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Lactancia materna

La lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que
necesitan en el equilibrio adecuado, así como ofreciendo protección contra las enfermedades.

La lactancia materna es una forma de alimentación que comienza en el nacimiento con leche
producida en el seno materno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones
Unidas para la Infancia (Unicef) señalan que la lactancia es una forma inigualable de facilitar el
alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto de los niños. OMS y Unicef consideran
imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses del recién nacido y
recomiendan que a partir de esa edad y hasta los dos años, de forma complementaria a la
lactancia, se ofrezcan al bebé otros alimentos propios para su edad. No se sabe cuál es la duración
ideal de la lactancia materna en la especie humana. Los referentes sobre los términos y
características de la lactancia se comprenden desde el contexto cultural de las madres que lactan,
de tal forma que los periodos de lactancia se pueden extender tanto como la variabilidad de
culturas existentes en el mundo.

La lactancia artificial

También llamada lactancia con leche de fórmula, consiste en nutrir al pequeño con un producto
alimenticio usado como sustitutivo parcial o total a la leche materna. Este tipo de leche
proporciona un aporte adecuado de nutrientes para las necesidades del bebé.

Las fórmulas se obtienen a partir de la leche de vaca, pero se modifica para intentar acercarse lo
más posible a la leche materna en cuanto a su contenido en proteínas, grasas, hidratos de carbono,
vitaminas y sales minerales, así como otros micronutrientes. Se usa en ocasiones en las que la
lactancia materna, por un motivo u otro, no es posible o resulta insuficiente. En este último caso se
suele usar la lactancia mixta para que el bebé obtenga los nutrientes necesarios para su correcto
desarrollo.

*Leche etapa 1:* se trata de una fórmula de inicio que se emplea desde el nacimiento hasta los
seis meses de edad.

*Leche etapa 2:* llamada también leche de continuación, cubre las necesidades nutricionales de
tu bebé a partir de los 6 meses como parte de una dieta diversificada.

*Leche etapa 3:* también conocida como leche de crecimiento o preparado lácteo infantil, se
utiliza a partir de los 12 meses de edad.

Ventajas de la lactancia artificial

• El niño tarda un poquito más en digerirla por lo que tiene mayor sensación de saciedad. Esto
significa que los periodos entre tomas son más largos que con la leche materna.

• Tenemos un control exacto de la cantidad de leche que el bebé toma.

• Da más libertad de movimiento a la madre y el resto de la familia puede tener mayor


protagonismo en la alimentación del bebé.
• El destete es más fácil, ya que hay que sustituir un biberón por la papilla que el Pediatra
recomiende.

• Es una alternativa excelente en los casos en los que está contraindicada la lactancia materna.

Ablactación

La ablactación es la introducción de alimentos diferentes a la leche ya sea materna o de fórmula en


la alimentación del bebé. Es decir, no es más que la llegada de la alimentación complementaria a
su dieta.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva hasta los seis meses. Cuando
los bebés cumplen su primer medio año de vida y una serie de requisitos, podemos comenzar la
introducción de nuevos alimentos.

Los requisitos que debe cumplir un bebé para comenzar con su ablactación son:

 El bebé se mantiene solo sentado.


 Ha perdido el reflejo de extrusión (expulsar con la lengua el alimento que se le introduce
en la boca).
 Muestra interés por la comida.
 Coordinación ojo-mano-boca.

Normalmente, la mayoría de los bebés alcanzan estos hitos alrededor de los seis meses y es el
momento de empezar la ablactación. ¿Y por qué entonces? Los bebés nacen con reservas de hierro
suficientes para los primeros seis meses. Sin embargo, en este momento, pueden empezar a
escasear y es necesario el aporte de este mineral a través de los alimentos. Eso sí, en ningún caso
hay que ofrecer alimentos antes de esa edad. Ni agua, ni zumos, ni infusiones, ni cereales o fruta, a
pesar de que hay pediatras que lo siguen recomendando.

Iniciar la ablactación no tiene por qué conllevar el destete. La leche seguirá siendo la base de la
alimentación de los bebés hasta el primer año y, de hecho, será parte fundamental de su dieta
hasta los tres. Por ello, al inicio de la alimentación complementaria y hasta los 12 meses, se debe
ofrecer antes siempre el pecho o el biberón y posteriormente los alimentos. Como su propio
nombre indica, en este momento, los alimentos son un complemento en la alimentación del bebé.

