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FILOSOFÍA DEL EMPRENDEDOR.

INTRODUCCIÓN

Alfred North Whitehead dijo una vez que “la mayor de todas la invenciones es la invención de
inventar”. Y es el emprendedor la persona que introduce las nuevas invenciones al mundo, la
persona que puede crear una empresa exitosa de la nada. Actualmente el emprendimiento es un
tema de gran importancia y de extenso estudio.

¿Que es lo que impulsa a un emprendedor?¿ porque se siente más cómodo en su despacho que en
su propia casa? ¿Que es lo que le hace poner a su iniciativa sobre cualquier otra prioridad? ¿Por
qué no puede ser feliz trabajando para otra persona? ¿Porque mientras sus amigos jugaban pelota
el ideaba formas de venderles una bebida, o mientras sus amigos disfrutaban de la adolescencia el
promocionaba conciertos o vendía copias de libros?

Toda acción humana contiene un elemento empresarial. Estos elementos elevados al nivel de
habilidades empresariales convierten al individuo en un emprendedor (empresario) en potencia.
Así, el emprendedor o entrepreneur es un sujeto activo con alta autoestima, interesado en sí
mismo, productor de riqueza y merecedor de la felicidad. Su ambiente preferido para la
creatividad, innovación, y creación de riqueza es la sociedad en pleno proceso de desarrollo donde
siente un profundo compromiso con el desarrollo local y comprende que solo a través de la
realización de su comunidad podrá alcanzar el desarrollo personal por lo que convierte su
actividad en una herramienta del progreso social. Cualquier emprendedor requiere de un marco
institucional, en un estado fuerte, que garantice y proteja su vida, libertad y propiedad en igual
medida que la de los demás; sin estas condiciones la productividad disminuirá, los resultados
sociales no serán los óptimos y producirá menos riqueza, misma que sustentará su existencia y el
estándar de vida de los demás.

Uno de los principales elementos que contribuyen al fallo de un negocio es la carencia de


cualidades emprendedoras. ¿Cuáles son? ¿Encaja en los criterios establecidos? Claro que si,
comenzar un negocio es difícil y por ellos es muy importante determinar si tiene lo que se necesita
para asumir la responsabilidad de desarrollar todas las herramientas necesarias en el camino pues,
ser emprendedor, es más una actitud que una condición natural, por lo tanto, es susceptible de
desarrollarse para el que este dispuesto a pagar el precio y cultivar el hábito.

El estudio de los Emprendedores, sus características, su pensamiento y su forma de trabajar, nace


como una rama de las ciencias administrativas y como instancia de apoyo a una creciente cantidad
de individuos que deseen constituirse en Empresarios, dejar sus cómodas oficinas, renunciar al
trabajo de 9 a 18 y al salario fijo del mes, para emprender riesgos calculados pero no exentos de
aventura, gestando sus propios negocios y contribuyendo a la sociedad. Sin embargo, aquellos que
aún están dentro de una empresa ya constituida, también pueden ser emprendedores pues
siempre podrán innovar en las propias empresas donde trabajan. Esto es lo que se conoce como
un intra emprendedor o ejecutivo moderno.
Sin embargo, de una u otra forma, el Emprendedor debe contarse entre el grupo de personas que
no le tienen miedo al fracaso y al asumir riesgos, y para tal efecto, desarrollan y orientan su mente
y su talento mediante la adquisición de una serie de herramientas, técnicas y métodos enfocados
a viabilizar sus ideas de negocios, aprendiendo a manejar los capitalistas de riesgo y a
desenvolverse en un mundo de nuevas oportunidades y de características muy propias como es el
Emprender en Ecuador.

Durante la última década hemos asistido en Ecuador a una mutación de la vida social y económica
que ha generado cambios radicales, se esta discutiendo un nuevo enfoque del estado en una
nueva constitución democrática, se ha descentralizado el Estado, manteniendo la presencia del
mismo en los recursos estratégicos de la economía para asegurar un buen ambiente empresarial y
en definitiva, buena parte del cuerpo legal e institucional ha variado profundamente en bien de la
sociedad aunque aún falte mucho por recorrer.

