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TRIBUNAL REGISTRAL
1. INTRODUCCIÓN.
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios de Maestría en Derecho Civil en
dicha casa de estudios. Vicepresidente del Tribunal Registral.
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En su artículo 1049 se señalaba: Las inscripciones de las hipotecas y de los demás gravámenes
indicados en los incisos quinto y octavo del artículo 1042, inclusive las que consten en los asientos de dominio,
se extinguirán a los treinta años de las fechas de las respectivas inscripciones si no fueran renovadas.
constituye para garantizar el cumplimiento de una obligación determinada o
determinable.
Asimismo, teniendo en cuenta que la Ley Nº 26702, Ley General del Sistema
Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y
Seguros, en su artículo 172, excluye a los gravámenes reales constituidos a favor de
entidades del sistema financiero de los alcances de la extinción regulada en la Ley
N° 26639, resultaba necesario determinar si dicha disposición también comprendía a
aquellas hipotecas cuyo plazo de extinción había transcurrido antes de la entrada en
vigencia de la Ley N° 2702.
Conforme al artículo 1122 del Código Civil, los supuestos de extinción de la hipoteca
son: la extinción de la obligación garantizada, la anulación, rescisión o resolución de
dicha obligación, la renuncia escrita del acreedor, la destrucción total del inmueble y
la consolidación.
En este sentido, mediante el artículo 3 de la Ley Nº 26639 se agrega una causal más
de extinción de la hipoteca, adicional a las contempladas en el artículo 1122 del
Código Civil, conforme lo señaló el Tribunal Registral, mediante la aprobación en el
Cuarto Pleno Registral, desarrollado los días 6 y 7 de febrero de 2003 y publicado en
el diario oficial El Peruano el 18 de junio de 2003, del siguiente criterio de
observancia obligatoria
Esto determina que la caducidad opere de pleno derecho, sin que admita plazo de
interrupción ni de suspensión3, pudiendo ser declarada de oficio. En cambio, en la
prescripción extintiva pervive el derecho y por lo tanto, cabe que se renuncie a ella,
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Esta doctrina conceptúa a la prescripción como una sola, y es aquella cuyo transcurso del tiempo origina
la transformación de una situación de hecho en una de derechos.
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Salvo cuando sea imposible reclamar el derecho ante un tribunal peruano, en dicho caso se suspende.
sea en forma expresa o tácita, correspondiendo deducirla solamente a pedido de
parte y nunca de oficio.
Esta es la razón por la cual en el caso de las hipotecas que garantizan deudas a
favor de entidades del sistema financiero el Tribunal Registral entendió que han
caducado aquellas cuyo plazo de extinción hubiera transcurrido antes de la entrada
en vigencia de la Ley Nº 26702.
Dado que dicha ley entró en vigencia con posterioridad a la Ley Nº 26639, surgió la
duda acerca de la situación de aquellos gravámenes reales cuyo plazo de extinción
había transcurrido antes de la entrada en vigencia de la Ley Nº 26702.
Para dar solución a este problema debe analizarse la naturaleza del plazo de
extinción regulado. Si es de prescripción extintiva, entonces, el solo transcurso del
tiempo no determina la extinción de la inscripción, necesitándose para ello que se
cancele el asiento. En cambio, si es de caducidad, no necesita que se cancele el
asiento del gravamen para entender extinguido el asiento con el mero transcurso del
plazo, en razón a que la caducidad extingue el derecho.
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Así en su artículo 172, último párrafo, se estableció lo siguientes: "La liberación y extinción de toda
garantía real constituida a favor de las empresas del sistema financiero requiere ser expresamente declarada
por la empresa acreedora. La extinción dispuesta por el artículo 3 de la Ley Nº 26639 no es de aplicación para
los gravámenes constituidos a favor de una empresa".
3.2. Improcedencia de cancelación de la hipoteca cuando en la partida o en el
título presentado consta su ejecución.
Por tanto, si de la partida del inmueble, o del título presentado para la inscripción, se
desprende que el acreedor hipotecario ejercitó la acción real antes del vencimiento
del plazo de extinción, entonces no caducará la hipoteca, aunque al momento en
que se solicite su cancelación haya transcurrido el plazo de extinción.
Sobre el tema el Tribunal Registral expidió varias resoluciones, tales como las Nsº
474-2005-SUNARP-TR-L del 19.8.2005, 259-2004-SUNARP-TR-L del 30.4.2004 y
340-2000-ORLCTR del 18.10.2000.
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Así, tenemos que en la Resolución Nº 474-2005-SUNARP-TR-L del 19.8.2005 se
indicó, en el noveno numeral, lo siguiente:
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Artículo 2001: Prescriben, salvo disposición diversa de la ley:
1. A los diez años, la acción personal, la acción real, la que nace de una ejecutoria y la de
nulidad del acto jurídico.
