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66 PRIMERA PARTE
fael, Valparaíso, 1928, pp. 125-162); y Pes- 24. La jurisprudencia francesa intro-
cio (Manual, t. III, Nº 644, p. 312). Ales- dujo en la segunda mitad del siglo pasa-
sandri reconoce esta doctrina, aunque ad- do el concepto de “cláusula de no enaje-
mite que si la estipulación está en un con- nar relativa”, y llama así a la que prohí-
trato bilateral su infracción puede consti- be la enajenación no en absoluto y perpe-
tuir condición resolutoria tácita –lo que tuamente, sino por un tiempo limitado y
es un error que más adelante se refuta- fundándose en un interés legítimo del dis-
rá– (Bienes, Versiones Taquigráficas, Edi- ponente o donante, o del asignatario o do-
torial Lex, Santiago, sin fecha de impre- natario, o de una de las partes, en los
sión, pp. 24-25). contratos onerosos, o de un tercero (Pla-
niol, Traité Elémentaire de Droit Civil, t.
d’) Eficacia de la cláusula de no enaje- II, 7ª ed., París, 1915, Nos 2.343 y ss., pp.
nar, en un contrato bilateral, en orden a 725 a 729; Encyclopedie Dalloz, “Droit Ci-
la resolución por incumplimiento, con in- vil”, V Inalienabilité, Nos 23 a 41). Las
demnización de perjuicios cláusulas de no enajenar relativas, según
la jurisprudencia francesa, serían válidas
22. El subscrito piensa que, queriendo y su transgresión produciría, según la vo-
la ley como una finalidad de orden públi- luntad del testador o de los contratantes,
co la libre circulación de los bienes, la la nulidad de la enajenación hecha en con-
enajenación de éstos no puede ser nunca travención a ellas, o tan sólo su resolu-
por sí misma ilícita, aunque vulnere una ción. Planiol sólo se refiere a casos de cláu-
cláusula de no enajenar. Solo podría ser sulas contenidas en actos gratuitos –aun-
ilícita accidentalmente, si impidiese el que no dice que la jurisprudencia se cir-
cumplimiento de alguna obligación váli- cunscriba a ellos– (loc. cit.).
da que requiriera para su satisfacción la 25. En la Enciclopedia Dalloz se seña-
conservación del bien materia de la cláu- lan entre los casos que autorizan la pro-
sula por el obligado. En tal caso, en ver- hibición voluntaria, el de quien dispone
dad, la obligación infringida sería no la gratuitamente y busca garantizar el de-
de no enajenar, sino la otra. recho de usufructo que se reserva sobre
En consecuencia, la transgresión de los bienes donados, o asegurar el benefi-
una cláusula de no enajenar convenida cio de retorno que le permitirá recuperar
en un contrato bilateral, por sí misma, esos bienes si sobrevive al donatario (art.
nunca podría importar la condición reso- 747 C. Civ. francés) (loc. cit., Nº 23); el de
lutoria tácita, ni generar responsabilidad quien, enajenando a título oneroso no de-
por perjuicios. sea tener otro vecino que el actual adqui-
23. Por no hacer esta precisión, estima rente del fundo; el de quien, quedando
el subscrito erradas –a menos que se in- como acreedor hipotecario, no quiere que
terprete que la precisión va implícita– las el adquirente, vendiendo el inmueble, lo
opiniones sobre este punto de Arturo Ales- exponga al procedimiento de purga (loc.
