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NOMBRE: RIVADENEIRA PINCAY EDISON JONATHAN.

Blockbuster (Empresa)

Blockbuster LLC, conocida como Blockbuster Video, fue una franquicia estadounidense de

videoclubes, especializada en alquiler de cine y videojuegos a través de tiendas físicas, servicios por

correo y video bajo demanda. Fue fundada en 1985 por David Cook, tuvo un gran crecimiento en los

años 1990, y tras ser adquirida por Viacom llegó a controlar el 25% de la cuota de mercado mundial

de videoclubes. En 2004 contaba con más de 9000 establecimientos a nivel mundial.

Blockbuster se vio lastrada en la década del 2000 por nuevas formas de consumo electrónico como el

alquiler por correo de Netflix, la guerra de precios en el DVD, la infracción de derechos de autor y,

finalmente, los servicios de video bajo demanda en internet. En 2010 declaró la bancarrota con una

deuda superior a los 1000 millones de dólares. Aunque Dish Network se hizo con la empresa para

convertirla en un servicio de streaming, los planes no prosperaron; las 300 tiendas propias que aún

operaba la compañía fueron cerradas en enero de 2014, y tan solo queda una tienda franquiciada en

Bend, Oregón (EE. UU.) que mantiene la marca gracias a un acuerdo específico con Dish.

HISTORIA

«Blockbuster Video» fue fundada en 1985 por David Cook, responsable de una empresa de software

para compañías petroleras en Texas, Estados Unidos. Cuando ese sector perdió fuelle en los años

1980, y aconsejado por su esposa Sandy, utilizó sus conocimientos sobre bases de datos para crear

una franquicia de alquiler de cine doméstico, en aquella época un sector tan rentable como

fragmentado.

El primer videoclub Blockbuster abrió sus puertas en Dallas el 19 de octubre de 1985.6 Para

distinguirse de la competencia, su establecimiento se adaptó a la demanda con un catálogo más

amplio, de hasta 6500 referencias; alquileres más largos para que el cliente pudiera llevarse varias

cintas, y un mayor control de inventario a través de su propio sistema automatizado, con el que
detectaba las preferencias de los consumidores. En menos de dos años Blockbuster ya contaba con

15 tiendas propias y 20 franquiciadas.

En 1987, Cook vendió una participación mayoritaria en Blockbuster a un grupo inversor liderado por

Wayne Huizenga, por 18 millones de dólares y un porcentaje sobre los beneficios. Además de

mantener las ideas del fundador, Huizenga diseñó un agresivo plan de expansión para convertir a

Blockbuster en el referente de los videoclubes. Entre otras medidas adoptó un nuevo sistema de

distribución, hubo compras de franquicias rivales, y se alcanzaron numerosos acuerdos con

productoras de cine directo para video. Además de convertirlo en un negocio rentable, en 1989 se

habían superado los 1000 establecimientos y en 1990 se inició la expansión internacional con

aperturas en Europa y América Latina.

Viacom adquirió Blockbuster en 1994 por más de 7.700 millones de dólares.8 Un año antes, Huizenga

les había propuesto una fusión por intercambio de acciones para que pudieran financiar la compra de

Paramount Communications con su flujo de caja. Sin embargo, los accionistas del grupo lo llevaron a

juicio y la operación estuvo bloqueada durante un año hasta que un juez la autorizó. En aquel

momento, Blockbuster cotizaba a 27,50 dólares por acción y llegaría a situarse en 55 dólares. Dos

años después, Blockbuster había perdido la mitad de su valor debido a una expansión desmesurada

y a un cambio en la estrategia de ventas.

En 1997 la junta directiva nombró consejero delegado a John Antíoco, quien recondujo con éxito el

negocio hacia el alquiler de películas, primero en VHS y después en DVD. Un año después

Blockbuster aún controlaba el 25% del negocio mundial, en parte gracias a un nuevo acuerdo de

distribución de beneficios con las grandes productoras, y Viacom hizo una oferta pública de venta que

recaudó más de 465 millones de dólares.

Blockbuster tuvo la oportunidad en el año 2000 de haber comprado Netflix, por aquel entonces un

servicio de alquiler a domicilio, por algo más de 50 millones de dólares. Sin embargo, Antíoco lo

rechazó porque veía más rentable que los clientes acudieran hasta la tienda. Cuatro años después,
Netflix terminaría superando el millón de suscriptores y Blockbuster tuvo que lanzar un servicio híbrido

de alquiler on-line, Blockbuster Total Access, cuyo resultado fue muy deficitario pese al alto número

de usuarios.

