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El Discurso A Los Griegos de Taciano. Comentario Hist Rico
El Discurso A Los Griegos de Taciano. Comentario Hist Rico
PUBLICACIONES OCASIONALES 5
SEVILLA-1996
KOL.AIOS
PUBLICACIONES OCASIONALES 5
SEVILLA-1996
KOLAIOS,
ASOCIACIÓN CULTURAL
PARA EL ESTUDIO DE LA ANTIGÜEDAD
Apartado de correos (P.O. Box) 868
E-41 080 SEVILLA
CONSEJO DE REDACCIÓN:
Director
Amado Jesús de Miguel Zabala
Secretario
José Antonio Alfonso García
Vocales
Víctur Manuel López Lago
Javier Pluma Rodríguez de Almansa
Francisco José López de Ahumada del Pino
Jesús San Bernardino Coronil
Pilar Inés Calzón
Francisco Eduardo Álvarez Solano
©A.C. KOLAIOS
Pedidos a: Scriptorium
Apartado de correos (P.O. Box) 404
E-41080 SEVILLA (ESPAÑA)
a Gerardo y a Fernando (que la tierra os sea leve)
a Pilar
NOTA DEL AUTOR
5
AGRADECIMIENTOS
7
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
8
ABREVIATURAS
9
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
10
CAPÍTULO l. INTRODUCCIÓN
Antes de entrar de lleno en los dos apartados que han sido fijados como
de interés preferente en un comentario histórico del Discurso a los griegos de
Taciano, considero que establecer un estado de la cuestión sobre dicho autor
y su obra es algo fundamental en castellano. El único existente se remonta a
1954 y se debe a la pluma de Daniel Ruiz Bueno 1, pero se trata de un trabajo
no muy exhaustivo por hallarse en un volumen dedicado a toda la apologética
griega. En otros idiomas, entre lo más reciente contamos con el de la edición
de Taciano de Whittaker 2 , que tampoco es muy extenso y el de O.C.
Edwards 3 .
No obstante, para el presente capítulo no tengo la intención de tratar
todos los temas ya clásicos en este tipo de trabajos, como son los más
puramente teológicos, pues no creo que convengan a un estudio histórico
como el presente. Por ello profundizaré tan sólo sobre la fecha y lugar de
composición del discurso, su carácter e intencionalidad, la vida y obra de
Taciano y la problemática que presenta el llamado <<Catálogo de las estatuaS>>.
Dejo de lado la teología, demonología y psicología del autor sirio, que pueden
consultarse en las obras ya citadas, en algunas por citar y, con las reservas
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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El Aó"(oc; 1f'poc; "E!-.Ar¡vac; del sirio Taciano, escrito en el tercer tercio
del siglo II, es una de las obras de autores cristianos que se catalogan como
apologética. Se trata de un discurso (Aó'Yoc;) dirigido supuestamente al
conjunto de los griegos paganos, lo que ha hecho pensar a algunos autores que
nos encontramos más bien ante un tratado escrito, con una intención
claramente propagandística como se verá más adelante. Su estilo es directo y
agresivo, sin contemplaciones.
4. Cf. las introducciones de Ruiz Bueno y Whittaker. También G. Bardy, «Tatien», DThC,
15, 1, pp. 59-66; F. Bolgiani, «Tatien», DEChrA, pp. 2378-2380; R.M. Grant, <<Date of Tatian's
Oration», HThR, XLVI, 2 (1953), pp. 99-101; Id., <<The Chronology of the greek apologists»,
VChr, IX (1955), pp. 25-33; L. Leone, <<Due date della vita di Taziano», OCP, XXVII (1961),
pp. 27-37.
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Francisco José López de Ahumada del Pino
Fue discípulo del santo y mártir apologeta Justino5 , que ejercía su labor
proselitista en la misma capital del imperio, donde regentaba una escuela
(od)cxCJKcxf..úov) a imitación de la cual fundaría luego Taciano la suya en Siria.
Mientras Justino vivía, la actitud de Taciano no mereció reproche por parte
del resto de jerarcas cristianos. Pero al morir el maestro martirizado, al no
tenerlo ya como modelo 6 y dolido por el fin que tuvo el hombre que lo
convirtió, se fue progresivamente alejando de las posturas conciliadoras que
respecto a los paganos había ostentado Justino y fue afilando sus argumentos
contra ellos 7 • Aunque esto no resultó criticable a los ojos de los grandes
ideólogos del cristianismo8 , sí lo fue su progresivo rigorismo moralizante y
su exagerada predicación de la ascética9 , y más aún su exégesis de la
creación 10 , su introducción de ciertos eones (20), que le acerca al gnosticis-
mo de Valentín 11 , su teoría de la condenación eterna que sufre Adán 12 y su
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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Francisco José López de Ahumada del Pino
2. LA ORATIO AD GRAECOS
22. Así opinan G .F. Hawthorne, loe. cit., que llega incluso a decir que tampoco es una obra
cristiana porque no nombra a Cristo, y M. Pellegrino, •L'elemento propagandístico e protrettico
nell'apologetica greca del II secolo•, RF/C, XIX (1941), pp 1-18 y 97-109.
23. M. Pellegrino, loe. cit., dice que un ataque tan feroz camufla todo intento propagandísti-
co. Y es que a veces no resulta difícil dudar de su capacidad proselitista.
24. V. Monachino, «Intento pratico e propagandístico nell'apologetica greca del 11 secolO>>,
Gregorianum, XXXII (1951), 1, pp. 5-49 y 2, pp. 187-222. Así opina también P. Ubaldi, ll
discorso ai Greci, Turín, 1921, versión italiana de la obra que no he podido consultar, pero cuya
opinión me llega a través del artículo ya citado de Pellegrino. Ubaldi cree que tampoco se puede
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
negar la capacidad defensiva, pues la propaganda es a largo plazo mejor defensa que la
argumentación jurídica y, de hecho fue la que acabó con las persecuciones.
25. Cf. G. Botti, «Il fattore personal e nel M)'o~ 1rpo~ "Ef.f.17vas di Taziano>>, en Studi
dedicati al/a memoria di P. Ubaldi, Pub!. Univ. Sacro Cuore, V, 16, Milán, Vita Pensiero, 1937,
pp. 87-98 y L. Leone, <<Artificio e spontaneita nello stile tazianeo>>, RAAN, XXVII (1962), pp.
5-28.
26. R.C. Kukula, Tatians sogenamte apologie, Leipzig, 1900.
27. A. Puech, op. cit., cap. l.
28. L. Leone, «Artificio ... »
29. Id., ibid.
30. Aunque esto pueda parecer exagerado, como se verá más adelante. no carece de
fundamento.
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31. A. Puech, op. cit., cap. 1: el auditorio es éste pero la causa no es una conciencia
nacional sino simplemente que en el momento en que lo pronunció tenía ante sí a grecoparlantes.
32. D. Afinogenov, «To whom was Tatian's Apology directed?», VD!, !92 (1990), pp. 167-
174. El artículo esta escrito en ruso y sólo he podido leer el resumen en inglés que se encuentra
al final.
33. Vid. infra cap. III.
34. Como en el caso de Peregrino, cf. D.R. Dudley, A History of Cynicism, Londres, 1937,
pp. 170-181.
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37. Cf. A. von Harnack, Die Überlieferung der griechischen Apologeten des zweiten
Jahrhunderts in der alten Kirche und im Mittelalter, TU, 1, l. Tanto ésta como la obra de Zahn,
no he podido consultarlas y conozco sus teorías a través de las citas de A. Puech, op. cit., cap.
II.
38. L.W. Barnard, <<The heresy of Tatian once again>>, JEH, XIX (1968), pp. 1-10.
39. De hecho, según se deduce del ya citado artículo de Orbe, aunque en Taciano son
especialmente importantes las int1uencias gnósticas, éstas están presentes en toda la teología del
siglo II en mayor o menor medida, como parece que también tuvieron presencia en Justino: cf.
W.L. Petersen, <<Textual evidence of Tatian's dependence upon Justin's 'AIIOMNHMONEY-
MATA>>, NTS, XXXVI (1990), pp. 512-534.
