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METEOROLÓGICO DE SUPERFICIE
Materia: INSTRUMENTAL
METEOROLÓGICO Y
MÉTODOS DE OBSERVACIÓN II
Unidades y escalas………………..………………..……………………………..………………..………………….……..3
Métodos de medición………………..………………..……………………………..………………..…………….……..4
Instrumentos telefotométricos………..……………………………………..…………………………………….…..8
Nubosidad………..……………………………………..……………………………………..…………………………..……16
Generalidades………..……………………………………..……………………………………..………………….………16
Definiciones
básicas………..……………………………………..……………………………………..……………………………..………16
Nube………..……………………………………..……………………………………..………………………………..………16
Base de nubes………..……………………………………..……………………………………..………………………….……16
Unidades y escalas………..……………………………………..……………………………………..…………………………18
Requisitos meteorológicos………..……………………………………..……………………………………..……………18
Nefobasímetro láser………..……………………………………..…………………………………………………..…………22
Método de medición………..……………………………………..…………………………………………………..…………23
Exposición e instalación………..……………………………………..…………………………………………………………24
Fuentes de error………..……………………………………..……………………………………………………………………25
Método de medición………..……………………………………..………………………………………………….…………27
Exposición e instalación………..……………………………………..…………………………………………………………27
Fuentes de error………..……………………………………..……………………………………………………………………27
Calibración y mantenimiento………..……………………………………..…………………………..……………………28
Visibilidad vertical………..……………………………………..………………………………..………….……………………29
AOM está relacionado con el concepto intuitivo de visibilidad a través del umbral de
contraste.
Unidades y escalas
La visibilidad meteorológica o alcance óptico meteorológico (MOR) se expresa en metros o
kilómetros.
La distancia de medición varía según la aplicación. En tanto que para los fines de la
meteorología sinóptica la escala de lecturas del MOR se extiende desde menos de 100 m hasta
más de 70 km, el rango de medición puede ser más restringido en otras aplicaciones. Así
ocurre con la aviación civil, donde el límite superior puede ser de 10 km. Este rango puede
reducirse aún más cuando se aplica a la medición del alcance visual en pista en condiciones de
aterrizaje y despegue con visibilidad reducida. Para el alcance visual en pista solo se requiere
entre 50 y 1 500 m . Para otras aplicaciones, como el tráfico por carretera o marítimo, pueden
aplicarse diferentes límites, según las necesidades y los lugares en que se efectúen las
mediciones. Los errores de medición de la visibilidad aumentan en proporción con la misma, lo
cual se tiene en cuenta en las escalas de medición. Tal hecho se refleja en la clave utilizada
para los informes sinópticos, empleando tres segmentos lineales con una resolución
decreciente, a saber, de 100 a 5 000 m en intervalos de 100 m, de 6 km a 30 km en intervalos
de 1 km, y de 35 km a 70 km en intervalos de 5 km. Esta escala permite comunicar la visibilidad
con una resolución mejor que la exactitud de la medición, salvo cuando la visibilidad es inferior
a unos 1 000 m.
Hay métodos instrumentales para medir el coeficiente de extinción a partir del cual puede
calcularse el AOM. Esto permite calcular la visibilidad conociendo los umbrales de contraste y
de iluminancia, o asignándole valores convenidos.
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Estimación del AOM en ausencia de objetos distantes
El alcance visual en la pista (RVR, por las iniciales en inglés) se define como la distancia
máxima a la que el piloto de un avión situado en el eje de la misma puede ver las señales de
superficie o las luces que delimitan esa pista o marcan su eje. Se recomienda que esa medición
se realice en períodos en los que la visibilidad horizontal sea inferior a 1.500 m.
Se considera que el nivel medio de los ojos del piloto de un avión situado sobre el eje de una
pista es de 5 m aproximadamente. Para los grandes aviones de transporte esa altura puede
llegar a los 10 m. En la práctica el RVR no puede medirse desde la posición del piloto sino que
constituye una estimación de lo que el piloto vería desde esa posición.
Cada vez que haya un cambio en el RVR en concordancia con la escala de notificación,
deberá comunicarse a los servicios de tránsito aéreo. La transmisión de estos informes debe
quedar terminada normalmente en los 15 segundos que siguen al fin de la observación.
