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Índice de contenidos

1. Beneficios de la propagación de plantas mediante semillas


2. Un poco de biología
3. Conocer la época de siembra / Condiciones idóneas
4. Tratamientos previos a la siembra
• Escarificación
• Hidratación
• Estratificación de semillas
o Estratificación en frío
o Estratificación en caliente
o Estratificación en caliente y en frío
5. Recipientes y ubicación
• En macetas / En tierra
• En interior / exterior
6. La luz
7. Sustrato
8. Profundidad de siembra
9. Riego
10. Viabilidad y conservación
• Almacenamiento de semillas
11. Compra de semillas

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La portada ha sido diseñada usando imágenes de Freepik.com

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1. Beneficios de la propagación de plantas mediante


semillas

➢ A quienes siembran las semillas


Coste bajo: La siembra de semillas permite la obtención de una gran cantidad de
plantas a un coste inferior al de otros métodos de propagación de plantas.
Generalmente las plantas producen abundantes semillas y se pueden conservar
durante un largo periodo.

Disponibilidad: Esta forma de reproducción permite que podamos cultivar plantas de


diversas partes del mundo de forma fácil que, de otra forma, como en forma de plantas
pequeñas o esquejes, no sería posible debido a los daños que les produciría un largo
transporte desde un lugar lejano o al alto coste de este. Sin embargo, las semillas son
generalmente de pequeño tamaño, mantienen durante cierto tiempo su viabilidad por
su capacidad para permanecer inactivas, pueden transportarse desde largas distancias
y conseguir germinar con éxito.

Salud: No menos importante es la ilusión y la satisfacción personal que produce el


propagar plantas a través de sus semillas y obtener tus propias plantas, floraciones o
la cosecha de una huerta con tu tiempo, atención y dedicación. Estar en contacto con la
naturaleza nos reporta tranquilidad, bienestar y aprendizaje continuo, tanto a jóvenes
como a mayores. Echa un vistazo a: [Razones por la que plantar te hace feliz]

➢ A las futuras plantas


Variabilidad: Cuando reproducimos una especie a través de sus semillas aumenta la
variabilidad de la especie, existiendo la posibilidad de producir una planta con mejores
características que la original o, cuanto menos, diferentes, pudiendo variar detalles
estéticos como nuevos colores en la floración o una mayor resistencia de la planta. La
variabilidad hace a la planta perdurar en el tiempo. Es de hecho la variabilidad lo que
ha permitido a las plantas adaptarse a los cambios ambientales y llegar a colonizar el
planeta frente a las condiciones extremas de algunos lugares, las plagas y
enfermedades que les acechan.

Adaptación: Las plantas nacidas de semillas tienen una menor probabilidad de


contraer enfermedades de las plantas madre que si se obtuvieran a través de esquejes
o acodos. Adaptan mejor su desarrollo a las condiciones del lugar en el que germinan
que plantas desarrolladas en otra ubicación del planeta.

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2. Un poco de biología

La germinación es el proceso a través del cual las plantas crecen de una semilla para
convertirse en una nueva planta, es el ciclo de la vida. El proceso de crecimiento
comienza si las condiciones son las adecuadas y, así, comienzan a desarrollar la raíz y
el brote de una nueva planta.

Dentro de cada semilla hay un núcleo, un embrión. La semilla tiene reservas de


alimentos que el embrión utilizará en su desarrollo inicial. Antes de que las condiciones
sean apropiadas, las semillas permanecen inactivas. La mayoría de las semillas tienen
una capa externa que las protege del medio ambiente, les permite resistir a
temperaturas extremas, humedad, fricciones, digestiones animales y otros procesos
que sufren en la naturaleza, esta protección natural permite que la germinación no se
produzca antes de tiempo. Las semillas también están provistas de inhibidores
químicos naturales, como algunas fitohormonas, que impiden o retrasan la
germinación. Esta es una respuesta evolutiva para dar al interior de la semilla una
buena oportunidad de supervivencia.

El proceso de la germinación en sí es simple. Primero, la semilla absorbe agua (proceso


de imbibición). Cuando esta imbibición es suficiente, la capa externa de la semilla se
abre, dejando paso a la radícula y la plúmula, que empiezan a emerger. Estas son las
partes del embrión que se desarrolla en tallo y raíces respectivamente.

Mientras se desarrollan, la parte de las semillas que almacena el alimento, el cotiledón,


se despliega. Son fáciles de distinguir, pues es la parte de la semilla más grande.
Mientras la planta se desarrolla gracias al cotiledón, éste se convertirá en las primeras
hojas de la planta.

