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NOMBRE: Ayar Inti Coa Apaza

CI: 9862294 LP.


DIPLOMADO: Educación Superior – Docencia Universitaria
CURSO: Paralelo V4 – Mod1_DU_XVIII_V4

Ensayo: WARISATA LA ESCUELA AYLLU EN EL MODELO EDUCATIVO


SOCIOCOMUNITARIO
El actual proceso educativo que pasa Bolivia está amparado por la Ley 070 Avelino Siñani –
Elizardo Pérez, que como currículo base contiene varias propuestas de experiencias educativas
a desarrollar, uno de ellos es la “Experiencia pedagógica de la Escuela Ayllu de Warisata”,
sobre esta experiencia los maestros deberían planificar y desarrollar con los estudiantes para
contribuir al fortalecimiento del estado Plurinacional de Bolivia. A continuación, realizare una
descripción de la lectura sobre las características de la escuela de Warisata.
1. Warisata como currículo base en el MESCP

El modelo educativo sociocomuniatrio productivo (MESCP) de la Ley Avelino Siñani-


Elizardo Pérez es la escuela de indígenas de Warisata, fundado el 2 de agosto de 1931 a la
cabeza de Elizardo Pérez, quien era su director. Su principal objetivo a largo plaza era
“preparar a los alumnos para desarrollarse en su medio, siendo mejores agricultores en el
medio agrario, mejores mineros en el medio minero, mejores ganaderos en el medio
ganadero” (Pérez, 1979: 140). Y, a corto plazo, era cualificar en carpintería, cerrajería,
albañilería, ladrillaría, sombrerería y alfombrera; desde esa lógica, el indio no tenía
derecho a formarse intelectualmente, menos para ser administrador del Estado
republicano; solo estaba predestinado, por obra y gracia de los criollos o terratenientes, a
ser un buen agricultor, buen minero, buen ganadero y artesano.

Así con la escuela de Warisata, al margen de cualificar o preparar al indio en algunos


oficios en sus talleres, lo que se ha hecho es introducir los materiales, insumos y productos
de la modernidad para que el indio en sus construcciones de escuelas y viviendas utilice
puertas, ventanas, rejas, tejas, estuco y cemento; como muebles que emplee catres,
veladores, mesas, sillas y maletas de madera; y para su higiene use el jabón, con el
argumento de que se estaba elevando su nivel de vida y dignidad. Claro que el indio estaba
mejorado, pero también estaba dejando de ser como tal, porque poco a poco se estaba
alienando en sus preferencias, actitudes y en su forma de vestir a semejanza de sus
explotadores. Para respaldar lo afirmado valga esta anécdota contada por Elizardo: “En los
tiempos de Raúl Pérez el alumno empezó a modernizar su indumentaria como resultado
espontaneo de su nuevo espíritu. Algunas muchachas, que esperaban especularse en
asistencia social, aparecieron un día con las pichicas (trenza) recortadas y peinadas con
melena ... A tal punto llego este afán de modernidad, que, quizá exagerando un poco la
nota, algunas niñas aparecieron usando zapatillas de taco… poco apropiadas, claro está,
para la vida en el campo, pero que el momento para lucir la vestimenta dominguera en
competencia con los varones, de pantalón planchado y corbata, que rondaban por ahí muy
fuerte…” (Pérez, 1962:293). Con este tipo hechos irreversibles, sin duda, se estaba
produciendo el blanqueamiento cultural de los indios e indias de Warisata, aunque
pretendan desconocer ese hecho los que se dedican a enlazar a esa institución educativa.

Para que la escuela de Warisata sea productiva, con el fin de que se autoabastezca con la
producción agrícola y con los trabajos realizados en los talleres, no era una necesidad de
los indios, menos del Consejo o Parlamento de Amautas; más bien era una iniciativa
imperiosa de Elizardo Pérez. La escuela para los indios era un lugar para ir a aprender a
leer y escribir, y no así para especializarse en un oficio. Elizardo Pérez, para que los indios
cambien su percepción que tenía sobre la educación, tuvo que persuadirlos apelando a
ejemplos en el Consejo de Amautas, por eso el afirmaba los siguiente: “Los indios me
escuchaban con atención e interés. Comenzaron a modificar su criterio sobre la concepción
que tenían de la escuela, y lentamente empezaron a percibir la importancia del trabajo
consagrado como practica educacional; al cabo, se identificaron de tal modo con esta idea,
que ya no concebían escuela de otro género, y en más de una ocasión se permitieron
criticar a maestros que solo enseñaban a leer y escribir” (Ibíd.: 106). Definitivamente en
Warisata, después de convencer a los indios del lugar, lo más importante no era la
enseñanza de la lectura y escritura, sino la inculcación de un oficio manual.