Ningún esfuerzo es excesivo si el premio o su posibilidad lo justifican, pero cualquier acción es


redundante si no permite evitar el fracaso y lamentablemente, hay muchos factores que conducen
al mismo o, al menos, incrementan su posibilidad. Las encuestas realizadas a los emprendedores
muestran su falta de ilusión, su sentimiento de soledad, su convicción de que su función social es
incomprendida, minusvalorada o ignorada. Es por esta razón que el nuevo emprendedor debe
estar motivado en todos los aspectos para que de esta forma su estimulo sea el mejor y así pueda
producir mas y mejores empresas con calidad y responsabilidad social donde el consumidor y el
respeto por el ambiente y la sociedad sean la base de la productividad y estabilidad de su negocio.

Sin embargo, un individuo embarcado en un proceso de emprendimiento deberá estar consiente


de las dificultades que deberá superar, los problemas que deberá resolver a base de iniciativas y
el camino que tendrá que abrirse disfrutando de los nuevos desafíos y buscando siempre un
beneficio colectivo y personal al asumir el valioso papel de ser el individuo que se enfrente al
ambiente incierto y asuma un riesgo de negocio con lo que se conoce como espíritu
emprendedor, condición fundamental para todas las personas que tienen fe en un nuevo Ecuador
lleno de empresas exitosas.

Así, tal vez uno de los grandes desafíos que presentan los países en proceso de desarrollo sea el de
formar una cultura profesional de emprendedores, caracterizados por una profunda convicción
acerca de la filosofía necesaria para emprender y enriquecido por un conjunto importante de
herramientas técnicas que permitan darle coherencia al proceso.

Los proyectos emprendedores resultan ser, en la actualidad, el principal motor de la economía y


la principal fuente de generación de plazas de empleo. Países como Estados Unidos o la China son
ejemplos de economías basadas fundamentalmente en la creación de nuevas empresas.

Sin embargo son los países en vías de desarrollo los que, pese a ser los que más necesitan del
proceso emprendedor, presentan la mayor cantidad de obstáculos para las iniciativas
empresariales. Esto tiene un matiz que se debe considerar en especial puesto que, si bien a nivel
de los países de América Latina existen tasas muy buenas de iniciativas empresariales, igualmente
altas son las tasas de mortandad empresarial. Esto es, no es el problema el espíritu de
emprendimiento sino la capacidad técnica y práctica de mantener las nuevas empresas a flote.

Es por todo esto que, el principal deber de un emprendedor consiste en profundizar la


comprensión de lo que implica un nuevo proyecto de negocios y los problemas y obstáculos del
proceso emprendedor para, de esta manera, aumentar con cada herramienta adquirida, la
probabilidad de tener éxito en las nuevas iniciativas empresariales.

Otra necesidad es la de contextualizar el proceso emprendedor hacia una realidad


latinoamericana, puesto que, pese a ser sumamente escasos lo textos y materiales de apoyo que
puedan contribuir a formar un proceso emprendedor, los pocos que existen tratas sobre la
consecución de posibles subsidios estatales, la generación de ofertas públicas de acciones u otras
herramientas que son totalmente ajenas al contexto real del Ecuador y de los demás países de
América Latina. Así, los principales temas a tratar en nuestra realidad son el como acceder a las
escasas fuentes de financiamiento o el como sobrevivir en un entorno que, a menudo, resulta ser
adverso a las iniciativas empresariales.

De todo esto nace una necesidad del emprendedor ecuatoriano y es la de adquirir la habilidad de
recoger las herramientas, conceptos y técnicas que han sido desarrolladas por las mejores
universidades del mundo a través de extensos procesos de investigación a la vez de adaptarlas a la
realidad de una economía que aún tiene mucho que avanzar en relación al fomento y apoyo a las
iniciativas de negocios.

Entonces, el emprender no es la simple aplicación de una receta donde se puedan llenar una serie
de requisitos y garantizar el éxito de un nuevo negocio. La realidad en el Ecuador es mucho más
compleja y, por lo tanto, apasionante y llena de experiencias de aprendizaje donde los obstáculos
y la complejidad del proceso son parte del camino al éxito empresarial.

ESPÍRITU EMPRENDEDOR

Es difícil la tarea de definir el espíritu de un emprendedor pues muchos hombres y mujeres, de


toda índole y muy diferentes entre sí podrían ser grandes ejemplos de luchadores que han logrado
sacar adelante a una empresa. Sin embargo se pueden identificar ciertos cambios importantes y
son que el emprendedor es capaz de ver el cambio de las condiciones a su alrededor como una
oportunidad, es capaz de utilizar los factores de producción para fabricar nuevos bienes y prestar
nuevos servicios. Es por esto que el espíritu emprendedor es diferente del administrativo porque
se enfoca a iniciar el cambio a partir de un nuevo proyecto además de todas las tareas habituales
del administrador.

