Está en la página 1de 21

STEPHAN ZWEIG (RESUMEN)

La exposición va a ser bastante convencional e irá de lo general a lo


particular: vida, obra y Miedo. Por eso, tanto para no aburrir a esta audiencia como
para huir de los tópicos, se ha utilizado un doble criterio antes de meternos de
lleno en Miedo: escoger aquellos aspectos que sean más relevantes, más originales,
más controvertidos, menos conocidos, incluso más frívolos, y los que nos
conduzcan hacia el elemento central, Miedo.

Peripecia vital
La FAMILIA JUDÍA acomodada de SZ (Viena, 1881) se aleja muy a propósito del
ambiente judío, ofreciendo a sus dos hijos una educación laica, sin enseñarles el
yiddish, ni asistir a la sinagoga, ni participar de sus tradiciones culturales, todo ello
con el fin de integrarse en la sociedad civil vienesa. A SZ, de hecho, no le gusta que
le recuerden que es judío.
Resulta paradójico por ello que es la misma pertenencia a esta religión la
que le lleva a la condena del régimen nazi y a tener que huir de su propio país. Las
quemas públicas de libros con el ascenso de Hitler al poder (1933) incluyeron los
de SZ, condenados y prohibidos. Se trasladó/exilió a Londres cuando su casa de
Salzburgo fue registrada por la policía austriaca (1934). Su modo de enfrentarse a
su preocupación por la evolución del fascismo fue centrándose en el estudio de sus
orígenes históricos y dedicando su trabajo literario a las primeras grandes
personalidades que lucharon por la libertad espiritual y que tuvieron que hacer
frente a situaciones injustas de las que supieron salir dignamente.

Desde su adolescencia muestra gran interés en RELACIONARSE CON OTROS


IMPORTANTES ESCRITORES E INTELECTUALES, y no solo directamente, sino a través de
la correspondencia, que también cultivó, cosa muy natural en la época.
Entre sus amigos más cercanos estuvieron Joseph Roth y Romain Rolland.
De sus amigos epistolares destacan Sigmund Freud, Rainer Maria Rilke, Richard
Strauss, Thomas Mann o Hermann Hesse. Otras figuras unidas a él fueron Auguste
Rodin, W. B. Yeats o Pirandello.
¿Qué intereses o circunstancias le unían a ellos?:
 A Joseph Roth, trece años menor que él pero uno de sus mejores amigos, le
unían la nacionalidad austriaca y la preocupación por la decadencia del
Imperio Austrohúngaro; la religión judía y la consideración de esta como
“algo accidental”; la persecución nazi y el exilio. No podía faltar el más
común de sus intereses: la literatura.
 Lo mismo que Romain Rolland, Nobel de Literatura francés, defendió la
tolerancia, el pacifismo, el paneuropeísmo, ideología que se despertó ya
durante la I Guerra Mundial, cuando desechó su postura favorable a la
contienda tras haber sido testigo de sus horrores. Su amistad comienza con
una relación entre maestro y discípulo.
La deriva hacia la causa marxista-leninista desde un pacifismo por oposición
al nacionalsocialismo le costó con ambos algún que otro disgusto.

1
SZ tuvo DOS MUJERES:
 Friderike Maria von Winternitz fue su primera mujer. Se casaron en 1920,
después de que ella se divorciara de su primer marido, con quien tenía dos
hijas, y se instalaron en Salzburgo, aunque la conocía desde 1912. Mantuvo
contacto con ella, en los últimos años por correspondencia, hasta el final de
sus días. Parece que fueron bastante felices hasta 1938. Fueron hospitalarios
en su casa y también viajaron por todo el mundo y conocieron a Einstein,
Gorki, Tagore, Toscanini… Llamaba cariñosamente a SZ “mi corderito”.
 Elisabeth Charlotte Altmann, Lotte, su secretaria. Veinticinco años más
joven que él, supuestamente fue la esposa fiel, admiradora incondicional
que no pudo plantearse otra cosa que no fuera la muerte al lado de su
hombre. Según Prochnik, Lotte no solo transcribía sus textos, sino que
también hacía sugerencias que los mejoraban.