sandri Rodríguez –lugar citado más arri- cit., Nº 33); y entre los casos en que la
ba–, y de Fernando Rozas Vial (Bienes, inalienabilidad relativa se justifica por el
Distribuidora Forense Limitada, 1984, interés del gratificado con una donación o
Santiago, Nº 88, pp. 90 y 92). Dichos auto- asignación testamentaria, se señala el de
res, si bien estiman que la cláusula de no la menor edad del favorecido, que autori-
enajenar no puede invalidar la enajena- za estipular que mientras no llegue a edad
ción que la contravenga, piensan que, pac- mayor no pueda enajenar (loc. cit., Nº 34);
tada en un contrato bilateral, tiene efecto como caso en que el interés de un tercero
obligacional, de modo que su incumplimien- justifica la cláusula, se cita el de la ina-
to constituirá condición resolutoria tácita. lienabilidad de bienes legados con el gra-
vamen de servir una renta vitalicia, im-
e’) La opinión favorable a las llamadas poniéndose la inalienabilidad para mien-
“cláusulas de no enajenar relativas”, y su tras viva el beneficiario de la renta (loc.
refutación cit., Nº 35).
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que sin nombrar las prohibiciones relati- un ejecutante que alegaba no tener la ter-
vas también las rechaza (loc. cit.). cerista dominio sobre el crédito embarga-
Vicuña Suárez argumenta que, permi- do por haberse obligado con su deudor a
tida la prohibición temporal, no habría no cederlo, lo que repugnaba a la natura-
razón para no permitir la perpetua, y es- leza del dominio, la Corte Suprema de-
taríamos a la puerta de los fideicomisos claró que este pacto de no enajenar era
perpetuos, de las vinculaciones y de los válido, y que no desnaturalizaba el dere-
mayorazgos (op. cit., p. 157). cho de dominio. Cabe observar que no se
Alessandri Besa, en cambio, acoge la discutía sobre la aplicación del pacto de
doctrina francesa de la validez de las cláu- no enajenar (Revista de Derecho y Juris-
sulas de no enajenar relativas, pero no les prudencia, t. 7, sec. 1ª, p. 175).
atribuye la virtud de anular la enajena- 33. Ejecutado un deudor por el precio
ción, sino sólo de dar lugar, en su caso, a de venta de unos derechos salitreros, opu-
una condición resolutoria tácita (Nulidad so la excepción de ser nula la venta, por
y Rescisión, Nos 190-191, pp. 175-177). haberle estado prohibida al vendedor por
También concede a la cláusula eficacia real: el contrato mediante el cual él había com-
poder de habilitar para la reivindicación prado. Acogida la excepción en ambas ins-
de la cosa contra el tercero poseedor en el tancias, la Corte Suprema dejó sin efecto
caso de operar la resolución. Se funda Ales- el fallo haciendo lugar a un recurso de
sandri Besa en el art. 1126 del Código Ci- casación en el fondo, por estimar que la
vil que permite prohibir la enajenación de prohibición convencional de enajenar no
la cosa legada cuando tal enajenación com- hacía nula la enajenación que contra ella
promete derechos de terceros. Cabe obje- se celebrase, y que sólo podía dar lugar a
tar, además de lo ya dicho, que no es lícito una acción resolutoria por incumplimien-
extender a los actos onerosos las normas to (18-I-1915, Revista de Derecho y Juris-
que se dan para actos gratuitos; que la prudencia, t. XIII, sec. 1ª, p. 429).
regla es evidentemente excepcional, y, en 34. La Corte de Valparaíso para negar
fin, que no es tan fácil identificar sin duda una medida precautoria pedida por un
los “derechos de terceros” con “intereses promitente comprador que demandaba de
legítimos y justos”, que son los que justifi- cumplimiento a su promitente vendedor,
carían las prohibiciones relativas. contra un tercero a quien éste había ven-
Don Avelino León acepta la validez de dido el inmueble materia de la promesa,
las cláusulas de no enajenar relativas (El tuvo presente que no cabían medidas cau-
objeto en los actos jurídicos, Editorial Ju- telares contra un tercero ajeno a la litis,
rídica de Chile, 2ª ed., 1983, pp. 129 y y, además, que la promesa no importaba
ss.). Para el Profesor León la transgre- prohibición de enajenar, y que si la im-
sión en un contrato bilateral constituye portara, tal prohibición no podría tener
condición resolutoria tácita, y, resuelta la otro efecto que dar lugar, en su caso, a la
enajenación, el contratante que la había resolución del contrato en que se hubiera
hecho puede reivindicar contra el tercero pactado, con indemnización de perjuicios
poseedor. Si la prohibición no incide en (14-I-1947 y 14-V-1947, Revista de Dere-
un contrato bilateral, cabrá con arreglo cho y Jurisprudencia, t. XLVI, sec. 1ª, p.