Cuando el negocio de los videoclubes empezó a flaquear en 2004, en buena parte por la guerra de

precios del DVD en los supermercados y por la televisión por cable, Viacom puso a la venta

Blockbuster luego de haber registrado pérdidas superiores a los 300 millones de dólares. No obstante,

el grupo aún era líder mundial del sector con más de 9000 establecimientos, razón por la que el inversor

Carl Icahn había adquirido participaciones de la empresa con ánimo de controlarla.

Quiebra de Blockbuster.

Desde mediados de la década del 2000, Blockbuster no supo afrontar la obsolescencia del formato

físico frente a nuevas formas de consumo tan dispares como la televisión por cable, los quioscos de

autoservicio, el video bajo demanda e incluso la infracción de derechos de autor, ante las cuales no

había previsto una estrategia. En algunos países como España y Ecuador se retiró inmediatamente

del mercado, mientras que en otros como México y Argentina tuvo que redimensionarse.

Antíoco dimitió al frente de Blockbuster en 2007 y fue reemplazado por James W. Keyes, anterior

responsable de 7-Eleven. Debido a que la cadena de videoclubes ya estaba en números rojos cuando

llegó, Keyes centró todos los esfuerzos en reducir costes de administración, en salvar sólo las tiendas

físicas más rentables y en apostar por el alquiler de videojuegos, lo cual conllevó también un

aplazamiento de la estrategia digital: el sistema de alquiler on-line fue rediseñado y apenas se avanzó

en materia de video bajo demanda, un mercado en el que Hulu y Netflix ya le habían ganado terreno.

Como último recurso, en 2010 el grupo recuperó las penalizaciones por demora que había eliminado

cinco años atrás.

El 23 de septiembre de 2010, Blockbuster declaró la bancarrota mediante el capítulo 11. En aquel

momento aún quedaban abiertas más de 3.000 tiendas en Estados Unidos. A pesar de varios intentos
por reestructurar su deuda, en marzo de 2011 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos

dictaminó que la empresa debía ser liquidada.

Desaparición.

Blockbuster fue absorbida en abril de 2011 por Dish Network, el mayor proveedor de televisión de pago

de Estados Unidos, por 320 millones de dólares. Su objetivo inicial era cumplir el cierre gradual de las

1700 tiendas físicas que aún quedaban y conservar la marca para lanzar un servicio de video bajo

demanda que compitiese con Netflix. Sin embargo, los planes no prosperaron y dos años después se

anunció el cierre completo de todos los videoclubes a partir de enero de 2014.

Los 300 locales de Estados Unidos propiedad de la compañía fueron clausurados, pero Dish Network

permitió que algunos franquiciados pudieran continuar bajo la marca Blockbuster mediante un acuerdo

comercial. A finales de 2017 aún permanecían abiertos once videoclubes Blockbuster en Estados

Unidos: siete de ellos están ubicados en Alaska, donde las tarifas de internet son más caras que en el

resto del país; tres están en Oregón, y el último se encuentra en Edimburgo, Texas. En julio de 2018

tan solo quedaba abierto el Blockbuster de Bend, Oregón, que funciona como atracción turística y no

pertenece a Dish.

En el resto de países la marca corrió idéntica suerte, en este caso sin que Dish les cediera el nombre.

En México, grupo Salinas renombró todos los establecimientos como The B-Store en 2015, aunque

al año siguiente terminarían desapareciendo.

Modelo de Negocio.

Desde 1987, Blockbuster se dedicó a absorber cadenas de videoclubes y anuló a la competencia

fragmentada gracias a su mayor catálogo: mientras un videoclub tradicional podía contar con 500

referencias, la multinacional exponía más de 5.000 en cada tienda. La razón es que a diferencia de los

videoclubes pequeños, que pagaban una elevada cantidad por cinta (70 dólares) y después

recuperaban lo invertido gracias a los alquileres, Blockbuster llegaba a acuerdos directos con las
productoras: obtenía las películas en lote a menor coste, se quedaba con el 60% de los ingresos y

aportaba el 40% restante de cada título al productor. De igual modo, Blockbuster exponía todo su

catálogo en las estanterías mientras que la competencia solía tenerlas detrás del mostrador.

