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Una aproximación al concepto de gestión del riesgo.

Riesgo, peligro y perfiles


Por Sergio Simón y Sergio Ruano. Risk Management Camp

Para la consideración de la gestión del riesgo Quizás una de las mejores aportaciones de su
desde un punto de vista puramente conceptual libro, que ha tenido una influencia más que
partiremos de la brillante exposición de este, relevante en la forma en la que entiendo la
que Dan Borge hace en su libro “El pequeño gestión del riesgo, es la siguiente:
gran libro del riesgo” (Dan Borge, 2001).
“El objetivo de la gestión de riesgos es mejorar
Dan Borge escribe este libro, sencillo y el futuro, no explicar el pasado”
divulgativo, con el subtítulo “Claves para
invertir en bolsa”, pero la forma que tiene de Esta aseveración tiene una importancia
acercar al lector en los primeros capítulos, al trascendental en cualquier campo en el que se
campo de estudio del riesgo y su gestión, trabaje la gestión del riesgo, pero se antoja
debería ser de obligada lectura para cualquiera imprescindible tenerla en consideración en el
que desee introducirse en este mundo. caso del riesgo ambiental.

Para Borge, el riesgo equivale a exponerse a un


resultado negativo, definición que está en
perfecta consonancia con las consideradas
anteriormente. En este sentido, apunta Borge:

“La gestión de riesgos equivale a tomar ciertas


medidas deliberadas de forma que las apuestas
no estén en su contra, a incrementar la
posibilidad de un buen resultado y a reducir la
posibilidad de uno malo.
En ocasiones, los analistas de riesgos se
El arte de la gestión de riesgos consiste en limitan a analizar series temporales para
adaptar y aplicar estas ideas a las situaciones vaticinar la ocurrencia de futuros
concretas con que usted se enfrenta en la vida acontecimientos, basándose en la linealidad de
real, tanto si se trata de su vida profesional estas series y en la existencia de ciclos. Este
como de su vida personal.” tipo de análisis podrá servir en determinadas
ocasiones, pero en otras no será así, pues si una
Según Borge, todos somos de algún modo cosa tiene el futuro es que, muchas veces, no
gestores de riesgos ya que tomamos decisiones podremos saber que ocurrirá. La vida es
continuamente para minimizar los resultados incierta por definición y el estudio del pasado
negativos o propiciar los positivos, así, no se está bien como soporte historiográfico para
trata tanto de convertirse en un gestor de imaginar el futuro, pero en ningún caso debe
riesgos, sino en ser un mejor gestor de riesgos. ser el único soporte de nuestro análisis de
perspectivas.

En definitiva, la gestión del riesgo debería ser


un ejercicio de imaginación realizado por
alguien con experiencia en el campo objeto de
análisis. Pero cuando se trata de imaginación,
cada cual responde de forma diferente. Dicho
de otra manera, digamos que cada uno tiene la
capacidad de dirigir la imaginación hacia sus
convicciones o perspectivas.

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Borge, define cuatro tipos de personas en No obstante, hay algo que los caracteriza y
función de cómo abordan el hecho de que la define en conjunto: la búsqueda paciente e
vida sea incierta. Los dos primeros grupos no imparcial de verdades verificables.
entienden ni quieren entender de riesgo,
Y llegamos finalmente al cuarto grupo, “el
y los segundos lo abordan desde perspectivas gestor de riesgos”. Como indica Borge, a
diferentes. diferencia de la pasividad del fatalista, la fe
ciega del fanático y el desapasionamiento del
En primer lugar, define a los “fatalistas”, que científico, el gestor de riesgos tiene una actitud
adoptan la actitud de “vendrá lo que vendrá” pragmática frente a la incertidumbre, es decir,
limitándose a actuar en consecuencia cuando la finalidad del gestor de riesgos es obtener
los acontecimientos ocurren. Digamos que son resultados útiles, no conseguir una
personas puramente reactivas y se sienten representación exacta de la realidad futura per
cómodas con ello. Por supuesto, el concepto de se.
riesgo y de gestión de este les importa bien
poco.

