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REVISTA DE DERECHO Y JURISPRUDENCIA – TOMO XCVII – Nº 2 – 2000

EL CONTRATO DE FACTORAJE Y LA PROHIBICION


CONVENCIONAL DE CEDER CREDITOS A UN FACTOR

José Joaquín Ugarte Godoy


Profesor de Derecho Civil y de Filosofía del Derecho
Pontificia Universidad Católica de Chile

I. CUESTION QUE SE ESTUDIA II. CONSIDERACIONES JURIDICAS

1. La reciente introducción en Chile del A. El contrato de “factoring” o factoraje.


contrato de factoring o factoraje, ha dado
lugar a la duda de si vale o no la prohibi- a) Noción de este contrato
ción convencional de ceder un acreedor
su acreencia a una empresa de factoring, 4. En el Tratado de Derecho Comercial
estipulada con el deudor y a petición de de Georges Ripert y René Roblot, se lee lo
éste, de modo que pueda acarrear la nuli- siguiente, a modo de definición del facto-
dad de las cesiones que se verifiquen en raje:
contravención a ella; o al menos la reso- “En principio, la operación conlleva el
lución del contrato que originó los crédi- pago por el factor a un industrial o a un
tos, y una responsabilidad por perjuicios comerciante, cliente suyo, de facturas emi-
al cedente infractor. tidas por éste a sus compradores, median-
2. El problema se plantea porque algu- te la transferencia al factor de los crédi-
nos clientes exigen a sus proveedores con- tos correspondientes. Una convención pre-
venir la prohibición, y éstos acceden para liminar precisa las modalidades de las
poder llegar a la conclusión del respecti- operaciones que han de tener lugar entre
vo negocio. el factor y su cliente. Por cada operación,
3. Y cabe preguntarse tanto sobre la efi- el factoring supone una transferencia del
cacia de la prohibición desde el punto de crédito... al factor”.
vista del derecho civil, cuanto sobre si ella “Desde un cierto punto de vista, el
atenta contra las leyes que protegen la li- factoraje tiene el mismo objetivo que el
bre competencia; de modo que ambos pun- descuento: asegura el pago de los crédi-
tos se abordarán en el presente estudio. tos de los clientes antes de su venci-

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miento y así constituye una operación te (Contratación Comercial Moderna,


de crédito. Pero presenta una gran su- Editorial Jurídica de Chile, 1991, p. 147);
perioridad, El factor toma, en principio y lo mismo el Profesor Sandoval López
(pues son concebibles numerosas otras (Derecho Comercial, t. IV, Editorial Ju-
fórmulas que hacen degenerar sin em- rídica de Chile, pp. 190-193); no así Agus-
bargo y lo más a menudo la operación tín Marré, autor de un libro sobre la ma-
en un mandato) a su cargo el riesgo fi- teria (El contrato de factoring, Editorial
nal del ingreso en caja, incluido en él el Jurídica de Chile, 1995, pp. 58-59). Ma-
riesgo monetario y político en el comer- rianne Knaak Donoso, en su obra recien-
cio internacional...” (Traité de Droit te Factoring, Securitización, ADR’s (Co-
Commercial, Georges Ripert et René Ro- nosur, 1998) divide el factoring en pro-
blot, 14ª ed., por Philippe Delebecque y pio o sin recurso, que es aquél en que el
Michel Germain, Librairie Générale de factor asume el riesgo de insolvencia del
Droit et Jurisprudence, París, 1994, t. deudor, e impropio o con recurso, que es
II, pp. 459 y 461). aquél en que no asume el factor tal ries-
5. Como puede apreciarse, según los go (pp. 20-21).
autores citados, al no haber riesgo del fac-
tor, no estamos frente a un contrato de
factoraje sino de mandato. b) La normativa nacional
6. En el mismo sentido Joaquín Garri-
gues, refiriéndose a los servicios que presta 8. El Nº 11 bis agregado al artículo 83
la empresa de factoring o facturación, dice: del D.F.L. 252 de 1960, Ley General de
“Tales servicios son principalmente: Bancos, por la ley 19.528 de 4-XI-1997,
a’) Gestión y cobro de los créditos cedi- autorizó a los bancos y sociedades finan-
dos por el empresario y aceptados en cieras para constituir en el país socieda-
cada caso por la sociedad de factura- des filiales que tuviesen por objeto “efec-
ción, la cual asume, en las condiciones tuar factoraje”. Esta norma está ahora en
previstas en el contrato, el riesgo de la el artículo 70 letra b) del D.F.L. 3 de 1997
insolvencia de los deudores del empre- del Ministerio de Hacienda que fijó el tex-
sario...” (Joaquín Garrigues, Curso de to refundido de la Ley General de Ban-
Derecho Mercantil, t. IV, Temis, Bogo- cos. Esta es la primera vez que el factora-
tá, 1987, pp. 129-130). je aparece en nuestro sistema legal. El
El Profesor de la Universidad de Pavía citado precepto dispone que la Superin-
Ugo Carnevali explica que “el factor ad- tendencia de Bancos establezca mediante
quiere el crédito pro soluto, esto es, asu- resolución general las condiciones del ejer-
miendo el riesgo de la insolvencia del deu- cicio del giro.
dor...”. Luego añade que de hecho el fac- 9. La Superintendencia de Bancos e
tor se reserva contractualmente la facul- Instituciones Financieras cumplió este co-
tad, adquiriendo el crédito, de aceptarlo metido dictando la circular Nº 36 de 27-
pro solvendo o pro soluto: en el primer VIII-1998, la que define los objetivos del
caso entregará a la empresa el importe factoraje en estos términos:
del crédito sólo si el deudor resulta sol- “Las operaciones que puede realizar
vente (y si ya ha hecho anticipos, pedirá una sociedad filial de factoraje compren-
a la empresa el reembolso de la suma an- den la gestión de cobro de créditos en co-
ticipada en caso de que el deudor sea in- misión de cobranza o en su propio nom-
solvente). (Ugo Carnevali, “I Problemi bre como cesionaria de tales créditos y el
Giuridici del factoring”, en Rivista di Di- anticipo de fondos sobre esos créditos.
ritto Civile, año 1978, 1ª parte, pp. 299 y Además incluye la asunción de los ries-
ss., pp. 300 y 301.) gos de insolvencia de los obligados del
7. Entre nosotros, el Profesor Alvaro pago,” (punto primero).
Puelma pone como elemento definitorio El resto de las normas de la circular se
el que el factor se haga cargo de la sol- refiere a temas conexos, pero ajenos al
vencia de los deudores, en todo o en par- aspecto conceptual del factoraje.
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c) La transferencia del crédito en el de, o concuerda con, Troplong Nos 373 y