3. Condiciones idóneas

Por lo general, tener éxito con la siembra de semillas depende en gran medida de
proporcionarles unas condiciones adecuadas de germinación y desarrollo.

Estas condiciones varían de una especie a otra. Generalmente, las semillas que están
completamente formadas, están secas (hay excepciones). Los factores más
importantes para que se desarrollen incluyen el agua, la temperatura, el oxígeno y, en
algunos casos, el grado de exposición a la luz solar.

Como habíamos dicho antes, las semillas absorberán agua, lo que hará que se hinchen
considerablemente. Los cotiledones contienen reservas de alimentos en forma de
proteínas, aceites y almidón. Las semillas utilizan la respiración aeróbica para crear la

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mayor parte de la energía que necesitan para crecer y convertirse en plantas jóvenes.
Esto significa que utilizan el oxígeno para descomponer los nutrientes y crear energía.

A veces, la capa de la semilla es tan gruesa que no puede dejar entrar el oxígeno. La
semilla, por lo tanto, permanece inactiva hasta que la capa de la semilla se desgasta lo
suficiente o se rompe para que la semilla pueda absorber el oxígeno y el agua.

La temperatura también tiene que ser la correcta, afectará a la rapidez con la que la
semilla crecerá y la temperatura ideal varía de una especie a otra. Sin embargo, cada
especie tiene un rango de temperatura dentro del cual germinará. La mayoría de ellas
germina a la temperatura ambiente media de una casa. Algunas necesitan que la
temperatura cambie continuamente entre cálida y fría. Otras semillas germinan a
temperaturas justo por encima del punto de congelación. Algunas semillas necesitan
pasar por un proceso de frío antes de poder romper su letargo. Otras, sólo germinarán
después de temperaturas muy altas (por ejemplo, un incendio forestal).

Así, por tanto, hemos de conocer la información de siembra de cada especie concreta.
Son de gran ayuda los calendarios para huertos (en el caso de este tipo de plantas)
donde se indican los periodos de siembra por meses para cada tipo. Existen tanto para
el hemisferio norte, como para el hemisferio sur.

4. Tratamientos previos a la siembra

El letargo natural de las semillas puede romperse mediante diferentes procesos


artificiales que simulan procesos naturales, podemos así iniciar la germinación.

➢ Escarificación
Se trata de abrasar la cubierta de la semilla para que la humedad y el aire entre en
contacto con el embrión y active el proceso de germinación.

Durante la escarificación, la capa externa de la semilla se elimina o se para hacerla


permeable al agua, que es esencial para la germinación. Se pueden usar varios
métodos: si la capa de semillas es simplemente demasiado gruesa o demasiado dura,
las semillas pueden limarse o lijarse con una lima para que el agua pueda penetrar,
esta sería una escarificación físico-mecánica; dependiendo de la especie, también se
pueden hacer pequeños cortes con un cúter o fracturar ligeramente la cubierta.

Debes tener cuidado de no lijar o presionar en exceso y dañar la parte interna de la


semilla. Simplemente detente justo antes de este punto y deja la semilla en remojo en
agua durante un día y luego ponla en su sustrato. Otro método para escarificar
semillas duras es el químico, usando ácidos y bases diluidas y bañando las semillas
durante unos minutos.

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Algunas especies están preparadas para crecer justo cuando ocurre un incendio y es el
fuego quien la escarifica. Este proceso se puede imitar de forma artificial sembrando
las semillas en una bandeja de barro, cubriéndolas con una de hojas secas que
podremos quemar.

➢ Hidratación
La inmersión en agua permite reblandecer la capa más externa y en algunos casos
disolver y eliminar sustancias inhibidoras de la germinación. El tiempo en remojo varía
entre las 12 y las 72, de media 24 horas, y la temperatura habitual del agua es la del
interior de una casa. Para algunas semillas, sumergirlas en agua caliente con
detergente suave ayuda a eliminar los inhibidores de forma más rápida para iniciar el
proceso de germinación.

Si las semillas van a permanecer más de 24 horas en agua, por que la especie así lo
requiera, el agua ha de cambiarse cada día.

Este proceso natural ocurre en la naturaleza con las lluvias y los cambios de
temperatura.

➢ Estratificación de semillas

o Estratificación en frío
El proceso de estratificación simula el paso del invierno en la semilla, se trata de
introducir las semillas en un medio húmedo como arena o vermiculita, y conservarlas
en un recipiente hermético durante semanas entre 3-5ºC en un refrigerador.

