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BOSSA NOVA, SOLIDARIDAD Y DERECHOS

HUMANOS: EL TRABAJO SOCIAL Y COLOR CON


QUE TIÑE AL MUNDO

CARDEMIL, RAÚL
26/06/2018

UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS


CAMPUS LOS CASTAÑOS, VIÑA DEL MAR.
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL
PRIMER AÑO VESPERTINO 2018
FUNDAMENTOS DEL TRABAJO SOCIAL
DOCENTE: ELIZABETH VARGAS N.
BOSSA NOVA, SOLIDARIDAD Y DERECHOS HUMANOS: EL TRABAJO SOCIAL Y
EL COLOR CON QUE TIÑE AL MUNDO

Más que lamentar el número y variedad de teorías, el trabajador social debe comprender que la diversidad de teorías
refleja la complejidad y sutileza de la condición humana. (Viscarret, 2012)

En diciembre de 1962, Eric Hobsbawm daba coreografía a su pluma para generar un


acercamiento al fenómeno de la Bossa Nova como “la primera conquista importante de nuevos
territorios de por el jazz” (Hobsbawm, 2018) suceso acaecido por las condiciones del
enraizamiento en la América Latina de la industrialización moderna. Esta permeabilización
territorial por un estilo musical implica sensaciones, temples, discursos y, sobre todo, opacidades
que hacen un teñido del discurso que construye realidades. El Brasil que se construye con
nuestras comunicaciones tiene otro color desde que los oídos perciben las interpretaciones de
Bossa Nova. En este mismo sentido, escuchar los acordes iniciales de la Marsellesa provoca un
teñido que expele hacia las grandes revoluciones que dan inicio a la modernidad, el nacimiento
de las ciencias sociales, también hacia la admiración por la triada de esmaltes que marcan lo
contemporáneo Libertad, Igualdad y Fraternidad. El último de estos tres “teñidos”, Fraternidad
entendida como Solidaridad, es la medula de estas líneas, instalándose como valor intrínseco “
que no sólo implica la comprensión del dolor y los sufrimientos de la humanidad y la empatía por
ellos, sino también la identificación con quienes sufren y la defensa de su causa” (Centro de
Derechos Humanos Naciones Unidas, 1995), discurso constructor de la perspectiva de Derechos
Humanos, por lo tanto, fuente de la disciplina de Trabajo Social. Dicha identificación con el
sufriente y la defensa de su causa justifican la alta diversidad de las herramientas de ejercicio que
utiliza el trabajador social, como acto de compresión a la complejidad y sutilezas de la condición
del otro con sus derechos fundamentales vulnerados, materia claramente explicitada en el fuerte
enlace triangular de los sellos formativos del proceso académico para Trabajadoras y
Trabajadores Sociales en la Universidad de las Américas: Ética-Investigación Aplicada-
Aprendizaje y Servicio.
A partir del posicionamiento mencionado, se quiere escudriñar un acercamiento a la
cuestión cómo en la praxis el Trabajo Social realiza su ejercicio en la intervención a la
problemática social bajo el prisma de los DD.HH., particularmente desde la inspiración del valor
de la solidaridad. Lo anterior, particularmente, haciendo lectura a los escenarios concretos que
debe teñir el Trabajo Social para iniciar los procesos de readaptación al medio con el fin de dar
clausura a la problemática social atendida.
En primer lugar, a pesar de la vertiginosidad de los cambios de procesos y estructuras que
detonan en los sistemas sociales, la inercia y desgaste de las organizaciones de servicio público y
la deshumanización de las relaciones, “el Trabajo Social no puede quedar perplejo – confundido
– “ (Vélez, 2003), debe recrearse, leerse, cambiar sus paradigmas según el curso de los hechos.
La disciplina del Trabajo Social debe vivir en constante dinámica, que de acuerdo con la Dra.
María Belén Ortega se puede resumir en dar respuesta a tres desafíos: Procesos inclusivos y
colaborativos, Incluir lo simbólico y Técnicas e instrumentos polivalentes de investigación
(Ortega, 2015). Abrirse a comprender, en el sentido hermenéutico y humano, a todas las voces
que participan en conversaciones, tomar en cuenta claramente sus ritos, sus tótems, sus