40. Como los ya citados Bardy y Bolgiani, cuyos artículos forman parte de diccionarios sin
excesiva profundidad por su carácter de introducción y obras de referencia.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
estaba en Roma (salió en torno al 170)41 , de que hay que excluir el período
161-169 porque habla de un solo emperador y entre esos dos años gobiernan
juntos Marco Aurelio y Lucio Vero y de que en 172-3 fundó su escuela
oriental ya plenamente herética y esta obra no ha querido ser considerada
como tal. A ·esta tesis se unen autores como Puech o Ruiz Bueno, aunque
estos reconocen cierta tendencia al encratismo, lo cual no les impide fechar
antes de la apertura del didaskalefon.
Ahora bien, si no estaba en Roma, ¿dónde estaba? No se puede saber
con certeza. El capítulo 35 parece hacer referencia a la misma Grecia, así
como el hecho de las repetidas invocaciones a los «avopEc; UEAA7JvEc;>>. Esto
entroncaría con la discusión anterior sobre la realidad del auditorio y, en su
caso, su carácter. Según Puech tal vez se refería a cualquier tipo de auditorio
grecoparlante oriental, lugar al que se sabe que fue tras salir de Roma. Puech
habla de la imposibilidad de dirigirse así a los griegos en la misma Grecia sin
haber sido prendido, juzgado y ejecutado (esto tampoco me parece muy claro
como ya expresé con anterioridad), por lo que el lugar debería haber sido
Antioquía o Edesa. Otros elementos usados son que, aunque no diga nada del
martirio de su maestro, habla de Justino como de un ilustre muerto, lo cual
tampoco es aceptado por Leone que, como ya se dijo, opina que de haber sido
ya martirizado Justino, Taciano lo habría comentado para presentar la
iniquidad de cínicos (denunciante) y estoicos (juez) 42 • También se ha
utilizado el argumento ex silentio respecto a la muerte de Peregrino Proteo
para dar un terminus ante quem. El extremo de esta teoría, el 172, se
argumenta cuando se cree que el discurso se utilizó en la apertura del
didaskalefon herético.
41. E. Renan, Marc Aurele ou la .fin du rrwnde antique, París, Librairie Généra1e Franyaise,
1984 (enésima reedición del clásico de 1882), en las pp. 79-84 da también una datación
intermedia tras la muerte de Justino pero no acepta la salida de Roma, es decir, antes del 170.
42. La mayoría de los autores discuten mediante el texto de la obra sobre si Taciano da a
entender que Justino estaba muerto o no, como base para la datación. Sin embargo R.
Weijenborg, ·Die Berichte über Justin und Crescens bei Tatian•, Antonianum, XLVII (1972), pp.
372-390, cree que el relato del duelo Crescente-Justino es una interpolación en el texto realizada
en el siglo IV, lo que impediría con mayor fuerza seguir fechando la obra tras el martirio del
maestro de Taciano. No quiero entrar en una polémica que se me escapa, pero de demostrarse
dicha tesis, la datación de la obra ha de ser anterior a la muerte de Justino con casi total
seguridad.
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44. Cf. F. Gaseó, «Retórica y realidad en la Segunda Sofística», Habis, XVIII-XIX (1987-
88), pp. 437-443.
45. Cf. P. Bernard, «Les rhytm1s de Nisa, I: Poétesses grecques», JS, (1985), pp. 25-118,
sobre todo el apéndice en las pp. 97-118 y P. Bernard, «Le catalogue des statues dans le
'Discours aux grecs' de Tatien: rhétorique ou réalité?>>, REG, 99 (1986), pp. XXI-XXII.
46. W.D.E. Coulson, «MenestratoS>>, CJ, LXXV (1980), pp. 200-203.
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3. INTENTO DE COMPRENSIÓN
47. La reconstrucción más aceptada es: Múcm<; [] 1 'Apwrobór[ov]. Cf. Moretti, L.,
lnscriptiones graecae Urbis Romae, 210-212. Creo que es interesante apuntar el hecho de que la
inscripción encontrada parece responder al esquema de nombre+patronímico. Si resultase
imposible reconstruir con un giro del tipo «fulanito me hizo, o no existiese paralelo de firma de
escultor en genitivo tras el retratado en nominativo, es posible preguntarse si Taciano quiso ver
en esta basa el nombre de una poetisa y su escultor porque convenía a su composición (lo cual
no deja de ser un sinsentido cronológico si aceptamos que Taciano no compuso su discurso en
Roma, a no ser que pense!JlOS que ya allí recogía datos para su obra, tema que también creo
digno de tratarse) o confundió un nombre de mujer y el de su padre con el de dicha mujer y su
escultor, en cuyo caso se podría hablar del muy superficial conocimiento de este <<bárbarO>> de
algo tan común como la formulación griega de un nombre. Este punto me parece totalmente
inaceptable, y por ello no creo que el tema merezca mayor tratamiento.
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54. Cf., por ejemplo, la herejía montanista en P. de Labriolle, La crise montaniste, París,
Ernest Leroux, 1913, especialmente en su vertiente ascética en pp. 108-112 y 548-551.
55. El mismo caso ocurre con Prisciliano: cf. M•. V. Escribano, loe. cit.
56. Por muy estimulante y beneficiosa para Taciano que fuesen la enseñanza y pensamiento
de Justino (cf. H. Chadwick, Early Christian thought and the classical tradition. Studies in Justin,
Clement and Origen, Oxford, Clarendon, 1966, pp. 9-30 para su aceptación del mundo
grecopagano) no veo razón alguna para suponer que una obra tan vehemente no hubiese podido
ser escrita en vida del maestro.
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57. Siempre ha sido considerado un eco indirecto del martirio de Justino el visceral odio que
en la Oratio Taciano manifiesta hacia el cinismo.
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CAPÍTULO 11: LAS RELACIONES ENTRE CÍNICOS
Y CRISTIANOS A TRAVÉS DE LA OBRA DE T ACIANO
58. Cf. la larga bibliografía al respecto sobre el particular, sobre cinismo con amplias
referencias al cristianismo o al revés, de la que destaco J. Doresse, «Diogene et les moines
egyptienS>>, RHR, CXXVIII (1944), pp. 84-93; F.G. Downing, «Cynics and christians», NTS,
XXX (1984), pp. 584-593 y Cynics and Christians origins, Edimburgo, T & T Clark, 1992; D.R.
Dudley, op. cit.; P. de Labriolle, La reaction pafenne. Etude sur la polemique antichrétienne de
/" au VI" siecle, París, L'artisan du livre, 1934; M. Simon, Hercule et le Christianisme,
Estrasburgo, Faculté des Lettres, 1955.
59. Loe. cit.
60. F. Gaseó, «Cristianos y cínicos, una tipificación del fenómeno cristiano durante el siglo
Il», en F.J. Lomas, (ed.), Religión, superstición y magia en el mundo antiguo, Cádiz,
Universidad de Cádiz, 1985, pp. 49-59; id., «Aristides y los cristianos», en A. González y J.M.
Blázquez (eds.), Cristianismo y aculturación en tiempos de/Imperio Romano, Murcia, 1990, pp.
99-104; id., <<Vida y muerte de Peregrino Proteo», en F. Gaseó y J. Alvar (eds.), Heterodoxos,
reformadores y marginados en la Antigüedad clásica, Sevilla, 1991, pp. 91-106; J.P. Oliver
Segura, «Los gimnosotistas indios como modelos del sabio asceta para cínicos y cristianos», en
A. Gunzález y J.M. Blázquez (eds.), op. cit., pp. 53-62; id., «Diálogo del rey Alejandro con el
brahmán Dándamis», en F. Gaseó y J. Alvar (eds.), op. cit., pp. 107-136. Por otro lado, sin
tratar directamente del tema, no se ahorran referencias en importantes trabajos recientes sobre el
cristianismo primitivo como el de P. Brown, El cuerpo y la sociedad (los cristianos y la renuncia
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1.1. Taciano 6 ~: Para el autor sirio la filosofía griega es, como todo lo
griego, basura. Así de simple: nada hay en la cultura griega que merezca la
pena, cuando no es directamente reprobable por inmoral, indecente y de
origen demónico, salvo que se deba a la influencia del mundo bárbaro. La
filosofía no es menos imnoral e hipócrita.
Tomemos como punto de partida la posición de Taciano al respecto:
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«Pues ¡,qué habéis obtenido de respetable filosofando? ¿Quién de los más dignos
permaneció sin arrogancia'!, (Orario, 2).
Así pues, del cinismo Taciano no deja prácticamente títere con cabeza.
