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El Diario del Joven Yitzhak Rudashevski


Cortesía del Departamento de Artefactos, Sección del Museo de Yad
Vashem

 Bilha Shilo

Introducción 

"La primera gran tragedia. Gente que camina


encadenada a sus bultos, los van arrastrando
por la calle. Gente que cae. Bultos que se
desparraman. Delante de mí hay una mujer
encorvada bajo un bulto. Del bulto se
derrama arroz sin cesar, cual sarta sobre la La primera página del Diario de Yitzhak

calle. […] No pienso en nada: ni sobre lo que Rudashevski

pierdo, ni sobre lo que se acaba de perder, ni


sobre lo que me espera. No veo la calle, los

peatones, por delante; sólo me siento
terriblemente cansado, siento que hierve en
mí un insulto, un dolor. Ya está aquí la puerta
del ghetto. Me arrebatan la libertad, me
arrebatan mi hogar, también las calles
conocidas de Vilna que tanto quiero. Me
arrancan de todo lo que me gusta y aprecio".1 Páginas del Diario de Yitzhak
Rudashevski, escritas en el mes de enero
Así describe en su diario Yitzhak (Itza'le) Rudashevski la expulsión al de 1943
ghetto de Vilna. El diario fue escrito entre los alambrados del ghetto.
Su contenido da la impresión que Yitzhak era consciente de la
importancia del momento y entendía que se hallaba dentro de un
proceso histórico muy significativo que decide futuros.

Yitzhak era hijo único de la familia Rudashevski, que se asentó en Vilna a comienzos de la década de los años
20 del siglo anterior. Su padre, Eliahu, trabajaba como tipógrafo en una imprenta y su madre, Rosa, era
costurera. Yitzhak tuvo una niñez normal y su familia le daba importancia a su educación y formación. Yitzhak
era un joven talentoso que demostraba un interés especial por los campos de la historia y la literatura. Era
miembro del movimiento juvenil soviético y se convirtió en un "pioner"2 leal. En junio de 1941, al ser ocupada
Vilna por el ejército alemán, todavía no había cumplido 14 años.

El relato
La primera anotación en su diario lleva la fecha de junio de 1941, el mes de la ocupación de Vilna, mientras
que la última está fechada el 7 de abril de 1943. Se estima que hasta septiembre de 1942 Yitzhak escribió
sobre los sucesos en retrospectiva, y únicamente desde ese momento en adelante empezó a escribir en el
diario anotaciones al mismo tiempo que éstos iban sucediendo. En el diario se demuestra el talento de
Yitzhak: su lenguaje rico, su alta capacidad de expresión, su sensibilidad hacia su entorno y su entendimiento
de la realidad. En un idioma poético y sensible se describen vivencias, temores, reflexiones y deseos de un
muchacho en el ghetto. El diario está escrito en yidish a lo largo de 204 páginas de una libreta pequeña, parte
en lápiz y parte en lapicero. El diario nos permite echar un vistazo especial al mundo de los judíos que
luchaban por sus vidas en el ghetto dominado por el miedo a la muerte. Así describe Yitzhak su primer día en
el ghetto que cerraron en septiembre de 1941:

"El primer día del ghetto amanece. Corro inmediatamente a la calle. Las
callejuelas están aún llenas de mucha gente intranquila. Es difícil abrirse
camino. Me siento como dentro de un calabozo. No hay aire para respirar.
Adonde uno vaya se encuentra con una puerta que le impide el paso. Busco y
encuentro a parientes, conocidos. Muchas de las personas todavía no tienen
departamentos. Se ubican en tiendas, sobre escaleras […] Decido buscar y
encontrar a los amigos. Creo que tendremos que estar juntos".3

Yitzhak comprendió que a fin de sobrevivir eran necesarias la organización social y la cooperación. Esta
percepción muestra quizá su temor a la soledad descrito unas páginas antes en su diario: "Tan triste, cada
uno tan solo. Nos presentan como hazmerreír".4

La redacción de diarios durante el Holocausto no constituye un hecho extraordinario. Según se desprende de


muchos otros diarios escritos en esa época, sabemos que la escritura de un diario era un hecho que contenía
un conjunto de factores: el deseo de dejar un testimonio; el tipo de diálogo interno del escritor consigo
mismo que acarreaba un remedio para el alma; una manera de afrontar las angustias de la vida y la soledad.

