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Historia
Al menos 1,1 millones de niños judíos fueron asesinados durante el Holocausto.
De los millones de niños que sufrieron la persecución de los nazis y sus socios del
Eje, solo unos pocos escribieron diarios que sobrevivieron. En estos relatos, los
jóvenes escritores registraron sus vivencias, expusieron sus sentimientos y
delinearon el trauma que sobrellevaron durante la pesadilla de aquellos años.
Categorías de diarios
Durante un tiempo, la prominencia del diario de Ana Frank eclipsó otras obras
escritas por niños in situ durante el Holocausto. Sin embargo, cuando creció el
interés por el Holocausto, también se incrementó la publicación de muchos otros
diarios que esclarecen la vida de los jóvenes en los tiempos de guerra bajo la
opresión nazi.
Los jóvenes escritores de los diarios de este período provenían de todos los
ámbitos de la vida. Algunos niños procedían de familias pobres o rurales. Otros
eran hijos de profesionales de clase media. Algunos crecieron en medio de la
riqueza y el privilegio. Unos pocos provenían de familias profundamente
religiosas, mientras que otros crecieron en comunidades asimiladas y seculares.
Una gran mayoría de niños, sin embargo, se identificaban con la tradición y la
cultura judía, independientemente del grado de su fe personal.
Los diarios de los niños de la época del Holocausto pueden agruparse en tres
categorías generales:
aquellos escritos por niños que escaparon del territorio controlado por los
alemanes y se convirtieron en refugiados o partisanos;
aquellos escritos por niños que vivían escondidos; y
aquellos escritos por jóvenes que eran residentes de ghettos; que vivían bajo
otras restricciones impuestas por las autoridades alemanas; o, menos
frecuentemente, que eran prisioneros en campos de concentración.
Diarios de refugiados
Los diarios de refugiados generalmente fueron escritos a fines de los años treinta
o comienzos de los años cuarenta por niños de padres judíos asimilados de
Alemania, Austria o las tierras checas. Muchos de estos diarios hablan del
desplazamiento, ya que todos estos niños escritores habían sacrificado la
familiaridad del hogar para buscar refugio entre extraños en países distantes.
Algunos escritores huyeron con sus hermanos o padres, como Jutta Salzberg
(nac. en 1926 en Hamburgo, Alemania), Lilly Cohn (nac. en 1928 en Halberstadt,
Alemania), Susi Hilsenrath (nac. en 1929 en Bad Kreuznach, Alemania) y
Elisabeth Kaufmann (nac. en 1926 en Viena, Austria; fall. en 2003). Otros llegaron
solos a tierras extranjeras, como en el caso de Klaus Langer (nac. en 1924 en
Gleiwitz, Alta Silesia), Peter Feigl (nac. en 1929 en Berlín), Werner Angress (nac.
en 1920 en Berlín, Alemania; fall. en
2010) y Leja Jedwab (nac. en 1924
en Bialystok, Polonia).
Kaufman Koenig
Diarios escritos en la
clandestinidad
Como Ana Frank, para evadir las
autoridades alemanas algunos jóvenes vivían escondidos en áticos, búnkeres y
sótanos de Europa oriental y occidental. Estos escritores describieron las
dificultades y los peligros de vivir escondido, como en el caso de Otto Wolf (nac.
en 1927 en Mohelnice, Checoslovaquia) en el Protectorado de Bohemia y
Moravia; Mina Glucksman, Clara Kramer (nac. en 1927 en Zolkiew) y Leo
Silberman (nac. en 1928 en Przemysl) en Polonia; y Bertje Bloch-van Rhijn, Edith
van Hessen (nac. en 1925 en La Haya) y Anita Meyer (nac. en 1929 en La Haya)
en los Países Bajos.
Estos niños permanecieron físicamente escondidos durante la totalidad o una gran
parte del tiempo en que estuvieron ocultos. Los jóvenes a menudo debían
permanecer en silencio e incluso inmóviles en sus escondites durante horas.
Tanto los niños como sus protectores vivían con el miedo constante de que una
pelota o algo dicho en voz alta despertaran la sospecha de sus vecinos.
