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.Capitulo 1 Resumen
siglos precedentes.Tales avances los llevaron a una nueva concepción a una nueva concepción
del universo basada en la aplicabilidad universal de las leyes naturales.Utilizando los conceptos
ylas técnicas de las ciencias físicas,emprendieron la tarea de crear un mundo nuevo basado en
la razón y la verdad,pero no una verdad basada en la revelación, la tradición o la
autoridad,sino aquella cuyos pilares serian la razón y la observación.Asi , los philosophes
investigaron todos los aspectos de la vida social,estudiaron y analizaron las instituciones
políticas,religiosas,sociales y morales, las sometieron a una critica implacable desde el punto
de vista de la razón y reclamaronun cambio en aquellas que la contrariaban.Afirmaban que las
instituciones vigentes eran contrarias a la naturaleza del hombre y por tanto inhibían su
crecimiento y su desarrollo.Combatieron lo que consideraban superstición,fanatismo o
intolerancia. Lucharon contra la censura y exigieron libertad de pensamiento,atacaron lso
privilegios de las clases feudales y sus restricciones sobre la clase industrial y la comercial, por
ultimo intentaron secularizar la ética.Los pensadores del siglo xviii habían perdido la fe en los
sistemas metafísicos cerrados y autosuficientes del siglo anterior. Se da gran importancia a las
investigaciones e indagaciones.Atribuye al pensamiento una función creadora y critica.La
filosofía ya no es una mera cuestión de pensamiento abstracto,sino que adquiere la función
practica de criticar las instituciones existentes para demostrar que son irrazonables e
innaturales.El iluminismo exige el reemplazo de estas instituciones y de todo el orden anterior
por otro nuevo, mas razonable, natural y,por ende, necesario.La realización del iluminismo
tiene,pues,tanto un aspecio negativo y critico como un aspecto positivo.Lo que da una
cualidad nueva y original no es tanto la peculiaridad de sus doctrinas,axiomas y teoremas,sino
el proceso de criticar,dudar y demoles,asi como el de construir.La razón y la ciencia permitían
al hombre alcanzar grados cada vez mayores de libertad y, por ende, un creciente nivel de
perfeccion.El progreso intelectual-idea que impregna todo el pensamiento de esa época- debía
servir constantemente para promover el progreso general del hombre.Los philosophes
construyeron su ideal de explicación y comprensión según el modelos de las ciencias naturales
contemporáneas.No se inspiraban en Descartes,sino principalmente en Newton,cuyo método
no era la deducción pura,sino el análisis.Newton estaba interesado en lso “hechos” en los
datos de la experiencia,sus principios y el objetivo de sus investigaciones descansaban,sobre
todo,en la experiencia y la observación, para resumir,tenia una base empirica.Lo nuevo y
original en el pensamiento del Iluminismo es, pues, la adopción sin reticencias del modelo
metodológico de la física de Newton.Los pensadores del siglo xviii conocían dos tendencias
filosóficas e intelectuales la filosofía racionalista por una parte, y la filosofía empirista por la
otra., Descartes ejerció una influencia fundamental en el surgimiento de la primera
corriente,mientras que Galileo apelo a la experimentación y Bacon explico sus virtudes
particulares.Una manera de considerar el aporte especial del Iluminismo es,pues,señalar su
constante esfuerzo por fundir esos enfoques.
Los hombres del iluminismo creían que la mente puede aprehender el universo y subordinarlo
a las necesidades humanas. La razón se convirtió en su dios, y se inspiran en los avances
científicos de los siglos anteriores en su nueva concepción del universo basada en la
aplicabilidad universal de leyes naturales. Usando las técnicas y conceptos de las ciencias
físicas quieren crear un nuevo mundo basado en la razón y la verdad (por observación y razón).
Buscan leyes como las físicas en el mundo social y cultural. Estudian las instituciones,
descubriendo que son contrarias a la naturaleza del hombre. Hacen guerra contra lo irracional,
usando la crítica como arma más importante. La forma de pensamiento filosófico del
iluminismo era original en su totalidad. Le dan importancia a las investigaciones e
indagaciones. La filosofía ya no es más solo pensamiento abstracto, sino que adquiere la
función práctica de criticar las instituciones, exigiendo su reemplazo por un orden nuevo,
razonable y natural. El pensamiento del iluminismo tiene un aspecto negativo y crítico, así
como uno positivo. Luego de la revolución francesa, estas dos tendencias se manifiestan como
principios antagónicos.
