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El Marco Legal se define como los decretos, normas y reglamentos que forman las
leyes que rigen a un estado y a sus habitantes usualmente dictadas por la
suprema legislación del país, en nuestro caso la Constitución Política de la
República de Guatemala. Las leyes, los códigos penales y las regulaciones son
legislados por un parlamento y su objetivo es constituir normas de conducta y ética
para el comportamiento de los miembros de la sociedad. El marco legal además
regula la elección por ciudadanos de los integrantes de los órganos
representativos del poder público.
Su objetivo principal es realizar el bien común de todos los habitantes del país,
son teóricamente accesibles a toda Guatemala y fáciles de entender aunque
debido al índice de 30% de analfabetismo se tornan difíciles de entender para este
porcentaje de la sociedad quienes muchas veces cuentan con una limitada
educación y por ende con bajos o nulos ingresos económicos.
El jurídico marco legal se divide en dos los cuales son: Marco Jurídico Externo y
Marco Jurídico Interno.
El Marco Jurídico Externo está formado por las leyes, decretos y resoluciones de
orden público constitucional y de constituciones provinciales. En este marco se
incluyen las leyes y decretos nacionales y provinciales. Un ejemplo es La ley del
Impuesto de Solidaridad que se basa en el principio de solidaridad, promoviendo
la realización del bien común por medio de la orden hacia los guatemaltecos de
contribuir con los gastos públicos.
Este recurso debe ayudar a entender qué es un marco jurídico electoral y qué
puede aspirar a ser. Para diseñar o rediseñar un marco jurídico que sustente unas
elecciones existen diversas alternativas. La labor puede facilitarse al brindar
información amplia y sistemática a los profesionales del ámbito electoral y a otras
personas implicadas en la celebración de elecciones, en función de las
circunstancias. Se analizan aquí las alternativas y los instrumentos jurídicos
fundamentales para la redacción de los reglamentos electorales, así como los
rasgos característicos de cada uno de ellos.
Por último, en el cuarto capítulo se recogen estudios de casos que ilustran algunas
de las experiencias hasta la fecha.
Establecer las “reglas del juego” electoral debe ser una preocupación de vital
importancia para los partidos políticos, los candidatos y los ciudadanos. Las
elecciones democráticas sirven para establecer una competencia justa y pacífica
entre aquellos que aspiran a ejercer poderes públicos como representantes del
pueblo. Asimismo, constituyen un medio a través del que la ciudadanía manifiesta
libremente su voluntad y otorga autoridad y legitimidad a sus representantes para
tomar las riendas del gobierno. Así pues, tanto los candidatos electorales —los
partidos políticos y sus candidatos— como el conjunto de la población— los
ciudadanos y sus colectivos— tienen un interés directo e inmediato en que las
normas de la contienda electoral, así como su aplicación, garanticen una
verdadera elección democrática[i].
[i] Merloe, Patrick, Promoting Legal Frameworks for Democratic Elections: An NDI
Guide for Developing Election Laws and Law Commentaries [Promoción de
marcos jurídicos para las elecciones democráticas: Una guía del NDI para la
formulación del derecho electoral y comentarios a la legislación] (Washington D.
C.: National Democratic Institute for International Affairs [NDI], 2008), p. 1
Principios rectores (tratados, convenios y normas internacionales)
Todos los países son libres de elegir el sistema electoral más adecuado. Sin
embargo, esa libertad es limitada, y para que el sistema se considere democrático
ha de establecerse en consonancia con las normativas y principios
internacionales. Cada país tiene también una historia y un contexto propios. Por
ejemplo, en los países con un pasado colonial, la revisión de los marcos jurídicos
tiende a adoptar sistemas electorales coloniales. Por esa razón, la revisión del
marco jurídico debe llevarse a cabo con prudencia y teniendo en cuenta las
particularidades históricas, sociales y culturales del país. Esta cuestión se tratará
más ampliamente en la próxima sección.