mitologías; y utilizar una diversidad de instrumentos para verificar los distintos matices del
cuerpo social. En síntesis, es elaborar al Trabajo Social constantemente en la identificación y la
defensa de quienes sufren la problemática social, desde una perspectiva incluyente, respetuosa y
con una mirada científica de los sucesos sociales, para desarrollar un tránsito hacia la
consecución del valor de la solidaridad en las relaciones sociales, en cuanto imperio de los
DD.HH., esencia que sostiene el perfil de egreso de Trabajo Social en la Universidad de las
Américas al hablar que el profesional: con conocimientos éticos-disciplinares referidos al
desarrollo y funcionamiento humano en su relación con el entorno, orientado a la transformación
social (con referencias a la Declaración de Derechos Humanos, los principios de Justicia Social y
promoción de la participación ciudadana) y que contribuya activamente al desarrollo de y
fortalecimiento de valores democráticos.
Sin embargo, es necesario un contraste con la situación en la cotidianidad del Trabajo
Social para evaluar hasta donde es posible aplicación del valor de la solidaridad. Por lo anterior,
fue de gran valor para el autor la entrevista concedida por el Sr. Arturo Guerra, trabajador social
que cumple funciones en el Departamento de Desarrollo y Promoción Social dependiente de la
Dirección de Desarrollo Comunitario Ilustre Municipalidad de Valparaíso. Como estudiante de
Trabajo Social, el autor a nivel emocional como cognitivo le da mucha importancia a la
conversación con el profesional por la posibilidad de poder iniciar la construcción de conectores
entre la reflexión académica y ejercicio profesional en campo, desde dentro el proceso formativo.
En primer lugar, la entrevista se desplegó en torno al rol profesional de articulador de
redes sociales en la perspectiva de valor de solidaridad, frente a lo cual en profesional indicó “el
trabajo en Red es un elemento fundamental(…), permanente y todo el tiempo en la aplicación que
lleva a cabo el municipio(…) orientado lograr que confluyan los interés y necesidades de las
personas en vulnerabilidad que tenemos en la comuna” (Guerra, 2018). Desde esta afirmación es
posible obtener como conclusión que la articulación de redes no es una acción burocrática
puntual para generar satisfacción a una necesidad carenciada concluyendo con ello la
intervención, es más, es un acompañamiento que se mantiene y fundamental donde entran los
intereses (los discursos, ritos y símbolos) y necesidades ( derechos vulnerados), y el Trabajador
Social tiene que efectuar un ejercicio de tejido para orientar hacia que confluyan estos dos
elementos para desarrollar procesos que disminuyan la vulnerabilidad, lo cual constituye una
puesta en práctica del valor de la solidaridad en la perspectiva de los DD.HH. : la identificación
con quienes sufren y la defensa de su causa, que se expresa en ese confluir mencionado donde se
respeta la construcción de realidad del sujeto y se acerca ( se defiende) el satisfactor para
responder a la carencia que crea vulnerabilidad. Según Sr. Guerra esta situación se expresa en
distintos ámbitos de acción del municipio de Valparaíso como personas en situación de calle y
más recientemente en migrantes, entre otras (Guerra, 2018).
En cuanto al rol como implementador de políticas sociales surge la cuestión si las
instituciones lograr un nivel adecuado de articulación, frente a lo que Sr. Guerra indica que la
experiencia es variada y “hay de todo tipo(…) donde el municipio hace la aterrizada” de
beneficio con poca variaciones salvo cuando hay modificaciones de parte del Estado central
sumándose otro tipo de ofertas de políticas públicas que implica acercarlas a la comunidad
implicando articulaciones más complejas de parte de municipio (Guerra, 2018). Este identificarse
y defensa que implica el valor de la solidaridad en los DD.HH., a la hora de implementar
