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CARACTERISTICAS DE UNIONES DE HECHO

1.- La unión de hecho y el matrimonio.

En ambos casos el comportamiento del hombre y de la mujer

es similar, manteniendo entre ellos una convivencia estable, pública y

singular. Sin embargo, la diferencia sustancial que en la unión marital de

hecho el comportamiento es el único elemento objetivo que permite su

configuración, mientras que en el matrimonio existe un título, es decir, hay un

emplazamiento legal en ese estado derivado de la celebración de las nupcias.

No importa si el matrimonio se encuentra viciado y puede ser anulado

por sentencia judicial, porque mientras ello no ocurra producirá efectos

jurídicos, y aun después de decretarse su nulidad los efectos dependerán de

la buena o mala fe de los contrayentes.

Por el contrario, en la unión marital de hecho se presenta un estado

aparente de Derecho porque se perfila y exhibe socialmente como

matrimonio: objetivamente es un estado matrimonial, pero como carece de

celebración de nupcias no configura sino apariencia, como lo describe Díaz de

Guijarro88

Agrega este autor que: “…se plantea aquí una situación muy grave

porque el concubinato en si mismo y en sus habituales exteriorizaciones

estáticas y dinámicas se desenvuelve como un matrimonio normal y asume

identidad externa con las mentadas y habituales exteriorizaciones de un

matrimonio. Por eso es que optamos por considerar que exhibe y corporifica
un estado aparente de Derecho, por más que tal unión no contenga ningún elemento
constitutivo de Derecho, si bien es imposible desconocerle su real

aspecto objetivo de estado de Derecho (Díaz de Guijarro)89

Queda entonces perfectamente delineada la diferencia existente entre

una unión marital de hecho y un matrimonio, aun en el caso en que éste se

encuentre viciado. Pero además, es evidente que no toda relación de hecho

entre un hombre y una mujer puede generar derechos, sino que para que ello

ocurra deben cumplirse determinados requisitos que varían en cada caso

particular.

En tal sentido es preciso establecer claramente los comportamientos

externos que dan lugar a la comunidad de vida de hecho para diferenciarlos

de otras conductas que no producen efectos jurídicos, o por lo menos, no con

la trascendencia que este caso tienen.

Como es sabido, el matrimonio nace de un acuerdo de voluntades de

los contrayentes, y una vez cumplidos los requisitos solemnes legalmente

establecidos, ese acto constitutivo genera el llamado status matrimonial.

Después y una vez surgido éste, las consecuencias vienen marcadas por la

ley, sin posibilidad en algunos supuestos, o con posibilidad relativa en otros,

de modificación o alteración por parte de los cónyuges90

Debo exponer que, a pesar de que la unión matrimonial aparece como

una institución prácticamente de condición universal, regulado tanto por el

Derecho como por las distintas religiones existentes; con el paso de los años,
ha ido creciendo progresivamente bajo su sombra la figura de la unión de

hecho, desde la regulación jurídica en la constitución política del año 1979,

entendiéndose este como la unión voluntaria realizada entre un hombre y una

mujer, sin impedimentos para contraer matrimonio.

El matrimonio consensual requiere, para ser tal, el consentimiento que

se expresa entre sí los contrayentes, aun cuando no sea necesaria la presencia de un


funcionario del Estado o del ministro de un culto determinado;

es decir, se origina en un acto, en el que las partes se comunican entre sí la

decisión de tomarse por marido y mujer. Ello no aparece en el concubinato,

que sólo es una situación que se da en los hechos, pues se origina en la

convivencia y se mantiene mientras ésta subsiste91

¿La unión de hecho es igual al matrimonio?

La unión de hecho no es igual al matrimonio, debido a que el primero

es una unión fáctica de varón y mujer libre de impedimentos matrimoniales

con algunos derechos y deberes al matrimonio, de los cuales en la unión de

hecho no hay derecho hereditario, no existe el régimen económico

matrimonial de la separación de patrimonios, así mismo la extinción se lleva a

cabo con la simple separación de las parejas de hecho, sin trámite alguno;

mientras que en el segundo hay una unión jurídica de varón y mujer libres de

impedimento matrimonial, cumpliendo con deberes derechos que originan el

mismo, entre aquí la cónyuge tiene derecho hereditario del marido, además

existen dos tipos de regímenes del matrimonio, tales como el régimen de

sociedad de gananciales y el régimen de separación de patrimonios, y para su


extinción, necesariamente debe seguirse un trámite judicial y/o administrativo

de divorcio.

Llegando a una conclusión diremos que la unión de hecho es

totalmente diferente al matrimonio conforme lo establece la constitución

política de 1993 y el Código Civil vigente a la fecha, además por

jurisprudencias constantes emitidas por la Corte Suprema de Justicia del Perú

respecto a la unión de hecho que lo diferencian.