Puede decirse, sin embargo, que el marco jurídico tiene que estructurarse de
modo que incluya los principios siguientes:
Ha de ser sencillo;
Ha de ser inteligible;
Ha de ser claro;
Tiene que incluir todos los elementos electorales necesarios para asegurar la
celebración de elecciones democráticas.
Asimismo, es necesario que el marco jurídico incluya mecanismos eficaces para
garantizar la plena aplicación de la ley y de los derechos civiles. Las
transgresiones a los mismos deben penalizarse.
Los marcos jurídicos deben respaldar el derecho de los votantes, los partidos
políticos y los candidatos a interponer un recurso de apelación ante las
autoridades o tribunales legítimos con miras a impugnar cualquier violación de los
derechos civiles. El marco jurídico debe obligar a las autoridades y tribunales
electorales a resolver las apelaciones relacionadas con la violación del derecho al
voto y ofrecer los medios para que se lleve a cabo con agilidad. Con el fin de
disponer de resoluciones firmes sobre las cuestiones electorales, el derecho
electoral ha de autorizar a las autoridades de jerarquía superior a revisar las
directrices y resoluciones de jerarquía inferior. Las resoluciones dictadas por las
autoridades y los tribunales de jerarquía superior tienen que aplicarse
inmediatamente .
Los marcos jurídicos también deben establecer los plazos razonables en que se
pueden interponer, analizar y resolver las apelaciones de carácter electoral. Las
resoluciones al respecto tienen que comunicarse a las partes litigantes
inmediatamente. Algunas apelaciones pueden resolverse sin demora, mientras
que otras pueden tardar días o incluso más tiempo. Así pues, la introducción de
unos plazos flexibles puede resultar útil en la medida en que se tengan en cuenta
el rango de la autoridad decisoria, la naturaleza del caso y la urgencia respecto a
las elecciones. Si los recursos se resuelven a tiempo pueden evitarse muchos
problemas. Sin embargo, algunas apelaciones solo pueden interponerse después
de que hayan concluido las elecciones.
Desde el marco constitucional se establece que todas las personas nacen libres e
iguales en dignidad y derechos. En este sentido el Estado tiene la responsabilidad
de proteger y asegurar entornos libres de violencia, donde sus ciudadanos y
ciudadanas puedan vivir en paz y lograr un desarrollo integral. Estas ideas quedan
plasmadas en sus tres primeros artículos.
Artículo 4. Libertad e igualdad. “En Guatemala todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la mujer, cualquiera que sea
su estado civil, tienes iguales oportunidades y responsabilidades”.
Los artículos 47 y 71 tienen relación con el embarazo temprano y el matrimonio
infantil (temas sobre los que profundizará el Módulo 2_ conceptos básicos); el
primero de los artículos mencionados reafirma la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres en el seno del matrimonio y el segundo de ellos, el derecho de
las niñas y adolescentes en situación de especial vulnerabilidad a permanecer
escolarizadas y a recibir el apoyo del Estado para poder continua sus estudios.
Título II, Derechos Humanos. Capítulo II. Derechos sociales. Sección primera.
Familia.
Título II, Derechos Humanos. Capítulo II. Derechos Sociales. Sección octava.
Trabajo.
Algunos de los puntos específicos que se abordan en los Acuerdos de Paz sobre
la situación de las mujeres son: la promoción de la participación política de las
mujeres, el acceso a los recursos (económico, social) y a las oportunidades
(educación, formación, salud, trabajo), la solicitud de tipificación de acoso sexual
como delito, la creación de la Defensoría de la Mujer trabajo), la solicitud de
tipificación de acoso sexual como delito, la creación de la Defensoría de la Mujer
todos los ámbitos y la lucha contra la discriminación hacia las mujeres en todas
las esferas de la vida.