al art. 1555 del Código Civil pedir que se 486).
deje sin efecto el acto de enajenación ce- 35. La Corte de Santiago declaró nula
lebrado en contravención a la prohibición la obligación penal contenida en una le-
(loc. cit.). También parece aceptar la cláu- tra destinada a asegurar la obligación con-
sula relativa Peñailillo (Bienes, 2ª ed., traída por una cónyuge para con su mari-
Nº 61, letra c). do de no enajenar un inmueble, conside-
rando que esta obligación principal era
f ’) Jurisprudencia perpetua, y que por estar concebida en
términos absolutos y permanentes, tenía
32. Por fallo de 6-VIII-1909, rechazan- objeto ilícito, al contrariar el principio de
do un recurso de casación en el fondo de orden público de la libre circulación de
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Uno de los más importantes autores ces, F. Pichon, París, 1891, t. I, Nº 235,
clásicos franceses, que ha dedicado al pp. 343-344).
tema de la cesión y transmisión de crédi- Huc hace ver, también, que la prohibi-
tos una monografía fundamental, Théofi- ción de enajenar el crédito sólo podría per-
le Huc, argumenta así sobre la ineficacia judicar al acreedor y, que no presenta nin-
de las cláusulas de inalienabilidad, des- gún interés para el deudor, cuya situa-
pués de examinar las razones favorables ción no puede ser alterada, y cita un fallo
a tales cláusulas: de la Corte de Orléans, según el cual el
“...Sin embargo, la solución verdadera interés “material y civil, el único que la
es la contraria, y esto, por aplicación del ley puede tomar en consideración”, no se
principio que consagra la libertad de dis- encuentra en el deudor, quien, “no tenien-
poner, formulado en el art. 544 del Códi- do que pagar al cesionario sino lo que ha-
go Civil” (El art. 544 dice: “La propiedad bría debido pagar al cedente, no puede
es el derecho de gozar y disponer de las ser agravada su situación” (op. cit., t. I,
cosas de la manera más absoluta, con tal Nº 237, pp. 348-349).
de que no se haga de ellas un uso prohi- 40. Las prevenciones que se ven en
bido por las leyes o por los reglamentos”.) obras argentinas y españolas sobre facto-
“Sin duda es exacto decir que los dere- raje o factoring, en el sentido de que no
chos de crédito no son susceptibles de pro- debe haberse pactado por las partes pro-
piedad ni de posesión, pero estas expre- hibiciones de ceder el crédito, han de en-
siones no son sino una manera de afir- tenderse hechas en razón de que, tal como
mar el carácter propiamente relativo de se dijo más arriba (numerando preceden-
esos derechos, y hay que evitar un cierto te, consideración 3ª), los Códigos civiles
equívoco que podría introducirse fácilmen- respectivos autorizan expresamente los
te: es verdad que no existiendo los dere- convenios de inalienabilidad de los crédi-
chos de crédito erga omnes, no pueden tos. A este respecto puede consultarse la
ser, desde este punto de vista, tratados obra argentina de Lisoprawski y Gersco-
como derechos reales. Es verdad que ellos vich, Factoring (Depalma, Buenos Aires,
dependen de la voluntad de la persona 1997, pp. 143-144), y la obra española de
para su creación y su introducción en el José Antonio García, Cruces González, El
patrimonio. Pero mirados en sí mismos, contrato de factoring, Tecnos, Madrid,
constituyen uno de los elementos de este 1990, p. 114.