Aunque las relaciones con los grandes estudios eran las más importantes, la mayoría de acuerdos a

los que llegaba eran con productoras de serie B o bien directamente para video, que en los años 1980

representaban el 70% de los alquileres.

Por otro lado, las cintas originales de video (VHS y Betamax) eran bastante caras, especialmente los

estrenos, por lo cual a la gente le resultaba más rentable alquilar; todo ello cambió con la guerra de

precios del DVD y el video bajo demanda. La base de datos establecida por Cook recogía estadísticas

de las cintas más alquiladas y permitía hacer nuevas compras con base en ellas, así como controlar

el inventario y las demoras en devoluciones.

La oferta de películas era similar a la de cualquier otro videoclub, por lo que los estrenos tenían mayor

prioridad; con el paso del tiempo, las copias sobrantes y las retiradas de circulación se ponían a la

venta.

Blockbuster estaba dirigida específicamente a un público familiar, por lo que ninguna tienda podía

comercializar cine porno por política empresarial.

Presencia Internacional.

En 1989 Blockbuster inició su expansión internacional en el Reino Unido mediante la compra de Ritz

Video, uno de los mayores videoclubes de Europa. El primer local bajo el nuevo nombre abrió en

Walworth Road, al sur de Londres. Tres años después se hizo con el control de Citivision por millones

de dólares, y llegó a un acuerdo con Philips Electronics para que entrasen en el accionariado. A finales

de 1995 ya se habían superado los 1.400 establecimientos fuera de los Estados Unidos.

Los siguientes países en los que se abrieron videoclubes Blockbuster fueron Canadá (1989), Japón

(1991) y México (1991), que además se convertiría en el primer país hispanohablante con esta
franquicia. La mayoría de expansiones se hacían a través de la compra de otras franquicias ya

establecidas en sus respectivos países.

En países de habla hispana, el orden de implantación fue el siguiente: México (1991), Chile, España y

Venezuela (1992), Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, Panamá y Perú (1995) y Uruguay

(1998). En España la cadena se marchó en 2006 como consecuencia de la piratería, mientras que en

otros países fue cerrando a lo largo de la década de 2010. Las 263 tiendas de México que aún

quedaban en 2015 fueron renombradas como The B-Store, si bien la nueva marca solo pudo aguantar

un año hasta el cese de operaciones.

Salas de Cine.

En 2007, la empresa inauguró su primer complejo de salas de cine, el Blockbuster Cinema, en Cholula,

en el estado mexicano de Puebla, anunciando además que a partir de los resultados de este complejo

evaluarían la apertura de otros similares. Debido a conflictos con sus socios, a finales de 2009 la

operación del complejo en Cholula, que contaba con 11 salas, pasó a manos de Cinépolis. En 2013,

la empresa inauguró nuevos complejos en la Ciudad de México y en Guadalajara, anunciando además

un plan de expansión por el país que incluía una decena de nuevos cines.

Resumen.

Blockbuster (Empresa) Blockbuster LLC, conocida como Blockbuster Video, fue una franquicia

estadounidense de videoclubes, especializada en alquiler de cine y videojuegos a través de tiendas

físicas, servicios por correo y video bajo demanda.

Fue fundada en 1985 por David Cook, tuvo un gran crecimiento en los años 1990, y tras ser adquirida

por Viacom llegó a controlar el 25% de la cuota de mercado mundial de videoclubes.

Desde mediados de la década del 2000, Blockbuster no supo afrontar la obsolescencia del formato

físico frente a nuevas formas de consumo tan dispares como la televisión por cable, los quioscos de
autoservicio, el video bajo demanda e incluso la infracción de derechos de autor, ante las cuales no

había previsto una estrategia.

El 23 de septiembre de 2010, Blockbuster declaró la bancarrota mediante el capítulo 11.

La mayoría de expansiones se hacían a través de la compra de otras franquicias ya establecidas en

sus respectivos países.

En España la cadena se marchó en 2006 como consecuencia de la piratería, mientras que en otros

países fue cerrando a lo largo de la década de 2010.

Conclusión.

Blockbuster se vio lastrada en la década del 2000 por nuevas formas de consumo electrónico como el

alquiler por correo de Netflix, la guerra de precios en el DVD, la infracción de derechos de autor y,

finalmente, los servicios de video bajo demanda en internet. Es decir, la no implementación de la nueva

tecnología llevo a que esta empresa quiebre.

Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Blockbuster_(empresa).

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