Es más, otra de las acciones que hablan los fanáticos a la escuela de Warisata es la
inclusión de las autoridades y de los miembros de la comunidad en la construcción y en la
administración de la escuela. Esa inclusión no era gracias a la buena voluntad de Elizardo
Pérez, las circunstancias le obligaron a trabajar de manera mancomunada con ellos, porque
su gran obra estaba constantemente amenazada por los hacendados del lugar, necesitaba
mano de obra para construir y requería ayuda en la administración de la escuela con
internados; en consecuencia, los indios de Warisata eran utilizados para que protejan,
construyan y ayuden en la escuela. Además, él no quería seguramente que sus alumnos y
alumnas se escapen como había ocurrido con los estudiantes de extracción indigna de la
Escuela Normal para indios, fundada en Sopocachi en 1919. En tal sentido, era apremiante
incluir a los caciques Avelino Siñani y Eduardo Ramos, autoridades de la comunidad, para
que ellos garanticen mediante la persuasión y el control de la asistencia masiva de todas
sus bases para la construcción de la escuela y de sus hijos para el aprendizaje.

Por cuanto los afanes para modificar los comportamientos y las formas de vivir de los
niños y las niñas de Warisata fueron vanos, al respecto el director Ibáñez que trabajo más
de veinticinco años en esa institución educativa comento; “Pero luego vuelven a la casa
paterna y los absorbe la comunidad. Quedan en peores condiciones que sus padres, porque
aquellos, sin saber nada, viven sin sentir su miseria y su retraso; estos han aprendido a
vivir mejor pero no pueden hacerlo. Han aprendido nociones teóricas y prácticas, pero no
las pueden aplicar” (Ortiz, 1953: 71). Así ocurría no porque la enseñanza era
descontextualizada, sino que el entorno social volvía a reeducarlos e influía más que la
escuela en el comportamiento de los sujetos de la comunidad.

En consecuencia, otro elemento maximizado de Warisata fue el sistema nuclear que sirvió
para fundar escuelas, con algunos grados, en otras comunidades bajo la administración de
la escuela central.; sin embargo, esa modalidad “creo las condiciones que permitieron al
Estado establecer un control directo sobre los cientos de escuelas indígenas que habían
estado operando de manera casi completamente independiente antes de 1931” (Brienen,
2005:144). En ese ámbito, el estado mediante sus administradores en los núcleos por fin
podía imponer lo que se tenía que ensenar y controlar para que nadie se digne en
desmarcarse del currículo oficial.

2. Fundamento psicopedagógico en el MESCP

El currículo diseñado desde el Ministerio de Educación, y según sus autoridades


socializado con todos los sectores del magisterio y los movimientos sociales, tiene como
referentes en sus fundamentos psicopedagógicos a Vygotsky y Paulo Freire, como si
ambos fueran grandes eminencias de la educación en el pasado y en el presente; además,
se toma sus teorías sin hacer un mínimo de reflexión o critica, asimismo el magisterio
tampoco aplica en el proceso educativo, solo es un saludo a los intelectuales de la
educación.

Como planteamiento que más se exalta de Vygotsky es aquello de que “el sujeto puede
resolver problemas con la ayuda de los demás” (Barral, 2005: 93). Es obvio que algunos
problemas pueden ser resueltos de esa manera, pero esa ayuda a uno puede hacerlo muy
dependiente del otro, es decir incapaz para solucionar cualquier tipo de problema que uno
mismo va generado. Si se pretende que lo señalado por Vygotsky es una referencia para a
educación boliviana, las futuras generaciones podrían ser demasiado dependientes, y el
estado por lógica lo sería también.

Otro que se toma en los fundamentos psicopedagógicos es a brasileño Paulo Freire, que
según su pedagogía liberadora y critica permitiría a los “estudiantes a cuestionar y desafiar
la dominación, creencias y prácticas que la generan”. Como si esta actitud de los
estudiantes pudiera depender con exclusividad a palabras de Freire; además, los que
desean que los alumnos sean críticos, estando en el poder, no son capaces de cuestionar
algunas políticas erradas que se implementan desde el estado Plurinacional, y los que se
atreven son separados bajo el argumento de que son derechistas, neoliberales o que no
están con el “proceso de cambio”.