El capítulo III. Situación agraria y desarrollo rural implica por parte del Estado la
promoción del fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones de los
pueblos indígenas, de asociaciones de productores, de los empresarios, de los
sindicatos de trabajadores rurales, de las organizaciones campesinas y de
mujeres o de las universidades y centros de investigación del país. Además,
incentiva ampliar la participación de estas en el Consejo Nacional de Desarrollo
Agropecuario (CONADEA), como el principal mecanismo de consulta,
coordinación y participación social en la toma de decisiones para el desarrollo
rural y el cumplimiento del capítulo.
Finalmente, hay que apuntar que el acuerdo sobre el fortalecimiento del poder civil
en una sociedad democrática[4] tiene un capítulo dedicado a la participación de la
mujer en el fortalecimiento de este. Los puntos 59 y 60 respectivamente, explican
el compromiso del gobierno: incentivar campañas de difusión y programas
educativos para concientizar sobre el derecho de las mujeres a participar activa
en el proceso de fortalecimiento del poder civil; adoptar políticas para favorecer la
participación de la mujer; respetar, impulsar, apoyar e institucionalizar las
organizaciones de las mujeres del campo y la ciudad; y determinar que en todas
las formas de ejercicio del poder, se establezcan y garanticen oportunidades de
participación a las mujeres organizadas o no.Por su parte, el Procurador de los
Derechos Humanos considera, en relación con el Artículo 8 de la iniciativa de ley,
que debe quedar explícito que es obligación del Estado garantizar condiciones
para que la juventud pueda ejercer sus derechos y que nadie viole los mismos,
reparar a las víctimas y castigar a quien vulnere sus derechos. En relación con el
Artículo 10 de la iniciativa, debe contemplarse el aseguramiento de procesos de
información, prevención, promoción, atención y rehabilitación, con enfoque de
Derechos Humanos, perspectiva de género y multiculturalidad. Asimismo, sobre el
ejercicio y promoción de los Derechos Humanos Sociales, Económicos y
Culturales, se hacen las siguientes precisiones que sugiere incluir a la iniciativa de
ley:
• Es importante incluir la atención en salud mental, particularmente en relación
con el consumo, uso y abuso de drogas, tabaco y alcohol);
• Debe asegurarse la educación y formación integral, incluyendo: educación
escolar, extraescolar, formal y no formal, educación continua, que sea de
calidad, con enfoque de derechos, de género y pertinencia cultural;
• Implementar políticas públicas, planes, programas y proyectos que generen y
mejoren el empleo juvenil, el fomento a la productividad para la juventud,
impulsar campañas para promover la inserción laboral de la juventud,
programas que procuren el primer empleo, creación de mecanismos que
coadyuven a la consecución del pleno empleo de la juventud, entre otras; y
garantizar la inserción o reinserción laboral de jóvenes en proceso de
rehabilitación social;
• Garantizar el acceso a espacios deportivos, la promoción de espacios para el
esparcimiento y uso adecuado del tiempo libre y el acceso y práctica de
deportes no federados; y
• Asegurar la promoción y participación de la juventud en los distintos ámbitos:
comunitario, municipal, departamental, regional y nacional, fomentando la
participación social y la auditoría social, en consonancia con lo establecido en
la Ley de Consejos de Desarrollo.
En el presente trabajo de tesis, la autora ha reiterado la importancia que tiene la
Política Nacional de la Juventud 2012-2020, ya que la misma representa la
herramienta básica para que la juventud del país desarrolle plenamente sus
potencialidades y sean protagonistas de su desarrollo social e individual,
económico, político y cultural que permita el efectivo goce de los derechos arriba
enunciados. La Política Nacional de la Juventud recoge los compromisos y las
tareas del Estado, en relación con las condiciones de desarrollo de la juventud e
incluye una serie de acciones; no obstante lo anterior, es una política que tiene un
componente temporal determinado y se puede catalogar de "política de
Gobierno”, ya que nada obsta a que el actual derogue el Acuerdo Gubernativo
que la creó o que la modifique sustancialmente o que la relegue.
