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·" X UDIENCIAS, ¿ SIEMPREAUDIENCIAS?
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:, HACIA UNA CULTURA PARTICIPATIVA, EN
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LAS SOCIEDADES DE LA COMUNICACIÓN
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¿Comunicación posmasiva?
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i Guillermo Orozco
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Revisando los entramados comuriicacionales Universidad de Guadalajara
gorozco@cencar.udg.mx
y los paradigmas teóricos para comprenderl9s

Maricela Portillo Sánchez ~i


Inés Cornejo Portugal ~ ¿Se ha acabado .. . se está acabando el tiempo de las audiencias? ¿Hemos
pasado o estamos transitando a otra Ú otras formas de estar y de ser en
Coordinadoras J.,. lo comunicativo y, por tanto, empezaremos a ser algo distinto de aquello
r que nos ha caracterizado durante seis décadas en las .interacciones con
las pantallas? ¿V runos hacia una nueva identidad como "mutantes híper
conectados" en un ecosistema comunicacional que existe y se reinventa
a sí mismo permanentemente? .
Para abordar estas preguntas he organizado el texto en varias seccio-
" nes. hricio con lo que considero la "condición comunícacional" de nuestro
tiempo, para luego recorrer algunas maneras en las que se ha entendi-
r do, se entiende y debiera entenderse ahora la relación de las audiencias
con los medios y dispositivos infonnáticos, dentro de las así llamadas ''teo-
rias de la recepción" por una parte, y "teorías de los medios", p,or otra.
Ambos conjuntos -de teorías son revisitados ·en sus implicaciones expli-
citas o latentes sobre er poder en los .procesos de comunicación que
í, definen. En otras· secciones abordo las transformaciones relativas del
f ser y estar como audiencias y la perspectiva hacia la .cultura de la par-
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ticipación..Finalmente discutiré la "condición mercantil", que impregna
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casi la totalidad de las interacciones con las pantallas y que en gran me-
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dida defme su motivación y su sentido, paralelamente a la condición
comunicacional.

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
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Las sociedades de la comunicación ti ta martín-barberiana sentó un precedente, al sostener q_ue -rn:· .
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sería al revé s, d a d as 1as otras cond1c10nantes po11t1cas y económicas
. de las sociedades de la segunda mitad del siglo XX, en especial de \as

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El poder en la sociedad red es el
· poder de la comunicación latinoamericanas. Es decir, los medios y la comunicación servirían para
' construir y mantener la hegemonía y conseguir las complicidades ne-
MANuEL CASTELLS
cesarias de los ciudadanos para que aquellos pocos que detentaban y
. detentan el poder siguieran haciéndolo, como venía haciéndose histó-
En el orig~n, Y desde siempre, fue lo comunicativo el ámbito en el
I ricamente desde la conquista.

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cual se cultiv~on los ~bios, se manifestaron los logros de la especie Es basta hace poco que entre intelectuales y en el mundo acadé-
h_u mana Y ~e mtercamb1aron y ~lmacenaron para la posteridad (lo cual mico de la comunicación se vuelve a reconocer la centralidad de lo
sigue ocume~do), aunque no siempre esta centralidad comunicativa se
h~ya ~~conocido como tal. Se ha regateado históricámente a· la comu-
! comunicativo y su relación específica con el poder. Ésta engloba tanto
el nivel estructural, político-mercantil caracterizado por la centraliza-
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mc~c10n Y a sus medios, así como a las perspectivas medio céntricas ción excluyente del control de los medios y tecnologías en el mundo,
su importancia explicativa de lo societal, y se ha preferido hablar de la J. como del nivel más interpersonal, donde el poder se conecta con lo
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cul_tura como. el esce~a~o desde donde genuina y florece la producción y j~ emocional de las audiencias y de ahí se dirige a la dimensión racional;
el ~tercamb1_0 de s1g01ficados (Martín-Barbero,,2008), o de la tecno-
log1a y los mismos logros digitales como Google o Facebook, como la
clave para emtender inicios y términos de etapas concretas y los demás
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·!~ combinación necesaria para la agencia de las audiencias en tanto ciu-
dadanos (Castells, 2009).
Ante el protagonismo galopante de las tecnologías de la informa-
intercambios en las sociedades actuales (Piscitellí, 2009).
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;/ ción, se hizo evidente, primero, que estábamos en una "era de la infor-
Fue a través de la coml micación y sus soportes técnicos: medios, mación" (Castells, 1999); posteriormente se avanzó en la comprensión
dispositivos, lenguajes, géneros programáticos, formas, formatos -~ del fenómeno y se habló de una "era del conocimiento", para enfatizar
y códigos, y es hoy a través de sus redes, plataformas, interfaces y ~ esa construcción resultante del intercambio informativo significado.
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tecnologías que se pueden y pudieron llevar a cabo las actividades de ~ La "sociedad red" o la "era de las redes", ha sido un término emplea-
todos, mismas que a su vez se hacían posibles y pensables, lo mismo ·it do más recientemente para dar cuenta de lo sobresaliente en el inter-
cotidianas que grandiosas, por la comunicación, sus canales y sus flu- \i., cambio societal contemporáneo (Jenkins, 2008).
jos. Y ha sido también a través de la comunicación mediática que se ~ Más tarde, desde América Latina se destacó que la característica
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ha ejercido la seducción en las últimas décadas: se consiguen las com- -~k, esencial del momento era estar en una época de la educación, ya que
plicida,des de las audiencias, o sea de las mayorías ciudadanas, se inci-
ta al consumismo, se fija la agenda de lo importante y cómo pensarlo,-
-~~*: como sociedades transitábamos con las tecnologías y el conocimiento,
'W.· de conglomerados con sistemas educativos a sociedades donde la edu-
y se anclan y difunden los símbolos y marcas en las sociedades (De
Moraes, 2005). i cación no dependía de las escuelas, ni de los libros y el lenguaje escri-
to, sino justamente de todos los medios y los lenguajes combinados, y
Ha sido más bien excepcional reconocer la centralidad de la co-
municación en el poder y su manutención. Fue Martín-Barbero (1987), en
aquella memorable intervención suya en uno de los primeros congresos
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se podría realizar en cu¡ilquier lugar (Martín-Barbero, 200_4 ).
Una acotación más hicimos los ·educomunicadores a esa propues-
ta de sociedad educativa, para subrayar que más bien se trataba de una
latinoamericanos sobre comunicación y su investigación, quien hizo una ,.. ' sociedad del aprendizaje, ya que el hecho distintivo no era realmente
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primera advertencia. Llevado a cabo en un clima de cierto deslumbra- •,?R, la educación como tal, sino la centralidad del aprendizaje vs. la ense-
miento por los medios y su potencial tecnológico-comunicativo, el en- [~ ñanza en los procesos educativos contemporáneos. Enseñanza que
había eclipsado lo que era educativo en las sociedades tradicionales y había
tendimiento dominante en ese congreso (y en el mundo académico del ~ confundido lo educativo con lo instructivo, o sea, con lo que es ense-
progreso y la "comunicación para el desarrollo") apuntaba a que lo comu- -:~
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nicativo serviría para la democracia. En ese marco fue que la propues• ñado, y ·de esta manera apenas se tomaban en cuenta esos otros apren-