La jurisprudencia, bastante consolidada, en general y en concreto en

orden a dilucidar las consecuencias jurídicas de las uniones estables de

parejas no casadas, sobre todo en el orden económico, viene estableciendo

con rotundidad que la unión de hecho no es una situación equivalente al matrimonio y al


no serlo no puede ser aplicada a aquella (en cuanto a las

relaciones personales y patrimoniales entre los convivientes) la normativa

reguladora de ésta pues los que en tal forma se unieron, pudiendo haberse

casado, lo hicieron precisamente (en la generalidad de los casos) para quedar

excluidos de la disciplina matrimonial y no sometidos a la misma.

2.- La unión de hecho y el noviazgo.

Conforme a los conceptos jurídicos emitidos por los tratadistas del

Derecho Familiar, una cosa es la unión de hecho y otra es una relación de

noviazgo, debido a que en la primera hay una apariencia de matrimonio,

mientras que en la segunda existe una relación efectiva, con miras a un

probable fututo matrimonio, pero sin convivencia.

El artículo 239º define al noviazgo como la promesa reciproca de

matrimonio no genera obligación legal de contraerlo, ni de ajustarse a los


estipulado para el caso de incumplimiento de la misma.

Palacios Martínez93, nos dice que. La figura de los esponsales,

conocida doctrinalmente también como promesa de matrimonio, reconocida

expresamente en este artículo no tiene, por sí sola, un valor jurídico

trascendente, en tanto, se le ha privado de eficacia jurídica, pero solo con

respecto a que no genera obligación legal de contraerlo ni de ceñirse a lo

estipulado como contenido del mismo en el caso de incumplimiento.

En este último caso, la relación en si misma no produce efectos

jurídicos ni otorga el derecho a exigir el cumplimiento de la promesa de

matrimonio, aunque es posible que se ocasionen daños como consecuencia

de su ruptura que den ser reparadas talo como resulta en forma indirecta de la

redacción del artículo 240º del Código Civil, y de lo establecido tanto por la

doctrina como por la jurisprudencia.

3.- La unión de hecho y el concubinato impropio o unión

Adulterina.

Conforme se observa el último párrafo del artículo 326º del Código Civil,

regula a las uniones impropias con impedimentos a contraer matrimonio,

diferenciándolo de la unión de hecho propiamente diremos que en este ultimo

la unión puede ser adulterina, que no genera efectos jurídicos, quedando solo

el ejercicio de la acción de enriquecimiento indebido por el interesado.

Azpiri95, al exponer de esta clase de unión dice. Otra relación que

también presenta diferencias con la unión marital de hecho es la que se mantiene con un
amante, expresión también poco jurídica pero que evidencia
que una persona ha establecido un vínculo matrimonial, o un vínculo de hecho
importante, y que esta relación significa tan sólo una violación del deber de

fidelidad, legal en el matrimonio, o moral en la unión marital de hecho.

Por más que el comportamiento entre amantes se prolongue a través

del tiempo no alcanza a tener la apariencia del matrimonio y, por lo tanto, no

produce los efectos jurídicos de la unión marital de hecho.

La acción de enriquecimiento sin causa en el caso de la unión de hecho

impropia.

Expone en estos dos párrafos al respecto el Jurista Placido96. La unión

de hecho impropia, que es aquella que no reúne las condiciones relativas a la

diversidad de sexo, a la monogamia y a la libertad de impedimento matrimonial, no


produce los efectos contemplados en la ley; teniendo el

interesado sólo expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido.

Así lo establece el último párrafo del artículo 326 del Código Civil.

Como se sabe, esta acción procede cuando a mediado

empobrecimiento de un sujeto y el correlativo enriquecimiento de otro a

expensas de aquél, sin que exista causa que lo justifique; siempre que el

perjudicado no disponga de otra acción para reclamar su resarcimiento

(artículo 1954 y 1955 del Código Civil).

Demain, Bernard97. Al exponer esta figura nos dice que. Si a menudo

es difícilmente admisible el principio mismo de una sociedad válida ¿Cómo sepuede


entones asegurar a cada concubino la protección que merece, frente a

su compañero? Por otra parte, ¿cómo se puede proteger a los terceros, a los

que la negativa de aceptar la idea corre el riesgo de causarle un perjuicio

cierto? A esto, una parte de la doctrina y algunas decisiones jurisprudenciales responden


haciendo intervenir la noción de enriquecimiento injusto y la acción
in rem verso.

4.- La unión de hecho y el Servinacuy.