El espíritu del iluminismo: todo está sujeto a examen crítico. La razón y la ciencia le dan al
hombre más libertad y perfección. Construyen un ideal según el modelo de cs naturales, con
una base empírica. Los logros de las ciencias físicas son un magnifico triunfo de la razón y la
observación. El método científico llego a ser una herramienta indispensable para el estudio de
los fenómenos. La razón y la observación son el medio para llegar a la verdad. En el siglo XVIII
se conocían dos tendencias filosóficas: el racionalismo y el empirismo. El aporte del iluminismo
fue su esfuerzo por fundir esos enfoques filosóficos distintos y lograr una metodología
unificada. Surge el método científico. Ahora consideraremos a dos philosophes que pueden ser
considerados como precursores de la teoría sociológica:
Montesquieu (1689 – 1755) fue el primero que intento construir una filosofía de la sociedad y
la historia. Estudia los hechos sociales para buscar las leyes del desarrollo social e histórico. Es
el primero en utilizar la construcción teórica de tipos ideales, una herramienta intelectual
indispensable. Explica los distintos tipos de gobierno como expresión de estructuras sociales
subyacentes. La republica se basa en la virtud cívica, la monarquía en el honor, y el despotismo
en el temor. La realidad no refleja las cualidades ideales, pero estas cualidades permiten
estudiar las formas reales. Fue el más objetivo y moderado de los philosophes, señalando
tanto las virtudes como los defectos en todas las formas de gobierno. No cree que haya un
gobierno universalmente apropiado, sino que las instituciones deben adecuarse a la sociedad
en que funcionan. Montesquieu tenía curiosidad por otras culturas y países, y su enfoque
comparativo está basado en sus viajes y en relatos de otros.
Si bien es menos critico que sus contemporáneos, comparte su ideal de la libertad humana. Se
preocupa por el poder y su relación con la libertad. Los hombres son libres en la medida en
que se distribuya el poder para impedir que se abuse de él, o para reducir ese peligro al
mínimo. Para Montesquieu las instituciones estaban vinculadas entre sí. El termino espíritu
alude al carácter distintivo de un sistema de leyes. Es un precursor de la teoría y el método
sociológicos. Su interés por las leyes del desarrollo y su empleo del esquema teórico de los
tipos ideales fueron innovadores para su época. Para hacer ciencia hay que tener clasificación
y tipologías. Pero la ciencia, además de clasificación y descripción, también supone
interpretación y explicación. Los tipos de Montesquieu no pretenden trascender el tiempo y el
lugar.
Montesquieu y su concepción de las leyes: clasifica las sociedades en tipos, se preocupa por las
leyes. La estructura y cambios de la sociedad están determinados por variables demográficas y
sociales. Las leyes difieren de las costumbres en que mientras que las últimas surgen
espontáneamente de la vida social, las leyes son establecidas de manera formal y explicita.
Montesquieu quiere descubrir las leyes de las sociedades para crear las instituciones que
mejor se adapten a la sociedad. Al ser una interpretación, está sujeta a error.
Montesquieu pensó dos clases de leyes: una del mundo físico, la otra de la vida humana. La
primera funciona natural y automáticamente. La segunda refiere a las leyes de la naturaleza de
la vida humana, que regulan las actividades de los hombres. En la práctica no se puede actuar
de acuerdo a estas leyes por las perspectivas limitadas de los hombres. La experiencia y
observación son importantes. Montesquieu es un precursor del pensamiento sociológico. Uso
los conceptos de tipo ideal y ley con más coherencia que sus contemporáneos, comprendió la
necesidad de estudios comparativos y sostuvo que los elementos de una sociedad son
funcionalmente interdependientes.
Plantea la noción del hombre natural, que es un esquema teórico, hipotético. Despoja
teóricamente al hombre de sus aspectos sociales y culturales. Al determinar por qué los
hombres se alejaron de su condición natural para imponerse un orden social que estaba en
conflicto con esa condición, tal vez pudiera descubrir como cambiar ese orden y reemplazarlo
por uno mejor.
El estado de naturaleza y el origen de lo social (acá describe todo lo mismo que dice en el
texto de Rousseau, voy a poner solo lo que diga que es nuevo, porque ya tenemos todo los
del hombre natural y la transición a lo social ahí).