"... si de la partida consta que la hipoteca se encuentra en ejecución, entonces, ya
no caducaría. En este caso ya no sería necesaria la inscripción de la renovación.
(...)
4. SUPUESTOS DE CADUCIDAD.
Siendo que en este supuesto el plazo extintivo comienza a correr a partir de la fecha
de vencimiento del pago del crédito, es que resulta importante que en la partida
registral conste la fecha de vencimiento de la obligación garantizada, así como
también las modificaciones de dicha fecha que pacten la partes (refinanciamiento),
para efectos de un adecuado cómputo del plazo de extinción.
El problema surge con las hipotecas inscritas con anterioridad, ya que en aquellas
no se consignó la fecha de vencimiento de la obligación garantizada. En este
supuesto se tiene que recurrir a los títulos archivados para hallar dicha información.
" (...). Cabe señalar que en la parte final del segundo párrafo del artículo 112 del
Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios se establece que procederá la
cancelación de las hipotecas que garanticen obligaciones de ejecución diferida a los
10 años contados desde la fecha de vencimiento del plazo del crédito garantizado,
siempre que éste pueda determinarse del contenido del título, de lo que se tiene
que, si no puede determinarse, no procede la cancelación (...)".
Como se sabe, en mérito a la autonomía privada, las partes pueden fijar libremente
el contenido del contrato siempre que no se contravenga normas imperativas (Art.
1354 del Código Civil). A su vez, el ordenamiento jurídico regula aquellos tipos de
contratos de uso más frecuente con la finalidad de facilitar la contratación, y de esta
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Artículo 83.- Inscripciones de hipoteca
En el asiento de inscripción de la hipoteca se consignará:
(…)
c) La fecha de vencimiento del plazo del crédito garantizado, cuando conste en el título.
forma reducir los costos de transacción porque las partes no tendrán que fijar todo el
contenido negocial, dado que los aspectos no establecidos por las partes serán
regulados por las normas establecidas para el tipo contractual de que se trate. Se
entiende que estas normas son de carácter dispositivo, ya que sólo resultan
aplicables a falta de regulación distinta de las partes.
"... debe tenerse en cuenta que las partes contratantes no solamente se obligan a lo
expresamente pactado, sino también a lo señalado en las normas vigentes, sean
estas imperativas o dispositivas, siendo que en este último caso se van a aplicar de
manera supletoria los artículos 1353, 1354 y 1356 del Código Civil vigente.
Así tenemos que conforme al Art. 1653 del código sustantivo, el bien que se da en
mutuo debe entregarse en la fecha pactada, y en su defecto, en la fecha del
contrato".
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Artículo 1653: El mutuante está obligado a efectuar la entrega en la oportunidad convenida y, en su
defecto, al momento de celebrarse el contrato.
Asimismo, en el X Pleno del Tribunal Registral, desarrollado los días 8 y 9 de abril de
2005 y publicado en el diario oficial El Peruano el 9 de junio de 2005, se aprobó el
siguiente precedente de observancia obligatoria:
c) Cuando se estipuló que el plazo para devolver la suma mutuada se contará desde
la entrega, y ésta se realizará con la inscripción de la hipoteca.
Así, tenemos que en el VIII Pleno del Tribunal Registral, realizado los días 13 y 14
de agosto de 2004 y publicado en el diario oficial El Peruano el 1 de octubre 2004,
se aprobó el siguiente precedente de observancia obligatoria:
Entre las razones expuestas por el Tribunal para adoptar dicho criterio está el
respeto a la libertad contractual de la que gozan las partes para fijar el contenido del
contrato, por lo que en la interpretación del mismo debe estarse a los términos
pactados.9
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En el sétimo considerando de la Resolución del Tribunal Registral Nº 292-2003-SUNARP-TR-L del
9.5.2003 se señala: "...basta que el Registrador verifique la inscripción (...) para considerar que la entrega se
produjo en ese momento. Exigir que además se acredite la efectividad de la entrega es ir mas allá de la voluntad
de las partes y de los límites de la facultades que otorga al Registrador el artículo 3 de la Ley Nº 26639:
verificar el transcurso del plazo a partir de una fecha determinada por las partes (...)".
párrafo del artículo 3 de la Ley Nº 26639, en razón a su carácter de derecho
accesorio de uno principal, después varió de criterio, aceptando que existen
circunstancias donde se constituyen hipotecas sin que existan obligaciones
garantizadas, supuesto que se presenta cuando a la fecha de su constitución éstas
eran futuras, eventuales o indeterminadas.
Sobre el particular, debe tenerse en cuenta que constituye uno de los requisitos de
validez de la hipoteca el que asegure el cumplimiento de una obligación
determinada o determinable, conforme se señala en el numeral 2) del artículo 1099
del Código Civil.
