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CUIDADO DE BEBES

1. Hacer una lista de todas las precauciones que deben tomarse


cuando se prepara el biberón del bebé, y dárselo al bebé.
De entrada debemos tener el biberón y la tetina esterilizados. Hay
dos formas básicas de esterilizar el biberón y la tetina:
En caliente: hervirlos en agua durante 10-15 minutos (la tetina, 5′).
En frío: sumergir el biberón y la tetina en un recipiente con cierta
cantidad de agua y una sustancia química que tiene este fin,
manteniéndolos sumergidos durante una hora y media. El agua se
cambia cada 24 horas.
Una vez limpios los biberones y las tetinas, se continua con la
preparación del biberón. Es importante lavarse las manos antes de
comenzar.
Se calcula el agua que vamos a poner en el biberón y los cazos de
leche en polvo que vamos a poner, teniendo en cuenta que siempre
pondremos 30 cc (mililitros) de agua por cada caso de leche en
polvo (30 cc de agua, un cacito de leche en polvo; 60 cc de agua,
dos cacitos,…).
Se hierve el agua poco tiempo, nunca más de 10 minutos, y se deja
que se enfríe.
De cara al cálculo de la leche que debe tomar el bebé, hay que tener
en cuenta que las cifras señaladas en los botes de leche adaptada son
sólo orientativas. Estas cifras se basan en la edad del niño y puede,
por ejemplo, haber niños sanos de 2 meses que pesen 5 ó 7 kg y que
tomen cantidades diferentes de leche. Como norma general,
conviene recordar que:
Todos los niños son diferentes y dos niños de la misma edad no
tienen por qué tomar la misma cantidad de leche.
Es recomendable no forzar a comer a los niños.
Si un niño termina todos los biberones es posible que requiera un
incremento en la cantidad de la leche que se le administra (siempre
de 30 en 30 cc).
Se calienta el agua (mineral o del grifo). Si existe alguna duda
acerca de las condiciones sanitarias del agua corriente recurriremos
al agua mineral embotellada o procederemos a hervir el agua del
grifo durante 5 minutos.
Se vierte la cantidad de agua que se ha calculado al biberón (éste
está graduado y facilita la medición del agua).
Se echan los casos de leche calculados inicialmente. Serán cazos
rasos, sin monte y sin presionar o comprimir el polvo.
Agitaremos el contenido del biberón hasta que la leche en polvo esté
homogéneamente disuelta.
Enfriaremos el biberón hasta que la leche alcance una temperatura
adecuada. Se comprueba la temperatura dejando caer unas gotas de
leche sobre el dorso de la mano de la madre.
A continuación, ofrecemos el biberón al bebé, teniendo la
precaución de que la tetina esté siempre llena de leche y no contenga
aire.
A mitad de la toma se puede hacer un pequeño descanso,
aprovechando para que el bebé eructe. Habitualmente, eructan más
los bebés lactados al biberón que los lactados al pecho.
Tras terminar la toma, se lava el biberón con agua y jabón.
2. Preparar la cama para el bebé, y acostarlo a dormir por la
noche.
Esta parte es práctica.
3. Saber cómo pesar a un bebé y cómo llenar el formulario del
control del peso.
Este punto no pude desarrollarlo. Si alguien sabe cómo se pesa un
bebe y como se llena su formulario de control de peso, por favor,
envíelo por comentario para actualizar el post.
4. Explicar porque amamantar es superior a la alimentación
artificial.
Elegir entre la lactancia materna y la lactancia artificial es una de las
primeras decisiones -y de las más importantes- que tienen que tomar
los padres que están esperando un bebé. A pesar de que no hay
decisiones correctas o incorrectas, la Academia Americana de
Pediatría (AAP) se une a organizaciones como la Asociación
Médica Americana (AMA), la Asociación Americana de Dietologia
(ADA) y la Organización Mundial de la salud (OMS) al recomendar
la lactancia materna como mejor opción para alimentar a un bebé.
Concretamente, la AAP afirma que las madres deberían alimentar a
sus hijos exclusivamente con leche materna durante los primeros 6
meses, pudiéndose alargar más el período de lactancia materna si
tanto la madre como el bebé lo desean.
Los anticuerpos que la madre trasmite al bebé a través de la leche
materna pueden ayudar a disminuir la incidencia de muchos
trastornos, incluyendo:
las infecciones de oído
la diarrea
las infecciones respiratorias