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dizajes, formales y sobre todo no formales, buscados o fortuitos, pre~
senciales y a distancia, mediáticos y tecnológicos que los dispositivos
informacionales pennitían, aunque no fueran producto de actos de ins-
1 •
nando el desarrollo futuro inmediato de lo digital en los diversos paí-
ses (McChesney, 2004; Gómez y Sosa, 2010).
· La " condición comunicacional" de nuestro tiempo (Orozco,
trucción o de procesos intencionados' de educación. "Sociedad del apren- 2009) consiste entonces en ese cambio fun_d amental por el cual, como
dizaje" pareció ser entonces el calificativo que mejor designaba lo que audiencias, las sociedades actuales dejan de ser reconocidas esencial-
sucedía en esos primeros intercambios de todos con estos dispositivos, mente por su estatus y procesos de recepción, caracterizados por una
de manera directa o a distancia (Orozco, 2005). muy escasa actividad manifiesta como interlo_c utores con el poder, pa-
Estar "al filo de las pantallas" ha sido una expresión que busca ra empezar a ser reconocidos por un estar y ser activos; cada vez más
captar esta estancia social y cultural, significativamente creciente, en creativos, en la producción y emisión comunicacionales.
la que de una u otra manera todos nos encontramos en algún momen- · Es esta "condición comunicacional" la que pennite a los partici-
to, por inclusión o exclusión. Estancia que para algunos es transitoria -~ pantes en los procesos comunicativos mediados por pantallas decons-
en la medida que se vinculan e incorporan rápidamente y de lleno los !'..'.~ truir ·de manera real o material y no sólo reinterpretar o deconstruir
mismos intercambios con las pantallas, pero que para muchos, la ma- .~~ simbólicamente, como de hecho siempre ha sido posible, los objetos y
yoría todavía, se alarga como una forma de estar en la cotidianidad, -ya
que se les dificulta el acceso a la conexión societal, meta de nuestros
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referentes de su intercambio comunicativo. Y es también esta condición
comunicacional la que modifica las posibilidades de transformación, de
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tiempos. creación y de participación real posible (y deseable) de los sujetos au-
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No obstante las diferencias y problemas para el acceso pleno a diencia desde y a partir de sus interacciones con las pantallas.
las pantallas instrumental, cultural y epistemológico, y el "des-poder" Específicamente, el cambio de ·papel o estatus de las audiencias,
o el empoderamiento· que ello pueda significar para sectores enteros que ya se aprecia entre sectores sociales tecnológicarnente avanzados,
de las audiencias y sus respectivas brechas, se ha hecho evidente que ,'I;_,.. se manifiesta en :µn tránsito, por lo pronto, y quizá !u.e go en una muta-
lo que enmarca nuestro ·estar y ser como sujetos sociales es lo comu- ción de audiencias a usuarios "prosumidores", ya que la interactividad
nicativo y su lógica de intercambio (reactivo o no) subyacente a la que penniten las nuevas pantallas trasciende la mera interacción simbólica
mayor parte de nuestras interacciones sociales, tengamos o no acceso con ellas.
sistemático y adecuado a todas las pantallas.
En teoría, ese tránsito posible y por supuesto deseable de recepto-
res a productores y emisores, que no es automático como dijo Castells
La condición comunicaciona_l contemporánea ~ en sus primeros estudios (1999), es quizá uno de los cambios societa-
Lo comunicativo conlleva a su vez distintas condiciones o mediacio-
-~ "~ les más significativos hoy día, y en la medida que se concretice será
nes para su realización. Es necesaria, por supuesto, una mediación cada vez más el epicentro de otros cambios en el "estar como especta-
tecnológica, específicamente de medios, canales e interfaces, sin la dores", en la conformación y negoéiación de i<;lentidades y, :finalmente,
cual la conectividad factible hoy día no sería posible (Scolari, 2004). en la producción informativa y cultural mismas; .en lo que propiamen-
Se requiere también de.una mediación cultural, que va haciendo viable te seria una cultura de la participación. ·
también que se produzca sentido y significado a partir d_e estar en red Este tránsito de audiencias receptivas, aunque ·n o irremediable-
y usando precisamente est~." ~st:ructura de red en múltiples convergen- mente pasivas, por lo menos no siempre, a ·audiencias productoras,
cias (Jenlons; 2008). Poi otro lado, se precisa de una mediación políti- aunque tampoco necesariamente creativas o criticas, rio es lo mismo
ca y una económica, ·q ue permean los aterrizajes y ancl~jes en el . \ que ese otro proceso de "migración digital", tan acariciado en los
mundo y muchas de las decisiones estructurales sobre las dimensio- . j, últimos años y que algunos idealistamente han sugerido (Vilches,
nes, proporciones y desarrollo que va teniendo la conectividad actual 2001 ). Ser "migrantes digitales" ( en lugar de "nativos digitales")
en lugares y con sectores determinados, y que a su vez están determi- segú? la categorización acuñada por Prensky (2001), tiene c;;omo refe-
rencia la dimensión digital como detonante del cambio, pero exciuye
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el estatus anterior de la dimensión analógica, plataforma de partida de
los cambios posteriores.
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y su vinculación con el_ecosis!ema comunicacional en co~junto. B\:
mayor intento comprensivo registrado hasta ahora es el realizado por
Jensen y Rosengren en 1990, publicado en el Journal of European
Por el contrario, el ·t ránsito de audiencia a usuario --categoría , · '- ~
Communication ese mismo año, y donde se señalan cinco corrientes o
temporalmente aceptada aunque siempre relativa (Scolari, 2008}- escuelas "en busca de sus audiencias".
conlleva corno referente la dimensión analógica y desde ahí corre su
transformación, lo cual permite aprovechar y capitalizar las compren- Lo que siempre ha estado en juego en estas teorías, a ve~es nombra-
siones sobre las interacciones de agencias y pantallas antes de lo digi- das también corrientes, perspectivas o escuelas, ha sido el poder. Pero éste
tal, que no acaban de desaparecer en la nueva dimensión, y reubicarlas no siempre se ha explicitado, y en las narrativas conceptuales a veces ni
en ella de manera productiva.1
Esta concepción del cambio como tránsito repercute en otros
ámbitos, como el de la generación de conocimientos y saberes, eh la
investigación deseable de las audiencias-usuarios, así como en el de
1
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siquiera era mencionado como tal. Poder, por otra parte, que no siempre
cuestionaba su fuente en las múltiples relaciones que se establecían, por
ejemplo, entre empresarios de los medios y sujetos concretos de las au-
diencias, entre anunciantes y decisiones sobre tipos y temáticas de las
:¼i á programaciones que se permiten o se prohfüen en pantalla.
la asimilación y circulación de información y el de la construc¡;:ión :-¡¡-,¡
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de aprendizajes (Orozco, 2009) y, de manera particular, en las formas de ~ Lo que intentaré a continuación es hacer un recuento crítico de
entretenimiento, divertimento y generación de emociones y sensa- ~ esos modelos anteriores, precisamente destacando lo que la mayoría

