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JURIDICO MARCO LEGAL

El Marco Legal se define como los decretos, normas y reglamentos que forman las
leyes que rigen a un estado y a sus habitantes usualmente dictadas por la
suprema legislación del país, en nuestro caso la Constitución Política de la
República de Guatemala. Las leyes, los códigos penales y las regulaciones son
legislados por un parlamento y su objetivo es constituir normas de conducta y ética
para el comportamiento de los miembros de la sociedad. El marco legal además
regula la elección por ciudadanos de los integrantes de los órganos
representativos del poder público.

Son el conjunto de disposiciones, leyes, reglamentos y acuerdos a los cuales las


entidades o dependencias deben de apegarse ejerciéndolas. Con esta definición
podemos decir que son normas o leyes que el Estado ha estipulado para el mejor
funcionamiento de nuestro país Guatemala y que son dictadas para que cada
habitante de este país las cumpla.

Su objetivo principal es realizar el bien común de todos los habitantes del país,
son teóricamente accesibles a toda Guatemala y fáciles de entender aunque
debido al índice de 30% de analfabetismo se tornan difíciles de entender para este
porcentaje de la sociedad quienes muchas veces cuentan con una limitada
educación y por ende con bajos o nulos ingresos económicos.

Aunque el marco legal está establecido por el Estado y es dictado por la


Constitución Política de la República de Guatemala para todos los habitantes del
país, existen “lagunas” que representan la insuficiencia jurídica dentro de las
normas y leyes que se establecen. Esto quiere decir que cada aspecto del
fundamento del marco legal no se cumple totalmente.

En nuestro país el marco legal es sumamente importante porque de éste depende


el nivel de solidez de la política del Estado. Es decir, incluye normas nacionales e
internacionales que legalizan las acciones de política junto con su contenido,
avances, limitaciones e identificación de las instituciones públicas que se vinculan
a la política.

Actualmente en Guatemala no se cuenta con una orden jurídica compuesta de


legislación constitucional esto quiere decir que no se cuenta con un buen análisis
de las leyes que rigen al Estado.

El jurídico marco legal se divide en dos los cuales son: Marco Jurídico Externo y
Marco Jurídico Interno.

El Marco Jurídico Externo está formado por las leyes, decretos y resoluciones de
orden público constitucional y de constituciones provinciales. En este marco se
incluyen las leyes y decretos nacionales y provinciales. Un ejemplo es La ley del
Impuesto de Solidaridad que se basa en el principio de solidaridad, promoviendo
la realización del bien común por medio de la orden hacia los guatemaltecos de
contribuir con los gastos públicos.

El Marco Jurídico Interno nace en el momento en el cual inicia la actividad de la


organización, contrato social o estatuto. Existen 3 tipos de Asambleas las cuales
son: Asamblea Constitutiva la cual tiene lugar una sola vez y da comienzo a la
sociedad. Asamblea ordinaria que trata temas como el balance general y es
planificada. Y por último la Asamblea extraordinaria que trata temas en forma
eventual y son importantes para la vida de la sociedad.

– Meta a corto plazo

Informar a la población infantil de Guatemala sobre los decretos establecidos en la


Constitución Política de la República de Guatemala.
Valor Vinculado: Participación: ¿Por qué ese valor? Porque como ciudadanos
guatemaltecos debemos impulsar la participación ciudadana por medio de la
enseñanza de los de derechos y las obligaciones que están establecidas en la
suprema legislación del país: La Constitución Política de la República de
Guatemala.
Estrategia: Visitar escuelas públicas e informar a los niños sobre los decretos de
Constitución Política de la República de Guatemala por medio de actividades y
charlas dinámicas.
– Meta a mediano plazo

Fomentar en los jóvenes la práctica de los derechos y obligaciones que poseen


como ciudadanos.
Valor vinculado: Responsabilidad: ¿Por qué ese valor? Porque es nuestra
responsabilidad como ciudadanos guatemaltecos compartir estos conocimientos
que permitirán que los jóvenes actúen según las leyes establecidas.

Estrategia: Proponer a las instituciones educativas de nivel medio la


implementación de un curso en el cuál los jóvenes puedan aprender y practicar
los derechos y obligaciones que están establecidos en la Constitución Política de
la República de Guatemala.

– Meta a largo plazo

Crear una organización que se encargue de la enseñanza y difusión de las leyes


que rigen el país dirigida a la población analfabeta.
Valor vinculado: Justicia ¿Por qué ese valor? Si se le presenta una situación
legal a una persona analfabeta que no conoce las leyes no podrá hacer valer sus
derechos. Cada ciudadano de nuestro país tiene el derecho y la obligación de
conocer cómo funcionan las leyes para ser tratado justamente.

Estrategia: Realizar convocatorias en colegios con los graduandos de diversificado


y en universidades, capacitándolos y llevándolos luego a los lugares con mayor
índice de analfabetismo para compartir sobre las leyes que rigen Guatemala.
El objeto de este ámbito temático es analizar —también desde una perspectiva
comparada— una serie de cuestiones específicas relacionadas con las
disposiciones jurídicas y administrativas que resultan fundamentales para toda
elección libre y justa.

Este recurso debe ayudar a entender qué es un marco jurídico electoral y qué
puede aspirar a ser. Para diseñar o rediseñar un marco jurídico que sustente unas
elecciones existen diversas alternativas. La labor puede facilitarse al brindar
información amplia y sistemática a los profesionales del ámbito electoral y a otras
personas implicadas en la celebración de elecciones, en función de las
circunstancias. Se analizan aquí las alternativas y los instrumentos jurídicos
fundamentales para la redacción de los reglamentos electorales, así como los
rasgos característicos de cada uno de ellos.

El ámbito temático correspondiente al marco jurídico consta de cuatro capítulos


principales:

un resumen preliminar de los principios y el contexto;


un análisis de los fundamentos estructurales;
un estudio de los elementos esenciales; y
una serie de estudios de casos.
El primer capítulo se divide a su vez en tres temas principales. El primero propone
una visión de conjunto del sistema electoral, en la que se incluye una definición de
“marco jurídico”, el contenido del tema y la metodología empleada en su
elaboración. El segundo, dedicado a los principios rectores, describe brevemente
los principios internacionales y regionales contenidos en los tratados y los pactos
que deben tenerse en cuenta al elaborar o reformar las leyes electorales. El tercer
tema plantea la importancia del contexto para determinar la idoneidad del marco
jurídico.
En el segundo capítulo se analizan los fundamentos estructurales que el marco
jurídico debe considerar —y en los que se sustenta—. Entre los temas que se
tratan cabe mencionar un estudio comparativo de las distintas tradiciones jurídicas
y un examen de los sistemas políticos y de gobierno, entre otros aspectos de las
maneras de organizar los poderes públicos desde una perspectiva territorial, así
como los estilos que puede adoptar un gobierno democrático en función de la
contienda electoral entre los partidos políticos. Esta categoría también describe las
democracias representativas e indirectas, los instrumentos jurídicos y regulatorios
que respaldan el marco jurídico y los procesos de creación y reforma conexos.

El tercer capítulo presenta los elementos básicos de los marcos jurídicos


electorales, muchos de los cuales se describen por separado en más detalle en
los ámbitos temáticos correspondientes de la Enciclopedia ACE. Se abordan los
siguientes temas: sistemas electorales, administración electoral, delimitación de
distritos, registro de votantes, candidatos y partidos políticos, logística electoral,
conteo de votos, observadores electorales nacionales e internacionales, educación
electoral y cívica, medios de comunicación y elecciones, elecciones y tecnología,
la campaña electoral, financiamiento político, integridad de las elecciones, y
resolución de controversias electorales.

Por último, en el cuarto capítulo se recogen estudios de casos que ilustran algunas
de las experiencias hasta la fecha.

El ámbito temático del marco jurídico pretende subrayar su importancia en materia


electoral, y mejorar el alcance y la profundidad de la información de referencia
disponible.

Los capítulos principales se presentan de manera general y asequible para entrar


en detalles posteriormente. Cada sección ayuda a comprender mejor los contextos
en que se fundamentan tanto los marcos jurídicos como las elecciones.
Resumen de los principios y contexto del marco jurídico
Las cuestiones más elementales que debemos plantearnos son por qué es
importante el marco jurídico para la celebración de elecciones democráticas y qué
significa exactamente el término “marco jurídico”. A la primera cuestión se
responde de manera convincente en una publicación del National Democratic
Institute for International Affairs (NDI) titulada Promoting Legal Frameworks for
Democratic Elections (Promoción de marcos jurídicos para las elecciones
democráticas):

Establecer las “reglas del juego” electoral debe ser una preocupación de vital
importancia para los partidos políticos, los candidatos y los ciudadanos. Las
elecciones democráticas sirven para establecer una competencia justa y pacífica
entre aquellos que aspiran a ejercer poderes públicos como representantes del
pueblo. Asimismo, constituyen un medio a través del que la ciudadanía manifiesta
libremente su voluntad y otorga autoridad y legitimidad a sus representantes para
tomar las riendas del gobierno. Así pues, tanto los candidatos electorales —los
partidos políticos y sus candidatos— como el conjunto de la población— los
ciudadanos y sus colectivos— tienen un interés directo e inmediato en que las
normas de la contienda electoral, así como su aplicación, garanticen una
verdadera elección democrática[i].

En el ámbito electoral, el término “marco jurídico” tiene un significado general y


otro de carácter técnico. En términos generales, puede considerarse que el marco
jurídico es un conjunto de normas constitucionales, leyes, reglamentos,
jurisprudencia y disposiciones administrativas que determinan el derecho de voto
de los ciudadanos para elegir a los cargos representativos. En un plano más
técnico, el marco jurídico es también un conjunto de técnicas procedimentales.
Desde ese punto de vista, el término comparte ambos significados; sin embargo,
es recomendable elaborar una definición de trabajo lo más amplia posible, a fin de
facilitar una comprensión más plena.

Existe la posibilidad de que el marco jurídico se amplíe a través de reglamentos


electorales que autoricen a los ciudadanos a ejercer los poderes públicos (al hacer
uso de los instrumentos jurídicos para alcanzar objetivos legislativos, definir las
políticas públicas o destituir a un cargo público). Las elecciones no son el único
camino para elegir a los titulares de los cargos públicos (se efectúan
nombramientos legales y aleatorios, y se celebran elecciones en órganos
colegiados, por ejemplo en los consejos de administración de las empresas, que
no se someten a ninguna clase de ley electoral) ni se celebran exclusivamente con
ese propósito. De hecho, permiten que los ciudadanos acepten o rechacen
proyectos de ley, decisiones gubernamentales o resoluciones de las autoridades
públicas (para lo que se recurre a referéndums, litigios colectivos y procedimientos
de destitución).

[i] Merloe, Patrick, Promoting Legal Frameworks for Democratic Elections: An NDI
Guide for Developing Election Laws and Law Commentaries [Promoción de
marcos jurídicos para las elecciones democráticas: Una guía del NDI para la
formulación del derecho electoral y comentarios a la legislación] (Washington D.
C.: National Democratic Institute for International Affairs [NDI], 2008), p. 1
Principios rectores (tratados, convenios y normas internacionales)
Todos los países son libres de elegir el sistema electoral más adecuado. Sin
embargo, esa libertad es limitada, y para que el sistema se considere democrático
ha de establecerse en consonancia con las normativas y principios
internacionales. Cada país tiene también una historia y un contexto propios. Por
ejemplo, en los países con un pasado colonial, la revisión de los marcos jurídicos
tiende a adoptar sistemas electorales coloniales. Por esa razón, la revisión del
marco jurídico debe llevarse a cabo con prudencia y teniendo en cuenta las
particularidades históricas, sociales y culturales del país. Esta cuestión se tratará
más ampliamente en la próxima sección.

Puede decirse, sin embargo, que el marco jurídico tiene que estructurarse de
modo que incluya los principios siguientes:

Ha de ser sencillo;
Ha de ser inteligible;
Ha de ser claro;
Tiene que incluir todos los elementos electorales necesarios para asegurar la
celebración de elecciones democráticas.
Asimismo, es necesario que el marco jurídico incluya mecanismos eficaces para
garantizar la plena aplicación de la ley y de los derechos civiles. Las
transgresiones a los mismos deben penalizarse.

Los marcos jurídicos deben respaldar el derecho de los votantes, los partidos
políticos y los candidatos a interponer un recurso de apelación ante las
autoridades o tribunales legítimos con miras a impugnar cualquier violación de los
derechos civiles. El marco jurídico debe obligar a las autoridades y tribunales
electorales a resolver las apelaciones relacionadas con la violación del derecho al
voto y ofrecer los medios para que se lleve a cabo con agilidad. Con el fin de
disponer de resoluciones firmes sobre las cuestiones electorales, el derecho
electoral ha de autorizar a las autoridades de jerarquía superior a revisar las
directrices y resoluciones de jerarquía inferior. Las resoluciones dictadas por las
autoridades y los tribunales de jerarquía superior tienen que aplicarse
inmediatamente .

Los marcos jurídicos también deben establecer los plazos razonables en que se
pueden interponer, analizar y resolver las apelaciones de carácter electoral. Las
resoluciones al respecto tienen que comunicarse a las partes litigantes
inmediatamente. Algunas apelaciones pueden resolverse sin demora, mientras
que otras pueden tardar días o incluso más tiempo. Así pues, la introducción de
unos plazos flexibles puede resultar útil en la medida en que se tengan en cuenta
el rango de la autoridad decisoria, la naturaleza del caso y la urgencia respecto a
las elecciones. Si los recursos se resuelven a tiempo pueden evitarse muchos
problemas. Sin embargo, algunas apelaciones solo pueden interponerse después
de que hayan concluido las elecciones.

Consideradas desde la perspectiva más elemental, “[l]as elecciones son un


ejemplo de derechos humanos en práctica”[i]. Como tales, las elecciones libres y
justas siempre deben cumplir los principios básicos dirigidos a asegurar el sufragio
universal, libre, igual, directo y secreto.

De hecho, tal vez la más fundamental de las normas internacionales relacionadas


con las elecciones sea que han de celebrarse elecciones. El artículo 21 3) de la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 (DUDH) declara: “La
voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se
expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse
periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad de voto”[ii]. Cabe señalar que,
de lo contrario, “el gobierno no basaría su autoridad en la voluntad del pueblo”[iii].
Pese a su carácter no vinculante, la DUDH fue un hito: estableció los derechos del
individuo en relación con el Estado —ampliamente aceptados—, [iv]y un gran
número de sus disposiciones tienen hoy en día el estatus de derecho internacional
consuetudinario.

A continuación se enumeran otros principios fundamentales establecidos y


promovidos por las normas internacionales:

El sufragio debe ser universal y ha de aplicar la máxima “una persona, un voto”.


Una vez instaurada esta regla general, el derecho internacional reconoce que
puede haber restricciones al derecho de voto, siempre que sean mínimas y
puedan justificarse de forma manifiesta.
El voto debe ser secreto. Esto no solo implica que el acto de votar debe ser
secreto, sino también que es imposible atribuir una papeleta a un votante
determinado. El objetivo es que “la papeleta de votación, al ser marcada e
introducida en la urna, debe ser completamente anónima en relación al votante
que la emitió”[v].
Las libertades y derechos democráticos, incluidas la libertad de expresión,
asociación y asamblea, deben ejercitarse libremente y en el marco de unas
elecciones “auténticas”.
El derecho a presentarse a unas elecciones debe tener carácter general, y las
limitaciones han de ser mínimas y poder justificarse de forma manifiesta.
Las elecciones deben celebrarse con regularidad. Aunque el derecho internacional
no fija un plazo específico, la opinión más extendida es que los mandatos deben
limitarse a un máximo de cinco o seis años[vi]. Las autoridades electorales han de
ser neutrales y “actuar en todas las esferas de forma profesional, eficiente e
imparcial”[vii]
Cada voto individual debe computarse de manera adecuada y transparente y “[s]i
la intención del votante resulta clara, la papeleta se considerará válida” [viii].
Base de datos de las obligaciones internacionales
El Centro Carter mantiene una base de datos en línea para la celebración de
elecciones democráticas basadas en el derecho internacional público:
http://cartercenter.org/des-search/des/
Para garantizar la integridad de las elecciones, hay que establecer un sistema
independiente de control que incluya también el derecho al recurso legal. Cabe
señalar que, si bien la exigencia de unas elecciones auténticas está claramente
establecida en el derecho internacional, no se ha adoptado una definición
específica del término. Sin embargo, “con el tiempo, el término ‘elecciones
auténticas’ ha llegado a adquirir el significado de elecciones competitivas que
ofrecen a los electores una opción real, que cumplen otros derechos
fundamentales esenciales, que permiten que los votantes expresen libremente su
voluntad, y en las que los votos se cuentan con honradez y precisión”[ix]. La
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) facilita un
resumen muy breve de los principios clave de las elecciones en su Election
Observation Handbook (2010) [Manual de observación electoral (2010)], en el que
se afirma que “se pueden resumir en siete palabras: universales, igualitarias,
justas, secretas, libres, transparentes y responsables”[x].