Critica abiertamente los métodos para exponer su doctrina (<<hinchada
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69. Justino, II Apol., X, 5-6: «Y el que más empeño puso en ello [acercarse al conocimiento
de Dios], Sócrates, fue acusado de los mismos crímenes que nosotros, pues decían que introducía
nuevos demonios y que no reconocía a los que la ciudad tenía por dioses. Mas la verdad es que,
expulsando de la república a Homero y a los otros poetas, enseñó a los hombres a rechazar a los
malos demonios que cometieron las abominaciones de que hablan los poetas, a par que los
exhortaba al conocimiento de Dios, para ellos desconocido, por medio de la investigación de la
razón, diciendo: "Al padre y artífice del universo, no es fácil hallarle, ni hallado que le hayamos,
es seguro decirlo a todos" [Platón, Timeo, 28 C]. Que fue justamente lo que nuestro Cristo hizo
por su propia virtud. Porque a Sócrates nadie le creyó hasta dar su vida por esta doctrina; mas
a Cristo, que en parte fue conocido por Sócrates, ( ... ) no sólo le han creído filósofos y hombres
cultos, sino también artesanos y gentes absolutamente ignorantes .. ·" (traducción de Ruiz Bueno).
70. Clemente de Alejandría, Strom., 1, 1, 18; 5, 28 y 6.
71. Cf. C.A. Contreras, loe. cit., pp. 992-1019.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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Para Taciano no hay pues diferencia entre Diógenes y Peregrino, ambos
son hipócritas, charlatanes, glotones y retorcidos. De ahí cierta originalidad
en su crítica, tanto para los paganos, por mucho que Luciano satirice al de
Sínope, como incluso para los cristianos. El apologista sirio no establece la
diferencia entre los malos y los buenos filósofos (algo muy común en su
época) sino que detesta a todos, buenos y malos, pues todos son malos, por
igual. Por si fuera poco, se puede decir que tiene un odio especial por los
cínicos, tal vez personalizado en la figura de Crescente, el acusador de
Justino._
72. Agustín, De civitate Dei, XIV, 20: «¿No comprendieron esto los famosos filósofos
"caninos", o sea cínicos, al lanzar contra el pudor humano su doctrina realmente cínica, esto es,
inmunda y desvergonzada? Dijeron que no debe causar vergüenza hacer en público lo que se
puede hacer legítimamente con la esposa; y no hay por qué evitar el acto conyugal en cualquier
calle o plaza. Se impuso, sin embargo, el pudor natural a esta opinión errónea, pues aunque se
dice que Diógenes realizó esto alguna vez en plan jactancioso, creyendo hacer así más famosa su
secta al grabar en la memoria de los hombres su gran desvergüenza; después cesaron los cínicos
de proceder de esta manera, y prevaleció el pudor de avergonzarse los hombres ante los hombres
sobre el error de aparentar los hombres semejante a los canes. [Duda que llegaran a hacerlo de
verdad, y cree que sólo lo representaron]. Todavía hoy vemos que sigue habiendo filósofos
cínicos; se cubren con el manto y llevan la clava; sin embargo, ninguno tiene la osadía de
practicar algo semejante. Si alguno se atreviera, sentiría sobre sí no digo un aluvión de pedradas,
pero sí de salivazos de los espectadores [la naturaleza humana se avergüenza del sexo pues es
nefasto y difícil de controlar]» (Traducción de Santamaría del Río y Fuentes Lanero).
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35
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
del asunto por las fuentes que para este caso concreto son exclu-
sivamente cristianas 76 :
«Yo mismo espero ser víctima de las asechanzas de algunos de los aludidos
demonios y ser clavado en el cepo. o por lo menos, de Crescente, ese amigo de
la hulla y de la ostentación [<j>¡)\o~ó<j>ov mi <j>LAOKÓ¡.¡1rov]. Porque no merece
el nombre de filósofo un hombre que, sin saber una palabra sobre nosostros, nos
calumnia públicamente, como si los cristianos fuésemos ateos e impíos,
propalando estas calumnias para congraciarse y dar gusto a la muchedumbre
extraviada. Porque si nos persigue sin haber saludado la doctrina de Cristo, es un
hombre absolutamente malvado y que se pone muy por bajo del mismo vulgo de
los ignorantes que con frecuencia se guardan de hablar de lo que no entienden,
y más. de levantar falsos testimonios; o si ha leído, no entendió su sublimidad;
o si la entendió y obra así para que no se sospeche de él que es cristiano, aún se
muestra más miserable y malvado, pues se deja vencer de vulgar e irracional
opinión y miedo. Porque quiero que sepáis que al proponerle yo y hacerle unas
cuantas preguntas referentes al caso, le hice ver y convencí de que no sabe
verdaderamente nada ( ... ). Mas si hubieran llegado a vuestro conocimiento mis
preguntas y sus respuestas, por ellas ha de resultaros patente que nada sabe de
nuestra religión. Y si sabe y no se atreve, a ejemplo de Sócrates, como dije antes,
a hablar por miedo a los que le oyen, no es hombre que ame el saber, sino la
opinión [oú <j>LAórJocjJor; a!\!\a cjJtAóbo~or;] ( ... ). Pero, en fin, imposible que un
cínico, que pone el fin supremo en la indiferencia, conozca bien alguno fuera de
esa indiferencia» (Justino, II Apol., 8, 1-4 y 6-7; traducción de Ruiz Bueno).
76. Además de las que siguen está la de Eusebio, H. E., IV, 16, l.
77. Cf. P. de Labriolle, La reaction ... , pp. 59-65.
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2.2. Paganismo contra cristianismo: Como dije, los ejemplos más claros
de crítica al cristianismo no vienen del ámbito cínico. De ellos, los que nos
interesarían son los que hacen referencia al cinismo, critican a los cristianos
en su versión cínica o se acercan a la crítica cínica del cristianismo, pero ésos
serán analizados más adelante con motivo de estudiar los caracteres que
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
88. Cf. al respecto el libro clásico ya citado de P. de Labriolle, La reaction ... , especialmente
las páginas 55 a 97, donde se comentan entre otras, las actitudes anticristianas de Apuleyo, Marco
Aurelio, Frontón, Galeno, etc.
89. S. Benko, «Pagan criticism ofChristianity during the first two Centuries A.D.», ANRW,
II, 23, 2, pp. 1055-1118, recapitulación en pp. 1108-1110.
90. S. Benko, loe. cit., lo que viene a ser como decir, de un modo creo injusto, al caer en
la misma dinámica pagana de acusación contra el cristianismo, que las falsas acusaciones a que
se sometía a los cristianos eran ciertas en el caso de los gnósticos.
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***
Para cerrar este apartado me gustaría especular sobre la posible reacción
de un cínico al oír o leer el discurso de Taciano. Aunque se han querido ver
referencias a esta obra en autores de la época (p.e.: Elio Aristides y su
discurso Contra Platón) la verdad es que no dejó ninguna huella clara en la
literatura no cristiana. Esto no impide que siendo, como dijo Hipólito, el más
cínico de los cristianos, el cristianismo al estilo de Taciano pudiera significar
para los cínicos uno de los puentes de unión entre ambas doctrinas que
llevaron a la existencia de carreras como la de Peregrino. El estilo de Taciano
pudo llevar a más de un cínico a acercar posturas, pero su radical anticinismo
cierra toda vía de acercamiento. Por otro lado, como le ocurrió a Crescente,
observar cómo los cristianos aprovechaban la estética y los métodos cínicos
para dar un mensaje, como se verá, diametralmente opuesto, debió ser motivo
más que suficiente para manifestar una abierta oposición, incluso violenta.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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«Y decía Juan a las gentes que venía a recibir su bautismo: "¡Oh raza de víboras'
¿quién os ha enseñado a huir de la ira que os amenaza?", (Lucas, 3, 7).
«Porque no es árbol bueno el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buenos
frutos.
Pues cada árbol por su fruto se conoce. Que no se cogen higos en los espinos, ni
en las zarzas racimos de uva• (Lucas, 6, 43-44).
97. Cf. A .J. Festugiere, op. cit., pp. 150-156 y C. Miralles, •Los cínicos: una contracultura
en el mundo antiguo», EstudClás, LXI (1970), pp. 347-377.
98. C. Miralles, loe. cit.
99. Cf. W.H.C. Frend, op. cit., pp. 282 y ss. Orígenes, Contra Celso, III, 55 y Taciano.
Oratio, passim.