Otros jóvenes vivían encubiertos a la vista de todos, pasando como no judíos bajo
la protección incierta de documentos falsos y la adopción de una identidad ajena,
como los niños cronistas Moshe Flinker (nac. en 1926, en La Haya; fall. en 1944,
en Auschwitz) en Bélgica y Peter Feigl en Francia. Estos niños debían adaptarse
rápida y completamente a las nuevas identidades y entornos. Los jóvenes
aprendieron a responder a un nombre ficticio, y a evitar el lenguaje o los gestos
que podrían revelar sus orígenes.
La mayoría de los niños judíos eran escondidos por individuos o por instituciones
religiosas de una fe diferente; por lo tanto, aprendían a recitar las plegarias y el
catecismo de la religión “adoptada” para evitar que sus pares y los adultos
sospecharan. Una palabra o un gesto en falso serían suficientes para poner en
peligro tanto al niño como a sus salvadores.
Hubo una gran producción de diarios escritos por niños en aquellos lugares donde
había muchos ghettos en la Europa oriental controlada por Alemania,
particularmente en Polonia y la ex Unión Soviética. Entre ellos, son famosos los
diarios de Dawid Sierakowiak (nac. en 1924 en Lodz; fall. en 1943, en el ghetto de
Lodz) y de dos adolescentes anónimos de Lodz. Se han encontrado pocos diarios
completos en el ghetto de Varsovia, pero las notas fragmentadas de Janina
Lewinson (nac. en 1926, Varsovia; fall. en 2010) sobrevivieron y se incorporaron,
tiempo después, a las memorias más
recientes. Irena Gluck (nac. en 1926;
fall. aprox. en 1942), Renia Knoll
(nac. en 1927) y Halina Nelken (nac.
en 1924 en Cracovia) escribieron
diarios en el ghetto de Cracovia. A su
vez, Dawid Rubinowicz (nac. en 1927
en Kielce; fall. en 1942 en Treblinka),
Elsa Binder y Ruthka Leiblich (nac. en
Dawid Sierakowiak
1926; fall. aprox. en 1942 en
(se lo puede ver en
Auschwitz) escribieron diarios que
la tercera fila, es el
registraron la persecución en sus
cuarto desde la de-
comunidades.
recha)
Dawid Sierakowiak (se lo puede ver en la ter-
cera fila, es el cuarto desde la derecha)
Varios diarios de los tiempos de
US Holocaust Memorial Museum, courtesy of Arie Ben guerra provenían de ghettos ubicados
Menachem en los países bálticos: Yitskhok
Ver detalles de la colección
Rudashevski (nac. en 1927 en
Vilnius; fall. en 1943, en el bosque de
Ponary) y Gabik Heller del ghetto de
Vilna en Vilnius, Lituania; Ilya Gerber (nac. en 1924; fall. aprox. en 1943) y Tamara
Lazerson (nac. en 1929 en Kaunas) del ghetto de Kovno, en Kaunas, Lituania; y
Gertrude Schneider (nac. en 1923 en Viena), una muchacha alemana judía
encarcelada en el ghetto de Riga.
Numerosos diarios fueron escritos por niños fuera de las paredes del ghetto.
Sarah Fishkin (nac. aprox. en 1924; fall. aprox. en 1942), por ejemplo, llevó un
diario en la Bielorrusia ocupada, en la ciudad de Rubezhevichi. Riva Goltsman
describió los perturbadores primeros seis meses de la ocupación en
Dniepropetrovsk, en Ucrania. Leon Wells (nac. en 1925 en Stojanov, junto a Lwów,
hoy Lvov, Lviv o L'viv) escribió un diario como miembro joven de una
Sonderkommando, unidad en el campo de trabajo forzado en la calle Janów en
Lvov (Lwów), mientras que Günther Marcuse (nac. en 1923 en Berlín; fall. en
1944, Auschwitz) relató sus experiencias en el campo de trabajo forzado en
Gross-Breesen, que alguna vez fue una granja de capacitación vocacional para
jóvenes judíos que esperaban emigrar del Reich. Isabelle Jesion escribió su diario
bajo la ocupación alemana en París, mientras que Raymonde Nowodworski (nac.
en 1929 en Varsovia; fall. en 1951 en Israel) describió su vida en el Centro
Vauquelin, un hogar para niños dirigido por la Unión General de Israelitas de
Francia (UGIF).