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ciones (Gitlin, 2004). Pero, ¿cómo es que estas nuevas opciones de es- de ellos nunca explicitó: el poder, eje fundamental en toda relación
tar y ser audiencia repercuten en los modos de conocer, aprender y _, comunicativa, ya que es en y a través de ésta· y sus discursos que se
producir conocimiento? consigue y ejerce (Castells, 2009).
La condición comunicacional, entendida sintéticamente como ese
tránsito de ser audiencias caracterizadas por actividades de recepción J. El modelo _d e efectos de los medios y sus derivados
a ser audiencias definidas cada vez más por las características de crea-
ción, producción y emisión, no es total ni excluyente mutuamente. Es Bajo esta mirada, la relación medios audiencias comienza en el emisor
un proceso incluyente con dimensiones y grados siempre completándose. quien tiene, de entrada, la propiedad o él usufructo legal del medio,
Así, la condición comunicacional actual no anula sino que incorpora vía concesión o cualquier otra figura jurídica en sociedades democrá-
otras dimensiones anteriores en un continuum, siempre haciéndose ticas, pero vía autoritarismos en aquellas sociedades que no lo son, lo
realidad, donde cada estadio no se contrapone con otros ni queda ex- que le permite, a través del medio, ejercer y conseguir mayor poder
cluido, sino que se suma como posibilidad dentro de lo comunicativo. mediante el impacto sobre la audiencia. Una audiencia considerada
pasiva, masiva, imposibilitada para ejercer un derecho de réplica da-
das las condiciones de difusión unilateral de los grandes medios del
Perspectivas conceptuales sobre siglo XX. Justamente, esta perspectiva conceptual buscó ampliar el
la relación entre medios y audiencias •1:;r poder de impacto en su audiencia por la reducción de los "ruidos" du-
1 i:ánte la transmisión del mensaje· y el empaquetamiento cada_vez más
El acelerado avance de las tecnologías de información y el creciente y ""j

expansivo protagonismo de los medios viejos y nuevos en la sociedad,


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funcional para el emisor del inensaje mismo. Lo que se perfeccionó en · .
;~r la publicidad y la propaganda política desde la Segunda Guerra Mun-
han propiciado un permanente conjunto de propuestas y muchas .revi- ·t:~-
siones sobre la manera más idónea de hacer sentido de las audiencias·
1
Precisamente con un entendimiento en esta dirección, de lo analógico a lo digital, es ·
que se pueden aprovechar los conocimientos y resultados de investigaciones anteriores con
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dial, aún perdura hoy día, tomando formas inéditas en algunos géneros
programáticos como la ficción.
La propuesta de la Agenda Setting, del Two Step Model y del
Cultivo son derivados, variaciones interesantes del modelo de Efectos
las viejas pantallas, y relacionar para explicar de manera más realista lo que sucede con las
nuevas. Todo bajo el entendido de que seguimos siendo audiencias, cambiando roles, que permiten explicar mejor el proceso comunicativo, pero que no
peros siempre en relación a las pantallas, que es lo que nos confiere tal categoría. cuestionan el origen del poder. Este modelo de efectos ha provocado

