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Consideraciones básicas sobre la visibilidad

atmosférica: el problema de su cuantificación

Introducción

Antes de empezar hay que realizar dos consideraciones importantes y previas. Por una parte, está el
concepto de visibilidad y, por otro lado, el concepto de los agentes meteorológicos que condicionan el
estado de la atmósfera que conducen a un aumento o reducción de la visibilidad. No podemos
confundir estos conceptos tan diferenciados pero a la vez tan relacionados. Y es importante
remarcarlos porque la visibilidad se asocia en demasía a la niebla, caracterizando y adjetivando a
ambos elementos de la misma forma y unívocamente, y no debería ser así.

En este artículo nos centraremos en el concepto de visibilidad que es, a nuestro entender, lo qué nos
plantea o pregunta el lector. Veremos que inconfundiblemente tendremos que hablar de fenómenos
meteorológicos que condicionan la visibilidad y cómo ésta última no suele aparecer en el lenguaje
hablado de las predicciones generales al público. La confusión veremos que surge de aquí: se suelen
hacer predicciones o consideraciones de los entornos meteorológicos que condicionan indirectamente
la visibilidad, sin hablar expresamente de ella.

Inicialmente, y en condiciones de ausencia de meteoros o partículas en suspensión en el aire, en el


problema de la visibilidad confluyen tres factores o elementos fundamentales: uno de ellos está
relacionado con la meteorología local, otro con la fisiología del ojo del ser humano y, por último, las
características del objeto a visualizar respecto al fondo circundante.

La sol presencia de moléculas de los componentes de nuestra atmósfera hace que los rayos de luz
que iluminan a los objetos que vemos se dispersen y no nos lleguen su imagen o luz reflejada de
forma directa como lo harían en ausencia de atmósfera, como ocurre en la Luna.
Una nube o montaña en la lejanía de grandes proporciones en la vertical se verá afectada por los procesos de dispersión de la
luz que llega al observador. La contaminación luminosa que existe entre el objeto-observador y el grado de contraste que
exista entre el objeto-fondo observado serán importantes elementos para percibir lo que vemos (Figura tomada de la RAM10
de abril de 2003).

Cuanto mayor sea la contaminación atmosférica, esto es, cuánto más partículas estén en suspensión
en el aire, menor será la capacidad de observar objetos en la lejanía y, por lo tanto, habrá una
disminución de visibilidad. Podemos decir que este factor se puede resumir en la transmisividad
luminosa de la atmósfera. Este factor es actualmente medido por aparatos electrónicos sofisticados y,
mediante un formulismo matemático, se transforma en un valor numérico de visibilidad. Los otros
dos factores o elementos son de más difícil cuantificación.

La visibilidad también depende de un elemento subjetivo, el observador, ya que muchas


observaciones de visibilidad se realizan por seres humanos entrenados, cada uno de los cuales posee
una capacidad visual diferente. Aunque existen técnicas fotométricas para la medida de visibilidad,
principalmente en los aeropuertos, en la actualidad es un observador bien preparado el que realiza
las observaciones de visibilidad.

La visibilidad en el aire depende, no sólo del estado de la atmósfera y de la persona que realiza la
observación, sino también del objeto observado. Los objetos oscuros y negros sobre fondos blancos
o blanquecinos se observan mejor que objetos que contrasten poco con el fondo. Veremos que en
las definiciones de visibilidad este factor aparece explícitamente.

Cuado tratamos de medir la visibilidad, la cosa se complica ya que los dos últimos factores son casi
incuantificables. Lo que se suele hacer es realizar medidas de la transmisividad luminosa de la
atmósfera y tratar de ajustar los valores a los de visibilidad.

Antes de seguir, veamos algunas definiciones importantes:


Visibilidad. La mayor distancia a la cual un objeto negro de dimensiones apropiadas puede verse o
identificarse sobre el cielo en el horizonte o, cuando se trata de observaciones nocturnas, podría ser
visto e identificado si la iluminación general se aumentara hasta alcanzar la intensidad normal de la
luz del día.
Visibilidad excepcional. Visibilidad tal que los objetos son visibles netamente a gran distancia.
Visibilidad horizontal. Distancia máxima a la cual un observador puede ver e identificar un objeto
situado en la proximidad del plano horizontal en donde él se encuentra.
Visibilidad oblicua. Distancia máxima a la cual un observador puede ver e identificar un objeto
situado en distinta altitud y distinta vertical en las que él se encuentra.
Visibilidad variable. Visibilidad cuyo valor oscila en el momento de su observación.
Visibilidad vertical. Distancia máxima a la cual un observador puede ver e identificar un objeto
sobre su misma vertical, hacia arriba o hacia abajo.

