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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

DEL CONFLICTO ARMADO A LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ

Integrantes: Daniela Perdomo Gaitán - Andrés Camilo Restrepo Mora


Estudiantes de Terapia Ocupacional
Docente: Martha Nubia Bello
Fecha: 17 de julio del 2019

LA OCUPACIÓN COMO PROCESO RESIGNIFICANTE Y TRANSFORMADOR EN EL


MARCO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO

La construcción de paz en Colombia es un proceso que nos compete a todos y todas:


Desde la academia, la ruralidad, lo urbano, desde las calles y como sujetos parte de la
sociedad. En el papel de estudiantes de Terapia Ocupacional de la Universidad Nacional de
Colombia, se asume esta realidad como un reto para el actuar profesional en la práctica
comunitaria como partícipes de construcción social con implicaciones políticas y
económicas. Es por ello que la Cátedra “Del conflicto armado a la construcción de paz” nos
interroga e incita a la reflexión de los retos, las dificultades y oportunidades que aguardan
en nuestra profesión, en cuyo reconocimiento se va dando forma al papel del Terapeuta en
la construcción de un país y una sociedad para la paz. Frente a este panorama se
argumenta la presencia y las acciones desde Terapia Ocupacional en el marco de la paz.
Se presenta una aproximación de la Terapia Ocupacional, definida por la Federación
Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WTFO) como una profesión encargada de la
promoción de la salud y el bienestar del individuo o del colectivo a través de la ocupación,
entendida desde las esferas del autocuidado, el juego, el trabajo y actividades de ocio y
esparcimiento. En esta medida cabe resaltar que la profesión en el panorama
latinoamericano y más específicamente en el contexto colombiano, tiene como fundamento
para su participación un enfoque social con una perspectiva humanística y bio-psico-social,
lo que fortalece el actuar profesional en la práctica comunitaria partiendo del reconocimiento
y la comprensión de las realidades, aún con más énfasis frente a la presencia territorial del
conflicto en el país que permea y violenta las ocupaciones colectivas, materializadas en
prácticas sociales y entornos o territorios concretos.
Las acciones lesivas del conflicto irrumpen las dinámicas sociopolíticas y económicas de la
comunidades, por ende afectan las ocupaciones manifestadas como producción social y
como escenario de reconocimiento de sujetos, subjetividades, sentido y significados del
individuo en comunidad, los daños que se generan a nivel individual tienen expresiones
familiares y colectivas, teniendo en cuenta que los daños individuales y colectivos pueden
coexistir dentro de la experiencia de una misma persona, siendo múltiples los factores para
comprender y entender el daño manifestado en un carácter objetivo y subjetivo de las
realidades del conflicto. (CNMH, 2014) De lo anterior emergen las dificultades que se
traducen en consecuencias del conflicto y a su vez se presentan las dificultades y limitantes
de la profesión.
El daño se considera como una dificultad con naturaleza masiva, cronológica que impacta la
dimensión, emocional, psicológica, moral política y sociocultural, con un recorrido
transversal en las comunidades con el objetivo de desaparecer y silenciar, lo que altera
formas de vida en comunidad, los roles, prácticas ancestrales, tradiciones y costumbres que
generan una ruptura en la vida en comunidad y la deconstrucción a nivel individual del ser
humano que luego se masifica en la comunidad dando como resultado la desarticulación de
vínculos entre los habitantes, la pérdida de identidad por la migración generacional que de
acuerdo con el informe “Basta Ya” (2014) del Centro Nacional de Memoria Histórica, hay un
total de 8.376.463 víctimas con un registro de desplazamiento forzado con índices muy altos
que se viene dando en la actualidad y se evidencia en las centralidades del país con el
asentamiento de población afrocolombiana, campesina e indígena de muchas zonas del
país que se desconectaron de la ancestralidad y del vínculo con el territorio. Ahora frente a
las dificultades de la profesión que de acuerdo con Felizzola et al (2015) radican en la
necesidad de un reconocimiento de la profesión en la práctica en comunidad dado que
existe un mayor reconocimiento en el ámbito clínico y laboral. Asimismo nos invita a
repensar acerca del papel de la academia en nuestro proceso de formación como sujetos
políticos y frente a la práctica profesional, es por ello que las autoras cuestionan si la
academia garantiza las herramientas necesarias para actuar como agentes transformadores
y lograr llegar a una dimensión de la ocupación humana desde lo sociopolítico, la defensa
de los derechos humanos, el empoderamiento de las comunidades; logrando potenciar el
bienestar, la participación y generando mayores oportunidades de calidad de vida para las
personas o comunidades. Una de las dificultades que se deriva de lo anterior es la
invisibilización de nuestra profesión en los trabajos interdisciplinares, esto se traduce en la
falta de cohesión con otros profesionales por el desconocimiento de la misma lo que
desvirtúa la vinculación de Terapeutas Ocupacionales en procesos de transformación con
impacto social.
Quizás, surja la pregunta en relación a ¿Cuál sería el aporte por parte de la profesión en el
escenario de construcción de paz? La ocupación humana tanto desde lo individual como lo
colectivo, es un componente vitalizador y dinamizador en la estructura y desarrollo de las
comunidades, una de las razones es el carácter vinculante y de cohesión social de la
ocupación manifestado a través de experiencias comunes, un territorio compartido, formas
de resistencia, la cultura, roles, rutinas y hábitos que permiten identificarse a una sola voz.
De las dificultades emergen los retos que se plantean asumir desde la profesión, uno de
ellos viene dado por la búsqueda del fortalecimiento de la identidad territorial y cultural en el
caso de los niños, afectados por el conflicto al nacer en un territorio ajeno, despojados de su
ancestralidad, costumbres, tradiciones y la cultura, este es el caso de comunidades
afrocolombianas, indígenas y campesinas. La recuperación y el reconocimiento de los roles
ancestrales por parte de los niños y jóvenes, que en varias comunidades son muestra de
identidad y resistencia al olvido.
En el marco teórico y práctico de la profesión siempre será asumido como un reto el trabajo
con el ser humano, las experiencias en el marco del conflicto refieren un rastro de pérdidas,
cambios en los roles que tradicionalmente desempeñaban transformándose con ello un
costo sustancial en la identidad personal, los propósitos y la estructura de la vida cotidiana,
la modificación de rutinas y hábitos individuales y compartidos que constituyen las
costumbres sociales, entre otros procesos humanos y sociales. Siendo un listado de
pérdidas y cambios que refieren las víctimas y permite develar múltiples impactos de la
violencia sobre sus vidas. (CNMH, 2014) Lo anterior es solo uno de las dimensiones a
intervenir en busca de un proceso de reorganización significativa en los individuos y sus
sistemas sociales, para que este proceso sea exitoso debe contar con el interés, la
motivación, pensamientos y sentimientos volitivos y un contexto ameno, lo que viene siendo
complejo por las dinámicas que se comportan como barreras sociales.
Sin embargo, las oportunidades para la Terapia Ocupacional vienen dadas por el impacto
de las ocupaciones en el tejido social e individual, que apuntan a procesos de realización,
autonomía, productividad (económica y significativa) y de socialización e integración. Por
medio de los cuales se otorga sentido y significado a la participación en procesos de
reconstrucción de memoria, construcción de identidades grupales y colectivas apuntando a
la construcción de iniciativas de paz. (CNMH, 2014)
Además se resaltan las experiencias de nuestra profesión en la construcción de paz y para
ello, se hace mención de la tesis de Cetina, et, al. (2017) Titulada “Reconociendo las
ocupaciones colectivas como aporte para la paz: diálogo de saberes y haceres con
comunidades del pacífico”, merecedora del premio Otto de Greiff a los mejores trabajos en
la categoría de Salud.
Este trabajo de grado está centrado en la forma en que la comunidad del Pacífico
colombiano, a través de ocupaciones colectivas como: los cantos fúnebres, cuentos de los
abuelos y abuelas, cantoras, los alabaos, entre otros; han logrado consolidar lazos de
confianza comunitarios en regiones afectadas por el conflicto armado, también los roles de
las mujeres han adquirido un nuevo significado e importancia en el territorio y las
ocupaciones colectivas como estrategia para mantener y compartir elementos culturales con
las nuevas generaciones. Como fruto de ello, se creó la “caja de herramientas” que
contiene una cartilla que describe a la comunidad y las ocupaciones con las cuales logran
construir paz en sus territorios y por otro lado, la herramienta también contiene una serie de
actividades con las cuales se pretende que estos aprendizajes y experiencias logren llegar a
otras regiones que también han sido afectadas por el conflicto armado.
A través de las ocupaciones las poblaciones han logrado tejer resistencias, construir
memoria y buscar la verdad como forma de sanación. Por ello, Albarracín, L & Contreras, C.
(2017), identifican que “las principales estrategias de resiliencia frente a la
transformación de actividades significativas en las mujeres participantes están
relacionadas con el hacer por sus vínculos y el auto reconocimiento de capacidades y
recursos propios para hacer frente a las situaciones de adversidad”. Es así como las
mujeres han recreado estrategias para seguir luchando por unos intereses en común, a
través de las ocupaciones que muchas veces pueden transformarse en colectivas.