Si vives en un lugar donde hiela, puedes sembrarlas directamente en semilleros o


macetas y dejar que la naturaleza siga su curso, llegado el momento germinarán; o
también puedes reproducir este proceso de forma artificial:

• 1. Prepara un recipiente (táper con tapa o bolsa con cierre) con un


sustrato como la vermiculita, también puedes usar fibra de coco.
• 2. Humedece el sustrato con agua y coloca las semillas cubriéndolas
con el mismo sustrato. No lo encharques.
• 3. Espolvorea algún fungicida para evitar que proliferen los hongos,
puedes usar azufre o cobre.
• 4. Introduce el recipiente en el frigorífico a unos 4ºC.
• 5. Revisa y airea cada semana
• 6. Pasadas las semanas (entre 4 y 18 dependiendo de la especie),
sácalo del frigorífico y siembra las semillas en macetas como lo
harías de forma normal, en lugar iluminado sin sol directo

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No olvides etiquetar los recipientes para reconocerlos posteriormente y saber la fecha


en que fueron puestas a estratificar.

Después de este proceso la germinación habrá comenzado o comenzará a hacerlo con


el aumento de la temperatura.

Otro método alternativo a este proceso que lleva semana es el uso de fito hormonas
como el ácido giberélico.

➢ Estratificación en caliente
Este proceso simula el paso de la primavera y/o el verano en la semilla. Se preparan las
semillas de la misma manera que en el método anterior y se mantienen a una
temperatura elevada en torno a 20-25ºC con calefacción.

Se utiliza cuando queremos adelantarnos a las buenas temperaturas de la primavera o


cuando las semillas a germinar necesitan una temperatura más alta a la que
habitualmente hace en nuestra ubicación, por ejemplo, al sembrar semillas de plantas
tropicales en climas fríos.

➢ Estratificación en caliente y en frío


Una combinación de los procesos anteriores es necesaria para la germinación de
algunas especies, por ejemplo, el Cardamomo negro (Amomum subulatum) necesita
de un periodo de estratificación en caliente de 4 semanas y un periodo de
estratificación frío de 10 a 12 semanas, en este orden.

5. Recipientes

➢ En macetas / tierra
Si nuestras semillas están listas para sembrar nos preguntaremos en qué lugar
sembrarlas, si en recipientes o directamente en tierra. Para la gran mayoría de especies
es preferible el uso de semilleros o macetas de pequeño tamaño. Estos se pueden
controlar de mejor manera que en tierra y cambiar de lugar fácilmente, pudiendo
verificar la humedad, la temperatura, la luz o la aparición de plagas.

Semillas hortícolas como las zanahorias, los rábanos y otras más, se siembran
directamente en tierra, en su ubicación definitiva, ya sea por que su germinación es
muy sencilla, porque la tierra se ha acondicionado de forma adecuada para ellas o
porque un trasplante las dañaría.

Si se decide sembrar las semillas en el exterior han de protegerse del crecimiento de


“malas hierbas” o animales.

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➢ En interior / exterior
Dependerá de cuáles sean las condiciones ambientales, lo normal es que un
invernadero o el interior de una casa, en el que manipular las condiciones de humedad,
temperatura y luz sea sencillo, por ejemplo, cubriéndolas con un film transparente,
revisándolas a menudo o colocándolas en un lugar iluminado, será la mejor opción,
acordándonos de airear para evitar la proliferación de hongos.

En el exterior ha de tenerse especial cuidado con, aparte de lo comentado, con


temperaturas extremas, inundaciones y fuertes vientos.

6. La luz

Hay semillas que necesitan luz para brotar. Estas son semillas que en su mayoría son
tan pequeñas y frágiles que, al cubrirse con la tierra no tendrán la fuerza necesaria
para atravesar y salir a la superficie. En general, todas esas diminutas semillas del
tamaño de partículas de polvo, como por ejemplo las mentas, deberían ser sembradas
sólo en la superficie. Sin embargo, también hay algunas especies con semillas más
grandes que también requieren ser sembradas en la superficie, como cactus o
bambúes.

La siembra en superficie requiere humedad constate, ya que un problema habitual en


estos casos es que se sequen más fácilmente y esto mataría las semillas en poco
tiempo.

7. Sustrato

Es muy importante usar sustratos adecuados para que la germinación se un éxito. Las
raíces pequeñas de los brotes son frágiles y podrían dañarse y no prosperar en un
sustrato normal que contenga un exceso de abono ya que se quemarían. Una buena
mezcla de siembra debe tener un bajo nivel de nutrientes, por tanto, no ha de usarse
tierra fertilizada.