Referencia. Textos tomados del Vocabulario y Términos meteorológico y ciencias afines, 1986.
Alfonso Ascaso Liria y Manuel Casals Marcén. INM.

En la mayoría de las observaciones cifradas, la visibilidad está referida a la horizontal. No es de


extrañar que en las noches estrelladas y despejadas estemos cubiertos por un manto e niebla espesa
que no nos permita ver más allá de 100 metros en horizontal y, por el contrario, podamos ver las
estrellas al mirar hacia arriba o situarnos en un alto sobre la niebla.

Qué dice los manuales de la OMM respeto a la medida de la visibilidad. Veámoslo en las siguientes
líneas.

MEDIDA DE LA VISIBILIDAD

10.1 Introducción

La visibilidad constituye un fenómeno psicofísico complejo, íntimamente ligado a los factores que
entraña la visión humana. Su determinación está sometida a variaciones de las capacidades
perceptiva e interpretativa, así como a las características de la fuente luminosa y a factores de
transmisión. Así pues, cualquier estimación visual de la visibilidad resulta siempre subjetiva. Mientras
que las observaciones humanas de la visibilidad diurna son de buena calidad, las observaciones de la
visibilidad nocturna son más difíciles de definir y controlar, ya que dependen en gran medida de la
selección de indicadores de visibilidad luminosos. Es posible definir y estimar la visibilidad nocturna en
términos de visibilidad diurna equivalente para asegurar que no existen alteraciones artificiales en la
estima al anochecer y al amanecer. Este concepto presenta la ventaja de que permite el empleo de
medios instrumentales de determinación de la visibilidad, pero no siempre se ajusta a los requisitos
de usuarios especiales, y en ese caso es necesario recurrir a otras definiciones que satisfagan las
condiciones exigidas.

El concepto de visibilidad se utiliza ampliamente en meteorología de dos modos diferentes. En primer


lugar, es uno de los parámetros que sirven para identificar las características de una masa de aire,
especialmente para las necesidades de la meteorología sinóptica y la climatología. Para este
propósito, la visibilidad debe ser representativa del estado óptico de la atmósfera. En segunda
instancia, constituye un parámetro operacional que corresponde a criterios específicos de una
aplicación determinada. En este caso, se utiliza directamente en términos de distancia de visibilidad.

Para simplificar este problema y hacerlo susceptible de medida física cuantitativa, pueden separarse
los factores implicados en la determinación de una distancia de visibilidad para considerarlos por
separado.

Los diversos factores son:

a) Las características fotométricas y dimensionales del objeto que es, o debe ser percibido;

b) Las condiciones de percepción visual, incluyendo los efectos de una iluminación deficiente y de
localización del observador; y

c) El estado óptico de la atmósfera entre el objeto y el observador.

Las características fotométricas y dimensionales (a) de los objetos de referencia para la visibilidad se
definen fácilmente y se miden en instancias específicas. Sobre las condiciones de percepción visual
(b) se han efectuado investigaciones y se dispone de evidencia cuantitativa estadística de los factores
que intervengan, que sean el umbral visual de iluminación y el valor umbral del contraste de
luminancia.

El estado óptico de la atmósfera (c) depende directamente de las condiciones


meteorológicas; y el parámetro básico para su descripción es el coeficiente de extinción
visual.

De estos tres parámetros, el estado óptico de la atmósfera es el único que depende directamente de
las condiciones meteorológicas. Por consiguiente, resulta importante que este parámetro básico con
relación al concepto de visibilidad exprese objetivamente el estado óptico de la atmósfera y sea
completamente independiente de cualquier influencia de condiciones extra-meteorológicas. Este
hecho constituye un punto de partida para el concepto de visibilidad. Un parámetro conveniente
derivado es el alcance óptico meteorológico (AOM), que supone que en circunstancias
prácticas el ojo sólo puede reconocer figuras para un umbral de contraste de luminancia
de 0,05. Con la introducción del AOM se pueden definir parámetros de visibilidad específicos (como
en el Capítulo 16) y, recíprocamente, el AOM puede determinarse a partir de observaciones de
visibilidad específicas.

