Está en la página 1de 6

Alimentación  

complementaria
¿Qué es la alimentación complementaria?
Se llama alimento complementario a cualquier alimento que se
le dé al bebé, además de la leche (materna o artificial).
El término “complementario” indica que hay otro alimento
“principal”: la leche, y que lo demás que se le dé al bebé es sólo
eso, un complemento.

¿Cuándo introducir la Alimentación Complementaria?


Todos los estudios, consensos, revisiones y documentos sobre a qué
edad debería iniciarse la alimentación complementaria parten de una
premisa básica que casi siempre es explicita:

“se debe continuar la lactancia exclusiva hasta que sea incapaz de


satisfacer las necesidades nutricionales del lactante; en ese momento
se añadirán otros alimentos”

Pero ¿por qué? ¿en qué momento deja la leche de ser suficiente?

Hablemos de la “evolución” calórica de la leche materna, tanto


a lo largo de una tetada como a lo largo de los meses, incluso años.
La composición de la leche materna varía: al comienzo de la tetada
es más rica en agua y azúcares y su contenido en lípidos es bajo. A
medida que el bebé sigue mamando, los lípidos van en aumento,
hasta 5 veces más. También la composición calórica de la leche
materna cambia durante la edad del bebé: tiene más calorías al año
que a los 3 meses, y más a los dos años, así sucesivamente, con lo
que la afirmación de mucha gente sobre que la leche materna
a partir de “x” edad no alimenta, es totalmente falsa y
contraria a la realidad.

En la actualidad, se recomienda la introducción de la


alimentación complementaria a partir de los 6 meses. Esta
recomendación ha ido variando a lo largo de la historia, y no digamos
ya, el orden de los alimentos…

Es imposible dar con una base científica  unas


recomendaciones detalladas sobre alimentación infantil. No
hay un consenso respecto a las recomendaciones
nutricionales.

Por todo esto, vemos que no debe haber una urgencia real por
hacer comer a nuestros pequeños. Por un lado, la leche materna
(y también la de biberón) tiene más calorías que la fruta y las
verduras (recordemos el pequeño tamaño del estómago de los
bebés), por tanto no tiene sentido sustituir tomas de leche por
papillas de verdura o fruta. Si fuese una cuestión de carencia de
algún nutriente realmente importante para el desarrollo del niño, los

pediatras no se arriesgarían a que un bebé quiera comer o no, a que


su mamá le prepare una buena papilla o no, darían unas gotas con el
suplemento y listo.

Entonces… ¿cuál es el motivo para introducir alimentos?, pues


según Carlos González, el aprendizaje.

Es bueno que un bebé se “siente” a la mesa con los adultos,


vea cómo comen, se interese por la comida

¿Cómo sé si mi bebé está preparado para empezar a


tomar otros alimentos?
Un bebé puede estar preparado para iniciar la alimentación
complementaria cuando su sistema digestivo sea lo suficientemente
maduro y cuando muestre determinados signos de desarrollo que así
lo indiquen.

El sistema digestivo del bebé no es algo que podamos observar


fácilmente, pero los estudios que se han llevado a cabo indican que
alrededor de los 6 meses puede ser un buen momento para introducir
nuevos alimentos reduciendo el riesgo de alergias y otros perjuicios
que puede provocar su introducción demasiado precoz. A partir de
esa edad, hay bebés que ya están preparados, y otros que necesitan
un poco más de tiempo. La mayoría de bebés están listos entre los 6
y 8 meses.

El niño está listo para empezar a tomar otros alimentos


cuando:

- Es capaz de sentarse estable sin ayuda.

- Pierde el reflejo de extrusión que hace que los niños expulsen la


cuchara con la lengua (Hasta que tienen suficiente discernimiento
para distinguir lo que se come de lo que no, por si acaso lo escupen
todo)

- Muestra interés por la comida de los adultos

- Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (Al ver acercarse la
cuchara el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza
hacia delante. El que está saciado, cierra la boca y mueve la cabeza
hacia un lado).

¿Cuál es el orden de introducción de los alimentos?

No hay ninguna base científica para recomendar la


introducción de un alimento antes que otro siempre que al
principio se trate de alimentos sanos con poco potencial alergénico.
Es indiferente empezar por la fruta, la verdura, los cereales, … así
que da lo mismo.

No hay ninguna base científica para recomendar que un


alimento determinado deba darse a una hora determinada (Por
ejemplo, las frutas por la tarde). Cualquier alimento puede darse a
cualquier hora, a comodidad de la madre. De hecho si la madre
trabaja o debe ausentarse por cualquier motivo lo más cómodo es
que la alimentación complementaria se de en su ausencia.

Hay que tener cuidado, sin embargo, con los alimentos alergénicos
como huevo, leche (y derivados) y pescado.