la meningitis
Los componentes de la leche materna -lactosa, proteína (suero y
caseína) y grasa-, a menudo denominados la «comida perfecta» para
el sistema digestivo de un bebé humano, son fáciles de digerir por el
sistema digestivo, todavía inmaduro, del recién nacido.
Una mujer que amamanta a su hijo necesita 500 calorías adicionales
cada día para producir leche materna, lo que significa que deberá
ingerir una amplia variedad de alimentos equilibrados. Esto permite
que los bebés amamantados puedan probar diferentes sabores a
través de la leche materna, pues ésta sabe de forma diferente en
función de lo que haya comido la madre.
Estudios recientes indican que la lactancia matera podría ayudar a
prevenir la obesidad infantil y adulta. Según el National Women’s
Health Information Center (perteneciente al U.S. Department of
Health and Human Services), los bebés amamantados tienden a
acumular menos peso innecesario, lo que podría ayudar a prevenir el
sobrepeso de cara al futuro.
La capacidad de alimentar a su bebé sin necesidad de administrarle
ningún otro nutriente puede ayudar a una madre a ganar seguridad
en sí misma en lo que se refiere a su capacidad para cuidar del bebé.
La lactancia también quema calorías y ayuda a que el útero se encoja
tras el parto, de modo que las madres que amamantan a sus hijos
recuperan la figura y pierden peso más deprisa que las que los
alimentan con leche artificial. Además, los estudios indican que la
lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama
premenopáusico y también es posible que ayude a reducir el riesgo
de cáncer de útero y de ovario.
5. ¿Qué es el destete?
Se llama destete a la sustitución gradual y progresiva de la leche
materna por otros alimentos hasta que el bebé adopte la alimentación
corriente de la familia y la lactancia materna desaparezca
completamente. Es una etapa de fuertes cambios y de adaptación
para el bebé, y su manejo adecuado tiene una gran influencia en el
bienestar del pequeño.
No se puede precisar una edad ideal para comenzar el proceso del
destete. Todos los niños son diferentes y cada uno tiene su ritmo de
crecimiento y maduración que le son propios. Como la dentición
puede aparecer a los 4 o 10 meses, la marcha independiente entre los
12 y 18 meses, tampoco se puede establecer una edad precisa para
comenzar el destete.
Una situación muy frecuente que determina la necesidad de iniciar el
destete antes de lo habitual está relacionada con la situación laboral
de la madre. A veces es muy difícil conciliar el amamantamiento
prolongado con una madre que trabaja más de 8 horas diarias fuera
de su hogar.
Aunque a partir de los 15 meses de edad la leche materna no es ya la
base de la alimentación del bebé, no hay que olvidar la importancia
de su bienestar emocional. Un destete brusco y prematuro puede ser
el origen de sentimientos de inseguridad perjudiciales para su
equilibrio psicológico, al obligarlo a afrontar una independencia de
su madre incompatible con su estado de madurez. También un
destete gradual evita las molestias que se presentan en las mamás
por retención de leche en forma brusca.
6. ¿Qué es la fontanela? ¿A qué edad suele desaparecer?
En los bebés, los espacios donde se cruzan dos suturas forman un
punto blando cubierto de membranas denominado fontanela. Las
fontanelas permiten el crecimiento del cráneo durante el primer año
de vida del bebé.
El cráneo de un recién nacido presenta normalmente varias
fontanelas, principalmente en la parte superior y posterior de la
cabeza y a sus lados.
Al igual que las suturas, las fontanelas se osifican gradualmente y
luego se convierten en áreas cerradas, sólidas y óseas. La fontanela
posterior (ubicada en la parte posterior de la cabeza) se cierra
usualmente cuando el bebé cumple uno o dos meses de edad,
mientras que la fontanela anterior, ubicada en la parte superior de la
cabeza, se cierra generalmente entre los 7 y los 19 meses de edad.
Las fontanelas permiten que el cráneo del feto se «aplaste» cuando
está naciendo. De no ser por las fontanelas de los bebés, el parto
sería muchísimo más complicado, aumentando la posibilidad de que
el feto y/o la madre mueran al momento del parto.

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