El RVR puede medirse indirectamente, bien por medio de observadores con equipo
suplementario o sin él, como el transmisómetro o los sensores que miden la luz difusa, o por
televisión. En los aeropuertos internacionales, en los que se realizan aproximaciones de
precisión, las mediciones del RVR deben hacerse continuamente y con el instrumental
adecuado.
El simple recuento de las luces visibles con niebla (o de las luces instaladas paralelamente a
la pista con tal fin) por los observadores puede ser un método sencillo para determinar el
alcance visual en la pista. Pero este método tiene como limitación la capacidad de resolución
del ojo humano, que a partir de cierta distancia (dependiendo del observador) no permite
individualizar y contar las luces de la pista.
Como la posición del observador cuando examina la pista no es la misma que la del piloto
en el avión, es necesario utilizar curvas de conversión para determinar el verdadero RVR. Para
evaluarlo durante el día también pueden usarse paneles indicadores diseñados especialmente 7
y situados a lo largo de la pista.
Para determinar el RVR por uso de televisión se utiliza una cámara y un receptor de
televisión para observar las marcas consistentes en luces, lámparas especiales o balizas
dispuestas a lo largo de la pista.
El método más usual consiste en utilizar una cámara de televisión situada a 5 m de altura
(con zoom) y una hilera de luces idénticas a las de la pista, a 75 m del borde y paralelas a ella.
Las luces se colocan a distancias predeterminadas y se observan en grupos de tres, que se
iluminan sucesivamente (luces 1-2-3, 2-3-4, etc.). Se observa a través de la pantalla de
televisión cada conjunto de luces hasta que se da con un grupo donde sólo las dos primeras
luces son visibles y la tercera no a causa de la bruma o niebla. La distancia entre la cámara y la
segunda luz visible representa el alcance visual en la pista.
Instrumentos telefotométricos
Se han diseñado diversos telefotómetros para efectuar la medición diurna del coeficiente
de extinción comparando la luminancia aparente de un objeto distante con la del fondo
celeste (por ejemplo, telefotómetro de Lohle), pero no se utilizan normalmente para las
mediciones corrientes debido a que, como ya se ha dicho, es preferible emplear las
observaciones visuales directas. No obstante, estos instrumentos pueden ser útiles para 8
extrapolar el MOR más allá del objeto más alejado.
La longitud de base del transmisómetro, es decir la distancia del recorrido óptico del haz de
luz, determina la gama de medición del RVR. Para un RVR de entre 50 y 1.500 m las longitudes
de base más utilizadas están entre 15 y 75 metros. Sin embargo cuanto menor sea la longitud
de base mayor deberá ser la precisión de medición del factor de transmisión y mejor la
alineación del sistema. Si por razones de aterrizaje, en las categorías II y III hay que medir
valores bajos de RVR deberá optarse por un transmisómetro de poca base. Sin embargo, el
máximo de RVR mensurable será entonces relativamente bajo. Habrá que hallar un término
medio. Existen transmisómetros de doble base que permiten una gama más amplia de
medición eligiendo una base u otra, pero al conmutar las líneas de base hay que asegurarse de
que las mediciones de RVR sean coherentes entre sí.
Pueden medirse valores más altos del RVR utilizando longitudes de línea de base más largas,
pero para ello se requiere una mayor potencia luminosa en la transmisión, a fin de compensar
la atenuación de la luz entre el emisor y el receptor en caso de niebla densa y el ángulo de
recepción deberá ser más estrecho para evitar los efectos de la difusión parásita. La medición
de las señales más débiles depende también del ruido de fondo del equipo de medición.
Los órganos que prestan servicios de tránsito aéreo y de información aeronáutica deberán
ser informados inmediatamente de cualquier cambio que se produzca en el funcionamiento
del sistema de observación del RVR.
