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Eón arcaico

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El eón arcaico, anteriormente conocido
como Arqueozoico y en
ocasiones Arqueano (este último, un Supereón Eón1 Millones años
anglicismo), es una división de la escala   Fanerozoico 542,0 ±1,0
temporal geológica, es la segunda Proterozoico 2500
división geológica del Precámbrico. Precámbric
Arcaico 4.000
Comienza hace 4000 millones de años, o
después del eón hádico, y finaliza hace 2500 Hádico ca. 4.600
millones de años, cuando comienza el eón
proterozoico, durando unos 1500 millones de
años. Las fechas se definen cronométricamente, en lugar de estar basadas en
la estratigrafía.23 El límite inferior (punto de partida) no ha sido oficialmente
establecido por la Comisión Internacional de Estratigrafía. En la literatura antigua,
el Hádico se incluye como parte del Arcaico. El nombre «arcaico» proviene del
griego antiguo «αρχή», que significa «comienzo», «origen».
En este período se produce una evolución de la corteza terrestre, por lo cual tuvo
que haber una tectónica de placas (movimiento de placas) y una estructura interna
terrestre similar a la que conocemos hoy en día, aunque la diferenciaba el exceso
de calor. Se calcula que había más actividad tectónica debido a la mayor
velocidad con que se produce la litosfera, por lo cual también cabría esperar que
hubiese mayor actividad en las dorsales y un mayor número de ellas, así como
mayor actividad en las zonas de subducción y mayor número de placas y más
pequeñas, evidentemente.

Índice

 1Tierra
 2Agua y atmósfera
 3Geología
 4Formas de vida
 5Subdivisiones
 6Referencias
 7Véase también
 8Enlaces externos

Tierra[editar]
Recreación del Arcaico.

Esquema de la tectónica de placas.

A comienzos del Arcaico, el flujo de calor de la Tierra era casi tres veces superior
al que es hoy, y el doble que a principios del Proterozoico (2500 m.a.). El calor
adicional puede haber sido debido al remanente de la acreción planetaria, en parte
procedente del calor de formación del núcleo de hierro y en parte por una mayor
producción de calor radiogénico por radionúcleos de corta duración, como
el uranio-235. La mayoría de las rocas que aún sobreviven
son metamórficas e ígneas. La actividad volcánica era considerablemente más
alta que hoy, con numerosos puntos calientes, fosas tectónicas y lavas eruptivas
incluyendo tipos inusuales como la de komatita.
Sin embargo, predominan las rocas ígneas intrusivas en los remanentes de
los cratones de la corteza terrestre que sobreviven hoy. Estas son magmas que se
infiltraron en las rocas, pero solidificaron antes de que pudieran llegar a la
superficie de la Tierra. Como ejemplos podemos citar grandes placas fundidas y
voluminosas masas plutónicas de granito, diorita, anortosita y monzonita.
La Tierra de comienzos del Arcaico puede haber tenido un diferente estilo
tectónico. Algunos científicos piensan que, debido a que la Tierra estaba más
caliente, la actividad de placas tectónicas era más fuerte que actualmente,
resultando en una mayor tasa de reciclaje de material. Esto puede haber impedido
la formación de cratones y continentes hasta que el manto se enfriara y la
corriente de convección se ralentizara. Otros argumentan que el manto
subcontinental litosférico era demasiado grande para subducir, y que la falta de
rocas arcaicas es debida a la erosión producida por los eventos tectónicos
posteriores. La cuestión de la actividad tectónica en el Arcaico es un área activa
de la moderna investigación geocientífica. 4

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