Por lo general, los tratados y convenios internacionales incluyen dichos principios.


Sin embargo, es interesante observar que mientras que el derecho internacional
establece las normas mínimas fundamentales relativas a la gobernabilidad
democrática, “no establece el ‘derecho a la democracia’ per se y de manera
independiente. Esto se debe, en gran parte, a que el término ‘democracia’ y el
concepto de democracia son demasiado amplios e imprecisos para ser regulados
por una norma jurídica única”[xi].

Sin embargo, el derecho y las normas internacionales sí establecen derechos


fundamentales, por ejemplo el derecho a elecciones auténticas tal como se
menciona anteriormente en el artículo 21 3) de la DUDH y según se establece en
el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966
(PIDCP). Junto con la DUDH, el PIDCP es una de las fuentes principales de
normas internacionales. De hecho, su artículo 25 ha sido denominado “la piedra
angular de la gobernabilidad democrática y las elecciones auténticas en el
derecho internacional”[xii]. Conviene destacar que más de 160 Estados han
firmado y ratificado el PIDCP, lo cual lo convierte en jurídicamente vinculante en
esos casos.

Otros tratados y documentos tanto de las Naciones Unidas como regionales


también incluyen normas internacionales. Entre los más importantes se cuentan
los siguientes:

Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1952)


Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (1979)
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial (1966)
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006)
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales (1950)
Carta de París para una Nueva Europa. Cumbre de la Conferencia sobre la
Seguridad y la Cooperación en Europa (1980)
Documento de la Reunión de Copenhague de la Conferencia sobre la Dimensión
Humana de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE
1990)
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1984)
Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969)
La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (1981)
La adhesión a los principios citados de un país en particular depende de la
inclusión de dicho país como signatario del documento internacional. Sin embargo,
se espera que la orientación normativa proporcionada por las normas
internacionales fomente en mayor medida la promoción y el apoyo de esas
disposiciones y de los principios rectores más allá de los países signatarios. El
European Union Compendium of International Standards for Elections [Compendio
de Normas Internacionales para las Elecciones] de la Unión Europea concluye
que, además de su valor jurídico, “estos instrumentos tienen un gran peso político
y moral”[xiii]. Durante la elaboración o el proceso de revisión del marco jurídico de
una nación, esta se encuentra obligada por los tratados internacionales que haya
suscrito. Por tanto, las reglas electorales derivadas de los tratados internacionales
deben respetarse e incluso han de tener rango constitucional o legal. Los
documentos de las Naciones Unidas que no hayan sido firmados por un país
pueden, sin embargo, incorporar al régimen electoral de ese país estándares
electorales que tengan un efecto persuasivo.

Además de los tratados internacionales y regionales, de los pactos y los


convenios, el examen y la revisión de los marcos jurídicos pueden también tener
en cuenta referencias adicionales como las siguientes:

Compromisos políticos, como los de la Liga de los Estados Árabes (LEA), la


Organización de la Conferencia Islámica (OCI), la Commonwealth, la OSCE y la
Unión Europea (UE), entre otras iniciativas[xiv].
Informes finales de las diferentes misiones de observación electoral (tanto
nacionales como internacionales), siempre que se disponga de los mismos.
Requisitos establecidos por cualquier otro acuerdo internacional firmado por el
país que puedan influir en las leyes electorales.
Códigos de conducta relacionados con cuestiones electorales y elaborados por
organizaciones internacionales gubernamentales o no gubernamentales. (Los
códigos de conducta se examinan en detalle en la sección que se ocupa de los
instrumentos jurídicos).

En el presente apartado se pondrá de manifiesto los principales cuerpos


normativos con los que se cuentan, tanto en el plano internacional, como dentro
del plano nacional, en materia de la juventud. Cabe recalcar que es precisamente
por medio de estos instrumentos normativos, con los cuales el Estado ha de
encontrar un asidero para formular, encausar y orientar la políticas
eminentemente públicas dirigidas al grupo etario que interesa en desarrollo del
presente trabajo de tesis, es decir a la juventud.
2.1. Marco jurídico sobre la juventud vigente en Guatemala.
2.1.1. Instrumentos internacionales ratificados por el Estado de Guatemala:
Para abordar el tema del nacimiento y desarrollo de la legislación en materia de la
juventud, debe remitirse a la génesis del reconocimiento de los derechos de las
personas dentro del contexto de los estados modernos de derecho.
En este sentido, el arduo trabajo de las Naciones Unidas, cuyo propósito
fundamental es lograr la armónica y pacífica convivencia entre las naciones,
creando en su seno los instrumentos normativos que de forma directa o indirecta,
han incidido en la mayoría de los Estados para impulsar y fomentar la plena
vigencia y promoción de los Derechos Humanos de las Personas.
El jurista guatemalteco Luis Ernesto Cáceres Rodríguezha definido a los derechos
humanos como los derechos inherentes al ser humano, en virtud de su condición
intrínseca de ser persona humana, que han venido reconociéndose a través del
desarrollo dialectico y contradictorio del devenir histórico social, los cuales han
sido consagrados en textos legales de carácter nacional e internacional, para la
eficacia de su plenitud y respeto, y que en virtud de la necesidad de protección de
ciertos grupos sociales o situaciones de orden general, han venido
especificándose.
La Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
definen a los derechos humanos de la siguiente manera: “Los derechos humanos
son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de
nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión,
lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles”.
La sustentante afirma que los derechos humanos universales están a menudo
contemplados en la ley y garantizados por ella, a través de los tratados, el
derecho internacional consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del
derecho internacional. El derecho internacional de los derechos humanos
establece las obligaciones que tienen los gobiernos de tomar medidas en
determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada forma en
otras, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades
fundamentales de los individuos o grupos.
La anterior definición de derechos humanos desarrollada por la Organización de
las Naciones Unidas, también aporta los caracteres de los derechos humanos,
siendo éstos: universales, interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Esta noción de los derechos humanos presenta una clasificación de carácter
histórico basada en la aparición o reconocimiento cronológico de los mismos, por
parte del orden jurídico normativo internacional, y distingue entre:
1) Derechos de Primera Generación o Derechos Civiles y Políticos, que se
refieren a los primeros derechos civiles y políticos que fueron consagrados en los
ordenamientos jurídicos internos e internacionales. Son derechos que tienden a
tutelar primordialmente la vida, la libertad y la propiedad de las personas
2) Derechos de Segunda Generación o Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que tienen como objetivo fundamental garantizar el bienestar
económico, el acceso al trabajo, la educación y a la cultura, la salud y el bienestar,
de tal forma que asegure el desarrollo integral de los seres humanos y de los
pueblos, y
3) Derechos de Tercera generación o Derechos de los Pueblos, que
contemplan cuestiones de carácter supranacional como el derecho a la paz social
y el derecho a vivir en un medio ambiente sano.
La sustentante tiene el criterio que, de conformidad con la anterior clasificación,
los derechos humanos de los y las jóvenes del mundo, los podemos encuadrar
dentro de la segunda generación de derechos humanos, esto debido a que se
trata de reivindicar a un determinado grupo etario de la sociedad,
independientemente de su etnia, religión, o sexo; velando porque los y las jóvenes
del mundo sin discriminación tengan acceso a la salud, educación, cultura, a un
empleo digno, a la realización de actividades lúdicas, recreativas y deportivas; con
lo cual se busca su desarrollo integral y el forjamiento de su personalidad y de su
propia independencia. Con el transcurso del tiempo los derechos humanos van
especificándose, es decir, que cada vez son más concretos y específicos,
abarcando de esa cuenta a más personas, aspectos y situaciones que se precisan
reconocer, tutelar y proteger.
Resulta imprescindible en el tema de esta Tesis considerar los principales
instrumentos normativos de Derechos Humanos y su conexión con el tema de la
juventud, los cuales se presentan a continuación:

