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INTRODUCCIÓN

Hemos decidido hacer este trabajo por una paciente que hay en mi lugar de trabajo, la cual es
esquizofrénica, y con la cual hemos corroborado que es muy complicado seguir el tratamiento
de la esquizofrenia y al mismo tiempo, llevar a cabo las recomendaciones de su insuficiencia
renal y su terapia de hemodiálisis. Estos hechos se producen cuando repunta un brote o se
desajusta la medicación, por lo que esta enfermedad hace que la paciente no pueda ser
incluida en la lista de personas a la espera de un transplante, en este caso, renal.

El paciente esquizofrénico

La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más serias, ya que ocasiona graves
perturbaciones en las relaciones sociales, familiares y labores de las personas que la padecen ,
se suele iniciar en la adolescencia, tendiendo a la cronificación y para la cual, no existe un
tratamiento curativo en la actualidad, puesto que sólo se consigue una remisión de los
síntomas con el uso de antipsicóticos

El paciente esquizofrénico

 Esquizofrenia desorganizada: Las características principales del tipo desorganizado de


esquizofrenia son el lenguaje desorganizado, el comportamiento desorganizado y unas
alteraciones en las emociones marcadas. Puede haber ideas delirantes y alucinaciones,
pero no suelen estar organizadas en torno a un tema coherente. Las características
asociadas incluyen muecas, manierismos y otras rarezas del comportamiento.
Habitualmente, este subtipo está asociado a un inicio temprano y a un curso continuo.
Históricamente, y en otros sistemas clasificatorios, este tipo se denomina hebefrénico.

 Esquizofrenia paranoide: La característica principal del tipo paranoide de esquizofrenia


consiste en la presencia de claras ideas delirantes y alucinaciones auditivas sin claras
alteraciones en la afectividad, en el lenguaje y sin mostrar un comportamiento
catatónico asociado. Fundamentalmente, las ideas delirantes son de persecución, de
perjuicio o ambas, pero también puede presentarse ideas delirantes con otra temática,
aunque suelen estar organizadas alrededor de un tema coherente.

También es habitual que las alucinaciones estén relacionadas con el contenido de la temática
delirante. Los síntomas asociados incluyen ansiedad, ira, retraimiento y tendencia a discutir. El
inicio tiende a ser más tardío que en otros tipos de esquizofrenia y las características distintivas
pueden ser más estables en el tiempo.
 Esquizofrenia residual: El tipo residual de esquizofrenia debe utilizarse cuando ha
habido al menos un episodio de esquizofrenia, pero en el cuadro clínico actual no es
acusada la existencia de ideas delirantes, alucinaciones, comportamiento o un
lenguaje desorganizado, sobresaliendo principalmente los síntomas negativos.

 Esquizofrenia indiferenciada: cuando una esquizofrenia no reúne los criterios de los


subtipos anteriores o presenta varios de ellos se le llama indiferenciada.

 Esquizofrenia catatónica: La característica principal del tipo catatónico de


esquizofrenia es una marcada alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad,
actividad motora excesiva, negativismo extremo, mutismo o peculiaridades del
movimiento voluntario.

Aparentemente, la actividad motora excesiva carece de propósito y no está influida por


estímulos externos. Puede haber desde el mantenimiento de una postura rígida en contra de
cualquier intento de ser movido hasta una adopción de posturas raras o inapropiadas. Para
diagnosticar este subtipo, el cuadro debe cumplir en primer lugar todos los criterios para la
esquizofrenia y no ser más explicable por otras causas u enfermedades.

 Esquizofrenia simple: la esquizofrenia simple constituye uno de los subtipos de la


esquizofrenia donde los delirios y alucinaciones, son mínimos destacando otras
alteraciones. Ha sido un diagnóstico que ha estado envuelto en controversias por lo
que en la última edición del Manual DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders) de trastornos mentales se ha suprimido, así como el resto de subtipos de la
esquizofrenia. Se caracteriza por un deterioro insidioso de las funciones mentales y del
afecto emocional, actividad, embotamiento afectivo, pasividad inhibición psicomotriz,
falta de y falta de iniciativa, deterioro del aseo personal empobrecimiento de la calidad
o contenido del lenguaje, comunicación no verbal empobrecida, y del comportamiento
social, durante más de un año, pero sin los síntomas positivos propios de la psicosis.
Todos estos posibles síntomas suponen un empeoramiento significativo de la actividad
laboral o académica y alteraciones en las relaciones personales.