Conforme a los estudios realizados en la doctrina nacional, en la

doctrina extranjera y en la legislación sobre la unión de hecho, estos originan

algunos efectos similares al matrimonio, mientras que el servinakuy o


Yachanaguy, cuyanacuy en realidad es un matrimonio que origina todos los

efectos que tiene el matrimonio, más no es una institución que sirve como

prueba para un futuro matrimonio comentada erróneamente por algunos

juristas, esta institución se encuentra castellanizada, por servinakuy viene de

servirse (palabra española), esta institución es propia de la cultura pre inca e

incaica y que se encuentra actualmente regulada en la legislación Boliviana.

4.1.- Servinakuy.

El servinacuy; termino castellanizado servir, utilizado en la zona andina

de nuestro país, al que debe denominarse correctamente matrimonio de

hecho como lo dispone el derecho boliviano y no prueba de matrimonio99

Entre las formas de vida marital debe mencionarse las uniones ancestrales como el
servinakuy.

4.2.- Terminología del Servinakuy.

El término servinakuy tiene origen quechua. Se forma con la

abreviatura castellana, servi, alusiva a servicio, y el fijo quechua nakuy, que

tiene una connotación de mancomunidad, ayuda o participación. Tiene

diversas denominaciones según las regiones:


- Servinakuy, en el departamento de Apurímac, parte del Cusco,

Ayacucho, Huancavelica y Junín.

- Misque sirvanacuy, en algunas regiones del Cusco.

- Sartasi, en algunas regiones de los departamentos en los lugares

donde tuvo afluencia y se habla aymara.

- Tinkunakuspa, usada en la comunidad Wancas.

- Tincunacuy, en parte de Jauja.

- Rimanakuy, en parte del departamento de Puno y Cusco.

- Munacuray, en algunos lugares del Cusco y Huancavelica.

- Topacashca, en el departamento de Ancash.

- Yachanaguy, en algunos lugares del departamento de Junín.

Todos estos vocablos son de significación idéntica, que indican el

estado matrimonial o la vida conyugal de los campesinos, señalando la

relación conyugal de carácter firme y permanente; pero el término genérico, es

el de servinakuy, usándose en menor proporción las demás sinonimias.

4.3.- Noción conceptual de Servinakuy.

Para Héctor Díaz Valdivia, puede ser que desde el punto de vista

occidental o del Derecho estricto, el “sevinakuy” constituya una modalidad del

concubinato, pero desde el punto de vista del legislador incaico o preincaico

podría tener otra naturaleza jurídica.

Mallqui sostiene que algunos de mentalidad occidentalizada lo llaman


matrimonio a prueba; pero él considera que se trata de un matrimonio.102

Realizada las investigaciones en las zonas andinas por el investigador,

debo exponer que, el servinakuy, históricamente era considerado matrimonio

consuetudinario con todos sus efectos, cuyo origen es preincaico e incaico,

más no como prueba de matrimonio, cuya fuente legal vigente lo tenemos

regulado en el Código familiar boliviano, mientras que hoy en día en nuestro

país, algunos lo consideran una etapa previa al matrimonio, lo cual no es tan

cierta ya que actualmente es una especie de convivencia hasta la celebración

del matrimonio de conformidad con el código civil vigente.

5.- La unión de hecho y las uniones homosexuales.

Las uniones homosexuales son uniones de parejas del mismo sexo,

institución no regulada legalmente en el Perú, pero si en el derecho

comparado, sin embargo actualmente existe proyectos de ley en el congreso

de la república con la denominación unión civil.

1. Homosexualismo.

Homosexual.

Según la definición académica: Persona que tiene relación carnal con

otra del mismo sexo

La homosexualidad

Frecuentemente se trata a homosexuales que no tienen culpa de serlo

en forma bien poco caritativa. En cierta ocasión varias personas fueron a


acusar ante el director de un hospital a un médico “por ser homosexual y por
maquillarse el rostro”. Pidieron su destitución. El director, con muy buen

sentido, les contesto que mientras el médico cumpliera puntualmente con su

deber acatando los reglamentos del establecimiento y fuera honrado en el

ejercicio de su profesión, no tenía por qué expulsarlo de la Institución.

En otra ocasión también se le pidió a un patrón particular que

despidieran a uno de sus repartidores por ser homosexual, habiendo

contestado con muy buen sentido que mientras el individuo realizara

puntualmente su trabajo no tenía por qué hacerlo.