100. Cf. F.G. Downing, loe. cit., donde lo confronta a un texto cínico parecido en la
recopilación de J. Malherbe, Cynic epistles, p. 121: «Diógenes el perro a los así llamados
griegos, una plaga entre vosotros ( ... ): aunque por todas las apariencias sois hombres, en el fondo
sois simios•• (tomado sobre la traducción inglesa de Malherbe).
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
101. Orígenes, Contra Celso, III, 50 y 55, donde Celso dice: <~amás se acercan a un grupo
de hombres discretos, ni entre éstos se atreven a hacer ostentación de sus maravillas; mas
dondequiera ven a un corro de muchachos o una turba de esclavos o gentes bobaliconas, allá se
precipitan y allí se pavonean>>, <<cardadores, zapateros y bataneros ( ... ) que delante de los señores
o amos de casa, hombres provectos y discretos, no se atreven a abrir la boca; pero apenas cogen
aparte a los niños mismos y con ellos a ciertas mujercillas sin seso, hay que ver la de cosas
maravillosas que sueltan• (traducción Ruiz Bueno). Cf. F. Gaseó, «Cristianos y cínicos ... •, R.
MacMullen, Christianizing the Roman Empire (A.D. 100-400), Londres-New Haven, Yale Univ.
Press, 1984, p. 38 y, cómo esta visión, asumida por la historiografía, ha dado lugar a la visión
romántica e igualitaria del cristianismo, en W.A. Meeks, Los primeros cristianos urbanos,
Salamanca, Sígueme, 1988, p. 15.
102. F. Gaseó, <<Cristianos y cínicos ... •; Orígenes, Contra Celso, 1, 9: <<Seguidamente
[Celso] nos exhorta a que sigamos, para aceptar doctrinas, "a la razón y a un guía racional", pues
"quien de otro modo se adhiere al primero que topa, ha de caer de todo punto en el engaño". Y
compara a los que irracionalmente creen "con los mendigantes de Cibeles y agoreros, con los
sacerdotes de Mitra y Sabacio y con cualquiera con quien uno se topa, que se dan por apariciones
de Hécate o de otro demon o démones. Porque "a la manera", dice, "que, entre gentes de esa
laya, hombres malvados abusan de la idiotez de los crédulos y los traen y llevan donde quieren,
así acontece también entre los cristianos"• (traducción de Ruiz Bueno); o Luciano, Los fugitivos,
12 y 16: <<Son una clase de personas abominables, por lo general esclavos y mercenarios, que no
tratan conmigo [la Filosofía] desde su niñez por falta de tiempo, pues se dedican a su trabajo de
44
Francisco José López ue Ahumada del Pino
11
3.1.5. Hostilidad al orden establecidd ~>: Hay muchas maneras
de manifestar hostilidad al orden en todos sus niveles (romano-estataL
ciudadano. religioso. etc. ) 107 La negación de la violencia (se tratará
más adelante) es una de ellas 10x, una de las más típicamente cristianas,
cuyo origen se plantea en la situación anómica de Palestina en el siglo
esclavos o mercenarios( .. ) ni si4uiera conocen mi nomhre ( ... ). (16) Lo cierto es LJUe toda la
ciudad está saturada Je tales advenedizos. especialmente Je los LJUe se inscrihen en nomhre Je
Diógenes. Antístenes y Crates» (traducción Je Zaragoza Botella).
103. Desprecio Je la razón como método para el conocimiento de Dios. poniendo por encima
la fe: <<PorLJUe apartados Je la razón vulgar y terrena. oheuientes a los mandamientos Je Dios y
siguiendo la ley del Padre ue la incorrupción. rechazamos toJo lo 4ue se funda en la mera opinión
humana, (Taciano. Ormio. 32).
104. Cf Diógenes Laercio. Vida de losjilrísofos, VI. 24 y 103: <<Decía tamhién IDiógenesJ
LJUe cuando en la vida ohservaha a pilotos, médicos y filósofos, pensaha LJUe el homhre era el más
inteligente de los animales; pero cuando advertía, en camhio. la presencia de intérpretes de suef\os
y auivinos y SUS aueptos. O VeÍa a Jos figurones engreÍUOS por SU fama O riLJUeza. pensaha lJUe
nada hay más vacuo LJUe el homhre» ( 103) «Rechazan los conocimientos generales. Por lo menos
Antístenes uecía LJUe los pruuentes no uehían aprender a leer lihros, para no uejarse uistraer con
escritos ajenos» (trauucción ue García Gual).
105. Cf. P. ue Lahriolle. La reaction .. , pp. 94 y ss: No se pueue uiscutir con los cristianos.
ni los mismos cínicos pueuen hacerlo, como puede ser el caso ue Justino y Crescentc.
106. Cf. D.R. Duuley. op. cit., pp. 151 y ss. y la actituu contra el pouer.ue Dion ue Prusa
en sus Discursos 6 y 8 al 10.
107. Algunas manifestaciones de hostiliuau al orden no las voy a comentar. aunLJue sean las
más típicas y conociuas, por tratarse de fenómenos exclusivamente cristianos: la negativa a
sacrificar al emperauor, 4ue es en definitiva la excusa LJUe les lleva al martirio. o la cerrazón ue
las comuniuades cristianas y su terminología peyorativa de <<el otro» (Cf. W.A. Meeks. op. cit ..
[lp. 148-183).
108. G. Theissen. op. cir. pp. 137-148.
45
El Discurso a los ¡;riefios Je Taciano. Comentario histórico
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Francisco José López de Ahumada del Pino
cristianos para algunos apologetas (entre ellos, cómo no, Taciano) l!5,
o de la degradación social, política y moral para autores más o menos
cínicos como Dion de Prusa.
3. 2. Caracteres internos:
115. Cf. C. González Román, «Teoría política y aculturación en los apologetas griegos de
fines del reinado de Marco Aurelio» en A. González y J.M. Blázquez (eds.), op. cit., pp. 105-
114.
116. Cf. W.A. Meeks, op. cit., pp. 146-148 y vid. supra. apartado 2.2.6.
117. Id .. ibid.
118. Cf. el sentido que le da al término conversión F. Socas, «Cristianos y paganos en los
Reconocimientos pseudoclementinos», en J.M. Candau, F. Gaseó y A. Ramírez de Verger (eds.),
La conversión de Roma, Madrid, ed. Clásicas, 1990, pp. 55-99.
119. Aunque haya variantes: para los encratitas la conversión es un acto automático que lleva
a la renuncia a casi todo, mientras que para Clemente de Alejandría es un proceso educativo en
el que la cultura pagana influye positivamente.
120. D.R. Dudley, op. cit., p. 150 y A.J. Festugiere, op. cit., p. 162. Cf. Dion de Prusa,
Discursos, XIII (En Atenas: sobre su destierro), 9-11: <<[Va al oráculo de Delfos] Y a mi consulta
respondió un oráculo extraño y nada fácil de interpretar. Pues se me ordenó que continuara con
toda solicitud aquello mismo en lo que estoy ocupado, como si se tratase de una actividad honrada
y provechosa, "hasta que -me dijo-- llegues al extremo de la tierra". [Extraño (10) pero, como
Odisea con Tiresias, Dion no duda] Así, después de darme ánimos a mí mismo para no tener
miedo ni vergüenza de lo que hacía, me puse un humilde vestido y, mortificándome también en
las demás cosas, comencé a vagar por todas partes. (11) Los que se encontraban conmigo, al
47
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
verme, me llamaban unos vagabundo. otros mendigo y algunos hasta filósofo. A partir de
entonces me sucedí() que. poco a poco, sin pretenderlo y sin que yo tuviera gran concepto de mí
mismo. recibí este nombre. Por el contrario. la mayoría de los llamados filósofos se autoprocla-
man a sí mismos como hacen los heraldos en las Olimpíadas. Yo, por mi parte, siendo tantos los
que me llamaban filúsofo. no podía oponerme ni siempre ni a todos» (Traducción de Cerro
Calderón). Como se puede ver en este texto, la conversión a la vida filosófica tiene poco de razón
e int1uyen más el azar-destino (destierro) y la voluntad divina (oráculo).
