La desnaturalización de proteínas es un proceso en el que una proteína sufre
un cambio estructural que produce a su vez un cambio funcional, pudiendo llegar a la pérdida total de la función biológica, quedando la cadena polipeptídica reducida a un polímero estadístico sin ninguna estructura tridimensional fija. Una proteína desnaturalizada tiene propiedades distintas de la misma proteína en estado nativo. Agentes desnaturalizantes Los agentes desnaturalizantes son todos aquellos factores químicos o físicos que producen la desnaturalización de las proteínas. Entre los más comunes podemos citar: Temperatura pH o acidez polaridad del disolvente fuerza iónica Ejemplos de desnaturalización Un ejemplo de la desnaturalización de proteínas es la cocción de la clara del huevo. La clara del huevo está compuesta en gran parte por agua y albúminas, un tipo de proteínas. Al aumentar la temperatura las proteínas de la clara del huevo se desnaturalizan, pierden su solubilidad y la clara del huevo deja ser líquida y transparente y pasa a ser opaca, de color blanco y sólida. La desnaturalización provoca diversos efectos en la proteína: Cambios en las propiedades hidrodinámicas de la proteína: aumenta la viscosidad y disminuye el coeficiente de difusión. Una drástica disminución de su solubilidad, ya que los residuos hidrofóbicos del interior aparecen en la superficie. Pérdida de las propiedades biológicas. Renaturalización La desnaturalización de proteínas puede ser reversible o irreversible. Esto depende del grado de cambios estructurales que haya sufrido la proteína durante el proceso de desnaturalización. Si la desnaturalización es reversible, la proteína puede volver a su conformación espacial funcional si el agente desnaturalizante desaparece. Este proceso opuesto se conoce como renaturalización. En el caso de desnaturalización irreversible, la reestructuración de la proteína de vuelta a su conformación espacial funcional puede ser lento, desde horas hasta días, o puede ser totalmente imposible.