Declaración Universal de Derechos Humanos: Es un documento


declarativo, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
Resolución número 217, con fecha de 10 de diciembre de 1948, en París, Francia.
En ésta se recogen en sus 30 artículos los derechos humanos considerados
básicos, a partir de la Carta de San Francisco de 1945.La importancia de esta
Declaración Universal estriba en el hecho que sirvió como base para la creación
de las dos convenciones internacionales de la Organización de las Naciones
Unidas, a saber: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En el articulado de
esta Declaración Universal, se pueden recoger derechos alusivos a: derechos de
carácter personal, derechos del individuo en relación con la comunidad, derechos
de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades políticas, y derechos
económicos, sociales y culturales.
a) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: Es un tratado
multilateral general que reconoce los derechos civiles y políticos y establece los
mecanismos para su protección y garantía. Fue adoptado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución número 2200A (XXI),
con fecha 16 de diciembre de 1966 y entró en vigor el día 25 de marzo de 1976.
En su articulado se recogen derechos referentes a: Derecho a la libre
determinación de los pueblos, Derechos que confieren protección por motivos de
sexo, religiosas, raciales u otras formas de discriminación, Derecho a la libertad
individual de creencia, expresión, asociación, libertad de prensa, y el derecho a
celebrar asamblea.
b) Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales: Es
un tratado multilateral que reconoce Derechos económicos, sociales y culturales y
establece mecanismos para su protección y garantía. Fue adoptado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución 2200A (XXI),
con fecha de 16 de diciembre de 1966 y entró en vigor el 3 de enero de 1976. Por
medio de este Tratado, los Estados Partes se comprometen a trabajar para la
concesión de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas,
incluidos los derechos laborales y los derechos a la salud, la educación y un nivel
de vida adecuado. Dentro de su articulado contempla todo lo referente a: Derecho
a trabajo digno bajo condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, con el
derecho a fundar y afiliarse a los sindicatos, Derecho a la Seguridad Social,
Derecho a la vida familiar, incluida la licencia parental remunerada y la protección
de los niños, Derecho a un nivel de vida adecuado, incluso la alimentación,
vestido y vivienda, Derecho a la Salud, especialmente el más alto nivel posible de
salud física y mental, Derecho a la Educación, incluida la enseñanza primaria
universal y gratuita, disponible en general, la enseñanza secundaria, e igualmente
accesible la educación superior, y el Derecho a la participación en la vida cultural
de unaís.
c) Convención Internacional sobre los Derechos del Niño: Está
compuesta por un conjunto de normas jurídicas para la protección de la infancia y
los derechos del niño, aprobada por la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas. Los Estados partes se comprometen estrictamente a
cumplirla, adecuar su marco normativo a los principios propios y rectores de la
Convención y a destinar todos los esfuerzos que sean necesarios para lograr que
cada niño y niña goce plena y efectivamente de los respectivos derechos que
como tal le asisten. Se encuentra compuesta por 54 artículos. El preámbulo de la
Convención enfatiza que los niños y niñas sin discriminación alguna, tienen los
mismos derechos fundamentales que los adultos, y se subrayan aquellos
derechos que se desprenden de su especial condición de seres humanos que, por
no haber alcanzado el pleno desarrollo físico y mental, requieren de protección
especial y preferente. Los derechos deben aplicarse en el interés superior de los
niños, derecho a la protección contra el trabajo infantil.
La sustentante afirma que esta Convención es el primer tratado vinculante a nivel
internacional que reúne en un único texto los derechos civiles, políticos, sociales,
económicos y culturales de los menores de edad. Se considera muy importante el
hecho de que se trate de una convención, en lugar de una declaración, pues esto
implica que los Estados participantes adquieren la obligación jurídica de garantizar
su cumplimiento. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño es
plenamente vinculante por su naturaleza de norma jurídica y no una declaración
de principios.
El Estado de Guatemala ha firmado y ratificado los tratados internacionales
anteriormente descritos y, en consecuencia, se ha obligado internacional y
localmente al estricto cumplimiento y observación fiel de los derechos humanos
que tales tratados contemplan, debiendo dirigir todas sus actividades y esfuerzos
a través de políticas públicas para la eficaz consecución y realización plena de los
mismos.
El Estado Guatemala ha ratificado la serie de convenios internacionales en
materia de derechos humanos, indicados anteriormente, que deben sustentar el
contenido de su política pública en materia de la juventud y que complementan su
legislación ordinaria que rige en tal tema. Se puede afirmar que la normativa
vigente para Guatemala en materia de la juventud nació de una pluralidad de
cuerpos normativos internacionales, siendo los principales: la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, la Convención de los derechos del niño, el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Sin embargo, hay otros
instrumentos internacionales de importancia en el tema, tales como: Convención
americana de derechos humanos, Convención sobre la eliminación de todo tipo
de discriminación contra la mujer, los Convenios 138, 169 y 182 de la
Organización Internacional del Trabajo, Convención internacional sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación racial y la Convención sobre los
derechos de las personas con discapacidad. Así que el marco internacional es
muy amplio y por virtud de los artículos 44 y 46 son de aplicación superior a las
normas ordinarias nacionales, así que subsanan cualquier deficiencia o vacío
normativo ordinario.
2.1.2 Normativa interna en materia de juventud: En el presente apartado, se
procede a establecer las principales leyes internas con las que cuenta el Estado
de Guatemala a efecto de delimitar los respectivos derechos y obligaciones
garantizados a las y los jóvenes guatemaltecos. Cabe reiterar que es a partir de
estos instrumentos legales y en armonía con los tratados internacionales suscritos
por el Estado, por medio de los cuales éste debe formular e implementar políticas
públicas dirigidas a la juventud guatemalteca.
Es preciso hacer la observación que debido a la falta de voluntad política, hoy en
día no hay una Ley de Juventud, como pieza legislativa que aglutine todas las
normas, pues únicamente ostenta la calidad de ser una iniciativa y se encuentra
en espera de su tercera lectura en el Congreso de la República para su eventual
aprobación final.
a. Constitución Política de la República de Guatemala: Cualquier legislación y
política en materia de juventud en Guatemala deberá de estar enmarcada y
adecuada a la Constitución Política de la República, como ley suprema del Estado
y de cuya conformidad depende la validez de las normas inferiores.
En este sentido, el artículo 4° de la Constitución Política de la República de
Guatemala regula que el Estado de Guatemala reconoce que todos los seres
humanos son libres e iguales en dignidad y derechos. En consecuencia, las y los
guatemaltecos deben tener iguales oportunidades y responsabilidades, pues el
Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia,
garantizando a los habitantes la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz, y
el desarrollo integral de la persona humana, conforme sus artículos 1° y 2°. El
único artículo que de forma expresa señala la protección y tutela de los y las
jóvenes de Guatemala es el artículo 51 regula: “El Estado protegerá la salud
física, mental y moral de los menores de edad y de los ancianos. Les garantizará
su derecho a alimentación, salud, educación, seguridad y previsión social”.
Ese último artículo constitucional citado es alusivo a la etapa de la niñez y la
adolescencia, pero transcurrida esa edad, pero al tenor de la Convención
Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes, también está la etapa de la
juventud, la que se extiende hasta los 24 años de edad, que la Constitución
Política de la República solamente la regula por medio de los derechos y
obligaciones de los mayores de edad; pero ya no con una regulación específica
como grupo etario o social especial.
b. Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia: Esta ley fue
aprobada por medio del Decreto número 27-2003 del Congreso de la República
de Guatemala. En su parte considerativa, establece que es deber del Estado
garantizar y mantener a los habitantes de la Nación en el pleno goce de sus
derechos y de sus libertades, siendo su obligación proteger la salud física, mental
y moral de la niñez y la adolescencia, así como regular la conducta de
adolescentes que violan la ley penal. La Ley, en su artículo 1, indica que es un
instrumento jurídico de integración familiar y promoción social, que persigue lograr
el desarrollo integral y sostenible de la niñez y adolescencia guatemalteca, dentro
de un marco democrático e irrestricto respeto a los derechos humanos.
Esta ley regula que se considera niño o niña a toda persona desde su concepción
hasta que cumple trece años de edad, y adolescente a toda aquella desde los
trece hasta que cumple dieciocho años de edad. Esta ley se funda en los
principios del interés superior de la niñez y la familia y de tutelaridad de la niñez y
la adolescencia; estableciendo un cúmulo de derechos individuales y sociales que
asisten a este grupo poblacional del país.
Dentro de los derechos individuales que asigna se pueden citar: derecho a la vida,
derecho a la igualdad, derecho a la integridad personal, derecho a la libertad,
identidad, respeto, dignidad y petición, y derecho a la familia y a la adopción.
En el rubro de los derechos sociales se puede ubicar: derecho a un nivel de vida
adecuado y a la salud, derecho a la educación, cultura, deporte y recreación,
derecho a la protección de la niñez y adolescencia con discapacidad, derecho a la
protección contra el tráfico ilegal, sustracción, secuestro, venta y trata de niños,
niñas y adolescentes, derecho en contra de la explotación económica, derecho a
la protección por el maltrato, derecho en contra de la explotación y abusos
sexuales, derecho a la protección por conflicto armado y derecho a contratar su
propia fuerza de trabajo compatible con sus aptitudes físicas e intelectuales.
La Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, establece organismos
de protección integral a la niñez y a la adolescencia, en este sentido, es preciso
reiterar que la protección de este grupo poblacional se realiza abarcando tres
planos: el social, el económico y el jurídico. Los organismos que se instituyen en
dicho cuerpo legal son: la Comisión Nacional de la Niñez y de la Adolescencia, la
cual será el órgano administrativo responsable de la formulación de las políticas
de protección integral de la niñez y la adolescencia, así como trasladarlas a los
respectivos sistemas de consejos de desarrollo urbano y rural y a los ministerios y
dependencias del Estado para su incorporación a las políticas estatales de
desarrollo.
El Artículo 82 de dicha indica que las políticas que formula la Comisión Nacional
de la Niñez y de la Adolescencia podrán ser de cuatro tipos siendo:
1) Políticas Sociales Básicas: Comprenden el conjunto de acciones
formuladas por el Estado y la sociedad para garantizar a todos los niños, niñas y
adolescentes, el pleno goce de sus derechos;
2) Políticas de Asistencia Social: Comprenden el conjunto de acciones
formuladas por el Estado y la Sociedad, para garantizar a los niños, niñas, y
adolescentes en situaciones extremas de pobreza o en estado de emergencia, el
derecho a un nivel de vida adecuado, a través de programas de apoyo y
asistencia a la familia;
3) Políticas de Protección Especial: Comprenden el conjunto de acciones
formuladas por el Estado y la Sociedad, para garantizar a los niños, niñas y
adolescentes amenazados o violados en sus derechos su recuperación física,
psicológica y moral; y
4) Políticas de Garantía: Formuladas para garantizar a los niños, niñas, y
adolescentes todas las garantías procesales mínimas, sea en procedimientos
judiciales y/o administrativos.
De ese cuerpo legal, la sustentante interpreta que el Estado deberá respetar los
derechos y deberes de los padres o, en su caso, de las personas encargadas del
niño, niña o adolescente, de impartir en consonancia con la evolución de sus
facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño, niña y adolescente
ejerza los derechos reconocidos en la Constitución Política de la República, en la
ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, y demás leyes internas, los
tratados, convenios, pactos y demás instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos aceptados y ratificados por Guatemala. Asimismo, se estima
que la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia se constituye
como el pilar fundamental que ampara y tutela a un determinado grupo etario de
la sociedad guatemalteca, pues reconoce los derechos y deberes de niños, niñas
y adolescentes. Esta ley tiene por objeto lograr el desarrollo integral y sostenible
de la niñez y adolescencia guatemalteca, dentro de un contexto plenamente
democrático, y de plena vigencia y validez de los Derechos Humanos.
Se considera que la presente ley constituye un pilar normativo modelo para la
protección integral de la juventud guatemalteca, que al tenor de la iniciativa de ley
número 3896, denominada Ley Nacional de la Juventud, se encuentra
comprendida entre los trece y los veintinueve años de edad; de tal forma que de
aprobarse esta iniciativa de ley por el honorable Congreso de la República de
Guatemala, se crearía más especificidad normativa para cada grupo etario del
país, lo cual resulta positivo, pues la ley de la Protección Integral de la Niñez y la
Adolescencia se complementaría con la Ley Nacional de la Juventud, y la ley
Nacional de la Juventud abarcaría un rango de edad más allá de la mayoría de
edad, en este caso hasta los 29 años.
Lo anterior es considerado por la autora como plenamente positivo, pues
legalmente a los dieciocho años de edad, se encuentra la persona apta para
valerse por sí misma, sin embargo esa aptitud de ser sujeto de derechos y
obligaciones, no será una realidad plenamente viabilizada ni desarrollada si el
Estado de Guatemala no se compromete desde ya a crear las condiciones y
oportunidades para el desarrollo integral que todo ser humano merece desde su
concepción hasta los veintinueve años de edad. En este sentido, se reafirma y
hace hincapié que ésta legislación es vital para la formación y sustento de los
futuros líderes del país, quienes contribuirán con las futuras generaciones de la
misma manera, lo cual repercute positivamente en el índice de desarrollo humano
del país.
c. Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural: Esta ley, contenida en el
Decreto número 11-2002 del Congreso de la República de Guatemala,fundamenta
su creación en la Constitución Política de la República, en sus artículos 119 literal
b) y 224, que se refieren a la necesidad imperativa de promover sistemáticamente
la descentralización económico-administrativa como medio para promover el
desarrollo integral del país, para lo cual es urgente propiciar una amplia
participación de todos los pueblos y sectores de la población guatemalteca en la
determinación y priorización de sus necesidades y las soluciones
correspondientes. El preámbulo de dicha ley indica que el Sistema de Consejos
de Desarrollo será el medio principal de participación de la población maya, xinca,
garífuna y la no indígena, en la gestión pública para llevar a cabo el proceso de
planificación democrática del desarrollo, tomando en cuenta principios de unidad
nacional, multiétnica, pluricultural y multilingüe de la nación guatemalteca.
La Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural regula que su objetivo es
organizar y coordinar la administración pública mediante la formulación de
políticas de desarrollo, planes y programas presupuestarios y el impulso de la
coordinación interinstitucional, pública y privada. Esta ley reconoce que los
Consejos de Desarrollo pueden integrarse por varios niveles, siendo estos:
Nacional, Regionales, Departamentales, Municipales y Comunitarios. En los
artículos 12 y 14, en ambos casos en su inciso d), de dicha ley se indica que entre
las funciones de los Consejos Municipales de Desarrollo está la de promover
políticas, programas y proyectos de protección y promoción integral para la niñez,
la adolescencia, la juventud y la mujer.
Derivado de un análisis practicado por la sustentante a la Ley de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural, se establece que esta norma constituye el instrumento
jurídico idóneo que crea un mecanismo multisectorial y un canal de participación
activa de la población civil, indistintamente de la etnia, en la gestión pública de sus
respectivas necesidades comunitarias y regionales y sus intereses directos para
llevar a cabo el proceso de planificacióndemocrática y ejecución focalizada de
obras de desarrollo, tomando en cuenta los principios rectores ya antedichos. En
el caso de la juventud, el sistema promueve su desarrollo desde la base
comunitaria y municipal, que son ámbitos donde se conocen las necesidades
específicas de la juventud local.
Sin embargo, la representación de la juventud en los consejos nacional,
regionales y departamentales no existe, pues lo más cercano a ello es verse
representado por medio de las universidades u organizaciones no
gubernamentales, si trabajan el tema de juventud. De igual forma, en el artículo
11, literal e), de dicha ley se señala que a nivel municipal el Consejo se integra
por los representantes de entidades civiles locales que sean convocados, así que
esto deja abierta la participación y representación de los jóvenes, siempre que
estén organizados y se les quiera tomar en cuenta, pero nada de carácter
vinculante o definitivo.
d. Acuerdo Gubernativo 405-96: Este Acuerdo Gubernativo establece el
Consejo Nacional de la Juventud (CONJUVE), que es la primera instancia de su
clase en Guatemala con un campo de acción intersectorial, pues el antecedente
del Instituto Nacional de la Juventud (INAJU) se enfocaba en educación y deporte.
El CONJUVE es una dependencia de la Presidencia de la República, a cargo de
un Director General, a cargo de formular planes y programas de la juventud y de
las normativas y presupuestos institucionales, un Director Ejecutivo, a cargo de la
administración de los bienes y recursos financieros, Subdirectores, personal
administrativo y asesores. Las funciones del Consejo son: Planificar las políticas
nacionales de la juventud y coordinar la actividad interinstitucional, promover la
cooperación internacional en la materia, formular planes, proyectos, programas y
actividades a favor de la juventud, representar al país en actividades
internacionales sobre la materia, realizar capacitaciones e investigaciones sobre
la juventud y propiciar la participación activa de ésta en la vida cívica, social y
cultural del país, fomentando su participación en la formulación de políticas de su
incumbencia.
e. Acuerdo Gubernativo 163-2012: Este Acuerdo Gubernativo establece la
creación del Gabinete Especifico de la Juventud, el cual tiene por finalidad
propiciar la articulación, coordinación e impulso de acciones para la
implementación de planes, políticas públicas, programas y proyectos
especialmente los de inversión social, enfocados al desarrollo integral de la
juventud en el corto, mediano y largo plazo. Es menester indicar que el Gabinete
Especifico de la Juventud tendría un periodo de vida de 4 años y trabaja de forma
articulada con el Consejo Nacional de la Juventud, siendo este último el ente
rector en materia de juventud. El Gabinete está integrado por la Presidencia de la
República, la Vicepresidencia de la República, los Ministerios de Gobernación, de
Desarrollo Social, de Economía, de Salud y Asistencia Social, de Ambiente y
Recursos Renovables, de Trabajo y Previsión Social, de Finanzas Publicas, de
Educación, de Cultura y Deportes, de la Defensa Nacional, de Comunicaciones,
Infraestructura y Vivienda, las Secretarías de Coordinación Ejecutiva de la
Presidencia, de Planificación y Programación de la Presidencia de la República y
de Bienestar Social de la Presidencia y el Consejo Nacional de la Juventud, que
fungirá como Secretaría Técnica del Gabinete Especifico de la Juventud.
La sustentante considera que la entrada en vigencia del Acuerdo Gubernativo
163- 2012complementó de una forma eficaz a la Ley de Consejos de Desarrollo
Urbano y Rural, puesto que establece la creación de un Gabinete Especifico de la
Juventud, en el que interactúan distintas instancias del Organismo Ejecutivo.
Dada la situación actual en que se encuentra la juventud guatemalteca; todos los
órganos administrativos que conforman el Gabinete Especifico de la Juventud,
juegan un rol fundamental para la propuesta y formulación de las políticas
respectivas, pero primordialmente el Ministerio de Educación, el Ministerio de
Trabajo y Previsión Social, el Ministerio de Cultura y Deportes, el Ministerio de
Salud y Asistencia Social, y el Ministerio de Desarrollo Social. En este sentido,
cada órgano administrativo que lo conforma tiene la obligación de establecer
comisiones específicas de juventud en sus distintas carteras administrativas, a
efecto de proponer, y formular las distintas políticas públicas en materia de la
juventud. Dichas políticas deberán ser trasladadas al Consejo Nacional de la
Juventud, quien se encargará correspondientemente de cabildear y ejecutar las
políticas propuestas.
El Gabinete de la Juventud para el período 2016-2020 fue instalado en febrero de
2016 y, en su primera reunión, se analizaron las propuestas del Gobierno
encaminadas a promover el desarrollo integral de los jóvenes del país y la agenda
de trabajo del año. Edgar Chin, Director Ejecutivo del Consejo Nacional de la
Juventud hizo referencia al apoyo y trabajo conjunto que emprenderán la
comunidad internacional y organismos regionales para promover el desarrollo de
este sector en el país.
El Acuerdo Gubernativo 163-2012 tenía una vigencia de cuatro años, lo que
significaba que el gran paso dado el Gobierno pasado por articular de mejor forma
la institucionalidad a favor de la juventud por medio de un Gabinete Específico se
podía quedar sin respaldo jurídico, salvo el Consejo Nacional de la Juventud que
mantiene su estructura y función según el Acuerdo Gubernativo que lo creó.
Actualmente, el Gobierno ya ha reactivado el Gabinete Específico de la Juventud,
aunque llama mucho la atención el hecho que la prórroga de funciones del
Gabinete tendrá un plazo de duración de cuatro años nuevamente, con lo cual la
gestión de un Gobierno no se transmite a su sucesor, lo cual es negativo
totalmente para la juventud nacional, pues la interinstitucionalidad en su favor de
no se está abordando a largo plazo sino por cuatrienios.
f. Acuerdo Gubernativo 173-2012: Este Acuerdo Gubernativo aprueba la
Política Pública Nacional de la Juventud 2012-2020, formulada por el Consejo
Nacional de la Juventud, conjuntamente con la Secretaría de Planificación y
Programación de la Presidencia, a través del Ministerio de Desarrollo Social. Se
establece en este Acuerdo Gubernativo que al Consejo Nacional de la Juventud le
corresponderá con exclusividad y responsabilidad coordinar la eficaz y eficiente
implementación de la citada Política Pública.
Como se ha expuesto, la política nacional y sus planes estarán sujetos a ciertos
cambios, a propuesta del actual Gobierno y ciertas áreas y ejes se van a priorizar,
sin menoscabo del resto de planes y acciones de la política. El otro elemento a
resaltar es que efectivamente la Comisión de Monitoreo y Evaluación del Plan de
Acción Interinstitucional 2012-2016 está activa y que cumple su función con
identificar y cuantificar el avance de las acciones del mismo y el número de
beneficiarios de la política nacional de la juventud, en cuanto al cuatrienio pasado.
Además de las referidas normas, se consideran leyes complementarias para la
formulación y ejecución de la política de la juventud, en ciertos temas puntuales,
las siguientes: a) Código Municipal, b) Ley contra el femicidio y otras formas de
violencia contra la mujer, c) Ley de alfabetización, d) Ley de dignificación y
promoción de la mujer, e) Ley de descentralización, f) Ley del servicio cívico, g)
Ley contra la violencia sexual, explotación y trata de personas, h) Ley de
maternidad saludable, i) Ley de acceso universal y equitativo a los métodos de
planificación familiar y su incorporación al Programa Nacional de Salud Sexual y
Reproductiva, j) Ley de desarrollo social, k) Ley de atención a las personas con
discapacidad, l) Ley de educación nacional, m) Ley orgánica del Instituto Técnico
de Capacitación y Productividad, n) Ley general para el combate del Virus de
Inmunodeficiencia Humana y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y de
la promoción, protección y defensa de los derechos humanos ante el VIH/SIDA, y
ñ) Ley nacional para el desarrollo de la cultura física y el deporte.
2.2 Iniciativa de ley número 3896 del Congreso de la República de Guatemala,
Ley Nacional de la Juventud.
La iniciativa de Ley Nacional de la Juventud, número 3896, dictaminada por la
Comisión Extraordinaria de la Juventud y la Comisión Ordinaria de Finanzas
Públicas y Moneda, ambas del Congreso de la República, constituye un pilar muy
importante para la sociedad guatemalteca; toda vez que la misma busca ayudar a
la juventud guatemalteca, normando y creando instituciones destinadas a
colaborar y prestarle apoyo a los jóvenes, destacando sobretodo la diferencia de
lo que significa ser joven o ser parte de la juventud. Un aspecto importante de
resaltar de la iniciativa de ley referida es que la misma busca determinar el rango
de edad en la que se considera a los jóvenes, siendo la misma comprendida entre
los 13 y menores de 30 años.
Desde la perspectiva de la autora, este último aspecto es muy favorable; ya que
sobrepasa la edad establecida por la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas, la cual consideró en su momento, que la edad que comprendía
a los jóvenes es entre 15 y 24 años, prestando mayor cobertura y por ende
llegando a prestar más atención a más ciudadanos.
Sin embargo, en cuanto a las definiciones del proyecto, el Procurador de los
Derechos Humanos recomienda eliminar de la iniciativa de Ley Nacional de la
Juventud todo lo relativo a las y los adolescentes porque ya está contemplado y
desarrollado en la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia,
incluyendo un sistema de protección para la niñez y adolescencia, así como la
institucionalidad para su atención de forma especializada. En relación al Artículo
3, inciso d), la clasificación "Juventud en situación especial” es innecesaria y
peyorativa, por lo que se debe eliminar, porquela Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad establece que la discapacidad se produce por
las barreras que le impone la sociedad y no por la deficiencia que posee la
persona. Al mantener este término, se coloca en desigualdad a la juventud que
tenga una discapacidad y para abordar el tema se deben considerarse los
principios orientadores de la Ley de Atención a las Personas con Discapacidad.
Además, el nuevo concepto califica a jóvenes cuya situación social, económica,
cultural y legal les impida el goce de sus derechos, entendiéndose que se refieren
a juventud en "contextos de vulnerabilidad”, lo cual sucede no por el hecho de ser
joven, sino por la falta de políticas, programas y planes para resolver la situación,
por lo que la atención debe desarrollarse con políticas públicas sectoriales a
través de coordinaciones interinstitucionales priorizadas o focalizadas en los
grupos de interés, como objetivo de la Ley de la juventud, sin estigmatizar a los
jóvenes por ser los sujetos beneficiarios de las políticas.
Cabe recordar que el pronunciamiento del ombudsman nacional se ha dado luego
de que ciertos sectores se opusieron al actual proyecto de ley y la Procuraduría
de los Derechos Humanos ha querido mediar en el tema para sobrepasar los
escollos que se presentaron. Uno de ellos era el "doble marco jurídico”, que se
aplicaría a los adolescentes, dada la existencia de una ley especial en vigor. La
supresión de las referencias a los adolescentes de la ley, supondría que la
definición de joven se refiera a las personas individuales mayores de edad, que no
sobrepasen los 30 años, cuyo límite superior será aun más amplio que en muchos
países, aunque el límite inferior se reduce. Sobre el tema de jóvenes con
discapacidad y en situaciones de vulnerabilidad, se considera que se debe
atender lo indicado por el Procurador de los Derechos Humanos.
Por otra parte, la iniciativa de Ley Nacional de la Juventud se basa
fundamentalmente en principios establecidos en la Constitución Política de la
República de Guatemala, y que la misma es incluyente, toda vez que hace énfasis
en el género femenino y en el indígena, como realidades sociales que hay que
atender directamente.
En ese aspecto, para la autora, el listado de los principios de este anteproyecto es
más amplia que la de las otras leyes extranjeras y, aun así, puede tener en cuenta
lo expresado en ellas para complementar sus ideas.
El Procurador de los Derechos Humanos considera que en el contenido de la
iniciativa de ley es necesario fortalecer el enfoque de derechos de género y
multiculturalidad, que ya están contenidos en la Política Nacional de la Juventud
2012-2020, considerando que las y los jóvenes son sujetos de derechos y no sólo
"personas”. En relación con el Artículo 5 de la iniciativa de ley,al reconocer los
derechos contenidos en la Constitución Política de la República, los tratados y
convenios internacionales, los derechos pueden ser exigibles, aunque no estén
expresamente mencionados en esta ley. Se recomienda considerar incluir en la
sección de Educación lo relativo a la educación extraescolar y en la de Cultura,
lascreencias y prácticas culturales, expresión de los valores de la comunidad y
fundamento de la identidad nacional.
Por otro lado, para la autora, la relacionada iniciativa de ley también establece los
derechos de la juventud, clasificando los derechos en económicos, sociales y
culturales, lo que adopta la línea general de clasificación de los Derechos
Humanos de la denominada "Segunda Generación”, porque precisamente, el fin
de crear esta ley es potenciar los derechos sociales de este colectivo, haciendo
énfasis en la salud, educación, seguridad, trabajo, cultura, medio ambiente,
etcétera. En este sentido, la propuesta de ley se encuentra bien estructurada,
porque es sin perjuicio de los derechos constitucionales.
También es importante resaltar los deberes de los jóvenes que plasma la iniciativa
en su artículo 6, enfocándose en que la juventud sea más participativa, fomente la
paz y la cultura, entre otros; complementando y ampliando su contenido en
relación con los derechos y deberes que contiene la Constitución Política de la
República, lo cual le daría mayor sustento al referido cuerpo legal.
El Procurador de los Derechos Humanos considera que la Constitución Política de
la República establece en sus artículos 135 y 136 los deberes y derechos cívicos
y políticos, por lo que en la Ley Nacional de la Juventud podría únicamente
hacerse referencia a que son deberes de los jóvenes acatar lo establecidos en la
Constitución, tal y como lo hacen otras leyes de la Juventud de Latinoamérica, tal
y como es el caso de la colombiana.
Esto sugiere que el ombudsman opta por una redacción restrictiva, apegada al
texto constitucional, lo cual no encaja con lo que otras legislaciones e
instrumentos internacionales promulgan. Esto implica buscar una nueva
redacción, que sin violar los preceptos constitucionales, se exponga que la
juventud debe encausar el cumplimiento de tales derechos "por medio” de la
participación activa y la cultura de la paz.
Asimismo, la Ley Nacional de la Juventud contempla regular, entre los artículos 8
al 16, las obligaciones que el Estado debe cumplir para cubrir las necesidades
sociales de la juventud, como lo es prestar especial atención en la educación, el
deporte, la cultura, el trabajo y la participación de la juventud.
En ese sentido, para la autora, se aprecia una alineación entre este proyecto de
ley y otros cuerpos legales examinados, especialmente los instrumentos
internacionales fundamentales, pues son los Derechos Humanos Sociales,
Económicos y Culturales donde el rezago de la juventud se ha hecho patente, de
ahí de la necesidad no solo de postular estos derechos, sino fijar una agenda
concreta por medio de políticas estatales legalmente fijadas.