121. Op. cit .. pp. 10-16.
122. Cf. Luciano. Sobre la muerte de Peregrino Proteo, 41: «Ya puedes imaginarte todo lo
que lógicamente va a ocurrir en adelante. basándose en nuestro hombre, cuántas abejas no
aparecerán en aquel lugar [donde estuvo la pira en la que murió Peregrino], cuántas cigarras no
cantarán. cuántas cornejas no lo sobrevolarán como si fuera la tumba de Hesíodo. y otras cosas
parecidas. Sé que muy pronto se van a erigir muchas estatuas de parte de los propios eleos y de
otros pueblos ¡.:riegos [¿predicciún post euentum'l], a quienes decía que había enviado cartas»
(traducción de Zaragoza Botella). Este tipo de acontecimientos no dejaría de provocar
conversiones al cinismo.
123. Como en id .. Sobre la muerte de Peregrino Proteo. 43: "·. lo del guapo mozo que
[Peregrino! había convertido al cinismo, para tener él su propio Alcibíades» o en Los fugitivos.
14: «No hace falta mucha ceremonia para ponerse el manto. colgarse la alforja, llevar el bastón
en la mano y dar gritos. o más bien ladrar ( .. ) . La comida no escasea, ni se limita como antes
a tortas de cebada y su acompañamiento ya no es salazón de pescado o tomillo. sino carnes de
todas clases y vino finísimo. y dinero de quien lo deseen» (traducción de Zaragoza Botella). El
mismo proceso se daría en la conversi6n al cristianismo de gente como Peregrino o corno aquéllos
contra los que se prevenía en Didaché. 12, 4.
124. F. Gasctí. "Vida y muerte de Peregrino ... »
48
Francisco José López de Ahumada del Pino
125. id., «El asalto a la razón en el siglo JI y III d.C.» en J.M. Candau, F. Gaseó y A.
Ramírez de Verger (eds.). op. cit., pp. 25-54 y E.R. Dodds, Paganos y cristianos en una época
de angustia, Madrid, Cristiandad, 1975, especialmente las pp. 19-60, donde el historiador inglés
realiza un lúcido análisis de la posición de angustia del hombre frente al mundo material que lleva
al concepto de la vida como tránsito y, por tanto, con un único objetivo: la búsqueda del uno, de
la virtud. de la felicidad, búsqueda en definitiva.
126. G. Theissen, op. cit., pp. 13-40.
127. Id .. ibid .. p. 24.
49
El Diecurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
«Mas para el cínico, ¿quién es "César" ni "Procónsul "? ¿Ni nadie sino Aquél que
le ha enviado y a quien sirve, Zeus? ¿A alguno otro invoca sino a Él? ¿Y no está
persuadido, como sufra cualquier cosa de éstas [todo tipo de vejaciones], que Él
le está entrenando?» (Epicteto, Pláticas, III, 22 (Del cinismo), 56. Traducción de
Urríes y Azara).
128. Sigo la terminología que Gerd Theissen usa en su obra ya citada (p. 39) para ·
caracterizar las diversas opciones cristianas, cambiando la de E. Troelsch, Die Soziallehren der
christlichen Kirchen und Gruppen, 1912: la secta (a la que corresponde el encratismo), la iglesia-
institución y el espiritualismo. El ethos itinerante o sectario que caracteriza al encratismo es según
Theissen una constante en la historia del cristianismo, repetidas veces retomado en movimientos
como el montanismo, el ascetismo sirio, las órdenes mendicantes medievales o el ala izquierda
de la Reforma.
50
Francisco José López de Ahumada del Pino
129. Cf. F.G. Downing, loe. cit., muestra cómo el ideal de pobreza se manifiesta con
especial fuerza en los escritos evangélicos, fuente de donde habrá que extraer la comparación.
130. Pláticas, III, 22, 69: « ... ¿acaso no debe guardarse de distracciones el Cínico, todo él
al servicio de Dios, capaz de moverse entre los hombres, no atados a deberes ordinarios ni
implicado en relaciones ( ... )•• (traducción de Urríes y Azara).
131. Cf. D.R. Dudley, op. cit., pp. 156-158.
132. Dion de Prusa, Discursos, VII (Euboico o el cazador), 52-53: [Un euboico ha socorrido
a Dion y le relata su desagradable experiencia de la única vez que fue a la ciudad, cuando se hubo
de enfrentar a un juicio y responde ante él de la siguiente manera:] « ... Solamente una vez
encontré dos remos arrastrados por las olas, y los colgué en la encina sagrada que está cerca del
mar. ¡Que jamás, oh Zeus, jamás, saqué ventaja ni obtuve ganancia de las desgracias de otros
hombres! Y jamás he encontrado en ellas provecho. Al contrario, con frecuencia he tenido piedad
de los náufragos que alcanzaban estas costas. Y los he acogido en mi choza, les he dado de comer
y de beber, los he socorrido en la medida de mis posibilidades y los he reconducido a regiones
habitadas. (53) Pero, ¿cuál de ellos podría hoy aportar su testimonio? Ahora bien, no he actuado
para obtener recompensa ni beneficio alguno, ya que ni siquiera les preguntaba de dónde eran.
Deseo únicamente que ninguno de vosotros caiga en tal experiencia• (traducción de Cerro
Calderón).
133. Vid. infra <<aúrápwa• (aptdo. 3.3.4.).
134. Lucas, 6, 20: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios•;
Epicteto, Pláticas, III, 20 (Que de todo lo exterior se puede sacar provecho), 15: [Larga
exposición previa sobre todos los males acaecibles imaginables y cómo soportarlos] « ... ¿Qué más
andas buscando? Todo lo que me des, yo te lo haré bienaventurado, fuente de felicidad, augusto,
envidiable» (traducción de Urríes y Azara).
135. Cf. G. Theissen, op. cit., pp. 13-40.
51
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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Francisco José López de Ahumada del Pino
153. Luciano, Sobre la muerte de Peregrino Proteo, 17: «El tercer viaje después de los
citados fue a Egipto. a la escuela de Agatóbulo, donde practicó su maravilloso adiestramiento,
con la mitad de la cabeza afeitada, el rostro cubierto de barro, masturbándose ante una gran
cantidad de público y poniéndose como ejemplo de lo que ellos llaman "acto indiferente",
(traducción de Zaragoza Botella).
154. S. Benko, loe. cit.
55
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
***
Como conclusión de los valores y caracteres que cristianismo primitivo
y cinismo mantuvieron en común me planteo la siguiente pregunta: ¿es el
encratismo la rama cínica del cristianismo primitivo? Como se ha visto y se
ampliará con posterioridad cuando analice los rastros que esta mutua
influencia ha dejado en las fuentes cristianas y cínicas, el cinismo no sólo está
presente en Taciano o en sus sucesores encratitas, sino que se encuentra en la
tradición de dichos de Jesús que dio lugar a la redacción de los evangelios,
tanto canónicos como apócrifos, en todo movimiento ascético y en el
cristianismo más ortodoxo en cuanto a métodos o auditorios. Pero algo más
debía haber en el encratismo para que Hipólito de Roma lo calificase como
<<Cristianismo cínico»: no sólo utilizan el KVPLKoc; TpÓ1roc;, sino que sigue el
KVPLKoc; {3í.oc; e incluso la diogeniana <<alteración de la moneda>>, lo que los
distingue del resto de cristianos, efectivamente, como los más parecidos a los
perros.
56
Francisco José López de Ahumada del Pino
155. «Pues engañan como aduladores, son insolentes como los poderosos, son reos de los
defectos más extremados y contrarios, la abyección y la ignorancia, semejantes en sus maneras
a los impíos que viven en Palestina» (Traducción de Gaseó). Cf. A. Boulanger, Aelius Aristides,
París, 1923. pp. 249-265; F. Gaseó, «Aristides ... »; E. Renan, op. cit., pp. 55-62.
156. Cf. Luciano, El pescador, Subasta de vidas, etc.
157. Son innumerables los opúsculos lucianescos en que se recurre a este tema machacona-
mente y sería absurdo dar un:, lista de ellos pues sería de igual extensión que la de las obras en
que no se hace. De todos modos, resulta ilustrativa una cita de un pasaje con el que Luciano pone
el más crítico colofón a la más delirante de sus historias de malos filósofos. Se trata de El
banquete o los lapitas, 35: «Los papeles, pues, se han invertido: el pueblo ignorante comía con
gran moderación. sin muestras de embriaguez o inconveniencia; tan sólo reían y condenaban, sin
duda. a aquellos a quienes solían admirar, creyendo que eran personas de valía por sus vestiduras.
Los sabios, en cambio. eran insolentes, se ultrajaban. comían sin moderación. gritaban y llegaban
a las manos» (traducción de Espinosa Alarcón).