Partiendo de que la propia práctica literaria supone una evasión interior, SZ


no solo practicó esta, sino que LOS VIAJES fueron una constante en su vida, con todos
los matices terminológicos que queramos: huida, evasión, escape, retirada,
emigración, exilio y hasta escaqueo son palabras que pueden formar parte de su
vida.
Bastante joven, antes de cumplir los 30 años, hizo dos fundamentales y
exóticos, al menos para aquella época: a Asia (China, India y Japón) y a América
del Norte. A partir de 1912 viajó constantemente entre Viena, Berlín, París y
Bruselas. Estas experiencias se reflejan en sus obras, ambientadas en escenarios
diversos, con personajes de variadas nacionalidades y ambientes cosmopolitas.
No obstante, las difíciles circunstancias lo condujeron a la doble huida,
interior y exterior, y desde que se mudó a Londres (década de 1930) la infelicidad
y la falta de un objetivo lo persiguieron hasta su suicidio. En El mundo de ayer
describe a los refugiados judíos en Londres como “fantasmas”; en EE UU, donde
recala en 1940, encuentra el mismo panorama. Finalmente decide instalarse en
Petrópolis, cerca de Río de Janeiro, con la ilusión de empezar una nueva vida. Por
el contrario, es evidente que no volvió a hallar su sitio.

El porvenir de Europa es sombrío. Stefan Zweig es un hombre de ayer en un mundo


de hoy en el que no tiene porvenir. Vive de su recuerdo, de su nostalgia, del tiempo
perdido. Sigue viajando. No es un viaje a ninguna parte, ni tampoco al interior de sí
mismo. Es un viaje en el que huye para intentar encontrar en algún lugar del mundo
—lo vislumbra en Buenos Aires, cree que lo ha encontrado en Brasil— aquel
Salzburgo que dejó, aquella casa maravillosa del Kapuzinerberg donde no pudo ser
feliz. Paralelo a ese desgarro interior, le sigue el éxito en cualquier actividad de las
que desarrolla, conferenciante, libretista, escritor. Su propia exigencia le va a llevar
a su destino, se va empujando a sí mismo a ese fin trágico, burgués y elegante como
su propia figura (Jorge Novella).

Cuatro días después de su último viaje a Nueva York (1940) hizo cola en el
consulado británico para volver. No quedaba sitio en ningún avión durante meses
y la presencia de los submarinos alemanes hacía imposible cruzar el Atlántico en
una embarcación. Echaba de menos los cafés y se sentía acosado por los otros
refugiados, que no dejaban de llamarle para pedirle dinero, según Prochnik.

2
Pero esta imagen objetiva y dulce de SZ no ha estado exenta de POLÉMICAS.
Veamos las principales:
 En los primeros años de la I Guerra Mundial y siendo ya una persona
madura (33 años) pertenecía al Grupo Literario del Archivo de Guerra,
creado para ejercer el efectismo y desarrollar una tarea propagandística de
la guerra y de sus “héroes”. Los escritores, bien remunerados por el Imperio,
adornaban a los condecorados para atrapar la atención del lector.
 Ha sido criticado por la añoranza de una seguridad en la que vivía la élite
pero de la que no disfrutaba la mayoría de la población, como evidencia El
mundo de ayer. Kakutani (periodista norteamericana ganadora de un
premio Pulitzer), escribe: “Había un sentimiento de seguridad durante esos
años para las clases media y media-alta”. Esta misma imagen transmite la
“biografía novelada” de Benjamín Jarnés, afeándole que en sus novelas solo
se reflejan ambientes burgueses (“Si algún personaje (…) resulta ser pobre,
no tarda en convertirse en cierta poderosa cortesana; para así dar a su novela
un primoroso escenario”) e incluso tratándole como persona caprichosa,
infantil, mimada…, de donde vendría su mitomanía y fetichismo.
 Algunos de sus colegas criticaron sus exitosas novelas cortas llamándolas
“lecturas de tren” de manera despectiva. Jarnés no considera sus libros
“sesudos monumentos de erudición” y le reprocha la excesiva influencia de
“esas teorías vienesas que todo lo manchan”, además de acusarle de
retroalimentar mutuamente su vida y la de sus biografiados, hasta en el
episodio de su propio suicidio.
 Hannah Arendt lo criticó por no declarar su oposición al nazismo
abiertamente. En algunos de sus artículos lo definió como un mal judío y lo
acusó de estar interesado solo en su arte. “Nunca hablaría contra Alemania”,
dijo Zweig durante en su estancia en Nueva York en 1935: “El artista que cree
en la justicia nunca puede fascinar a las masas ni darles eslóganes. El
intelectual debe permanecer cerca de sus libros. Ningún intelectual ha
estado preparado para lo que requiere el liderazgo popular”. También Jarnés
es muy crítico con su postura pacifista y cosmopolita, pues, si ya antes de la
guerra declaraba no pertenecer a ninguna parte, “poco podrían importarle
estas o aquellas invasiones o atropellos”: “La paz solo se consigue luchando.
La exterior y la interior”, no aislándose en Suiza viviendo en un ambiente
despreocupado.
 Si de algo disfrutaba, era de la escritura de cartas, pero al comparar las que se
intercambiaba con amigos e intelectuales y las que se escribía con su primera
mujer descubrimos dos aspectos algo controvertidos de su personalidad: las
primeras muestran una clara vocación de posteridad, pues a su propia mujer
le encarga la organización de la correspondencia con personajes conocidos
para su publicación. Las segundas desvelan una imagen vanidosa, machista,
exigente, despreciativa…: se regodea en su fama, la considera una mera
taquígrafa, la abandona durante largas temporadas, llegando al colmo
cuando, con la excusa de buscar información sobre María Estuardo, se
traslada a Londres y ella tiene que hacer frente no solo al mantenimiento de
la casa y su posterior venta, sino al régimen nazi (que interviene algunos de