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uchas reacciones entre los críticos que desde la Escuela de Frankfurt
han generado una corriente en contra de los medios y varios intentos
de crear medios alternativos. ·
1~ •
comunicac1on. El hipertexto, como una derivación po~modema del
texto, permite un juego de poder difere11:te entre una parte y la otra,
siempre y cuando las reglas y formatos que conlleva un texto, y que
generalmente. van naturalizados sin que se haga explícito, sean del
2. La corriente de Usos y Grati.ficac~ones y sus derivados dominio de todas las partes.
Los mensajes no siempre son explícitos; casi siempre son subli-
El ~esarrollo de esta teoría se ha enfocado en conocer las posibles ne-
minales, por lo que justamente resultan funcionales a quien detenta el
cesidades, y sobre todo la búsqueda de gratificación por parte de di-
poder eil la relación comunicacional. Por otra parte, la mediatización
versas audiencias, más bien de manera individual y atomizada, o sea,
contemporánea hace que los géneros y formatos propios de cada me-
de manera "desempoderada" social y políticamente. A partir de la
dio infundan también su sello a los productos resultantes (White,
producción de conocimiento sobre gustos, expectativas y la acumula- 2008). Gran parte de las reglas y determinismos de los mensajes se
ción de experiencia con éxitos programáticos en sectores de audien- desenvuelven en estas dos dimensiones, geométricamente ampliadas
cias, esta perspectiva ha podido generar "indicadores culturales" e
información para tratar de ofrecer desde las pantallas aquello que las _l.'. hoy en día.
audiencias aparentemente buscan y así lograr el impacto deseado en -)11
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ellas. En el fondo es una perspectiva que, comenzando en el po1o de la
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.'i~ · 4. La corriente de los estudios culturales
recepción y reconociendo un papel activo a los re'ceptores, permite a los y las n egociaciones d e significados, tiempos y escenarios
productores y los emisores acrecentar su poder de impacto y seducción. Lo que agrega esta perspectiva como énfasis a las anteriores, es el
Acaba siendo la otra cara de la misma moneda que la de Efectos. La contexto en el que se realiza el proceso comunicativo. El peso o la
variante latinoamericana del Uso Social de los medios, concretamente fuerza comunicacional que postula esta corriente radican ahí, fuera de
sobre el uso social del melodrama entre las audiencias, ha servido para los elementos característicos del proceso de la comunicación: emisor,
entender esa otra socialidad que se desarrolla frente, no detrás, de la mensaje y receptor. Existe entonces la posibilidad de "equilibrar pode-
pantalla televisiva y que permite explorar opciones, ahí sí, para el even- res" en la medida en que hay negociaciones de interpretaciones y sen-
tual empoderamiento de las audiencias. tidos por parte de unos y otros, y la posibilidad de resistir criticar o
apropiarse críticamente los significados dominantes imbuidos en los
3. La perspectiva del análisis literario
productos del intercambio. Los Estudios Culturales, desarrollados ori-
ginalmente desde la Universidad de Birrningham, han incorporado la
y sus vaivenes de contenido, género y formatos
producción cultural toda, al legitimar los significados de las audien-
Proveniente de la novela escrita, esta perspectiva se .incorpora a la co- cias y abolir la división entre alta cultura y cultura popular, entre cul-
rriente de medios masivos audiovisuales no centrando su atención en tura letrada y cultura profana. Diferentes énfasis se han realizado con
el emisor ni el receptor, sino justo en el mensaje, lo que rápidamente una ·perspectiva culturalista en América Latina, desde Colima y Gua-
fue asumido como el texto que se intercambia entre ambos polos de la dalaj ara, M éxico, hasta Porto Alegre, Brasil, pasando por Colombia y
comunicación a través de la "lectura o lecturas" realizadas. El peso de Argentina (Jaclcs, 2010). Desde ahí se han explorado las interacciones
la comunicación reside en el texto, y el proceso comuriicá.tivo· es multiculturales, interculturales · y transculturales de. los intercambios
siempre una Iéétura·. Desde' el texto· se enge 'al receptor; al .ilectoi ide~ entre medios y audiencias hoy día (Repoll, 2010). La emergencia _d e
al'\ y habría que decir 'que al "consumidor ideal", al televidente idó- : identidades y posicionamientos, así -como de ciudadanías, pasa por la
neo y , al ser un texto cerrado (siempre lo fue hasta que llegó el dimensión cultural (Padilla, 2009; Franco, 2010).
hipertexto) se impone· sobre -las estructuras narrativas tanto de los .
De manera reciente, la tensión entre globalización y localización
creadores y los autores, como de las audiencias y los lectores. Cuando de los productos mediático-digitales se dirime· en juegos de poder de
no es así, se d a lo que Eco llamó la "lectura aberrante", no ,esperada, mercado, donde las marcas o el " branding" se v an enraizando cultu-
que resulta· de diferentes motivos intervinientes en el proceso de la

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ralmente entre las audiencias y diluyen paulatinamente los valores y
características culturales en aras de una cultura global mercantil (Cas-
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Se podría decir que lo mismo pasó en su momento con 1~ televi-
sión en tanto medio audiovisual arquetipo de los demás. Su impacto
soci~l, más allá de programaciones buenas o malas y de abusos de di-
tells, 2009). · ferente tipo por parte de los programadores y los empresarios televisi-
vos sobre las audiencias a lo largo de seis décadas de presencia, ha
5. El análisis integral de la audiencia y su ambición holística ampliado nuestra capacidad de percepción visual y nos ha introducido
a todos a la cultura de la imagen en movimiento, central en el inter-
Esta perspectiva es la única de las cinco mencionadas en el recuento cambio comunicativo de nuestro tiempo. Sartori (2003) diría justo lo
de Jensen y Rosengren que emerge directamente de la vinculación te- contrario, pero independientemente de perspectivas, una y otra posi-
levisión-audiencias. Incorpora los diferentes componentes de las pers-
ción reconocen la existencia de_un gran impacto de la televisión en los
pectivas anteriores -emisor, receptor, mensaje y contexto-, pero agrega y
sujetos sociales que se vinculan a ella, más allá de efectos específicos
privilegia el proceso mismo y sus diferentes etap_as y escenarios por
como grupo humano, para bien o para mal.
los que transcurre y entiende que no es sólo en directo, frente al televisor
o la pantalla cinematográfica que se realiza la recepción del mensaje,
sino antes y después y se integra en la vida cotidiana y a lo largo de la
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En un segundo esfuerzo por agrupar las diversas corrientes surgi-
~as después de la_ primera_ clasi~caci~:m, encuentro otras cinco perspec-
vida. Hay escenarios presenciales y no presenciales en los que contin- ·' ,lp tivas que sustancio a contmuacion, sin pretender exhaustividad.
úa la recepción y negociación de significados, lo cual permite pensar
que no sólo frente al televisor (o a la radio o eÍ cine) y de manera in-
mediata puede intervenirse, ·reorientarse y completarse el proceso de 6. Et Modelo de las Mediaciones y las Hipermediaciones
apropiación de los referentes mediáticos. A la vez, el énfasis en el proceso En el origen, la comprensión inicial de mediación era algo que pro-
permite conocer cómo transcurre la comunicación y anticipar, si fuera venía sólo del medio: "de Media a Media-tion". Así, Martín Serrano,
el caso, aquellos eslabones o momentos que pueden presentar alguna en su tratado sobre la "Mediación social" (2008), habla solamente de
dificultad tanto para los emisores como para las audiencias. Esta pers-
dos grandes mediaciones: la cognitiva y la estructural, aludiendo a la
pectiva permite nutrir intervenciones pedagógicas que reorienten el pro-
ceso comunicativo y arrojen resultados o interpretaciones diversas a ·,.. ~
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capacidad del medio, de los medios o los Media, de interponerse ideoló-
.g ica o técnicamente (respectivamente) entre el sistema social y los
las esperadas o deseables de acuerdo a diversos criterios y objetivos (Oroz-
co, 2005). .
Según la reciente propuesta de Joshua Meyrowitz (2008), todas .~-
.
.· . sujetos sociales, esto es, las audiencias . Por su parte, Martín-Barbero
(1987) privilegió la mediación cultural sobre la comunicación, aunque
luego elaboró un mapa donde detalla otras mediaciones, como la tec-
estas "narrativas sobre la influencia de los medios" se pueden agrupar nicidad y la ritualidad. El punto es que las media9iones han servido, a
en sólo tres tipos: aquellas que abordan a los medios como poderosos, partir de este autor, para cambiar el peso específico de la investigación
independientemente de qué lado del poder se sitúen; otras que se en- entre medios y audiencias, precisamente, "de los medios a las media-
focan en el placer y la lud1cidad de las audiencias como lo sobresa-
ciones", lo que permite entender que la relación comunicativa está
liente de su interacción con los medios, y las que se centran en la
compuesta por diferentes dimensiones activas, y fuentes de mediación
propuesta e intercambio de formatos y estructuras, patrones mentales
intervinientes en el propio proceso comunicativo y sus resultados.
o culturales, que pueden resultar positivos o no, entre las audiencias y
los ·medios. Un ejemplo del tercer tipo aportado por este autor es el re- El modelo de la Múltiple Mediación (Orozco, 2001) propuso ba-
lativo a la imprenta, en donde ésta puede ser fuente de escritos muy jar el entendimiento del proceso comunicativo mediado al terreno
cuestionables, y a la vez y por el contrario de otros muy placenteros, empírico de la investigación, us·a ndo las mediaciones como categorías
pero como invento abrió la posibilidad a la difusión de información y de análisis, entendiendo no determinismos, sino fuentes de elementos
conocimiento, y cambió de manera sustantiva la manera de relacio- incidentes de manera simultánea en los procesos comunicativos ; no
narnos y vinculamos en sociedad con la escritura, con los otros y con sólo aquellas mediaciones culturales o tecnológicas, estructurales o
el mundo. discursivas, sino todas las intervinientes en la interacción, vengan de