10.2 Definiciones y unidades

10.2.1 Alcance óptico meteorológico

La OMM recomendó en 1957 la adopción de una medida del estado óptico de la atmósfera, es decir,
el alcance óptico meteorológico (AOM), definida del modo siguiente:

El alcance óptico meteorológico es la longitud de recorrido en la atmósfera necesario para reducir el


flujo luminoso de un haz colimado procedente de una lámpara de incandescencia, a una temperatura
de color de 2 700 K, a 0,05 de su valor inicial, evaluándose el flujo luminoso mediante la función de
luminosidad fotópica de la Comisión Internacional de Iluminación (CIE).

Por último, debe prestarse especial atención a las variaciones direccionales significativas del alcance
óptico meteorológico.

10.3 Estimación visual del alcance óptico meteorológico


El alcance óptico meteorológico (AOM) puede medirse o determinarse con precisión, mediante
instrumentos adecuados. En ausencia de éstos, el AOM habrá de estimarse visualmente. Además,
los instrumentos de medida del AOM pueden no medir adecuadamente en la totalidad del intervalo a
tener en cuenta. Por estas dos razones, debe disponerse de métodos para la estimación visual del
AOM. Por último, debe prestarse especial atención a las variaciones direccionales significativas del
AOM.

10.3.1 Plano de objetos de referencia para la visibilidad

Las estimaciones visuales del AOM debe efectuarlas un observador meteorológico. Cada estación
debe preparar un plano de objetos de referencia utilizados para las observaciones, que muestre su
distancia y orientación respecto al observador. El plano debe incluir objetos adecuados para las
observaciones diurnas y otros para las nocturnas.

10.3.2 Estimaciones diurnas del alcance óptico meteorológico

En las observaciones diurnas, las estimaciones visuales de la visibilidad meteorológica constituyen


una buena aproximación del verdadero valor del alcance óptico meteorológico.

La visibilidad meteorológica durante el día se define como la máxima distancia a la que puede verse y
reconocerse un objeto negro de dimensiones adecuadas situado cerca del suelo, cuando se observa
contra un fondo difuso de niebla, cielo, etc. Hay que poner de relieve que debe emplearse el criterio
de identificación del objeto, y no simplemente el de su visión sin poder saber de qué se trata.

Siempre que reúnan los requisitos que se especifican a continuación, para las observaciones durante
el día debe seleccionarse el mayor número de objetos posible a diferentes distancias. Deben elegirse
únicamente objetos negros, o casi negros, que resalten contra el cielo sobre el horizonte. Los objetos
de color claro o situados cerca de un fondo terrestre deben evitarse en toda la medida de lo posible.
Esta prevención es particularmente importante cuando el sol da directamente sobre el objeto.
Siempre que el albedo del objeto no exceda de 0,25 aproximadamente, no debe producirse un error
superior al tres por ciento cuando el cielo está cubierto, pero puede ser mucho mayor si brilla el sol.
Así, pues, un edificio de color blanco no constituiría una referencia apropiada, pero en cambio, un
grupo de árboles oscuros sería adecuado excepto cuando estuviera fuertemente iluminado por la luz
solar. Si ha de utilizarse un objeto situado contra un fondo terrestre, éste debe hallarse bastante
separado del fondo, es decir, a una distancia de al menos la mitad de la que existe entre el objeto y
el punto de observación. Un árbol situado en el borde de un bosque, por ejemplo, no representaría
una referencia apropiada para observaciones de visibilidad.

Con el objeto de que las observaciones sean representativas, éstas deben efectuarse utilizando
objetos abarcables bajo un ángulo no inferior a 0,5′ desde el ojo del observador. Un objeto que
abarque un ángulo inferior a éste se hace invisible a una distancia menor que otros de mayores
dimensiones en las mismas circunstancias. Puede ser útil advertir que un orificio de 7,5 mm. de
diámetro practicado en una cartulina y mantenido a la distancia del brazo, abarca ese ángulo
aproximadamente: así pues, un objeto de referencia visual observado a través de una abertura de
este tipo debe ocuparla por completo. Al mismo tiempo, sin embargo, un objeto de esta clase no
debe abarcar un ángulo superior a 5º.