Entonces, por aplicación del principio de conservación del contrato 10, se reputaba
inválida dicha cláusula pero válida las demás cláusulas del contrato de constitución
de hipoteca, y por lo tanto, al momento del cómputo del plazo de caducidad,
solamente se tomaba en cuenta el plazo de extinción de la obligación determinada, o
determinable, garantizada.
Un tercer criterio del Tribunal establecía que en dichas cláusulas, en las que se
garantizaba obligaciones indeterminadas, en realidad se está frente a un supuesto
en que no existe una obligación propiamente dicha, en razón a que ésta no se
encuentra determinada ni es determinable.
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Recogida en el artículo 224 del Código Civil, que señala que la nulidad de una disposición no anula la
integridad del acto si es separable.
Dicho criterio fue recogido en la Resolución Nº 540-B-2004-SUNARP-TR-L del
10.9.2004:
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"En el caso de las obligaciones indeterminadas a que se refiere la cláusula tercera
de la misma escritura, en la medida que dichas obligaciones no se han hecho
constar en el Registro, el plazo de extinción de la hipoteca se computa a partir de la
fecha de su inscripción en el Registro (...)".
Dicho precedente señala que: " Las hipotecas constituidas a favor de empresas del
sistema financiero que garanticen obligaciones indeterminadas caducan a los 10
años de inscritas, siempre que dicho plazo hubiera transcurrido antes de la vigencia
de la Ley Nº 26702".
Por tanto, nosotros creemos que en el caso de las hipotecas que garantizan
obligaciones indeterminadas sigue vigente el criterio establecido por el Tribunal
Registral, en el sentido que nos encontramos ante un gravamen que no garantiza
obligación alguna y por tanto, resulta aplicable el plazo de caducidad contemplado
en el primer párrafo del artículo 3 de la Ley N° 26639: 10 años desde la fecha de
inscripción de la hipoteca.
“Toda hipoteca, inclusive las constituidas a favor de entidades del sistema financiero,
debe garantizar obligaciones determinadas o determinables. Son admisibles como
criterios mínimos de determinabilidad de las obligaciones, que se haga referencia a
cualquiera de los siguientes:
a) A una relación jurídica ya existente, futura o eventual, que se especifica en el
título;
b) Uno o más tipos materiales de los cuales pueden surgir las obligaciones;
c) A actividades habituales del acreedor, cuando éstas vengan determinadas por
Ley”.
Respecto a estas obligaciones, el Tribunal Registral señaló que dado que aún no
han "nacido", entonces el plazo de caducidad aplicable a las hipotecas que las
garantizan es el regulado en el primer párrafo del artículo 3 de la Ley Nº 26639,
debido a que en la fecha en que se solicita su cancelación aún no se ha registrado el
nacimiento de dichas obligaciones, por lo que en estricto se está frente a hipotecas
que no garantizan obligaciones; salvo que en forma previa se registre dicho
“nacimiento”, en cuyo caso será de aplicación el plazo de caducidad regulado en el
segundo párrafo del artículo 3 de dicha ley, teniendo en cuenta la fecha de
vencimiento de la obligación surgida11.
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En la Resolución Nº 598-2004-SUNARP-TR-L del 13.10.2004, se señala, citando a su vez la
Resolución Nº 136-2004-SUNARP-TR-T del 24.7.2004: "(...) las hipotecas que garantizan obligaciones futuras
no garantizan en estricto un crédito. Registralmente, constituyen sólo un vínculo jurídico aún ineficaz que sujeta
el predio al poder del acreedor, quien sólo puede ejercer sus facultades de persecución y preferencia de cobro,
pero no la venta judicial, puesto que para ello es presupuesto lógico y jurídico que nazca una obligación y sea
incumplida.
(...) Cuando el Registro no publicite el nacimiento de la obligación futura o eventual, y
consecuentemente se trate de una hipoteca "en fase potencial", se extinguirá a los 10 años desde la fecha de
inscripción del gravamen, pues en este caso se trata de un gravamen que registralmente no garantiza crédito
alguno, con prescindencia de si, extrarregistralmente, la obligación surgió y está vigente. Lo señalado resulta
comprensible si se tiene en cuenta que el contenido del asiento de inscripción de la hipoteca se presume exacto
por derivación del principio de legitimación regulado por el artículo 2013 del Código Civil, esto es, que el
derecho de garantía le pertenece al acreedor hipotecario en la forma que consta en el Registro, resultando de
ello que, para todo efecto, debe presumirse que la hipoteca en cuestión no garantiza un crédito mientras lo
contrario no surja de la partida registral del bien gravado. No esta demás recordar que lo inscrito tiene el
carácter de verdad oficial como consecuencia de los principios registrales de legalidad y exactitud, por lo cual
es el Estado quien proclama que las obligaciones coberturadas con la hipoteca aún no han surgido".