57
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
158. Cf. Juliano, Contra Heracleo el cínico y vid. infra apartado 3.4.3.3.
159. Cf. P. de Labriolle, La réaction .... pp. 97 y ss. y L. Vare!. «Lucien et les chretiens•.
Studü C/asice, III (1961), pp. 377-383.
160. S. Benko, loe. cit., pp. 1098-1100 y P. de Labriolle, La réaction .... pp. 94-97.
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164. Cf. J.P. Oliver Segura, «Los gimnosofistas ... >> e id., «Diálogo ... >>
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«Veamos lo que dice seguidamente, que es de este tenor: "Mas vemos por vista
de ojos cómo los charlatanes que en las públicas plazas ostentan sus artes más
abominables y hacen su agosto, jamás se acercan a un grupo de hombres
discretos, ni entre éstos se atreven a hacer ostentación de sus maravillas; mas
dondequiera ven a un corro de muchachos o a una turba de esclavos o de gentes
bobaliconas, allá se precipitan y allí se pavonean". ¡Es de ver cómo también en
esto nos calumnia, equiparándonos a los que en los mercados exhiben sus artes
más abominables y hacen allí su agosto!».
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
4. DIFERENCIAS
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
cristianos con el mundo pagano, que con ella sale ganando en tolerancia, pero
para el que una amplia tradición escrita demuestra que su tolerancia no es más
'que un tópico 180 Pero hasta los más cerriles filósofos aceptan, no ya la
libertad de cultos, sino la no exclusividad de los cultos. Es cierto que las
tendencias al exclusivismo son muy normales en esta época dentro de la
religión pagana 1 ~ 1 , pero se trata de actitudes personales y no impuestas por
los preceptos de éstas. No obstante he de recalcar la idea de que, salvo por
comparación, el mundo pagano, no es especialmente tolerante en materia de
religión, y existe una multitud de casos que lo atestiguan182 • Pero, esta
intolerancia pagana se convierte en leve frente al judaísmo y al cristianismo,
que prescriben un tan fuerte exclusivismo religioso que suena novedoso
incluso al que lo practica si su origen no es judío, y que tiene en gran medida,
a mi parecer, mucha importancia como factor de la expansión del cristianismo
que le lleva a convertirse en monopolio religioso en el Mediterráneo hasta la
aparición del Islam.
***
180. Cf. F. Gaseó, «Una visión del otro: el cristianismo en los textos paganos de los siglos
ll y Ill», conferencia para la Universidad de la Laguna (en prensa).
181. Sobre todo en los rituales mistéricos o en los terapeúticos, como en el caso de la
relación de Elio Aristides con Asclepios.
182. Por ejemplo, el desprecio por los dioses no griegos en La Asamblea de los dioses de
Luciano, el autor del que tal vez no se debería esperar semejante dosis de xenofobia religiosa.
Cf. de nuevo F. Gaseó, «Una visión ... ».
183. Cf. R. MacMullen, Christianizing ... , pp. 25-42.
184. Cf. Luciano, Icaromenipo o por encima de las nubes, 4-9.
185. Cf. Id., Sobre la muerte de Peregrino Proteo, 39-41.
186. Cf. Id .. Philopseudés, 15-17.
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5. CONCLUSIONES
67
CAPÍTULO 111. T ACIANO Y EL MUNDO GRECOPAGANO
l. INTRODUCCIÓN
187. Ocho como &.vopEr; "'Ef..f..l)vEr; (Oratio, l. 4, 12, 13, 21 -dos veces-. 25 y 42). dos
como w
"'EAA1JvEr; ( 14 y 17) y una simplemente como "'EAAl)var; (30).
69
Fl Di.w urso 11 los griegos Je T~tci<tno. Comentario hi-;túrico
188. Ya Jesue Orario. l. usa como argumento contra los griegos su aceptación Je religtones
«bárbaras», como los misterios órficos.
189. Aunque. corno se verá. lo hace en una ocasión.
190. Cf. G. Botti. loe. cir.
70
Francisco José López de Ahumada del Pino
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
"y a éstos [a los malos démones], griegos [&vopEc;- "Ef..A1)VES'L los adoráis
arrodillándoos ( ... ). Y los que no injuriáis al escita Anacarsis. no os indignéis
tampoco por ser instruidos por quienes siguen una ley bárbara [{3ap(3r;ptKi¡
vo¡.w&wi~]» (12).
«Los que decís que nosotros decimos tonterías entre mujeres y muchachos,
doncellas y viejas. y os burláis por no estar con vosotros. escuchad la tontería de
las cosas importantes entre los griegos ["Ef..Al)Pt]» (33).
72
Francisco José López de Ahumada del Pino
«Ahora creo que conviene mostrar que nuestra filosofía es más antigua que
las costumbres de los griegos [ "Ef..f..rymv E?rLTlJÓEUJlcÍITwv). Moisés y Hornero
estarán situados como nuestros límites. Puesto que cada uno de ellos es muy
antiguo y el uno es el más antiguo de los poetas e historiadores. y el otro. el
autor de toda la sabiduría bárbara [¡S'ap¡S'ápov <roq)iar;]. tomémoslos ahora para
la comparación. Encontraremos que no sólo nuestros hechos son anteriores a la
cultura de los griegos 1Tij<; 'Ef..f..~vwv 1rmÓEÍa;]. sino también a la invención
de la escritura. Y no tomaré testigos de casa. sino que más bien me serviré de
ayudas griegas 1"Ef..f..r¡<rL)» (31).
73
El Discurso a los grie¡;os de Taciano. Comentario histórico
"· . a vosotros. griegos ["EAAl)va<;-[. ¡,qué otra cosa se puede decir. sino
que no injuriéis a los que son mejores. ni. aunque se les llame bárbaros
J¡3áp(3npot[. toméis esto como motivo de burla' 1, (Orario. 30).
"Y es preciso creer al que es mús venerable por su edad que a los griegos
1"EI--1--r¡mJJ]. ( ... ) Así pues, sobre la historia de nuestras leyes y de nuestras
costumbres. y todo lo que han dicho los doctos griegos ["EI--1--r¡m]. y cuánto y
quiénes son los que la han recordado. será tratado en "A los que han opinado
sobre los asuntos de Dios"" (40).
En estos dos fragmentos sigue, como cada vez que usa el argumento
cronológico, con la definición «bárbaros>>= judíos y cristianos. Sin embargo,
74
Francisco José López de Ahumada del Pino
***
Así pues, el concepto doble <<griegos>>-<<bárbaros>> tiene en Taciano dos
características que impiden una definición cerrada y obliga a matizarla en cada
uno de los casos: es variable y no es exclusivista, es decir, posee una amplia
versatilidad en la terminología empleada según las circunstancias y por otro
lado, sería inexacto deducir que todo individuo, grupo o pueblo de la Antigüe-
dad que no entra en un pasaje determinado en la categoría tacianea de
<<griego>> hubo de estar en la mente del apologista en la de <<bárbaro». Taci<IJ·)
no es tan riguroso. Cada vez que adopta una identificación deja fuera de la
dicotomía a muy amplios sectores que por el momento no son ni lo uno ni lo
otro pero que con anterioridad o posterioridad en su misma obra, pudieron o
podrán pertenecer a una de las dos categorías.
75
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
***
197. Cf. F. Gaseó. «Estampas del paganismo de época altoimperial. Tradición y cambio».
en A. Piñero (ed.), El Cristianismo y las religiones de su tiempo (seminario de la UIMP, Sevilla,
septiembre de 1994) (en prensa).
198. Id., ihid.
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2. PUNTOS DE CONTACTO
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
2. l. Religión y creencias:
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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203. Como bien afirma Louis Robert en su clásico Les gladiateurs dans l'Orient grec, París,
H. Champion, 1940, p. 240.
204. !bid.• passim y especialmente conclusiones en pp. 239~247.
205. También el cínico Demonacte abominaba de la sanguinaria muerte en la arena. Pero
no es el único. Una lista de referencias la tenemos de nuevo en L. Robert, op. cit., pp. 247-253.
206. Cf. Orario, 1.
207. R.P.C. Hanson, «The Christians Attitude to Pagan Religions up to the Time of
Constantine the Great», ANRW, II, 23, 2, pp. 910-973.
208. Cf. Orario, 29.
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El Discurso a los xriegos de Taciano. Comentario histórico
209. Cf. I. Chirassi Colombo, «Modalita dell'interpretatio cristiana di culti pagani», en VV.
AA., Mondo classico e Cristianesimo, Roma, Enciclopedia italiana, 1982, pp. 29-43.