10.3.3 Estimación del alcance óptico meteorológico durante la noche

Existen numerosas definiciones potencialmente útiles de visibilidad para las observaciones visuales
nocturnas. Dos definiciones oficiales, que han aparecido en las primeras ediciones de la Guía, son:
a) Visibilidad meteorológica (en el caso de observaciones nocturnas), definida como la máxima
distancia a la que un objeto negro de dimensiones adecuadas puede verse e identificarse si la
iluminación general se eleva al nivel diurno normal.

b) Visibilidad meteorológica nocturna, definida como la máxima distancia a la que una luz de
moderada intensidad puede verse e identificarse.

Con la clara evidencia de que estas distintas definiciones pueden conducir a diferencias sustanciales
en las determinaciones de la visibilidad, parece que no existe una definición comúnmente aceptada
de visibilidad meteorológica nocturna. Resulta más adecuado utilizar los procedimientos específicos y
tablas de conversión del tipo descrito en este capítulo para estimar el AOM por la noche a partir de
observaciones visuales de la distancia de percepción de focos luminosos.

Cualquier fuente de luz puede emplearse como objeto de visibilidad, siempre que la intensidad en la
dirección de observación esté bien definida y sea conocida. No obstante, por lo general es
conveniente utilizar luces que puedan considerarse como fuentes puntuales, y cuya intensidad no sea
mayor en cualquier dirección más privilegiada que en otra y no se encuentre confinada en un ángulo
sólido demasiado pequeño. Debe tenerse cuidado de garantizar la estabilidad óptica y mecánica del
foco luminoso.

Es necesario establecer una clara distinción entre las fuentes conocidas como focos puntuales, en las
proximidades de las cuales no existan otras fuentes o áreas luminosas, ni grupos de luces, aun
cuando estén separadas entre sí. En este último caso, una disposición de este género puede afectar a
la visibilidad de cada fuente considerada por separado. Para las medidas de la visibilidad por la noche,
únicamente se recomienda el empleo de focos puntuales adecuadamente distribuidos.

Debe advertirse que las observaciones nocturnas, utilizando objetos iluminados, pueden verse
afectadas en gran medida por la iluminación de los alrededores, por efectos fisiológicos de
deslumbramiento y por otras luces, aun cuando éstas se encuentren fuera del campo de visión y,
más específicamente, si la observación se realiza a través de una ventana. Así pues, solamente
puede realizarse una observación precisa y fiable desde una posición en la oscuridad adecuadamente
elegida y situada al aire libre.

Por otra parte, no puede pasarse por alto la importancia que revisten los factores fisiológicos, ya que
éstos constituyen una importante fuente de dispersión de las medidas. Resulta esencial que las
efectúen únicamente observadores calificados dotados de visión normal. Además de ello, es
necesario dejar transcurrir un período (generalmente de 5 a 15 minutos) de adaptación, durante el
cual los ojos se hayan acostumbrado a la oscuridad.

10.3.5 Métodos de observación visual

Normalmente las observaciones de objetos las efectúan observadores adecuadamente


entrenados y dotados de lo que generalmente se denomina visión «normal». Los objetos
deben ser de naturaleza y dimensiones apropiadas y deben estar distribuidos en diversas
direcciones. Las observaciones deben realizarse sin ayuda de ningún sistema óptico
adicional (prismáticos, anteojos, teodolitos) y, preferiblemente, no efectuarse a través de
una ventana, especialmente cuando se observan los objetos por la noche. El ojo del
observador debe encontrarse a una altura normal sobre el suelo (alrededor de 1,50 m);
en consecuencia, no deben efectuarse las observaciones desde oficinas meteorológicas
situadas en las plantas superiores de torres de control u otros edificios elevados.
10.3.6 Estimación del alcance óptico meteorológico (en ausencia de puntos de referencia)

En ciertos lugares, debido a la existencia de un horizonte limitado o a la ausencia de objetos de


referencia situados a una distancia adecuada que permitan determinar la visibilidad, resulta imposible
realizar observaciones excepto para visibilidades relativamente bajas. En estos casos, a menos que
se disponga de métodos instrumentales, los valores de AOM superiores a aquellos para los que
existen puntos de referencia han de estimarse a partir de la transparencia general de la atmósfera.
Esto puede efectuarse registrando el grado de claridad con el que resaltan los objetos de visibilidad
más distantes. La distinción de perfiles y rasgos característicos, con pequeña o nula difuminación de
colores, constituye una indicación de que el AOM es superior a la distancia entre el objeto de
visibilidad y el observador. Por otra parte, la observación de objetos de visibilidad borrosos o
indistinguibles es una indicación de la presencia de calima o de otros fenómenos que reducen el
AOM, pero no, sin embargo, hasta un valor inferior a la distancia entre el objeto y el observador.