Las observaciones del alcance visual en la pista deben realizarse a una distancia del eje de la
misma no superior a 120 m. El emplazamiento para observaciones representativas de la zona
de aterrizaje debe encontrarse a unos 300 m del umbral, a lo largo de la pista. Los
emplazamientos para observaciones representativas del centro y del extremo de la pista
En general los transmisómetros tienen sus ejes orientados en forma paralela a la pista. No
obstante, deben evitarse los rayos solares directos. Por consiguiente, el eje óptico debe
orientarse en una dirección aproximada norte-sur (para latitudes inferiores a 50º) o bien
utilizarse un sistema de protección tipo visera.
Con los instrumentos prácticos se mide la luz dispersada en un ángulo limitado, basándose
en una elevada correlación entre la integral limitada y la integral completa.
En estos instrumentos se utilizan tres métodos de medición: retrodispersión, dispersión
frontal y dispersión integrada en un ángulo de gran apertura:
a) retrodispersor: en este instrumento un haz de luz se concentra en un pequeño volumen
de aire delante del transmisor; el receptor está situado en el mismo compartimento,
debajo del foco luminoso, donde recibe la luz retrodispersada por el volumen de aire de la
muestra. Varios investigadores han tratado de hallar una relación entre la visibilidad y el
coeficiente de retrodispersión, pero en general se acepta que la correlación no es satisfactoria.
b) dispersor frontal: varios autores han mostrado que el mejor ángulo es el comprendido
entre
20 y 50°. Por lo tanto, los instrumentos comprenden un transmisor y un receptor; el ángulo
entre los haces es de 20 a 50°. Otra disposición consiste en colocar un solo diafragma a media
distancia entre el transmisor y el receptor, o dos diafragmas, cada uno a corta distancia del
transmisor o del receptor. En la figura se ilustran las dos configuraciones utilizadas.
Estos instrumentos requieren poco espacio (en general de 1 a 2 m). Por eso son útiles
cuando no se dispone de objetos de visibilidad o fuentes de luz (barcos, arcenes, etc.). Como la
medición se refiere a un volumen de aire muy pequeño, la representatividad de las
mediciones sobre el estado general de la atmósfera en el emplazamiento puede ponerse en
duda. Sin embargo, esta representatividad puede mejorarse promediando varias muestras o
mediciones. A veces, también pueden suavizarse los resultados eliminando valores extremos.
La utilización de esta clase de instrumentos se ha limitado con frecuencia a aplicaciones
concretas (por ejemplo, medir la visibilidad en carreteras o determinar si hay niebla o no) o
Calibración y mantenimiento
Con objeto de obtener observaciones satisfactorias y fiables, los instrumentos de medición
del MOR deberían hacerse funcionar y mantenerse en las condiciones prescritas por los
fabricantes, y conservarse continuamente en buen estado de funcionamiento. Se debería
lograr un rendimiento óptimo, mediante verificaciones regulares y una calibración conforme a
las recomendaciones de los fabricantes. La calibración con muy buena visibilidad (más de 10 a
15 km) debería efectuarse regularmente. Hay que evitar calibraciones erróneas debido a las
condiciones atmosféricas. Por ejemplo, en el caso de fuertes corrientes ascendentes, o
después de una lluvia intensa, se producen en la capa de aire próxima al suelo considerables
variaciones del coeficiente de extinción, y si se utilizan varios transmisómetros en el
emplazamiento (como en el caso de los aeropuertos), se observa dispersión en sus
mediciones. En tales condiciones no debería procederse a realizar la calibración.
Debe señalarse que, en el caso de la mayoría de los transmisómetros, las superficies ópticas
tienen que limpiarse regularmente, y ha de planificarse un servicio diario para ciertos
instrumentos, sobre todo en los aeropuertos. Los instrumentos deberían limpiarse durante
perturbaciones atmosféricas importantes, o después de ellas, puesto que la lluvia o los
chubascos violentos, unidos a un viento fuerte, pueden cubrir los sistemas ópticos con un gran
número de gotas de agua y partículas sólidas, lo que origina importantes errores de medición
del MOR, y lo mismo se aplica a las nevadas, que pueden bloquear los sistemas ópticos. Con
frecuencia se colocan sistemas de calefacción delante de los sistemas ópticos para mejorar el
rendimiento de los instrumentos en tales condiciones. A veces se utilizan sistemas de
ventilación para reducir dichos problemas y no tener que realizar limpiezas frecuentes.