factoraje siguientes, Tratado del Mandato. Leyen-
do a Troplong vemos que trata en esos
10. En el factoraje se transfiere el cré- pasajes del pacto del credere, “convención
dito al factor, sea que éste anticipe el pago que tiene lugar cuando el comisionista res-
asegurando la solvencia del deudor –fac- ponde, no solamente de la solvencia de
toraje sin recurso–, o sin asegurarla –fac- los deudores, sino del pago de la deuda
toraje con recurso–, o sea que el factor no en el plazo convenido, y de todas las in-
haga anticipo alguno, y garantice o no la certidumbres del cobro (Troplong, Man-
solvencia del deudor. dato, Nº 373).
11. La transferencia del crédito se hace, Si bien esta convención no se refiere al
en términos generales, mediante cesión. mandato para cobrar, sino a mandatos en
Como dice el profesor Ugo Carnevali en cuyo desempeño –por ejemplo para vender–
su estudio citado, la cesión es un instru- se dé crédito a terceros por cuenta del man-
mento de suficiente elasticidad para ser- dante, el principio es el mismo. Como dice
vir a todas las clases de factoraje. El fac- Troplong, el mandatario “puede incluso ha-
toraje se busca por la liquidez y por la cerse asegurador, mediante una prima, del
garantía del pago (op. cit., p. 314). éxito de la operación” (loc. cit.).
Si se requiere liquidez, sirve para ob- En cuanto a la actuación del mandata-
tener moneda actual por la futura. En rio a nombre propio, está contemplada por
todo caso –como transferencia fiduciaria– el artículo 2151 del Código Civil.
sirve para actuar un mandato de cobro 13. En Francia se usa, en vez de la
particularmente eficaz al atribuir al fac- cesión de créditos, la subrogación conven-
tor la titularidad del crédito. Si el factor cional, para la transferencia del crédito,
garantiza el pago del deudor, viene a ser sobre todo, por estimarse gravosa la noti-
como un fiador, y la cesión servirá para ficación al deudor que requiere la cesión
darle anticipadamente la posición de ti- (Ripert y Roblot, op. y t. cit., Nº 2400, pp.
tular del crédito del cliente que habría de 459-460). El cliente es acreditado en cuen-
brindarle la subrogación legal (Carneva- ta corriente por el factor, y pedirá antici-
li, op. cit., p. 315). po o no según sus necesidades (Ripert y
Podríamos, simplificando, decir que en Roblot, loc. cit.). Algunas sociedades de
el factoraje un comerciante cede a un man- factoraje comienzan a usar el sistema es-
datario o comisionista los créditos que tie- pecial de cesión de créditos profesionales
ne contra sus clientes, para que los cobre de la ley 81-1 de 2-I-1981 (Ripert y Ro-
actuando en nombre propio, pudiendo aña- blot, op. y t. cit., p. 460, nota 1; Carneva-
dirse las modalidades de que le asegure li, op. cit., p. 304).
el pago y le anticipe fondos, viniendo esta En Italia, en Alemania y en otros paí-
última a importar un elemento del con- ses europeos se usa la cesión de créditos
trato de mutuo. (Carnevali, op. cit., p. 304). Lo mismo en
12. No está de más observar que la Argentina (Silvio V. Lisoprawski y Car-
figura del mandato con responsabilidad los G. Gerscovich, Factoring, Depalma,
por la solvencia de los deudores se halla Buenos Aires, 1997, p. 73).
prevista por nuestro Código Civil, el que 14. Entre nosotros, al igual que en
en su artículo 2152 dispone: Francia, cabría recurrir, para la transfe-
“El mandatario puede por un acto es- rencia del crédito, a la subrogación con-
pecial tomar sobre su responsabilidad la vencional, pero de hecho no ocurre así, y
solvencia de los deudores y todas las in- habitualmente se recurre a la cesión de
certidumbres y embarazos del cobro. Cons- crédito (Marianne Knaak, op. cit., p. 60).
titúyese entonces principal deudor para Para los fines de nuestro estudio con-
con el mandante, y son de su cuenta has- viene tener presente, en todo caso, que la
ta los casos fortuitos y la fuerza mayor”. subrogación convencional sigue las reglas
Esta norma, según nota de Bello en el de la cesión de derechos, a tenor del ar-
Proyecto Inédito, art. 2303, está tomada tículo 1611 del Código Civil, de modo que
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si el deudor no puede estipular válida- al constituyente del fideicomiso a impo-


mente con su acreedor una prohibición nerla; 2º) el artículo 793, que contiene la
convencional de que se ceda el crédito, misma norma para el usufructo; 3º) el
tampoco podrá estipular la prohibición de art. 1126, según el cual, si se lega una cosa
la subrogación convencional. con calidad de no enajenar, y la enajena-
15. De más está decir que si el crédito ción no comprometiere ningún derecho de
que se trata de transferir al factor consta tercero, la cláusula de no enajenar se ten-
de cheque o letra o de otro documento drá por no escrita; 4º) el artículo 1204 que
endosable, o de un cheque al portador, permite prometer a un legitimario que no
que se haya dado para facilitar el cobro o se donará ni asignará parte alguna de la
novar, no se presentará el problema que cuarta de mejoras, disponiendo que la con-
nos preocupa en este trabajo, el que se travención dará derecho al favorecido con
refiere, entonces, a los casos en que no la promesa a que los asignatarios de la
existen tales instrumentos, y por lo regu- cuarta de mejoras le enteren lo que le ha-
lar habrá facturas. La transferencia se bría valido el cumplimiento de aquélla; 5º)
regirá en tal hipótesis por las normas so- el artículo 1432, Nº 1º), según el cual la
bre cesión de créditos del Código Civil y resolución de las donaciones, su rescisión
del Código de Comercio; se perfeccionará por incumplimiento del gravamen que se
por la entrega del título entre las partes, haya impuesto al donatario, y su revoca-
y para ser oponible al deudor requerirá ción por ingratitud, dará acción contra ter-
su notificación a éste. ceros poseedores cuando en la escritura
pública de donación se haya prohibido al
donatario la enajenación; 6º) el artículo
B. Eficacia de la prohibición 1618, Nº 10, que declara inembargables los
convencional de cesión del crédito bienes raíces donados o legados son la ex-
presión de no embargables; 7º) el artículo
a) El principio general de la ineficacia de 1964, según el cual el pacto de no enaje-
las cláusulas de no enajenar nar la cosa arrendada, aunque tenga la
cláusula de nulidad de la enajenación, no
a’) Cuestiones que plantean estas cláu- dará derecho al arrendatario sino para per-
sulas manecer en el arriendo hasta su termina-
ción natural; 8º) el artículo 2031, a cuyo
16. A propósito de la validez de las pro- tenor no vale, en la constitución del censo,
hibiciones voluntarias de enajenar se agi- el pacto de no enajenar la finca acensua-
tan varias cuestiones, a saber: 1ª) si anu- da; y 9º) el artículo 2415, el cual estatuye
lan la enajenación que se haga en contra- que el dueño de los bienes gravados con
vención a ellas; 2ª) si, de no ser así, im- hipoteca podrá siempre enajenarlos o hi-
portan, al menos, en los contratos bilate- potecarlos, no obstante cualquiera estipu-
rales, la condición resolutoria tácita; 3ª) lación en contrario.
si, en caso de no ser nula la enajenación 18. La consideración conjunta de estos
y quepa o no la resolución, la contraven- preceptos nos lleva a concluir: I) que con-
ción puede o no acarrear responsabilidad tiene el Código normas que permiten la
por perjuicios. cláusula para ciertas hipótesis, y precep-
tos que para otros casos la anulan; II)
b’) La Ley que las hipótesis en que se la autoriza
son de actos gratuitos: constitución de pro-
17. Es sabido que nuestro Código Civil piedad fiduciaria (art. 751), legados (art.
no contiene ninguna norma general ex- 1126), pactos sobre la cuarta de mejoras
plícita sobre la materia. (art. 1204), donaciones (art. 1432, 1º), y
Existen varias reglas relativas a casos donaciones y legados en que se da un bien
particulares en ese cuerpo de leyes sobre raíz con calidad de no embargable
la prohibición voluntaria de enajenar, y (art. 1618, Nº 10), haciendo excepción el
que son: 1º) el artículo 751, que autoriza caso de la constitución del usufructo en
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que se prohíbe la enajenación de éste, pues Constitución, se refieren a la ley propia-