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ronde vengan, de los mismos sujetos, del lenguaje, del contexto, de la
clase social, la raza, la edad, de la conformación individual, del mo-
mento histórico, la política, la economía, la educación, la situación,
etcétera. Se buscó, en última instancia, observar los pesos específicos
t
8. La mediatización y la teoría de los medios o "Media Theory"
Para algunos, esta teoría está derivada del modelo de efectos en tanto
que se argumenta que la mediatización, entendida como la hicidencia
de estas mediaciones, el ''juego de la mediación", y desde ahí el pro- creciente de medios y tecnologías en la vida cotidiana toda, busca dar
pio ''juego del poder" en la comunicacipn. cuenta justamente de los efectos o impacto de los medios y demás
dispositivos de interacción comunicativa en las sociedades contem-
Las hipermediaciones serian esas nuevas mediaciones que las poráneas. No se trata de documentar sólo efectos propiamente indivi-
tecnologías están introduciendo no sólo en la dimensión tecnológica duales, sino societales, derivados de esa presencia u omnipresencia
sino en todas las dimensiones dentro de la interactividad creciente de expansiva actual de los medios. Dentro de esta gran mediación que
los nuevos dispositivos y sus interfaces (Scolari, 2008). En unas y en podría considerarse la mediatización, los medios de comunicación van
otras habrá que estar atentos a la manera en que empoderan o desem- surgiendo como instituciones independientes del devenir social, con
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poderan a las audiencias, y bajo qué condiciones en el contexto actual i· sus propios mecanismos y fuente de poder, y en tanto instituciones so-
del mundo digital y la sociedad de redes, las nuevas mediaciones hasta ge ciales se van agrupando y constituyendo en holdings a nivel mundial o
configuran la manera de .e star frente a las pantallas y moverse en los '~
. i:;? regional.
espacios virtuales (White, 2008). .?»
i~ Es debido a esta agrupación monopolizante que los medios se insti-
tucionalizan como entidades poderosas, "poderes fácticos" con bastante
7. El "torrente mediático" y el sensacionalismo exacerbado ,,
~- autonomía para circular, difundir, producir, influir y hasta para conferir
marcas a sus productos y que interse~an otras y compiten por aumentar
A diferencia de las concepciones anteriores, ésta hace énfasis en los senti- su consumo entre las audiencias (Lundby, 2009). La tendencia y el
dos, esto es, en la dimensión sensorial como dimensión fundamental fenómeno de la mediatización contemporánea se manifiesta en que las
de los procesos de intercambio comunicativo. Uno de sus ·principales instituciones de comunicación no sólo están ahí como cualquier otra, sino
exponentes, Todd Gittlin (2004), alude a ese torrente interminable del que están rehaciendo y transformando unilateralmente las interacciones
ecosistema de medios, en el cual estamos inmersos, como un flujo que societales de todas las demás y las manera de estar de esas otras. O sea,
produce esencialmente experiencias, no entendimientos ni significa- es por la mediatización y todo lo que conlleva e implica que se estaría
dos. Sensaciones, y en.todo caso emociones, están en juego y sobresa- dando esa gran mutación societal (Livingstone, 2009).
len entre medios y audiencias según esta perspectiva. No se trata de
un medio en particular sino de varios, de todos aquellos con los que
usualmente estamos en contacto: televisión, cine, Internet, celular, 9. La "materialidad" de lo comunicativo
Ipod, videojuegos, etcétera. De acuerdq con esta perspectiva, el conte- Con el elocuente título de ''Producción de presencia. Lo que el signifi-
nido o mensaje, los textos concretos y sus enfoques ideológicos, vio- cado no puede traníimitir'', el alemán Hans Gumbrecht (2004) sostiene
lentos, políticos, pasan a un segundo lugar, ya que la mayor parte de que la mera presencia de las cosas y de los mec;lios, por supuesto, su
ellos se olvidan después de vivir las sensaciones, que son las predo- materialidad· visible y palpablé,- es· el inicio de w:ia vinc-iilación con
minantes en el contacto audiencias-pantallas. O por lo menos todos elios. Más allá de la hermenéutica y del énfasis dado a la relación co-
esos _contendidq:,,_tan .importantes _en .qtras pe_rspectivas, en ésta serían municativa significante, no-tangible, en·esta perspectiva se argumenta
apenas pretextos para ~'vivir _sensoriaiinente" ese flujo: ·para pasar de por el valor de la existencia material misma de los dispositivos mediá-
un nivel de difü:ultad a otro eri un videojuego, o incursionar eri una· ticos y la influencia que desde ahí ejercen en sus audiencias. Tamaño,
Second Lije, o co,neciarse y ,e star predomin~temente en la conectivi- forma, color, portabilidad, olor y consistencia, entre otras cualidades
dad globalizante. de la materia, imprimen un sello al proceso comunicativo que se veri-
fica con cada dispositivo, incluso el diseño de cada uno permite, in-
hibe o impide realizar ciertas acciones a los sujetos comunicantes que

Z8 29

J~
~ /

usan esos dispositivos. La televisión abie1ta, masiva, inhibe una parti~


cipación interactiva con los emisores. La computadora condiciona a su
usuario, desde la altura adecuada de su mirada, hasta en detalles tales
,j
~