Generalidades
La observación de las nubes y de la estimación o medición de la altura de sus bases por
encima de la Superficie de la Tierra son importantes para muchos propósitos, sobre todo para
la aviación y otras aplicaciones operacionales de la meteorología. En esta materia se describen
los métodos en uso generalizado. La información referente a las descripciones científicas de las
nubes se encuentra en la materia Parámetros Meteorológicos II, incluyendo ilustraciones para
ayudar en la identificación de los tipos de nube.
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Definiciones básicas
Nube:
Un conjunto de pequeñas gotas de agua, hielo en cristales, o una mezcla de ambos, con su
base por encima la Superficie de la Tierra, que es perceptible desde la ubicación del
observador. La partícula líquida que conforma una nube tiene un límite de diámetro del orden
de 200 micras; gotas más grandes que esto comprenden llovizna o lluvia. Con la excepción de
ciertos tipos raros (por ejemplo, nácar y noctilucentes) y la ocasional aparición de cirros en la
estratosfera inferior, las nubes se limitan a la troposfera. Ellas son formadas principalmente
como el resultado de la condensación de vapor de agua en los núcleos de condensación en la
atmósfera. La formación de nubes tiene lugar por movimientos verticales del aire, de
convección, en altura obligado a ganar más altura, o en el movimiento vertical a gran escala
asociada a depresiones y frentes. La actividad humana, como la aviación o la industria,
también pueden resultar en la formación de nubes, mediante la adición de núcleos de
condensación a la atmósfera. A temperaturas inferiores a 0 ° C, las partículas de las nubes con
frecuencia pueden consistir enteramente de gotas de agua superenfriadas a alrededor de -10 °
C en el caso de la capa nubes y a aproximadamente -25 ° C en el caso de convección. A
temperaturas por debajo de estos valores y por encima de aproximadamente -40 ° C, muchas
nubes resultan de "mezcla", con cristales de hielo que predominan en la parte inferior de la
gama de temperaturas.
Cantidad de nubes:
La cantidad de cielo cubierto se informa (estima) por un tipo de nube especifico (Cobertura
parcial), o todos los tipos de nubes (cantidad total de nubes). En cualquiera de los casos, se
realiza la estimación más cercana a la octa (octavo) y se presentan en una escala que es
esencialmente una aproximación al octavo más cercano, excepto las cifras 0 y 8 en la escala,
que significan un todo claro y el cielo nublado, respectivamente, con el consiguiente ajuste a
otras formas cerca de cualquier extremo de la escala.
Base de nubes:
La altura de la base de la nube se define como la altura sobre el nivel del suelo. Para una
estación de la aviación, el suelo (superficie) se define como la elevación oficial del aeródromo.
En cuanto a la determinación, se tiene en cuanta el oscurecimiento que producen las
nubes. Las diferencias en este parámetro se deben a los diferentes tamaños de gota
involucrados.
( iii ) las características complementarias y nubes accesorias ( por ejemplo, yunque, mamá, 17
virga, praecipitatio, arcus, tuba, píleo ,velo y pannus ) ;
( b ) Una clasificación se realiza en términos del nivel - alto, medio o bajo - a la que los distintos
géneros de nubes suelen ser encontrados. En las regiones templadas, la aproximación de los
límites son: alto, 6-12 km (20 000 a 40 000 ft); medio, la superficie (suelo) hasta 6 km (0-20 000
ft), y baja, superficie hasta 1,5 km (0-5 000 pies). Las nubes altas son cirrus, cirrocúmulos y
cirroestratos, las nubes medias son altocúmulos y altoestratos (este último a menudo se
extiende más alta) y nimbostratus (por lo general se extiende tanto mayor e inferior), y las
nubes bajas son stratocúmulos, estratos, cúmulos y cumulonimbos (las dos últimas a veces
también llegan al nivel medio y altos).
Para fines sinópticos, una clasificación de nube se realiza en cada una de estas tres últimas
divisiones de géneros de nubes, la correspondiente codificación se designa CH , CM y CL,
respectivamente. El objetivo es dar a conocer características de los estados del cielo en lugar
de observación.