3
sus bienes) pisándole los talones y sin apenas dinero para mantenerse.
Friderike siguió manifestándose siempre sumisa.
 Si había otra cosa de la que también disfrutaba era de sus numerosas
amantes: en medio de su fogosa relación epistolar con Fiderike, mantiene
otra con Marcelle en París y no se lo oculta a ninguna. Ellas lo encontraban
muy atractivo, según su propio testimonio: “Me insinúo a una dama, una
escultora, y en un santiamén está conmigo en la cama”. “Debo evitar que
todo se reduzca a sexo, peligro que de verdad nos amenaza”, anota en los
días del cortejo inicial con Friderike. Y, sin embargo, también se ha dicho o
insinuado que era homosexual, entre otros Jarnés: “¿Por qué tantos de los
jóvene que aparecen en las novelas de SZ son tan bellos como Apolo” y
“ninguna de ‘sus’ mujeres mereció los honores de una descripción digna de
su técnica”.
 En El ardiente secreto de Stefan Zweig, Ulrich Weinzierl asegura que fue un
exhibicionista, si bien otros biógrafos no dan mucho crédito a esta
afirmación. El escritor se mostraba desnudo compulsivamente ante otras
personas, especialmente en los parques. Así lo atestiguaba Thomas Mann
en una carta. Benno Geiger, marchante de arte y amigo de SZ, hace mención
de este asunto en sus memorias y señala que sus lugares predilectos eran los
senderos del parque de Schönbrunn.

Vertiente artística
Comenzó publicando poesía, pero en su obra están representados todos los
géneros (predominan relatos, novelas y biografías), incluidos los diarios, los
géneros periodísticos, el epistolar, los libretos de ópera, las traducciones, etc., y
además de PROLÍFICO, fue un ESCRITOR DE ÉXITO en toda la primera mitad del siglo
XX (sobremanera entre 1916 y 1933) y en casi todo lo que hacía.

He escogido las CARACTERÍSTICAS más relacionadas con Miedo, el relato que


nos ha traído aquí, y las vais a reconocer enseguida. Han sido señaladas como
esenciales de su obra la exquisita sensibilidad, el conocimiento psicológico
profundo del ser humano (particularmente de la mujer), las minuciosas
descripciones de los estados de ánimo de los personajes, el ritmo elevado de la
narración, la condensación del relato.
Sus novelas breves son un trabajo de intensidad. No puede describirlo mejor
el propio SZ:

Si yo soy consciente de alguna forma de arte, ello se basa en el arte del


renunciamiento, pues nunca me planteo escribir mil páginas; ochocientas de ellas
toman el camino de la papelera.

El inesperado éxito de mis libros proviene, según creo, en última instancia de un


vicio personal, a saber: que soy un lector impaciente y de mucho temperamento. Me
irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo
innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición
intelectual. Solo un libro que se mantiene siempre, página tras página, sobre su nivel
y que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento me proporciona
un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos los encuentro

4
sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias
inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo.