.,
- , Esquema de las JO perspectivas
Audiencias-medios-audiencias
~
~

Mediationes ,
--, 1

..
como la presión para hacer click en el teclado o la distancia de visión · -
Hipermediaciones
para la interacción apropiada, etcétera (White, 2008). Esto se podría
llamar el efecto de "tangibilidad", que si bien podría subsumirse en la
primera corriente, la de efectos, es por una parte complementaria, al
no referirse a lo simbólico y , por otra, tiene suficiente distintividad para . .,
.
ser tomada aparte y conectarse, sobre todo, con las tecnologías comunica- f
·1"',"' ~~- ' ~ J ,· •.('•
tivas personales, como el celular y el Ipod, o incluso la computadora y el
. •., u ~ .. Mediatización' ·:
videojuego portátil, y todos _e stos artefactos que son personales pero : -~ : . . -..r.: ' :•_~ ••=:•, ,:..~,• ~
tangibles, cuya sola posesión es una opción material de conectividad. --,,,.,
~
~
..
~.!·•..•.:• ~ • ·r·' ·• ·::... , •!t.'."\ -1f _._
.
JO. Las convergencias y las divergencias ... ecología de la comunicación .'ta, Présencia 'rñateÍiág
·:· de 1o·comiinicaiivó'.'~
Al igual que la perspectiva del análisis integral de la audiencia, en esta T \ ' • : : • • -,.,' -;, \=~<.•-:,_ -~~&!
mirada lo que se destaca es la dimensión de convergencias, y en tanto :·:l~/i'
·-?a -·
~
perspectiva para dar cuenta · de la vinculación medios-audiencias, de , ~ ' Con~~en~ii~-V '
--~. Ecología Mediaticá
5 perspectivas
una u otra forma convergen las perspP-ctivas anteriores. A veces lo que :i'.1: . :·
5 tradiciones en
.. . . ~. ' . Eco-mediáticas
busca del público (

converge es la tecnología, otra los significados, otra la materia, otTa ·\~· . (Jensen y Rosengreen, 2007) (Guillermo
las mismas audiencias. Pareciera interminable la posibilidad de con- \i.i
;~t~
Orozco).

vergencias actuales en la conectividad de las sociedades de la comunica-


ción. El punto es entender las divergencias, que también son muchas y "Estar" como audiencia y "ser"
que habrá que documentar, evitando que las enormes convergencias y el i··:t...¡;· audiencia de otras maneras
entusiasmo que desatan las eclipsen.
La ecología de la comunicación se nutre de éstas y lo que se pro- Las transfonnaciones en los modos de cómo circula el saber constituye una de las
duce tiene un in1pacto que provoca cambios en todo el sistema, no más profundas transformaciones que una sociedad puede sufrir.
sólo en las audiencias. La modificación de un fonnato como el de la J ESÚS MARTIN-BARBE RO
telenovela, al incluir diversas historias simultáneas, incide no sólo en
el rating sino en una manera de ver y tener expectativas sobre la fic-
ción televisiva, y realizar una televidencia diferente.
Probablemente hay otras perspectivas . y énfasis, pero lo impor- En plena época de interactividades y convergencias (siempre en plu-
tante por ahora es mostrar esta gama de corrientes que más bien se ral) (Dorcé, 2009), si el estar como audiencia ha cambiado de manera
complementan unas a otras. El desafio para la investigación es elabo- importante, entonces el ser audiencia también puede cartibiar, aunque
rar preguntas significativas desde cada una que permitan tener res- no se desprenda automáticamente de las modificaciones del estar co-
puestas que trasciendan una sola dimensión o perspectiva. rno audiencia. Hay que considerar que el estar como audiencia se ha
ampliado territorialmente, debido sobre todo a la posibilidad de mov i-
lidad y portabilidad de las pantallas más nuevas, como la del celular y
la del Ipod, y en el fondo debido a la alta convergencia en múltiples
sentidos. Ya no hay que estar bajo techo para v er televisión y tampoco

30 31

'L.
....
tt t
. estarlo para video jugar, llamar por teléfono, escuch ar mus1-
'hace falta , ·
ca, enviar correos, o chatear. fuera, excluido, precisamente porque excluirse del intercambio con, las
pantallas es hacerlo de la cultura contemporánea (Winocur, 2009).
Pero,
, más allá de está especie de·ubicuidad de las aua·1enc1as· con-
temporaneas con sus ?an1allas, que incide directamente en la posibilidad , - :.. La conformación de identidades como producto del intercambio
convergente con las pantallas se posibilita tanto· por el uso de éstas,
~e _estar en contacto s1e_mpre, o cone~tados ~iempre de hecho, como par-
como por·el consumo y la producción propia a partir de ellas por parte
h~1pantes de una o vanas redes al rmsmo tiempo el estar co di _
d · "bºli , mo au en de los usuarios. Como sostiene Jensen (2007), es la interactividad la
ci~ a qwere posi 1 dades inéditas diversas. Por ejemplo: la posibilidad dimensión que modifica el estar como audiencia, ya que just~ente
rmsma de~ co~~acto pe~anente multicanal, ya que se diversifica entre la audiencia en la interactividad se reconvierte en usuario. Y ser usua-
la ':omumcac1~n ?ral, visual, audio visual y escrita. Canales comuni- rio, insisto, conlleva una diferencia cualitativa con relación a sólo ser
cativos, que s1 bien ya existían como tales desde antes nunca como audiencia. Ser usuario implica la agencia de la audiencia. Y agencia,
ahorl:1- con la convergencia de las múltiples pantallas estaban
siendo los como la pensó Giddens (1996), supone reflexión, no sólo acción. Es
canales usuales de la conectividad entre los usuarios de estas pantallas. De :j justo esta dimensión de elaboración cognitiva consciente y de decisión
esta manera, la comunicación "monocanal" está siendo superada por
una comunicación multicanal, .o multimedia!, que también implica ser
.j la que la distingue de la mera reacción a un estímulo o de cualquier
-~ modificación sólo conductual. Si bien es así, esto no elimina la posibi-
multilingüística, independientemente de otros cambios en el referente o ·!lit lidad de que en otros momentos o contextos diferentes las audiencias
:itíi
contenido que se intercambie (Jensen, 2007) . ~ '
no se comporten como usuarios, es decir, que no ejerzan su reflexión
Aquí la pregunta guía para la comunicación sería: ¿aparte de su- · y acción coordinadas para llegar a un fin a partir de los medios, por
mar canales y lenguajes, y de _usar nuevas tecnologías de manera ins- medio de la transformación real, material y significativa del referente
trumental, o nuevas pantallas, hay un cambio sustantivo en el ser a:udiovisual. · ·
propia~ente dicho, al estar con esta multiplicidad en una permanente Desde la dimensión de interactividad, hay que entender que la
conexión pluridireccional? Quizá la clave esté en que "el todo no es convergencia no es en un solo sentido. Esto es, la convergencia no es
igual a la suma de sus partes" . Entonces, en la medida en que el uso de sólo tecnológica, es también una convergencia cultural, cognoscitiva,
las nuevas pantallas rebase la mera suma de posibilidades, podríamos lingüística, situacional y estética que se da no solamente en la con-
pensar que hay un producto con una cualidad diferente, y esto que se fluencia de los dispositivos materiales o tecnológico-digitales, ni úni-
produciría en la interacción con las pantallas sería identidad. Una camente desde la emisión inicial, sino desde la recepción y luego
identidad, si se quiere, "amalgamadora" no tan esencialista, como di- desde las diferentes emisiones-recepciones entre los diferentes usua-
jera Martín-Barbero (2004), pero al fin una identidad lo suficiente- rios, y también desde los dispositivos perceptuales y mentales de los
mente perdurable como para ser reconocida, y bastante flexible para sujetos involucrados (Porcé, 2009). ·
ser una y otra vez reproducida y modificada, .canjeada o negociada. Las destrezas para formar bases . de datos y registros múltiples, en
En la época actual, la producción de identida_d es pasa necesariamen- conjunto con. la creación de si,tios y blogs y _otras opciones creativas para
te por las pantallas; lleva a ellas y a la vez resulta de ellas. Lo ~terior la comunicación, p.o _sólo p~ _almacenar adecuadamente información y
porque son estas j:,antaUas no una opción esporáclica. lle búsqú.eda de in- é:,qnocimfontos SÍI,lo' para intercambiarlos y seguir produciéndolos, _tienen
formación o entretenimiento, como pudo haber sido ir al cine un fin de que·~er .desarr:oliadas de:ritró ,d e esfuerzos educatiyos concretos, y hacen
semana hace 40 años, leet un libro o un periódico. Hoy, la interacción con n.edesario el desarrollo. de al~as capacidades psi~opiotri~es y an~ticas .
las pantallas para ese sector que está ·e n interacción ·con ellas, ·es ·"un da-. . . · :Lo~ ~~dos. de·s~; audiendia, sin embarg~, ~~iarán ante ·la diver-
do", un punto de partida y también de llegada, una condición de la co~-. sidad de las pantallas y la interactividad misma, esto es, no serán re-
dianidad y del intercambio social en su conjunto. Para subsistir en ' el. sultados automáticos del estar c omo audiencias. Además, variarán
mundo contemporáneo, las pantallas, quizá unas más que otras, se han úµnbién. según Ja.div°ersidad de las culturás y las posiciones específicas
vuelto imprescindibles; evadirlas conlleva un enorme riesgo de quedar de los. sujetof social.e s· dentro de ellas, aunque cada vez se encuentren
simiiitudes mayores debido a la_globalización y la mercai:ttilización