La mayoría de estas formas de nube se ilustran con fotografías de la OMM (1987), y se ven en
la materia PM II.
Visibilidad vertical: distancia máxima a la que un observador puede ver e identificar un objeto
en su vertical, tanto hacia arriba como hacia abajo.
Requisitos meteorológicos
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Para fines meteorológicos hay que efectuar observaciones de la nubosidad, del tipo de
nube y de la altura de la base de la nube. Para las observaciones sinópticas, en OMM (2010a)
hay estipulaciones específicas de codificación para describir en forma óptima las condiciones
de las nubes desde la superficie hasta las capas altas. Desde el espacio se realizan
observaciones de la nubosidad y de la temperatura (de las que se deduce la altura de la cima
de la nube). También se utilizan las mediciones desde el espacio para seguir la evolución de las
nubes y del tiempo atmosférico.
La altura de la base de la nube se presta a realizar por medición con instrumental, que
ahora (en la actualidad) es ampliamente utilizado en lugares donde la altura nube es
operacionalmente importante (aeronáutica). Sin embargo, la estimación de la altura de la base
de las nubes por el observador humano es todavía generalizada.
Varios tipos de instrumentos están en funcionamiento y son usados en la rutina, como se
describe más adelante. Instrumental de medición de la altura de la base de la nube es común e
importante para los servicios meteorológicos aeronáuticos.
Para las aplicaciones aeronáuticas la información sobre las nubes ha de ser
representativa del aeródromo y de sus alrededores, y sobre la zona de aproximación en los
momentos del aterrizaje. Cuando se suministra información sobre nubosidad para aterrizaje
de aviones en pistas para aproximaciones de precisión, esa información debe ser
representativa de las condiciones correspondientes a la posición del indicador medio del
sistema de aterrizaje por instrumentos.
La altura de base de nubes debe notificarse tomando como referencia la elevación del
aeródromo. No obstante, cuando se utilice una pista para aproximaciones de precisión que
presente una elevación en el umbral de 15 m o más por debajo de la elevación del aeródromo
deberán concertarse acuerdos locales para notificar a las aeronaves que llegan a la altura de
las nubes referidas a la elevación del umbral.
Actualmente esta disponible el nuevo Atlas de nubes de la OMM que en este año 2017 se
publico para el dia meteorológico mundial, (www.wmocloudatlas.org )
El observador debe dar la misma importancia a las áreas por encima y las que están en el
ángulo inferior del punto de observación (a menores elevaciones, respecto el horizonte). En
ocasiones, cuando las nubes están distribuidas muy irregularmente, es útil considerar el cielo
en cuadrantes separados divididos por ejes, en ángulos rectos entre sí. La suma de las
estimaciones para cada cuadrante se toma como el total del cielo entero.
La cifra de clave 9 se informa cuando el cielo es invisible debido a la niebla, la nieve que
cae, etc, o cuando el observador no puede estimar la cantidad de nubes debido a la oscuridad
o la luz extraña. Durante las noches sin luna, por lo general debe ser posible estimar el total de
cantidad por referencia a la proporción del cielo en que las estrellas se apagaron o están
completamente ocultas por las nubes. El observador también debe estimar las cantidades
parciales de nubes. Hay veces, por ejemplo, cuando una capa superior de nubes está
parcialmente oscurecida por una menor. En estos casos, una estimación de la medida de la
nube superior se puede hacer comparando la cantidad de luz del día, al ver el cielo por un
tiempo corto. El movimiento de la nube inferior en relación a la nube superior debe revelar si
la capa superior cubre completamente el cielo o tiene pausas en el mismo.
Cabe señalar que la estimación de la cantidad de cada tipo de nube se hace
independientemente de la estimación del total de nubes. La suma de las estimaciones
separadas de parciales de nubes, a menudo supera tanto el total de cantidad de nubes, así
como de ocho octavos.
a) Nefoaltímetro.
b) Nefobasímetro de haz rotatorio (láser).
c) Nefobasímetro láser
d) Globos piloto
e) Estimación visual
f) Informas de aeronaves
La altura de base de nubes debe obtenerse siempre que sea posible de mediciones. El
nefoaltímetro es un reflector luminoso que se utiliza sólo de noche. En los aeródromos de
mucho tráfico o en los aeropuertos internacionales provistos de sistemas de aproximación de
precisión, las mediciones de la altura de las bases de las nubes deben efectuarse
automáticamente (por medio de nefobasímetros láser) a fin de disponer en forma continua de
esta información y de los cambios que se produzcan.