Así, el espíritu emprendedor es, desde hace poco, una importante área de estudio científico y
contribuye al crecimiento de la sociedad, a su productividad y a la gestión de tecnologías,
productos y servicios valiéndose en el proceso tanto de los factores económicos de la sociedad
como de los factores no económicos a disposición. Este espíritu de innovación y creatividad se
activa a partir de los cambios ambientales y personales que desarrollan la capacidad de darle un
nuevo enfoque a un producto, servicio o simplemente responder creativamente a alguna
necesidad social. Esto significa que las grandes ideas, pese a que muchas surgen fuera de la esfera
del empresario, a menudo vienen de la observación de negocios establecidos, o de necesidades de
la comunidad que llevan allí mucho tiempo.

Sin embargo, el iniciar con este nuevo proyecto implica prepararse para abordar una organización
empresarial con todo lo que esto significa. Es por esto que en este proceso, los emprendedores
pueden necesitar el desarrollo de un plan de negocios y, a su vez, para esto deben aprender a
reconocer los obstáculos del mercado para entrar a ciertas áreas, idear un plan estratégico de
negocios y escoger una forma de organización que se adapte a su proyecto. De esto deriva la gran
importante de la formación del emprendedor como empresario en orden de ser capaz de
reconocer las diferencias entre las culturas administrativa - empresarial tradicional y la nueva
cultura innovadora para así ser capaz de escoger los procedimientos que unirán lo mejor que
tienen que ofrecer ambas culturas.

“Son las cosas pequeñas de la vida, los cambios de actitud día a día y no los grandes gestos o
acciones desproporcionadas los que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso”.

LA NATURALEZA DEL EMPRENDEDOR

¿Nacer Emprendedor o convertirse en Emprendedor? Existe solo una respuesta a este


interrogante: el ser humano es emprendedor por naturaleza.

Las personas están dotadas de habilidades o capacidades para iniciar acciones o actividades que le
signifiquen mantener su vida, desarrollarse y alcanzar niveles de mayor bienestar. Estas
habilidades constituyen un patrimonio o herencia propia de la especie, mediante las cuales el
hombre ha desarrollado la sociedad humana, con todos sus defectos y virtudes.

Desde el momento del nacimiento, más aún, desde su concepción, el ser humano hace un
esfuerzo por mejorar su calidad de vida mediante la modificación del entorno satisfaciendo de
esta manera sus necesidades principales. Este esfuerzo por modificar su situación de vida implica
un costo implícito para conseguir un nivel de satisfacción o un equilibrio con el medio, tanto para
el individuo como para quienes se vinculan con él y se lo proveen.

El ser humano es parte de la sociedad y de la red de la vida y su vida depende de vivir en esta
basándose en esfuerzos recíprocos. Es así, como en la medida que el niño crece va desarrollando y
desplegando sus distintas capacidades físicas, intelectuales, emocionales y espirituales
adquiriendo en el proceso nuevos conocimientos y técnicas para modificar el entorno y su
relación con otras personas, como aprender a escribir, leer, a pensar, etc. Así, en la medida que
avanza en su crecimiento requiere desarrollar nuevas habilidades para satisfacer nuevas
necesidades propias de su madurez. .
Con su incorporación al aprendizaje, el niño va fortaleciendo y desarrollando su lenguaje oral y
escrito, conductas para trabajar en equipo, métodos lógicos para encontrar respuestas a sus
inquietudes y métodos intuitivos para procurarse la mayor cantidad de respuestas posibles a cada
situación determinada. Es en esta instancia además, que tiene la oportunidad de ampliar su círculo
afectivo y social interrelacionándose y vinculándose con otros adultos y niños. Estas experiencias
básicas incidirán en el desenvolvimiento del adolescente y posterior adulto en la sociedad
desarrollando sus aspectos cognoscitivos y su autoestima, ingredientes que le darán mayor
capacidad para enfrentar los requerimientos propios para su progreso individual y social tales
como rendimiento académico, establecimiento de vínculos afectivos sanos y estables,
incorporación positiva al mundo laboral, y su papel como creador y constructor de la sociedad.

Es por esto que un buen ambiente educativo llega a generar individuos capaces de contar con una
sociabilidad ganadora que atrae a los demás, confianza en ellos mismos, una actitud persistente y
optimista ante el fracaso y la frustración, la habilidad de recuperarse rápidamente trae un revés, y
una personalidad fácil que llevar, todas estas cualidades fundamentales de un emprendedor.

