Está en la página 1de 4

Reporte de lectura 3: “La construcció n social de la realidad” (Peter L.

Berger, Thomas
Luckmann)
Ficha: Berger, Peter L.; Luckmann, Thomas (1998) La construcción social de la
realidad, Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Realizó : José David Tenorio Jiménez
Clase de Teoría Social I
Maestría en Gestió n Sustentable del Agua/COLSAN

“El hombre no es realidad sino posibilidad”


Martín Heidegger
“Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”
Jean Paul Sartre

El texto a segú n comentan los autores tiene la finalidad de volverse un tratado de


sociología del conocimiento y como su título lo indica, el objetivo de su discusió n es
explicar las bases de por qué la realidad es constructo de la sociedad. Para dicha faena
los autores dividirá n su argumentació n en dos capítulos centrales: “La sociedad como
realidad objetiva” y “La sociedad como realidad subjetiva”. Antes de abordar las dos
partes “medulares” los autores precisan algunas cuestiones y problemas que
consideran bá sicos plantear para su libro (y la sociología del conocimiento en
general).

El primer problema al que atienden los autores es definir lo que entenderá n


por realidad y conocimiento para posteriormente explicar los procesos por medio de
los cuales cualquier cuerpo de conocimiento llega a quedar establecido socialmente
como realidad. Para esta tarea hacen uso de reflexiones fenomenoló gicas no tan
profundas como las existencialistas y definirá n de la siguiente manera:

Realidad: cualidad propia de los fenó menos que reconocemos como


independientes de nuestra propia volició n. Conocimiento: como la certidumbre de que
los fenó menos son reales y de que poseen características específicas. (pp. 11)1.

Es necesario precisar que en esta postura no se detiene en verificar la validez


de los conocimientos como lo hacen algunas corrientes positivistas, sino en captar las
vías para la incorporació n al corpus de lo que socialmente se aceptará como real, esta
estrategia es multipropó sito ya que también busca evitar la encrucijada sin salida que
le representa el relativismo y concentrarse en profundizar en las cuestiones
ontoló gicas de la realidad que le interesa rescatar, para afrontar el reto los autores
acuerdan que:

1
Sobre la realidad y lo considerado conocimiento, los autores ahondarán más sobre este tema en el capítulo
titulado: “Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana” en el que hablarán de los distintos tipos
de procesos de la cotidianeidad en los que nos acercamos a la realidad en un tiempo y espacio pre-dados
por ejemplo las rutinas, la interacción social, el lenguaje y la tipificación. La observación de procesos que
pueden ser considerados “pequeña escala” le permite a los autores rescatar unidades de análisis que
parecieran particulares, pero que en realidad le permitirán terminar su análisis.
La sociología del conocimiento es el procedimiento mediante el cual ha de
estudiarse la selecció n histó rico-social2 de los contenidos ideacionales,
sobreentendiéndose que los contenidos mismos son independientes de la
causalidad histó rico-social y, por ende inaccesibles al aná lisis socioló gico.
(pp.20).

Esta forma de definir la sociología del conocimiento le ayudará a los autores como
punto de partida para desplegar sus ejercicios dialécticos y explicar el vaivén de lo
objetivo y lo subjetivo como características constitutivas, constituidas y
constituyentes. Para los autores es importante de lo “objetivo” y de la selecció n
histó rica-social reflexiones ontoló gicas de la realidad y evadir el monstruo del
relativismo tomando en cuenta que los caracteres “subjetivos” por sí solos no
representan materia con la que pueda trabajar la sociología hasta que se vuelvan
objetivos.

En este ejercicio dialéctico los autores reciclan dos posiciones de reconocidos


sociologos para lograr sus fines, la primera proveniente de Durkheim y la segunda de
Max Weber. La de Durkheim invocada de Las Reglas del método sociológico en la que
plantea como primera regla y fundamental: “Considerar los hechos sociales como
cosas” es decir ¿Có mo es posible que las significaciones subjetivas se vuelvan
facticidades objetivas? y a la vez siguiendo a Weber: ¿Có mo es posible que actividad
humana tenga la capacidad de producir un mundo de cosas o facticidades si ya estaba
situado en una realidad objetiva 3? La postura de cada uno de estos soció logos dará pie
para un capítulo cada uno.