Constitución Política de la República de Guatemala (1985)[editar | editar código]


La Constitución Política de la República de Guatemala es la norma jurídica
fundamental y suprema del Estado de Guatemala, con rango superior al resto de
leyes. Define los derechos y libertades de la ciudadanía guatemalteca y organiza
el funcionamiento de los poderes públicos. Establece que la soberanía reside en
el pueblo guatemalteco y desarrolla sus derechos fundamentales.

La Constitución también establece que tanto la Declaración de Derechos


Humanos, como otras convenciones aprobadas y ratificadas por el Estado de
Guatemala tienen preeminencia sobre el derecho interno y generalmente serán
incorporadas a su marco jurídico interno. Esto es fundamental para comprender la
relación con el marco jurídico internacional - visto en la primera parte de este
módulo.

Desde el marco constitucional se establece que todas las personas nacen libres e
iguales en dignidad y derechos. En este sentido el Estado tiene la responsabilidad
de proteger y asegurar entornos libres de violencia, donde sus ciudadanos y
ciudadanas puedan vivir en paz y lograr un desarrollo integral. Estas ideas quedan
plasmadas en sus tres primeros artículos.

Título I, La persona humana, fines y deberes del Estado. Capítulo único.

Artículo 1. Protección a la Persona. El Estado de Guatemala se organiza para


proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien
común.
Artículo 2. Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarles a los habitantes
de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo
integral de la persona.
Título II, Derechos Humanos. Capítulo I, Derechos Individuales.

Artículo 3. Derecho a la vida. El Estado garantiza y protege la vida humana desde


su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona.
En su artículo 4 establece la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Título II, Derechos Humanos. Capítulo I, Derechos Individuales.

Artículo 4. Libertad e igualdad. “En Guatemala todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la mujer, cualquiera que sea
su estado civil, tienes iguales oportunidades y responsabilidades”.
Los artículos 47 y 71 tienen relación con el embarazo temprano y el matrimonio
infantil (temas sobre los que profundizará el Módulo 2_ conceptos básicos); el
primero de los artículos mencionados reafirma la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres en el seno del matrimonio y el segundo de ellos, el derecho de
las niñas y adolescentes en situación de especial vulnerabilidad a permanecer
escolarizadas y a recibir el apoyo del Estado para poder continua sus estudios.

Título II, Derechos Humanos. Capítulo II. Derechos sociales. Sección primera.
Familia.

Artículo 47. Protección a la familia. El Estado garantiza la protección social,


económica y jurídica de la familia. Promoverá su organización sobre la base legal
del matrimonio, la igualdad de derechos de los cónyuges, la paternidad
responsable y el derecho de las personas a decir libremente el número y
espaciamiento de sus hijos.
Título II, Derechos Humanos. Capítulo II. Derechos sociales. Sección cuarta.
Educación.

Artículo 71. Derecho a la educación. Se garantiza la libertad de enseñanza y de


criterio docente. Es obligación del Estado proporcionar y facilitar educación a sus
habitantes sin discriminación alguna. Se declara de utilidad y necesidad públicas
la fundación y mantenimiento de centros educativos culturales y museos.
La Constitución Política de la República también establece que todas y todos los
ciudadanos guatemaltecos deben tener igual acceso a las oportunidades, a los
recursos y que tienen las mismas responsabilidades como ciudadanos y
ciudadanas. Algunos ejemplos de ello son la educación (artículo 71) y el trabajo
(artículo 101) -artículo especialmente importante por las referencias que hace a la
igualdad en las condiciones laborales y el abordaje de los derechos reproductivos
y de crianza-.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA, 1985.

Título II, Derechos Humanos. Capítulo II. Derechos Sociales. Sección octava.
Trabajo.

Artículo 101. Derecho al trabajo.


c) Igualdad de salario para igual trabajo prestado en igualdad de condiciones,
eficiencia y antigüedad.
k) Protección a la mujer trabajadora y regulación de las condiciones en que debe
prestar sus servicios. No deben establecerse diferencias entre casadas y solteras
en materia de trabajo.
La ley regulará la protección a la maternidad de la mujer trabajadora, a quien no
se le debe exigir ningún trabajo que requiera esfuerzo que ponga en peligro su
gravidez. La madre trabajadora gozará de un descanso forzoso retribuido con el
cinto por ciento de su salario, durante los treinta días que precedan al parto y los
cuarenta y cinco días siguientes. En la época de la lactancia tendrá derecho a dos
períodos de descanso extraordinarios, dentro de la jornada. Los descansos pre y
postnatal serán ampliados según sus condiciones físicas, por prescripción médica.
Acuerdos de Paz (1996)[editar | editar código]
Los Acuerdos de Paz contienen los compromisos alcanzados entre el Gobierno de
Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) sobre los
temas clave imprescindibles para poner fin al conflicto armado interno, fortalecer
la democracia y el Estado de Derecho. La negociación finalizó con la firma de los
Acuerdos de Paz el 29 de diciembre de 1996 en el Palacio Nacional de la Cultura
de Ciudad de Guatemala.
Los Acuerdos de Paz tratan de analizar y establecer soluciones a la desigualdad
social y a la exclusión en los ámbitos sociales, políticos, económicos, culturales y
participativos. Esta desigualdad coloca en una situación de mayor vulnerabilidad a
las mujeres, la población indígena y a las y los habitantes de áreas rurales.

Algunos de los puntos específicos que se abordan en los Acuerdos de Paz sobre
la situación de las mujeres son: la promoción de la participación política de las
mujeres, el acceso a los recursos (económico, social) y a las oportunidades
(educación, formación, salud, trabajo), la solicitud de tipificación de acoso sexual
como delito, la creación de la Defensoría de la Mujer trabajo), la solicitud de
tipificación de acoso sexual como delito, la creación de la Defensoría de la Mujer
todos los ámbitos y la lucha contra la discriminación hacia las mujeres en todas
las esferas de la vida.

En el acuerdo para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el


enfrentamiento armado[1]; el capítulo III Integración productiva de las poblaciones
desarraigadas y desarrollo de las áreas de reasentamiento aborda el compromiso
del gobierno para facilitar a las mujeres el acceso a la tierra, a la vivienda, a
créditos y a participar en los proyectos de desarrollo, así como a incorporar el
enfoque de género en las políticas y programas.

El acuerdo de identidad y derechos de los pueblos indígenas[2]; el capítulo II


Lucha contra la discriminación visibiliza los derechos de la mujer indígena y
promueve de manera específica: la creación de la DEMI, el cumplimiento CEDAW
y la promoción de una legislación que tipifique el acoso sexual como delito y
considere como un agravante en la sanción de los delitos sexuales el que haya
sido cometido contra una mujer indígena.

Los acuerdos sobre aspectos socioeconómicos y situación agraria[3]; contiene


tres capítulos significativos: capítulo I Democratización y desarrollo participativo,
capítulo II Desarrollo Social y capítulo III. Situación agraria y desarrollo rural. El
primero de ellos insta la participación de la mujer en el desarrollo económico y
social y con este fin, el gobierno se compromete a desarrollar estrategias, planes
y programas en favor de las mujeres:

Reconocer la igualdad de derechos de la mujer y del hombre en el hogar, en el


trabajo, en la producción y en la vida social y política y asegurarle las mismas
posibilidades que al hombre, en particular para el acceso al crédito, la
adjudicación de tierras y otros recursos productivos y tecnológicos.
Garantizar que la mujer tenga igualdad de oportunidades y condiciones de estudio
y capacitación, y que la educación contribuya a desterrar cualquier forma de
discriminación en contra suya en los contenidos educativos.
Garantizar a las mujeres el acceso, en igualdad de condiciones, a vivienda propia,
eliminando las trabas e impedimentos que afectan a las mujeres en relación con el
alquiler, al crédito y a la construcción.
Implementar programas racionales de salud integral para la mujer, lo cual implica
el acceso a servicios apropiados de información, prevención y atención médica.
Garantizar el derecho de las mujeres al trabajo; impulsando su capacitación
laboral, revisando la legislación nacional y sus reglamentaciones para eliminar
cualquier forma de discriminación, reconociendo a las mujeres como trabajadoras
agrícolas para efectos de valoración y remuneración de su trabajo, legislando en
defensa de los derechos de la mujer trabajadora de casa particular, garantizando
su derecho a organizarse y su participación en los niveles de decisión local,
regional y nacional y promoviendo la gestión de las mujeres en la gestión
gubernamental.
El capítulo II Desarrollo Social aborda la promoción de las mujeres en la
educación y capacitación, en la salud, la seguridad social y el trabajo. Asimismo,
dos aspectos a tener en cuenta en este capítulo son: la participación en la
planificación, ejecución y fiscalización de la administración de los servicios y
programas de salud, a través de los sistemas locales de salud y los Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural; y la asistencia médica y prestaciones relacionadas con
enfermedad, maternidad, invalidez, vejez, sobrevivencia, accidentes de trabajo,
enfermedades profesionales, empleo y familiares que debe comprender la
seguridad social.

El capítulo III. Situación agraria y desarrollo rural implica por parte del Estado la
promoción del fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones de los
pueblos indígenas, de asociaciones de productores, de los empresarios, de los
sindicatos de trabajadores rurales, de las organizaciones campesinas y de
mujeres o de las universidades y centros de investigación del país. Además,
incentiva ampliar la participación de estas en el Consejo Nacional de Desarrollo
Agropecuario (CONADEA), como el principal mecanismo de consulta,
coordinación y participación social en la toma de decisiones para el desarrollo
rural y el cumplimiento del capítulo.

Acuerdos de Paz Guatemala, 1996.