Por ello, se precisa de la emisión por parte del Congreso de la República de
Guatemala, de una ley ordinaria en materia de juventud que delimite los principios
y preceptos legales aplicables a estas políticas públicas y, en consecuencia, las
mismas sean vinculantes para todos los Gobiernos futuros; en el entendido que
éstas políticas deben ser de Estado y no de gobierno alguno, ni mucho menos
constituirse en plataformas electorales de ningún tipo.
Institucionalmente, la iniciativa de ley en referencia pretende sustituir al Consejo
Nacional de la Juventud (CONJUVE) y en su lugar, crearía la Secretaria Nacional
de la Juventud, como dependencia centralizada, con el rol de rector estatal
especializado y encargado coordinar, dirigir, diseñar, articular la ejecución de
políticas públicas integrales y en pro de la juventud.
La creación de una Secretaría encuentra su base legal en el Artículo 202 de la
Constitución Política de la República y los artículos 8 y 15 de la Ley del
Organismo Ejecutivo. De acuerdo con el artículo 8 de esta ley, las Secretarías de
la Presidencia son dependencias de apoyo a las funciones del Presidente de la
República, que no podrán ejercer funciones de ejecución de programas, proyectos
ni otras funciones a cargo de Ministerios u otras instituciones de Gobierno.
Asimismo, es de considerar que el Artículo 23 de la misma ley indica que los
Ministros son los rectores de las políticas públicas correspondientes a las
funciones sustantivas de cada Ministerio; asimismo, ejercen un papel de
coordinación y facilitación de la acción del sector o sectores bajo su
responsabilidad, para lo cual deben coordinar esfuerzos y propiciar la
comunicación y cooperación entre las diferentes instituciones públicas y privadas
que corresponda. Todas las instituciones públicas que tengan funciones
relacionadas con el o los ramos de cada Ministerio forman parte del sector o los
sectores correspondientes y están obligadas a coordinar con el rector sectorial.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, una Secretaría es un ente de
apoyo y puede ser coordinador, pero no ejecutor, a diferencia de un Ministerio. El
artículo 202 constitucional establece que la función de las secretarías se fijará en
la ley. Por lo anterior, no es conveniente incluir en la iniciativa de ley que el
Secretario Nacional de la Juventud goce de los mismos derechos y prerrogativas
que los Ministros de Estado, pues es ponerlo al nivel de la Secretaría General y la
Secretaría Privada de la Presidencia, que son de rango constitucional.Su nivel
debería ser el de las otras Secretarías instituidas legalmente, que requieren los
mismos requisitos para ser Ministro y gozará de derecho de antejuicio en la
misma forma; pero no con todos sus derechos y prerrogativas. Asimismo, se
recomienda modificar el Artículo 21 de la iniciativa de ley, debido a que las
políticas públicas las deberá aprobar el Organismo Ejecutivo y no la Secretaría
prevista, que podría proponerlas únicamente; por lo que las instituciones
integrantes del Consejo Consultivo de Políticas Públicas para la Juventud serán
las encargadas de gestionar y ejecutar su presupuesto y, en cuanto apromover la
cooperación bilateral y multilateral con otros gobiernos, esto le corresponde
legalmente al Ministerio de Relaciones Exteriores y la Secretaría puede coadyuvar
en tal función, pero no gestionar directamente ante Estados y organismos
internacionales. Para hacer eficiente el cumplimiento de las obligaciones del
Estado, no hay que crear instancias que burocraticen más y cuyas funciones se
mezclan y/o confunden. Por último, dadas las experiencias previas en el Estado,
el Consejo Nacional de la Juventud debe ser subrogado en sus funciones,
recursos, equipo y personal en la Secretaría Nacional de la Juventud, una
autoridad de alto nivel que tendría función técnica y de coordinación intersectorial
en la administración pública. Es mejor utilizar la figura de la subrogación y no de
liquidación.