En realidad, escribir me resulta fácil y lo hago con fluidez; en la primera redacción


de un libro dejo correr la pluma a su aire y fantaseo con todo lo que me dicta el
corazón… En cuanto termino de poner en limpio el primer borrador de un libro,
empieza para mí el trabajo propiamente dicho, que consiste en condensar y
componer, un trabajo del que nunca quedo suficientemente satisfecho de una
versión a otra… Este proceso de condensación y a la vez de dramatización se repite
luego, una, dos o tres veces en las galeradas; finalmente se convierte en una especie
de juego de cacería: descubrir una frase, incluso una palabra, cuya ausencia no
discriminaría la precisión y a la vez aumentaría el ritmo. Entre mis quehaceres
literarios, el de suprimir es en realidad el más divertido.

Otro de los factores del éxito de Zweig es que presenta en sus novelas
individuos corrientes en situaciones corrientes, y que únicamente un suspense
interior los transforma en situaciones extraordinarias. Erika Tunner hace hincapié
en su fascinación por el alma humana y su sentido clínico del análisis para explorar
todos los aspectos del comportamiento pasional, escrutando los mecanismos de
los deseos contrarios, de las pulsiones reprimidas, de los fuegos y los altibajos del
amor. En muchas ocasiones las mujeres de quince a cuarenta años son las heroínas
de sus novelas y constituyen un estudio del corazón femenino. Fueron la psicología
y la síntesis de los destinos individuales los que le elevaron como novelista. Cómo
no, también aquí Jarnés pone la guinda: sus tipos de mujer predilectos son “la
cortesana, la adúltera, la mujer ‘fácil’…”, sus novelas están llenas de tristeza.

Debido a lo vasto de su producción, se puede una CLASIFICACIÓN inicial, en


cada una de cuyos apartados se destacan algunas lecturas imprescindibles:
 Novelas cortas y biografías publicadas sobre todo en la década de 1920:
llenas de tensiones emocionales y crisis psicológicas, con asuntos de fondo
como el juego, la prostitución, el adulterio y el suicidio. Miedo se sitúa en
este contexto. Carta de una desconocida (1922) cuenta el amor casi obsesivo
y sin límites de una joven por un hombre que apenas conoce; años después
le escribir una carta confesando ese amor. Confusión de sentimientos (1927)
trata la homosexualidad y la emancipación femenina, además de aprovechar
el contexto (el protagonista es un reconocido profesor) para explayar su
admiración hacia Shakespeare. En Veinticuatro horas en la vida de una mujer
(1927), una dama británica relata un día especial que ocurrió en su vida hace
muchos años; el amor y la pasión son los temas principales.
 Otras novelas, sobre todo las escritas a partir de 1938: en ellas aparecen
personajes atormentados en situaciones de peligro y elementos
autobiográficos, como Novela de ajedrez (1941), última que escribió, que
refleja su propio aislamiento en el exilio; cuenta la historia de un campeón
de ajedrez que durante una travesía en barco se enfrenta a un enigmático
personaje, el doctor B, cuya historia como prisionero de los nazis, torturado
y aislado, se nos va desvelando.
 Teatro: Jeremías (1916), producto de su cambio al pacifismo.

5
 Ensayos biográficos: La admiración que siente por determinadas personas
(hecho también muy criticado por Jarnés), como se ha visto en al abordar
sus relaciones intelectuales, se prolonga a vidas ajenas anteriores a la suya.
¿Qué tenían en común los personajes que retrataba entre sí? ¿Y, sobre todo,
qué tenían en común con él? Con la mayoría de ellos se sentía identificado,
bien por determinadas situaciones trágicas vividas (María Antonieta, María
Estuardo); por su condición de escritor (Balzac, Dickens, Dostoievski,
Verlaine, Hölderlin, Stendhal, Tolstoi); por sus vivencias, muchas
relacionadas con la capacidad de adaptación y la supervivencia (Fouché, el
genio tenebroso, 1929); por su lucha contra la injusticia: declara que Erasmo
y Castellio eran las personas que le hubiera gustado ser al haber mostrado
su oposición a políticos y religiosos sin escrúpulos con las armas del espíritu,
sabiendo de antemano que era una batalla perdida.
 Otros ensayos / miscelánea: Momentos estelares de la humanidad (1927)
repasa catorce acontecimientos, en orden cronológico, que marcaron el
desarrollo de la humanidad: el descubrimiento del océano Pacífico, la
batalla de Waterloo, la primera expedición al Polo Sur o el viaje en tren de
Lenin de vuelta a Rusia para liderar la revolución contra el zar, un episodio
sobre Dostoievski. Trabajó en él durante veinte años. El mundo de ayer
(1942) es quizá el más conocido porque fue finalizado poco antes de su
suicidio; aborda la añoranza de un mundo seguro, de una época de progreso
y optimismo, de fe en la capacidad de mejora del ser humano, que ha sido
sustituido por un mundo inestable y peligroso, sin moral.