La nueva sociedad permite la absorción del individuo en la voluntad general, sin perder su
propia voluntad. Es miembro de una sociedad de iguales. El gobierno es una amenaza a la
libertad del hombre, pero es necesario ya que no ve en la práctica la posibilidad de una
democracia sin representantes. Propone un cambio lento, con mecanismos democráticos
formales. El cambio social es un proceso deliberado y lento. Los revolucionarios franceses
ignoran esta parte de sus enseñanzas, que es luego tomada por la reacción romántico
conservadora.
Razones por las que Rousseau es un precursor de la sociología: por la atención que presta al
hombre natural y el recurso metodológico que emplea para deducirlo; por su concepción de la
cultura, de lo que el hombre adquiere en sociedad; fue el primero en estudiar los orígenes,
formas y consecuencias de la desigualdad; comprendió que las clases y los conflictos entre
ellas influyen en la vida de los hombres; y vio la posibilidad de cambio, creyendo que había un
modo de cambiar o remodelar la sociedad.
Saint Simon fue un filósofo francés que tuvo estrecha relación con los filósofos ilustrados.
Manifiesta que la rev fr fue buena en el aspecto en que disolvió la monarquía absoluta pero
critica que no propuso ninguna estructura nueva, es decir, acaba con lo existente que era malo
pero no propone ningún orden social nuevo. Cuestiona la inequidad social y propone una idea
precursora de socialismo. Para esto, propone 2 estratos dominantes, lideres naturales de la
clase obrera: la elite científica que reemplaza a los sacerdotes medievales y establecen las
normas y los industriales, capaces de producir ilimitadamente y satisfacer las necesidades de la
soc. Explica la importancia de la redistribución de la riqueza y la planificación de la producción
y la economía. La ciencia de Saint-Simon propone un orden social científico estudiando la
nueva ciencia de la Fisiología social (encuentra leyes universales para demostrar cómo
funciona la sociedad). Analiza científicamente la sociedad para garantizar el orden social.
Propone 3 eras por las cuales avanza la sociedad en la historia
Era teológica: periodo del imperio de los sist religiosos que abarcan la existencia de la
sociedad esclavista y la sociedad feudal.
Era científica: nuevo orden social basado en la ciencia, una sociedad que satisface las
necesidades de la comunidad.
Comte fue un discípulo de Saint-Simon y construye sus propuestas en base a sus ideas. La 3er
era (científica) de SS la denomina positiva porque la ciencia se ocupa de lo que positivamente
se puede observar. Propone que la sociedad pasa por 3 estadios al igual que el SH:
Zeitlin afirma que Montesquieu fue “el primer pensador de los tiempos modernos que intentó
construir una filosofía de la sociedad y de la historia” (p. 21). Esta afirmación, demasiado
rotunda, requiere ser matizada. El mismo autor menciona una excepción: el caso de
Giambattista Vico (1668-1744), quien identificó a las regularidades (sucesos que se repiten y
que obedecen a las mismas causas) como la base de la ciencia social. [1] Podemos mencionar
otra, la obra de Maquiavelo (1469-1527), que puede ser considerada en muchos sentidos la
primera teoría social moderna. Aquí no disponemos de espacio para desarrollar la cuestión de
los precursores de los precursores; en todo caso, será elaborada en fichas posteriores.
Más allá del debate sobre los posibles antecesores de Montesquieu en el desarrollo de la
teoría social moderna, lo cierto es que éste:
“Existen distintas formas de gobierno que reciben los nombres de república, aristocracia,
monarquía y despotismo, y que no constituyen agregados de propiedades adquiridas de forma
accidental, sino que son más bien la expresión de ciertas estructuras sociales subyacentes.
Tales estructuras permanecen ocultas mientras sólo observamos los fenómenos políticos y
sociales, es decir, los hechos. Estos son en primera instancia tan complejos y variados que
parecen desafiar toda comprensión.” (p. 22).
El problema central de la teoría social consiste, por tanto, en encontrar las regularidades que
permiten relacionar la multitud de hechos que se suceden todo el tiempo en cada sociedad.
Para eso es preciso partir del supuesto de que todas las instituciones de una sociedad son
interdependientes entre sí; ninguna de ellas existe por casualidad o para satisfacer un “deber
ser” al que aspiran los individuos. Todo lo contrario.