Asimismo, el proyecto de ley busca la creación de la Comisión Intersectorial de
Políticas Públicas para la Juventud, logrando una coordinación interinstitucional
con representantes de 9 Ministerios del Estado, obligando a cada uno de los
Ministerios a que ejecute una política pública dirigida a la juventud; también
integrarían la Comisión los representantes de 6 Secretarías de la Presidencia
(incluyendo la de la Juventud, cuyo titular preside el Consejo), considerándose
que las instituciones que integrarían el Consejo en referencia, deberían de realizar
acciones en beneficio de la juventud. Además representantes de otras entidades
públicas, como la Asociación Nacional de Alcaldes Municipales, la Universidad de
San Carlos de Guatemala, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y
el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural. Por último, un representante
de las universidades privadas.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, es mejor prorrogar el Gabinete
Específico de la Juventud, integrado por diferentes Ministerios y Secretarías que
implementan programas y proyectos de atención a jóvenes, y que la Secretaría
Nacional de la Juventud sea la secretaría técnica del Gabinete. No es necesario
entonces crear la Comisión que hará lo mismo que el Gabinete Específico, que se
encuentra en funciones, como sea expuesto. Al aprobar la Política Nacional de la
Juventud 2012-2020 también se elaboró el Plan de Acción Interinstitucional (PAI
2012-2016) y el Sistema de Monitoreo y Evaluación que establece indicadores
medibles, los que deben ser retomados.
Para la autora, esta composición que se propone para la Comisión Intersectorial
de Políticas Públicas para la Juventud refleja un claro dominio del Organismo
Ejecutivo con 15 miembros, entre Ministerios y Secretarías. El sector privado se
ve limitado al universitario y los organismos de jóvenes no tienen ningún
representante, lo cual es del todo negativo porque se está pretendiendo crear un
espacio para asesorar la puesta en práctica de programas y proyectos de la
juventud, sin que los jóvenes tengan tan siquiera voz en la discusión.
El tercer componente del sistema que propone la iniciativa de ley es el Consejo
Nacional Juvenil, que es un órgano de discusión, consulta y propuesta, con
carácter representativo y participativo de la juventud. La integra el Secretario
Nacional de la Juventud, un representante de cada una de las secretarías de la
juventud de los partidos políticos legalmente inscritos, un representante por cada
una de las comunidades lingüísticas Mayas, un representante del pueblo Xinca;
un representante del pueblo Garífuna; un representante por cada una de las
Regiones legalmente establecidas en Guatemala y representantes de las
organizaciones juveniles que trabajan asuntos relacionados a la juventud.
Para el Procurador de los Derechos Humanos, sobre el Consejo Nacional Juvenil,
resulta necesario evaluar si los partidos políticos son realmente representantes y
representativos de la sociedad civil organizada y si éstos tienen políticas
específicas para la juventud y secretarías de juventud. De incluirse la participación
de lasorganizaciones juveniles en dicho órgano, debe garantizarse que la misma
sea a través de procesos que garanticen la elección objetiva, transparente y
representativa de los mismos y que, a su vez, tengan como efecto la participación
real y efectiva de estos representantes en las instancias correspondientes. La
experiencia guatemalteca revela que cuando se incluye representación de grupos
sociales en instancias gubernamentales o estatales, la participación se debilita y
desnaturaliza, prevaleciendo muchas veces intereses particulares y generando
cuestionamientos y confrontaciones entre los grupos sociales. Así que se
considera preferible la participación activa, propositiva y dinámica de la juventud a
través de procesos de auditoría social e incidencia en las políticas públicas y no a
través de representación en instancias gubernamentales, que históricamente no
han sido exitosos.