¿Cómo se hace la ablactación?

Lo único que habría que tener en cuenta es la regla de los dos días: cada vez que ofrecemos un
nuevo alimento debemos hacerlo por separado, durante 2 o 3 días y antes de las 16 horas. Así,
podremos detectar una posible reacción alérgica en caso de que esta se produzca. También hay
que prestar algo más de atención a los alimentos potencialmente alergénicos, como es el caso del
huevo, cuya introducción debe realizarse de forma más escalonada en caso de que alguno de los
dos progenitores sea alérgico.
¿Cuáles son los alimentos ideales para iniciar la ablactación?

No hay alimentos por o para horas, sino alimentos saludables para nuestro horario. ¿Qué significa
esto? Que más allá de la rigidez de un horario que nos dice qué debemos comer y a qué hora,
podemos ofrecer lo que queramos cuando el bebé tenga hambre, el único requisito es que sea
saludable. Además, no hay cantidades exactas y debería ser el bebé el que decida cuándo quiere
comer.

Es cierto que lo ideal es que el bebé se una al ritual de la comida familiar, y coma a la vez y lo
mismo que el resto de la familia. Por ello, podemos adaptar en la medida de lo posible los horarios.

Para el inicio de la ablactación en el desayuno lo ideal es empezar con frutas blandas, que sean
fáciles de gestionar, como el plátano, la pera y manzana

Para comidas como el almuerzo lo ideal es no preparar demás los alimentos como el pollo o el
pescado, esto para no camuflar los sabores y que el bebé se acostumbre a ellos considerando que
la dieta no debe superar los 20 gramos de proteína animal hasta los 12 meses porque lo riñones y
el hígado del bebé no están lo suficientemente maduros para tolerar más cantidad, además de
estar relacionado con los mayores índices de obesidad infantil

La cena se recomienda a partir de los 10 o 12 meses esto debido a que antes de este tiempo los
bebés suelen llegar al final del día más cansados, pero luego de los 10 meses suelen estar más
espabilados en horario nocturno y es el momento oportuno para empezar a ofrecer cena la cuál
puede ser rica en hierro como los frutos secos, cereales, tubérculos, aguacate además de verduras
y hortalizas para mejorar la absorción de hierro.

Los requerimientos nutricionales

Los requerimientos nutricionales de los niños cambian con el paso del tiempo, dependiendo de su
edad y su nivel de crecimiento. Los niños de 0 a 6 meses requieren una dieta básicamente lactea,
ya que la leche materna o la leche de fórmula contiene todas las vitaminas y minerales necesarios
para su crecimiento. Después de los 6 meses, los niños pueden comenzar a probar alimentos
sólidos además de la leche, y a partir de los 1 año, necesitan comer una variedad de alimentos
para obtener los nutrientes necesarios. Los niños de 2 a 4 años necesitan comer muchos
carbohidratos, proteínas, frutas y verduras, así como 2-3 vasos de leche al día. Los niños de 5 a 12
años necesitan muchas de las mismas comidas, pero a mayor escala. Por ejemplo, necesitan
alrededor de 4-5 vasos de leche al día, y 5-6 raciones de frutas y verduras al día. Los niños de este
rango de edad deben comer al menos una porción de cereales integrales al día y tomar mucha
agua. La alimentación de los niños cambia una vez más cuando se acercan a la adolescencia, ya
que se necesitan nutrientes adicionales para el desarrollo. Los jóvenes de 13 a 18 años necesitan
comer alimentos ricos en calcio, magnesio, hierro y vitaminas B. Los jóvenes también necesitan
consumir mucha agua y evitar bebidas azucaradas. Es importante que los jóvenes coman una dieta
saludable, ya que la alimentación durante la adolescencia puede tener efectos en la salud de por
vida. Una alimentación balanceada, junto con una vida activa y saludable, ayuda a prevenir
enfermedades como la obesidad y las enfermedades cardíacas. Si usted es padre o madre de un
niño o joven, hablar con un nutricionista puede ayudarlo a asegurarse de que su hijo está
recibiendo los nutrientes adecuados para una vida saludable.