Finalmente, hay que apuntar que el acuerdo sobre el fortalecimiento del poder civil
en una sociedad democrática[4] tiene un capítulo dedicado a la participación de la
mujer en el fortalecimiento de este. Los puntos 59 y 60 respectivamente, explican
el compromiso del gobierno: incentivar campañas de difusión y programas
educativos para concientizar sobre el derecho de las mujeres a participar activa
en el proceso de fortalecimiento del poder civil; adoptar políticas para favorecer la
participación de la mujer; respetar, impulsar, apoyar e institucionalizar las
organizaciones de las mujeres del campo y la ciudad; y determinar que en todas
las formas de ejercicio del poder, se establezcan y garanticen oportunidades de
participación a las mujeres organizadas o no.Por su parte, el Procurador de los
Derechos Humanos considera, en relación con el Artículo 8 de la iniciativa de ley,
que debe quedar explícito que es obligación del Estado garantizar condiciones
para que la juventud pueda ejercer sus derechos y que nadie viole los mismos,
reparar a las víctimas y castigar a quien vulnere sus derechos. En relación con el
Artículo 10 de la iniciativa, debe contemplarse el aseguramiento de procesos de
información, prevención, promoción, atención y rehabilitación, con enfoque de
Derechos Humanos, perspectiva de género y multiculturalidad. Asimismo, sobre el
ejercicio y promoción de los Derechos Humanos Sociales, Económicos y
Culturales, se hacen las siguientes precisiones que sugiere incluir a la iniciativa de
ley:
• Es importante incluir la atención en salud mental, particularmente en relación
con el consumo, uso y abuso de drogas, tabaco y alcohol);
• Debe asegurarse la educación y formación integral, incluyendo: educación
escolar, extraescolar, formal y no formal, educación continua, que sea de
calidad, con enfoque de derechos, de género y pertinencia cultural;
• Implementar políticas públicas, planes, programas y proyectos que generen y
mejoren el empleo juvenil, el fomento a la productividad para la juventud,
impulsar campañas para promover la inserción laboral de la juventud,
programas que procuren el primer empleo, creación de mecanismos que
coadyuven a la consecución del pleno empleo de la juventud, entre otras; y
garantizar la inserción o reinserción laboral de jóvenes en proceso de
rehabilitación social;
• Garantizar el acceso a espacios deportivos, la promoción de espacios para el
esparcimiento y uso adecuado del tiempo libre y el acceso y práctica de
deportes no federados; y
• Asegurar la promoción y participación de la juventud en los distintos ámbitos:
comunitario, municipal, departamental, regional y nacional, fomentando la
participación social y la auditoría social, en consonancia con lo establecido en
la Ley de Consejos de Desarrollo.
En el presente trabajo de tesis, la autora ha reiterado la importancia que tiene la
Política Nacional de la Juventud 2012-2020, ya que la misma representa la
herramienta básica para que la juventud del país desarrolle plenamente sus
potencialidades y sean protagonistas de su desarrollo social e individual,
económico, político y cultural que permita el efectivo goce de los derechos arriba
enunciados. La Política Nacional de la Juventud recoge los compromisos y las
tareas del Estado, en relación con las condiciones de desarrollo de la juventud e
incluye una serie de acciones; no obstante lo anterior, es una política que tiene un
componente temporal determinado y se puede catalogar de "política de
Gobierno”, ya que nada obsta a que el actual derogue el Acuerdo Gubernativo
que la creó o que la modifique sustancialmente o que la relegue.
Por ello, se precisa de la emisión por parte del Congreso de la República de
Guatemala, de una ley ordinaria en materia de juventud que delimite los principios
y preceptos legales aplicables a estas políticas públicas y, en consecuencia, las
mismas sean vinculantes para todos los Gobiernos futuros; en el entendido que
éstas políticas deben ser de Estado y no de gobierno alguno, ni mucho menos
constituirse en plataformas electorales de ningún tipo.
Institucionalmente, la iniciativa de ley en referencia pretende sustituir al Consejo
Nacional de la Juventud (CONJUVE) y en su lugar, crearía la Secretaria Nacional
de la Juventud, como dependencia centralizada, con el rol de rector estatal
especializado y encargado coordinar, dirigir, diseñar, articular la ejecución de
políticas públicas integrales y en pro de la juventud.
La creación de una Secretaría encuentra su base legal en el Artículo 202 de la
Constitución Política de la República y los artículos 8 y 15 de la Ley del
Organismo Ejecutivo. De acuerdo con el artículo 8 de esta ley, las Secretarías de
la Presidencia son dependencias de apoyo a las funciones del Presidente de la
República, que no podrán ejercer funciones de ejecución de programas, proyectos
ni otras funciones a cargo de Ministerios u otras instituciones de Gobierno.
Asimismo, es de considerar que el Artículo 23 de la misma ley indica que los
Ministros son los rectores de las políticas públicas correspondientes a las
funciones sustantivas de cada Ministerio; asimismo, ejercen un papel de
coordinación y facilitación de la acción del sector o sectores bajo su
responsabilidad, para lo cual deben coordinar esfuerzos y propiciar la
comunicación y cooperación entre las diferentes instituciones públicas y privadas
que corresponda. Todas las instituciones públicas que tengan funciones
relacionadas con el o los ramos de cada Ministerio forman parte del sector o los
sectores correspondientes y están obligadas a coordinar con el rector sectorial.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, una Secretaría es un ente de
apoyo y puede ser coordinador, pero no ejecutor, a diferencia de un Ministerio. El
artículo 202 constitucional establece que la función de las secretarías se fijará en
la ley. Por lo anterior, no es conveniente incluir en la iniciativa de ley que el
Secretario Nacional de la Juventud goce de los mismos derechos y prerrogativas
que los Ministros de Estado, pues es ponerlo al nivel de la Secretaría General y la
Secretaría Privada de la Presidencia, que son de rango constitucional.Su nivel
debería ser el de las otras Secretarías instituidas legalmente, que requieren los
mismos requisitos para ser Ministro y gozará de derecho de antejuicio en la
misma forma; pero no con todos sus derechos y prerrogativas. Asimismo, se
recomienda modificar el Artículo 21 de la iniciativa de ley, debido a que las
políticas públicas las deberá aprobar el Organismo Ejecutivo y no la Secretaría
prevista, que podría proponerlas únicamente; por lo que las instituciones
integrantes del Consejo Consultivo de Políticas Públicas para la Juventud serán
las encargadas de gestionar y ejecutar su presupuesto y, en cuanto apromover la
cooperación bilateral y multilateral con otros gobiernos, esto le corresponde
legalmente al Ministerio de Relaciones Exteriores y la Secretaría puede coadyuvar
en tal función, pero no gestionar directamente ante Estados y organismos
internacionales. Para hacer eficiente el cumplimiento de las obligaciones del
Estado, no hay que crear instancias que burocraticen más y cuyas funciones se
mezclan y/o confunden. Por último, dadas las experiencias previas en el Estado,
el Consejo Nacional de la Juventud debe ser subrogado en sus funciones,
recursos, equipo y personal en la Secretaría Nacional de la Juventud, una
autoridad de alto nivel que tendría función técnica y de coordinación intersectorial
en la administración pública. Es mejor utilizar la figura de la subrogación y no de
liquidación.
Asimismo, el proyecto de ley busca la creación de la Comisión Intersectorial de
Políticas Públicas para la Juventud, logrando una coordinación interinstitucional
con representantes de 9 Ministerios del Estado, obligando a cada uno de los
Ministerios a que ejecute una política pública dirigida a la juventud; también
integrarían la Comisión los representantes de 6 Secretarías de la Presidencia
(incluyendo la de la Juventud, cuyo titular preside el Consejo), considerándose
que las instituciones que integrarían el Consejo en referencia, deberían de realizar
acciones en beneficio de la juventud. Además representantes de otras entidades
públicas, como la Asociación Nacional de Alcaldes Municipales, la Universidad de
San Carlos de Guatemala, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y
el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural. Por último, un representante
de las universidades privadas.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, es mejor prorrogar el Gabinete
Específico de la Juventud, integrado por diferentes Ministerios y Secretarías que
implementan programas y proyectos de atención a jóvenes, y que la Secretaría
Nacional de la Juventud sea la secretaría técnica del Gabinete. No es necesario
entonces crear la Comisión que hará lo mismo que el Gabinete Específico, que se
encuentra en funciones, como sea expuesto. Al aprobar la Política Nacional de la
Juventud 2012-2020 también se elaboró el Plan de Acción Interinstitucional (PAI
2012-2016) y el Sistema de Monitoreo y Evaluación que establece indicadores
medibles, los que deben ser retomados.
Para la autora, esta composición que se propone para la Comisión Intersectorial
de Políticas Públicas para la Juventud refleja un claro dominio del Organismo
Ejecutivo con 15 miembros, entre Ministerios y Secretarías. El sector privado se
ve limitado al universitario y los organismos de jóvenes no tienen ningún
representante, lo cual es del todo negativo porque se está pretendiendo crear un
espacio para asesorar la puesta en práctica de programas y proyectos de la
juventud, sin que los jóvenes tengan tan siquiera voz en la discusión.
El tercer componente del sistema que propone la iniciativa de ley es el Consejo
Nacional Juvenil, que es un órgano de discusión, consulta y propuesta, con
carácter representativo y participativo de la juventud. La integra el Secretario
Nacional de la Juventud, un representante de cada una de las secretarías de la
juventud de los partidos políticos legalmente inscritos, un representante por cada
una de las comunidades lingüísticas Mayas, un representante del pueblo Xinca;
un representante del pueblo Garífuna; un representante por cada una de las
Regiones legalmente establecidas en Guatemala y representantes de las
organizaciones juveniles que trabajan asuntos relacionados a la juventud.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, sobre el Consejo Nacional Juvenil,
resulta necesario evaluar si los partidos políticos son realmente representantes y
representativos de la sociedad civil organizada y si éstos tienen políticas
específicas para la juventud y secretarías de juventud. De incluirse la participación
de lasorganizaciones juveniles en dicho órgano, debe garantizarse que la misma
sea a través de procesos que garanticen la elección objetiva, transparente y
representativa de los mismos y que, a su vez, tengan como efecto la participación
real y efectiva de estos representantes en las instancias correspondientes. La
experiencia guatemalteca revela que cuando se incluye representación de grupos
sociales en instancias gubernamentales o estatales, la participación se debilita y
desnaturaliza, prevaleciendo muchas veces intereses particulares y generando
cuestionamientos y confrontaciones entre los grupos sociales. Así que se
considera preferible la participación activa, propositiva y dinámica de la juventud a
través de procesos de auditoría social e incidencia en las políticas públicas y no a
través de representación en instancias gubernamentales, que históricamente no
han sido exitosos.
Sobre esta composición, para la autora, no queda claro si estas "regiones” son a
las que ya se han establecido a nivel de los Consejos Regionales de Desarrollo
Urbano y Rural, que son 8, o si para efectos de la ley se establecerán
reglamentariamente otras. También, se coincide con el criterio del Procurador de
los Derechos Humanos en cuanto a que la participación de los partidos políticos
genera cierta controversia porque la juventud ha mostrado ser contrario a los
partidos políticos, en sus demandas sociales; pero, no se comparte la exclusión
de los sectores juveniles del Consejo Nacional Juvenil porque es necesario,
aunque debe evitarse su politización y sectorización a fines particulares. Así que
debiera analizarse este punto porque la otra forma de que los jóvenes sean
escuchados para coadyuvar en formular políticas públicas es través de su
inclusión en los Consejos Nacional, Regionales y Departamentales de Desarrollo
y no se plantea reformas a la ley que los regula.
Finalmente, el componente financiero es uno de los que más importa y que debe
estar presente en toda ley, porque es necesario determinar la fuente de
financiamiento de los gastos, por lo que en la iniciativa de ley se propone destinar
no menos del 10 % de lo que recaude del Impuesto al Tabaco y sus Productos
para financiamiento de la Secretaría Nacional de la Juventud.
Para la autora, es importante para que las políticas públicas funcionen que tengan
financiamiento, sin embargo, el proyecto
Mejores prácticas, por ejemplo en lo referente a la transparencia, la igualdad de
condiciones para los candidatos electorales, la educación de los votantes y la
creación de un entorno pacífico para la votación: “Aunque los instrumentos
universales o regionales no siempre se refieren específicamente a ellas, muchas
de estas prácticas pueden ser consideradas esenciales para un proceso electoral
auténtico y democrático”[xv].
Tal como lo resume el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia
Electoral (IDEA Internacional): “El marco jurídico debe estructurarse de manera
que resulte inequívoco, comprensible y transparente, y ha de abordar todos los
componentes del sistema electoral necesarios para garantizar las elecciones
democráticas”[xvi]. Para que el marco jurídico resulte accesible también han de
tenerse en cuenta los múltiples requerimientos lingüísticos que pueden existir en
un determinado país.

Además de toda la fuerza del derecho internacional que puede emanar de tales
documentos, “[e]n cualquier caso, es de esperar que la orientación normativa
general que ofrecen fomente la promoción y el apoyo de estas normas
internacionales”[xvii].

Es importante evaluar la forma en que los marcos jurídicos electorales que rigen
un país son acordes con las normas internacionales. Esa evaluación puede
brindar un catálogo de propuestas constructivas para mejorar y corregir los marcos
jurídicos, así como para introducir prácticas más eficaces encaminadas a mejorar
la legislación. Al mismo tiempo, debe hacerse hincapié en que, en lo referente a
las normas electorales, no hay modelos generales ni “una talla única”. Por tanto,
los sistemas y las prácticas que se aplican en un país no necesariamente son los
ideales para otro.
Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar. Decreto número
97-1996[editar | editar código]
Esta ley supone la operativización e incorporación al ordenamiento jurídico de
Guatemala de los derechos humanos, en tanto su misión de garantizar la dignidad
de todas las personas; y teniendo en cuenta que el país ratificó por medio del
Decreto Ley 49-82 la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, y por medio del Decreto Número 69-94 la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia
contra la mujer.

El marco de esta ley conceptualiza la violencia intrafamiliar como un problema que


afecta al conjunto de la sociedad. Por ello, el Estado tiene la obligación de
proteger a las víctimas y trabajar para erradicar la desigualdad en el ámbito
familiar anteponiendo el respeto y la dignidad de las personas.

En artículo 1 define la violencia intrafamiliar como una violación de los derechos


humanos y establece los diferentes tipos de violencia que se pueden dar. Además,
considera que puede darse tanto en el ámbito privado como público. Considera
como víctimas de este tipo de violencia a personas del núcleo familiar, ya que
puede estar dirigida tanto a las mujeres, como a las hijas e hijos o ancianos y
ancianas, entre otros.

Establece como agresores a personas pertenecientes o que han pertenecido a la


familia, lo que dota de especificidad este tipo de violencia separándola de
agresiones producidas por delincuencia común.

Artículo 1. Violencia intrafamiliar. La violencia intrafamiliar, constituye una violación


a los derechos humanos y para los efectos de la presente ley, debe entenderse
como cualquier acción u omisión que de manera directa o indirecta causare daño
o sufrimiento físico, sexual, psicológico o patrimonial, tanto en el ámbito público
como en el privado, a persona integrante del grupo familiar, por parte de parientes,
conviviente o exconviviente, cónyuge o excónyuge o con quien se haya procreado
hijos o hijas.
Para saber más...
Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar. Decreto número
97-1996.
http://www.acnur.org/fileadmin/scripts/doc.php?
file=fileadmin/Documentos/BDL/2001/0145

El artículo 3 aborda lo fundamental de que cualquier víctima con independencia de


la edad, otro miembro del grupo familiar o testigo de la agresión pueda realizar la
denuncia. En este artículo es especialmente importante su punto d) en el que se le
atribuyen responsabilidades penales por omisión al personal de salud y educativo
que teniendo conocimiento de los hechos no lo denuncien.

El artículo 4 establece como encargados de recibir las denuncias al Ministerio


Público, a través de la Fiscalía de la Mujer, atención permanente y oficina de
atención a la víctima; a la Procuraduría General de la Nación a través de la Unidad
de Protección de los Derechos de la Mujer; a la policía nacional; a los juzgados de
familia, a los bufetes Populares y al Procurador de los Derechos Humanos; y el
artículo 7 establece medidas inmediatas que los tribunales pueden adoptar para
proteger a las víctimas.

Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer. Decreto número 7-99-


1999[editar | editar código]
La presente Ley plasma como objetivos, en su artículo 2, promover el desarrollo
integral de la mujer y su participación; y los derechos fundamentales recogidos en
la constitución y en los pactos, convenciones y planes de acción internacionales
aprobados y ratificados por Guatemala (plan de acción de Beijing, la CEDAW y los
ODM).
En los artículos 3 y 4 presenta las definiciones de discriminación por razón de
sexo y violencia contra las mujeres recogidos en la CEDAW y en la Convención
Belem Do Pará.

Artículo 3. Discriminación contra la mujer. los efectos de esta ley, se entiende


como discriminación contra la mujer, toda distinción, exclusión o restricción
basada en el sexo, etnia, edad y religión entre otros, que tenga por objeto o dé
como resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de sus
derechos sociales e individuales consignados en la Constitución Política de la
República y otras leyes, independientemente de su estado civil, sobre la base de
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en las esferas política, laboral, económica, ecológica, social,
cultural y civil o en cualquier otra.
Artículo 4. Violencia contra la mujer. Es violencia contra la mujer todo acto, acción
u omisión que, por su condición de género, la lesione física, moral o
psicológicamente.
Para saber más...
Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer. Decreto número 7-99.
http://extwprlegs1.fao.org/docs/pdf/gua134317.pdf Política de Promoción y
Desarrollo Integral de las Mujeres y el Plan de Equidad de Oportunidades 2008-
2023.

Esta ley, en su artículo 5, está operativizada mediante la Política de Promoción y


Desarrollo Integral de las Mujeres -PNPDIM- y el Plan de Equidad de
Oportunidades -PEO- 2008- 2023; fue pensada para que supusiese una actuación
de medio y largo plazo y reconociendo la importancia de que los distintos
gobiernos le dieran continuidad.

Para asegurar el desarrollo integral de las niñas, las adolescentes y jóvenes y las
mujeres es fundamental su acceso a los recursos y a las oportunidades; por ello,
el artículo 8 es explícito y establece mecanismos de protección para erradicar la
práctica del matrimonio infantil. Los artículos desde el 9 hasta el 15 tratan sobre su
acceso a la educación, el trabajo y la salud, haciendo especial énfasis en la no
discriminación, la conciliación de la vida familiar y laboral y el disfrute de sus
derechos sexuales y reproductivos.

El capítulo III se centra en la “prevención y erradicación de la violencia contra la


mujer”. En el artículo 17 establece los ámbitos en los que la mujer puede sufrir
discriminación o violencia y también los actores que pueden generarla,
considerando tanto personas como instituciones y entidades; de hecho, en el
mismo artículo se establecen medidas de prevención, protección e intervención
con las mujeres víctimas de violencia y de incidencia e investigación.

LEY DE DESARROLLO SOCIAL. DECRETO NÚMERO 42-2001[EDITAR |


Amartya Sen es un filósofo y economista indio que recibió el premio Nobel de
economía en 1998. En 1990 se le invita a participar en conceptualización del
Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo.
“El desarrollo humano, como enfoque, se ocupa de lo que yo considero la idea
básica de desarrollo: concretamente, el aumento de la riqueza de la vida humana
en lugar de la riqueza de la economía en la que los seres humanos viven, que es
sólo una parte de la vida misma”'[5].

La Constitución Política de la República de Guatemala, así como el marco jurídico


internacional suscrito en el país dotan al Estado la responsabilidad de
proporcionar el contexto y los medios para el desarrollo integral de todos sus
ciudadanos y sus ciudadanas.

Para ello el desarrollo de las personas en los campos de la educación, la salud, la


participación o el trabajo deben estar asegurados en el ordenamiento jurídico.
Además, se debe prestar una especial atención a la especificidad de las
situaciones de los grupos más vulnerables como las mujeres, la población
indígena o las personas que viven en zonas rurales o urbano marginales. Fruto de
esta necesidad y responsabilidad surge la Ley de Desarrollo Social.

El capítulo II establece los Principios rectores en materia de desarrollo social,


donde desde el inicio se plantean como pilares fundamentales y derechos valores
como la igualdad, la equidad, la libertad y el desarrollo que se abordan en los
artículos 3, 4, 5 y 7.

En el capítulo III se consideran las obligaciones del Estado con respecto a


situaciones específicas que atañen a las mujeres y la importancia de promover su
participación, inclusión y tomar en cuenta sus necesidades. Por ello, será
menester de la institucionalidad reducir las tasas de mortalidad materno infantil,
así como alcanzar la plena integración y participación de la mujer al proceso de
desarrollo económico, social, político y cultural del país.