Existe debate sobre los síntomas de esquizofrenia, si la división clásica entre síntomas
negativos y positivos fue formulada por primera vez por John Russell Reynolds o por John
Hughlings Jackson. En 1853 Reynolds, estudiando la epilepsia, publicó un artículo en la que
distinguía entre síntomas positivos que consideraba como meras acciones vitales modificadas,
y negativos, que consideraba como la negación de propiedades vitales. Mientras tanto, en
1875, para Jackson los síntomas negativos eran motivo de una lesión, mientras que los
síntomas positivos eran ocasionados por tejido no dañado que trataba de compensar las
pérdidas, ocasionando un desequilibrio finalmente.
La clasificación que distinguía entre síntomas negativos y positivos fue introducida por primera
vez al ámbito psiquiátrico por De Clérambault en 1942. Clérambault solía ver los síntomas
positivos como alucinaciones y delirios y a los síntomas negativos como deterioro del
pensamiento y la atención. Durante la primera mitad del siglo XX esta clasificación permaneció
discreta y no fue sino hasta la década de los 80, gracias a los trabajos de Tim Crow, que se
comenzó a dar difusión nuevamente a los términos que distinguen entre síntomas negativos y
positivos.

Síntomas negativos consisten en la deficiencia de movimientos espontáneos, el habla y falta de


desempeño psicomotor que contienen a la afición aplanada, apatía, alogia, anhedonia y abulia.

Se denominan así por ser consecuencia de la pérdida de facultades previamente adquiridas.


Existen tres tipos de síntomas negativos:

Los relacionados con la capacidad de emocionarse.

Los relacionados con la motivación.

El empobrecimiento de la capacidad de expresión verbal.

Síntomas positivos consisten en alucinaciones y delirios.

El paciente esquizofrénico Se componen básicamente de dos tipos de síntomas:

 Los delirios, trastornos del contenido del pensamiento.


 Las alucinaciones, trastornos de la percepción.

Kurt Schneider distinguió diferencias entre la esquizofrenia y otros trastornos que pueden
producir psicosis como la depresión, manía, psicosis reactivas y otros. Schneider identificó y
dividió en dos grupos once síntomas, siete caracterizados por una extraña sensación de
invasión proveniente del exterior y cuatro en alucinaciones auditivas y difusión del
pensamiento.

Síntomas schneiderianos:

Sensación de invasión del exterior.

Inserción de los pensamientos.

Imposición de los sentimientos.

Imposición de los impulsos.

Imposición de los actos


Percepción delirante.

Experiencias de pasividad somática.

Alucinaciones auditivas.

Pensamientos de salida del cuerpo.

Audición del pensamiento:

Voces que comentan las acciones propias.

Voces que discuten.

Difusión del pensamiento.

El paciente esquizofrénicoEn muchos lugares esta clasificación todavía tiene aplicabilidad y


para Schneider esos síntomas eran patognomónicos, se ha discutido la confiabilidad de los
síntomas de primer grado para diagnosticar la esquizofrenia. Vázquez-Barquero subdividió en
1996 la sintomatología positiva en factor paranoide y no paranoide, mientras que en 1998
Peralta y Cuesta describieron cinco componentes de los síntomas positivos consistentes en
alucinaciones, ideas delirantes no schneiderianas, ideas.

Epidemiología

La esquizofrenia tiene altos y bajos a lo largo de la vida de un individuo, pero los resultados de
la mayor parte de los estudios establecen globalmente un promedio de una tasa ligeramente
inferior a 1 caso por cada 100 habitantes6. El trastorno parece tener una distribución uniforme
en todo el mundo, aunque pueden existir algunas bolsas de prevalencia elevada o baja.

Frecuencia, edad y Sexo: La epidemiología ha sido importante en el avance de la medicina, ya


que a través de ella se ha conocer las causas de muchas enfermedades. No sólo considera la
frecuencia, sino también los aspectos biológicos, genéticos, psicosociales de la enfermedad.

La prevalencia refleja el número de casos existentes de una determinada enfermedad en una


población, en un momento determinado. La incidencia registra el número de nuevos casos de
una enfermedad durante un período de tiempo.

La esquizofrenia es la más frecuente de las psicosis crónicas, la incidencia de la población


general, es del 1 %.

Es una enfermedad del adolescente y del adulto joven, rara entre los 15 años y después de los
45 años, en esta franja de edad la mortalidad es más elevada en ambo sexos. Está aceptado el
hecho de que la aparición es más temprana en los varones que en las mujeres y existe un pico
entre los 15 y 25 en los varones y entre los 25 y 35 en las mujeres. Es más, incapacitante para
los hombres.

Factor genético y predisposición: Para los hermanos de esquizofrénicos el riesgo aumenta en


un 10.8 % y al 13.8 % si uno de los padres está enfermo, se puede decir que se tiende a un
determinismo genético, pero la aparición de psicosis fue más frecuente si la familia adoptiva
presentaba una estructura disfuncional, lo que apoyaría la necesidad de un contexto
psicosocial donde se expresaría el genotipo.