Podemos acudir a un par de ANÉCDOTAS interesantes sobre su obra:


 En los países anglófonos sus obras aparecieron, sin su consentimiento,
firmadas como Stephen Branch, transliteración de su nombre del alemán,
que en español sería Esteban Rama. Su condición de austriaco-alemán
provocó que sus escritos fueran poco recomendados en Inglaterra.
 A pesar de las simpatías del régimen franquista hacia el nacionalsocialismo
alemán y del conocimiento directo de quiénes eran los autores más
indeseables para este último, en cuya nómina se incluía a SZ, la censura del
régimen nunca retiró sus obras, y más de dos tercios fueron autorizadas
entre 1939 y 1947. Las biografías de personajes históricos incluso eran
consideradas brillantes por los censores. Tengamos en cuenta que
destacados ensayistas, periodistas, escritores y filólogos, como Camilo José
Cela, Dionisio Ridruejo, Martín de Riquer, Emilio Romero, Leopoldo
Panero, José Antonio Maravall, Ángel Sobejano Rodríguez, Fernando
Díaz-Plaja, etc., formaban parte de este cuerpo. Irremediablemente eran
censuradas las que atacaban a la moral, como Confusión de sentimientos, o
directamente al régimen nazi (El jugador de ajedrez), pero El mundo de ayer
acabó publicándose en 1947 con la recomendación de que se suprimieran
los párrafos que hacían alusión a la España de Franco de forma nada
halagüeña.

Entre las principales REFERENCIAS posteriores a su obra despuntan las


cinematográficas:

6
 Stefan Zweig: adiós a Europa, de Maria Schrader, de 2015, sobre sus años en
el exilio.
 Gran Hotel Budapest, de 2014, y dirigida por Wes Anderson, está inspirada
en su persona y su obra de Stefan Zweig, pero no en ninguna obra en
concreto. La desaparición de la Europa de los primeros años del siglo XX,
sus días gloriosos, es la clave del guion.
 Veinticuatro horas en la vida de una mujer (1961), película de televisión
británica de Silvio Narizzano protagonizada por Ingrid Bergman.
 Carta de una desconocida (1948), también llevada al cine por Max Ophüls,
protagonizada por Joan Fontaine.
 María Antonieta, dirigida por W. S. Van Dyke y protagonizada por Norma
Shearer y Tyronne Power, de 1938.
Y no dejan de tener interés algunos libros:
 Ostende (2014), del alemán Volker Weidermann, se centra en un episodio
de la vida de SZ junto a Joseph Roth en una aldea belga durante un verano.
 El exilio imposible (2014), un acercamiento a la figura de SZ de George
Prochnik, es muestra de los últimos años y su segundo matrimonio.
 Stefan Szweig, cumbre apagada, lo escribió Benjamín Jarnés en 1942, nada
más morir el autor, y también es un acercamiento a su vida y obra a través
de un texto dialogado.
Y de Miedo en concreto tenemos, además de La paura (1954), de Roberto
Rossellini e interpretada por Ingrid Bergman, parece ser que con cierta
modificación en el argumento, Oviedo Express (2007): Gonzalo Suárez hizo una
adaptación libre de este relato con el trasfondo, también, de La Regenta.

Miedo / Angustia (1913, publicada en 1920)


No redundaremos en la intensidad de este cuento, que, además de ser
consustancial al género, como se ha visto, está presente en la propia concepción
literaria de SZ.

Podemos considerar Miedo una novela bastante representativa del GÉNERO


PSICOLÓGICO, entendiendo por esta una narración que profundiza, más que en la
acción, como suele ocurrir en los relatos habitualmente, en uno o más de uno de
los personajes, sobre todo en su interior, en su mente. De hecho, lo más importante
de la novela es que nos mete en la piel de la protagonista a medida que va pasando
por sentimientos de miedo, angustia, desesperación, arrepentimiento,
nerviosismo, mala conciencia… Es un vaivén vertiginoso de emociones. Las
analepsis o flashback suelen ser un elemento esencial en este tipo de novelas: esta
comienza abruptamente, entrando de lleno en materia, y después va realizando
algunas incursiones en el pasado.