Por supuesto, estas habilidades sociales y otras muchas habilidades técnicas y creativas necesarias
para un proceso emprendedor son innatas de los seres humanos, lo que podríamos llamar una
fortuna genética, y aunque no todos las tengan en un alto nivel, se puede entrenar a cualquier
persona para desarrollarlas mediante un entrenamiento activo de sus conductas productivas.

Estas conductas productivas, se manifiestan de forma mucho más clara al enfrentarnos al desafío
de emprender un negocio por cuenta y riesgo propio, es esta una de las actividades mas
motivantes y desafiantes para un ser humano, al implicar un proceso en el que se suele ir
aprendiendo sobre la marcha pese a la necesidad de invertir tiempo en aprender las herramientas,
prácticas y metodologías que posteriormente buscaremos convertir en hábitos productivo que
incrementen las posibilidades de éxito en nuestros proyectos de negocio, minimizando los costos
económicos por errores conceptuales y tonificando el esfuerzo personal que requiere esta
empresa. Además, gracias a la tecnología de la era de la computación y el conocimiento las
personas pueden contar con una importante herramienta de capacitación, tutoría y
acompañamiento, el que en alguna medida será un significativo soporte para desenvolverse en el
mundo empresarial emprendedor, sin desconocer que la relación personal, el afecto y compañía
no serán sustituidas por la tecnología.

DEFINICIÓN DE EMPRENDEDOR

Con todo lo mencionado, es fundamental definir que es un emprendedor y cual es su papel en la


sociedad. Así, un emprendedor es un productor de valores sociales de mercado, que corre riesgos
calculados y está en permanente alerta para descubrir las oportunidades de negocio mediante la
identificación de las necesidades que aún no han sido satisfechas, actuando en consecuencia para
aprovecharlas. Todo lo que consiga es para él y su sociedad, porque servirá para mejorar su
calidad e vida y generar riqueza social. Para esto, el emprendedor debe gozar de una saludable
autoestima y un profundo hábito de pensamiento productivo que permita la creación de
empresas, generando riqueza y aportando a la sociedad.

LA AUTOESTIMA EN EL EMPRENDEDOR

En un contexto de competencia y desarrollo social, la autoestima se ha convertido en una


necesidad económica de suma importancia pues es el factor que hace que los nuevos empresarios
puedan enfrentar con creatividad todos los desafíos que presenta el difícil camino del
emprendimiento. La esencia de la autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar y
saber que somos capaces y que podemos hacernos responsables del desarrollo de la sociedad,
confiando en nuestra mente, y en nuestro enorme potencial latente en el hecho de descubrir
quienes somos, cultivar nuestros recursos, y ser responsables de nuestra elecciones, de los valores
que moldean nuestras vidas y de el enorme aporte que la sociedad espera de los emprendedores.

EL EMPRENDEDOR EN EL CONTEXTO SOCIAL

Uno de los factores más importantes es el ser capaz de analizar el rol del emprendedor dentro del
contexto de su sociedad como creador de empresas y generador de empleo y riqueza donde el
Principio esencial que debe guiar la actuación de cada uno es que cada Individuo es Dueño de Si
Mismo y Responsable de sus Semejantes. Esto trasladado al campo empresarial significa que son
los individuos la unidad básica en la que se inician todas las concepciones y circunstancias que
describen la empresa como proceso y fenómeno social, y dentro de estos individuos son los
emprendedores la piedra angular en la que se apoya buena parte de la gestión empresarial.

Es por esto que el emprendedor deberá estar consiente de que, el contar con el espíritu, filosofía y
herramientas necesarias para crear una empresa lo convierten en un sujeto con grandes
oportunidades que vendrán acompañadas de otras tantas responsabilidades hacia el mundo
empresarial y hacia los que no cuentan con sus herramientas en la sociedad. Dicho de otra
manera, el emprendedor es uno de los grandes creadores de la sociedad y, por lo tanto, uno de
sus responsables. Así, deberá estar atento a la evolución y movimiento de la sociedad para, de
acuerdo a su ideas y proyectos de negocio, ir cubriendo las necesidades insatisfechas que se
encuentre en el camino, priorizando su empresa para convertirla en el reflejo de la competitividad
y eficiencia que debe alcanzar la sociedad. Así, este principio esencial de capacidad de actuación
por sí mismo, crea una esfera imaginaria alrededor de cada emprendedor, concediéndole una
zona de privacidad y de acción dentro de la cual debe gozar de libertad plena, sin olvidar en este
camino, lo que la sociedad espera de él.