Para concluir, desde la academia son varios los aportes a partir de la producción de
conocimiento, la profundización teórica respecto a los retos, dificultades y oportunidades de
nuestra profesión en el marco de la construcción de paz en donde el eje articulador de los
procesos que se lleven a cabo giren entorno a las necesidades de las comunidades y que
sea esa búsqueda restaurativa y transformadora de vida la que motiva e invita a la
participación comunitaria, generando reconocimientos dignificantes a los territorio con
identidades empoderadas y fortalecidas, rescatando el papel de las ocupaciones como
procesos de resistencia, representada por medio de los bordados, la pintura, los cantos, la
escritura y los relatos. Sin embargo, ahonda la brecha de nuestra profesión frente a su
papel en este espacio, siendo nuestro objeto de estudio e intervención provisto de tal poder
de transformación. Todo esto es una invitación para seguir construyendo paz, porque para
la guerra nada, para la paz todo.

Referencias bibliográficas:

Albarracín Cerquera, L. Ángela, & Contreras Torres, K. A. (2017). La fuerza de las


mujeres: un estudio de las estrategias de resiliencia y la transformación en la
ocupación humana de mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia.
Revista Ocupación Humana, 17(1), 25-38. Recuperado a partir de
https://latinjournal.org/index.php/roh/article/view/154
Cetina, K.T., Rivera, C.J., & Rodriguez P. (2017). Reconociendo las ocupaciones colectivas
como aporte para la paz: diálogo de saberes y haceres con comunidades del pacífico.
Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2014). APORTES TEORICOS Y


METODOLOGICOS PARA LA VALORACIÓN DE LOS DAÑOS CAUSADOS POR LA
VIOLENCIA. Recuperado de:
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/publicaciones-por-
ano/2014/cartilla-danos-causados-por-la-violencia

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2014).¡Basta ya! Colombia: Memorias de


guerra y dignidad (Bogotá: Imprenta Nacional, 2013)

Peñas-Felizzola, O. L., Gómez-Galindo, A. M., Parra-Esquivel, E. I., Rivera-


Caballero, C. J., & Ovalle-Cuervo, C. M. (2016). Terapia ocupacional en la
normatividad colombiana relacionada con conflicto armado. Revista de la
Facultad de Medicina, 64(4), 707-714.

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