Paulo Freire en su libro “pedagogía del oprimido” habla tanto de liberación solo para
remitirse a lo personal o individual, así como se puede constatar en la siguiente frase: “Ahí
radica la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismo y liberar a
los opresores” (Freire, 12985: 33). Ahora bien, ¿En qué consiste el liberarse a sí mismo
según el autor? Simplemente en desalojar al opresor que está en cada sujeto, no implica
hacer una revolución para cambiar el orden establecido, como desearía cualquier oprimido
consciente de su situación.

3. Educación comunitaria productiva

En el MESCP se habla y se dice implementar una educación productiva, ojalá no sea en


base a una educación técnica consiente en carpintería, cerrajería y electricidad para
varones, y para mujeres corte confección, tejidos y repostería, que no son nada relevantes a
estas alturas del desarrollo acelerado de la ciencia y tecnología. Esa forma de educación
consiente en lo manual o técnica en el país ha estado arraigada desde 1826 con el Plan
Educativo de Simón Rodríguez, como si la función prioritaria de la educación fuera formar
mano de obra cualificada en una determinada especialidad. Por consiguiente, en las
distintas unidades educativas no se debe propender sacar profesionales en un determinado
oficio, tal como se plantea en la Ley 070, para eso están los institutos tecnológicos y las
universidades, una escuela solo puede estimular, nunca crear abogados, médicos,
agrónomos, carpinteros o albañiles. Para que una persona tenga una profesión técnica o
humanística va depender de sus motivaciones personales, familiares y sociales, no puede
ser determinada desde el colegio. A través de la educación primaria y secundaria lo menos
que se puede hacer es coadyuvar en el descubrimiento de las cualidades y potencialidades
de los educandos.

Por otra parte, no se debe pretender implementar una educación productiva bajo el pretexto
de que Warista, la escuela ayllu, era “…autosuficiente, tanto en términos de
abastecimiento de aliento como materiales de construcción y mobiliario” (Rojas,2011:53).
Claro que se autoabastecía porque el Estado republicano no le daba el presupuesto
necesario para la alimentación de los internos y para otros enseres que requería la escuela.
En la actualidad, con una educación productiva lo único que se va lograr es no respetar el
ciclo de vida del ser humano que es: nacer, crecer, producirse y morir. A los niños y
adolescentes no les corresponde todavía producir bienes materiales, ellos están en la etapa
de crecer y madurar. Asimismo, la formación del recurso humano en carreas técnicas en
quinto y sexto de secundaria, con el fin de que la educación sea productiva, ojalá se diera
también desde los colegios particulares, que solo hacen vista gorda.

Algunos teóricos consideran que, la educación comunitaria consiste en “salir de la lógica


individual antropocéntrica para entrar en una lógica natural comunitaria, salir de una
enseñanza y evaluación individuales para llegar a una enseñanza y valoración
comunitarias, salir del proceso de desintegración del ser humano con la naturaleza y
remplazarlos por la conciencia integrada con la naturaleza, salir de una enseñanza
orientada a obtener solo fuerza de trabajo para instituir una enseñanza que permitía
expresar nuestras capacidades naturales, salir de la teorías dirigida a la razón para solo
entender y llegar a una enseñanza practica para comprender con sabiduría, salir de una
enseñanza que alienta el espíritu de competencia y cambiarla por una enseñanza
aprendizaje complementaria para que todos vivamos bien y en plenitud” (Huanacuni,
2010:64). Todo lo que se menciona es imposible de cumplir a cabalidad, ya que las
acciones de las personas en un contexto educativo no siempre se dan con buenas
intenciones, menos a lo señalado por una norma; la irresponsabilidad, la maldad, el
servilismo y los intereses individuales también están presentes.

De esa forma con la educación comunitaria se insiste que la educación es tarea de todos,
como si no hubiera sido así en las anteriores reformas educativas, solo que esa tarea era
para que los padres de familia coadyuven en el mantenimiento de la infraestructura y de
los mobiliarios. Ahora con la Ley de Educación Avelino Sinani-Elizardo Pérez, las madres
y los padres están obligados a participar en la planificación, control, seguimiento y
evaluación del proceso educativo, como si a los padres les sobrara el tiempo para cumplir
con esas obligaciones, cuando ni siquiera lo tienen para dedicarse a sus hijos, en los
espacios urbanos principalmente. Gracias al consumismo exacerbado que está sumida la
sociedad, el padre pasa a ser un buscador de bienes en vez de ser el educador de su hijo.
Las madres no están ajenas a esa situación, muchas de ellas por colaborar en la economía
familiar o por otras motivaciones están más tiempo en sus puestos laborales o en sus
negocios antes que con sus hijos. Y si alguna vez la madre o el padre asiste a regañadientes
a un trabajo o a una reunión convocada por la unidad educativa de sus hijos, es por no
pagar la multa a la junta escolar.