políticas sociales lleva a considerar niveles de operación y gestión de políticas, planes y
programas con niveles de eficacia, eficiencia y cercanía con los sujetos carenciados.
Y el valor de la solidaridad produce un acercamiento a la comunidad que genera
investigaciones, sistematizaciones, las cuales llevan a la cuestión de desarrollo del rol de diseño
de políticas públicas donde según el Sr. Guerra señala “la política pública es de desarrollo lento,
es un elefante grande que se mueve de forma muy lenta, por lo tanto, modificaciones…tienen un
tránsito acompasado y cuesta mucho que se generen modificaciones sustantivas” de los
organismos centralizados que después la bajan (Guerra, 2018). Desde aquí se instala un enorme
desafío para el Trabajo Social, pues articular el conocimiento sobre la problemática social que se
generaría en los organismos ejecutores con los niveles centrales de una forma que considerada la
complejidad y sutileza de la condición humana instalaría el valor de la solidaridad de forma real,
no discursivo en toda la política pública.
En conclusión, podemos advertir que en niveles operativos existe el espacio para efectuar
intervenciones con una fuerte orientación por el valor de la solidaridad, pues existe para
Trabajador Social oportunidades para desarrollo donde los sujetos expongan su identidad e
intereses y se pueda articular la necesidad con oferta existente de política pública. No obstante, la
mantener ese valor de identidad y defensa que se ha mencionado en muchas ocasiones es
menoscabado por la amplitud y lentitud de la articulación entre el nivel operativo y el nivel
centralizado de la política pública, constituyéndose en un gran desafío para el Trabajo Social. Los
profesionales del Trabajo Social no pueden quedar perplejos, los entornos variables de la
sociedad exigen respuestas disciplinales frente a estas cuestiones.
En ese sentido, hoy cobran más valor los esfuerzos por realizar una integración de
procesos de investigación más relevante en la formación y desarrollo del profesional de Trabajo
Social, con la consecuente generación de conocimiento para la comunidad. La invaluable
posición del Trabajo Social frente a otras disciplinas de las Ciencias Sociales, pues “posee un
cierto tipo de conocimiento acerca de la vida cotidiana de los sujetos sobre los que interviene (…)
ha tenido una tradición muy importante en la práctica de visualizar lo microsocial” (Carballeda,
2002). Por lo cual hoy es vital, esencial Trabajadoras y Trabajadores Sociales con perfiles
académicos con clara orientación comunitaria e investigativa para ir al encuentro de esos
territorios “microsociales”.
En las sociedades de hoy el Imperio de los Derechos Humanos, en especial desde el valor
de la solidaridad, dependen en gran parte com
Malcolm Payme habla que las teorías de la acción social como si fueran un cuerpo global
de conocimiento (Payme, 1995), siendo esta cualidad que nos aporta la diversidad de teorías para
abrazar a lo humano en profundidad dándole las repuestas para resolver sus vulnerabilidades en
un acto intenso de solidaridad. Ese el color musical del Trabajo Social con que va tiñendo al
mundo, como el bossa nova abrió nuevos territorios.
Referencias
Centro de Derechos Humanos Naciones Unidas. (1995). Serie de capacitación profesional N°1 Derechos
Humanos y Trabajo Social. Ginebra: Naciones Unidas.

Guerra, A. (13 de junio de 2018). Entrevista a Trabajador Social. (R. Cardemil, Entrevistador)

Hobsbawm, E. (2018). ¡ Viva la revolución! . Buenos Aires: Crítica.

Ortega, M. (2015). Trabajo Social como Transdisciplina: hacia una teoría de la intervención. Cinta
moebio(54), 278-289. Recuperado el junio de 2018

Payme, M. (1995). Teorias contemporáneas del Trabajo Social. paidos.

Vélez, O. (2003). Reconfigurando en trabajo social. Perspectivas y tendencias contemporáneas. Buenos


Aires: Espacio.

Viscarret, J. (2012). Modelos y métodos de intervención en Trabajo Social. Madrid: alianza editorial.

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