En el diario de Yitzhak hallamos parte de estos elementos y el pasaje citado a continuación enfatiza
especialmente el intento de afrontar a la soledad y al temor. 

La lectura del diario le permite al lector echar un vistazo por encima de las murallas del ghetto de Vilna y
tener la experiencia siquiera de un poco de la vida diaria a través de la perspectiva singular de un muchacho.
El diario nos brinda a nosotros, los lectores, una oportunidad para exponernos a los aspectos sensibles del
joven a quien se le impuso madurar entre los muros del ghetto. La dura realidad en el ghetto menoscababa la
estructura familiar normativa; muchos niños participaban en el sustento y el mantenimiento corriente del
hogar, desde vigilar y ser responsables de los hermanos pequeños hasta ejecutar trabajos de cocina y
limpieza.
Con frecuencia, los niños encontraban que eran los únicos responsables del cuidado y el sustento del resto
de la familia, y a veces se veían obligados a servir como contrabandistas de alimentos y mercancías al ghetto.
También Yitzhak encontró que era responsable de tareas que en la mayoría de los casos habían pertenecido
hasta entonces a los adultos: 

"Poco a poco la vida empezó a "volver a su normalidad". El puñado de judíos


sobrevivientes empezó a acostumbrarse a las nuevas condiciones. Los padres
trabajan y yo me convertí en ama de casa. Aprendí a cocinar, fregar los suelos,
y así paso mis días. Al anochecer voy a recibir a mis padres"5

A pesar de la gran responsabilidad que le fue impuesta, Yitzhak no renunció a su mundo interior y social de
muchacho adolescente. Su amor por el movimiento juvenil y su activismo en él, junto con su inquebrantable
fe en una victoria cercana del ejército rojo sobre los nazis, se expresan en el diario. Yitzhak participaba en
talleres de literatura, poesía e historia y se ve que ellos le causaban mucho placer – allí recibía cumplidos y
elogios por los textos que escribía y les leía a los camaradas. Asimismo, participaba en el registro de la vida
diaria en el ghetto; se ofreció como voluntario para entrevistar a los residentes del ghetto y escribir sus
testimonios. Yitzhak lo consideraba como un hecho de valor para el futuro:

"En el taller se tomaron dos resoluciones importantes e interesantes. Creamos


dos programas en nuestro taller de literatura: para poesía judía; y lo más
importante – un taller que se ocupará de recolectar el folklore del ghetto. Este
taller me interesa y me atrae mucho. […] En el ghetto se forman ante nuestros
ojos decenas de dichos, de maldiciones […] y bendiciones del ghetto, términos
[…] e incluso poemas, chistes y cuentos, que suenan como leyendas. Siento que
participaré en este taller con entusiasmo, porque el maravilloso folklore del
ghetto […] debe ser recolectado y guardado como un tesoro para el futuro".6

La palabra escrita tenía mucho valor en la vida de Yitzhak. En su diario relata acerca de los diversos tipos de
escritura a los que se dedicó. Además del diario, Yitzhak se ocupó, como se ha mencionado, de la escritura
documental, escribía y leía pasajes de poesía, prosa e historia en el marco de los talleres y encuentros, entre
ellos un panegírico a Yakov Gerstein [pronunciado Guershtein]7, su maestro admirado quien murió en el
ghetto. También en el diario mismo escribió Yitzhak panegíricos a personas que amaba, entre ellos a su buen
amigo Binkia Naier. El hecho de que escribiera el diario para sí mismo, sin mostrárselo a nadie, enseña que se
trata de textos íntimos, que contrariamente a los otros textos que compartió con otras personas, no estaban
destinados a ojos ajenos.