El método de los globos piloto es demasiado lento y propenso a errores para utilizarlo
normalmente en la medición de la altura de base de nubes en los aeródromos y la estimación
visual también acarrea errores, particularmente de noche, cuando las observaciones son
Nefobasímetro láser
El nefobasímetro (Figura 2) fue diseñado para medir la altura de base de nubes. Está
compuesto generalmente por un receptor y un transmisor láser, contenidos en el mismo
gabinete y con la tecnología necesaria para procesar y transmitir la información obtenida. Se lo
ubica en la zona de cabecera de la pista o en el marcador interno del sistema de aterrizaje por
instrumentos (ILS, por sus iniciales en inglés), según la categoría del aeropuerto.
Una unidad de presentación y control se ubica en la estación meteorológica y uno o más
indicadores remotos son ubicados generalmente en la torre de vuelo y en otras dependencias
del aeropuerto. El nefobasímetro se instala sobre una base de hormigón para permitir una
nivelación estable. Se alimenta con corriente alterna y se conecta a un cable multipar que
llevará la información obtenida hasta la unidad de presentación y control en la estación
meteorológica y de allí será enviada por otro cable a los indicadores remotos.
Método de medición
Con el nefobasímetro láser, la altura de la base de las nubes se determina midiendo el
tiempo que tarda un impulso de luz coherente en desplazarse desde un transmisor hasta la
base de la nube y volver a un receptor (principio basado en la tecnología lidar, es decir, la
detección y localización por ondas luminosas).
La salida de un aparato láser se dirige hacia arriba verticalmente donde, si hay nubes sobre
el transmisor, la radiación es dispersada por los hidrometeoros que conforman la nube. La
mayor parte de la radiación se dispersa hacia arriba, pero alguna lo hace hacia abajo, y se
centra en el receptor, pasando a un detector fotoeléctrico. El flujo radiante que llega al
receptor por retrodispersión disminuye con la distancia, según la ley de la inversa del
cuadrado. El nefobasímetro generalmente comprende dos unidades, un conjunto transmisor-
receptor y un dispositivo de registro.
El transmisor y el receptor están montados uno al lado del otro en un mismo alojamiento,
junto con la electrónica para la detección de la señal y el procesamiento.
La fuente luminosa es generalmente un láser de semiconductor con una longitud de onda
en el infrarrojo cercano. La óptica del transmisor está dispuesta de manera que la fuente láser
y el detector del receptor se encuentren en el foco de un sistema telescópico tradicional o
newtoniano.
Las superficies de las lentes tienen revestimientos adecuados de un cuarto de longitud de
onda para reducir la reflexión y proporcionar una elevada transmisión de luz. La apertura del
transmisor está tapada por una vidriera, protegida contra la reflexión en su superficie interna,
con un ángulo con respecto a la posición horizontal, de manera que la lluvia corra.
El receptor está construido en forma similar al transmisor, salvo que la fuente luminosa es
sustituida por un fotodiodo, y que lleva incorporado un filtro óptico de banda estrecha. El filtro
rechaza la mayor parte de la radiación solar difusa de fondo, con lo que mejora la detección de
la radiación láser dispersa durante el día.
Exposición e instalación
El equipo debería estar montado sobre una base de nivel firme con una clara visión hacia
arriba dentro de un cono de unos 30° con respecto a la vertical.
De ser preciso, puede utilizarse una azotea con el ajuste adecuado de las alturas
comunicadas a nivel del suelo. Si bien los nefobasímetros láser utilizados con fines operativos
están concebidos para no dañar los ojos, hay que tratar de impedir que el observador casual
mire directamente el haz transmitido.
Para reducir los efectos de la fuerte reflexión de las gotas de lluvia, el telescopio puede
alinearse con respecto al haz en aproximadamente unos 5° desde la vertical.