“La educación y la justicia, las formas de matrimonio y la familia, y las instituciones políticas, no
solo ejercen una influencia recíproca, sino que dependen también de la forma básica del
Estado; el carácter de éste, a su vez, descansa en esos aspectos de la sociedad. (…) Si el
examen de una sociedad revela determinada interdependencia entre sus elementos, y si una
serie de sociedades tienen tantas cosas en común que se las puede clasificar en el mismo tipo,
entonces los procesos de funcionamiento de estas sociedades también pueden manifestar
ciertas tendencias características similares. Ni estos procesos ni el destino de los pueblos están
determinados por accidentes.” (p. 23; el resaltado es mío – AM-.).
Montesquieu sienta así las bases de las ciencias sociales modernas, que se apoyan en el
reconocimiento de la existencia de regularidades en todas las sociedades. Ahora bien, esas
regularidades no son las mismas en cada sociedad ni en cada época histórica.
Toda ciencia tiene que describir la realidad, pero resulta complejo llevar a cabo esta tarea si
esa realidad está compuesta por elementos que difieren completamente entre sí. De ahí la
necesidad de identificar rasgos comunes y, de ese modo, establecer clasificaciones y tipologías.
Para resolver el problema de la descripción de una realidad compleja, Montesquieu desarrolló
los tipos ideales y los aplicó al estudio de las formas de gobierno.
“Su obra principal, El espíritu de las leyes, y en medida algo menor todos sus otros escritos, son
análisis basados en tipos políticos y sociológicos. Se trataba de una herramienta intelectual
indispensable, capaz de dar sentido a lo que de otro modo parecería una maraña
incomprensible.” (p. 22).
Los tipos ideales se construyen a partir de la identificación de los rasgos comunes a diversas
sociedades. En base a ellos se construye un tipo ideal de sociedad (en el caso de Montesquieu,
de forma de gobierno), que permite clasificar a cada una de las sociedades realmente
existentes. La condición de posibilidad de la formulación de los tipos ideales es la existencia de
regularidades en las sociedades. Si todo fuera azar sería imposible construir una ciencia de la
sociedad.
“Sus tipos no tenían pretensión alguna de trascender el tiempo y el lugar. Reconocía que las
costumbres, las leyes y otras instituciones de las sociedades varían junto con las demás
condiciones de su existencia. Discernía ciertos tipos generales, por ejemplo, la monarquía,
pero también veía que las monarquías específicas varían según el tiempo y el lugar. Por ello,
las reglas nunca pueden ser válidas para todas las sociedades y para todos los pueblos.” (p.
28).
Zeitlin señala Montesquieu no fue el primero en utilizar los tipos ideales. Aristóteles (384-322
a.C.), por ejemplo, también los empleó; pero, el filósofo griego “lo circunscribió [su uso] a las
formas políticas.” (p. 27). Zeitlin cae aquí en error conceptual, pues las formas de gobierno en
Aristóteles no son sólo formas de organización política, sino tipos de organización social. No
cabe hablar de reduccionismo político. [2]
Ahora bien, “la ciencia exige algo más que descripción y clasificación; también supone
interpretación y explicación.” (p. 27). Montesquieu sostiene que esto es posible en la medida
en que puedan formularse leyes; sin ellas tampoco es viable una ciencia de la sociedad.
Las leyes implican el reconocimiento de la existencia de relaciones causales entre los hechos.
Montesquieu sostuvo que las leyes no sólo se aplicaban a la naturaleza, sino también a la
sociedad. De este modo, el terreno de lo social dejaba de ser patrimonio del azar, de la acción
de las grandes personalidades, de la voluntad de Dios. La sociedad se convertía en un objeto
de estudio, a semejanza de los astros que eran estudiados por la astronomía o de los cuerpos
cuyos desplazamientos eran examinados por la física.
“El volumen de la sociedad es para Montesquieu la causa principal de estos cambios [en la
sociedad y la política]. (…) Las interpretaciones tradicionales de la teoría de Montesquieu han
pasado por alto su reconocimiento de las variables sociales y han llamado la atención, en
cambio, hacia otras variables: la geografía, la topografía, la fertilidad del suelo, el clima, la
proximidad (o la lejanía) respecto al mar, etc. Montesquieu atribuía a todos estos factores una
influencia restrictiva sobre la estructura de una sociedad; son las constantes retardantes cuya
ausencia o presencia orientan a una sociedad en una dirección particular. Pero en su
pensamiento estos factores eran menos importantes que las variables sociales.” (p. 31).