Es altamente recomendable utilizar un sustrato especial para sembrar, que sea ligero y
con buen drenaje, que permita el rápido y buen desarrollo de las raíces, por lo que se
puede mezclar con una parte de perlita o vermiculita.

Los mejores sustratos para semillas son aquellos compuestos de fibra de coco, turba
rubia y parda, o vermiculita, todos con partículas del tamaño adecuado para semillas,
es decir, muy troceados.

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Tras la germinación y cuando las plántulas sean lo suficientemente grandes como para
manipularlas, se pueden trasplantar a un sustrato más nutritivo.

8. Profundidad de siembra

Como regla general, la profundidad de la siembra debe ser el doble del diámetro de la
semilla. Ten en cuenta que aquellas semillas tan diminutas como el polvo o que
resultan difíciles de contar, así como las que requieren luz para germinar, han de
sembrarse en superficie.

La cantidad de semillas por hueco dependerá de la especie, las más grandes


individualmente, y las más pequeñas esparcidas superficialmente.

En todos los casos conviene presionar para el sustrato se afirme y las semillas queden
bien adheridas al mismo.

Una opción interesante es el uso de la vermiculita fina, una fina capa sobre las semillas
mantiene la humedad en la capa superior, evita el crecimiento de musgo y las protege
de algunas plagas e inclemencias del tiempo.

9. Riego

El sustrato ha de mantenerse siempre húmedo, sin llegar al encharcamiento. Los


recipientes con semillas pequeñas han de regarse por capilaridad, colocándolos sobre
una bandeja con agua que irán absorbiendo de abajo a arriba.

Las semillas más grandes pueden regarse directamente por la superficie con un
pulverizador o de la forma anteriormente mencionada, ya que no existe riesgo de que
se desplacen del lugar en el que las hemos sembrado o que queden cubiertas de un
exceso de tierra.

10. Viabilidad y conservación

Las semillas que pueden rehidratarse, como son la mayoría, como las de pimientos o
tomates, pueden llegar a ser viables durante 10 años, otras tan solo 1-2 años; en
cambio las de frutos carnoso o semillas recalcitrantes duran muy poco tiempo viables y

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han de sembrarse tan pronto como sea posible, sin pasar por un periodo de secado ni
de almacenaje.

Las semillas tienen una viabilidad determinada según la especie, la capacidad de


germinar se verá afectada con el paso del tiempo, si no podemos sembrarlas es
importante conservarlas adecuadamente para preservarlas.

➢ Conservar semillas
Lo principal es mantenerlas limpias, con una baja humedad y en la oscuridad. Se trata
de evitar la pudrición o la propagación de hongos.

• Limpia bien las semillas si las has cosechado tú de los frutos y déjalas secar a la
sombra 3-4 días. Puedes espolvorearles un fungicida de forma preventiva.
• Retira las semillas dañadas o arrugadas, más propensas a contraer
enfermedades.
• Guarda las semillas en botes de cristal o bolsitas recerrables diferentes,
introduce en el fondo de ellos un poco de algodón y, si tienes disponibles,
bolsitas de gel de sílice que absorben el exceso de humedad.
• Etiqueta el tarro con el nombre de la especie que contiene para poder
identificarlas, indica la fecha de la cosecha y la de caducidad, también puedes
indicar el origen de las mismas.
• Si tienes espacio en la nevera, mejor mete los tarros dentro, en una zona donde
no de la luz o cubiertos, si no tienes espacio en la nevera, guárdalos en un lugar
fresco de la casa, también sin luz.
• Antes de la siembra de las semillas almacenadas, comprueba la viabilidad de
las semillas sembrándolas en papel de cocina.
¿Quieres ver [5 consejos para proteger semillas recién germinadas]?

11. Compra de semillas

En EntreSemillas.com disponemos de una amplia variedad de semillas de todo tipo y


de los lugares más variados del mundo, producimos nuestras propias semillas, y otras
nos la proveen nuestros expertos contactos. Las conservamos en las mejores
condiciones posibles para que, cuando llegue la hora de sembrarlas, la germinación
sea un éxito. No obstante, como habrás comprendido leyendo este documento, las
semillas requieren de unas condiciones concretas que usted ha de proporcionales para
disfrutar de ellas.
Hemos adaptado nuestros sobres y la cantidad de semillas que contiene cada uno,
para que el coste sea asequible para todos ¿nos visitas?

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