Sobre esta composición, para la autora, no queda claro si estas "regiones” son a
las que ya se han establecido a nivel de los Consejos Regionales de Desarrollo
Urbano y Rural, que son 8, o si para efectos de la ley se establecerán
reglamentariamente otras. También, se coincide con el criterio del Procurador de
los Derechos Humanos en cuanto a que la participación de los partidos políticos
genera cierta controversia porque la juventud ha mostrado ser contrario a los
partidos políticos, en sus demandas sociales; pero, no se comparte la exclusión
de los sectores juveniles del Consejo Nacional Juvenil porque es necesario,
aunque debe evitarse su politización y sectorización a fines particulares. Así que
debiera analizarse este punto porque la otra forma de que los jóvenes sean
escuchados para coadyuvar en formular políticas públicas es través de su
inclusión en los Consejos Nacional, Regionales y Departamentales de Desarrollo
y no se plantea reformas a la ley que los regula.
Finalmente, el componente financiero es uno de los que más importa y que debe
estar presente en toda ley, porque es necesario determinar la fuente de
financiamiento de los gastos, por lo que en la iniciativa de ley se propone destinar
no menos del 10 % de lo que recaude del Impuesto al Tabaco y sus Productos
para financiamiento de la Secretaría Nacional de la Juventud.
Para la autora, es importante para que las políticas públicas funcionen que tengan
financiamiento, sin embargo, el proyecto
Mejores prácticas, por ejemplo en lo referente a la transparencia, la igualdad de
condiciones para los candidatos electorales, la educación de los votantes y la
creación de un entorno pacífico para la votación: “Aunque los instrumentos
universales o regionales no siempre se refieren específicamente a ellas, muchas
de estas prácticas pueden ser consideradas esenciales para un proceso electoral
auténtico y democrático”[xv].
Tal como lo resume el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia
Electoral (IDEA Internacional): “El marco jurídico debe estructurarse de manera
que resulte inequívoco, comprensible y transparente, y ha de abordar todos los
componentes del sistema electoral necesarios para garantizar las elecciones
democráticas”[xvi]. Para que el marco jurídico resulte accesible también han de
tenerse en cuenta los múltiples requerimientos lingüísticos que pueden existir en
un determinado país.
Además de toda la fuerza del derecho internacional que puede emanar de tales
documentos, “[e]n cualquier caso, es de esperar que la orientación normativa
general que ofrecen fomente la promoción y el apoyo de estas normas
internacionales”[xvii].
Es importante evaluar la forma en que los marcos jurídicos electorales que rigen
un país son acordes con las normas internacionales. Esa evaluación puede
brindar un catálogo de propuestas constructivas para mejorar y corregir los marcos
jurídicos, así como para introducir prácticas más eficaces encaminadas a mejorar
la legislación. Al mismo tiempo, debe hacerse hincapié en que, en lo referente a
las normas electorales, no hay modelos generales ni “una talla única”. Por tanto,
los sistemas y las prácticas que se aplican en un país no necesariamente son los
ideales para otro.
Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar. Decreto número
97-1996[editar | editar código]
Esta ley supone la operativización e incorporación al ordenamiento jurídico de
Guatemala de los derechos humanos, en tanto su misión de garantizar la dignidad
de todas las personas; y teniendo en cuenta que el país ratificó por medio del
Decreto Ley 49-82 la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, y por medio del Decreto Número 69-94 la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia
contra la mujer.
Para asegurar el desarrollo integral de las niñas, las adolescentes y jóvenes y las
mujeres es fundamental su acceso a los recursos y a las oportunidades; por ello,
el artículo 8 es explícito y establece mecanismos de protección para erradicar la
práctica del matrimonio infantil. Los artículos desde el 9 hasta el 15 tratan sobre su
acceso a la educación, el trabajo y la salud, haciendo especial énfasis en la no
discriminación, la conciliación de la vida familiar y laboral y el disfrute de sus
derechos sexuales y reproductivos.