“Las costumbres surgen espontáneamente de la existencia social; las leyes, en cambio, son
establecidas por un legislador de manera formal y explícita.” (p. 31).
En la concepción de Montesquieu, cada sociedad “parece requerir ciertas leyes definidas que
se adapten en grado máximo a la misma. Pero estas permanecen ocultas e implícitas (…), si
algún legislador no las discierne y las formula explícitamente.” (p. 31-32).
Ahora bien, la tarea del legislador introduce la contingencia en la cuestión de las leyes de la
sociedad, pues la legislación puede diferir de la naturaleza de la sociedad. “Una sociedad sería
lo que prescribe su naturaleza, si no fuera por la ignorancia y los errores de quienes
interpretan estas prescripciones.” (p. 32). [3]
Montesquieu formuló una clasificación de las sociedades. En ella distinguía las siguientes
formas: república (que puede ser aristocracia o una democracia), monarquía, despotismo y
una cuarta forma constituida por las sociedades que viven de la caza y la cría de ganado. [4]
Con esos tipos ideales se refiere a sociedades totales, no sólo a sistemas políticos. No se basan
en la aplicación de principios a priori, sino que se fundan en la observación. [5] Se interesó
tanto en las diferencias entre las sociedades como en sus semejanzas. Zeitlin indica que:
“El razonamiento subyacente en esta clasificación es válido todavía hoy. Comprendió que el
aumento de complejidad de las estructuras económicas y sociales, el acrecentamiento de las
diferencias de riqueza, la aparición de estratos, etc., provocaban cambios en la estructura
política.” (p. 29).
“Se percató del hecho de que una república como la Atenas o la Roma antiguas, donde la
propiedad privada se hallaba poco desarrollada, lógicamente presentaría el mayor grado de
solidaridad social; y que una sociedad moderna, caracterizada por una compleja división del
trabajo y por la existencia de clases y de grupos especiales de intereses, debía presentar un
grado menor de ella. En este último caso, cada individuo establece una tajante distinción entre
su persona y su grupo especial de intereses por una parte, y la sociedad por la otra. La
solidaridad social, en la medida en que puede existir en la sociedad moderna, brota de una
fuente distinta. Ya no depende de la igualdad y la semejanza, sino precisamente de la división
del trabajo, que crea la interdependencia de individuos y de grupos.” (p. 29-30).
Por último, esta ficha es, a la vez, la continuidad de una serie dedicada a presentar el aporte de
Zeitlin a la historia del pensamiento sociológico, y la primera de una serie de trabajos sobre la
contribución de Montesquieu a la teoría social, basada en la lectura de El espíritu de las leyes.
Así como Montesquieu (1689-1755) desarrolló los tipos ideales como instrumento para el
estudio comparativo de las sociedades, Rousseau retomó la noción de estado de naturaleza,
elaborada en el siglo XVII por filósofos como Thomas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-
1704), y la empleó para comprender las características de la sociedad moderna. A diferencia
de sus predecesores en el campo de la filosofía política, Rousseau consideraba que la
organización social de su época oprimía a los SH, los privaba de su libertad, y por ello se lanzó a
la aventura intelectual de indagar las causas que habían llevado a esta situación.
“El principal objetivo de Rousseau era (…) hallar un orden social cuyas leyes estuvieran en la
máxima armonía con las leyes fundamentales de la naturaleza. Buscaba una alternativa del
orden prevaleciente, el cual, a su juicio, impedía el perfeccionamiento del ser humano y hasta
deformaba y violaba su naturaleza.” (p. 34).
Ahora bien, para poder cuestionar de manera fundamentada el orden social moderno, era
preciso compararlo con una situación diferente. La comparación servía para desnaturalizar lo
existente, para mostrar que las cosas podían ser de otra manera. Mientras que Montesquieu
comparó la civilización europea con la asiática, Rousseau siguió otro camino: apeló al viejo
concepto de EN, una situación presocial (anterior a cualquier forma de organización social). Su
uso del concepto fue claramente metodológico:
“Se trataba de un esquema teórico hipotético, de un recurso heurístico mediante el cual podía
despojarse teóricamente al ser humano de sus aspectos sociales y culturales. Esto brindaría un
concepto del ser humano natural que podía servir como una especie de patrón para medir el
grado de represión impuesto por una sociedad específica.” (p. 34-35).
