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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Alonso de Ojeda

Vicerrectorado Académico

Facultad De Humanidades y Educación

QUERER APRENDER

Autor (a):

María García

C.I: 17649957

Unidad Curricular: Electiva III

Prof. Ladys Gimenez

Ciudad Ojeda, Junio de 2021


El aprendizaje es una cualidad innata que desarrolla el niño a lo largo de su
existencia, que administra con mayor o menor fortuna, en función de factores
psicológicos, sociales, culturales, políticos y de otra naturaleza. Hasta hace unos pocos
años una de las preocupaciones de la educación se centraba en la necesidad de
seleccionar aquellos aprendizajes básicos que todo ciudadano o ciudadana debía de
haber adquirido en la escolarización obligatoria, ya que de no hacerlo se enfrentaba al
futuro desde una posición de desigualdad.

Posteriormente, cambios como la globalización, la extensión de modelos


económicos y sociales basados en el conocimiento, la competencia entre las diversas
regiones económicas mundiales, los avances en igualdad entre hombres y mujeres y
otros hechos han generado una reflexión en los ámbitos académico y político en torno a la
necesidad de impulsar el aprendizaje a lo largo de la vida, que garantice una formación
integral de las ciudadanas y ciudadanos, y el acceso de las y los estudiantes a la vida
adulta y al mercado laboral en condiciones de éxito personal.

Asimismo, la escuela encuentra en su agenda, entre otros desafíos, la necesidad


de enseñar para aprender; esto es, para dotar a las y los estudiantes de los recursos
individuales e interpersonales que les permitan enfrentar los retos con autonomía,
activando sus conocimientos y destrezas y resolviendo los problemas con garantías de
éxito.

Por su parte, Aprender a aprender significa que los estudiantes se comprometan a


construir su conocimiento a partir de sus aprendizajes y experiencias vitales anteriores
con el fin reutilizar y aplicar el conocimiento y las habilidades en una variedad de
contextos: en casa, en el trabajo, en la educación y la instrucción. En la competencia de la
persona son cruciales la motivación y la confianza.

A su vez, la competencia de Aprender a aprender, como todas las demás, por otra
parte, implica desarrollar aspectos tanto cognitivos como emocionales. Desde luego,
supone adquirir determinadas competencias metacognitivas, es decir, capacidades que
permiten al estudiante conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje. Pero, de
nada sirve conocerse como aprendiz si lo que “vemos” al analizarnos nos desagrada y
nos lleva por tanto a considerarnos poco capaces.

Por otro lado, para solucionar cualquier problema, a parte de los conocimientos
específicos sobre ese problema, también es necesario que tengamos una serie de
habilidades y disposiciones que nos permitan solucionarlo. Poniendo, como ejemplo, la
persistencia. Si un docente o sus alumnos se enfrentan a un problema y lo abandonan
con facilidad, ese problema quedará sin resolver. El hábito de ser persistente permite
resolver problemas difíciles y es lo que para James Anderson significa comportarse de
“manera inteligente”. “Para resolver problemas que encontramos difíciles, necesitamos
comportarnos de manera inteligente. Para solucionar problemas incrementalmente
difíciles, necesitamos aprender a comportarnos de manera incrementalmente inteligente”
–Jame Anderson.

Entendiendo la inteligencia como la propuesta por Howard Gardner: “La


inteligencia es la habilidad de producir algo valorado por la sociedad”. La inteligencia es
producir un trabajo artístico, matemático, un negocio con éxito, una experiencia… que es
valorada por la sociedad. En nuestra sociedad son altamente valoradas aquellas personas
que hacen cosas que no todo el mundo es capaz de hacer, o aquellas cosas que el resto
de personas consideran difíciles. Para ello necesitan tener comportamientos más
inteligentes. Por ello las personas que pueden hacer cosas más difíciles, son capaces de
producir cosas valoradas por la sociedad.

Cuando se comprende que la inteligencia no es algo fijo, sino algo que se tiene
que desarrollar a lo largo del tiempo, no debemos poner interés sólo en que los alumnos
conozcan los hábitos de la mente, sino también en que los desarrollen. Con los hábitos de
la mente proponemos que nuestros alumnos aprendan a ser más persistentes, mejoramos
su capacidad de manejar la impulsividad, ampliamos sus habilidades de crear, imaginar e
innovar. Comienzan a tener un mayor dominio aplicando conocimientos del pasado a
nuevas situaciones. Aumentan su habilidad de escuchar con comprensión y empatía. Son
más capaces de cuestionarse y plantearse problemas.

Seguidamente, el poder de aprendizaje es una medida del desarrollo de nuestros


hábitos de la mente y de los comportamientos que permiten hacer tareas
incrementalmente difíciles. El poder de aprendizaje es el resultado de aplicar la
mentalidad de crecimiento y los hábitos de la mente. Este nos permite comprometernos
en el éxito de tareas incrementalmente desafiantes. Se produce un resultado crítico al
desarrollar el poder de aprendizaje.

Ser un experto en un dominio no te hace un experto en otro dominio, tienes que


desarrollar contenidos específicos de ese área, pero muchos de los comportamientos que
te han hecho experto en tu área elegida, se aplican al nuevo dominio. Por ejemplo,
aspectos de tu habilidad de trabajar de manera interdependiente en el deporte pueden ser
transferidos a la buena gestión de un equipo de recursos humanos. El poder de
aprendizaje incrementa la versatilidad. Es un componente crítico para la agilidad de
aprendizaje porque te equipa con un conjunto de habilidades que puedes aplicar a nuevos
contextos.

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