La escritura de un diario que se hace cercano al momento del suceso tiene mucha importancia para los
lectores en retrospectiva. El autor desarrolla su narrativa, sin interferencia externa, y le otorga su perspectiva
a la realidad. Así, la escritura de Yitzhak se extrae de su mundo interno y representa la realidad exterior según
tomó forma en su conciencia. La comparación entre las maneras en las cuales describió las fiestas de Tishrei
[las festividades religiosas del primer mes del año judío – el Año Nuevo, el Día de la Expiación y la Fiesta de los
Tabernáculos – N. T.] del año de 1942 incluye en sí la esencia de la redacción del diario. A pesar de la
proximidad entre las fiestas, la descripción de los días festivos cambia según el ánimo de Yitzhak, y expresa
su perspectiva subjetiva sobre el ambiente de las fiestas religiosas en el ghetto. Así escribe Yitzhak acerca de
Rosh Hashaná [el Año Nuevo]:

"Hora del crepúsculo. Salgo a la calle. Las callejuelas están llenas de vida. La
gente sale engalanada. Hoy es fiesta. En cada casa que se entra se siente algo;
la limpieza y el orden dominan la indigencia. Antes eso no me hacía mella
alguna, pero ahora me llené de una extraña sensación buena, porque el día
seglar gris necesita tanto un poco de festividad que expulse por un rato la
cotidianidad gris. Hasta tarde se caminó hoy por las callejuelas del ghetto de
Vilna. Qué extraño estado de ánimo de festividad triste. Y he aquí que el público
de peatones se diluye más y más. Llega el frío".8

Esta descripción enseña que a pesar de la dificultad y la lucha cotidiana en el ghetto, sus residentes lograron
cuidar el espíritu humano que tenían. En comparación con ello, en Yom Kipur [el Día de la Expiación] Yitzhak
describe la fiesta con otro tono, nostálgico, que se aferra al pasado y parece como si la fiesta nublase el
ambiente difícil que ya existía en el hogar y en la calle: 

"Víspera de Yom Kipur. Un estado de ánimo triste inunda el ghetto. Predomina


un tipo de tristeza festiva. Tanto ahora como antes del ghetto estoy tan lejos de
la religión, y a pesar de ello se me graba ahora en el corazón este día de fiesta
empapado de sangre y tristeza que se celebra en el ghetto. ¡En la noche sentí
tanta tristeza en el corazón! En casa se sientan y lloran, recordando el pasado…
Se besan, se bendicen uno al otro y mientras tanto se mojan las lágrimas
mutuamente… Escapo afuera y también aquí es lo mismo: la tristeza fluye en
las callejuelas, el ghetto se sumerge en lágrimas. Los corazones petrificados del
ghetto, que dentro del complejo de preocupaciones no tienen cuándo
desahogarse en llanto, derramaban ahora en la noche de lamentación toda su
amargura… Esta noche fue para mí una noche deprimente, triste y sombría…".9

Tras la destrucción del ghetto de Vilna el 23 de septiembre de 1943, Yitzhak, sus parientes y la familia de su
tío se ocultaron en un escondite. Aproximadamente dos semanas después el escondite fue descubierto y
durante las fiestas de Tishrei de ese año todos fueron conducidos a Ponar, donde fueron asesinados en los
pozos de fusilamiento.

Sara Wolozin [pronunciado Woloshin], la prima de Yitzhak, fue la única que consiguió escapar. Se unió a los
partisanos y al ser liberada Vilna regresó al escondite de la familia y encontró el diario. El hallazgo del diario y
su exposición presentan por primera vez al diario en un papel nuevo como material documental primario.