Con este tipo de educación lo que se pretende es tener mano de obra barata y en cantidad
que no será ocupada, porque las pocas fabricas e industrias que tiene el país no podrán
absorber a todos los bachilleres que culminan con una formación técnica. Ante esa realidad
inevitable lo único que les quedara a los adolescentes, por más que tenga una formación
técnica, es crear sus propias fuentes de trabajo o, finalmente, engrosar al comercio
informal para vender todo lo que no produce el país. Decir que el Estado garantiza la
incorporación de los jóvenes en el sistema productivo de acuerdo a su capacidad y
formación es demagogia.

4. Descolonización educativa

La descolonización es algo novedosa en el campo educativo boliviano, en la ley de la


educación Avelino Sinani-Elizardo Pérez, si bien la descolonización es una de las bases de
la educación, la misma carece de un significado apropiado porque en ninguna parte de
dicha ley se explica lo que se entiende por ese término. Lo que existe es una variedad de
definiciones determinados por algunos intelectuales conocedores, acerca de la realidad
educativa; así por ejemplo, para un ex ministro de educación, la descolonización es
“construir las oportunidades en todos los campos (laboral, económica, político, jurídico,
académico y otros fundamentalmente a partir de reconocimiento de los méritos,
conocimientos y esfuerzo personal, independientemente de las diferenciadas raciales,
étnicas, genéricas y físicas” (Patzi, 2010:15). Es decir, para este intelectual la
descolonización consiste en la igualdad de oportunidades, pero su excesiva valoración al
mérito hace que la misma no sea para todos los sujetos; por lo tanto, la igualad es
solamente para aquella persona con méritos académicos o con otro tipo de ventajas; no es
para los desdichados que no tiene título alguno; ellos, lamentablemente, no tendrán
mayores oportunidades y en los trabajos que se desempeñan serán de menor jerarquía.

Si bien en la ley 070 no hay una claridad sobre lo que es la descolonización, deduciendo se
puede decir que es la incorporación de los saberes, conocimientos y cosmovisiones de las
naciones indígena originarios en el currículo del Sistema educativo Plurinacional. Sin
embargo, esa incorporación solo queda a nivel teórico; de ahí que “la educación en cuanto
a la descolonización, si solo afirma lo negado, tendera a reducir todo a la transmisión de
información de cada una de las culturas. En nombre de la descolonización si realmente se
requiere que lo indígena sea parte de la política, economía y cultura, debe ser practicado
con acciones que vayan en contra de los principios coloniales, porque no es suficiente
recuperar, teorizar, afirmar o discursar al respecto.

Un elemento que podría coadyuvar a la descolonización, según Samanamud, sería la


interculturalidad, pero esa realidad está destinada para las personas que son parte de una
cultura nativa. Para la elite o los jailones, que son grupos sociales más cerrados, no es
posible; ya que ellos son incapaces de interactuar y, sobre todo, interrelacionarse
socialmente con los Aymaras, Quechuas o Guaraníes; ellos por la inculturalidad lo único
que hacen es remozar sus discursos con principios o valores ancestrales, adornar sus
indumentarias con un tejido autóctono, bailar sus danzas en las entradas universitarias o en
algún acontecimientos esporádico e ilustrarse sobre sus culturas en sus maestrías y
doctorados, pero no están en condiciones de contraer nupcias con una cholita o con un
campesino y, peor aún, hacer parte de sus vidas los saberes y las tradiciones de los
indígenas.

Bibliografía
- Barral Zegarra, Rolando (2005) Critica al constructivismo: la dialéctica en psicología y
educación. La Paz: Ayni Ruway.
- Freire, pasulo (1976) Pedasgogia del oprimido. México: Siglo veintiuno.
- Huanacuni Mamani, Fernando (2010) Vivir Bien/Buen vivir. Filosofía, Políticas,
estrategias y experiencias regionales. La Paz: convenio Andrés bello.
- Ortiz, Alicia (1953) Amanecer en Olivia. Argentina: hemisferio.
- Pérez, Elizardo (1979) Warisata: la escuela Ayllu en Antología pedagogía de Bolivia.
Enciclopedia Boliviana. La Paz: Los amigos del libro. La paz: Burillo.
- Patzi Paco, Félix (2010) tercer Sistema. Modelo comunal: Propuesta alternativa para
salir del capitalismo y del socialismo. La paz: s/d
- Samanamud Avila, Jiovanny (2011) Interculturalidad, educación y descolonización.
En: interculturalidad y educación superior. La paz: Ministerio de educación.

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