el acto puede ser oneroso, caso en que la mente tal y no al contrato, al cual el artí-
razón de que se admita la prohibición se culo 1545, por mera analogía, llama “ley”.
ha de buscar en la importancia que pue- 20. Es sabido que, como derivación de
de tener para el dueño la persona del usu- las ideas de la Revolución Francesa, se
fructuario (art. 793); III) que las hipóte- aceptó y difundió universalmente como de
sis en que la cláusula se prohíbe son de orden público el principio de la libre cir-
actos onerosos, pues son la del arrenda- culación de la riqueza. En virtud de él
miento (art. 1964), el censo (art. 2031) (si dispuso el artículo 162 de la Constitución
bien el censo puede constituirse también de 1833 que se suprimiesen las vincula-
a título gratuito), y la hipoteca (art. 2415), ciones, para cumplir lo cual se dictaron
que por lo común será un acto interesa- las leyes 14-VII-1852 y 21-VII-1857 y
do; IV) que respecto de los actos gratui- otras posteriores, y el art. 747 del Código
tos, la permisión de la cláusula es bas- Civil, sobre exvinculación; y el 745 del
tante limitada, pues sólo se la admite para mismo cuerpo de leyes, que prohíbe la
salvaguardar derechos de terceros (fidei- constitución de fideicomisos sucesivos; y
comiso, art. 751 y legados, art. 1126) y el 769, que impide la de usufructos suce-
para hacer inembargables los bienes raí- sivos; y el 739, que limita la fase de con-
ces donados o legados (art. 1618, Nº 10), dición pendiente en la condición de que
siendo la cláusula en el caso del pacto dependa la restitución de un fideicomiso.
sucesorio sobre la mejora más bien una Fundamental para tener una idea de la
promesa de asignación (art. 1204), y en el recepción en nuestro sistema del princi-
caso de la resolución, rescisión o revoca- pio de la libre circulación es lo que dice,
ción de las donaciones, más bien como par- explicando la razón de ser del artículo 739,
te de una condición resolutoria (art. 1432, el Mensaje del Código Civil. Se lee allí
Iº); y V) que surgiendo la duda de si el que el principio del respeto a las disposi-
principio general debe extraerse de los ca- ciones particulares que coartan el dere-
sos en que la cláusula se permite o de cho de disponer de los bienes, admitido
aquéllos en que se proscribe, habrá que en toda su extensión, pugnaría con el in-
buscarlo en la naturaleza del derecho de terés social, “ya embarazando la circula-
dominio y en el sistema mismo del Códi- ción de los bienes, ya amortiguando aque-
go Civil sobre libertad contractual y so- lla solicitud en conservarlos y mejorarlos,
bre organización de la propiedad y de los que tiene su más poderoso estímulo en la
derechos reales. esperanza de un goce perfecto, sin tra-
19. El artículo 582, inciso primero, del bas, sin responsabilidades y con la facul-
Código Civil, incluye la facultad de dispo- tad de transferirlos libremente entre vi-
ner “arbitrariamente” del objeto de la pro- vos y por causa de muerte.
piedad, en la definición del dominio. El
poder de disposición es, pues, de la esen- c’) La doctrina
cia del dominio. Por eso el legislador ha
querido reservarse el poder de limitar la 21. Claro Solar declara nulo, en princi-
facultad de disposición, en el artículo pio, todo pacto en que un propietario re-
1810, el que dice textualmente: “Pueden nuncie a la facultad de enajenar, y toda
venderse todas las cosas corporales o in- disposición testamentaria que prive al
corporales cuya enajenación no esté pro- asignatario de la facultad de disponer; y,
hibida por ley”. fundado en el artículo 1810, enseña que
Congruente con estos principios, la sólo la ley puede imponer prohibiciones
Constitución de 1980 en su art. 19 Nº 24 de enajenar (t. VI, Nº 291, pp. 339-340).
dispone que “Sólo la ley puede establecer En el mismo sentido, Vicuña Suárez, au-
el modo de adquirir la propiedad, de usar, tor de una conocida monografía sobre la
de gozar y disponer de ella...” (inc. 2º). materia (De la facultad de enajenar y de
Por cierto que tanto el artículo 1810 su prohibición impuesta por el contrato,
del Código Civil como el 19 Nº 24 de la Luis Vicuña Suárez, Imprenta San Ra-
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fael, Valparaíso, 1928, pp. 125-162); y Pes- 24. La jurisprudencia francesa intro-
cio (Manual, t. III, Nº 644, p. 312). Ales- dujo en la segunda mitad del siglo pasa-
sandri reconoce esta doctrina, aunque ad- do el concepto de “cláusula de no enaje-
mite que si la estipulación está en un con- nar relativa”, y llama así a la que prohí-
trato bilateral su infracción puede consti- be la enajenación no en absoluto y perpe-
tuir condición resolutoria tácita –lo que tuamente, sino por un tiempo limitado y
es un error que más adelante se refuta- fundándose en un interés legítimo del dis-
rá– (Bienes, Versiones Taquigráficas, Edi- ponente o donante, o del asignatario o do-
torial Lex, Santiago, sin fecha de impre- natario, o de una de las partes, en los
sión, pp. 24-25). contratos onerosos, o de un tercero (Pla-
niol, Traité Elémentaire de Droit Civil, t.
d’) Eficacia de la cláusula de no enaje- II, 7ª ed., París, 1915, Nos 2.343 y ss., pp.
nar, en un contrato bilateral, en orden a 725 a 729; Encyclopedie Dalloz, “Droit Ci-
la resolución por incumplimiento, con in- vil”, V Inalienabilité, Nos 23 a 41). Las
demnización de perjuicios cláusulas de no enajenar relativas, según
la jurisprudencia francesa, serían válidas
22. El subscrito piensa que, queriendo y su transgresión produciría, según la vo-
la ley como una finalidad de orden públi- luntad del testador o de los contratantes,
co la libre circulación de los bienes, la la nulidad de la enajenación hecha en con-
enajenación de éstos no puede ser nunca travención a ellas, o tan sólo su resolu-
por sí misma ilícita, aunque vulnere una ción. Planiol sólo se refiere a casos de cláu-
cláusula de no enajenar. Solo podría ser sulas contenidas en actos gratuitos –aun-
ilícita accidentalmente, si impidiese el que no dice que la jurisprudencia se cir-
cumplimiento de alguna obligación váli- cunscriba a ellos– (loc. cit.).
da que requiriera para su satisfacción la 25. En la Enciclopedia Dalloz se seña-
conservación del bien materia de la cláu- lan entre los casos que autorizan la pro-
sula por el obligado. En tal caso, en ver- hibición voluntaria, el de quien dispone
dad, la obligación infringida sería no la gratuitamente y busca garantizar el de-
de no enajenar, sino la otra. recho de usufructo que se reserva sobre
En consecuencia, la transgresión de los bienes donados, o asegurar el benefi-
una cláusula de no enajenar convenida cio de retorno que le permitirá recuperar
en un contrato bilateral, por sí misma, esos bienes si sobrevive al donatario (art.
nunca podría importar la condición reso- 747 C. Civ. francés) (loc. cit., Nº 23); el de
lutoria tácita, ni generar responsabilidad quien, enajenando a título oneroso no de-
por perjuicios. sea tener otro vecino que el actual adqui-
23. Por no hacer esta precisión, estima rente del fundo; el de quien, quedando
el subscrito erradas –a menos que se in- como acreedor hipotecario, no quiere que
terprete que la precisión va implícita– las el adquirente, vendiendo el inmueble, lo
opiniones sobre este punto de Arturo Ales- exponga al procedimiento de purga (loc.
sandri Rodríguez –lugar citado más arri- cit., Nº 33); y entre los casos en que la
ba–, y de Fernando Rozas Vial (Bienes, inalienabilidad relativa se justifica por el
Distribuidora Forense Limitada, 1984, interés del gratificado con una donación o
Santiago, Nº 88, pp. 90 y 92). Dichos auto- asignación testamentaria, se señala el de
res, si bien estiman que la cláusula de no la menor edad del favorecido, que autori-
enajenar no puede invalidar la enajena- za estipular que mientras no llegue a edad
ción que la contravenga, piensan que, pac- mayor no pueda enajenar (loc. cit., Nº 34);
tada en un contrato bilateral, tiene efecto como caso en que el interés de un tercero
obligacional, de modo que su incumplimien- justifica la cláusula, se cita el de la ina-
to constituirá condición resolutoria tácita. lienabilidad de bienes legados con el gra-
vamen de servir una renta vitalicia, im-
e’) La opinión favorable a las llamadas poniéndose la inalienabilidad para mien-
“cláusulas de no enajenar relativas”, y su tras viva el beneficiario de la renta (loc.
refutación cit., Nº 35).
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26. En la Enciclopedia Dalloz se dice y 1598), y hay alguna autorización de es-