El artículo 11 resalta el derecho de las niñas, niños y adolescentes a vivir una vida
libre de violencia.
Artículo 98. Creación. Se crearán los siguientes juzgados que sean necesarios en
la República.
De la Niñez y la Adolescencia.
De Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal.
De Control de Ejecución de Medidas; y, Sala de la Corte de Apelaciones de la
Niñez y Adolescencia.
La Corte Suprema de Justicia creará las demás instancias necesarias para el
cumplimiento efectivo de las disposiciones contenidas en la presente Ley.
El capítulo VI desarrolla las obligaciones del Estado con las víctimas, entre las que
destaca el artículo 13, referido al derecho de la víctima a la información y a la
asistencia integral.
Para lograrlo, el artículo 2 propone trabajar en dar una buena atención materna y
neonatal en los centros de salud, es decir, que las mujeres deben recibir atención
médica de calidad desde el embarazo hasta 42 días después del parto, igual que
los recién nacidos.
En las democracias emergentes, las reglas para una elección libre y justa aún
están en evolución. En estos casos, es muy importante incluir los principios
básicos en el marco legal. De acuerdo con el Dr. Robert Pastor, en el caso de
elecciones celebradas en países en transición de un régimen autoritario a uno
democrático "el reto es negociar de tal forma las reglas electorales que todos los
partidos las acepten y las respeten." 75 Una vez completado este marco legal
básico, se puede dar inicio al desarrollo de este trabajo en el contexto institucional
y administrativo con miras al proceso electoral.
Al haber un acuerdo entre los principales partidos políticos y los actores civiles
sobre el tipo de marco institucional que adoptarán previo a la creación de alguna
institución, puede resultar en un órgano electoral mucho más creíble que ayude a
la construcción de un contexto de confianza sobre el sistema electoral. Sin este
acuerdo, el descontento y la desconfianza se irán arraigando a lo largo de todo el
proceso electoral. En Kenia, por ejemplo, "los arreglos institucionale para las
elecciones presidenciales y parlamentarias de 1992 y 1997 fueron la causa
inmediata de los intensos conflictos políticos."88 La Comisión Electoral, la
Corporación de Radiodifusión de Kenia, la policía, la administración provincial
fueron "considerados como adjuntos en la correspondiente Unión Gubernamental
nacional de Kenya por haber servido a sus propósitos durante las elecciones
multipartidistas de 1992." 89
Un marco legal que esté redactado de manera clara y precisa ayuda a asegurar
que sus disposiciones estén libres de ambigüedad y puedan ser interpretadas de
acuerdo con la intención de los legisladores. Un esquema legal actualizado que
refleje la situación actual del país, como la delimitación de los distritos electorales,
puede evitar muchos problemas de integridad.
También puede ser posible que a los oficiales electorales se les pida que
renuncien a su filiación o militancia política durante el periodo de su encargo.
Tratamiento igualitario
En tema relacionado es el de equidad en las reglas del juego, que todos los
contendientes compitan en igualdad de condiciones. En la mayoría de los países
existen partidos o candidatos dominantes y pequeños o nuevos, luchando por
implantarse y convencer al electorado. Tienen diferentes capacidades humanas y
financieras, así como distintos grados de desarrollo organizativo. Incluso si existe
igualdad de oportunidades, la disparidad de recursos puede crear una sensación
de inequidad, ya que los partidos fuertes están en mejores condiciones de tomar
ventaja de las oportunidades que los partidos pequeños.