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«Después, a uno [un ángel] que era más inteligente que los demás en razón
de su primogenitura, los hombres y los ángeles lo siguieron y proclamaron dios
al que se había sublevado contra la ley de Dios; entonces el poder del Verbo
apartó de la vida con él al que fue guía de la locura y a los que lo siguieron. Y
el que nadó según la imagen de Dios, habiéndose separado de él el más poderoso
espíritu, se convirtió en mortal. A causa de su trasgresión y su insensatez, el
primogénito fue declarado demon y con él los que lo imitaron. Las apariciones
de los démones resultaron el ejército de éste y a causa de su propia libertad
fueron entregados a su necedad» (7).
210. Cf. A. Orbe, op. cit., pp. 298-307. Este documentado teólogo opina que la tesis
tacianea del delito del ángel caído es anterior e independiente. Estoy de acuerdo con la
independencia, aunque al principio del capítulo octavo Taciano diga que «el objeto de su
perversión son los hombres», puesto que el mismo relato de la caída que hizo anteriormente (7)
niega esta afirmación suya, que pasa en mi opinión a significar que los démones, una vez elegido
el mal, necesariamente han de acechar a los hombres. No obstante, no encuentro la anterioridad
del suceso y he de optar por catalogarlo como posterior, como, pienso, se deduce de la lectura,
tanto en mi traducción como en las de Ruiz Bueno (p. 581) o Whittaker (p. 13), del capítulo 7
del Discurso.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
«( ... ) los démones, yendo a la deriva hacia la total malicia, engañaron a las
almas dejadas solas entre vosotros por medio de ignorancias y ostentaciones• (14)
«Los démones, por su malicia, estando dominados por el furor contra los
hombres, tuercen con artificiosas y engañosas acciones representadas los entendi-
mientos de éstos, ya inclinados hacia abajo, para que les sea imposible levantarse
en el aire en su viaje al cielo• (16).
84
Francisco José López de Ahumada del Pino
«No es inmortal, griegos, el alma (1¡\-vxlj] por sí misma, sino mortal. Pero
ella también es capaz de no morir. Ciertamente muere y se disuelve en el cuerpo
[uw~aro<;] cuando no conoce la verdad y resucita con el cuerpo después del fin
del mundo, consiguiendo por castigo la muerte en la inmortalidad. Al contrario,
no muere, cuando se hubiera disuelto, si obtuvo el conocimiento de Dios. Pues
por sí misma es oscuridad y nada luminoso hay en ella, y esto es, en efecto, lo
que anuncia: la oscuridad no acoge a la luz [Juan, l, 5]. Pues el alma no salvó
al espíritu [11'veü~a], sino que fue salvada por éste. Y la luz acoge a la oscuridad,
en cuanto que el Verbo es la luz de Dios y el alma ignorante es oscuridad. Por
esto, cuando vive sola se inclina hacia abajo a la materia [ÚA1)v], muriendo con
la ;;arn~< [oapKi], y cuando se procura la unión con el espíritu de Dios, no está
~arente de ayuda y sube a los lugares a los que el espíritu la guía• (13).
85
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
***
El giiego es, en definitiva, un ser religiosamente malvado. No
alcanza la más mínima idea de Dios en ninguna de sus manifestaciones.
Bien al contrario, sólo se hunde aún más en el fango de la iniquidad:
engañado por los démones, adora a éstos como a Dios o a objetos y
fuerzas naturales y astros que están al servicio del hombre e incluso
diviniza a sus gobernantes de un modo vano y adulador, perdiendo para
siempre su alma en una especie de muerte eterna por no comprender su
origen y naturaleza, y siguiendo una serie de ritos que son el summum
de la inmoralidad y la maldad. Y aunque en sus manifestaciones el
86
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
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Francisco José López de Ahumada del Pino
213. <<Pues ciertamente, la dicción de los dorios no es como la de los atenienses, ni los eolios
hablan igual que los jonios. Siendo tanta la querella entre vosotros en lo que no sería necesario,
no sé a quién se debe llamar griego» (Oratio, 1).
214. !bid., l.
215. Loe. cit.
89
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***
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«Por consiguiente, de las cosas que han sido dichas, ha quedado demostrado
que Moisés es más antiguo que los héroes, las guerras, los démones. Y es preciso
creer al que es más venerable por su edad que a los griegos, que sacan para sí de
esta fuente sus doctrinas, no por el conocimiento• (40).
219. Cf. H. Conzelmann, Gentiles, Jews, Christians. Polemics and Apologetics in the
Greco-Roman Era, Mineápolis, Fortress Press, 1992, pp. 303-310.
220. El asunto de las fuentes del argumento cronológico de Taciano es complicado. En
general se acepta que utilizó obras de erudición de la época, así como muy probablemente obras
de la apologética judea-alejandrina, especialmente el Contra Apión de Josefo. Cf. A. Puech, op.
cit., cap. VIII.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
2.5. Política: Tal vez sea el aspecto menos polémico para Taciano,
lo cual no deja de ser original. No obstante, hay que tener en cuenta
que en lo político el supuesto enemigo es Roma y no los griegos, por
lo que quizá el asunto queda un poco en el aire en su obra.
Entre los autores cristianos de la época los hay que no tienen el
más mínimo inconveniente en señalar el origen satánico del poder
romano, mientras otros afirman claramente su adhesión al régimen
imperial (siempre y cuando no lleve a los cristianos al martirio) como
regalo divino para poder predicar el evangelio en paz. Ambas visiones
tienen base neotestamentaria221 y literaria222 . Pero Taciano se limita
escuetamente a decir que él paga sus impuestos. Y es que es algo que
le resulta totalmente indiferente, aunque sea más fácil situarlo en la
línea negativa, lo que no le impide criticar, con el mismo esquema que
cuando trata de la variedad dialectal del griego o la doctrinal de la
filosofía, la variedad de las leyes de los pueblos, en un difícil pasa-.
je 223 en que aparecen griegos, romanos y bárbaros por su nombre sin
que Taciano meta a los cristianos en la definición, sino que los opone
a todos ellos.
Lo que no le resulta tan indiferente es la indefinición legal respecto
a la situación de los cristianos, lo que muestra en cierto sentido la
indisposición de Taciano respecto al régimen político que no los
defiende jurídicamente, siendo posible por lo tanto situar a Taciano en
la órbita del cristianismo más antirromano.
221. La negativa en Apocalipsis, 14, 8 («Cayó, cayó aquella gran Babilonia que hizo beber
a tollas las naciones del vino de su furiosa prostitución•) y passim, siempre con Roma como
Babilonia. La positiva. entre otras referencias, en Romanos, 13, 1 («Todos estén sometidos a las
autoridades superiores. Porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y cuantas existen han
sido establecidas por Dios•).
222. Cf. C. González Román, loe. cit, en A. González y J.M. Blázquez (eds), op. cit., pp.
105-114: la negativa en la tradición tradición judía de los libros proféticos en los que se apoya
el Apocalipsis de Juan (lsaías, 21, 9) y la positiva en el estoicismo.
223. Oratio, 28.
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224. De hecho, aunque Taciano critica a los griegos en conjunto, los únicos pasajes en que
selecciona su crítica hacia una ciudad griega concreta son contra Atenas. Cf. Oratio, 26 y 35. Y
es que a veces este orgullo, especialmente el ateniense, llega a extremos desmesurados. Como
en el discurso Panatenaico de Elio Aristides, especialmente en 24-25, donde pretende incluso
hacer de Atenas lugar de aparición de la humanidad.
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
<<No quiero reinar, no deseo ser rico, rechazo el mando del ejército, odio
la prostitución, no me dedico a navegar por la insaciabilidad, no lucho para
obtener coronas, me alejo de la loca búsqueda de la gloria, desdeño la muerte,
me hallo por encima de todo tipo de enfermedad, el dolor no consume mi alma>>
( 11).
225. Esta valoración del bárbaro, en cierto modo del ·buen salvaje» avant la lettre, o, a
veces, simplemente de la vida natural, especie de beatus ille, frente a la recurrente decadencia
de los tiempos entre las gentes civilizadas, no carece de precedentes en Luciano, Dion de Prusa
o en la Germania de Tácito, aunque es la primera vez que se aplican los lugares comunes sobre
los bárbaros a los cristianos.