LA PRODUCTIVIDAD DEL EMPRENDEDOR


La productividad del emprendedor, la activación del aparato productivo, la generación de empleo
y la prosperidad del Ecuador están vinculados y forman una secuencia causal donde la
productividad y la innovación es beneficiosa y necesaria para agregar valor a las empresas y
generar procesos de contagio en el que otros organismos de la sociedad empezaran a pensar en
nuevos proyectos y en cambio e innovación. Un hecho cierto es que ninguna sociedad puede ser
innovadora “en parte”, lo es o no lo es, y los emprendedores son la punta de lanza que iniciará el
proceso.

La productividad del emprendedor no es otra cosa que ir constantemente incrementando el valor


de la empresa con los mismos recursos que han sido descubiertos por el emprendedor. Más aún,
la mayor productividad que genera el emprendedor lo beneficia directamente al aumentar el valor
de cada unidad trabajo y así disponer y gozar de más bienes y servicios para la sociedad. La pereza
y la pasividad son opuestas a la productividad, y más aún si se trata de un emprendedor. Un
emprendedor debe comprender que un empresario productivo es aquel que logra optimizar sus
factores de producción y las capacidades de su equipo humano tanto dentro de la empresa como
fuera de ella. Dicho de otra manera, un empresario productivo es el que logra obtener lo mejor de
su empresa y reflejar esta excelencia en la sociedad a través de la responsabilidad social.

La fórmula de éxito de un emprendedor en el contexto de una sociedad, especialmente una


sociedad latinoamericana, radica en la integración de la productividad, la autoestima y el
compromiso con la sociedad. Este intercambio de experiencias entre el emprendedor y su
entorno social constituyen la fuerza del crecimiento económico por medio de la continua
identificación de necesidades insatisfechas y su transformación en oportunidades de negocio.

CARACTERÍSTICAS DEL EMPRENDEDOR

Alcanzar el objetivo final de formar una empresa, es un sueño que se debe interiorizar, que se
debe compartir con la sociedad y que, por supuesto, se debe cumplir a cabalidad, lo que significa
mucho orden, motivación, disciplina, estudio, constancia, creatividad, liderazgo y sobre todo fe y
determinación ya que crear una empresa no es fácil, es por esto que el emprendedor debe cultivar
ciertas características humanas que le permitan concretar sus aspiraciones:

 El Emprendedor debe ser audaz, para controlar su entorno, correr riesgos con la
tranquilidad de un profesional y al mismo tiempo disfrutar de la aventura de emprender
enfrentando los obstáculos con entusiasmo y mostrando el optimismo que hace diferente
a un empresario de éxito.

 El emprendedor debe ser tenaz para levantarse después de los reveses sin importar
cuantos sean, para perseguir sus fines pese a todo, para tener principios, valores y
convicciones que le conviertan en un ser infatigable en la persecución de sus objetivos en
uno y mil intentos.
 El Emprendedor debe ser apasionado, encontrado y comprendiendo todo el sentido
trascendente de su actividad para no perder los ánimos, para ver el lado bueno de todas
las cosas con optimismo, aprendiendo también de las derrotas y convirtiendo los
problemas en grandes oportunidades pensando en una empresa grande, en un
empresario exitoso, en un país mejor, en general, apuntando alto.

 El emprendedor debe ser responsable de sus actos, para evitar culpar a los demás de sus
errores, para desechar las excusas de su procedimiento y volverse un empresario
completo que acepta con altura los errores y con humildad los aciertos. Sin embargo, mas
que nada, el emprendedor debe ser responsable hacia la sociedad, consiente de que los
empresarios de una nación son los responsables de su progreso y los artífices del cambio
social.

 El emprendedor debe tener confianza, en sí mismo, en su talento y capacidad, en su


persistencia y fortaleza y sobre todo debe tener confianza en el éxito que esta aguardando
en el camino; un emprendedor no debe jamás dudar que lo que quiere conseguir se pude
conseguir y que es él el llamado a lograrlo.

 El emprendedor debe mostrar iniciativa, tomando conciencia de que la empresa en la que


trabaja es su empresa y, por lo tanto, todo lo que en ella suceda le concierte y le afecta,
por lo que todas sus contribuciones deben ser valiosas, creativas y originales, asumiendo
el rol de guía en las decisiones a tomar y de aporte en los momentos importantes.