Cuando más grave es la enfermedad, más importante es el componente hereditario.

Para los gemelos, el riesgo es del 30 a 40 %. Frecuentemente se cree que el componente


hereditario de la esquizofrenia no es específico. Más que la misma esquizofrenia,
posiblemente sea una mayor tendencia al trastorno mental.

Factor de predisposición biotipológica: El biotipo leptosómico de Krestmer, es que más


frecuentemente se encuentra asociado a la esquizofrenia. Este tipo parece bien difundido:
estructura vertical, esqueleto grácil, silueta esbelta, tono ortosimpatico débil, con reacciones
lentas y prolongadas, hipotensión, lentitud de los intercambios, hipoglucemia, tendencia
hipertiroide-hipogenital, frecuencia a las reacciones alérgicas.

Psicotipo: Corresponde al tipo introvertido de Jung y al esquizotímico de Bleuler: carácter


normal, de humor retraído, hipersensible, de apariencia fría, que tiende a la inhibición, pero
que se libra a descargas impulsivas inadecuadas, son seres meditativos, sistemáticos,
abstractos, obstinados y soñadores.

De la esquizotímia se puede pasar a la esquizoidía en el que humor retraído se convierte en


aislamiento, mientras que la inhibición y la impulsividad se vuelven inadecuación social y la
meditación profunda, la tendencia al sueño y la abstracción se convierte es espíritu de
sistematización, en racionalismo mórbido y en idealismo rígido.

Factores relacionados con el nacimiento: En relación a la época de nacimiento de los


esquizofrénicos, existe una proporción del 10 % de los nacimientos más de lo esperado en
invierno y en los principios de la primavera para los afectos de la enfermedad comparando con
la población general.

Mednick y cols. 1988, fueron los primeros en apuntar una relación entre una epidemia de
gripe, con un mayor índice de esquizofrenia. La pandemia de Gripe Española de 1957 actuaría
durante el segundo mes del embarazo. Otras enfermedades relacionadas con la esquizofrenia
son: difteria, neumonía, sarampión y varicela zoster.

Relación con otras enfermedades: La enfermedad que se relacionó más íntimamente con la
esquizofrenia fue la tuberculosis, existiendo un gran número de esquizofrénicos que morían
por esa enfermedad. Esto no fue atribuible a las condiciones insalubres que padecían las
instituciones de la época, ni a la dieta inadecuada, ya que otros enfermos diagnosticados con
otro tipo de psicosis padecían la enfermedad con un riesgo mucho menor. También un mayor
riesgo para la enfermedad coronaria.

Distribución Social: Según diferentes estudios realizados, el porcentaje de primeros ingresos


fue superior en áreas urbanas, donde el nivel social era más bajo. La primera teoría se formuló
en relación a la posible psicogénesis de la enfermedad, centrada a la desventaja social, que
determina toda una serie de factores de riesgo como el mayor estrés y las dificultades para
controlarlo, familias desestructuradas.

Estudios posteriores, la condición social estaría excluida, lo que explicaría la tendencia a que
los enfermos queden atrapados en una situación social desfavorable.

El paciente esquizofrénicoCurso de la enfermedad: En la era preneuroléptica, las remisiones


halladas son entre el 7 y 30 %. Lo que en cualquier caso resulta obvio es que el tratamiento
neuroléptico temprano es de buen pronóstico en la evolución posterior.

El índice de recaídas se reduce al 50 % cuando se administran neurolépticos que cuando no.

En cuanto a la medicación (6), los antipsicóticos que se han utilizado desde hace tiempo, se
llaman antipsicóticos convencionales o neurolépticos. Estos tratamientos aparecieron en la
década de los años 50 y actúan sobre los síntomas positivos de la enfermedad. Dentro de los
tratamientos de toma diaria nos encontramos los siguientes medicamentos:

Quetiapina

Olanzapina

Aripiprazol

Amisulpride

Ziprasidona

Paliperidona

Risperidona
Características de la medicación de toma diaria

La vía oral es la más frecuente.

El paciente ha de encargarse de la toma del tratamiento, en ocasiones recae sobre su familia.

Los desajustes en la medicación pueden causar sobredosis o poca eficacia.

Si el paciente no toma adecuadamente la medicación existe un riesgo de recaída y


empeoramiento de la enfermedad.

El tener que tomar la medicación cada día recuerda al paciente que está enfermo.

Se ha demostrado que el palmitato de paliperidona, bloquea los receptores de los


neurotransmisores de la dopamina y la serotonina que se administra. Tiene más ventajas que
el resto de fármacos:

Se suministra cada 3 meses.

Administrado en centros sanitarios, en forma de inyectables.

Mas económico.

Menor abandono del tratamiento.

Menos recaídas

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