En el capítulo inspirado en Durkheim y la sociedad como realidad objetiva los


autores comienzan a plantear los pará metros en los que se da la construcció n de una
realidad objetiva, los cuales tienen que ver segú n ellos con la necesidad bioló gica de
actividades habitualizadas y procesos operativos que generen confianza y alivio de
vivir en un espacio que supone un mar de incertidumbres y posteriormente esos datos
se sigan compartiendo de generació n en generació n. Bajo lo anterior es que se
defiende la importancia de la institucionalizació n en la construcció n de la realidad
objetiva, así como su respectivo conocimiento y las mú ltiples herramientas para la
conformació n de su legitimidad, como los universos simbó licos que sostengan la
importancia de un orden social y su corpus de significaciones normadas.
De tal manera que los autores nos plasmará n otro juego dialéctico: la sociedad
y su corpus es un producto humano en tanto que le genera certezas para la realidad,
por lo tanto sociedad es una realidad objetiva, resultando que el hombre es un
producto social4.

2
Algo parecido a lo que Heidegger considera el “Dasein” en su obra ser y tiempo (2009[1921]). Y en el
capítulo sobre los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana se menciona como “aquí” de mi
cuerpo y el “ahora” de mi presente (pp. 37).
3
Con objetiva me refiero al proceso de la institucionalización y la legitimación que se abordó en el segundo
capítulo.
4
Este juego dialéctico también trato de plasmarlo en las dos citas que he realizado al iniciar este reporte.
Para el segundo capítulo, los autores previenen una situació n que a algunos nos
llamó la atenció n mientras leíamos los caracteres má s objetivos de la realidad, esos
tienen que ver con la siguiente pregunta: ¿todos internalizamos la realidad de la
misma manera por el simple hecho de que ésta tenga algunas objetividades?
Recordemos el reto que ha significado para los autores eludir los pantanos del
relativismo, asumiendo que las características particulares de una subjetividad no son
propiamente materia con la que pueda trabajar la sociología, a sabiendas que la
internalizació n particular y subjetiva de la realidad es un proceso clave para la
pervivencia de la realidad objetiva. Para este proceso el autor habla de una serie de
etapas clave en el proceso de conformació n de la realidad.
La primera es titulada: La socializació n primaria es una etapa en la que un
individuo se convierte miembro de una sociedad, en ella se comienzan a establecer
lenguas y có digos francos, así como también normas sociales de gran consistencia,
como tabú s y otros aspectos que le son presentados a los neonatos como realidad
puramente objetiva5.
La socializació n secundaria es una etapa de traslació n y de adherencia a nuevos
sectores y por ende a nuevas realidades, en esta etapa la persona se trata de adherir a
nuevos sectores del mundo fuera de sus adherencias fundamentales como el nú cleo
parental, si seguimos al pie de la letra esta disertació n puede ser que en la
adolescencia lo que adolece es el quiebre de una realidad primaria con nuevas
realidades y sectores sociales.
Después de cada etapa de socializació n viene de nuevo un proceso de
internalizació n, sedimentació n y generació n de universos simbó licos para su nueva
legitimidad, inclusive de aquella en las que hacemos uso de la empatía para conocer
realidades ajenas a la nuestra y otra vez se repite el proceso de sedimentació n y por
ende de objetivació n de la realidad y su conocimiento respectivo.

Bajo esta ú ltima parte es que los autores por ú ltimo habla de la importancia de
la teorías de la identidad social en las que otra vez dicho aspecto característico es
resultado de un fenó meno que surge de un proceso dialéctico entre el individuo y la
sociedad o para términos de este libro: entre lo que se expone en el capítulo II y el
capítulo III.

Para terminar, considero que el trabajo es un esfuerzo intelectual sumamente


brillante, en especial la manera en que se reciclan autores de distintas etapas (tanto
histó ricas como de escuelas de pensamiento) para abonar en su discusió n. Para una
etapa posterior de estos ejercicios dialectos sería interesante debatir el papel de la
deconstrucción o como encajaría en el modelo que presentan los autores.

Bibliografía:
Berger, Peter L.; Luckmann, Thomas (1998) La construcción social de la
realidad, Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

5
Como ejemplo personal puedo recordar los reproches de mis padres al cuestionar un acto que consideraba
como criticable de la conducta “adulta” y ellos me decían “yo no digo cómo se hacen las cosas, así se hacen
y no hay discusión.
Heidegger, Martin (2008 [1921]) Ser y tiempo, México: Fondo de Cultura
Econó mica.

También podría gustarte