sea el contenido de humedad de servicio promedio,
cuanto mayores resulten las gradientes en el tiempo entre las humedades medias
de equilibrio higroscópico y cuanto menores sean las dimensiones transversales
de las piezas constructivas.

En los estudios se controló igualmente el efecto de la temperatura. Las mas veces,


sin embargo este quedó cubierto por el efecto de la humedad, no pudiendo en
consecuencia ser incorporado en forma separada. Pese a que de acuerdo con el
estado del conocimiento algunos de los parámetros citados pueden ser
considerados por medio de funciones aproximadas [1,2], no es posible pensar en
la actualidad, y probablemente tampoco en el futuro mediato, en una expresión
que nos permita determinar un cálculo exacto de factores de creep que
incorporen la totalidad de los efectos significantes a las distintas situaciones
prácticas en la construcción. Por otra parte la expresión resultante requeriría tal
amplitud y complicación, que la tornaría poco manejable y poco práctica para la
verificación de deformaciones, dentro de los esquemas aplicados en las normas
de diseño vigentes.

Bibliografía.
[1] Gressel, P.: Resumen de la evaluación sistemática de los estudios
realizados hasta la fecha con respecto al comportamiento reológico de la madera
y de los materiales de madera. Un aporte para el mejoramiento de la verificación
de las deformaciones según DIN 1052. Laboratorio de Ensayes en Acero, Madera
y Piedras. División Estructuras de Madera. Universidad Federiciana. Karlsruhe.
1983.

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[2] Gressel, P. Comportamiento al creep de la madera y de los materiales de


madera. Consecuencias sobre el control de deformaciones. Ingeniería Estructural
en Maderas en la Investigación y la Práctica. Bruderverlag Karlsruhe 1982, 55-66.
[3] CIB-W 18: Código de Diseño Estructural en Madera. Versión 5, Agosto
1980.
[4] Comité Nórdico de Regulaciones Constructivas: Comentarios relativas a
las normas de solicitaciones. CIB Comité de Trabajo W18, Trabajos 19 y 20, Paris,
Febrero 1975.
[5] Meierhofer, U., Sell, J. Procesos físicos en piezas de madera expuestas a la
intemperie. Holz Roh-Werkstoff 37 (1979) 227-234, 447-454.
[6] Möhler, K et Al. Comentarios a DIN 1052. Partes 1 y 2, Construcciones de
Madera, Edición Octubre 1969, Bruderverlag Karlsruhe 1971.

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