La única carencia que puede haber si un bebé sólo toma leche,


es el hierro. La leche materna tiene muy poco hierro, pero es
que debe llevar poco. Es curioso que el cuerpo materno filtra el
hierro: si la madre toma suplemento de hierro la leche no se ve
afectada. Los bebés tienen reservas incluso hasta bien pasado el año,
y ¿de dónde las sacan?, pues del cordón umbilical. Si éste no se corta
demasiado pronto el bebé dispone de reservas de sobra, pero hay
bebés con los que no se ha tenido este cuidado. Así que, puestos a
introducir alimentos, hacerlo con carnes.
¿Qué cantidad?
La mejor estrategia para determinar la cantidad de alimentación
complementaria que debe ingerir un niño es fiarse de su propio
sentido del apetito.

Al principio tomará apenas alguna cucharada pero en cuanto empiece


a aceptar de buen grado la alimentación complementaria irá
aumentando la cantidad que ingiera.

La idea es ofrecer y, sobretodo, no obligarle jamás a comer. Cada


niño tiene sus propias necesidades y sigue su propio ritmo, pretender
que coma una cantidad standard determinada a una edad
determinada no solo es inadecuado sino que puede ser
contraproducente.

¿Y si no quiere?
No todos los niños están preparados para la alimentación
complementaria al mismo tiempo.

Algunos ya muestran interés por otros alimentos antes de los 6


meses, en cambio otros pueden tardar mucho mas tiempo y no
aceptarlos de buen grado hasta los 7 u 8 meses e incluso hasta más
tarde.

Unos niños comen una cantidad bastante “aceptable” casi desde el


principio, otros apenas picotean pequeñas cantidades de diversos
alimentos hasta pasado el año.

Lo que está claro es que más pronto o más tarde todos los niños
empiezan a interesarse por otros alimentos y que mientras tanto la
leche materna cubre sus necesidades, por lo nunca se debe intentar
imponer a un niño la ingesta de una determinada cantidad de
alimento-

Algunas indicaciones en relación a la introducción de la


alimentación complementaria:
No obligar nunca a comer a un niño.
Dar exclusivamente leche materna hasta los 6 meses.
              Según la Organización Mudial de la Salud,
“La lactancia materna es un medio inigualable para proporcionar la
alimentación ideal para el crecimiento    y   desarrollo saludables de
los niños. Una revisión reciente de la evidencia científica muestra que
la lactancia materna exclusiva durante 6 meses es la forma óptima de
alimentar a los niños”.

A partir de los 6 meses empezar a ofrecerle otros alimentos,


siempre después de la leche.
No suprimir tomas para dar otros alimentos.
Los alimentos deben introducirse de uno en uno, separados
por al menos una semana
Se debe empezar con pequeñas cantidades que irán
aumentando a medida que el niño las acepte de buen grado.
No dar alimentos con gluten (cualquiera que lleve trigo, avena,
centeno o cebada, como por ejemplo el pan y las galletas)
hasta como mínimo los 8 meses, siempre y cuando ya se
hayan introducido previamente los cereales sin gluten, en caso
contrario esperar y empezar por éstos últimos.
Tener cuidado con los alimentos alergénicos como huevo, leche
(y derivados) y pescado. (Se recomienda no intriducirlos antes
del año)
No añadir azúcar ni sal a los alimentos.
Escurrirle los alimentos, no llenarle la barriga con caldo o agua
de cocción.
Si toma pecho a demanda, ya toma suficiente leche, y de la
mejor calidad. No necesita (ni le conviene) ninguna otra
leche, ni derivados lácteos, ni yogures ni papillas
lacteadas
El orden de los distintos alimentos es irrelevante: no hay una
edad para la fruta, una edad para los cereales, una edad para
la carne…
No es necesario que el niño siga un horario fijo para comer.
No tiene importancia el momento del día (comida,
merienda o cena) en que se dé cada alimento (no hay una
hora para la fruta, una hora para los cereales…)
A partir del año, puede comer de todo, salvo que haya un
motivo médico específico.
 

El principal objetivo de la alimentación complementaria es que


los niños se vayan acostumbrado gradualmente a la
alimentación normal de los adultos: el niño que, en lugar de
comerse una papilla come medio macarrón pero contento y
feliz y con su propia mano, está aprendiendo a comer solo, a
masticar, a disfrutar con la comida y a comer lo que comemos
los adultos. Es mejor que el niño pase del pecho a la comida
normal en un proceso gradual (desde los 6 meses, hasta
varios años después), que hacerle pasar por varios “destetes”,
como ocurriría si pasa: del pecho al biberón, del biberón a la
papilla y de la papilla, a la comida normal.

Fuentes y bibliografía:
-  Un regalo para toda la vida“. Carlos González. Editorial Temas de
Hoy.

- “Mi niño no me come”.   Carlos González. Editorial Temas de Hoy.

- ”Lactancia Materna: Guía para profesionales“. Comité de


Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría

- OMS

- Academia Americana de Pediatría.

- ESPGAN (Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición


Pediátricas).

- Folleto sobre alimentación complementaria de la Asociación Alba.

- Asociación Sina
Fotos/ sean dreilinger en Flickr

También podría gustarte