 El emprendedor debe mostrar voluntad y resolución para seguir adelante más allá de los
obstáculos o los comentarios destructivos, para organizar su vida alrededor de su objetivo
primordial, su empresa; para cumplir consigo mismo, su semejantes y su sociedad como
parte de la gestión de su empresa, aprendiendo a imponerse una estricta disciplina de
trabajo, primero a sí mismo, como paso previo a exigir lo mismo de su equipo; y además,
para saber se paciente y moderado, comprendiendo que la creación de una empresa no es
un carrera de velocidad, sino de resistencia.

 El emprendedor debe mostrar entrega a la tarea de su empresa, por ser una persona con
una gran necesidad de realización es capaz, una vez decidida la tarea, de absorberse en
ella hasta completarla con éxito.

 El emprendedor debe saber calcular el riesgo, al ser consiente de que la tarea impuesta no
esta exenta de riesgos, de buscar que este riesgo sea moderado, aún emocionante por el
desafío aunque con una esperanza razonable de ganar en base a su capacidad de
dirección y de sus propias competencias, mostrando un realismo agresivo y una serena
apreciación de su habilidad para influir con éxito en los resultados.

 El emprendedor aprovecha las oportunidades, rápidamente y sin vacilar, siempre


dispuesto a mostrar una mentalidad creadora, pasando de ideas a planes de acción
originales e innovadores
 El emprendedor demuestra objetividad, siendo realista acerca de sí mismo y sus fines,
dejando bien claro lo que les gusta o disgusta, sacando del camino lo que consideran
perjudicial a su proyecto y acepando con humildad sus falencias para valerse de expertos a
la hora de pedir ayuda.

 Los emprendedores comprenden la necesidad de información y control, buscando todo lo


relativo a la correcta marcha de sus actividades y los resultados que van obteniendo.

 Los emprendedores muestran optimismo ante el cambio, con una actitud positiva ante
situaciones que no conocen ya que, si bien las posibilidades de éxito no están claras, las
circunstancias pueden ser atractivas y estimulantes, por lo que siguen adelante, sin
desanimarse por la falta de directrices y consiguen frecuentemente sacar el mejor partido
de cualquier tipo de oportunidad.

 Los emprendedores saben cual es la actitud hacia el dinero, respetando la necesidad de un


flujo financiero para la empresa pero sin mostrar avaricia, ya que el dinero no representa
más que las fichas con las que se juega y muestra cuando se empieza a ganar la partida.

 Los emprendedores emplean la iniciativa y la previsión en la gestión empresarial,


planificando el mundo en que se desarrolla su negocio de acuerdo a su criterio y
trabajando en función de que este escenario se cumpla en la realidad.

 Los emprendedores pueden ser tanto profesionales como creadores, pues lo que priorizan
es el trabajo bien hecho, la buena organización y el buen servicio, actuando con amplitud
de miras, lógica y creatividad, a la vez de considerar el éxito económico como una
recompensa a su buen hacer.

 Los emprendedores trabajan solos y en equipo, consientes que el ser un emprendedor es


un hecho más individual que social, se inclinan a colaborar con otras personas, porque
comprenden que la complejidad de sus empresas exige una multiplicidad de cualidades y
disciplinas que excede el ámbito de una sola persona.

 Los Emprendedores son Excelentes, esta consiente de que, por ser un ser humano, esta
dotado de todo lo necesario para ser un hombre o mujer excelente; valorando el fracaso
como un estado de aprendizaje y los problemas como oportunidades de la vida

 Los emprendedores tienen buena suerte, y comprenden su suerte como el resultado de la


búsqueda de la misma, de la preparación para cuando esta legue y de la audacia que esta
demande, teniendo en mente que si a la vida le apostamos un centavo recibiremos un
centavo, cultivando la disciplina y pagándole a la vida lo mejor para que la vida nos
devuelva lo mejor.

 El emprendedor vive su vida con pasión, mostrándola en todas sus actividades y sobre
todo en el trabajo, como la gran oportunidad para demostrar talento y voluntad de
servicio a aquellos que necesitan de nuestro talento
 El emprendedor es libre, igualitario y fraternal por excelencia, comprendiendo que el acto
más sublime es la libertad con responsabilidad, enriquecida por la capacidad de reconocer
como iguales los individuos que la vida profesional depare conocer y mostrándome
fraterno con todos los que de ella formen parte, puesto que en el conocimiento del
individuo que me acompaña en este proyecto empresarial y de todo lo que de él puedo
aprender radica la riqueza del proceso de convertirse en un gran emprendedor de éxito.

Eco. Andrés F. Ugalde Vázquez

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