que según la jurisprudencia, la cláusula tablecer la inalienabilidad.
produce inembargabilidad de los bienes Esta similitud hace que los argumen-
afectados por ella, y que, también según tos de Planiol puedan aplicarse en Chile,
la jurisprudencia, la nulidad de la enaje- y mejor que en Francia, porque aquí hay
nación realizada en contravención a la y allá no, cuatro prohibiciones expresas,
cláusula, es oponible al tercer adquiren- como son las de los artículos 1126, 1964,
te, aun si está de buena fe. 2031 y 2415.
27. Planiol fustiga duramente esta doc- 28. También Baudry Lacantinerie des-
trina de la validez de las prohibiciones de califica la jurisprudencia sobre prohibi-
enajenar relativas: “Toda esta jurispru- ciones relativas, y dice que los motivos
dencia –dice– es muy criticable. Algunos aducidos por ella tienen bien poco valor
fallos antiguos han dicho y repetido que jurídico (t. VI, Nº 206, 3ª ed., pp. 156-157).
la cláusula de no enajenar no está prohi- 29. Las cláusulas de no enajenar rela-
bida por ninguna ley. La libre disposición tivas son ciertamente inadmisibles en Chi-
de los bienes y la imposibilidad de hacer- le. En primer lugar, por todos los argu-
los inalienables a voluntad es una máxi- mentos que da Planiol; y en segundo lu-
ma de orden público y la nulidad de to- gar, porque nuestro Código, cosa que no
das las convenciones derogatorias resulta hace el francés, precisamente en los ca-
suficientemente de los artículos 544 (que sos más importantes en que podría haber
define el dominio), 896 (que prohíbe las un interés de establecer la prohibición
substituciones fideicomisarias), 1048 y si- temporal, que son los del arrendamiento,
guientes (sobre donación a los hijos con la hipoteca y el censo, la prohíbe y anula.
cargo de conservar la cosa donada para 30. No está de más hacer constar que
los hijos del donatario), 1542, 1543 (sobre Bello había comenzado autorizando la
prohibición de constituir o aumentar la cláusula en dos de los casos citados, y
dote, que hace inalienables los bienes do- luego volvió sobre su determinación y la
tales, durante el matrimonio), 1594 (se- prohibió, lo que permite presumir que obe-
gún el cual todos aquéllos a quienes la decía a un principio general.
ley no lo prohíbe pueden comprar y ven- Los casos en que Bello cambió de crite-
der); que establecen la libertad de enaje- rio fueron el del arrendamiento y el de la
nar del propietario y limitan restrictiva- hipoteca, para los cuales el pacto de pro-
mente los casos en que está permitido su- hibición estaba permitido por los artícu-
primirla...”. los 31 del título XXV del Proyecto de 1842,
Por último Planiol hace suya la opi- y 697 del Proyecto de 1847, respectiva-
nión de Huc de que los argumentos dados mente. En ambas hipótesis se exigía, para
por la Corte de Casación en su sentencia que el pacto fuese oponible al tercer ad-
de 6-VI-1853 para demostrar la nulidad quirente, que éste lo hubiese conocido.
de las prohibiciones perpetuas “tienen un 31. Don Luis Claro Solar, después de
valor intrínseco completamente indepen- exponer la teoría de las cláusulas de no
diente de la duración de la prohibición” enajenar relativas, elaborada por la ju-
(t. VI, Nº 85), y en consecuencia “militan risprudencia francesa, dice: “No creemos
con igual fuerza contra las prohibiciones que esta doctrina pueda tener cabida en
temporales” (op. y t. cit., Nº 2347, p. 728, las disposiciones de nuestro Código Civil
nota 2). y los preceptos constitucionales que lo in-
Esta cita de Planiol sirve para nuestro forman” (t. VI, Nº 291, p. 341).
derecho, porque la situación legal es muy Alessandri Rodríguez, si bien no se re-
similar; no hay regla general explícita; fiere expresamente al concepto de cláusu-
hay definición del dominio de la que re- la de no enajenar relativa, pone el ejem-
sulta que le es esencial la facultad de dis- plo de una prohibición temporal estable-
poner, hay una norma que establece la cida sobre la cosa vendida para asegurar
libertad de comprar y vender salvo en los el saldo de precio, y le desconoce valor en
casos en que la ley lo prohíbe (arts. 1594 orden a anular la enajenación, de modo
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que sin nombrar las prohibiciones relati- un ejecutante que alegaba no tener la ter-
vas también las rechaza (loc. cit.). cerista dominio sobre el crédito embarga-
Vicuña Suárez argumenta que, permi- do por haberse obligado con su deudor a
tida la prohibición temporal, no habría no cederlo, lo que repugnaba a la natura-
razón para no permitir la perpetua, y es- leza del dominio, la Corte Suprema de-
taríamos a la puerta de los fideicomisos claró que este pacto de no enajenar era
perpetuos, de las vinculaciones y de los válido, y que no desnaturalizaba el dere-
mayorazgos (op. cit., p. 157). cho de dominio. Cabe observar que no se
Alessandri Besa, en cambio, acoge la discutía sobre la aplicación del pacto de
doctrina francesa de la validez de las cláu- no enajenar (Revista de Derecho y Juris-
sulas de no enajenar relativas, pero no les prudencia, t. 7, sec. 1ª, p. 175).
atribuye la virtud de anular la enajena- 33. Ejecutado un deudor por el precio
ción, sino sólo de dar lugar, en su caso, a de venta de unos derechos salitreros, opu-
una condición resolutoria tácita (Nulidad so la excepción de ser nula la venta, por
y Rescisión, Nos 190-191, pp. 175-177). haberle estado prohibida al vendedor por
También concede a la cláusula eficacia real: el contrato mediante el cual él había com-
poder de habilitar para la reivindicación prado. Acogida la excepción en ambas ins-
de la cosa contra el tercero poseedor en el tancias, la Corte Suprema dejó sin efecto
caso de operar la resolución. Se funda Ales- el fallo haciendo lugar a un recurso de
sandri Besa en el art. 1126 del Código Ci- casación en el fondo, por estimar que la
vil que permite prohibir la enajenación de prohibición convencional de enajenar no
la cosa legada cuando tal enajenación com- hacía nula la enajenación que contra ella
promete derechos de terceros. Cabe obje- se celebrase, y que sólo podía dar lugar a
tar, además de lo ya dicho, que no es lícito una acción resolutoria por incumplimien-
extender a los actos onerosos las normas to (18-I-1915, Revista de Derecho y Juris-
que se dan para actos gratuitos; que la prudencia, t. XIII, sec. 1ª, p. 429).
regla es evidentemente excepcional, y, en 34. La Corte de Valparaíso para negar
fin, que no es tan fácil identificar sin duda una medida precautoria pedida por un
los “derechos de terceros” con “intereses promitente comprador que demandaba de
legítimos y justos”, que son los que justifi- cumplimiento a su promitente vendedor,
carían las prohibiciones relativas. contra un tercero a quien éste había ven-
Don Avelino León acepta la validez de dido el inmueble materia de la promesa,
las cláusulas de no enajenar relativas (El tuvo presente que no cabían medidas cau-
objeto en los actos jurídicos, Editorial Ju- telares contra un tercero ajeno a la litis,
rídica de Chile, 2ª ed., 1983, pp. 129 y y, además, que la promesa no importaba
ss.). Para el Profesor León la transgre- prohibición de enajenar, y que si la im-
sión en un contrato bilateral constituye portara, tal prohibición no podría tener
condición resolutoria tácita, y, resuelta la otro efecto que dar lugar, en su caso, a la
enajenación, el contratante que la había resolución del contrato en que se hubiera
hecho puede reivindicar contra el tercero pactado, con indemnización de perjuicios
poseedor. Si la prohibición no incide en (14-I-1947 y 14-V-1947, Revista de Dere-
un contrato bilateral, cabrá con arreglo cho y Jurisprudencia, t. XLVI, sec. 1ª, p.
al art. 1555 del Código Civil pedir que se 486).
deje sin efecto el acto de enajenación ce- 35. La Corte de Santiago declaró nula
lebrado en contravención a la prohibición la obligación penal contenida en una le-
(loc. cit.). También parece aceptar la cláu- tra destinada a asegurar la obligación con-
sula relativa Peñailillo (Bienes, 2ª ed., traída por una cónyuge para con su mari-
Nº 61, letra c). do de no enajenar un inmueble, conside-
rando que esta obligación principal era
f ’) Jurisprudencia perpetua, y que por estar concebida en
términos absolutos y permanentes, tenía
32. Por fallo de 6-VIII-1909, rechazan- objeto ilícito, al contrariar el principio de
do un recurso de casación en el fondo de orden público de la libre circulación de
DERECHO 73