Referencia de texto, tomado de:

Guía de instrumentos y métodos de observación meteorológicos, 1990. OMM Nº 8

Un hecho muy importante en las observaciones aeronáuticas es que la visibilidad debe también darse
con referencia a la pista de aterrizaje que se va a encontrar el piloto. Algunos observatorios dan la
visibilidad referenciada al lugar de la observación cuando lo que el piloto realmente necesita es la
visibilidad en el eje de la pista. En esta línea, aparece el concepto del alcance visual en pista, RVR. En
algunos aeropuertos los observadores registran la distancia horizontal máxima a la cual pueden ver
las señales de referencia de pista durante el día y las luces de pista durante la noche. Esto se conoce
como alcance visual en la pista (RVR). Ello no implica la identificación o reconocimiento del objeto,
por lo que este alcance excede, normalmente, a la visibilidad (meteorológica). El RVR es el
parámetro que interesa al piloto durante el despegue y el aterrizaje de las aeronaves. Generalmente
se mide sólo cuando la visibilidad meteorológica es inferior a 1 km. Este tema se tratará más
adelante en los partes de aerodromo: los metars.

Meteoros que reducen la visibilidad atmosférica horizontal: El “smog”

A diferencia de otras variables meteorológicas, que son medibles con aparatos convencionales
(termómetro, pluviómetro, anemómetro, etc.) y que son predichas por los modelos, la visibilidad
estrictamente no es una variable meteorológica pues existen varios elementos que condicionan su
“medida” y la empañan con un carácter de subjetividad. Su predicción es compleja y casi siempre se
hace referenciando a los meteoros que la condicionan.

Hemos tomados unos textos de la página web del INM (www.inm.es) relacionado con la visibilidad y
algunos factores meteorológicos relacionados con ella.

Visibilidad

Definición

Se define como visibilidad la mayor distancia a la cual un objeto negro de dimensiones adecuadas
puede ser visto y reconocido contra el horizonte, cielo o, en caso de observaciones nocturnas pudiera
ser visto y reconocido si la iluminación general fuese aumentada a nivel de la luz diurna normal.

En el caso particular de la visibilidad horizontal, es la distancia máxima a la cual un observador puede


ver e identificar un objeto situado cerca del plano horizontal sobre el cual él está apoyado.

De todos los elementos de una predicción meteorológica, la visibilidad es el más complejo y


subjetivo. En su sentido más estricto, "visibilidad" no es un parámetro meteorológico puro, sino un
elemento derivado que depende de factores tales como la naturaleza del objetivo, el fondo, las
condiciones atmosféricas y el observador. Los sensores que se utilizan comúnmente para evaluar la
visibilidad miden en realidad la transmisividad de la atmósfera, a partir de la cual, sobre la base de
ciertas hipótesis, puede evaluarse la visibilidad. Debido al carácter subjetivo de la visibilidad, todas las
mediciones efectuadas con sensores representan cierta aproximación a lo que el observador humano
juzga como "visibilidad" verdadera.

El siguiente punto es muy importante ya que incide directamente en el problema y es un punto que
puede crear confusión, aunque en el texto del INM queda muy claro: No se hace predicciones de
visibilidad al público en general, por el contrario se predice meteoros o factores que la condicionan.
De las siguientes líneas pueden seguir la confusión. Veámoslo (tomado de la página web del INM):

Adjetivación y cuantificación

La predicción de visibilidad no se hace adjetivando ésta, sino nombrando la presencia de los


meteoros o factores que la limitan, como niebla, bruma, polvo en suspensión, etc. En este sentido se
usan los siguientes términos:

Calima: suspensión en la atmósfera de partículas secas extremadamente pequeñas, invisibles al ojo


humano, pero lo suficientemente numerosas para darle al cielo una apariencia opalescente. Este
término se usa cuando se prevé una visibilidad reducida y una humedad relativa menor del 70%.

