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La Dirección de Arte y El Diseño de Sonido - Adrián Martín
La Dirección de Arte y El Diseño de Sonido - Adrián Martín
Introducción:
Tal vez menos inmediatamente obvia, pero incluso más crucial para la
delicada textura y la lógica de las coherentes formas narrativas de Lang,
es la casi obsesiva manera en que virtualmente cada acción, cada nudo
de la trama, cada plano, es conducido, articulado o unido a detalles
relacionados con el sonido. Estos detalles son numerosos y diversos (un
verdadero testamento de la fértil inventiva de Lang): escuchas,
llamadas telefónicas, timbres, bocinas. El sonido, para Lang, es un
transmisor virtual: ayuda a crear la circulación de elementos, la
transmisión de información, cuerpos y varios virus amenazadores o
agentes mortales; y conecta la distancia entre espacios y lugares (ej, la
serie de llamadas telefónicas que abren The Big Heat [1953]). Con
semejante sistema fílmico, el diálogo experimenta transformaciones
radicales, en comparación con sus más convencionales funciones
teatrales o expositivas: cuando no totalmente elidido en favor de efectos
ruidosos, es desplegado variadamente por Lang como murmullos,
música o interjecciones monosilábicas —cualquier señal atmosférica o
acústica (como con la emisión magnetofónica de Baum)—.
Técnicos de sonido como Murch y Thom animan a los directores con los
que trabajan a construir posibilidades dramáticas para la estructuración
sonora desde el principio absoluto de conceptualizar el film, a los niveles
más fundamentales del argumento. Lang ya comprendió esto,
completamente, a principios de los años 30. Michel Chion discute el
lugar paradójico de Mabuse como el centro nominal de la elaborada
intriga criminal trazada por el film: él está mudo y su voz es
actualmente la de Baum, pero nunca vemos la última elaboración de las
grabaciones que convencen a otros de que él es Mabuse —así que varios
personajes investigadores tienen dificultades para encajar este disperso
mosaico de cuerpos, voces y nombres—. "No hay Mabuse: él es este
nombre sin identidad, este cuerpo sin voz, esta voz sin origen"(3) —
anticipando la idea de Nicole Brenez de que, en Das Testament, «la
figura del Mal está dispersa: ya no puede asignársele un cuerpo, con lo
que se ha convertido en una idea que se transmite por sí misma».(4)
(5) Patrick McGilligan, Fritz Lang: The Nature of the Beast (London:
Faber and Faber, 1997), p.166.
(6) Noël Burch, "Fritz Lang: German Period", en Richard Roud (ed.),
Cinema: A Critical Dictionary (London: Secker & Warburg, London,
1980), p. 592.
(7) Raymond Bellour, citado en Stephen Jenkins (ed.), Fritz Lang: The
Image and The Look (London: British Film Institute, 1981), p. 75.