Contextualmente puede inscribirse la literatura escrita en alemán durante


el DECENIO EXPRESIONISTA (1910-1923), cuyo componente esencial, lo unheimlich (lo
siniestro, lo angustioso o inquietante, lo que debía estar oculto y se ha
manifestado), está relacionado con la crisis del yo desencadenada por la
inestabilidad consustancial a esta época: incertidumbre, miedo existencial,
desorientación en un mundo amenazador. El concepto aparece en Freud y

7
Kierkegaard, casi coetáneos de SZ, pero ya fue utilizado en el Romanticismo
(Schelling). En este sentido, es paradigmática la obra de Kafka.
Carmen Gómez García (“La angustia como manifestación de lo unheimlich
en el decenio expresionista: Kafka & co. a vueltas con Kierkegaard”) explica que en
SZ se manifiesta en una relación triangular conformada por el miedo, pecado/culpa
y sexualidad (“sintió la voluptuosidad que esconde el miedo” se dice en la novela).
Miedo lo aborda desde la perspectiva de la mujer y el adulterio. Dejamos la cita
para el debate (Irene “teme a su marido, patriarca y educador, quien, en último
término, detenta el poder de desclasar a su esposa y excluirla del ámbito de
seguridad que había ido tejiendo a su alrededor”).

La ESTRUCTURA de la novela es paralela al desarrollo de los acontecimientos:


en un principio presenta una estructura bastante ordenada: primera acción
(adulterio) seguida de un primer chantaje, lo que conduce al miedo, todavía en
estado inicial; de hecho, lo olvida cuando se centra en otros quehaceres. Una
segunda acción (“se vio radiante, atractiva y joven” en el espejo, con poder), un
nuevo adulterio, un nuevo chantaje y un miedo subido de tono, más bien angustia.
A partir de aquí, se instala el caos y un carrusel de acontecimientos y de emociones,
con un continuo clímax-anticlímax en el que la progresiva sensación de
desasosiego y opresión, que llega a lo patológico, crece, y no solo cualitativamente,
tras cada nuevo chantaje, que va desde las 100 coronas hasta la entrega y el empeño
de valiosas joyas.

Sin duda, el aspecto más destacable de la novela es la evolución de la


PROTAGONISTA, que partiendo de una vida aparentemente satisfecha, aunque no del
todo despreocupada porque, de hecho, toma sus precauciones (el velo, la vigilancia
del entorno), tiene como objetivo final el suicidio y, por cierto, es esta decisión la
que le vuelve a aportar tranquilidad aunque con una mirada absolutamente
pesimista pero relajada y, así, se ve a sí misma y a los transeúntes como “todos
muertos, todos cadáveres”, pone distancia con las personas que quiere para no
aferrarse a ellas.
Por el medio, en un primer momento (segundo adulterio) se abstrae de la
preocupación cuando muestra esa actidud de juego con su amante, a quien
esconde lo que le pasa y se hace la digna. El miedo influye tanto en su forma de
actuar que, a pesar de declararse una persona muy previsora, comete varios errores
seguidos con su marido (“El miedo había actuado sobre su vida como un ácido
corrosivo”). Empieza mostrándose solo algo nerviosa, preocupada, inquieta a
sentirse cansada, enferma, a no dormir, a tener los nervios de punta, a estar
atenazada por el miedo.
Igualmente el miedo le hace reflexionar y reconsiderar varios aspectos de su
vida y de su mundo.
 Se pregunta por qué ha cometido ese adulterio y llega a la conclusión de que
no hay otro motivo que la excitación, el deseo, porque no ha sido planeado
y lo define ya como un sinsentido que forma parte de su rutina, lo mismo
que un día a la semana visita a sus suegros o pasea a su perro. Así, en el
encuentro casual con su amante muestra arrepentimiento, se da cuenta de
que no le encuentra ningún atractivo.

8
 Analiza y descubre aspectos de su marido en los que nunca había reparado:
en ocasiones le merece respeto y admiración, le parece tierno; otras detesta
su mirada y hasta le asustan sus anchos hombros.
 Se hace consciente no solo de la dependencia económica de su marido, sino
de (lo que es más importante) la social, porque puede quedar condenada al
ostracismo. Precisamente son estas consecuencias las que la conducen del
sentimiento de culpa al merecido perdón, justificado además en el derecho,
en los mismos argumentos expresados por su marido en algunos casos en
los que ha actuado como abogado defensor: ¿se merece un castigo? ¿Es ella
la misma persona que ha cometido el delito o, al haberse arrepentido, está
exenta de él?
 El miedo también trae consecuencias positivas: abandona la frivolidad y
comienza a apreciar lo que de verdad es importante, como sus hijos.