En segundo lugar, define a los “fanáticos”, que


rechazan la incertidumbre sea de la naturaleza
que sea, por pura convicción. Tienen una
actitud de positivismo exacerbado por la que
están seguros de saber lo que va a suceder y
actúan en consecuencia.

Dicho de forma más llana, los fatalistas


asumen la incertidumbre y no se molestan en
No obstante, ello no quiere decir que al gestor
intentar actuar para evitar hechos no deseados.
de riesgos no le interesen las verdades, al
Por el contrario, el fanático niega la
contrario, le interesan y mucho, pero a
incertidumbre, su fe ciega en lo que va a
diferencia del científico, al gestor de riesgos
ocurrir en el futuro le impide valorar las
sólo le interesan las verdades en tanto que le
diferentes posibilidades.
puedan ser útiles en forma y tiempo.
En el tercer grupo engloba a aquellas personas
Lo que sí comparte el gestor de riesgos con el
que creen firmemente en que la incertidumbre
científico es un mutuo sentimiento de
de la vida se debe a la falta de conocimiento, a
racionalidad que los separa tanto del fanático
la pura ignorancia. Define a este grupo como
como del pesimista, aunque este sentimiento
los “científicos”. Y aunque en este caso
los lleve a conclusiones distintas utilizando el
personalmente no generalizaría tanto, como
análisis de las mismas variables. Es decir,
calificativo, nos sirve.
siendo los dos racionales, sus objetivos son
diferentes: al científico le interesa la
La forma de actuar de los científicos viene
representación de la realidad de la forma más
condicionada por el afán de conseguir la
exacta posible, al gestor de riesgos sólo hasta
verdad. Luchan contra la ignorancia, como
el punto en que le resulte útil para tomar la
dice Borge.
decisión que le permita esperar los resultados
más favorables.
El concepto “objetividad” rige sus vidas y
llegan a obsesionarse con la necesidad de
Fijémonos en las ilustraciones de la página
reducir a la ausencia los perjuicios personales
siguiente.
a la hora de formular teorías y de interpretar
pruebas.
El fatalista, ni lo duda, está convencido de que,
si se puede caer, el peso caerá justo cuando él
Pero en realidad, no nos engañemos, los
pase por debajo, decidirá en clave de:
científicos tienden a dar más importancia a los
indicios que refuerzan sus teorías que a
“No puedo evitar que caiga cuando yo esté
aquellos que podrían refutarlas. Al fin y al
debajo, casi voy llamando a una ambulancia”.
cabo, son científicos, pero humanos.

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El optimista, tampoco lo duda, pero su Y finalmente tendremos al gestor de riesgos,
pensamiento es del tipo: “Es prácticamente que pensaría en clave de: “La probabilidad de
imposible que caiga, y en caso de caer, lo hará que caiga justo cuando paso por debajo,
en cualquier instante excepto en el que yo pase considerando el corto espacio de tiempo que
por debajo, así que paso sin pensármelo dos estaré justo debajo del potencial lugar de
veces”. impacto, es significativamente baja. No
obstante, teniendo en cuenta que, en caso de
caer, los daños que me ocasionaría podrían ser
relevantes, quizás la mejor decisión es
ponerme un casco y pasar con toda
tranquilidad. No puedo actuar sobre la
probabilidad de ocurrencia del evento (caída
de objeto sobre mi cabeza) pero puedo mitigar
las potenciales consecuencias”.

En resumen, cómo vemos o concebimos el


riesgo, determinará cómo vamos a gestionarlo.

El científico razonaría como sigue: “Antes de


decidir si pasar o no pasar sopesemos lo
Sergio Simón y Sergio Ruano
siguiente: Peso de la farola, ángulo de rotura, Risk Management Camp
tensión, resistencia del material, altura a la que
se encuentra el punto de rotura, superficie de
la base del peso que entraría en contacto con
mi cabeza, velocidad de impacto, resistencia
craneal de mi cabeza…”. Mientras tanto, el
científico se queda analizando las variables sin
pasar por debajo de la farola, pero sin tampoco
llegar a ningún sitio más allá.

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