Bruma: suspensión en el aire de gotitas de agua microscópicas o partículas higroscópicas húmedas,


que reducen la visibilidad. Se usa el término bruma o neblina cuando se hace referencia a una
visibilidad reducida, superior a 1 Km. y con una humedad relativa igual o superior al 70%.

Polvo en suspensión: se define como la suspensión en el aire de pequeñas partículas de polvo o


arena, levantadas desde el suelo antes de la observación por una tormenta de polvo o arena, o por
una corriente de aire.

Niebla: suspensión de gotitas de agua muy pequeñas en el aire que reducen la visibilidad a menos
de 1 Km. Se deben tener en cuenta dos tipos de niebla según el grado de reducción de la visibilidad.
Así, se hablará de:

Niebla: cuando la visibilidad esté o vaya a estar entre 200 m y 1 Km.

Niebla espesa: cuando la visibilidad sea o vaya a ser menor de 200 m.

Banco de niebla: es una niebla causada generalmente por condiciones locales, que se extiende
sobre un área pequeña, de algunos centenares de metros de anchura.

Referencia. INM

Como podemos ver que la única condición meteorológica que cuantifica la visibilidad vienen dada por
la niebla. La presencia o predicción de niebla implica forzosamente que la visibilidad horizontal sea
inferior a 1 Km. La niebla espesa implica visibilidad menor de 200 m. Por otra parte, el polvo en
suspensión y la calima pueden dar lugar a reducciones intensas de visibilidad, llegando a ser inferior a
los 1000 y 200 m. La observación o predicción de bruma o neblina lleva implícito la existencia de una
visibilidad mayor a 1 Km. En ningún momento el léxico del INM cuantifica ni adjetiviza la visibilidad.

Categorizaciones de la visibilidad

Hasta ahora vemos que existe un umbral importante aplicado a la visibilidad: 1 Km. Este primer
umbral parece ampliamente aceptado pues puede reducir las normales y cotidianas actividades del
ser humano. Un umbral más restrictivo es el de los 200 m. En ningún caso, y con el léxico en la
mano, se califica la visibilidad con adjetivos como intensa, moderada, débil o nula.

Para usuarios más específicos es fundamental cuantificar numéricamente la visibilidad atmosférica en


rangos de metros o Km. Estas actividades suelen estar asociadas a aeropuertos, puertos, carreteras,
etc. Para los usuarios específicos y meteorólogos es importante que en la observación se plasme la
visibilidad en rangos espaciales determinados. Estos rangos se pueden codificar de forma adecuada
para obtener los partes metars, specis y synops, como veremos posteriormente.

Las categorizaciones de la visibilidad no están ampliamente aceptadas y en algunos países o


actividades se habla de visibilidad reducida, muy reducida, nula, etc., cuando se trata de informar a
ciertos usuarios que no necesitan unos datos concretos. En meteorología se prefiere cuantificarla
numéricamente en metros y kilómetros, como veremos a continuación

Visibilidad en los informes Metars/Speci y Synops

Para la navegación aérea, y en especial en los procesos de toma de tierra y despegue, las medidas
de visibilidad resultan fundamentales. Por este motivo en los partes aeronáuticos metar y speci es
fundamental suministrar información de la visibilidad de forma clara, concreta y sencilla, sin
ambigüedades. Las siguientes líneas se han tomado del portal del INM y en ella se muestran cómo
se cifra en un metar y speci la visibilidad. Obsérvese como en estos partes hay que cuantificar
numéricamente la visibilidad en sus diferentes formas.

Observación de Aeródromo: METAR y SPECI

Es el nombre de la clave correspondiente a un informe


METAR meteorológico aeronáutico de rutina. Los informes METAR de
un aeropuerto se difunden a intervalos de una o media hora.

Es el nombre de la clave correspondiente a un informe


SPECI meteorológico especial. Los informes SPECI de un aeropuerto
pueden difundirse en cualquier momento si se cumplen
determinados criterios.
Significado de los grupos referidos a visibilidad

VVVV: Grupo de visibilidad

Visibilidad predominante, se expresa en metros. Cuando


la visibilidad fluctúe rápidamente y no sea posible
determinar la visibilidad predominante, se notificará la
visibilidad mínima. Intervalos de visibilidad:
- hasta 800 m, redondeada, por defecto, a los 50 metros
más próximos;
- entre 800 y 5000 m, redondeada, por defecto, a los
100 metros más próximos;
VVVV: - 5000 y 9999 m, redondeada, por defecto, a los 1000
metros más próximos;
- 9999 indica 10 Km o más.
Nota: se define la visibilidad predominante o
reinante como el valor de la visibilidad, al que se llega
o del cual se excede dentro de un círculo que cubre por
lo menos la mitad del horizonte o por lo menos la mitad
de la superficie del aeródromo. Estas áreas pueden
comprender sectores contiguos o no contiguos.