226. Op. cit.
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•¿Por qué velas, siguiendo el destino, por la avaricia? ¿Por qué, siguiendo
el destino, muchas veces lleno de deseo, muchas veces mueres? "Muere" para el
mundo rechazando su locura. "Vive para Dios", mediante su comprensión,
rechazando tu antigua vida» ( 1 Í).
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3. CONCLUSIÓN
230. La mayor parte de las veces simples, faltos de originalidad y absurdos, palos al agua,
pero lógicos para su época, comprensibles en el marco de la Segunda Sofística.
231. G. Botti, loe. cit. Cf. asimismo el capítulo primero del presente trabajo para el estilo
del texto y L. Leone, «Artificio e spontaneitá ... ».
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lOO
CAPÍTULO IV. CONCLUSIÓN
101
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102
BIBLIOGRAFÍA
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El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
110
ÍNDICE ALFABÉTICO
111
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
Calidón 30
Cambiano, G., Canfora, L. y Dalmacia 21
Lanza, D. 31 Delfos 47
Candau, J.M., Gaseó, F. y Demócrito 88
Ramírez de Verger, A. Demonacte 30, 37-39, 43,
47, 49 46, 52, 53, 62, 67, 81
Catálogo de las estatuas 11, Desnudez 53, 55
21, 99 Diatessaron 14, 18, 25, 90
Celso 40, 44, 46, 61, 76, Didaché 37, 38, 48, 49, 54
102 Didaskaleion 13, 14, 20, 54,
Cerro Calderón, G. del 42, 97
47, 51 Diderot 63
Chadwick, H. 26 Diógenes 30-32, 34, 42-45,
Chirassi Colombo, l. 82 50, 55, 59, 60, 62, 64
Cibeles 44 Diógenes Laercio 45, 59, 87
Cínicos 17, 20, 57-61, 65, Dion de Prusa 30, 39, 42,
102 43, 46, 47, 51, 52, 55,
Cinismo 29-33, 35, 39, 42, 59, 60, 64, 67, 87, 96
44, 46-51' 56, 58, 59, Dodds, E.R. 49, 63, 78, 96
61-64, 67, 71, 87, 101, Doresse, J. 29, 62
102 Dorio (dialecto) 71
Clemente 14, 33, 47, 64, 91, Dorios 89
92 Dorival, G. 90
Contreras, C.A. 31, 33, 75 Downing, F.G. 29, 41, 43,
Conzelmann, H. 93 51, 59, 102
Corinto 49 Dudley, D.R. 17, 29, 30,
Coulson, W.D.E. 22, 23 35, 45-47, 51, 53,
Crates 32, 44, 50, 51, 55, 62 61-63, 67
112
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113
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
Hércules 38, 46
Hesíodo 48
Hipólito 13, 14, 41, 42, 56,
63, 67 Labriolle, P. de 26, 29, 36,
Homero 73, 76, 93 40, 45, 57, 58
Lázaro 62
Learquis 22
Leone, L. 12, 16, 18-20, 98
Lomas, F.J. 29
Iglesia 26, 55 López de Ahumada, F.J. 46,
Ireneo 13, 26 79
Isaías 94 Lucas 43, 51, 52, 54, 59
Isis 30 Luciano 30, 31, 33, 34,
37-39, 44-46, 48, 50,
52, 55-58, 64-66, 75,
76, 84, 87, 88, 96
Lucio Vero 20
Jesós 43, 51, 52, 56, 59, 67 Ludus 81
Joly, R. 31 Lyon (mártires) 21
Jonia 70
Jonios 89
J osefo 63, 93
Juan 85, 94
Juan Bautista 43 MacMullen, R. 44, 48, 53,
Judaísmo 29, 40, 66, 92, 93 65, 66
Judíos 57, 58, 70 Magos (persas) 71
Juliano 58, 60, 62 Malherbe, J. 29, 43, 46
Justino 13, 14, 17-20, 24, Marco Aurelio 20, 21, 40
26, 27, 31, 33-36, 42, María 60
45, 47, 49, 64, 67, 92, Mateo 51, 59
93, 99 Máximo 61 , 63
Meeks, W.A. 44, 45, 47, 54
Menestratos 23
Menfitas 30
Menfitas 66
Kukula, R.C. 11, 16 Migne, J.P. 11
Kynikos bíos 30, 52, 54, 56 Minnerath, R. 78
Kynikos trópos 30, 56 Minucio Félix 40
Miralles, C. 43
114
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Q 43, 59
Pablo 14, 31, 49, 54
Pagels, E. 52
Paideia 76, 90, 91
Palestina 37, 42, 45, 57, 58
Paracharáttein to nómisma 30 Ramos-Lissón, D. 86
Pario 38 Reforma 50
París 74 Renan, E. 20, 39, 57
115
El Dismrso a los Rrie¡;os de Taciano. Comentario histórico
Sabacio 44 Ubaldi, P. 15
Santamaría del Río, S. y U rríes y Azara, P .J. de 43,
Fuentes Lanero, M. 34 50, 51, 54
Sarmatia 21
Satán 83
Schwartz, E. 11, 16
Segunda Sofística 16, 22,
97-99, 102 Valentín 13, 31
Severianos (encratitas) 14 Varcl, L. 58
Severo (discípulo de Taciano)
14
Simon, M. 29, 59
Simon, M. y Benoit A. 25
Siria 12-14, 18, 97 Weijwnborg, R. 20
Socas, F. 47 Whittaker, M. 11, 12, 75,
Sócrates 33, 36 83. 89. 101
Solón 76
116
ÍNDICE TEMÁTICO
AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . 7
ABREVIATURAS . . . . . . . . . . . 9
CAPÍTULO l. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
l. Algunos datos de la vida y obra de Taciano . . . . . . . . . . . 12
2. La Oratio ad Graecos . . . . . . . . . . . . . . ........... 15
2 .1. El carácter de la obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.2. Sobre la fecha de composición . . . . . . . . . . . . . . . 18
2. 3. El catálogo de las estatuas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
3. Intento de comprensión . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3 .l. El carácter de la obra . . . . . . . . . . . . . . 23
3.2. La fecha de composición . . . . . . . . . . . . 24
117
El Discurso a los griegos de Taciano. Comentario histórico
3.1.3. Público . . . . . . . . . . . . . . 44
3. 1.4. Fundamento teórico . . . . . . . 44
3.1.5. Hostilidad al orden establecido 45
3. 2. Caracteres internos . . . . . . . . . . . 47
3.2 .l. El cristianismo organizado como escuela filosó-
fica . . . . . . . . . . . . . 47
3.2.2. La conversión . . . . . 47
3.2.3. La búsqueda espiritual 48
3.2.4. Fondo sociológico . . . 49
3.2.5. La tendencia al monoteísmo-deísmo cínico 50
3. 3. Moral y valores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3. 3. l. La pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.3.2. El ascetismo (cwwr¡au:;) y la continencia (E"(KPÓt.-
nw) . . . . . . . 52
3.3.3. La 1rappr¡aia . . . . . . . . 53
3.3.4. La auTÓt.pKEw . . . . . . . 53
3. 3. 5. El rechazo de la violencia 54
3.3.6. La apatía y la indiferencia . 55
3.3.7. La impudicia . . . . . . . . . 55
3 .4. Manifestaciones literarias de asimilación del cinismo y
el cristianismo . . . . . . . . . . . 56
3. 4. l. Manifestaciones externas 56
3 .4. l. l. Elio Aristides . . . 57
3.4.1.2. Luciano de Samosata . 58
3.4.2. Manifestaciones internas . . . 59
3 .4. 2. l. Los paralelos entre la literatura de base
cínica y la tradición evangélica . . . . . . . . . 59
3. 4. 2. 2. Heracleología cínico-estoica de base cris-
tiana o cristología cínica . . . . . . . . . . . . . 60
3.4.2.3. El sabio asceta oriental como modelo
común para cínicos y cristianos 60
3 .4. 2 .4. Orígenes . . . . . 60
3 .4. 3. Manifestaciones tardías 61
3.5. Conclusión . . . . . . . 63
4. Diferencias . . . . . . . . . . . . . . . . 64
4.1. La diferencia de fondo . . . . . . 64
4.2. Las divergencias morales de unos y otros 65
4. 3. La respuesta del medio . . . . . . . . . . . . 65
4.4. Tolerancia cínica y exclusivismo cristiano 65
118
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