patrimonio. El acreedor los posee positi-
vamente; están en el número de sus bie-
nes, y, a este título, tiene el derecho de c) La prohibición convencional de cesión
disponer de ellos. También, el principio de créditos a una empresa de factoraje y
de libre disposición de los bienes, escrito la Ley de Defensa de la Libre
en el art. 544, tiene un alcance general y Competencia
se aplica no solamente a los derechos rea-
les, sino todavía a todos los elementos del 41. Situándonos en el punto de vista
patrimonio y por consiguiente a los dere- de la Ley de Defensa de la Libre Compe-
chos de crédito. En fin, este principio ha tencia, tenemos que su artículo primero
sido desarrollado por el artículo 1598, del es extremadamente amplio, pues tipifica
cual resulta que las prohibiciones de ven- como delito “cualquier hecho, acto o con-
der no pueden derivar sino de una ley vención que tienda a impedir la libre com-
particular y no de la voluntad del hom- petencia”. Lo mismo es que estos hechos,
bre. Ahora bien, la cesión no es sino una actos o convenciones, se ejecuten indivi-
forma de venta aplicada a los derechos de dual o colectivamente (art. 1º del D.L. 211
crédito; es pues cosa cierta que la volun- de 1973, cuyo texto refundido fue fijado
tad del hombre es impotente para esta- por el D.S. 511 de Economía, publicado
tuir prohibiciones de ceder” (Théophile en el Diario Oficial de 27-X-1980).
Huc, Traité Théorique et Pratique de la Así las cosas, puede estimarse que una
Cession et de la Transmission des Crean- prohibición impuesta por contrato a un co-
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nes pueden, con su actuar, tener una in- En otro caso la Comisión Preventiva Cen-
fluencia significativa en aquél. tral –Dictamen 895/131 de 20-I-1994– de-
49. En la Resolución Nº 96 de la Comi- claró que atentaba contra la libre compe-
sión Resolutiva, de 18-VIII-1981 (Colec- tencia la cláusula de arbitraje que en un
ción dirigida por Don Luis Montt, t. I, p. contrato de concesiones, de consignación y
88), se confirmó un dictamen de la Comi- servicio técnico autorizado, suprimía el re-
sión Preventiva de La Serena de 17-VI- curso de queja en el procedimiento arbitral,
1981, el cual rehusó estimar contraria a y entregaba a la voluntad de una sola de
los principios de la libre competencia una las partes la opción de recurrir o a la justi-
cláusula de un contrato de arriendo de cia ordinaria o al árbitro (Revista de Dere-
una pertenencia minera que obligaba al cho y Jurisprudencia, t. XCI, sec. 6ª, p. 38).
arrendatario a vender al arrendador su Otra vez la misma Comisión Preventi-
producción, considerando que ésta era par- va Central declaró contraria a la libre
te poco significativa de la oferta del mer- competencia la cláusula de un contrato
cado regional. “...La obligación que se de franquicia que prohibía al cónyuge y a
impuso el denunciante, voluntariamen- parientes próximos del franquiciado inte-
te –dijo la Comisión Preventiva–, de ven- resarse directa o indirectamente en un
der exclusivamente lo que extraiga de esa negocio o negocios de características igua-
misma pertenencia a su arrendador, cons- les o similares al del franquiciador, y la
tituye un hecho privado que no afecta a que prohibía al franquiciado contratar a
los adquirentes del expresado material, y un ex empleado del franquiciador o de
que se estima no altera las normas de la otro franquiciado. Se consideró que estas
libre competencia que protege el expresa- estipulaciones lesionaban la libertad de
do Decreto Nº 211 de 1973”. trabajo (Dictamen 875/737 de 24-IX-1993,
Como puede apreciarse, en la citada Revista de Derecho y Jurisprudencia, t.
resolución y en el dictamen por ella con- XC, sec. 6ª, p. 141).
firmado, se decidió que la restricción de “Tales prohibiciones –dijo el consideran-
la libre competencia tenía que tener una do undécimo– no tienen por objeto hacer
trascendencia apreciable o significativa. más eficiente el contrato de franchising
Pero en otras ocasiones se han objeta- propuesto por Cintec y, en opinión de esta
do en concepto de restrictivas de la libre Comisión, no son aceptables ni aun en el
competencia cláusulas de contratos que uso de canales contractuales que, por su
manifiestamente no podían tener mayor naturaleza, restringen los derechos del con-
incidencia pública. Así, por Dictamen tratante que a ellos se adhiere”.
