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DE BABAHOYO
FACULTAD DE ADMINISTRACION,
FINANZAS E INFORMATICA
ASIGNATURA:
ALUMNO:
DOCENTE:
CURSO:
PERIODO LECTIVO:
La persona que emprende un negocio tiene una estructura mental muy diferente. Por
lo general, el individuo surge de una esfera de acción de producción/generación de
servicios o ventas en donde la preocupación radica en ver que el trabajo se ejecute lo
más rápido posible, aunque esto implique el hacer a un lado las reglas establecidas por
los administradores metódicos. El empresario pinta con una brocha muy grande y
prefiere involucrarse en la planeación de nuevos proyectos que dedicarse a aprender a
partir de la experiencia, a manejar de manera EFECTIVA el negocio.
Es así que los empresarios de éxito se enfrentan a un dilema: tienen éxito en levantar
las ventajas, en instalar la planta y la maquinaria y en organizar las corridas de
producción/servicio; sin embargo, a menudo fallan en el hecho de que no dedican el
tiempo suficiente a la DIRECCION Y AL CONTROL en forma tal que sus ventas en
crecimiento constante y sus corridas de producción cada vez son mayores, se conviertan
en utilidades cuantificables.
Yo sospecho que muchos empresarios empiezan al igual que lo hice yo, creyendo
que, si el negocio crece, todo el personal que labora en él tendrá el mismo entusiasmo
que el fundador y, respaldarán los propósitos y objetivos de la organización. Visualizan
que las utilidades fluirán y que el éxito engendrara más éxito. Un empresario normal
puede ser fácilmente orillado a pensar que, si las cosas parecen estar y en todo bien,
todo está bien. Desafortunadamente no siempre ocurre eso.
CRECIMIENTO Y COBERTURA
El gerente de ventas había trabajado duro pero no había logrado alcanzar las ventas
esperadas. Por lo tanto, decidió hacer operaciones para “cubrirse”. Asentó pagos por
artículos vendidos ficticiamente, se reembolso así mismo la comisión respectiva y se
llevó la mercancía a un almacén secreto. Posteriormente nos dijo que su intención era la
de embarcar los artículos a Johannesburgo y vender los legítimamente, con lo cual
tapara su operación para “cubrirse”.
Muy poco después del incidente, contraté a un contador quien tenía experiencia en
diseñar sistemas, en implementar controles y procedimientos contables y en supervisar
el proceso administrativo.
CRECIMIENTO ¥ JINETEO DEL EFECTIVO
La empresa había crecido y contaba con seis oficinas diseminadas en todo el país; en
cada una de ellas el cajero recibía grandes cantidades de dinero provenientes de las
mensualidades que pagaban los clientes. Nuestro contador dejo de visitar con
regularidad las oficinas distantes puesto que parecía ser que siempre había asuntos más
urgentes en la oficina matriz a los cuales tenía que dedicar su tiempo.
Cuando los cajeros controlan también los registros de todas las partidas contables
importantes, gozan inclusive de una mayor libertad puesto que sencillamente pueden
esperar hasta que los clientes reclamen que sus pagos no han sido registrados en sus
estados de cuenta y en ese momento emitirlas respectivas notas de crédito. Los cajeros
también pueden imprimir provisiones secretas de recibos de efectivo o elaborar facturas
sin copias de carbón. Posteriormente a que el cliente se haya retirado, se llenan las
copias con una cifra mucho menor a la registrada en el recibo del cliente.
Los incidentes que describen no son nada fuera de lo común; ellos ponen en
evidencia lo que sucede cuando, durante periodos de crecimiento, los empresarios no se
preocupan por las tareas mundanas del CONTROL.
A estas alturas me he dado cuenta que yo ni siquiera tenía la estructura mental para
entender la importancia del CONTROL, aunque sabia en el fondo que si quería cosechar
los beneficios de nuestro excelente crecimiento tendría que resolver el problema de
control e instaurar la ley y el orden antes de que nuestro éxito se viese destruido por
manos. Teníamos un número siempre creciente de pedidos por surtir; los clientes se
quejaban de que sus estados de cuenta eran incorrectos; teníamos dificultades en la
cobranza; estábamos cometiendo cada vez más errores en todos los segmentos del
negocio; y nuestros vendedores estaban diciendo que teníamos un excelente producto
pero que todo lo demás era terrible. Esta serie de calamidades fue el resultado de cuatro
factores:
1. El negocio había crecido tanto que mi estilo directivo - meter mano a todo y yo
tomando todas las decisiones- resultaba ya inadecuado. Yo no podía ya atender todo ni
a todos.
4. – Para que no haya este tipo de incidencias en una compañía. Lo primero que se
debe implementar es un sistema de control interno eficiente, personal administrativo con
capacidades y experiencia, llevar un control de los recursos tanto humanos como
materiales, mejorar el ambiente de control y estar en constante capacitación con
nuestros colaboradores. Solo así evitaremos decaer y de esta manera lograremos una
mayor producción y beneficios para la empresa y personal.