En cuanto al segundo personaje más destacado de esta novela, EDUARD, SU


MARIDO, es un personaje mucho más plano: no sufre apenas evolución, a pesar de
que el lector revisa todo su comportamiento a lo largo del relato a la luz del
acontecimiento final. El resto de personajes, a excepción de la chantajista-actriz,
de la que hablaremos enseguida, son pura comparsa. Muy significativo en su
continuo intento de que su mujer confiese el hecho es el episodio del castigo a su
hija: “El miedo es peor que el castigo” porque este está determinado y la tensión
espantosa del temor no conoce límite. También este episodio le permite a ella la
reflexión concomitante a su padecimiento: quizá la niña hubiera confesado a la
institutriz pero no a él por su influencia sobre ella, para no decepcionarlo. El
marido le da la razón y le levanta el castigo.

Por último, podemos considerar otro aspecto que me ha llamado la


atención: los continuos CONTRASTES que se producen en la historia.
 El más llamativo es el de los personajes de Irene y la chantajista-actriz, que
se va desvelando en pequeñas dosis a lo largo de la novela: clase alta / clase
baja, lengua culta / lengua vulgar, descaro / contención, conformismo / odio
de clase, físico fino / “labios prominentes”, vestimenta lujosa / saya de lana,
chanclos. Sin embargo, no se detiene aquí el contraste, sino que, como en
el Quijote, se va produciendo un intercambio en algunos de sus rasgos: Irene
llega al desaliño, mientras que, en su última aparición, la chantajista se
presenta en su casa vestida lujosamente.
 Los estados de Irene: la máxima discordancia quizá se muestre en dos
episodios, el de la velada en casa de los amigos, en que quiere olvidarse de
todo y se entrega al baile, a la bebida, a la comida, a la felididad…, y el de la
pesadilla (Freud), donde la chantajista y su marido, sus dos amenazas, se le
representan con un cuchillo: “El mundo estaba muerto, vacío. Solo quedaba
su propio corazón palpitando violentamente contra el pecho”, dice el
narrador.

Últimas PINCELADAS sobre las que indagar:

9
 El lenguaje: no lo he examinado en profundidad, pero hay algunos términos
lingüísticos, expresiones, comparaciones… relacionados con el miedo no tan
evidentes como todos sus sinónimos: “muertos, fantasmas, cadáveres”.
 Explosión de lágrimas y convulsiones: Freud, histeria, machismo.
 El final, sobre el que se pasa de puntillas, velado como está tras el peso (o el
alivio) del episodio de la farmacia, es una humillación para la protagonista.
Con ese anillo en su dedo, se termina de manifestar un Eduard siempre por
encima, siempre tomando las decisiones. Por muy magnánimo que pueda
llegar a ser con ella, su total dependencia de él se aparece aquí de forma
muy evidente. Pero además el narrador da por hecho el paternalismo y el
castigo implícito como algo natural: “Dolor prometedor, ardiente y dulce a
la vez, el mismo ardor que producen las heridas antes de cicatrizar para
siempre”.
 El espacio: relación con los estados de ánimo de la protagonista.

Igual que SZ, he intentado depurar y reducir, como una salsa, hasta quedarme con
lo imprescindible, aunque es evidente que no lo he conseguido del todo.

10
Iconografía

Dibujo de Hugo Guinness.

De pie, junto a su hermano Alfred, hacia 1900, en Viena.

11
En la puerta de su casa de Salzburgo, junto a Friderike (1922)

Con Friderike (1925) Con Friderike

12
Con Máximo Gorki (Sorrento, 1930). 1931.

Con Romain Rolland (Villeneuve, Con Joseph Roth (Ostende, Bélgica, 1936)
Suiza, 1933)

13
Cruzando el Atlántico en su primer viaje a Brasil, 1936.

A bordo del barco que le llevará a Buenos Aires (agosto de 1936).

Con Friderike y otros en Henry and Grete Joske’s (Vence, Francia, 1937).

14
Con Lotte, en las cuatro imágenes

15
Con su editor estadounidense, Ben W. Huebsch.

Hacia 1940.

16
Ossining, Nueva York, verano de 1941

Nueva York, 1941

En su sesenta cumpleaños, con Lotte (Petrópolis, Brasil)

El matrimonio, tras su suicidio (Petrópolis, Brasil, 1942).