Zeitlin remarca que Rousseau tenía en claro que jamás había existido el EN (no era una
situación histórica). Su empleo de la noción puede considerarse como “un experimento
intelectual en extremo imaginativo” (p. 35). [4]
¿Qué es el EN?
“El hombre natural no es más que el hombre despojado de lo que ha adquirido en sociedad.
Imaginémoslo desprovisto de todas sus cualidades sociales, y lo que resta es el ser humano
biopsicológico, o el ser humano reducido a lo que hubiera llegado a ser en caso de vivir
realmente en el aislamiento.” (p. 35).
No obstante, los contractualistas dieron en el clavo al defender el carácter social (no natural)
de todas las instituciones humanas. La familia, la propiedad, el Estado, etc., no son naturales,
sino el resultado de determinadas condiciones sociales, y cambian en la medida en que dichas
condiciones se modifican. Nada es eterno ni inmutable en el ámbito de la sociedad. [7]
Pero postular la existencia del EN, así sea a modo de experimento intelectual, no resuelve la
cuestión de cómo determinar cuáles son las características de la vida humana en dicho estado.
Rousseau solucionó el problema utilizando dos herramientas: a) la razón; b) el conocimiento
de la vida de los pueblos primitivos, aunque tiene en claro que los “salvajes” sólo dan una
medida muy inexacta del EN, pues se hallan a una distancia histórica considerable de aquél,
dado que viven en sociedad.
“Rousseau se planteó: ¿Qué experimentos sería menester realizar para descubrir al ser
humano natural? ¿Y cómo pueden realizarse esos experimentos en el estado de sociedad?
Tales experimentos serían sumamente difíciles, si no imposibles. Por ello sugiere algunas
técnicas alternativas mediante las cuales abordar el problema. Una de ellas consiste en
observar a los animales en su hábitat natural para enriquecer nuestra comprensión de la
condición natural no influida por la sociedad. En segundo lugar, podemos estudiar a los
pueblos primitivos, salvajes, pero recordando siempre que estos ya han adquirido un
considerable patrimonio sociocultural. Por último, podríamos descontar todos los factores
creados por el posterior desarrollo social del ser humano, tales como el lenguaje, y apartarlos
de nuestro pensamiento. Así, Rousseau buscaba un patrón objetivo y no ideológico por medio
del cual evaluar la sociedad.” (p. 36).
A partir del procedimiento descripto en los párrafos precedentes, Rousseau estableció las
características del EN, al que concibió:
“Como un equilibrio perfecto entre las necesidades del ser humano y los recursos de que
dispone: solo desea y necesita lo que se encuentra en su medio físico inmediato. Al igual que
otros animales, tiene únicamente sensaciones, y carece de conocimiento y lenguaje. (…) Sus
necesidades son muy simples y puramente físicas: alimento, pareja y reposo; no puede
concebir el futuro y se orienta de manera exclusiva hacia el presente. El ser humano logra la
armonía entre su naturaleza interna y la naturaleza externa mediante la satisfacción de todas
sus necesidades. Las condiciones para el desarrollo están totalmente ausentes.” (p. 37).
El EN es, pues, un estado estacionario, durante el cual las cosas permanecen invariables
durante un largo período. Mejor dicho, los cambios son mínimos y se dan, sobre todo, como
consecuencia del aumento, lento pero paulatino, de la población. También se verifican
cambios en el medio físico. Como quiera que sea, el SH sale del EN y pasa a la vida en sociedad.
Al producirse cambios en el medio físico y aumentar la población, las personas “se vieron
forzadas a unirse y coordinar sus esfuerzos; podían hacerlo porque tenían la capacidad de vivir
en sociedad” (p. 38).
“Primero se formaron familias, que luego se unieron para formar sociedades; a medida que
aprendieron a hablar, y con el lenguaje adquirieron la capacidad de acumular conocimientos y
transmitirlo a sus hijos. El ser humano había inventado la cultura. En esta etapa no había aún
desigualdad social alguna.” (p. 38).
La sociedad política no tiene por objetivo el bien común; el Estado no es de todos. Su función
primordial es proteger la propiedad.