Nº 942/406 de 19-VII-1995, en un con-
trato de franquicia, la Comisión Preven-
tiva Central censuró la cláusula por la f’) La lesión de la libre competencia
cual un revendedor de productos de la podría corregirse aunque la cláusula
marca Hush Puppies, de la sociedad Fo- fuese válida desde el punto de vista del
rus S.A., aceptó causales de terminación derecho civil
de contrato que podía esgrimir el fran-
quiciante contra él, sin que existiesen a 51. La proposición del epígrafe se de-
su favor otras causales equivalentes; y muestra considerando que se trata de ór-
la cláusula según la cual el franquician- denes jurídicos distintos: el de las rela-
te podía designar unilateralmente el ár- ciones entre particulares, y el del orden
bitro. Asimismo el Dictamen objetó la público económico relativo a la libre com-
cláusula en que se estipulaba que los so- petencia. Así, por ejemplo, la fusión de
cios de la sociedad franquiciada no po- compañías que produce un monopolio pue-
drían vender sus derechos sin autoriza- de ser perfectamente válida si se prescin-
ción del franquiciante, por afectar a ter- de del derecho de Monopolios, y éste pue-
ceros –dijo la Comisión– (Revista de De- de anularla a pesar de esa validez que
recho y Jurisprudencia, t. XCII, sec. 6ª, ostenta desde el ángulo de visión jurídico
p. 179). civil-mercantil.
80 PRIMERA PARTE
g) Vía de acción para obtener un las contravenga, ni para dar lugar a una
pronunciamiento acción resolutoria del contrato que las con-
tenga con indemnización de perjuicios;
52. Para obtener un pronunciamiento II) Esto se aplica aun a las llamadas
oficial sobre la admisibilidad de la cláu- “cláusulas de no enajenar relativas”, es
sula en estudio desde el punto de vista decir, las que obedecen a un interés aten-
del derecho antimonopolios, el camino será dible y son por tiempo limitado;
formular una consulta a la Comisión Pre- III) Los principios anteriores compren-
ventiva. Ella debe, según el artículo 8º den también las cláusulas que prohíben
del D.L. 211, “Velar por que dentro de su la enajenación de derechos personales o
jurisdicción se mantenga el juego de la de crédito;
libre competencia y no se cometan abusos IV) La nulidad absoluta de la prohibi-
de una situación monopólica, pudiendo co- ción convencional de enajenar créditos es
nocer, de oficio o a petición de cualquiera tal que opera de pleno derecho, de suerte
persona, de toda situación que pudiera que el juez que conozca del juicio de cobro
alterar dicho libre juego o constituir esos del crédito por el cesionario puede y debe
abusos, y proponer los medios para corre- prescindir de esa cláusula, sin necesidad
girla” (letra c). de declarar su nulidad;
V) Las prohibiciones de enajenar cré-
ditos son restrictivas de la libre compe-
III. CONCLUSIONES tencia, tanto desde el punto de vista del
comerciante al que se veda la enajena-
53. Todo lo expuesto y razonado hasta ción, como desde el punto de vista de las
aquí, nos permite arribar a las siguientes empresas de factoraje; y
conclusiones: VI) Puede pedirse un pronunciamiento
I) Las prohibiciones voluntarias y con- a la respectiva Comisión Preventiva de la
vencionales de enajenar en general, son Ley de Defensa de la Libre Competencia
contrarias al orden público, y como tales, por una empresa de factoraje, por el co-
absolutamente nulas, y no pueden tener merciante o productor al que se quiera im-
eficacia ni para anular la enajenación que poner la cláusula, o por cualquier persona.