En México, por ejemplo, los partidos opositores utilizan "el vocabulario del fraude
para denunciar no un fraude, sino condiciones inequitativas de competencia
interpartidista".67
Un proceso transparente
Para que una elección sea exitosa, los participantes tienen que sentirse capaces
de aceptar las decisiones de la autoridad electoral. Se sentirán más dispuestos a
hacerlo si saben que las decisiones se han tomado de la manera apropiada, para
lograrlo, deben tener acceso a la información en que se basan las decisiones. 69
La transparencia puede ayudar a generar confianza y apoyo en el proceso. Por
ejemplo, en el proceso de registro electoral que se llevó a cabo en Haití en el año
2000, algunos de los materiales fueron destruidos por turbas partidistas que
trataron de controlar la maquinaria electoral en el oeste del país. No hubo
respuesta a la solicitud de la Comisión Electoral Provisional (CEP) para que la
policía actuara y protegiera los materiales de registro.
Los oficiales electorales utilizan recursos públicos para efectos electorales son
responsables y rinden cuentas por el uso de esos recursos. Son responsables de
las decisiones que toman y de la forma en que lo hicieron. También lo son de la
administración de las elecciones y de su funcionamiento. Rinden cuentas por el
cumplimiento de las leyes y regulaciones y por haber desarrollado sistemas
adecuados para supervisar ese cumplimiento así como para detectar dispendios,
fraudes y abusos.
Legislación
Normalmente las leyes son promulgadas por el poder legislativo y son ejecutadas
por las fuerzas policiacas y los tribunales. Usualmente existe cierto número de
leyes que guardan extrechos vínculos interrelacionadas entre sí para apoyar la
integridad de la elección. Existe una ley específicamente de carácter electoral, así
como leyes orientadas a hacer cumplirlas. Asimismo se contemplan códigos
penales que penalizan las actividades ilegales y leyes civiles que castigan cosas
tales como la difamación u otro tipo de daños personales.
Las leyes deben evolucionar al mismo ritmo que la realidad que regulan. Este
fenómeno de integración y perfeccionamiento de la ley nos permite dimensionar
adecuadamente el desarrollo democrático del pueblo, lo que a su vez le permite
crecer en el aspecto social y económico, sobre la base del respeto hacia la
soberanía que expresarán a través de la emisión del voto.78
En el caso de Nueva Zelanda, esta flexibilidad se mantiene por medio del Comité
Legislativo Electoral, quien es designado por cada Parlamento para considerar los
temas relacionados con el ámbito electoral. Después de una elección general, este
Comité dirige una investigación que abarca los aspectos administrativo y legales
de la elección. Revisa los informes del Jefe de la Oficina Electoral, del Ministro de
Justicia, del Centro de Reclutamiento Electoral y los comentarios públicos. En
base a esta revisión, efectúa recomendaciones a la Cámara sobre posibles
modificaciones a la legislación electoral. 79
Legislación electoral
Los sistemas que cuentan con una legislación electoral rigurosa puede minimizar
los aspectos de integridad que frenan los conflictos que se presentan entre las
distintas áreas de la misma. Si contamos con una efectiva legislación, los
mecanismos orientados a su cumplimiento pueden ser descritos dentro de la ley,
específicamente los que detallan qué reponsabilidades le correponden a la política
electoral y al órgano de administración, y qué responsabilidades pertenecen a los
sistemas de justicia u otros mecanismos para hacer respetar la ley.
Incluso puede haber leyes anti-fraude y leyes anti-soborno que puede aplicarse a
estas infracciones cometidas durante el proceso electoral. Adicionalmente, se
pueden adoptar leyes específicas que están directamente relacionadas con temas
como el fraude electoral y la corrupción, tales como la relativa al uso apropiado de
los fondos de campaña, prohibiciones en contra de la compra de votos,
limitaciones a las contribuciones de campaña y otros de la misma naturaleza.
Algunos países han adoptado leyes sobre derechos civiles para proteger los
derechos de los electores y para prevenir la discriminación. Estas leyes
complementan las provisiones que sobre derechos políticos nos brinda el marco
constitucional y legal identificando las áreas específicas donde históricamente se
presentan problemas relacionadas con la discriminación, el trato arbitrario que
hace el gobierno o de particulares de las minorías u otros grupos.