Fuentes de nutrientes en niños

Las principales fuentes de nutrientes en niños incluyen una variedad de alimentos, cada uno de los
cuales proporciona diferentes nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo saludable.
Algunas de las principales fuentes de nutrientes en niños incluyen:

1. Proteínas: Las proteínas son importantes para el crecimiento y reparación de tejidos, así
como para el desarrollo muscular. Algunas fuentes de proteínas incluyen carnes magras,
aves, pescado, huevos, productos lácteos, legumbres, nueces y semillas.
2. Hidratos de carbono: Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía para el
cuerpo, y son especialmente importantes para el cerebro y el sistema nervioso de los
niños. Las principales fuentes de carbohidratos incluyen frutas, verduras, granos enteros,
pan, pasta, arroz y productos lácteos.
3. Grasas saludables: Las grasas saludables son importantes para el desarrollo cerebral y la
absorción de vitaminas liposolubles. Algunas fuentes de grasas saludables incluyen
aguacates, nueces, semillas, pescado graso y aceite de oliva.
4. Vitaminas y minerales: Las vitaminas y minerales son esenciales para el crecimiento, el
desarrollo y la salud general de los niños. Algunas fuentes de vitaminas y minerales
incluyen frutas, verduras, lácteos, carnes magras, pescado, huevos y granos enteros.

Es importante que los niños reciban una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos
de cada grupo de nutrientes para garantizar que estén obteniendo todos los nutrientes esenciales
para su crecimiento y desarrollo. Además, es importante que los niños reciban suficiente calcio,
hierro, vitamina D, vitamina B12 y ácidos grasos omega-3, ya que estos nutrientes son
especialmente importantes para su salud en crecimiento.

Educación alimentaria infantil

Es el aprendizaje de una serie de estrategias que ayudan a que la infancia adopte conductas y sepa
realizar determinadas elecciones en el ámbito de la alimentación que ayuden a mejorar su salud.

Características de la educación nutricional

Algunas de las características fundamentales de la educación nutricional para niños y niñas son las
siguientes:

 Supone un cambio social. En algunas ocasiones la educación nutricional requiere la


necesidad de cambios sociales importantes en la forma de alimentarse para adoptar
hábitos alimenticios saludables.
 Para su diseño participan diversos profesionales. El diseño de los planes de educación
nutricional para niños y niñas se debe realizar por profesionales de distintos ámbitos como
nutricionistas, psicopedagogos o comunicadores sociales, entre otros.
 Importancia de alimentos y hábitos. No solo son importantes los alimentos que se
ingieren, sino también la adquisición de hábitos alimentarios saludables, por ejemplo,
realizar cinco comidas al día y combinar la alimentación saludable con la realización de
ejercicio físico.
 Va de la mano de hábitos alimentarios saludables. Evidentemente la educación nutricional
está relacionada con la adquisición de hábitos alimentarios saludables en base a los cuales
se reduzcan drásticamente las ingestas de alimentos altamente calóricos y se apueste por
una alimentación variada y equilibrada que combine frutas, verduras, legumbres, carnes,
lácteos etc.

En este sentido, para la educación nutricional es fundamental aprender a cocinar los alimentos de
forma sana, por ejemplo, evitando las preparaciones de alimentos fritos y favoreciendo las
preparaciones de alimentos a la plancha o al horno.

Hábitos

Los hábitos de alimentación son la practica de la ingesta de una dieta saludable en la infancia,
mediante los cuales se debe llevar una educación para lograr estos hábitos como: la disminución
de la ingesta de grasas y azucares no saludables, el fomento del consumo de frutas y verduras, la
realización de cinco comidas diarias con desayuno adecuado, el reforzamiento del consumo de
alimentos importantes, la implementación de horarios regulares de comidas, el ofrecimiento de
variedades de alimentos, el ofrecimiento de raciones proporcionadas a las necesidades y el darle
ejemplo realizando una dieta saludable.

ALgunos consejos para fomentar hábitos alimentarios saludables:

Ofrecer pequeñas porciones de fruta y verdura

Ofrecer a su hijo pequeñas porciones de verdura o fruta con la comida es una forma estupenda de
acostumbrarle a los alimentos saludables. También puedes pedirles que elijan un nuevo alimento
para probarlo juntos. Intenta que la comida tenga un aspecto atractivo con colores y presentación
para que parezca apetitosa.