El artículo 11 es trascendente porque abarca la necesidad de que las políticas


públicas garanticen el pleno respeto a los aspectos históricos, culturales,
comunitarios y otros elementos de la cosmovisión de los pueblos indígenas, así
como respetar y promover los derechos de las mujeres.

El artículo 15 recoge el derecho de las personas a decidir libremente y de manera


informada, veraz y ética el número y espaciamiento de sus hijos e hijas, el
momento para tenerlos, así como el deber de los padres y madres en la educación
y atención adecuada de las necesidades para su desarrollo integral; además
ahonda en la obligación que tiene el Estado de fortalecer la salud pública, la
asistencia social y la educación gratuita.

El artículo 16 aborda los sectores que requieren una especial atención y


circunscribe las demandas de las mujeres en todo su ciclo de vida. Por ello,
promover condiciones de equidad y erradicar y sancionar todo tipo de violencia,
abuso y discriminación individual y colectiva contra las mujeres, observando los
convenios y tratados internacionales ratificados por Guatemala, se convierte en el
aspecto central del artículo.

El capítulo V, la sección II, se centra en la salud. Destacan los artículos 25 y 26


que resaltan la importancia de la salud sexual y reproductiva, de los espacios de
salud amigables con la población adolescente y la maternidad saludable, como
parte del desarrollo integral de las personas.

En la sección III del mismo capítulo se desarrolla la Política de desarrollo social y


población en materia de educación. En su artículo 27 se establece que todas las
personas tienen derecho a la educación e incorpora que la educación debe
impulsar la equidad y la participación de las mujeres. El artículo 29 especifica los
temas clave en educación, como género, derechos humanos, sexualidad, salud
sexual y reproductiva, maternidad y paternidad responsables, prevención de
embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. Es especialmente
importante el tratamiento específico que hace sobre el derecho a la educación de
las adolescentes embarazadas en el punto 3 de este artículo “No deberá
expulsarse ni limitarse el acceso a los programas de educación formal e informal a
las adolescentes embarazadas”.

La sección IV del capítulo V, sobre estereotipos y comunicación social, aborda el


uso de la imagen de las mujeres para perpetuar el machismo y la desigualdad,
estableciendo la importancia del tratamiento del tema en los medios de
comunicación y la influencia en el imaginario de las personas.

¿Tiene razón Felipe? ¿Qué instrumentos internacionales y nacionales garantizan


la educación para todas las personas?
En el Título II, Derechos Humanos. Capítulo I, Derechos Individuales, sección I,
Derechos a la vida. El artículo 9 establece el derecho fundamental de las niñas,
niños y adolescentes a la vida, y sitúa al Estado como responsable de garantizar
este derecho fundamental y de velar por su protección para favorecer en los y las
menores tengan acceso a un desarrollo integral.

En el artículo 10 se aborda la aplicabilidad de la totalidad de los establecido en


esta ley a todas las niñas, niños y adolescentes con independencia, entre otros
factores, de su sexo, es decir, el principio de igualdad.

El artículo 11 resalta el derecho de las niñas, niños y adolescentes a vivir una vida
libre de violencia.

El artículo 17 se centra en el derecho de los menores de edad a no sentirse


desamparados y a poder pedir ayuda, sabiendo que los órganos competentes
deberán poner en marcha lo dispuesto en el marco jurídico para protegerlos y que
el personal de salud y de educación tiene la obligación de comunicar a las
autoridades cualquier caso que les llegue, como queda establecido en el artículo
29.

El artículo 36 resalta el derecho a la educación recogido en la Constitución de país


y en diversos instrumentos internacionales firmados por Guatemala. El inciso a.)
es especialmente importante en el caso de las niñas y adolescentes embarazadas
(este se abordará con mayor detenimiento en el módulo 2).

En las secciones III, IV, V, VI de la ley, y otros subsiguientes, se exponen tipos de


protección de la infancia y la adolescencia ante delitos específicos, como la trata y
la explotación y sobre grupos vulnerables dentro de esta población, como las
personas con necesidades especiales. De un modo más general los artículos 54 y
55 exponen los siguiente:
Artículo 54. Obligación estatal. El Estado deberá adoptar las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger a los niños, niñas
y adolescentes contra toda forma de:
a) Abuso físico: ocurre cuando una persona que está en una relación de poder con
un niño, niña o adolescente, le inflige daño no accidental, provocándole lesiones
internas, externas o ambas.
La relación de poder se da cuando existe una diferencia de fuerza, edad,
conocimiento o autoridad entre la víctima y el ofensor.
b) Abuso sexual: ocurre cuando una persona en una relación de poder o confianza
involucra a un niño, niña o adolescente en una actividad de contenido sexual que
propicie su victimización y de la que el ofensor obtiene satisfacción incluyéndose
dentro del mismo cualquier forma de acoso sexual.
c) Descuidos o tratos negligentes: ocurre cuando la persona o personas que
tienen a su cargo el cuidado y crianza de un niño, niña o adolescente, no satisface
sus necesidades básicas de alimentación, vestido, educación, atención médica,
teniendo la posibilidad de hacerlo.
d) Abuso emocional: ocurre cuando una persona daña la autoestima o el
desarrollo potencial de un niño, niña o adolescente. Cualquier persona que tenga
conocimiento sobre un hecho de los descritos anteriormente deberá comunicarlo
de inmediato a la autoridad competente más cercana, quien a su vez deberá
realizar las diligencias pertinentes a efecto de que se sancione drásticamente a los
que resultaren responsables de los mismos.
LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL DE LA NIÑEZ Y DE LA ADOLESCENCIA 27-
2003.

Artículo 55. Obligación de denuncia. El personal de las instituciones públicas y


privadas, centros educativos, servicios de salud y otros de atención a los niños,
niñas y adolescentes, tienen la obligación de denunciar los casos de maltrato que
se detecten o atiendan en sus instituciones.
En términos de prevención del embarazo temprano y del matrimonio infantil es
importante destacar la sección VIII, sobre el derecho a la protección por la
explotación y el abuso sexual, que hace referencia explícita a la coacción, a la
utilización de los menores en prostitución y material pornográfico y a la
intimidación y acoso sexual por parte de adultos de referencia cercanos.

También es importante la conformación y atribución de competencias de la


Comisión Nacional de la Niñez y la Adolescencia desarrollada en el Libro II,
capítulo II, y de la Defensoría de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en el
capítulo III. En la aplicación de la ley se establecen competencias a juzgados
específicos en el artículo 98.

Artículo 98. Creación. Se crearán los siguientes juzgados que sean necesarios en
la República.
De la Niñez y la Adolescencia.
De Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal.
De Control de Ejecución de Medidas; y, Sala de la Corte de Apelaciones de la
Niñez y Adolescencia.
La Corte Suprema de Justicia creará las demás instancias necesarias para el
cumplimiento efectivo de las disposiciones contenidas en la presente Ley.

LEY CONTRA EL FEMICIDIO Y OTRAS FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA


LAS MUJERES. DECRETO
El Estado de Guatemala en tanto firmante de la Convención sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, a través del Decreto Ley
49-82; y de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer, mediante el decreto 69-94, está obligado a aplicar estas
normativas internacionales en su ordenamiento jurídico para luchar contra la
discriminación hacia las mujeres.

En el artículo 3 de la ley se desarrollan definiciones asociadas a los entornos de


violencia contra las mujeres y se definen los tipos de violencia: femicidio,
misoginia, violencia económica, física, psicológica o emocional y sexual.
Artículo 3. Definiciones.

a) Acceso a la información. Es el derecho de la mujer víctima de violencia a recibir


plena información y asesoramiento adecuado a su situación personal, a través de
los servicios, organismos u oficinas que puedan disponer las instituciones
competentes, tanto públicas como privadas. Dicha información comprenderá las
medidas contempladas en esta ley, relativas a su protección y seguridad y los
derechos y ayudas previstos en la misma, así como la referente al lugar de
prestación de servicios de atención, emergencia, apoyo y recuperación integral.
b) Ámbito privado. Comprende las relaciones interpersonales domésticas,
familiares o de confianza dentro de las cuales se cometan los hechos de violencia
contra la mujer. Incluye al cónyuge, excónyuge, conviviente o ex conviviente, con
quien la víctima haya procreado o no; también comprende al novio, exnovio o
pariente de la víctima. Igualmente se incluyen las relaciones entre el cónyuge,
excónyuge, conviviente o ex conviviente, novio o ex novio de una mujer con las
hijas de ésta.
c) Ámbito público. Comprende las relaciones interpersonales que tengan lugar en
la comunidad y que incluyen el ámbito social, laboral, educativo, religioso o
cualquier otro tipo de relación que no esté comprendido en el ámbito privado.
d) Asistencia integral. La mujer víctima de violencia, sus hijas e hijos, tienen
derecho a servicios sociales de atención, de emergencia, de apoyo, de refugio, así
como de recuperación. La atención multidisciplinaria implicará especialmente:
Atención médica y psicológica.
Apoyo social.
Seguimiento legal de las reclamaciones de los derechos de la mujer.
Apoyo a la formación e inserción laboral.
Asistencia de un intérprete.
e) Femicidio. Muerte violenta de una mujer ocasionada en el contexto de las
relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.
f) Misoginia. Odio, desprecio o subestimación a las mujeres por el solo hecho de
serlo.
g) Relaciones de poder. Manifestaciones de control o dominio que conducen a la
sumisión de la mujer y a la discriminación en su contra.
h) Resarcimiento a la víctima. Conjunto de medidas tendientes a aproximar la
situación de la víctima al estado en que se encontraría de no haberse producido el
hecho delictivo. El resarcimiento deberá caracterizarse por su integralidad y
comprende además de indemnizaciones de carácter económico, todas aquellas
medidas tendientes a dotar a la víctima de una reparación médica, psicológica,
moral y social.
i) Víctima. Es la mujer de cualquier edad a quien se le inflige cualquier tipo de
violencia.
j) Violencia contra la mujer. Toda acción u omisión basada en la pertenencia al
sexo femenino que tenga como resultado el daño inmediato o ulterior, sufrimiento
físico, sexual, económico o psicológico para la mujer, así como las amenazas de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce
en el ámbito público como en el ámbito privado.
k) Violencia económica. Acciones u omisiones qué repercuten en el uso, goce,
disponibilidad o accesibilidad de una mujer a los bienes materiales que le
pertenecen por derecho, por vínculo matrimonial o unión de hecho, por capacidad
o por herencia, causándole deterioro, daño, transformación, sustracción,
destrucción, retención o perdida de objetos o bienes materiales propios o del
grupo familiar, así como la retención de instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos.
l) Violencia física. Acciones de agresión en las que se utiliza la fuerza corporal
directa o por medio de cualquier objeto, arma o sustancia con la que se causa
daño, sufrimiento físico, lesiones o enfermedad a una mujer.
m) Violencia psicológica o emocional. Acciones que pueden producir daño o
sufrimiento, psicológico o emocional a una mujer, a sus hijas o sus hijos, así como
las acciones, amenazas o violencia contra las hijas, los hijos u otros familiares
(hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad de la víctima); en
ambos casos, con el objeto de intimidarla, menoscabar su autoestima o
controlarla, y que sometida a ese clima emocional puede sufrir un progresivo
debilitamiento psicológico con cuadros depresivos.
n) Violencia sexual. Acciones de violencia física o psicológica cuya finalidad es
vulnerar la libertad e indemnidad sexual de la mujer, incluyendo la humillación
sexual, la prostitución forzada y la denegación del derecho a hacer uso de
métodos de planificación familiar, tanto naturales como artificiales, o a adoptar
medidas de protección contra enfermedades de transmisión sexual.
En el capítulo IV, artículos 6 y 7 se establecen las características de los delitos de
femicidio y de violencia contra la mujer. El primero de ellos, reflejado en el artículo
6. Femicidio, refiere que quien comete el delito lo hace en el marco de las
relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres y da muerte a una mujer
por el hecho de serlo. El segundo de los delitos, ar tículo 7. Violencia contra la
mujer, se circunscribe en el ámbito público o privado y se trata de un hombre que
ejerce violencia física, sexual o psicológica.

Las normativas internacionales instan a los Estados a erradicar prácticas de su


ordenamiento jurídico,así como culturales que atenten contra la seguridad de las
mujeres. A este respecto el artículo 9 elimina potenciales justificaciones de
prácticas culturales y sociales de violencia contra las mujeres. Los Estados
también son responsables de las faltas cometidas por sus funcionarios públicos,
ya sean por acción o por omisión, como se establece en el artículo 12.

El capítulo VI desarrolla las obligaciones del Estado con las víctimas, entre las que
destaca el artículo 13, referido al derecho de la víctima a la información y a la
asistencia integral.

Ley para la Maternidad Saludable Integrado al Programa Nacional de Salud


Reproductiva. Decreto número 32-2010[editar | editar código]
Para reflexionar...
¿Qué es una maternidad saludable?
https://www.youtube.com watch?v=XpXcCCfHhUY
Esta ley establece las normas y directrices que deben guiar a las instituciones
públicas pertinentes en el cuidado de la salud de las mujeres y de los recién
nacidos.

En su artículo 2 se establece como una necesidad de urgencia nacional lograr que


haya menos enfermedades y muertes de mujeres embarazadas, madres y recién
nacidos. El personal técnico implicado en esta labor que no cumpliese con lo
establecido en la ley será sancionado.

Para lograrlo, el artículo 2 propone trabajar en dar una buena atención materna y
neonatal en los centros de salud, es decir, que las mujeres deben recibir atención
médica de calidad desde el embarazo hasta 42 días después del parto, igual que
los recién nacidos.

También establece la importancia de contar con un sistema de vigilancia


epidemiológica de salud materna y neonatal para detectar las complicaciones más
habituales que sufren las mujeres en el proceso de gestación y parto.

LEY PARA LA MATERNIDAD SALUDABLE INTEGRADO AL PROGRAMA


NACIONAL DE SALUD REPRODUCTIVA.

La ley establece en sus artículos 3, 4, 6 y 7 que las instituciones responsables de


implementar la ley son el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social -MSPAS-,
el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y las organizaciones no
gubernamentales financiadas por el MSPAS. Además, los tres actores
mencionados deben trabajar coordinadamente con el Ministerio de Educación y la
Universidad de San Carlos de Guatemala para informar, educar y orientar a las
mujeres sobre cómo prevenir embarazos no deseados, mantener hábitos
alimenticios saludables y uso de suplementos vitamínicos y cuidados necesarios
para mantener a los bebés sanos.
El artículo 4 establece que la atención en los servicios de salud debe hacerse con
equidad, debe ser gratuita, accesible, respetar la interculturalidad y ser sostenible.
El artículo 18 propone medidas de mejora de la salud materna y neonatal como
atención prenatal, del parto y del postparto, prevención del embarazo en niñas y
adolescentes, servicios de planificación familiar, y atención de emergencias
obstétricas, entre otros.

En el ar tículo 27 se establece que el presupuesto para la implementación de la ley


debe salir del presupuesto asignado al Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social y del impuesto sobre la distribución de bebidas alcohólicas destiladas,
cervezas y otras bebidas fermentadas. El dinero recogido a través de este
impuesto debe emplearse en desarrollar programas de educación sexual y
reproductiva, planificación familiar y atención al alcoholismo y métodos
anticonceptivos.

LEY DE ACCESO UNIVERSAL Y EQUITATIVO DE SERVICIOS DE


PLANIFICACIÓN FAMILIAR
MARCO JURÍDICO
Tanto en la Constitución Política de la República de Guatemala como en diversas
leyes de las analizadas se establece la importancia de la protección a la familia y
de promover la maternidad y la paternidad responsable. También se ha hablado
sobre la obligación de los servicios educativos y de salud de proveer información,
y en el caso de los segundos métodos de planificación familiar. Esta ley viene a
dar continuidad a los temas mencionados. Así, en su artículo 1 establece su
objetivo principal.

Artículo 1. Objetivo. La presente Ley tiene como objeto asegurar el acceso de la


población a los servicios de planificación familiar, que conlleve la información,
consejería, educación sobre salud sexual y reproductiva a las personas y provisión
de métodos de planificación familiar. Además, establecer mecanismos dirigidos a
la consecución de nuevas fuentes de financiamiento local, reduciendo la
dependencia histórica de los servicios de planificación familiar de donantes
internacionales.
El artículo 2 señala que esta ley es de obligado cumplimiento para los centros
educativos de primaria y secundaria, y para los centros de atención en salud del
nivel primario. El artículo 3 señala como destinatarios a la “población en general,
con especial énfasis en mujeres, adolescentes, parejas y hombres del área rural
que no tengan acceso a servicios básicos de salud, promoviéndose y
asegurándose el acceso equitativo de servicios de planificación familiar”.