los bienes. Implícitamente, pareciera acep- En síntesis, la jurisprudencia de nues-


tar la Corte la validez de la cláusula de tros tribunales ha reconocido expresamen-
no enajenar relativa (9-VIII-1984, Revis- te la validez de la prohibición convencio-
ta de Derecho y Jurisprudencia, t. LXXI, nal, tratándose de cesión de créditos, en
sec. 2ª, p. 58). un caso; en otros tres ha dicho que la
36. La Corte de Chillán, declaró, recha- infracción de tal prohibición sólo puede
zando una causal de nulidad procesal de dar lugar a una resolución del contrato
un remate efectuado en una partición, que que la contiene, con indemnización de per-
la prohibición de enajenar pactada antes juicios –fallos todos que recaían sobre te-
del remate con un acreedor hipotecario, no mas meramente conexos con el que nos
anulaba el remate, porque sólo la ley po- ocupa–, y en otra ocasión anuló una cláu-
día establecer causales de nulidad; y que sula penal accesoria de una prohibición
la transgresión sólo daba lugar a la reso- de enajenar perpetua y absoluta, de don-
lución del contrato bilateral en que se ha- de podría desprenderse la aceptación de
bía pactado, y a la indemnización de per- las prohibiciones relativas.
juicios. Lo que se dice respecto de la nuli- Creemos que esta jurisprudencia, en
dad está bien, mas no se ajusta a derecho cuanto atribuye algún género de eficacia
lo que se afirma sobre resolución y perjui- a las prohibiciones convencionales de ena-
cios, pues va contra el texto expreso del jenar, absolutas o relativas, es contraria
artículo 2415 del Código Civil, el cual dis- a nuestro sistema legal.
pone que la finca hipotecada podrá enaje-
narse siempre, no obstante cualquier esti-
pulación en contrario (Corte de Chillán, b) Aplicación del principio de la ineficacia
21-X-1971, Revista de Derecho y Jurispru- de las prohibiciones convencionales de
dencia, t. LXVIII, sec. 2ª, p. 71). enajenar a la cesión de créditos
37. Recapitulando, podemos decir que
la jurisprudencia de nuestros tribunales 38. Nuestro Código Civil no contiene
sólo en cinco casos se ha referido al tema; norma particular alguna sobre la prohi-
que en uno (el del Nº 32), la Corte Supre- bición convencional de enajenar un dere-
ma declaró que valía la convención que cho de crédito. Y cabe dudar acerca de si
prohibía la cesión de un crédito, y que tal es aplicable a la materia el principio ge-
estipulación no desnaturalizaba el dere- neral de la ineficacia de tal pacto, pues
cho de dominio, si bien el asunto sub lite un crédito es una cosa sólo por analogía,
no era una acción de nulidad de la enaje- jurídicamente, si bien nuestro derecho lo
nación ni una acción resolutoria o de per- define como cosa incorporal.
juicios por transgresión del pacto; que en Don Alejandro Silva Bascuñán, en su
otro caso (el del Nº 33), la Corte Suprema clásica obra sobre cesión de créditos, se
declaró que la prohibición convencional plantea el problema de si cabe o no pac-
de enajenar no acarreaba la nulidad de la tar inalienabilidad, y responde que sí. He
enajenación posterior, sino que su infrac- aquí sus palabras:
ción daba derecho a la resolución por in- “Si las partes son libres para obligarse
cumplimiento; pronunciamiento que tam- o no, ¿en virtud de qué causa puede pro-
poco recayó en un juicio en que se discu- hibírseles que acuerden la inalienabilidad
tiese la nulidad o la resolución; que la del vínculo que crean? Los créditos son
Corte de Valparaíso emitió igual declara- creaciones puramente humanas, de orden
ción en causa que tampoco versaba sobre absolutamente incorporal, de número ili-
esas materias (Nº 34); que lo mismo de- mitado. Las cosas corporales son, al con-
claró en otro caso también en forma tan- trario, limitadas, la utilidad que propor-
gencial la Corte de Chillán (Nº 36), y que cionan de un alcance muy definido, su
la Corte de Santiago declaró nula la pro- importancia vital, sumamente grande; por
hibición convencional perpetua y absolu- eso la ley cuida de su libre circulación,
ta, a efectos de anular una cláusula pe- ataja todas las trabas que a ella se pue-
nal (Nº 35). den oponer y que muchas veces perjudi-
74 PRIMERA PARTE

carían a los demás, monopolizando en cier- 1ª) El legislador ha querido considerar


tas manos los recursos. ¿Qué perjuicios los derechos de crédito como objeto del
se derivarían de reconocer el derecho de derecho real de dominio, y la facultad de
acreedor y deudor para hacer intransferi- enajenar sin trabas algunas –salvo las dis-
ble el crédito? Sería simplemente recono- puestas por la ley– como esencial al do-
cer el carácter eminentemente personal minio. La facultad de disponer ha sido
de la relación obligatoria, que se ha ido incluida por el legislador en la definición
impersonalizando a causa de las necesi- misma del derecho de dominio, y el artí-
dades prácticas y de las conveniencias de culo 1810, que es el precepto central para
los acreedores, y no de las determinacio- la teoría de la alienabilidad, declara, sin
nes del legislador” (De la Cesión de Cré- hacer distinción alguna entre las corpo-
ditos Personales (Civiles y Comerciales), rales y las incorporales, que pueden ven-
Santiago de Chile, Imprenta Universo, derse todas las cosas cuya enajenación no
1933, Nº 69, pp. 76-77.) está prohibida por la ley.
A esta razón, añade el Sr. Silva que 2ª) Históricamente, la cesibilidad de los
mediante el pacto se desprende el acree- créditos se estableció teniendo en cuenta
dor de una ventaja que redunda en su que según la teoría jurídica, por ser ellos
exclusivo beneficio, y que los Códigos ale- relaciones personales, no habían de po-
mán y suizo, argentino, brasileño, chino der alterarse en cuanto a la persona del
y ruso, reconocen la legitimidad de tal acreedor; y, precisamente para obviar esta
convenio; concluye que este pacto puede dificultad, se recurrió por los jurisconsul-
ser opuesto por el deudor al cesionario tos a la figura del mandato para cobrar
que lo demanda (op. cit., pp. 77 y 76). que el acreedor daba aquél a quien de-
En la obra de Raúl Diez Duarte sobre
seaba hacer la cesión, conjuntamente con
Cesión de Derechos (Conosur, Santiago de
una autorización para retener el produc-
Chile, 1995) no se aborda el tema.
to de la cobranza: el mandatario era un
Huelga decir que las reflexiones de este
procurator in rem suam. Después vino el
capítulo no se refieren a los créditos que
consten de cheques o letras o de pagarés paso lógico siguiente, que fue la admisión
endosables, cuya alienabilidad, por lo me- lisa y llana de la cesión, fundada en que
nos respecto del endosatario, será siem- si el deudor no podía oponerse al manda-
pre indiscutible. to referido, tampoco podía oponerse a la
Abeliuk sostiene que la prohibición con- cesión. Dice al respecto Pothier:
vencional no es obstáculo a la cesión, “sin “Siendo un crédito un derecho perso-
perjuicio de la responsabilidad del ceden- nal del acreedor, un derecho inherente a
te por la infracción a lo prometido” (Las su persona, no puede –de no considerar
Obligaciones, ed. 1993, Editorial Jurídica más que la sutileza del derecho– transfe-
de Chile, t. II, Nº 1053, p. 865). rirse a otra persona, ni, por consiguiente,
39. Por nuestra parte pensamos que la venderse. Bien puede el crédito pasar al
buena doctrina es la de la absoluta inefi- heredero del acreedor, porque el heredero
cacia de las prohibiciones convencionales, es el sucesor de la persona y de todos los
o en general, voluntarias, de enajenar los derechos personales del difunto; pero, se-
créditos, ineficacia que tiene el mismo al- gún la sutileza del derecho, no puede pa-
cance precisado en el capítulo anterior sar a un tercero; pues habiéndose el deu-
para la relativa a las prohibiciones de ena- dor obligado para con una determinada
jenar en general. Es decir, en opinión del persona, no puede, por la transferencia
subscrito, tales prohibiciones, ni pueden del crédito, transferencia que no se debe
producir la nulidad de la enajenación que a hecho suyo, pasar a estar obligado para
las contravenga ni dar lugar a la resolu- con otra”.
ción por incumplimiento en los contratos “Sin embargo los jurisconsultos han in-
bilaterales que las contengan, ni a res- ventado una manera de transferir los cré-
ponsabilidad por perjuicios. ditos sin el consentimiento ni la interven-
Para decidir así, el subscrito se funda ción del deudor. Como el acreedor puede
en las siguientes razones: ejercer contra su deudor la acción que nace
DERECHO 75