Hoy en día, el diario original está guardado en el Instituto YIVO en Nueva York (el instituto fundado en Vilna
en la década de los años 20 que llegó a ser el más resaltante en la investigación del idioma yidish) con copias
en diversos archivos, entre ellos el archivo de Yad Vashem.
Puntos de Reflexión y Discusión
Yitzhak, quien no cesaba de examinarse a sí mismo y a la dura realidad que lo rodeaba, escribió al
cumplir los 15 años entre las murallas del ghetto: "Miércoles 10 de diciembre. De repente recordé
que hoy es mi cumpleaños. Hoy cumplí quince años. No se siente en absoluto cómo huye el
tiempo. Él, el tiempo, corre por delante sin que lo vean, y de vez en cuando se despiertan, como
yo hoy, por ejemplo, y ven que pasan días, meses, que el ghetto no es un momento doloroso,
agonizante de un sueño, que desaparece instantáneamente, sino que es un gran pantano, en el
cual se pierden los días y las semanas. […] Me parece que tengo una vida normal, pero con
frecuencia siento una punzada en el corazón. Porque a pesar de todo podría vivir mejor. Es cierto
que todos los días debo ver la puerta del ghetto construido, pero ¿debo ver en mi época de vida
mejor la callejuela única, la cantidad de patios obstruidos?"10

 
Sara Wolozin, la prima de Yitzhak, testifica que los miembros de la familia sabían acerca de la
redacción del diario, pero Yitzhak prefirió guardar su contenido para sí mismo, y aparentemente
nadie lo leyó hasta ser hallado después de la guerra.

¿Qué significado tiene la escritura de un diario en el ghetto? ¿En vuestra opinión, qué significado
tuvo para Yitzhak?

 
Hubo quienes consideraron la redacción de un diario como un instrumento expresamente
documental y hubo quienes veían en él una "escritura para el cajón". Al pasar los años y al
desarrollarse la investigación ambos tipos se convirtieron en un elemento importante del
entendimiento de la vida cotidiana en el ghetto.
¿Cuál es la importancia de los diarios escritos durante el Holocausto? A pesar del hecho que hubo
diarios escritos expresamente como una escritura personal "para el cajón", en retrospectiva ellos
tienen mucho valor histórico, ¿por qué? Intenten definir las ventajas y desventajas de los diarios
personales para el investigador de la época.

Yitzhak separó la redacción de un diario personal y el trabajo documental en el cual participaba.


¿Cuáles son las diferencias entre la escritura documental y la escritura íntima?

 
Hay quienes consideran la redacción de un diario en el ghetto como una contradicción al objetivo
de los alemanes de crear una deshumanización de los judíos, ¿cómo?

Deseamos agradecer a la Sra. Yehudit Inbar, Directora del Departamento de Museos, la Sra. Yehudit Shendar,
Subdirectora del Departamento de Museos, y al Conservador Principal de Arte, Sra. Haviva Peled-Carmeli,
Conservador Principal de Artefactos y Directora del Departamento de Artefactos, y al Sr. Michael [Mijael] Tal,
Director de la Colección de Artefactos, por su ayuda, atención y buena voluntad.

1. Yitzhak Rudashevski, Diario de un Joven de Vilna, Abraham Yavin (traducción del yidish), Editorial HaKibutz HaMeuhad Beit Lojamei
HaGuetaot, Tel-Aviv, 1968, pp. 18-19.
2. Pioner – en hebreo: allanador. Miembro del movimiento juvenil de la Organización General de Estudiantes de la Unión Soviética,
bajo la dirección del Partido Comunista.
3. Véase la nota 1 arriba, p. 19.
4. Ibídem, p. 16.
5. Ibídem, p. 30.
6. Ibídem, p. 57.
7. Maestro polifacético querido por sus alumnos. Gerstein era músico y director de grupos musicales y dirigió coros que alcanzaron
popularidad.
8. Véase la nota 1 arriba, p. 34.
9. Ibídem, p. 39.
10. Ibídem, p. 75.

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