“Los derechos, las obligaciones y las normas de la propiedad son productos de la sociedad, en
la medida en que primera vez los seres humanos aprenden a actuar unos contra otros, a
atacarse. La guerra no es un conflicto de hombres individuales en estado de naturaleza: es un
fenómeno social. (…) Pero la agresión y la guerra también surgen dentro de la sociedad – es lo
que pensadores posteriores llamaron conflicto de clases o guerra civil – y son el resultado de
las desigualdades sociales. Las relaciones sociales entre las personas, en las que unos son ricos
y otros pobres, algunos dominan y los restantes están en la servidumbre, también dan origen a
la hostilidad y los conflictos entre ellos. Con el propósito de controlar esa guerra se establece
el Estado civil.” (p. 39).
Rousseau sostiene que la vida en sociedad implica la ruptura del equilibrio existente en el EN y
está signada por el conflicto entre ricos y pobres. Más todavía, la sociedad tal como está
constituida oprime y asfixia a los rasgos de la NH. Las personas dejan de sentir empatía por sus
semejantes y se vuelven egoístas. Sin embargo, Rousseau no se oponía a la sociedad per se;
consideraba que el SH era perfectible y, por tanto, que la sociedad podía ser transformada,
hasta convertirla en un organización capaz de promover, y no de asfixiar, el desarrollo de las
potencialidades de las personas.
Rousseau sostiene que nuestra forma de organización social no es natural, sino que es el
resultado del conflicto entre ricos y pobres. Esta organización promueve la desigualdad. Más
aún, su función es perpetuarla. En definitiva, en el orden social existente en la Europa del siglo
XVIII, el Estado expresaba la voluntad de los ricos. En términos de Rousseau, la voluntad
general no era otra cosa que la voluntad de un grupo particular de individuos, los ricos,
quienes acaparaban la riqueza de la sociedad. La voluntad de las personas quedaba
subordinada a esa voluntad general. De ese modo, la sociedad oprimía al individuo en vez de
garantizar su libertad.
De ahí que sea preciso reemplazarla por otra forma de sociedad, capaz de garantizar la libertad
de los individuos y permitir el pleno desarrollo de las potencialidades de éstos.
“La nueva sociedad, o contrato social, permite la absorción del individuo en la voluntad
común, general, sin perder su propia voluntad, porque al darse a esta voluntad común se da a
una fuerza impersonal, en realidad, casi a una fuerza de la naturaleza.” (p. 42).
“Es ahora miembro de una sociedad de iguales; ha recuperado una igualdad que no es
diferente de la que tenía en estado de naturaleza, pero bajo una nueva forma y en un nivel
superior. Ahora la libertad y la igualdad no solo están resguardadas, sino que son más
perfectas que en el estado de naturaleza. (…) El interés general se expresa en el hecho de que
todos desean la felicidad de cada uno.” (p. 42).
Pero la concreción del CC presenta múltiples dificultades. Rousseau era consciente de ello. La
existencia de la propiedad privada creaba desigualdad. Sin embargo, Rousseau no era
partidario de su abolición. Ello multiplicaba los problemas para la puesta en práctica del CC.
“Gracias a la atención que prestó al «hombre natural» y al recurso metodológico que empleó
para deducirlo, logró una exacta concreción de la cultura, de lo que el ser humano adquiere en
sociedad, por ella y de ella. Asimismo, fue uno de los primeros en estudiar de manera
relativamente sistemática los orígenes, las formas y las consecuencias de la desigualdad social.
Comprendió claramente que la existencia de clases y los conflictos entre éstas influyen sobre
todos los aspectos de la vida de las personas. La desigualdad tiene consecuencias inhumanas
definidas y engendra la lucha y la guerra entre las distintas sociedades, y dentro de ellas. Por
último, vio las posibilidades del cambio. Debe haber un modo, creía, de cambiar o remodelar la
sociedad que el ser humano mismo ha creado pero donde ya no es su propio amo.” (p. 43).
A esta síntesis hay que agregarle que Rousseau vio como nadie las limitaciones de la
democracia burguesa, mucho antes de que ésta se plasmara en la práctica. Teórico de una
democracia directa, cuyo órgano fundamental debía ser la asamblea, el filósofo ginebrino tuvo
en claro las dificultades insolubles implicadas en la constitución de una democracia radical en
el marco de una sociedad basada en la propiedad privada. En este caso, su mérito reside en la
percepción de esas dificultades antes que en las soluciones propuestas.