VVVV VNVNVNVNDv : Variación direccional de la visibilidad

VVVV Visibilidad predominante


Visibilidad mínima, se indica siempre que la visibilidad mínima
VNVNVNVN:
< 1500 m o menor del 50% de la visibilidad predominante.
Dirección de la visibilidad mínima respecto a uno de los 8
Dv : puntos de la brújula (N, NE, E, SE, S, SW, W, NW).

VVVVNDV:
Se usa este grupo cuando se utilizan sensores de visibilidad que no pueden indicar variaciones
direccionales, en este caso se añade a la visibilidad notificada la abreviatura NDV.
RDRDR/VRVRVRVRi : Alcance visual en pista (4 grupos como máximo)

R: Indicador de grupo RVR


Número designador de pista (puede añadirse L =
DRDR: Izqda., C = Centro o R = Dcha. en caso de pistas
paralelas).
Alcance visual en pista en metros (media durante los
VRVRVRVR:
10 minutos anteriores a la hora de la observación).
Tendencia del RVR durante los últimos 10 minutos. Si la
diferencia entre los RVR medidos durante los últimos
cinco minutos respecto de los cinco primeros es mayor
i:
o igual de 100 metros, se cifra U o D para valores
crecientes o decrecientes respectivamente y N cuando
no se observan cambios.

RDRDR/VRVRVRVRVVRVRVRVRi: Variaciones significativas del alcance visual en pista.

R:
Indicador de grupo RVR
Número designador de pista (puede añadirse L = Izqda, C
DRDR:
= Centro, R = Dcha, en caso de pistas paralelas).
RVR mínimo y máximo medio en un minuto durante los
últimos diez minutos. Se utiliza este grupo si los valores
extremos medios determinados en un minuto, durante el
VRVRVRVRVVRVRVRVR:
período de 10 minutos anterior a la hora observación,
difieren del valor medio en más de 50 metros o en más del
20%, de estos dos valores el que sea mayor.
i: (Igual que en el punto anterior)
MVRVRVRVR: Si RVR <VRVRVRVR, mínimo medible por transmisómetro
PVRVRVRVR:
Si RVR >VRVRVRVR, máximo medible por transmisómetro

Intervalos del RVR:

Menor de 50 m: M0050
Entre 50 m y 400 m: de 25 en 25 m. Valores: 0050, 0075, 0100,…..,0350, 0375, 0400.
Entre 400 m y 800 m: de 50 en 50 m. Valores: 0400, 0450, 0500,…….0750, 0800
Entre 800 m y 2000 m: de 100 en 100 m. Valores: 0800, 0900, 1000,…., 1800, 1900, 2000.
Más de 2000m : P2000.

CAVOK:

El término CAVOK sustituirá a los grupos de visibilidad, RVR, tiempo significativo y nubosidad o
visibilidad vertical, cuando se den simultáneamente:
1. Visibilidad predominante de 10 Km. o más.
2. Ausencia de nubes por debajo de 5.000 pies o por debajo de la mayor altitud mínima del sector,
cuando ésta sea superior a 5.000 pies y ausencia de cumulonimbus.
3. Ningún fenómeno de tiempo significativo.

Texto y referencia tomados del portal del INM:


http://www.inm.es/web/sup/ciencia/divulga/infesp/aeronautica/guia/METAR.html

Ejemplo del metar de Bilbao, 28 de enero de 2005 a las 10:30 UTC donde existía una reducción de la
visibilidad a causa de una nevada.

METAR LEBB 281030Z 04007KT 360V060 0500 R30/1200V1900D SHSN


FEW004 SCT010 BKN020 01/M01 Q1013 TEMPO 3000 SN=

El “smog” o nieblas de las ciudades modernas por la contaminación, puede llegar a reducir la visibilidad drásticamente.
Imagen de Québec en un día con “smog”.

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