32 33

,.
.. .
vigentes hoy día. Hay diferencias culturales que son persistentes y de-
limitan el desarrollo de ciertas destrezas y prácticas, que pueden incidir
de manera negativa en una producción cultural amplificada o simple- _
l
.

~t
{j,
~
y dispositivos tecnológicos existentes, todas las formas posibles y di-
mensiones imaginables, desde la de carácter masivo, controlada por
otros, hasta la más personal, auto regulada y personalizada por los
mente frente a las pantallas. · · - propios miembros de las audiencias. Al mismo tiempo, los procesos
Pero sobre todo, es necesario _a dvertir que si bien hay una muta- de comunicación se forjan tanto por los mismos medios, según Scolari
ción creciente en los sujetos y sus interacciones, éstos representan un (2009), como por las audiencias, cada vez más participativas, sostiene
porcentaje variable y no mayoritario de la totalidad, y aquéllas son to- Alves (2010).
davía una minoría dentro del cúmulo de interacciones que permanecen
sin alteraciones sustantivas, por lo que mucho de esa posible mutación
,tt,-dl";, La omnipresente coitdiciól!- mercantil
está aún por hacerse realidad (Telefónica, 2009). Por ejemplo, se pue-
-~ Una nueva manera de vender, con, desde y a partir de las pantallas y
de ser internauta mutitasking y videojugador simultáneamente, inclu- 1~
yendo en la gama de situaciones que se experimentan posiciones e ·.-J~ los dispositivos informáticos, recorre los mundos reales y virtuales.
·-'L--
interacciones de todo tipo, desde las más rudimentarias -de ser meros ?~ Con mayor frecuencia, la ampliación, definición y direccionalidad de
:w.
espectadores de lo que acontece en la pantalla- hasta otras muy crea- ;1!\i Internet, v ideojuegos, celulares, etcétera, y en general del audiovisual,
tivas, como las que posibilitan una producción distintiva propia a par- ?i está bajo control del mercado (Castells, 2009). Parece que no hay es-
~ cape a esta condición mercantil que todo lo invade, tampoco quedan
tir de deconstrucciones de productos recepcionados.
Por una parte, si hay cambios (no siempre se dan los cambios), se
suman a inercias y modelos tradicionales de reacción que no desapa-
--
.~~
..,f,,,
·,_f
muchos espacios libres de lo mercantil; lo peor es que cada vez se v a
naturalizando' el mercado como tal y se expande de facto, quizá sin
recen. Por otra, las diferentes realidades en cada región o país mues- ¡iii mucha conciencia aunque sí conv eniencia, la idea de que el mercado
tran énfasis diversos y situaciones en las que se manifiestan muchos ....
;:.1 .,., es la manera natural de estar en la sociedad, de vincularse con el mun-
' .