En el capítulo II de la ley se aborda: cómo se dará y a través de qué entidades el


acceso a los métodos de planificación familiar. En este capítulo es especialmente
importante el artículo 9 que dota de especificidad a las necesidades de las y los
adolescentes en este tema en el capítulo III sobre cambio de comportamiento se
aborda en el artículo 10.

Artículo 9. Estrategia especial para adolescentes. El Ministerio de Educación, el


MSPAS y el IGSS, en coordinación con otras organizaciones públicas y privadas,
diseñarán una estrategia que asegure la provisión de servicios integrales y
diferenciados para los y las adolescentes, estableciendo mecanismos que faciliten
la articulación e integración con otros sectores entre ellos: el Ministerio de
Educación y el Viceministerio de Cultura y Deportes, promoviendo el enfoque de
derechos y responsabilidades.
Para saber más...
Ley de Acceso Universal y Equitativo de Servicios de Planificación Familiar.
Decreto número 87-2005.
Artículo 10. Formación integral del adolescente. El MSPAS, en coordinación con el
Ministerio de Educación y otras organizaciones públicas y privadas sectoriales,
deben incluir en la currícula de formación contenido sobre: derechos y
responsabilidades para la promoción y auto cuidado de la salud, sexualidad y el
embarazo precoz y no deseado, como factores de riesgo que contribuyen y
afectan la morbimortalidad materno-infantil.
En el capítulo IV, artículo 17, se establece la creación de la Comisión nacional de
aseguramiento de anticonceptivos que debe procurar que haya disponibilidad de
anticonceptivos para proporcionar métodos de planificación familiar a la población.

El artículo 1 de la ley establece que su finalidad es regular el funcionamiento del


sistema de alerta Alba-Keneth para localizar y resguardar a niños y niñas raptados
o desaparecidos. Para coordinar y desarrollar las acciones dirigidas a la búsqueda
y protección de los menores sustraídos o desaparecidos, el artículo 5 establece la
creación de la Coordinadora Nacional del Sistema de Alerta Alba- Keneth.
El marco legal nos proporciona las bases sobre las cuales las instituciones
construyen y determinan el alcance y naturaleza de la participación política. El
marco legal de una elección, y especialmente los temas relacionados con la
integridad de la misma, regularmente se encuentran en un buen número de
provisiones regulatorias y leyes interrelacionadas entre sí.

Su fundamento en muchos países es La Constitución en tanto suprema


legislación, que se complementa con la legislación promulgada por un parlamento
o legislatura donde se incluye una ley electoral (leyes, que incluyen provisiones
para el proceso electoral, el financiamiento de campañas electorales y derecho de
los ciudadanos al voto), leyes, códigos penales, y Regulaciones, que incluyen
Códigos de Conducta/Ética, dados a conocer por distintas instancias reguladoras
que guardan estrechos vínculos con la materia electoral.

Dentro de las provisiones legales se encuentran los lineamientos para determinar


la estructura de la administración electoral, las instrucciones destinadas a los
administradores de la elección sobre la forma en que deberán llevar a cabo su
labor, y los derechos y responsabilidades de los partidos políticos, los medios de
comunicación, los electores y demás participantes en una elección.
El marco legal faculta a la autoridad electoral para que lleve a cabo las labores de
administración de la elección de conformidad a la estructura detallada dentro de
sus mismas provisiones. Asimismo faculta a los partidos políticos para allegarse
recursos financieros y participar en las elecciones de acuerdo a las provisiones
legales establecidas. Y por último, asegura que los electores conserven sus
derechos políticos para la emisión del voto y la elección de sus representantes de
gobierno.

En muchos países, el marco legal en materia electoral ha evolucionado en una


compleja combinación de estatutos y regulaciones legales, reglas judiciales y la
práctica real. Ciertas legislaciones electorales pueden ser de nueva creación o
estar actualizadas, otras pueden basar su funcionamiento en estatutos obsoletos
que están desactualizados, pero que sin embargo aún están vigentes. Pueden
haber lagunas, conflictos e inconsistencias entre las diferentes partes que dan
forma a un marco legal y en consecuencia al proceso electoral. En Argentina, por
ejemplo, el capítulo argentino de Transparencia Internacional encontró que había
más de 90 secciones distintas de la legislación que tratan temas relacionados con
el tema del financiamiento de los partidos políticos. 73

Para efectos de integridad, es muy importante revisar el diseño legal en su


totalidad con el propósito de entender el marco legal y para determinar cuando sea
necesario la acción correctiva necesaria, y de ser el caso, el tipo de acción
definitiva que deba tomarse.

El fundamento para la integridad


Con el propósito de asegurar que los resultados de la elección reflejen lo más
exactamente posible la voluntad de los electores, el marco legal debe proteger los
principios de libertad, justicia y competencia electoral (ver Proceso Justo y
Equitativo). Estos pueden ser diseñados, como por ejemplo en Filipinas, hacia la
búsqueda de un contexto honesto, ordenado, pacífico, creíble, y para dar a los
ciudadanos del país las mismas oportunidades en el servicio público." 74 El marco
legal puede brindar protección a la integridad de la elección de distintas formas. El
poder es dado a organismos específicos que ejecutan funciones específicas. Sin
embargo este poder puede limitarse si dividimos este poder entre las distintas
instituciones y sujetándolo a una serie de revisiones y ajustes. Por ejemplo, un
organismo de administración electoral está facultado para administrar las
elecciones, pero otra instancia puede estar autorizada para determinar los límites
de los distritos electorales o para administrar los recursos públicos destinados a
los partidos políticos.

Las revisiones pueden hacerse a través de poderes delegados a una agencia u


oficina de supervisión, como en el caso de un Inspector General, para monitorear
la administración de la elección, identificación de problemas y para hacer
recomendaciones sobre acciones correctivas. El cumplimiento de la ley
regularmente queda a cargo de un sistema judicial, la policía, los tribunales y las
prisiones.

En las democracias emergentes, las reglas para una elección libre y justa aún
están en evolución. En estos casos, es muy importante incluir los principios
básicos en el marco legal. De acuerdo con el Dr. Robert Pastor, en el caso de
elecciones celebradas en países en transición de un régimen autoritario a uno
democrático "el reto es negociar de tal forma las reglas electorales que todos los
partidos las acepten y las respeten." 75 Una vez completado este marco legal
básico, se puede dar inicio al desarrollo de este trabajo en el contexto institucional
y administrativo con miras al proceso electoral.

La reforma del marco legal se puede convertir en el punto de partida para


devolverle la integridad al proceso electoral. Por ejemplo, este fue el caso de
México, donde la reforma electoral se convirtió en la "palanca"76 para un genuino
cambio democrático. La aplicación de la nueva legislación electoral fue el cimiento,
un nuevo marco institucional y la creación de distintas modalidades de
participación. Estas instituciones establecieron los procedimientos y métodos de
operación que reforzaron las provisiones sobre la integridad de la elección en la
nueva legislación. Estas series de reformas brindaron exitosamente el marco de
integridad necesario al Sistema Electoral Mexicano. 77

Se puede encontrar más información sobre el marco legal de las elecciones en


Instrumentos Legales (Doctrina/Teoría).

Las regulaciones son el conjunto de procedimientos y reglas que adoptan las


instituciones para instrumentar las responsabilidades dadas en el marco legal.
Regularmente, las agencias gubernamentales o ministerios cuentan con
atribuciones independientes para emitir regulaciones sin necesidad de una acción
legislativa.

Las instancias de política electoral o administrativas están facultadas por la


Constitución, o por las leyes electorales, para emitir regulaciones en materia
electoral. Estas reglas regulan la conducta de las elecciones y de los partidos
políticos que compiten en una elección. Las regulaciones, que provengan de estos
organismos o de otros más, también aplican a los otros aspectos de una elección,
como lo son los medios de comunicación el financiamiento de campañas y el
registro de sus miembros.

Las regulaciones pueden seguir los mismos principios de integridad encontrados


en Principios para una elección libre y justa y en el marco legislativo. Para ser
efectivas, son claras, equitativas y minimizan las restricciones sobre las libertades
políticas de los candidatos y de los electores. Una buena regulación puede ayudar
a asegurar la justicia de un proceso, igualdad de oportunidades y la
responsabilidad de todos los participantes. Debido a que las regulaciones son
emitidas por una agencia, son más fáciles de modificar y/o actualizar que la
legislación formal, y ofrece a los administradores de la elección con una
herramienta útil para identificar problemas de integridad en cuanto se presentan.
La regulación es similar a la legislación. Facultan a los oficiales electorales a llevar
a cabo ciertas tareas, sin embargo, también lo limitan para llevar a cabo acciones
independientes. Las regulaciones necesitan ser cumplidas, lo que asegura la
responsabilidad de los oficiales electorales y demás personal involucrado en el
proceso electoral. Los castigos y sanciones impuestos por el incumplimiento de
estas regulaciones, normalmente están implícitas. Estas van desde multas hasta
la pérdida de la libertad, en función del grado de la infracción. (más información
sobre este tema está disponible en Regulaciones Administrativas.)

En el sistema electoral mexicano, el Dr. Andreas Schedler ha identificado tres


regulaciones sobre administración electoral que ayudan a mantener la integridad
de la elección. Estas son:

Mantener un burocrático registro de las acciones, materiales y actos electorales,


que permita a los partidos políticos rastrear problemas hasta su misma fuente;
Identificar controles para cada documento y elector a efecto de eliminar cosas
tales como, papeletas perdidas o fraude electoral (i.e. para asegurar que cada
elector esté habilitado para votar y que cuente con una sola credencial para votar);
y
Programas para cada acto electoral, como por ejemplo el registro de un candidato.
Sin embargo, este programa limita el poder en tanto el registro debe hacerse
dentro del tiempo especificado en la misma regulación.82
Decretos

Los decretos gubernamentales son utilizados en ciertos sistemas y son parecidos


a las regulaciones en que son una orden del poder ejecutivo que tiene poder legal.
En Argentina, por ejemplo, un decreto presidencial en 1977 dio origen a la Oficina
Nacional de Ética Pública. Esta oficina, ubicada dentro de la oficina del Presidente,
elabora reglas nacionales sobre ética pública y monitorea su cumplimiento. 83
El contexto institucional para las elecciones se construye sobre las bases
depositadas en el marco legal. Se compone de un número de agencias y
organizaciones diferenciadas que dan forma a la estructura del sistema electoral.

Los principales actores institucionales en una elección son:

Los responsabiles de la política y administración de la elección-- Organismo de


Política Electoral y Organismo de Administración Electoral;
Agencias de Supervisión que prestan sus servicios para verificar la administración
electoral;
Partidos Políticos y los candidatos que contienden en las elecciones;
Grupos que intentan influencias los resultados de la elección (Grupos de Interés);
Observadores Independientes del proceso;
La prensa escrita (Los Medios de Comunicación); y
Agencias Responsables del Cumplimiento de la Ley, incluidas las agencias de
investigación, fiscales y los tribunales.
El papel de estas instituciones en el mantenimiento de la integridad electoral se
discute en cada una de estas secciones.

Es importante que el papel que le toque desempeñar a cada institución esté


claramente definida en el Marco Legal. Adicionalmente, con el propósito de
mantener la integridad de la elección, será de mucha utilidad que entre las
instituciones haya una separación de poderes y se haga una revisión equilibrada
del sistema electoral. Como se discutió en el punto relativo a Consideraciones
Administrativas, por ejemplo, si la responsabilidad de ejecutar muchas tareas se
deposita en el órgano de administración electoral -tales como el diseño, aplicación
y cumplimiento de de la legislación electoral y posteriormente actuar como un
tribunal supremo en materia electoral, hay pocas revisiones institucionales en sus
actos.87
Los preparativos institucionales, y acuerdos en estas estructuras, representan un
importante factor en la integridad de la elección. Uno de los cuestionamientos
básicos se refiere a que si es o no conveniente contar con uan política electoral
independiente y con un órgano de administración. En algunos países que tiene
antecedentes de haber estado gobernados por un solo partido, es probable que
los partidos de oposición y la sociedad civil esperen la instauración de una
comisión independiente que asegure la administración imparcial de las elecciones.

Al haber un acuerdo entre los principales partidos políticos y los actores civiles
sobre el tipo de marco institucional que adoptarán previo a la creación de alguna
institución, puede resultar en un órgano electoral mucho más creíble que ayude a
la construcción de un contexto de confianza sobre el sistema electoral. Sin este
acuerdo, el descontento y la desconfianza se irán arraigando a lo largo de todo el
proceso electoral. En Kenia, por ejemplo, "los arreglos institucionale para las
elecciones presidenciales y parlamentarias de 1992 y 1997 fueron la causa
inmediata de los intensos conflictos políticos."88 La Comisión Electoral, la
Corporación de Radiodifusión de Kenia, la policía, la administración provincial
fueron "considerados como adjuntos en la correspondiente Unión Gubernamental
nacional de Kenya por haber servido a sus propósitos durante las elecciones
multipartidistas de 1992." 89

Ya sea que el sistema institucional adoptados sea "balanceado" entre los


representantes de los partidos políticos, "independiente" en tanto está hecho para
los ciudadanos independientes, o que forme parte de una institución
gubernamental, las instancias electorales deben contar con la independencia
política y financiera necesarias para estar en condiciones de administrar una
elección libre, justa y competitiva. También deberán estar habilitados para
asegurar que los partidos políticos y los candidatos puedan participar bajo una
base de justifica e igualdad.
Un proceso justo y equitativo es otro componente esencial de la integridad
electoral. Para ser justo y equitativo el proceso debe brindarle igualdad de
tratamiento y oportunidades a todos los participantes. Sin embargo, lo que es
"justo o equitativo" implica un juicio subjetivo que puede variar de acuerdo con las
normas políticas y culturales de cada sociedad. A pesar de ello, como en el caso
de Comportamiento Ético, existen normas básicas de "equidad" que se deben
lograr para obtener una elección genuina. Entre esas normas figuran las
siguientes:

Un marco legal aceptable

El Marco Legal es la base de un sistema electoral. Un buen marco legal que


permite elecciones libres, justas y competidas es el fundamento de la integridad
electoral. Debe ser apartidista y cubrir todos los requisitos legales para una
elección, incluyendo los mecanismos institucionales para salvaguardar la
integridad electoral (supervisión, cumplimiento y otros frenos y contrapesos).

Un marco legal que esté redactado de manera clara y precisa ayuda a asegurar
que sus disposiciones estén libres de ambigüedad y puedan ser interpretadas de
acuerdo con la intención de los legisladores. Un esquema legal actualizado que
refleje la situación actual del país, como la delimitación de los distritos electorales,
puede evitar muchos problemas de integridad.

Una administración neutral

El Marco Institucional ilegal es tan bueno como su aplicación efectiva. La autoridad


electoral tiene la responsabilidad de conducir el proceso electoral conforme lo
prescriba la ley. Debe ser capaz de llevar a cabo esta responsabilidad de manera
imparcial, objetiva y libre de interferencia política.
Una administración neutral trata a todos los partidos y candidatos de manera
igualitaria sin ningún tipo de discriminación o tratamiento preferencial. La
percepción de una administración partidizada o la creencia de que está
comprometida con un determinado resultado, puede destruir la confianza pública
en el sistema así como la de los partidos políticos contendientes.

Los sistemas electorales pueden adoptar distintos mecanismos para garantizar


una administración neutral. En los países donde los ciudadanos confían en que el
gobierno brinde servicios públicos de manera imparcial, la administración electoral
está usualmente a cargo del gobierno. Cuando existe un historial de partido
dominante y de manipulación del proceso, se puede crear una comisión electoral
"independiente" que separe la administración electoral de la influencia del partido
dominante. Aunque se suponga que la comisión electoral es una institución
independiente, sigue siendo una institución pública que depende del gobierno para
su financiamiento.

En otros países se puede adoptar un sistema "balanceado o equilibrado" en donde


cada partido político cuente con representación en la administración electoral. Esta
representación sirve como un mecanismo de frenos y contrapesos sobre la acción
de otros comisionados y el organismo electoral en su conjunto. Otros sistemas han
adoptado una combinación de estos mecanismos, en donde se puede tener
comisiones independientes con balance político.

Algunos sistemas tratan de asegurar la neutralidad de los principales oficiales


electorales excluyéndolos de la política. Pueden ser nombrados para un
determinado periodo, sin que el gobierno sea capaz de removerlos salvo en
circunstancias extraordinarias. Un ejemplo de ello es la India, donde la Comisión
Electoral es un organismo constitucional permanente. El Comisionado Presidente
y los Comisionados Electorales son nombrados por el Presidente para un periodo
de seis años o hasta que alcancen los 65 años de edad. El Comisionado
Presidente solo puede ser removido del cargo mediante juicio político del
Parlamento.65

Otros sistemas no permiten que los principales oficiales electorales intervengan en


política. En Canadá, al Director y Subdirector General de Elecciones no se les
permite votar en elecciones federales. A los altos oficiales a nivel distrital tampoco
se les permite votar a menos que un recuento judicial confirme que se ha
producido en empate en la votación, en cuyo caso pueden votar para decidir el
resultado. 66

También puede ser posible que a los oficiales electorales se les pida que
renuncien a su filiación o militancia política durante el periodo de su encargo.