Elige alimentos ricos en nutrientes

Elige alimentos ricos en nutrientes, como carnes magras, pescado, huevos, judías, guisantes,
productos de soja, frutos secos y semillas. En cuanto a la fruta, haga que su hijo pruebe diferentes
tipos, como la enlatada, la congelada o la seca.

Establezca un horario regular de comidas

Tener un horario regular de comidas es importante para mantener una buena nutrición. Esto
garantiza que su hijo reciba suficientes vitaminas y minerales esenciales. También puede ayudarles
a estar más concentrados en la escuela y menos propensos a comer en exceso.

Incluya a su hijo en la preparación de la comida

Deje que su hijo le ayude en la cocina para que la preparación de la comida sea divertida. También
es una gran oportunidad para enseñarles a elegir y cocinar alimentos saludables.
Fomente la actividad física

Además de promover una alimentación saludable, es importante fomentar también la actividad


física. Conseguir que los niños limiten el tiempo que pasan frente a las pantallas y salgan a jugar al
aire libre es vital para un crecimiento y desarrollo saludables.

Visita al odontopediatra

El cuidado de los dientes y el mantenimiento de una buena salud dental empieza desde que somos
niños y se prolonga hasta nuestra vejez. Por eso, es importante empezar a darle atención desde
muy temprana edad, como medida preventiva, y así evitar complicaciones graves con el paso del
tiempo. Aquí entra en juego la Odontopediatría, la rama de la Odontología que trata a los recién
nacidos, niños, niñas y adolescentes.

Se trata del primer contacto del niño con el dentista, por lo que será el Odontopediatra quien
controle la erupción dentaria, el crecimiento de los huesos maxilares o el tratamiento de caries o
fracturas.

Lo más importante en la Odontopediatría es incorporar buenos hábitos de salud e higiene, así


como resolver problemas que se puedan presentar en el crecimiento (sea en dientes de leche o
dientes definitivos).

Un control temprano y consistente de la salud bucal de los niños permite evitar la aparición de
problemas graves como la periodontitis o la gingivitis. De este modo, se recomienda que la primera
visita al Odontopediatra debería realizarse al momento de la erupción de los primeros dientes
(aproximadamente entre los seis meses y el primer año de vida) o, en su defecto, antes de los dos
años (antes de la aparición de las primeras muelas).

Las visitas al dentista para bebés y niños son de vital importancia para asegurar una salud oral
óptima a lo largo de su vida. Aquí están algunos beneficios clave de estas visitas tempranas y del
cuidado dental infantil:

Detección temprana de problemas dentales: Las visitas regulares al dentista permiten detectar y
tratar cualquier problema dental en sus etapas iniciales. Esto incluye la identificación de caries,
maloclusiones y otros trastornos de desarrollo oral. Al abordar estos problemas a tiempo, se
pueden evitar complicaciones más graves en el futuro.

Establecimiento de hábitos saludables: Las visitas al dentista desde una edad temprana ayudan a
los niños a familiarizarse con el entorno dental y a desarrollar una actitud positiva hacia la atención
oral. Los dentistas pueden proporcionar orientación sobre técnicas adecuadas de cepillado y uso
del hilo dental, así como consejos para una dieta equilibrada que favorezca la salud dental.

Prevención de enfermedades bucales: La prevención es fundamental en la odontología pediátrica.


Los dentistas pueden aplicar selladores en los dientes para prevenir la formación de caries, así
como administrar tratamientos preventivos como flúor y limpiezas profesionales. Estas medidas
reducen significativamente el riesgo de enfermedades bucales y promueven la salud oral a largo
plazo.

Desarrollo adecuado de la mandíbula y los dientes: Durante las visitas al dentista, se realiza un
seguimiento del crecimiento y desarrollo facial del niño. Esto permite detectar cualquier anomalía
en la alineación de los dientes o en el desarrollo de la mandíbula. Si es necesario, se pueden tomar
medidas correctivas tempranas, como el uso de aparatos ortopédicos, para garantizar un
desarrollo facial adecuado.

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