residuos del ·pasado, aparentemente incompatibles con aquellas otras do y sustentar la comunicación, sus medios y tecnologías.
. ~_i'-j
de mayor vanguardia en las que identificarnos gérmenes portadores de -~ ' En un mundo cada vez más globalizado, donde la política há per-
futuro. Coexistencia y no superposición de lo nuevo ~obre lo viejo es dido mucho de su sentido, el mercado pretende ejercer lo que Martín-
quizá el eje central mas distintivo de lo que experimentamos actual- Barbero (1987) considera un simulacro de cohesión societal.
mente en nuestra calidad de comunicantes. El mercado, dice:
En otras palabras, ser audiencia hoy significa muchas cosas a la
vez; abarca diferentes modos de estar, desde un mero estar contempla-
tivo, de espectadores o receptores pasivos, a receptores activos o hi- no puede sedimentar tradiciones ya que todo Jo que produce se
evapora, dada su tendencia estructural a una obsolescencia acelera-
peractivos, a usuarios interactivos, creadores y emisores.
da y generalizada, no sólo de las cosas sino también de las formas
Hay que reconocer, al mismo tiempo, que la tendencia es dejar de y de las instituciones. El mercado no puede crear vínculos societa-
ser audiencias definidas por los modos de estar como receptores en la les, esto es entre sujetos, pues éstos se constituyen en procesos de
comunicación, á serlo en función de los modos de actuar como usua- comunicación de sentido y el mercado opera anónimamente me-:
rios y emisores, en la producción comunicativa, dqnde la creación y la <liante lógicas de valor que implican intercambios meramente for-
interactividad predominan. Eso es lo que constituye· la nueva cultura males [ . ..] el mercado no puede engendrar innovación social, pues
de la participación, según Jen.kins (2008), la cual se llevaría a cabo eh ésta presupone diferencia y solidaridades no funcionales, resisten-
cias y disidencias, mientras que el mercado trabaja únicamente con
el marco de la "auto comunicación masiva" (Castells, 2009). rentabilidades (p. xvi).
Este tipo de comunicación, que lejos de contraponer un tipo de
comunicación dominante hasta ahora, a un otro tipo emergente ya desde
ahora, está marcando una nueva era en la que caben todos los medios . . La desregulación globalizada de las estructuras tecnoló gicas y
mediáticas realizada en las últimas décadas a nivel mundial h a llevado

34 35

..
-
a una disminución del control de los Estados nacionales y de la políti-
ca como tal sobre las prioridades del mercado. Son, el mercado y sus
requerimientos de consumo -e ·innovación, los que definen -el rumbo y
estado de la comunicación y sus dispositivos (De Moraes en Aruguete '--..
~
En la ficción como producto mediático, más que en el género in- ,
formativo o noticioso, es donde se manifiesta el poder. con mayor con-
tundencia al usar este género y los diversos formatos que lo componen
como'vebículos de una·publicidad cada vez menos evidente, naturali-
2010). , z:;i.da, que puede provocar más ·fácilmente el efecto buscado por · los
· En las sociedades de la comunicación en que vivimos, los medios e~isores en las audiencias.
~cionan, salvo excepciones, de acuerdo con una lógica empresarial, Más que nunca, la ficción en cualquiera de sus expresiones au-
mcluso entre los medios que no son mercantiles sino públicos o estata- diovisuales se consagra como otra forma de contar la realidad e influir
les. El no perseguir objetivos__de lucro es sólo una condición legal de en las audiencias. Al mismo tiempo; es.desde la ficción, aunque no so-
estatuto en cada país, pero los criterios·de programación, los horarios lamente desde ella, que se abren posibilidades.·i néditas .para fomentar
y la lógica subyacente son las del mercado, porque de otra manera ho y ·e ventualmente consolidar una cultura de la participación.
podrían competir con los medios privados.
Esto es consecuencia de que los medios "viejos", los masivos, Gérmenes de una cultura de la
han acostumbrado a las audiencias -a las lógicas meréantiles. La televi- participación de las audiencias
sión, en particular, ha usado el espectáculo como estrategia de comu-
nicabilidad, La violencia real se ha· convertido en un acontecimiento La convergencia tecnológica y la globalización de la cultura están propi-
prioritario que debe ser difundido en la pantalla. La televisión utiliza dwdo la combinación de uno o más medios de comunicación én proce-
la violencia de diversas maneras en.su_programación. sos inter o transmediales. Estos camb_ios se caracterizan sobre todo por
la capacidad narrativa de crear o expandir comercialmente diversos
Las pantallas son un escenario privilegiado para la publicidad, así productos en múltiples plataformas.
como para la propaganda de partidos, candidatos o gobernantes en
tumo. El capital requiere estos escenarios mediáticos y tecnológicos Las narrativas transmediáticas -transmédia stórytelling- nacen
para su propia reproducción. _E l fenómeno que se ha apreciado en los cbn la intensión de difundirse "por diferentes medios .. Se trata de la
últimos años es, por una parte, un aumento geométrico de publicidad -:-:en creación de un universo ficcional cuyo contenido puede expandirse
especial de publicidad global en las pantallas locales-, y por otro una tanto en términos de personajes como de desenvolvimiento narrativo :
creciente integración de la publicidad y propaganda a los formatos y Es una historia transmediática aquella que se desdobla a través de
contenidos de las narrativas mediáticas. Ya no sólo se transmite publici- múltiples plataformas, cada cual co'mo un nuevo texto; haciendo una
dad explícita <;lurante los cortes entre programaciones o productos me- colaboración distinta y valiosa para el todo. En la forma ideal de la na-
diáticos, sino que é_stmi están planeados para integrar la publicidad a rrativa transmediática, cada medio hace lo que mejor sabe hacer, con
sus narrativas, o están desarrplla4ru, ~edep.or de los productos o seJ:Vicios el fin de que una historia pueda ser introducida en un filme, ser ex-
que se publicitan, como ha sido el caso de ·la telenovel:;i. de Televisa pandida para la televisión, revistas 'y comics; su universo puede ser
Hasta que ·el dinero nos separe, en la .que la marca Ford fue. escenario explorado en los videojuegos o como parte de un parque de· diversio-
y personaje de 1a misma;ya que-todo sucedió en y alrededor de la ven- nes (Jenkins, 2008: 135).
ta de coches de esa inárca{Franco, 2010). ' . . . . .
Las posibilidades que brinda Internet, dentro de la convergencia,
En _lits ri~_~ ti~~ de la·p~~ió;; ~~,~~isiva, .~11 ~sp~pial l~.~il~~ove- potencializan a los medios tradicionales y los sitúan ante nuevas posi-
las, la tendencia- .es no sólo mencionar ·productos .o •servicios, ni sólo bilidades de interacción frente a las pantallas, pues las narrativas
mostrarlos en intercambios entre los personajes de la :ficción, sino que transmediáticas crean un "sensorio envolvente" que permite al televi-
también se integran como parte de la trama, o sirven de escenario o dente/consumidor trasladar o ex pandir sus gustos ficcionales a múlti-
forman parte del mismo (Orozco, Huizar, Franco y Hemández, 2010). ples platafo~ as que le brindan diversas experiencias sensoriales por
Todo esto permite que sea el mercado el gúe guíe y defina nó sólo for- la simple materialidad del medio.
matos y tiempos de transmisión, sino incluso contenidos·progtamáticós.

36 37
-
~;-,


Dentro del ámbito de la ficción latinoamericana, se ha observado
. que el fenómeno intermedia! (televisión-Internet) comienza a dar sus
primeros pasos al situar a las telenovelas en plataformas tecnológicas
't
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