En concordancia con ese criterio, en el VIII Pleno del Tribunal Registral, desarrollado
los días 14 y 15 de agosto de 2004, y publicado en el diario oficial El Peruano el 1 de
octubre del mismo año, se aprobó el siguiente precedente de observancia
obligatoria:
"La hipoteca que garantiza una obligación futura o eventual, caduca a los 10 años
desde su inscripción, salvo que se haya hecho constar en la partida registral el
nacimiento de la obligación determinada o determinable antes del vencimiento de
dicho plazo, en cuyo caso caducará a los 10 años desde la fecha de vencimiento del
plazo del crédito garantizado".
Dicho precedente del Tribunal Registral sin embargo, fue dejado sin efecto por el
actual Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios, que en el segundo
párrafo de su artículo 87 señala que sólo caducaran estas hipotecas si se acredita el
nacimiento de la obligación futura o eventual y transcurrió el plazo de extinción de 10
años desde la fecha de vencimiento.
Discrepamos con esta posición del Reglamento de Inscripciones por los siguientes
motivos:
a) El hecho de exigir para cancelar por caducidad este tipo de hipotecas el que
se presente el título donde conste el nacimiento de la obligación futura o
eventual, desvirtúa el efecto de la publicidad registral, cual es el publicitar con
efecto erga omnes los actos y derechos inscritos, los que se presumen
válidos, salvo que sean rectificados o invalidados por el Poder Judicial (Art.
2013 del Código Civil).
Por tanto, creemos que al igual que las hipotecas constituidas contractualmente en
garantía de una obligación futura o eventual, las hipotecas constituidas
unilateralmente deben caducar una vez transcurrido el plazo de extinción
contemplado en el primer párrafo del artículo 3 de la Ley N° 26639, es decir, 10 años
desde la fecha de inscripción de la hipoteca, salvo que previamente se haya
registrado el nacimiento de la obligación garantizada.
Ahora bien, para que se extinga la hipoteca por extinción del acreedor hipotecario
debe darse dos requisitos: que el acreedor hipotecario sea una persona jurídica y
que no se haya transferido e inscrito dicha acreencia.
La exigencia que el acreedor hipotecario sea una persona jurídica está dada por el
hecho que en las personas jurídicas, a diferencia de las personas naturales, no
existe sucesión, por lo que al extinguirse, y por consiguiente dejar de ser sujetos de
derechos y obligaciones, se extinguen también las relaciones obligatorias en las que
fueron parte al no ser posible la sucesión universal de sus derechos y obligaciones
en favor de otra persona, natural o jurídica 14. Por ello es que, en forma previa a la
extinción de una persona jurídica, ésta se disuelve y liquida, con la finalidad que en
esta etapa, concluyan todas sus relaciones jurídicas.
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Si bien en el artículo 422 de la Ley General de Sociedades se señala que una vez extinguida la
sociedad, los acreedores que no hayan sido pagados por ésta pueden hacer vales sus acreencias frente a los
socios o liquidadores, según el caso, debe señalarse que se trata de un supuesto especial, que no implica que
exista sucesión universal de todos los derechos y obligaciones de la sociedad. En este caso, sólo se transmiten las
acreencias indicadas en las personas señaladas en dicho artículo.
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En la Resolución Nº 250-2004-SUNARP-TR se señaló lo siguiente: "La extinción de la persona
jurídica acreedora supone la extinción de la obligación garantizada con la hipoteca, situación que importa
asimismo la extinción de la hipoteca, siempre que no aparezca la cesión de sus derechos en la partida registral
del bien gravado o en la partida registral de la persona jurídica".
SUNARP-TR- del 26.6.2009 aprobando en el L Pleno el siguiente precedente de
observancia obligatoria:
Dicho criterio del Tribunal Registral no toma en cuenta el hecho que la empresa
acreedora haya pertenecido al sistema financiero, en razón a que el supuesto de
extinción no es el de caducidad, regulado en el artículo 3 de la Ley Nº 26639, sino el
de extinción de la hipoteca como consecuencia de la extinción de la obligación
garantizada (numeral 1 del Art. 1122 del Código Civil).
CONCLUSIONES.
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Artículo 92.- Garantías constituidas a favor de empresas del Sistema Financiero.
Lo dispuesto en el artículo 172 de la Ley N° 26702 no resulta aplicable a las empresas del sistema
financiero cuya personalidad jurídica se ha extinguido, en cuyo caso es de aplicación lo dispuesto en el artículo
87.
3. No procede la cancelación de la hipoteca cuando en la partida registral o en el
título presentado consta que se inició su ejecución antes del vencimiento del plazo
de extinción.