Muchas veces los sirvientes homosexuales son eficientes y fieles, pero

claro está, no podría tolerarse su presencia en un hogar donde hubiere niños,

que pudieran llegar a ser víctimas del mal ejemplo del domestico. Cosa

extraordinariamente delicada es el homosexualismo. Paginas bien

interesantes escribió sobre él el Doctor Gregorio Marañón. No es tolerable

que, como se hace en Inglaterra, se fijen públicamente anuncios tales como

Remenber the meeting of the homosexual Club at eight o´clock toninght

(Oxford 1970). Sobre el problema también ha escrito Pedro Gringoire106 en las

columnas de señal. (1342, 7 mar. 1891) Dura y justificadamente ataca a

quienes lejos de reconocer su mal y tratar de curarse, glorifican su anomalía,

hacen gala de la y la exhiben sin decencia alguna. Deseable sería que, a

ejemplo de los Alcohólicos Anónimos los homosexuales se agruparan en

frentes, pero para estimularse y ayudarse mutuamente, no para perpetuar y

para ponderar su enfermedad, sino para curársela. Antisocial es ponderar

cualquier anomalía sexual. Notemos que la homosexualidad latente durante el

matrimonio no sirve jurídicamente para dar por terminado el vínculo, según los
jueces de la Sacra Rota. La sentencia aparece en el volumen publicado en

estos días sobre la actividad Santa Sede en 1982, un libro que recoge los

principales actos de la Sede Apostólica. (E, 29 jun. 1983). Cuando se trata de

definir el sexo de una persona, hay diecinueve clases de hermafroditismo,

puede y debe estudiarse cada caso en particular. Por capricho, no se puede


cambiar de sexo a una persona. Nuestro cuerpo es un tesoro que Dios nos ha

dado, y debemos conservarlo tal como él nos lo dio.

Bien sabemos que hoy en día el homosexualismo en el mundo es casi

normal, ya no se habla de anomalía sexual, de lo contrarios en algunas

legislaciones extranjeras, existe matrimonio de homosexuales, así como

uniones libres no matrimoniales de homosexuales protegidas por ley, pero

estas uniones libres no son considerados como unión de hecho propiamente

dicha, además en la legislación peruana, la homosexualidad sobreviniente al

matrimonio es causal del decaimiento y disolución del vínculo matrimonial

(causal de separación de cuerpos y divorcio) regulada en el inciso noveno del

artículo 333º del código civil vigente.

2. Uniones homosexuales

Las uniones homosexuales, siendo una realidad importante en nuestra

sociedad actual y constituyendo un modo más de convivencia no matrimonial,

no están reconocidas jurídicamente a ningún nivel; simplemente parece

omitirse su existencia, a pesar de ser cada vez más quienes reclaman algún

tipo de regulación que les reconozca su existencia y derechos. Sin embargo

en el Perú existe un proyecto de ley denominado unión civil.


Ciertamente, dejar de lado “a priori” a las uniones homosexuales de

todo reconocimiento jurídico, plantea serios problemas constitucionales. Ya

que son muchos los derechos fundamentales y valores constitucionales que

pueden entenderse vulnerados al restringir los derechos de las uniones

homosexuales, tratándolas como un reducto minoritario frente a la mayoría

heterosexual. Así, podrían verse afectados especialmente derechos

fundamentales tales como: la libertad, el libre desarrollo de la personalidad y

la dignidad de la persona, la intimidad personal y familiar, y la igualdad y la no

discriminación. En un Estado Social y Democrático de Derecho como el

nuestro, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la

libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, parece no encajar e tratamiento


que reciben las uniones homosexuales con respecto a las uniones

heterosexuales.

Como hoy en día vemos en países occidentales, los efectos civiles de

la convivencia de dos personas homosexuales es un tema que se debate y en

algunos ya regulados legalmente. La categorización de esta situación entre

dos individuos carece de argumentos para que pueda hablarse de ella como

familia: “La cultura occidental asume que una viuda o una divorciada, que una

madre soltera, viviendo con sus hijos, que un matrimonio temporalmente

separado de su prole (por razones laborales o de estudios), también hay que

tomarlos como unidades sociales familiares”107

Esta nueva situación que quiere reivindicarse como normal viene a:

“dar forma a una relación esencialmente individualista, enraizada en pulsiones


subjetivas, que, ciertamente, el jurista no debe censurar, pero que sí debe

reconocer como lo que propiamente son”108. Si bien los cambios introducidos

en las legislaciones de algunos países que se empeñan en aceptar la

convivencia homosexual como matrimonio, con todos los efectos civiles,

siguen líneas políticas o ideológicas, el mensaje que se dirige a la sociedad es

equívoco: “No cabe duda de que, al reconocer el matrimonio homosexual, el

ordenamiento jurídico está favoreciendo la ruptura con la visión tradicional del

matrimonio, y con ella una desestabilización social”

Finalmente al respecto debo manifestar que hay corrientes cristianas

que rechazan el matrimonio homosexual basada en la santa biblia, y

sustentan argumentos contra el matrimonio homosexual, tales como: Legalizar

el matrimonio gay debilita la fortaleza del matrimonio natural, igual que la

moneda falsa debilita la moneda verdadera. En Revista Impacto

Evangelístico.

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