17
Uno de sus diarios. Nota en francés a uno de sus
amigos parisinos.

Postal con su dedicatoria (24/2/1927). Algunas de las 26 cartas a Rosenkr.

Carta de suicidio.

18
Primer libro de poemas, Restos de Amok, quemado durante el nazismo.
Cuerdas de plata (1901).

Afiche de Jeremías para el Portada de 1947.


teatro Ohel (Palestina 1929).

19
Títulos publicados, por géneros literarios y en orden cronológico
Teatro
Thersite, 1907
Les Guirlandes précoces, 1907
Jeremias, 1916
La casa al borde del mar, 1911

Poemas
(Silberne Saiten) Cuerdas de plata, 1901
(Die frühen Kränze) Las primeras coronas, 1906

Ficción
Sueños olvidados, 1900, cuento
Primavera en el Prater, 1900, cuento
En la nieve, 1901, cuento
La estrella sobre el bosque, 1904, cuento
Los prodigios de la vida, 1904
El amor de Erika Ewald, 1904, cuento
La marcha o La caminata, 1904
La cruz, 1906, cuento
Escarlatina, 1908
Ardiente secreto, 1911, novela
Historia en la penumbra o Una historia Crepuscular, 1911
La institutriz, 1911
Novelita de verano, 1911
La leyenda de la tercera paloma, 1916
Episodio en el lago Léman, 1919
Miedo, 1920, cuento
Carta de una desconocida, 1922, novela
Amok o el loco de Malasia, 1922, novela
Los ojos del hermano eterno, 1922, novela
La mujer y el paisaje, 1922
Noche fantástica, 1922, novela
La calle del claro de luna, 1922
La colección invisible, 1925, cuento
Conocimiento casual de un oficio, 1925
La confusión de los sentimientos, 1927, novela
Veinticuatro horas en la vida de una mujer, 1927, novela
Una boda en Lyon, 1927
Raquel habla con Dios, 1928
Buchmendel, 1929, cuento
Viaje al pasado, 1929
Un vago
¿Fue él?
Dos solitarios
Leporella, 1935, cuento
Las hermanas, 1936
Caleidoscopio, 1936, conjunto de relatos breves que incluye entre otros: Leporella,
Miedo, Ardiente secreto, Buchmendel, La colección invisible, Noche fantástica.
El candelabro enterrado, 1937, novela

20
La impaciencia del corazón, 1937
La piedad peligrosa, 1939, novela
Novela de ajedrez, 1941 (Schachnovelle)
Un ser humano inolvidable, 1948 (póstuma)
El pago de la deuda atrasada, 1951 (póstuma)
Clarissa, 1981 (póstuma)
La embriaguez de la metamorfosis, novela escrita y reescrita entre 1931 y 1942, publicada
póstumamente en 1982

Biografías
Émile Verhaeren, 1910
Fouché, el genio tenebroso, 1929
La curación por el Espíritu, 1931 (en alemán: Heilung durch den Geist, 1931; en inglés,
Mental Healers). Es un corto trabajo en el que relaciona, y a la vez trata en forma
individual, las biografías de Franz Mesmer, hipnotista del siglo XVIII, Mary Baker Eddy,
fundadora de la Ciencia Cristiana, y Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.
Americo Vespucio. La historia de un error histórico, 1931
María Antonieta, 1932
María Estuardo, 1934
Erasmo de Rotterdam, 1934
Conquistador de los mares: la historia de Magallanes, 1938
Romain Rolland: el hombre y su obra, 1921
Paul Verlaine
Balzac: La novela de una vida, 1920, publicado en forma individual o incluido en el libro
en tres partes Tres Maestros: Balzac, Dickens, Dostoievski.
Castellio contra Calvino, Conciencia contra Violencia
Confusión: The Private Papers of Privy Councillor R. Von D
Momentos estelares de la humanidad, 1927
La lucha contra el demonio, Hölderlin, Kleist, Nietzsche
Montaigne, libro póstumo inconcluso previo al suicidio.
Tres poetas de su vida: Casanova, Stendhal, Tolstoi

Autobiografía
El mundo de ayer, publicado tras su muerte.

No ficción
Brasil: Un país de futuro
Momentos estelares de la humanidad
Tiempo y mundo. Impresiones y ensayos (1904-1940)
El misterio de la creación artística

21

También podría gustarte