Calibración y mantenimiento
La mayoría de los nefobasímetros láser están provistos de dispositivos de capacidad que
comprueban la potencia de salida transmitida y protegen contra graves errores de
cronometraje. Las verificaciones de calibración se limitan normalmente a comprobar la
frecuencia y la estabilidad del oscilador patrón utilizando patrones de frecuencia externos de
gran calidad y comprobando la potencia de salida del transmisor. La calibración también puede
realizarse por intercomparación (OMM, 1988).
Apuntando el nefobasímetro hacia un objetivo a una distancia conocida (por ejemplo, una
torre) se podrá confirmar la medición de la distancia del instrumento. El mantenimiento
periódico consiste, normalmente, en limpiar los elementos ópticos expuestos y las cubiertas
externas, y en sustituir los filtros de aire cuando existen ventiladores.
Método de medición
El principio de funcionamiento del nefobasímetro de haz giratorio (NHG) comprende la
medición del ángulo de elevación de una exploración de un haz luminoso en el plano vertical,
en el instante en que una proporción de la luz dispersada por la base de la nube se recibe en
una célula fotoeléctrica orientada verticalmente hacia arriba a una distancia conocida de la
fuente de luz .
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Exposición e instalación
El transmisor y el receptor deberían encontrarse en un espacio abierto a nivel del suelo
separados por unos 100 a 300 metros, y montados sobre bases firmes y estables. Es
sumamente importante que el transmisor explore en el mismo plano que el receptor. Esto se
logra mediante una alineación precisa de la óptica y comprobando el plano del haz del
transmisor en condiciones adecuadas durante la noche.
Como en la mayoría de los diseños el volumen de intersección del cono del transmisor y del
receptor es muy importante con una altura de las nubes superior a 500 metros, los errores
debidos a la apertura del haz son generalmente los más graves.
Algunos NHG emplean una técnica de “umbral” para determinar la presencia de nubes, y
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otros utilizan un sistema de detección de la señal “máxima”. En ambos casos, la sensibilidad
del receptor afectará a las alturas de nubes comunicadas, lo que da lugar a grandes errores
que superan los requisitos operativos declarados en determinadas circunstancias. Esos errores
aumentan en general con la altura indicada.
El NHG es muy sensible a la presencia de precipitación y, cuando esta es moderada o
fuerte, el instrumento puede indicar erróneamente nubes bajas o no detectar ninguna nube.
En condiciones de niebla, es posible que el haz luminoso se disipe a un bajo nivel y que el
nefobasímetro sea incapaz de dar alguna indicación útil de las nubes, incluso cuando existan
nubes estratiformes bajas.
Se han realizado comparaciones de NHG y de nefobasímetros láser, que han mostrado un
buen acuerdo entre los dos tipos de nefobasímetro en alturas indicadas hasta unos 500
metros, pero la eficiencia de la detección con precipitación del NHG es notablemente inferior.
Calibración y mantenimiento
El único mantenimiento efectuado normalmente por el usuario consiste en limpiar las
ventanas del transmisor y del receptor y en cambiar el diagrama del registrador. Los exteriores
de las ventanas de plástico del transmisor y del receptor deberían limpiarse semanalmente,
con un paño seco suave, procurando no rayar la ventana. Si se sustituye la lámpara del
transmisor, es preciso verificar la alineación óptica; a intervalos de aproximadamente un año
se debería verificar el nivel del transmisor y del receptor, y ajustarlo en caso necesario.
Visibilidad vertical
Se define como visibilidad vertical la distancia máxima a la que un observador puede ver e
identificar un objeto en su vertical, tanto hacia arriba como hacia abajo. Puede calcularse a
partir del perfil de extinción óptica de la atmósfera.
Algunos nefobasímetros pueden proporcionar una estimación de la visibilidad vertical
basada en la energía de retrodispersión integrada con la distancia. En OMM (1988) se pone de
relieve que este método produce con frecuencia resultados poco fiables. En la práctica, a
menudo ocurre que el nefobasímetro indica la visibilidad vertical cuando no se cumplen los
criterios definitorios de la base de las nubes pero se recibe la luz reflejada desde una altitud 29
determinada.