de su crédito de igual manera mediante con reflexión se ha encontrado que no le


un mandatario que por sí mismo; cuando repugnaban tanto como parecía a prime-
quiera transferir su crédito a un tercero, ra vista. En efecto, el acreedor puede evi-
constituye a este tercero mandatario suyo dentemente ejercer por un mandatario los
para ejercer su acción contra su deudor; y derechos que su acreencia le confiere con-
se conviene entre ellos que la acción será tra su deudor. Entonces, se puede consi-
ejercida por el mandatario, en verdad en derar como un simple mandatario a aquél
nombre del mandante, pero por cuenta y a quien se cede el crédito. Sólo que, en
riesgo del mandatario, el cual retendrá lugar de actuar a nombre del mandante,
para sí todo lo que cobre al deudor como actúa a su propio nombre; él es procura-
consecuencia de ese mandato, sin rendir tor in rem suam”.
de ello cuenta alguna al mandante. Un tal “Así, sea que el cesionario actúe en
mandatario es llamado por los juriscon- nombre propio, sea que actúe como man-
sultos, procurator in rem suam porque ejer- datario, el deudor se encuentra en la mis-
ce el mandato no por cuenta del mandan- ma situación, y no resulta para él nada
te, sino por su propia cuenta”. de que se pueda quejar” (Privilegios e Hi-
“Un mandato hecho de esta manera es, potecas, Nº 540).
en cuanto al efecto, una verdadera transfe- Como puede verse, la institución de la
rencia que el acreedor hace de su crédito...” cesión de créditos se ideó, históricamente,
“De allí se ha establecido en la prácti- con el preciso y declarado objetivo de po-
ca, que se puede transferir los créditos, der prescindir de la voluntad del deudor, y
donarlos, venderlos, y disponer de ellos a de su eventual interés en no caer en ma-
cualquier título que sea; e incluso no es nos de un acreedor distinto que usase con
necesario que el acto que contiene su él de mayor rigor; y ello, por la utilidad
transferencia, exprese el mandato en el del comercio. No parece, entonces, que que-
cual hemos explicado que consiste esa pa admitir un pacto de no cesibilidad.
transferencia” (Tratado del Contrato de 3ª) En los ordenamientos que han que-
Venta, Nº 551). rido admitir la convención que prohíbe la
Por su parte, Troplong a propósito del cesión, ha debido contemplarse un pre-
mismo tema, pone el dedo en la llaga, por cepto expreso al respecto. Es el caso del
así decirlo, refiriéndose al interés del deu- Código Civil alemán, art. 399: del Código
dor de no caer en manos de un acreedor Suizo de las Obligaciones, art. 164, inciso
más severo, como algo que debiera excluir primero; del Código Civil argentino, art.
la posibilidad jurídica de la cesión de cré- 1444: del Código Civil español, art. 1255.
ditos; y, sin embargo, concluye que la ins- 4ª) En Francia, a falta de norma que
titución debe aceptarse por su utilidad. las autorice, la doctrina no admite las pro-
He aquí sus palabras: hibiciones convencionales. En el Tratado
“De no considerar más que la sutileza de Baudry Lacantinerie leemos: “Todo cré-
del derecho, la cesión de un crédito, de un dito puede, en principio, cederse; ello no
derecho, o de una acción, es decir de un es de otra manera sino cuando la cesión
derecho personal, parece contraria a los es contraria a una prohibición expresa
principios. Pues el deudor no se ha obli- o implícita de la ley. El artículo 1598,”
gado sino para con una sola persona, es –equivalente al 1810 chileno– “concebido
decir, para con el acreedor con el cual ha en términos muy generales, es aplicable
contratado; y me parece que no puede con- a las cesiones de créditos como a las otras
vertirse en el deudor de otra persona, sin ventas”. El artículo 1598 del Código Civil
que medie un hecho suyo. Porque él pue- francés dispone: “Todo lo que está en el
de temer caer en las manos de un acree- comercio puede venderse, cuando leyes
dor avaro e intratable, y ver así agravar- particulares no hayan prohibido la enaje-
se su condición”. nación” (3ª ed., t. XIX, Nº 760).
“Sin embargo, siendo las cesiones muy Lo mismo se lee en la Enciclopedia Ju-
útiles al comercio, se ha buscado acomo- rídica Dalloz, Derecho Civil, artículo “Ce-
darlas con los principios del derecho, y sión de Crédito”, Nº 45.
76 PRIMERA PARTE

Uno de los más importantes autores ces, F. Pichon, París, 1891, t. I, Nº 235,
clásicos franceses, que ha dedicado al pp. 343-344).
tema de la cesión y transmisión de crédi- Huc hace ver, también, que la prohibi-
tos una monografía fundamental, Théofi- ción de enajenar el crédito sólo podría per-
le Huc, argumenta así sobre la ineficacia judicar al acreedor y, que no presenta nin-
de las cláusulas de inalienabilidad, des- gún interés para el deudor, cuya situa-
pués de examinar las razones favorables ción no puede ser alterada, y cita un fallo
a tales cláusulas: de la Corte de Orléans, según el cual el
“...Sin embargo, la solución verdadera interés “material y civil, el único que la
es la contraria, y esto, por aplicación del ley puede tomar en consideración”, no se
principio que consagra la libertad de dis- encuentra en el deudor, quien, “no tenien-
poner, formulado en el art. 544 del Códi- do que pagar al cesionario sino lo que ha-
go Civil” (El art. 544 dice: “La propiedad bría debido pagar al cedente, no puede
es el derecho de gozar y disponer de las ser agravada su situación” (op. cit., t. I,
cosas de la manera más absoluta, con tal Nº 237, pp. 348-349).
de que no se haga de ellas un uso prohi- 40. Las prevenciones que se ven en
bido por las leyes o por los reglamentos”.) obras argentinas y españolas sobre facto-
“Sin duda es exacto decir que los dere- raje o factoring, en el sentido de que no
chos de crédito no son susceptibles de pro- debe haberse pactado por las partes pro-
piedad ni de posesión, pero estas expre- hibiciones de ceder el crédito, han de en-
siones no son sino una manera de afir- tenderse hechas en razón de que, tal como
mar el carácter propiamente relativo de se dijo más arriba (numerando preceden-
esos derechos, y hay que evitar un cierto te, consideración 3ª), los Códigos civiles
equívoco que podría introducirse fácilmen- respectivos autorizan expresamente los
te: es verdad que no existiendo los dere- convenios de inalienabilidad de los crédi-
chos de crédito erga omnes, no pueden tos. A este respecto puede consultarse la
ser, desde este punto de vista, tratados obra argentina de Lisoprawski y Gersco-
como derechos reales. Es verdad que ellos vich, Factoring (Depalma, Buenos Aires,
dependen de la voluntad de la persona 1997, pp. 143-144), y la obra española de
para su creación y su introducción en el José Antonio García, Cruces González, El
patrimonio. Pero mirados en sí mismos, contrato de factoring, Tecnos, Madrid,
constituyen uno de los elementos de este 1990, p. 114.
patrimonio. El acreedor los posee positi-
vamente; están en el número de sus bie-
nes, y, a este título, tiene el derecho de c) La prohibición convencional de cesión
disponer de ellos. También, el principio de créditos a una empresa de factoraje y
de libre disposición de los bienes, escrito la Ley de Defensa de la Libre
en el art. 544, tiene un alcance general y Competencia
se aplica no solamente a los derechos rea-
les, sino todavía a todos los elementos del 41. Situándonos en el punto de vista
patrimonio y por consiguiente a los dere- de la Ley de Defensa de la Libre Compe-
chos de crédito. En fin, este principio ha tencia, tenemos que su artículo primero
sido desarrollado por el artículo 1598, del es extremadamente amplio, pues tipifica
cual resulta que las prohibiciones de ven- como delito “cualquier hecho, acto o con-
der no pueden derivar sino de una ley vención que tienda a impedir la libre com-
particular y no de la voluntad del hom- petencia”. Lo mismo es que estos hechos,
bre. Ahora bien, la cesión no es sino una actos o convenciones, se ejecuten indivi-
forma de venta aplicada a los derechos de dual o colectivamente (art. 1º del D.L. 211
crédito; es pues cosa cierta que la volun- de 1973, cuyo texto refundido fue fijado
tad del hombre es impotente para esta- por el D.S. 511 de Economía, publicado
tuir prohibiciones de ceder” (Théophile en el Diario Oficial de 27-X-1980).
Huc, Traité Théorique et Pratique de la Así las cosas, puede estimarse que una
Cession et de la Transmission des Crean- prohibición impuesta por contrato a un co-
DERECHO 77