La neutralidad y el apartidismo de la administración electoral son factores


esenciales de la integridad. En muchos países, especialmente los que están en
proceso de transición, algunos partidos políticos todavía están convencidos de que
la única manera de ganar una elección es controlando la maquinaria electoral. Si
los partidos políticos y los electores creen que el organismo electoral no ha
actuado de manera imparcial, aún cuando su apreciación sea incorrecta, se puede
vulnerar la credibilidad de la elección y reducir la legitimidad de sus resultados.
También puede ofrecer un pretexto para que los partidos y candidatos derrotados
rechacen o boicoteen los resultados.

Tratamiento igualitario

Un tratamiento igualitario, que incluya la igualdad de oportunidades y acceso,


también es parte de una elección justa y equitativa. Esto significa que los
participantes reciban el mismo tratamiento de la autoridad electoral y tengan la
misma oportunidad de participar. Que tengan igualdad de acceso a la información,
a las autoridades electorales, a las agencias encargadas de hacer cumplir la ley, a
los medios de comunicación y a los electores. Los electores deben tener acceso al
registro, a facilidades para votar y a mecanismos para presentar quejas e
impugnaciones.

En tema relacionado es el de equidad en las reglas del juego, que todos los
contendientes compitan en igualdad de condiciones. En la mayoría de los países
existen partidos o candidatos dominantes y pequeños o nuevos, luchando por
implantarse y convencer al electorado. Tienen diferentes capacidades humanas y
financieras, así como distintos grados de desarrollo organizativo. Incluso si existe
igualdad de oportunidades, la disparidad de recursos puede crear una sensación
de inequidad, ya que los partidos fuertes están en mejores condiciones de tomar
ventaja de las oportunidades que los partidos pequeños.

En México, por ejemplo, los partidos opositores utilizan "el vocabulario del fraude
para denunciar no un fraude, sino condiciones inequitativas de competencia
interpartidista".67

La pregunta de qué es lo que se necesita para nivelar un campo para que el


proceso sea considerado justo se discute a detalle en Condiciones de Equidad en
la Contienda.

Un proceso transparente

La transparencia del sistema electoral, incluyendo su marco legal e institucional,


es crucial. Es necesario que los participantes tengan acceso a toda la información
sobre los procedimientos electorales para que puedan entender como funciona el
proceso, qué necesitan hacer, y a dónde pueden dirigirse si necesitan orientación.
Una toma de decisión y procedimientos transparentes usualmente generan
confianza en el proceso y demuestran que todos son tratados por igual de acuerdo
con las reglas.
Un sistema opaco, donde la lógica de los procesos de toma de decisión es
desconocida, puede generar desconfianza en el sistema y la percepción de que el
proceso es manipulado por motivos personales o partidistas. Los sistemas
cerrados pueden ofrecer resguardo a quienes están interesados en subvertirlo y
puede dificultar la detección de sus actividades. En su encuesta sobre pago de
sobornos de 1999, Transparencia Internacional encontró que el 57% de los
encuestados citó el manejo secreto del gobierno como una de las principales
razones para el incremento de la corrupción.68 La transparencia y el escrutinio
público que normalmente la acompañan, forzan a los oficiales electorales y a otros
involucrados en el proceso electoral a cumplir con las reglas y a rendir cuentas de
sus acciones.

Para hacer efectiva la transparencia, usualmente se requiere una buena


comunicación tanto con el público como con los partidos y candidatos que
contienden en las elecciones. Realizar consultas regulares entre las autoridades
electorales y los actores políticos puede coadyuvar a construir una administración
electoral transparente y un marco que resulte aceptable para los participantes.
Esto es especialmente útil en los países en transición, donde los procedimientos
todavía están siendo desarrollados y los candidatos tienen inquietudes sobre la
capacidad de las autoridades electorales para organizar y celebrar elecciones
libres y justas.

Mantener al público informado es una parte esencial de la comprensión del


proceso por parte del elector y de los problemas u obstáculos que se enfrentan. La
forma en que la autoridad electoral se comunica con el público afectará la
percepción del proceso y, en consecuencia, su nivel de confianza. Como lo explica
IDEA:

Para que una elección sea exitosa, los participantes tienen que sentirse capaces
de aceptar las decisiones de la autoridad electoral. Se sentirán más dispuestos a
hacerlo si saben que las decisiones se han tomado de la manera apropiada, para
lograrlo, deben tener acceso a la información en que se basan las decisiones. 69
La transparencia puede ayudar a generar confianza y apoyo en el proceso. Por
ejemplo, en el proceso de registro electoral que se llevó a cabo en Haití en el año
2000, algunos de los materiales fueron destruidos por turbas partidistas que
trataron de controlar la maquinaria electoral en el oeste del país. No hubo
respuesta a la solicitud de la Comisión Electoral Provisional (CEP) para que la
policía actuara y protegiera los materiales de registro.

El Presidente de la Comisión se dirigió a la nación mediante radio y televisión para


reportar los problemas, reiterando el compromiso de la Comisión de celebrar
elecciones libres y justas a tiempo y en un ambiente de seguridad y solicitó el
apoyo de la opinión pública. Como resultado, una encuesta posterior mostró que
sólo 6% de la población consideraba que un cambio en la fecha de la elección
sería culpa de la Comisión, mientras que más del 50% indicó que el gobierno y
partidos políticos serían los responsables.70

Cobertura integral del proceso y de todos los participantes

Generalmente un proceso es libre y justo si los mecanismos para salvaguardar la


libertad y equidad comprenden a todos los participantes y al proceso en su
conjunto. Esto puede iniciarse con la incorporación de mecanismos para proteger
la integridad en el marco legal e institucional y continuar a lo largo del proceso de
administración electoral; preparación de las elecciones; registro de electores y
candidatos; periodo de campañas; votación; escrutinio; resolución de
controversias y toma de posesión de los representantes electos. Puede cubrir a
todos los participantes desde los administradores electorales hasta los
contendientes. Usualmente también cubre a quienes trabajan para tratar de influir
en los resultados de la elección y a los observadores del proceso. Finalmente,
incluye a los electores mismos y su comportamiento a lo largo del proceso.
Rendición de Cuentas
La rendición de cuentas es otro aspecto importante de la integridad electoral.
Después de todo, las elecciones son un medio a través del cual los ciudadanos
hacen responsables y sujetos de rendición de cuentas a las autoridades elegidas.
Los oficiales electorales son responsables y rinden cuentas por el tipo de proceso
electoral que administran.

Los oficiales electorales utilizan recursos públicos para efectos electorales son
responsables y rinden cuentas por el uso de esos recursos. Son responsables de
las decisiones que toman y de la forma en que lo hicieron. También lo son de la
administración de las elecciones y de su funcionamiento. Rinden cuentas por el
cumplimiento de las leyes y regulaciones y por haber desarrollado sistemas
adecuados para supervisar ese cumplimiento así como para detectar dispendios,
fraudes y abusos.

La rendición de cuentas normalmente exige presentar informes a las agencias de


fiscalización y a las que proveen los fondos. La rendición de cuentas puede ser
asegurada a través del monitoreo regular de las agencias de Supervisión oficial y
a través de las auditorías de reportes financieros y de desempeño, las cuales
pueden evaluar su integridad y nivel de cumplimiento de las responsabilidades
electorales.

La rendición de cuentas es un asunto público. De acuerdo con las normas de


auditoría de los Estados Unidos: "si bien no siempre está especificado en la ley, el
concepto de rendición de cuentas es inherente a la función de gobierno... El
público necesita saber si los fondos son manejados debidamente y de acuerdo
con la ley. También quiere y necesita saber si las organizaciones, programas y
servicios de gobierno están logrando sus objetivos y si operan de manera
eficiente" 71
Los partidos políticos y los candidatos también son responsables y sujetos a rendir
cuentas por la forma en que participan y hacen actos de campaña. Los grupos de
interés y de cabildeo también lo son. Los observadores y vigilantes también son
responsables por la forma en que observan y presentan reportes. Los electores
son responsables por la forma en que participan. Para mayor información sobre la
responsabilidad y rendición de cuentas de partidos y candidatos, ver Rendición de
Cuentas.

En unos cuantos países, existe un sistema de inmunidad para los funcionarios


públicos o representantes populares de alto rango. Estos sistemas pueden ser
revisados para asegurarse de que no evaden el proceso de responsabilidades o
dañan la integridad del proceso electoral.

Monitoreo y Cumplimiento de la Ley


Para asegurar un proceso libre y justo y para que los administradores y
participantes sean responsables por sus acciones, el marco legal e institucional
requiere de monitoreo (ver Supervisión de la Integridad de la Elección) y de
mecanismos para asegurar su cumplimiento (ver Aplicación de la Ley sobre
Integridad Electoral).

El monitoreo permanente del proceso, a través de mecanismos de control internos


y externos (ver Administración Electoral, Supervisión oficial, Observadores de los
Partidos Políticos, Observación Electoral Nacional y Observación Electoral
Internacional) puede identificar problemas y a los grupos o individuos
responsables.

El fraude y la corrupción pueden florecer en un clima de impunidad donde las


leyes no se cumplen. La encuesta sobre pagos de sobornos de Transparencia
Internacional encontró que el 63% de los encuestados consideraba que la
inmunidad de los funcionarios públicos era uno de los principales factores del
incremento de la corrupción. 72
Para mantener la integridad, los problemas identificados mediante el monitoreo
necesitan ser afrontados por las autoridades respectivas. Se pueden modificar los
procedimientos o acciones inapropiadas. Las violaciones a la ley pueden ser
atendidas por el sistema legal, con previsión de sanciones para los infractores.

Sin una efectiva aplicación de la ley, los mejores procedimientos, sistemas o


mecanismos de integridad pueden ser evadidos, ignorados o aplicados de manera
selectiva. Una aplicación de la ley efectiva y oportuna contribuye a asegurar la
rendición de cuentas y ayuda a prevenir futuros problemas y acciones legales.

Legislación
Normalmente las leyes son promulgadas por el poder legislativo y son ejecutadas
por las fuerzas policiacas y los tribunales. Usualmente existe cierto número de
leyes que guardan extrechos vínculos interrelacionadas entre sí para apoyar la
integridad de la elección. Existe una ley específicamente de carácter electoral, así
como leyes orientadas a hacer cumplirlas. Asimismo se contemplan códigos
penales que penalizan las actividades ilegales y leyes civiles que castigan cosas
tales como la difamación u otro tipo de daños personales.

En los países donde prevalece un sistema de gobierno federalista, esto es aún


más complicado debido a la existencia de leyes estatales o locales además de las
existentes a nivel nacional. El resultado final puede ser un complicado laberinto
legislativo con a lo sumo, provisiones conflictivas. Las legislaciones no pueden ser
vagas o tan demasiado extensas que queden abiertas a distintas interpretaciones.
En estos casos, las impugnaciones que se presentan en este contexto usualmente
son llevadas a los tribunales.

Generalmente es responsabilidad del poder legislativo asegurar la creación de


todas las instituciones y leyes implícitas en la Constitución. Por ejemplo, la
Constitución puede prever la conducente para un sistema de gobierno local. La
administración electoral puede considerar la celebración de elecciones para estas
oficinas, sin embargo si la legislación que regula a estos órganos locales no es
aprobada, se elegirán oficiales sin autoridad o recursos.

Para la integridad de la elección, las leyes deben proteger los principios de


libertad, justicia y competitividad (ver Principios Guía) y regularmente son
adoptadas para mantener el ritmo con la evolución política y tecnológica del país.
Como lo explica Agustín Ricoy, exsecretario general del Instituto Federal Electoral
de México:

Las leyes deben evolucionar al mismo ritmo que la realidad que regulan. Este
fenómeno de integración y perfeccionamiento de la ley nos permite dimensionar
adecuadamente el desarrollo democrático del pueblo, lo que a su vez le permite
crecer en el aspecto social y económico, sobre la base del respeto hacia la
soberanía que expresarán a través de la emisión del voto.78
En el caso de Nueva Zelanda, esta flexibilidad se mantiene por medio del Comité
Legislativo Electoral, quien es designado por cada Parlamento para considerar los
temas relacionados con el ámbito electoral. Después de una elección general, este
Comité dirige una investigación que abarca los aspectos administrativo y legales
de la elección. Revisa los informes del Jefe de la Oficina Electoral, del Ministro de
Justicia, del Centro de Reclutamiento Electoral y los comentarios públicos. En
base a esta revisión, efectúa recomendaciones a la Cámara sobre posibles
modificaciones a la legislación electoral. 79

Legislación electoral

En muchos países se ha adoptado una legislación sobre elecciones nacionales


que cubre rigurosamente muchos de los aspectos de un proceso eelctoral.
Incluidos en una legislación se encuentran los mandatos en materia de política y
administración electoral: el itinerario para las elecciones, los requisitos que debe
cubrir el elector, los registros de candidatos y partidos políticos; los principios para
la votación y el escrutinio; los mecanismos de control, y los castigos impuestos por
violaciones a la misma. Asimismo, se detallan los procedimientos y mecanismos
que regulan las impugnaciones y disputas relacionadas con el proceso electoral.
(para mayor información, ver Ley Electoral)

Los sistemas que cuentan con una legislación electoral rigurosa puede minimizar
los aspectos de integridad que frenan los conflictos que se presentan entre las
distintas áreas de la misma. Si contamos con una efectiva legislación, los
mecanismos orientados a su cumplimiento pueden ser descritos dentro de la ley,
específicamente los que detallan qué reponsabilidades le correponden a la política
electoral y al órgano de administración, y qué responsabilidades pertenecen a los
sistemas de justicia u otros mecanismos para hacer respetar la ley.

Leyes de aplicación penal.

Los elementos de integridad de una elección que involucran el fraude, la


corrupción o la violencia usualmente están cubiertos en los códigos civiles de cada
país. En ellos se consideran acciones qye superan problemas específicos e
involucran importantes temas tales como el mantenimiento de la ley y el orden, y
la lucha contra el fraude y la corrupción.

Incluso puede haber leyes anti-fraude y leyes anti-soborno que puede aplicarse a
estas infracciones cometidas durante el proceso electoral. Adicionalmente, se
pueden adoptar leyes específicas que están directamente relacionadas con temas
como el fraude electoral y la corrupción, tales como la relativa al uso apropiado de
los fondos de campaña, prohibiciones en contra de la compra de votos,
limitaciones a las contribuciones de campaña y otros de la misma naturaleza.

El sistema de justicia penal regularmente entra en funcionamiento si el gobierno


presenta cargos en contra de una persona o grupo de personas que violan alguna
de estas leyes. El caso es llevado a los tribunales, quien le dicta sentencia al
ofensor si lo encuentra culpable de haber quebrantado la ley.

Es importante asegurarse que los códigos penales contemplen violaciones a la ley


electoral y que las infracciones penales no caigan en lagunales legales debido a
omisiones. Por ejemplo, esto ocurrió como parte de la reforma electoral en México,
durante la creación de la Oficina del Fiscal Especial. Es responsabilidad de esta
oficina asegurar que el código penal mexicano considere acciones criminales en
materia electoral, entre las que se incluyen:

Comportamiento negativos que afecten las condiciones de la contienda electoral


(cobertura de los medios de comunicación electrónicos, gasto y financiamiento de
los partidos políticos, acciones del gobierno y programas publicitarios,
específicamente la desviación de recursos, propiedades o servicios utilizados por
el servidor público con fines electorales), así como aquellas que pueden producir o
favorecer ciertas irregularidades, todas ellas con el propósito de proteger los
derechos humanos y políticos de los ciudadanos.80
Leyes sobre Derechos Civiles

Algunos países han adoptado leyes sobre derechos civiles para proteger los
derechos de los electores y para prevenir la discriminación. Estas leyes
complementan las provisiones que sobre derechos políticos nos brinda el marco
constitucional y legal identificando las áreas específicas donde históricamente se
presentan problemas relacionadas con la discriminación, el trato arbitrario que
hace el gobierno o de particulares de las minorías u otros grupos.

En el caso de los Estados Unidos, un serie de Leyes sobre Derechos Civiles


promulgada a efecto de prevenir la discriminación racial. Estas provisiones
incluyen una prohibición sobre discriminación arbitraria en el registro de electores,
acelerando las. iniciativas sobre derechos electorales y creando un Comisión
Bipartidista sobre Derechos Civiles para investigar los asuntos relacionados con
esta materia. Estos leyes fueron complementadas por una Ley de Derechos
Electorales que especifícamente dirigía restricciones que fueron usadas para
prevenir a los electores minoritarios de su derecho para ejercer el voto. Entre
estas provisiones legales estaba una prueba del Tribunal que verificaba la
legalidad de los impuestos (el Tribunal la encontraba inconstitucional), una
suspensión del uso de pruebas sobre alfabetismo, y funcionarios federales para
registrar en areas con antecedentes de discriminacion.81

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