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Impuestos sobre consumos específicos

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Los impuestos sobre consumos específicos, también denominados impuestos
especiales, impuestos selectivos al consumo o accisas en la denominación de
la Unión Europea, son un conjunto de impuestos indirectos, que gravan de forma
selectiva el consumo de determinados bienes.

Índice

 1Historia y naturaleza
 2Clases
 3Fundamento
 4Gravamen
 5Unión Europea
 6Véase también
 7Referencias

Historia y naturaleza[editar]
El acto de adquirir bienes o servicios pone de manifiesta la capacidad económica
del sujeto que realiza esta acción, es por ello, que ha sido históricamente sometido
a imposición por los Estados. El consumo puede ser objeto de dos tipos de
gravámenes, uno de carácter genérico sobre todas las ventas independiente del
producto de que se trate, que sería el caso del impuesto sobre el valor añadido y
otro forma particularizada que escoge determinados bienes para el gravamen, que
constituyen los impuestos sobre consumos específicos.
Estos impuestos específicos integran una de las figuras más antiguas en la
historia de la tributación, establecida ya en los sistemas fiscales anteriores al
Imperio Romano, que gravaban el comercio de productos como la sal,
las especias, los tintes o los colorantes.12

Clases[editar]
Se pueden distinguir una serie de impuestos específicos tradicionales que se
establecen sobre el tabaco, las bebidas alcohólicas y sobre los hidrocarburos, que
son comunes en muchos países del mundo y por otro lado una serie de productos
y servicios diversos más cambiantes como son los bienes de lujo, el juego,
algunos servicios bancarios, transportes y otros.

Fundamento[editar]
El fundamento de estos impuestos es que el gravamen sobre el consumo no
puede quedar confiado de manera exclusiva a un impuesto de carácter general
como el IVA (impuesto sobre el valor añadido o agregado) que grava de manera
indiscriminada el consumo de todos los bienes y servicios, independiente del tipo
de bienes que se traten, sino que es necesaria la existencia de otros impuestos
que graven de manera selectiva el consumo de bienes específicos. Los impuestos
especiales cumplen así una doble función de recaudación de fondos para el
Tesoro Público y a la vez sirven como instrumento a unas determinadas políticas,
formando parte de la política sanitaria, energética, etc de un país.
Estos impuestos pueden tener carácter redistributivo en algunos casos, cuando los
productos gravados tienen carácter suntuario 2 y en otros caso pueden ser
regresivos, en tanto que los bienes objeto del impuesto son más consumidos por
los ciudadanos de menos renta.3 Suponen una discriminación respecto de
determinados consumos que pueden tener su fundamento en alguno de los
siguientes aspectos:

 Controlar el consumo de bienes considerados contrarios a la salud. Sería el


caso del la imposición sobre el alcohol y el tabaco. Algunos autores ponen en
duda esta correlación por cuanto la demanda de estos productos tiende a
ser inelástica.
 Mejorar la eficiencia en el uso de los recursos disponibles. Este impuesto
trataría de compensar las externalidades negativas producidas por los bienes
gravados.
 Este gravamen puede sustituir las tasas por servicios prestados por el
Estado.
 El gravamen sobre bienes de carácter suntuario que ponen de manifiesto la
capacidad de pago de los sujetos.
 La capacidad recaudatoria de estos impuestos ha tenido un papel
fundamental para su implantación, a lo que ha contribuido:
o La ausencia de productos sustitutivos cercanos.
o Un gestión tributaria fácil basada en la identificación clara de los
productos.
o Una demanda inelástica que tolera la elevación de los precios.
o Un reducido número de productores que facilita la administración de
los impuestos.

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