merciante o productor de ceder créditos a de reparación de artefactos electrodomés-


una empresa de factoraje, la cual le cierra ticos de determinadas marcas, que prohí-
el acceso a una fuente de crédito, constitu- be al técnico concesionario atender los ar-
ye un impedimento a la libre competencia, tefactos de otras marcas. Este consideran-
si ese financiamiento no tiene un substi- do precisa, además, que se busca “la liber-
tuto igualmente idóneo para satisfacer las tad de todos los participantes en la activi-
necesidades de tal comerciante o produc- dad económica en el ejercicio de su liber-
tor, en el financiamiento bancario. tad para adquirir o vender bienes y dar o
Y puede estimarse así, sea que quien requerir servicios, dentro de un esquema
impone la prohibición intente y consiga de libre competencia” (Colección del Profe-
restringir el financiamiento a un compe- sor Luis Montt de Jurisprudencia de la
tidor, sea que simplemente, de hecho, se Comisión Resolutiva, Conosur, t. I, p. 65).
entorpezca el acceso al crédito con detri- 43. En cuanto al perjuicio que se irro-
mento de la libre competencia. ga a las empresas de factoraje, conviene
Asimismo las prohibiciones en estudio citar el fundamento 5º del primero de los
cercenan indebidamente las posibilidades fallos invocados en el numerando prece-
de obtener clientela de las empresas de dente, que vincula la defensa de la libre
factoraje. competencia al derecho a desarrollar cual-
En los acápites siguientes desarrolla- quier actividad económica. Dice así:
remos estas ideas.
“Considerando” :

a) La Ley protege la libertad de cualquier “5º) Que la libre competencia, en cam-


agente económico bio, asegura a todas las personas, con igual-
dad de oportunidades, el “derecho a desa-
rrollar cualquier actividad económica que
42. Así lo dice con singular claridad la
no sea contraria a la moral, al orden pú-
Resolución Nº 368 de la Comisión Resolu-
blico o a la seguridad nacional, respetando
tiva Antimonopolios, de 7-IV-1992, la que
las normas legales que la regulan”, derecho
expresa textualmente:
que garantiza explícitamente el artículo 19
“Considerando”: Nº 21 de la Carta Fundamental”.
“2º) Que la finalidad de la legislación an-
timonopolios, contenida en el cuerpo legal
citado, no es sólo la de resguardar el inte- b) La ley se refiere a la simple restricción
rés de los consumidores sino más bien, la de la libre competencia
de salvaguardar la libertad de todos los
agentes de la actividad económica, sean ellos 44. El artículo 1º del D.L. 211 habla de
productores, comerciantes o consumidores tender a impedir la libre competencia, y
con el fin último de beneficiar a la colectivi- el art. 2º letra f), de “cualquier arbitrio
dad toda, dentro de la cual, por cierto, tie- que tenga por finalidad eliminar, restrin-
nen los consumidores importante papel. En gir o entorpecer la libre competencia”. No
otras palabras, el bien jurídico es el interés es necesario, en consecuencia, que se haya
de la comunidad de que se produzcan más de desembocar en la eliminación, en el
y mejores bienes y se presten más y mejo- monopolio o en el oligopolio; basta que se
res servicios a precios más convenientes, lo limite o restrinja la libre competencia.
que se consigue asegurando la libertad de
todos los agentes económicos que partici-
pan en el mercado” (Revista de Derecho y c) Basta el mero peligro de la restricción
Jurisprudencia, t. XC, sec. 6ª, p. 53). y hay facultad de prevenir las
En el mismo sentido, puede verse el con- infracciones
siderando décimo sexto de la Resolución
Nº 93 de la Comisión Resolutiva, de 1-IV- 45. Así lo ha declarado reiteradamente
1981, la cual censura la cláusula de un la jurisprudencia. Podemos citar, por vía
contrato de concesión de servicio técnico y de ejemplo, los siguientes fallos:
78 PRIMERA PARTE

1º) La Corte Suprema, el 22-XI-1995, octavo de la resolución Nº 60 de la Comi-


rechazó el recurso de queja deducido con- sión Resolutiva citada en el número se-
tra una sentencia de la Comisión Resolu- gundo del numerando anteprecedente:
tiva, cuyo considerando 3º decía:
“Que, por otra parte, es efectivo que el “Considerando”:
D.L. 211 de 1973, que aprueba la legisla-
ción sobre protección de la libre compe- “8º) “Que, en lo que concierne a la fina-
tencia en las actividades económicas, san- lidad que tuvo en vista la firma, carente
ciona las conductas que tiendan a elimi- de todo afán monopólico y de perjuicio a
nar, restringir o entorpecer la libre com- la comunidad, según su defensa, es preci-
petencia, infracción que se consuma aun so recordar que esta Comisión ha resuel-
cuando las conductas no hayan producido to reiteradamente que no es necesario que
en el hecho sus efectos, bastando que ellas exista una finalidad delictual en la con-
tiendan a producirlos”. ducta del agente, porque no todo repro-
“Que asimismo es efectivo que esa le- che conlleva la sanción penal”.
gislación faculta a las Comisiones Anti- En el mismo sentido se pronuncia el
monopolios para reprimir la ocurrencia de Profesor Valdés, op. cit., pp. 89 y siguien-
dichas conductas y evitar los peligros de tes, quien ve el fundamento de esta dis-
infracción que produzcan los actos que tinción en el art. 6º del D.L. 211, que ha-
tiendan a eliminar o alterar la libre com- bla de “la prevención, investigación y re-
petencia” (Revista de Derecho y Jurispru- presión de atentados a la libre competen-
dencia, t. XCII, sec. 6ª, p. 219). cia o de los abusos en que incurra quien
2º) Resolución Nº 60 de la Comisión Re- ocupe una situación monopólica, aun
solutiva, de 18-IV-1979: “Los organismos cuando no fueren constitutivos de delito...”
antimonopolios pueden corregir y sancio- (op. cit., p. 92).
nar administrativamente cualquier con-
ducta que sea apta para producir un re-
sultado lesivo de la competencia, aun in- e) No se exige que el caso denunciado sea
dependientemente de que así ocurra, por- de por sí o directamente relevante
que hay acciones que, en forma natural y
obvia, tienden a restar fluidez al mercado 48. Cabe preguntarse si para que haya
y resulta muy difícil cuantificar el perjui- un atentado contra la libre competencia,
cio que irrogan a terceros” (Jurispruden- el acto de que se trate ha de ser per se
cia de la Comisión Resolutiva, 1978-1980, relevante, en el sentido de que por él se
Editorial Jurídica de Chile, p. 151, consi- constituya una situación de monopolio u
derando octavo). oligopolio, o monopsonio en un mercado
46. También la doctrina ha entendido determinado, o en el sentido de que, al
que basta el mero peligro. Podemos citar menos, se ejerza o pueda llegar a ejercer-
al respecto al Profesor Domingo Valdés se una influencia perceptible de restric-
(La Discriminación Arbitraria en el De- ción o impedimento de la libre competen-
recho Económico. Especialmente en la Le- cia. A primera vista, pareciera que sí, y
gislación Antimonopólica, Editorial Ju- esto sería un escollo para la declaración
rídica Conosur Limitada, Santiago, 1992, de ser contraria a la libre competencia la
p. 88). prohibición convencional de ceder crédi-
tos, cuando no se acreditara que en el
hecho se produjese una situación de mo-
d) No se requiere intención nopolio, como la salida del mercado del
sujeto pasivo de la prohibición, o una di-
47. También la jurisprudencia ha de- ficultad sensible para seguir en él; o al
clarado constantemente que no se requie- menos, un peligro grave y próximo en tal
re intención delictiva, distinguiendo un sentido.
ilícito penal y un ilícito administrativo. Se ha hablado de sujetos “dotados de
Así lo dice textualmente el considerando poder de mercado”, para indicar a quie-
DERECHO 79

nes pueden, con su actuar, tener una in- En otro caso la Comisión Preventiva Cen-
fluencia significativa en aquél. tral –Dictamen 895/131 de 20-I-1994– de-
49. En la Resolución Nº 96 de la Comi- claró que atentaba contra la libre compe-
sión Resolutiva, de 18-VIII-1981 (Colec- tencia la cláusula de arbitraje que en un
ción dirigida por Don Luis Montt, t. I, p. contrato de concesiones, de consignación y
88), se confirmó un dictamen de la Comi- servicio técnico autorizado, suprimía el re-
sión Preventiva de La Serena de 17-VI- curso de queja en el procedimiento arbitral,
1981, el cual rehusó estimar contraria a y entregaba a la voluntad de una sola de
los principios de la libre competencia una las partes la opción de recurrir o a la justi-
cláusula de un contrato de arriendo de cia ordinaria o al árbitro (Revista de Dere-
una pertenencia minera que obligaba al cho y Jurisprudencia, t. XCI, sec. 6ª, p. 38).
arrendatario a vender al arrendador su Otra vez la misma Comisión Preventi-
producción, considerando que ésta era par- va Central declaró contraria a la libre
te poco significativa de la oferta del mer- competencia la cláusula de un contrato
cado regional. “...La obligación que se de franquicia que prohibía al cónyuge y a
impuso el denunciante, voluntariamen- parientes próximos del franquiciado inte-
te –dijo la Comisión Preventiva–, de ven- resarse directa o indirectamente en un
der exclusivamente lo que extraiga de esa negocio o negocios de características igua-
misma pertenencia a su arrendador, cons- les o similares al del franquiciador, y la
tituye un hecho privado que no afecta a que prohibía al franquiciado contratar a
los adquirentes del expresado material, y un ex empleado del franquiciador o de
que se estima no altera las normas de la otro franquiciado. Se consideró que estas
libre competencia que protege el expresa- estipulaciones lesionaban la libertad de
do Decreto Nº 211 de 1973”. trabajo (Dictamen 875/737 de 24-IX-1993,
Como puede apreciarse, en la citada Revista de Derecho y Jurisprudencia, t.
resolución y en el dictamen por ella con- XC, sec. 6ª, p. 141).
firmado, se decidió que la restricción de “Tales prohibiciones –dijo el consideran-
la libre competencia tenía que tener una do undécimo– no tienen por objeto hacer
trascendencia apreciable o significativa. más eficiente el contrato de franchising
Pero en otras ocasiones se han objeta- propuesto por Cintec y, en opinión de esta
do en concepto de restrictivas de la libre Comisión, no son aceptables ni aun en el
competencia cláusulas de contratos que uso de canales contractuales que, por su
manifiestamente no podían tener mayor naturaleza, restringen los derechos del con-
incidencia pública. Así, por Dictamen tratante que a ellos se adhiere”.
Nº 942/406 de 19-VII-1995, en un con-
trato de franquicia, la Comisión Preven-
tiva Central censuró la cláusula por la f’) La lesión de la libre competencia
cual un revendedor de productos de la podría corregirse aunque la cláusula
marca Hush Puppies, de la sociedad Fo- fuese válida desde el punto de vista del
rus S.A., aceptó causales de terminación derecho civil
de contrato que podía esgrimir el fran-
quiciante contra él, sin que existiesen a 51. La proposición del epígrafe se de-
su favor otras causales equivalentes; y muestra considerando que se trata de ór-
la cláusula según la cual el franquician- denes jurídicos distintos: el de las rela-
te podía designar unilateralmente el ár- ciones entre particulares, y el del orden
bitro. Asimismo el Dictamen objetó la público económico relativo a la libre com-
cláusula en que se estipulaba que los so- petencia. Así, por ejemplo, la fusión de
cios de la sociedad franquiciada no po- compañías que produce un monopolio pue-
drían vender sus derechos sin autoriza- de ser perfectamente válida si se prescin-
ción del franquiciante, por afectar a ter- de del derecho de Monopolios, y éste pue-
ceros –dijo la Comisión– (Revista de De- de anularla a pesar de esa validez que
recho y Jurisprudencia, t. XCII, sec. 6ª, ostenta desde el ángulo de visión jurídico
p. 179). civil-mercantil.
80 PRIMERA PARTE

g) Vía de acción para obtener un las contravenga, ni para dar lugar a una
pronunciamiento acción resolutoria del contrato que las con-
tenga con indemnización de perjuicios;
52. Para obtener un pronunciamiento II) Esto se aplica aun a las llamadas
oficial sobre la admisibilidad de la cláu- “cláusulas de no enajenar relativas”, es
sula en estudio desde el punto de vista decir, las que obedecen a un interés aten-
del derecho antimonopolios, el camino será dible y son por tiempo limitado;
formular una consulta a la Comisión Pre- III) Los principios anteriores compren-
ventiva. Ella debe, según el artículo 8º den también las cláusulas que prohíben
del D.L. 211, “Velar por que dentro de su la enajenación de derechos personales o
jurisdicción se mantenga el juego de la de crédito;
libre competencia y no se cometan abusos IV) La nulidad absoluta de la prohibi-
de una situación monopólica, pudiendo co- ción convencional de enajenar créditos es
nocer, de oficio o a petición de cualquiera tal que opera de pleno derecho, de suerte
persona, de toda situación que pudiera que el juez que conozca del juicio de cobro
alterar dicho libre juego o constituir esos del crédito por el cesionario puede y debe
abusos, y proponer los medios para corre- prescindir de esa cláusula, sin necesidad
girla” (letra c). de declarar su nulidad;
V) Las prohibiciones de enajenar cré-
ditos son restrictivas de la libre compe-
III. CONCLUSIONES tencia, tanto desde el punto de vista del
comerciante al que se veda la enajena-
53. Todo lo expuesto y razonado hasta ción, como desde el punto de vista de las
aquí, nos permite arribar a las siguientes empresas de factoraje; y
conclusiones: VI) Puede pedirse un pronunciamiento
I) Las prohibiciones voluntarias y con- a la respectiva Comisión Preventiva de la
vencionales de enajenar en general, son Ley de Defensa de la Libre Competencia
contrarias al orden público, y como tales, por una empresa de factoraje, por el co-
absolutamente nulas, y no pueden tener merciante o productor al que se quiera im-
eficacia ni para anular la enajenación que poner la cláusula, o por cualquier persona.

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